Este es ni mas ni menos que el primer fic que escribí, (aunque en la cronología de mis historias seria el cuarto) y como tal es mas que obvio que apenas estaba empezando, aun asi le tengo mucho cariño a esta historia. Ahora, siendo honestos, esta no es exactamente la versión que escribí originalmente sino una versión "corregida" que de hecho solo había publicado de manera muy limitada antes.
Espero que disfruten de esta historia, la que dio origen a todo lo que he escrito hasta ahora
Los instintos de dragón de Spike han despertado y amenazan con consumirlo todo. ¿Podrá el joven asistente de Twilight controlarlos antes de lastimar a sus seres queridos?
Capitulo 1
Spoiler:
Capitulo 1
Instinto.
Era una sensación extraña, tantas emociones mezcladas: pena, ira consigo mismo, alegría, miedo, amor, todas en pocos minutos y en rápida sucesión. Pero la que más preocupaba a Spike era esa pequeña sensación… el deseo, la necesidad de tener más y más, cada vez más, hasta tenerlo todo.
El dragón púrpura y verde levantó su pequeña garra, comparándola con la marca que hacía solo unos cuantos minutos esa garra había creado en el suelo. Aun podía distinguir los restos del carro de flores que había aplastado hace unos momentos, pertenecía a una vieja pony, amiga de la abuela Smith, y él le había quitado su forma de ganarse la vida.
Y seguía ahí, el ansia, el hambre, la necesidad de tener cada vez mas…
Una voz lo sacó de su ensimismamiento, no solo una voz, era La Voz, esa hermosa y angelical voz.
Rarity, el amor de toda la vida de Spike, se acercó a él.
-¿Spike?, Solo quiero decirte lo orgullosa que estoy de ti.
El joven dragón volteó, incrédulo
-¿Orgullosa?, ¿De mi?
Rarity se acercó más.
-Sí, fuiste tú el que evitó que… bueno… tu mismo, destruyeras Ponyville. Eres mi héroe, Spikey-Wikey.
Los ojos del dragón se llenaron de lágrimas mientras la joven pony se acercaba y le plantaba sus labios en la mejilla. Más tarde Spike se retiró a la biblioteca de Ponyville a descansar, pero en sueños aun podía escuchar otra voz, una voz desagradable pero que se parecía mucho a la suya propia.
…Mas, Mas, Mas, tiene que ser mío, todo, todo…
Las semanas que siguieron fueron difíciles para Spike. Las labores de reconstrucción se llevaron a cabo rápidamente, organizadas por Twilight. Algunos soldados de Canterlot fueron enviados desde el castillo para ayudar, curiosamente no se trataban de los soldados de siempre, sino de la guardia nocturna de la princesa Luna, luciendo sus armaduras negras.
La mayoría de los ponies habían sido comprensivos con Spike, pero otros se mostraban realmente molestos con el hecho de que el joven dragón no recibiera castigo alguno o, peor aún, que se le permitiera seguir viviendo en Ponyville.
Este resentimiento era muy evidente para Spike, y solo hacía que su culpa fuera más grande, así como esa maldita sensación de vacío, la necesidad de tener. Pero todo se compensaba, porque en su mente se repetía una y otra vez el momento más aterrador y al mismo tiempo más hermoso de su vida, cuando, a punto de morir, intentó confesar sus sentimientos a su hermosa musa y esta, colocando gentilmente su delicada pezuña en sus labios le hizo callar y comprender que ella ya lo sabía y que… ¿tal vez?, eran correspondidos.
La misma Rarity se comportaba más cercana a él, más abierta, más amable, y luciendo ese magnífico collar en el que un rubí rojo fuego colgaba, el mismo rubí que él le había entregado como muestra de amor, el mismo rubí que había sido clave en su despertar.
Pero la voz, el hambre, el ansia seguían ahí, ocultos en algún rincón oscuro de su cuerpo y su mente amenazando con devorarlo todo, con hacer que él lo devorara todo.
...Mas, lo necesito, lo quiero, es mío, me pertenece...
Otra noche más sin poder dormir, dando vueltas en su pequeña cama mientras todo su ser le ordenaba recolectar lo que estuviera a su alcance, el miedo era mayor al deseo de descansar. La primera noche después del incidente apenas le pareció cerrar los ojos, cuando los abrió nuevamente, después de la media noche, ya no estaba en su cama, estaba en las estanterías, tratando de esconder los libros favoritos de Twilight en un agujero en el suelo.
