Capítulo 10
Culpa y reflexión
Culpa y reflexión
Al poco rato, y tras varios minutos en los que Twilight estuvo ignorando los mimos de su amiga, Rarity la dejó desfogarse a gusto y en soledad.
Spike estaba muerto.
Cada vez que esas palabras pasaban por su mente, Twilight se estremecía involuntariamente y se apretaba un poco más sobre sí misma, haciéndose un ovillo sobre la alfombra. Las lágrimas se acumulaban bajo sus ojos sin parar.
Spike estaba muerto.
Técnicamente, eso no era cierto. Twilight sabía que estaba vivo de alguna forma, pero lo más seguro era que todos sus recuerdos se hubieran borrado de su mente dañada. Los dragones de edad avanzada eran criaturas muy peligrosas y territoriales. Visitarlo podría resultar letal sin la protección adecuada, y perdería un poco más de su valioso tiempo.
No es que la importara cuánto tiempo adicional desperdiciaría. Todos sus intentos de reconstruir las destrozadas vidas de sus amigos serían en vano, porque siempre habría una pieza faltante.
Spike estaba muerto.
-¡Maldita sea!-masculló Twilight, encabritándose.
Sus patas delanteras aterrizaron pesadamente sobre el suelo, y casi tropezó. Su respiración era entrecortada, mientras su vista se fijaba en un punto no especificado del sofá que tenía delante. Varias chispas saltaron involuntariamente de su cuerno, sus alteradas emociones casi prendieron el sofá. Tan pronto como se dio cuenta de esto, dio un paso atrás, tanto física como metafóricamente hablando.
No podía permitirse el lujo de descargar sus frustraciones ni en el sofá ni en su dueña. Twilight apenas escuchó las súplicas de perdón de Rarity, aun a pesar de que no había hecho nada malo. De hecho, había sido la única que había intentado ayudar a Spike en lo que había sido el momento más difícil de su joven vida. Applejack y Fluttershy ni siquiera lo mencionaron.
Por primera vez, Twilight dudó de sus amigas. ¿Realmente no sabían nada de todo esto? ¿Trataron de evitar el tema para que no se sintiera mal? ¿O acaso lo hicieron para que otra se lo explicara por los demás?
Twilight se hundió de nuevo sobre la alfombra. No importaba ya. Nada importaba. No había esperanza de salvar lo que alguna vez habían tenido, y ¿qué razón tendrían las demás para seguir siendo amigas de la poni que destruyó todas sus vidas en un descuidado, desconsiderado y egoísta error?
Twilight cerró los ojos y bajó la cabeza. Al menos, el hechizo la había dado la respuesta que había estado buscando.
-Hubiera sido una princesa horrible...
Dijo esas palabras en voz alta, pero sus susurros fueron tan suaves que se mezclaron con el ambiente tranquilo y apenas fueron audibles, incluso para sus propios oídos.
La frase sonó claramente en su cabeza de todos modos.
¡Ding ding ding dong!
Una melodía agradable, proveniente de las campanas del timbre de la puerta, se hizo eco a través de la habitación. Twilight levantó la cabeza y miró a su alrededor, confusa y distraída por ese sorpresivo tintineo.
Un grito agudo salió del recibidor, y los oídos de Twilight se movieron para ubicar el sonido.
-¡Rarity, Rarity! ¡La puerta, oh cielo santo, Rarity, mira la…!
-¡Sweetie Belle! Lleva a los niños fuera, por favor-ordenó Rarity con severidad, silenciando rápidamente a su hermana menor.
-Ah, bien… aunque… uauh…
Twilight oyó pasos acercándose a la sala, y vio a Rarity apareciendo por la puerta.
-Twilight, sé que no te encuentras en tu mejor momento, pero hay alguien aquí que quiere verte.
-Yo... no sé si yo... bueno ¿quién es?
-¿Twilight Sparkle?
El tono suave, casi maternal, hizo a Twilight girar la cabeza de golpe. La princesa Celestia pasó por delante de Rarity, mirándola fijamente. Conservaba su larga y brillante melena ondulándose eternamente, así como su collar y engalanes reales, pero Twilight notó que no llevaba su corona.
-Pensé que…
Su expresión aturdida se mantuvo por unos momentos más antes de que la sustituyera por una triste sonrisa.
-Ha sido una larga década, Twilight, aunque creo que ha sido un período de tiempo mucho más corto para ti. Si prefieres verme en otro momento, lo entenderé.
Twilight negó con la cabeza y se levantó. La esperanza era lo último que se perdía, eso lo sabía bien. Había llegado tan lejos en su viaje en busca de respuestas, que ahora sólo deseaba poder dar marcha atrás y seguir siendo una ignorante. Aun así, esperanza fue lo único que sintió mientras trotaba hacia la Princesa Celestia y la abrazaba con fuerza, mientras hundía su cara en su suave pelaje. Sabía que se aferraba a lo imposible, pero Celestia era su última esperanza de revertirlo todo; era la maga más poderosa de Ecuestria, después de todo.
