Spoiler:
El cementerio de Ponyville estaba silencioso como siempre, la poca actividad era normal, pero ese día estaba un poco más lleno que de costumbre. Nueve ponies se encontraban reunidos allí, mirando a dos lápidas que estaban prácticamente juntas.
—”Aquí yacen Shade Shaw y Shine Shaw. Grandes hermanas y amigas. Nunca te olvidaremos”—El pegaso verde sentía incertidumbre, estaba derrumbado, aún no podía creer que esto hubiese ocurrido. El resto de mercenarios contemplaban tristes la escena. Si bien estaban apenados por la marcha de dos de sus grandes compañeras, ver a uno de los miembros más queridos del grupo tan hundido les partía el alma.
—¿Cuando llegarán?—susurró Many Faces, mientras se ocultaba la cara con su sombrero.
—Vendrán lo más pronto que puedan, están en Canterlot, ya sabes...asuntos oficiales—murmuró Big Gun, observando su sandwich con desdén.
—Aún no me puedo creer que esto haya pasado...—Green no pudo contenerse más y comenzó a llorar, siendo abrazado por Fast Runner, reconfortándolo.
—Es sin duda una gran tragedia...—comentó Rocket Storm, quitándose el casco en señal de respeto—pero siempre hay pérdidas en la guerra…
—¡Idiota! ¡No murieron en ninguna guerra!—respondió Black Explosion, borracho más que nunca, tirado en el suelo.
—¡Tú a callar! ¡Borracho!—contestó Rocket, agresivo, amenazando con empezar una pelea.
—¿Quereis callaros ya? ¡Vais a deprimir más a Green!—exclamó Mad Fire, acariciando la melena de Green, aun llorando.
—Creo que deberíamos dejarle solo...necesita desahogarse...—Longshot estaba apartado como siempre, decaído tambien.
—Sí...por favor...necesito estar un rato con ellas...—Green murmuró, liberándose del abrazo de Runner y secándose las lágrimas. Los mercenarios se miraron entre ellos, para luego asentir e irse, dejando solo al pegaso verde—¿Quien...iba a decir que...esto fuese a acabar así? Creí que ahora...seríamos felices los tres juntos…. No he podido de disfrutar el tiempo con vosotras...desde que nos separaron...he deseado con estar juntos mucho tiempo...y cuando volvisteis...pensé que íbamos a recuperar el tiempo perdido pero...no nos dio tiempo...maldita sea….maldita sea...—Green se volvió a derrumbar, cayendo llorando al suelo, entre las dos lápidas.
Tiempo ha pasado desde aquel funeral. La vida de los mercenarios seguía igual que siempre. Excepto la de Greenshy, desde el momento en el que sus dos hermanas se fueron, no volvió a ser el mismo. La depresión y la pena le consumían por dentro, apenas comía y no ha vuelto a sonreir desde entonces. Sus compañeros y amigos estaban bastantes preocupados con él, pero nadie conseguía hacerle feliz, ni siquiera Pinkie, a la que Greenshy temía, pudo provocar una pieza de entusiasmo en él, ni siquiera miedo. Ese día, no solo murieron dos ponies, si no también, el espíritu del pegaso verde.
Hoy era otro día más en el continuo vivir de Greenshy. El aspecto de este estaba peor que nunca, parecía como si dentro de poco fuese a enfermar de gravedad, cosa que no sería extraña debido a su desganez a la hora de comer. También lucía unas notables ojeras, provocada por las continuas pesadillas que tenía. Como todas las tardes, se dirigió hacia el cementerio a, como siempre, hablarle a sus hermanas.
—Buenas tardes hermanitas…¿como os irá por donde quiera que esteis? Yo...sigo como siempre...Heal ya ha detectado varios problemas leves en mi organismo debido a la falta de nutrientes en mi cuerpo...pero simplemente no tengo ganas de comer...hoy incluso ha venido Pinkie a verme, intentando otra vez animarme, sin éxito...lo siento por ella, sé que intenta lo mejor y...se lo agradezco pero...simplemente no puedo…
—Es un poco triste, ¿no crees?—comentó una dulce voz a espaldas de Greenshy, que hizo que el pegaso se girase desganado. La figura era una pony hembra de pelaje azul, con la melena rojiza. Green no pudo observar su Cutie Mark, aunque tampoco era un tema que le interesase mucho ahora mismo.
—¿A qué te refieres?—preguntó desganado, mirando a los ojos verdes de la pony.
—A tu actitud—respondió severa—tienes a un montón de ponies que te quieren y te apoyan, y se preocupan por tí. ¿Como se lo agradeces? ¡Destruyendote a tí mismo!
—Yo se lo agradezco pero, sencillamente no tengo ganas de nada...—Greenshy agacho la cabeza y se giró de nuevo hacia las tumbas, suspirando.
—¿Crees que ellas son felices?
—Supongo que sí...donde quieran que estén…
—Te equivocas—respondió, semiabrazando a Green, gesto que no entendió, pero tampoco hizo nada por impedirlo.
—¿A que te refieres?—preguntó confundido, mirando el suelo.