Ahora no podía permitirse el lujo de bajar la guardia y dejar que el instinto lo dominara, no podía arriesgarse a cambiar de nuevo, lastimar a sus amigos, lastimar a Twilight… lastimar a Rarity.
Repentinamente tuvo otra sensación familiar, pero tenía algo diferente esta vez. Con una llama de su boca un pergamino apareció frente a él, pero… ¿Una llama y un pergamino negros?, tomó el mensaje y estuvo a punto de despertar a Twilight cuando notó una pequeña palabra en este: "Spike". Lleno de curiosidad lo desenrolló:
"Mi muy apreciado Spike el dragón.
Solicito vuestra presencia, excelentísimo asistente de la gran Twilight Sparkle, en el pequeño bosquecillo de robles que se encuentra al poniente del pueblo de Ponyville para tratar asuntos que conciernen a vuestras preocupaciones así como a vuestro futuro. Le espero a la tercera hora después del cenit lunar.
Atentamente
Vuestra etérea majestad, la princesa de la noche, emperatriz de las estrellas y gobernante de las revoluciones del astro de la noche.
Princesa Luna de Equestria"
El joven dragón salió de la biblioteca inmediatamente tratando de hacer la menor cantidad de ruido posible y se adentró en la fría noche. Spike conocía el bosque, pero no estaba muy seguro de que era el cenit lunar, así que corrió lo más rápido que sus piernas se lo permitían, ahora trataba de recuperar el aliento y daba gracias de poder generar llamas.
Un movimiento en los arbustos lo sobresaltó y vio surgir de estos un unicornio de color negro, ojos dorados y con varias cicatrices en el cuerpo, protegido con una armadura que parecía hecha de obsidiana con muchos adornos. El soldado le habló directamente mientras parecía examinarlo hasta el más mínimo detalle con sus ojos.
-Llegas tarde, dragón, su alteza te está esperando.
Con un movimiento de su cabeza el unicornio le indicó la dirección. Spike caminó, seguido muy de cerca por el poco amigable guardia, y se encontró en un claro. La princesa estaba sentada dándole la espalda, absorta en el cielo nocturno mientras que su crin semejante a una nebulosa obscura flotaba en la brisa nocturna. Giró la cabeza al escuchar los pasos y sonrió a Spike.
–Saludos, Joven dragón, me alegro de contar con el favor de vuestra presencia. Disculpad, ¿podríais dejarnos solos un momento por favor?
Al oír esto el unicornio realizó una reverencia, se dio la vuelta y, sin dejar de mirar amenazadoramente a Spike, regresó al lugar en el que se encontraba antes. Dos pegasos, con armaduras similares y alas que parecían de murciélago, salieron de entre los árboles y se alejaron.
La princesa Luna le indicó a Spike con un movimiento de la cabeza que se sentara a su lado, así lo hizo el dragón y durante varios minutos ambos permanecieron en silencio viendo el cielo nocturno, finalmente la princesa habló, sobresaltando un poco a Spike.
-Estoy al corriente de vuestra difícil situación, joven amigo mío, si me permitís llamaros de esa manera por supuesto. Es nuestro deseo ayudaros, como muestra de gratitud para vos y vuestra hermana Twilight Sparkle por todo lo que han hecho por Equestria y por mi persona.
En ese momento la princesa bajó la vista, su semblante sonriente cambió y pareció perderse en recuerdos lejanos.
–Y porque sé que es la culpa… y que es tener la oscuridad en vuestro interior tratando de arrastrarte a lugares a los que no deseáis volver.
Luna se levantó y caminó un poco, regresando su vista al cielo, enfocándose en la luna, que fue su prisión durante mil años.
–Esto que os voy a comunicar es un secreto que solo mi querida hermana conoce. Ella sigue dentro de mí, Nightmare Moon aun existe, aun trata de controlarme, es parte de mí. Como vuestra avaricia es parte de vos por ser un dragón y tanto Nightmare Moon como esta avaricia nos seguirán por siempre sin importar lo que hagamos.