-Lo siento mucho, princesa...
-Os dejo a solas...-murmuró Rarity suavemente. Twilight levantó la vista para ver su cola violeta desapareciendo tras la puerta.
-Twilight, no puedo hacer nada para revertir el hechizo. Comprendes esto ¿verdad?-dijo la Princesa Celestia. Su tono grave fue desconcertante.
Twilight sintió su último atisbo de esperanza desvaneciéndose en el aire. Desvió la mirada al suelo, avergonzada de darse el lujo de pensar que todo lo hecho se podría deshacer... aun si hubiera una solución, en tal caso habría dos Twilight Sparkle corriendo por Ecuestria.
-¿No… no puede hacer nada?
La unicornio lavanda repitió las palabras, sonando mucho más frágiles saliendo de su propia boca.
Celestia movió suavemente la cabeza y frunció el ceño.
-El hechizo que usaste no debería haber sido capaz de llevarte tan lejos en el futuro. Incluso si tuviéramos ahora mismo los hechizos, no creo que hubiera alguna forma de revertir permanentemente semejante efecto...
Twilight asintió sombríamente para mostrar que lo entendía. Mentalmente añadió los hechizos temporales a la lista de hechizos que se le daban anormalmente bien hacer. Por primera vez en su vida, llegó a odiar su marca de belleza.
-¿Qué se supone que debo hacer ahora?
La voz de Twilight era inestable, mientras miraba a Celestia con ojos llorosos. Ésta simplemente la devolvió la mirada.
-¿Qué quieres decir, Twilight?
-Pues que... he destruido toda mi vida, y me he llevado las vidas de mis amigos conmigo... ¿Cómo voy a recuperar todo eso? ¿Cómo puedo hacerlo?
Celestia la continuó observando, esbozando una pequeña mueca.
-Twilight, tú no has destruido la vida de nadie.
La frente de Twilight se frunció, algo molesta.
-Princesa, Spike ha… se ha ido. ¡Y usted lo sabe!
La boca de la princesa Celestia se arrugó, y empezó a caminar hacia el centro del salón de Rarity.
-Twilight, ven a sentarte conmigo.
Ésta ya había comenzado a seguirla. Se sentó en la silla que había estado ocupando antes, mientras que Celestia hizo lo propio en el sofá rojo. Hubo silencio por unos momentos antes de que Celestia continuara.
-Twilight... no puedo expresar cuánto siento haber llegado a haceros sufrir a Spike y a ti.
-¿Por qué se disculpa? ¡Fui yo la que viajó diez años adelante en el futuro y dejó a Spike solo!
-Nada de eso, Twilight. Dime ¿qué esperabas que hubiera pasado con Spike cuando tú envejecieras y, finalmente, fallecieras? ¿Las cosas hubieran cambiado en algo? ¿Hubiera Spike, el cual seguiría siendo física y emocionalmente muy inmaduro, sido capaz de superar las muertes de los ponis más cercanos a él?
Twilight consideró las palabras de la princesa por un momento antes de volver a hablar.
-Nunca había pensado en eso hasta ahora, pero... ¿no lo planeó usted de esa manera? Me hubiera convertido en un alicornio, e incluso cuando todos los demás hubieran muerto, nosotras hubiéramos seguido al pie del cañón.
-Lo dices como si no tuvieras ningún problema con esa situación.
-Aun así, no me hubiera quedado otra.
-Eso no es cierto, la inmortalidad es una opción cuando se es un alicornio, pero no una maldición. Si alguna vez me hubiera sentido segura con el futuro de Ecuestria, me habría ido hace mucho tiempo, pero debido a lo que sucedió con Luna, me abstuve. He soportado tanto dolor al ver a mis seres queridos muriendo, mientras que yo tan solo podía ver cómo se iban… pero cuando te miro, Twilight, veo a una yegua que se preocupa lo indecible por sus amigos como para soportar el dolor de tener que verlas marchar. Esto no es una debilidad; tú misma me has enseñado mucho acerca de la amistad. Morir por tus amigas es el sacrificio más noble y lógico que podrías haber hecho.
-¡Pe... pero yo nunca abandonaría a Spike!
-Pero por eso ¿quién no hubiera tenido otra opción? Te lo vuelvo a preguntar, Twilight ¿hubieran cambiado las cosas en algo?
Twilight apretó los dientes. Los dragones no estaban tan acostumbrados a experimentar sensaciones tan fuertes, eso de seguro.