—Green, querido, son tus hermanas. Imagínate que te estuviesen observando, ¿tu crees que a ellas les gustaría que estuvieses así? ¡Mirate! ¡Si pareciese que pronto fueras a palmarla tu también!
—Quizá sea lo mejor...quizá así pueda estar con ellas…-Green no pudo continuar más ya que la yegua le propinó un golpe de coz en su mejilla, haciendo que el pegaso se frotase la zona adolorido y la mirase con ligera tristeza.
—Nunca jamás vuelvas a decir eso, ¿me entiendes? Mira Green, no eres el único que ha perdido a seres queridos, ¿sabes? Muchos ponies han perdido a familiares y han seguido adelante. No porque no les importase la vida perdida, si no porque ellos sabían que lo mejor para superarlo era mirar hacia delante, sonreír y apoyarse en sus seres queridos. Green, a ti de eso no te falta. Tienes a un montón de gente que te apoya, y creo sinceramente que deberías dejar de preocuparlos—terminó de decir, el rostro de Green permaneció igual durante unos segundos, hasta que comenzó a llorar de nuevo.
—Y...yo…¡lo siento tanto! N...no me había dado cuenta hasta ahora del verdadero daño que les estaba haciendo...soy...soy…¡soy un idiota...!—la yegua tan solo abrazó a Green
—Tranquiiiilo Greeny, estoy aquí, desahogate, luego te disculpas con tus amigos y todo arreglado. Y come algo, estás muy delgado…
—G...gracias...e...espera un momento…¡¿quién eres tú?!—preguntó alterado, sin haberse dado cuenta hasta ahora de que no conocía a la pony.
—Lina, Lina Harver. Sois conocidos por Ponyville, de ahí que sepa tu nombre y...cuando me enteré...bueno, yo también me preocupe por tí. Te empece a seguir y bueno...hoy me decidí a hablarte…
—Y...ya veo...—Greenshy miró hacia el suelo, sin saber que hacer
—Volvamos al pueblo, tus amigos deben de estar preocupados...e intenta ser feliz, ¿sí? No quiero ver una cara triste más en ese rostro, ¿vale?
Greenshy dudó un poco, pero sonrió tímidamente, haciendo que Lina lo volviese a abrazar. Tras ese abrazo, al que Greenshy correspondió tímidamente, volvieron al pueblo, sin saber que dos yeguas espectrales estaban observandolos con una sonrisa en su rostro, para luego desaparecer.
—”Aquí yacen Shade Shaw y Shine Shaw. Grandes hermanas y amigas. Nunca te olvidaremos”—El pegaso verde sentía incertidumbre, estaba derrumbado, aún no podía creer que esto hubiese ocurrido. El resto de mercenarios contemplaban tristes la escena. Si bien estaban apenados por la marcha de dos de sus grandes compañeras, ver a uno de los miembros más queridos del grupo tan hundido les partía el alma.
—¿Cuando llegarán?—susurró Many Faces, mientras se ocultaba la cara con su sombrero.
—Vendrán lo más pronto que puedan, están en Canterlot, ya sabes...asuntos oficiales—murmuró Big Gun, observando su sandwich con desdén.
—Aún no me puedo creer que esto haya pasado...—Green no pudo contenerse más y comenzó a llorar, siendo abrazado por Fast Runner, reconfortándolo.
—Es sin duda una gran tragedia...—comentó Rocket Storm, quitándose el casco en señal de respeto—pero siempre hay pérdidas en la guerra…
—¡Idiota! ¡No murieron en ninguna guerra!—respondió Black Explosion, borracho más que nunca, tirado en el suelo.
—¡Tú a callar! ¡Borracho!—contestó Rocket, agresivo, amenazando con empezar una pelea.
—¿Quereis callaros ya? ¡Vais a deprimir más a Green!—exclamó Mad Fire, acariciando la melena de Green, aun llorando.
—Creo que deberíamos dejarle solo...necesita desahogarse...—Longshot estaba apartado como siempre, decaído tambien.
—Sí...por favor...necesito estar un rato con ellas...—Green murmuró, liberándose del abrazo de Runner y secándose las lágrimas. Los mercenarios se miraron entre ellos, para luego asentir e irse, dejando solo al pegaso verde—¿Quien...iba a decir que...esto fuese a acabar así? Creí que ahora...seríamos felices los tres juntos…. No he podido de disfrutar el tiempo con vosotras...desde que nos separaron...he deseado con estar juntos mucho tiempo...y cuando volvisteis...pensé que íbamos a recuperar el tiempo perdido pero...no nos dio tiempo...maldita sea….maldita sea...—Green se volvió a derrumbar, cayendo llorando al suelo, entre las dos lápidas.
Tiempo ha pasado desde aquel funeral. La vida de los mercenarios seguía igual que siempre. Excepto la de Greenshy, desde el momento en el que sus dos hermanas se fueron, no volvió a ser el mismo. La depresión y la pena le consumían por dentro, apenas comía y no ha vuelto a sonreir desde entonces. Sus compañeros y amigos estaban bastantes preocupados con él, pero nadie conseguía hacerle feliz, ni siquiera Pinkie, a la que Greenshy temía, pudo provocar una pieza de entusiasmo en él, ni siquiera miedo. Ese día, no solo murieron dos ponies, si no también, el espíritu del pegaso verde.