Spike se sintió destrozado y no tuvo fuerza para mantener una posición erguida, tenía la esperanza de que la princesa usara su magia para "curarlo" de alguna manera. Le pareció escuchar de nuevo, ahora más fuerte que nunca, esa voz dentro de él. La voz que lo urgía a tomar todo lo que se encontraba a su alrededor… y ‘ocuparse’ de quien se atreviera a oponerse a su justo derecho.
Sintió una pezuña en su barbilla que levantó amablemente su cabeza. Los ojos del dragón se encontraron con la mirada siempre melancólica de la princesa de la noche, una sensación de paz y esperanza comenzó a inundarlo a medida que la sonrisa de la princesa se volvía más grande.
–Tenéis que enfocaros, mi joven amigo, enfocar esos deseos, esa energía que amenaza con dominarte. Yo me concentro en el amor de mi hermana, el amor de mis queridos súbditos, en cumplir mi deber para con ellos y crear hermosas noches que cobijen sus ensoñaciones o exciten su sentido de la maravilla y su curiosidad.
La princesa de la noche se sentó de nuevo junto al dragón y lo cobijó con un ala mientras ambos contemplaban las estrellas de nuevo.
-El amor, cualquier tipo de amor, es una fuerza asombrosa. Pero sé que no te estoy diciendo nada que vos mismo no sepáis. ¿Acaso no tenéis algo así en vuestra vida?, ¿un amor al cual dedicar vuestras energías?
Spike se llevó una garra a la mejilla, donde aun le parecía sentir la tibieza de un par de labios y por alguna razón le llegaban a la memoria recuerdos de un delicado aroma similar al de las violetas y se hizo una promesa a sí mismo.
-Míos, tienen que ser todos míos, solo para mi… sus sonrisas, sus besos, sus caricias, serán míos todas ellos, yo me las ganare.
Mientras el dragón regresaba lentamente a el pequeño pueblo uno de los pegasos nocturnos, blanco y de gran tamaño, se acercó al unicornio negro y lo observaron alejarse.
-Sabes que si lo que le dijo la princesa a ese tonto no funciona se volverá un problema, un problema del que nosotros tendremos que encargarnos.
El unicornio asintió.
-Funcionará, tengo la sensación de que el pequeño es más fuerte de lo que aparenta.
Instinto.
Era una sensación extraña, tantas emociones mezcladas: pena, ira consigo mismo, alegría, miedo, amor, todas en pocos minutos y en rápida sucesión. Pero la que más preocupaba a Spike era esa pequeña sensación… el deseo, la necesidad de tener más y más, cada vez más, hasta tenerlo todo.
El dragón púrpura y verde levantó su pequeña garra, comparándola con la marca que hacía solo unos cuantos minutos esa garra había creado en el suelo. Aun podía distinguir los restos del carro de flores que había aplastado hace unos momentos, pertenecía a una vieja pony, amiga de la abuela Smith, y él le había quitado su forma de ganarse la vida.
Y seguía ahí, el ansia, el hambre, la necesidad de tener cada vez mas…
Una voz lo sacó de su ensimismamiento, no solo una voz, era La Voz, esa hermosa y angelical voz.
Rarity, el amor de toda la vida de Spike, se acercó a él.
-¿Spike?, Solo quiero decirte lo orgullosa que estoy de ti.
El joven dragón volteó, incrédulo
-¿Orgullosa?, ¿De mi?
Rarity se acercó más.
-Sí, fuiste tú el que evitó que… bueno… tu mismo, destruyeras Ponyville. Eres mi héroe, Spikey-Wikey.
Los ojos del dragón se llenaron de lágrimas mientras la joven pony se acercaba y le plantaba sus labios en la mejilla. Más tarde Spike se retiró a la biblioteca de Ponyville a descansar, pero en sueños aun podía escuchar otra voz, una voz desagradable pero que se parecía mucho a la suya propia.
…Mas, Mas, Mas, tiene que ser mío, todo, todo…
Las semanas que siguieron fueron difíciles para Spike. Las labores de reconstrucción se llevaron a cabo rápidamente, organizadas por Twilight. Algunos soldados de Canterlot fueron enviados desde el castillo para ayudar, curiosamente no se trataban de los soldados de siempre, sino de la guardia nocturna de la princesa Luna, luciendo sus armaduras negras.