-Yo... no estoy segura. Si lo hubiera sabido, tal vez podría haberlo evitado…
-A veces, hasta que no ocurre una tragedia, no abrimos los ojos, pero para entonces ya es demasiado tarde. La raza poni sabe muy poco acerca de los dragones... si hubiera llegado a saber algo siquiera, lo que debería haber hecho es devolver el huevo a sus semejantes cuando me lo encontré. En vez de eso, decidí que su larga vida útil era abusable... este es mi error, Twilight, y uno terrible. Lo siento mucho.
Twilight vaciló y luego asintió lentamente.
-Aunque todavía hay algo que no entiendo.
-¿Y qué es, Twilight?
-¿Por qué me dijo Luna que no sabía lo que le pasó a Spike?
-¿Ella te dijo eso?-inquirió Celestia, moviendo su cabeza ligeramente.
-Sí. Me dijo que se lo preguntara a Rarity.
-Ah… Luna no conocía a Spike personalmente. Supongo que pensó que no la concernía a ella explicarte algo tan delicado para ti.
Era una razón aceptable, pero aun así Twilight seguía molesta. Era injusto que los demás se guardaran información. ¿Cuánto más le faltaba por saber?
-Pero he hecho daño a mis otras amigas, también. Toda la vida de Applejack está prácticamente en ruinas, y todo empezó cuando me fui. Dijo que Rainbow Dash destruyó su granja tratando de aliviar su dolor. Y eso ha afectado a Fluttershy, a la cual ahora odia…
La voz de Twilight fue aumentando poco a poco de volumen a medida que ella continuó hablando.
-…y ahora ella todavía tiene que vivir en Ponyville, que está prácticamente muerto debido al cierre de Sweet Apple Acres, que si me distas de nuevo es por mi culpa, y no es justo, porque ella tiene un bebé de camino y…
Para entonces, prácticamente gritó las últimas palabras, dándose cuenta de ello cuando tuvo que parar por un momento para tomar aire. Se sonrojó por haber levantado la voz, pero Celestia todavía escuchaba educadamente.
-Lo siento, yo… eh, bueno... Rarity y Sweetie Belle, también. Quiero decir, me comentó Sweetie que Rarity se marchó de Ponyville por mi culpa... Y Sweetie Belle, que todavía lucha por comprender su vida... esta no es la forma en que estaba destinada a vivir, era una potranca tan dulce...
-Twilight... ¿cuán segura estás de que esos eventos han sucedido por tu culpa?
Twilight parpadeó antes de contestar.
-Bueno... tiene sentido ¿no?
-Piensa por un momento que nada ha pasado, Twilight. Si Rarity hubiera decidido abrir una tienda en Canterlot ¿no la hubieras apoyado en esa idea?
-Sí, claro que sí... siempre ha sido su sueño de abrir una tienda en Canterlot. Pero no creo que planeara todo tan rápido.
-Los planes pueden cambiar, Twilight. Rarity ha logrado mucho en un corto tiempo, tiene mucho de lo que estar orgullosa.
-Bueno, sí, pero ¿qué pasa con Applejack?
-No estabas presente cuando se sucedieron todos esos eventos. Es imposible que fuera culpa tuya-contestó Celestia sin dudar.
-¡Pero Rainbow Dash destruyó los árboles de Applejack por mi culpa!
-Twilight ¿cómo puedes estar tan segura de algo como eso?
-¡Applejack me lo dijo!
-¿Y Rainbow Dash?
-No la he visto… todavía no.
-En ese caso, su motivo es desconocido. De todos modos, ella es responsable de sus acciones, no tú.
Twilight miró hacia otro lado, no muy segura.
-Yo... lo entiendo, pero...
-No hay nada malo en querer ayudar a tus amigas, pero si lo haces porque crees que debes arreglar problemas que no has creado tú, no es justo para ti.
Twilight sentía sus emociones a punto de desbordarse, pero aun así contuvo las lágrimas.
-¿Cree que todavía puedo solucionar todo esto?
La princesa Celestia la sonrió con complicidad antes de contestar.
-No estoy segura de si solucionar es el término correcto, pero tengo cientos de rollos escritos a mano que cuentan con gran detalle todo lo que cierta alumna mía ha aprendido acerca de la amistad. No tengo ninguna duda de que serás capaz de ayudar a tus amigas a tratar los problemas por los que están pasando.
Twilight asintió, esbozando una sonrisa de agradecimiento. Aunque las cosas no volverían a ser igual, a lo mejor todavía sería capaz de ayudar...
-Gracias, princesa.
-De nada, mi fiel alumna.
-Aunque tengo una pregunta.
-¿De qué se trata?-inquirió Celestia, curiosa.
-¿Qué le pasó a su corona?
-Oh, no me la pongo cuando no estoy trabajando. Luna se hace cargo del sol por mí en este momento.
-Oh... es que como nunca la había visto sin ella antes.
-Lo que nunca habías visto es a mí tomándome un descanso. Ser una princesa puede llegar a ser un trabajo duro-explicó la princesa.