Hoy era otro día más en el continuo vivir de Greenshy. El aspecto de este estaba peor que nunca, parecía como si dentro de poco fuese a enfermar de gravedad, cosa que no sería extraña debido a su desganez a la hora de comer. También lucía unas notables ojeras, provocada por las continuas pesadillas que tenía. Como todas las tardes, se dirigió hacia el cementerio a, como siempre, hablarle a sus hermanas.
—Buenas tardes hermanitas…¿como os irá por donde quiera que esteis? Yo...sigo como siempre...Heal ya ha detectado varios problemas leves en mi organismo debido a la falta de nutrientes en mi cuerpo...pero simplemente no tengo ganas de comer...hoy incluso ha venido Pinkie a verme, intentando otra vez animarme, sin éxito...lo siento por ella, sé que intenta lo mejor y...se lo agradezco pero...simplemente no puedo…
—Es un poco triste, ¿no crees?—comentó una dulce voz a espaldas de Greenshy, que hizo que el pegaso se girase desganado. La figura era una pony hembra de pelaje azul, con la melena rojiza. Green no pudo observar su Cutie Mark, aunque tampoco era un tema que le interesase mucho ahora mismo.
—¿A qué te refieres?—preguntó desganado, mirando a los ojos verdes de la pony.
—A tu actitud—respondió severa—tienes a un montón de ponies que te quieren y te apoyan, y se preocupan por tí. ¿Como se lo agradeces? ¡Destruyendote a tí mismo!
—Yo se lo agradezco pero, sencillamente no tengo ganas de nada...—Greenshy agacho la cabeza y se giró de nuevo hacia las tumbas, suspirando.
—¿Crees que ellas son felices?
—Supongo que sí...donde quieran que estén…
—Te equivocas—respondió, semiabrazando a Green, gesto que no entendió, pero tampoco hizo nada por impedirlo.
—¿A que te refieres?—preguntó confundido, mirando el suelo.
—Green, querido, son tus hermanas. Imagínate que te estuviesen observando, ¿tu crees que a ellas les gustaría que estuvieses así? ¡Mirate! ¡Si pareciese que pronto fueras a palmarla tu también!
—Quizá sea lo mejor...quizá así pueda estar con ellas…-Green no pudo continuar más ya que la yegua le propinó un golpe de coz en su mejilla, haciendo que el pegaso se frotase la zona adolorido y la mirase con ligera tristeza.
—Nunca jamás vuelvas a decir eso, ¿me entiendes? Mira Green, no eres el único que ha perdido a seres queridos, ¿sabes? Muchos ponies han perdido a familiares y han seguido adelante. No porque no les importase la vida perdida, si no porque ellos sabían que lo mejor para superarlo era mirar hacia delante, sonreír y apoyarse en sus seres queridos. Green, a ti de eso no te falta. Tienes a un montón de gente que te apoya, y creo sinceramente que deberías dejar de preocuparlos—terminó de decir, el rostro de Green permaneció igual durante unos segundos, hasta que comenzó a llorar de nuevo.
—Y...yo…¡lo siento tanto! N...no me había dado cuenta hasta ahora del verdadero daño que les estaba haciendo...soy...soy…¡soy un idiota...!—la yegua tan solo abrazó a Green
—Tranquiiiilo Greeny, estoy aquí, desahogate, luego te disculpas con tus amigos y todo arreglado. Y come algo, estás muy delgado…
—G...gracias...e...espera un momento…¡¿quién eres tú?!—preguntó alterado, sin haberse dado cuenta hasta ahora de que no conocía a la pony.
—Lina, Lina Harver. Sois conocidos por Ponyville, de ahí que sepa tu nombre y...cuando me enteré...bueno, yo también me preocupe por tí. Te empece a seguir y bueno...hoy me decidí a hablarte…
—Y...ya veo...—Greenshy miró hacia el suelo, sin saber que hacer
—Volvamos al pueblo, tus amigos deben de estar preocupados...e intenta ser feliz, ¿sí? No quiero ver una cara triste más en ese rostro, ¿vale?
Greenshy dudó un poco, pero sonrió tímidamente, haciendo que Lina lo volviese a abrazar. Tras ese abrazo, al que Greenshy correspondió tímidamente, volvieron al pueblo, sin saber que dos yeguas espectrales estaban observandolos con una sonrisa en su rostro, para luego desaparecer.
Aclariciones después de leer:
-Está historia se resume en que ya conoces a los nueve mercenarios, por eso no se describen.
-Está historia está hecha para cerrar un capítulo de mi vida que debería haber cerrado hace casi un año (Quien me conozca, sabrá a lo que me refiero)
-Sé que hay un montón de tópicos, pero i don´t care (?
-Este fic sirve de escusa también para presentar a mi nuevo OC, que más o menos tendrá una función fraternal para Greenshy.
-Ya sabeis, opiniones, consejos y sugerencias con educación~