La mayoría de los ponies habían sido comprensivos con Spike, pero otros se mostraban realmente molestos con el hecho de que el joven dragón no recibiera castigo alguno o, peor aún, que se le permitiera seguir viviendo en Ponyville.
Este resentimiento era muy evidente para Spike, y solo hacía que su culpa fuera más grande, así como esa maldita sensación de vacío, la necesidad de tener. Pero todo se compensaba, porque en su mente se repetía una y otra vez el momento más aterrador y al mismo tiempo más hermoso de su vida, cuando, a punto de morir, intentó confesar sus sentimientos a su hermosa musa y esta, colocando gentilmente su delicada pezuña en sus labios le hizo callar y comprender que ella ya lo sabía y que… ¿tal vez?, eran correspondidos.
La misma Rarity se comportaba más cercana a él, más abierta, más amable, y luciendo ese magnífico collar en el que un rubí rojo fuego colgaba, el mismo rubí que él le había entregado como muestra de amor, el mismo rubí que había sido clave en su despertar.
Pero la voz, el hambre, el ansia seguían ahí, ocultos en algún rincón oscuro de su cuerpo y su mente amenazando con devorarlo todo, con hacer que él lo devorara todo.
...Mas, lo necesito, lo quiero, es mío, me pertenece...
Otra noche más sin poder dormir, dando vueltas en su pequeña cama mientras todo su ser le ordenaba recolectar lo que estuviera a su alcance, el miedo era mayor al deseo de descansar. La primera noche después del incidente apenas le pareció cerrar los ojos, cuando los abrió nuevamente, después de la media noche, ya no estaba en su cama, estaba en las estanterías, tratando de esconder los libros favoritos de Twilight en un agujero en el suelo.
Ahora no podía permitirse el lujo de bajar la guardia y dejar que el instinto lo dominara, no podía arriesgarse a cambiar de nuevo, lastimar a sus amigos, lastimar a Twilight… lastimar a Rarity.
Repentinamente tuvo otra sensación familiar, pero tenía algo diferente esta vez. Con una llama de su boca un pergamino apareció frente a él, pero… ¿Una llama y un pergamino negros?, tomó el mensaje y estuvo a punto de despertar a Twilight cuando notó una pequeña palabra en este: "Spike". Lleno de curiosidad lo desenrolló:
"Mi muy apreciado Spike el dragón.
Solicito vuestra presencia, excelentísimo asistente de la gran Twilight Sparkle, en el pequeño bosquecillo de robles que se encuentra al poniente del pueblo de Ponyville para tratar asuntos que conciernen a vuestras preocupaciones así como a vuestro futuro. Le espero a la tercera hora después del cenit lunar.
Atentamente
Vuestra etérea majestad, la princesa de la noche, emperatriz de las estrellas y gobernante de las revoluciones del astro de la noche.
Princesa Luna de Equestria"
El joven dragón salió de la biblioteca inmediatamente tratando de hacer la menor cantidad de ruido posible y se adentró en la fría noche. Spike conocía el bosque, pero no estaba muy seguro de que era el cenit lunar, así que corrió lo más rápido que sus piernas se lo permitían, ahora trataba de recuperar el aliento y daba gracias de poder generar llamas.
Un movimiento en los arbustos lo sobresaltó y vio surgir de estos un unicornio de color negro, ojos dorados y con varias cicatrices en el cuerpo, protegido con una armadura que parecía hecha de obsidiana con muchos adornos. El soldado le habló directamente mientras parecía examinarlo hasta el más mínimo detalle con sus ojos.
-Llegas tarde, dragón, su alteza te está esperando.
Con un movimiento de su cabeza el unicornio le indicó la dirección. Spike caminó, seguido muy de cerca por el poco amigable guardia, y se encontró en un claro. La princesa estaba sentada dándole la espalda, absorta en el cielo nocturno mientras que su crin semejante a una nebulosa obscura flotaba en la brisa nocturna. Giró la cabeza al escuchar los pasos y sonrió a Spike.
–Saludos, Joven dragón, me alegro de contar con el favor de vuestra presencia. Disculpad, ¿podríais dejarnos solos un momento por favor?