Las orejas de Twilight se aplanaron en cuanto se acordó de por qué había intentado el hechizo en primer lugar.
Twilight estaba preocupada de que Celestia la hablara sobre sus viejos planes de ser princesa, pero para su alivio, no lo hizo.
-Me encontraba en el Imperio de Cristal, visitando a tu familia-anunció la princesa en su lugar.
-Ah ¿a Shining Armor? Espera ¿mis padres viven allí también? Bueno, eso tendría sentido ¿no? Mi muerte debe haber sido algo terrible para ellos...
Twilight apartó la mirada, sintiéndose culpable por enésima vez. Sus pobres padres se vieron obligados a enterrar metafóricamente a su hija de una muerte de la que ni siquiera podrían haber estado preparados de ninguna forma.
Princesa Celestia asintió con tristeza.
-Fue un momento muy difícil para todos... pero por suerte, no pasó mucho tiempo para que volvieses a entrar en sus vidas. En espíritu, por supuesto.
-¿Qué quiere decir?-inquirió ella, mirándola extrañada
-Shining Armor y la princesa Cadance llamaron a su hija igual que tú.
-¡¿Qué?! ¿¡Pero por qué nadie me cuenta este tipo de cosas?!-pensó Twilight de seguido.
Por un momento, Twilight pudo oír la suave voz de Fluttershy en su cabeza contestándola por ella.
-Oh ¿no lo sabías? ¡Pensaba que lo sabías! Supuse que Applejack te lo habría contado... lo siento.
Aunque, después de todo, no había llegado a ser muy directa en sus preguntas.
-La llamaron Twilight Skies, aunque ella prefiere Skyla. Es una alicornio como su madre, y una potra muy brillante, al igual que su tía.
-Bueno, en ese caso, me voy al Imperio de Cristal-anunció ella, saltando de su silla.
-Tengo un carruaje privado esperando fuera por ti.
Twilight sonrió tímidamente a su mentora.
-Me conoce demasiado bien.
-Perdona por haberme ahorrado tantos detalles...-murmuró Celestia, sonriendo. Pero por un momento antes ésta se desvaneció en un gesto serio.
-Twilight, no voy a mentirte, cuando pensé que te había perdido, no sabía qué hacer conmigo misma. Durante tres días, Luna tuvo que levantar tanto el sol como la luna porque necesitaba tiempo para llorar. Si no hubiera sido por el apoyo de Luna y Cadance, no sé lo que habría hecho. Al igual que yo las tuve a ellas, tú necesitas a tus amigos y familiares para que te ayuden a readaptarte; y sé que volverás a hacerlo, Twilight. Siempre estaré aquí para ti.
Twilight se acercó a ella y las dos se dieron un gran abrazo.
-Gracias, princesa.
Las dos salieron de la habitación y Twilight miró a su alrededor para despedirse de Rarity antes de irse.
-¿Rarity?
La aludida entró trotando en el vestíbulo.
-¡Oh, Twilight! ¿Te vas ya?
-Sí, gracias por invitarme, pero tengo que ir a visitar a mi familia en el Imperio de Cristal.
-¡Oh! ¡Claro, por supuesto! Aunque… ¿podrías venir a visitarme de nuevo cuando hayas terminado allí?
-¡Claro que sí!
-¡Oh, bien! Y asegúrate de volver aquí antes de ir a visitar a Rainbow Dash, supuse que sería la siguiente a la que querías ver. Pero bueno, si no te importa, pásate por aquí primero.
-Eh… está bien, vale.
Twilight estaba un poco sorprendida por la petición, pero no la dio más importancia y envolvió Rarity en un abrazo.
-Te veré pronto ¿vale? Despide a Sweetie Belle y a los niños de mi parte.
-Claro, no te preocupes. Espero que mi casa haya estado a la altura…- murmuró Rarity dirigiéndose a la princesa, inclinándose precipitadamente.
-Es todo tan hermoso como tus diseños de ropa, Rarity-asintió Celestia, esbozando una dulce sonrisa.
-¡Oh, eso es muy halagador, gracias! ¡Adiós, entonces!
-¡Adiós!
Esperando fuera había dos carrozas reales, ambas encabezadas por dos guardias pegaso.
-Estaré de vuelta en el palacio por si me necesitas, Twilight. Los guardias saben a dónde llevarte.
Twilight asintió y se acercó a la carroza más pequeña. Se volvió hacia Celestia antes de subirse.
-Gracias por todo...
Celestia puede no haberla dado la solución rápida que ella había estado esperando, pero ahora sabía que era demasiado pronto para rendirse. Era doloroso pensar en Spike, pero tenía otros ponis que requerían su atención. La idea de ver a su familia de nuevo la emocionó y la puso nerviosa a la vez.
-Buena suerte, mi fiel estudiante... te deseo lo mejor.