Al oír esto el unicornio realizó una reverencia, se dio la vuelta y, sin dejar de mirar amenazadoramente a Spike, regresó al lugar en el que se encontraba antes. Dos pegasos, con armaduras similares y alas que parecían de murciélago, salieron de entre los árboles y se alejaron.
La princesa Luna le indicó a Spike con un movimiento de la cabeza que se sentara a su lado, así lo hizo el dragón y durante varios minutos ambos permanecieron en silencio viendo el cielo nocturno, finalmente la princesa habló, sobresaltando un poco a Spike.
-Estoy al corriente de vuestra difícil situación, joven amigo mío, si me permitís llamaros de esa manera por supuesto. Es nuestro deseo ayudaros, como muestra de gratitud para vos y vuestra hermana Twilight Sparkle por todo lo que han hecho por Equestria y por mi persona.
En ese momento la princesa bajó la vista, su semblante sonriente cambió y pareció perderse en recuerdos lejanos.
–Y porque sé que es la culpa… y que es tener la oscuridad en vuestro interior tratando de arrastrarte a lugares a los que no deseáis volver.
Luna se levantó y caminó un poco, regresando su vista al cielo, enfocándose en la luna, que fue su prisión durante mil años.
–Esto que os voy a comunicar es un secreto que solo mi querida hermana conoce. Ella sigue dentro de mí, Nightmare Moon aun existe, aun trata de controlarme, es parte de mí. Como vuestra avaricia es parte de vos por ser un dragón y tanto Nightmare Moon como esta avaricia nos seguirán por siempre sin importar lo que hagamos.
Spike se sintió destrozado y no tuvo fuerza para mantener una posición erguida, tenía la esperanza de que la princesa usara su magia para "curarlo" de alguna manera. Le pareció escuchar de nuevo, ahora más fuerte que nunca, esa voz dentro de él. La voz que lo urgía a tomar todo lo que se encontraba a su alrededor… y ‘ocuparse’ de quien se atreviera a oponerse a su justo derecho.
Sintió una pezuña en su barbilla que levantó amablemente su cabeza. Los ojos del dragón se encontraron con la mirada siempre melancólica de la princesa de la noche, una sensación de paz y esperanza comenzó a inundarlo a medida que la sonrisa de la princesa se volvía más grande.
–Tenéis que enfocaros, mi joven amigo, enfocar esos deseos, esa energía que amenaza con dominarte. Yo me concentro en el amor de mi hermana, el amor de mis queridos súbditos, en cumplir mi deber para con ellos y crear hermosas noches que cobijen sus ensoñaciones o exciten su sentido de la maravilla y su curiosidad.
La princesa de la noche se sentó de nuevo junto al dragón y lo cobijó con un ala mientras ambos contemplaban las estrellas de nuevo.
-El amor, cualquier tipo de amor, es una fuerza asombrosa. Pero sé que no te estoy diciendo nada que vos mismo no sepáis. ¿Acaso no tenéis algo así en vuestra vida?, ¿un amor al cual dedicar vuestras energías?
Spike se llevó una garra a la mejilla, donde aun le parecía sentir la tibieza de un par de labios y por alguna razón le llegaban a la memoria recuerdos de un delicado aroma similar al de las violetas y se hizo una promesa a sí mismo.
-Míos, tienen que ser todos míos, solo para mi… sus sonrisas, sus besos, sus caricias, serán míos todas ellos, yo me las ganare.
Mientras el dragón regresaba lentamente a el pequeño pueblo uno de los pegasos nocturnos, blanco y de gran tamaño, se acercó al unicornio negro y lo observaron alejarse.
-Sabes que si lo que le dijo la princesa a ese tonto no funciona se volverá un problema, un problema del que nosotros tendremos que encargarnos.
El unicornio asintió.
-Funcionará, tengo la sensación de que el pequeño es más fuerte de lo que aparenta.
Capitulo 2: viewtopic.php?f=11&t=4011&p=165721#p165721
Capitulo 3: viewtopic.php?f=11&t=4011&p=167677#p167677
Capitulo 4: viewtopic.php?f=11&t=4011&p=170850#p170850
Capitulo 5; viewtopic.php?f=11&t=4011&p=172456#p172456
Capitulo 6: viewtopic.php?f=11&t=4011&p=173160#p173160
Capitulo 7 y epilogo: viewtopic.php?f=11&t=4011&p=173467#p173467