Dejare la historia en Spoiler para que la leais a gusto. He dejado un enlace a youtube a un video de banda sonora, en caso para aquellos que les guste escuchar algo mientras leen, si preferis leer en silencio y tranquilos, ignorad el enlace.
https://www.youtube.com/watch?v=E6Dr_FzouP4
Sin mas que decir os dejo la historia aqui puesta, espero que os guste, un saludo. Esta historia según veo podria decirse que es del tipo "Oscuro"
Spoiler:
La ascensión de la reina (Parte 1)
Muchos han sido los reinos que he visto caer, muchas han sido las almas corrompidas por el querer y yo desde la podrida profundidad pienso en ella cada segundo.
Cuan bella era, cual grande era su corazón, puro su espíritu y aun así víctima del capricho. Supongo que todo es posible cuando algo tan poderoso corrompe tu mente y eres una mera marioneta de la obsesión.Tratas de esforzarte en conseguir lo que más quieres y te das cuenta, aunque tarde que algo ajeno a ti ha tomado el control.
Años pasados un gran reino se alzaba al suroeste de Equestria, gobernado por una reina hermosa. El cielo de su crin, el frondoso verde de sus ojos….arrebatadores. Un calor agradable se desprendía de ella. Contemplar el blanco de su pelo y el suave tono de sus alas y su cuerno. Pero por mucha belleza que una musa puede tener en su interior podría no estar el amor que un semental buscara.
La reina humilde amaba con locura al legítimo rey, pero él había depositado sus ojos en otra yegua, cuyo corazón y hermosura había captado el interés del monarca.
La reina aunque ignorante un tiempo logró saber finalmente de la relación del rey con aquella dama, hija de un reconocido duque. La envidia empezó a corroer a la reina y presa del miedo a perder a su preciado rey, decidió hacer lo que fuera necesario y mantenerle con ella.
A pesar de estar dotada de gracia y belleza, la reina quiso sobrepasar sus límites. Con la ayuda de su consejero logró acceder a los archivos secretos del castillo. Sin rumbo deambuló en busca de una solución entre las viejas hojas de los tomos antiguos que durante siglos han permanecido entre los muros del castillo. Aun no siendo diestra en las artes mágicas la reina cada noche bajo la luz de su farol leía los libros con hechizos y métodos para conseguir su objetivo: obtener el poder y la belleza necesaria para agarrar el pálpito de su gobernante.
Descubrió conjuros de sanación, poderosos hechizos, métodos naturales que aumentaban la belleza corporal e incluso prácticas prohibidas con el veneno que mantenían efectos milagrosos en el cuerpo.
Pero con el paso de los días la reina dudaba de sus acciones, pero ese bloqueo se desvanecía con cada noche cuando notaba el frio distanciamiento del rey, como con cada amanecer su amor, que aunque falso, ahora era como un puñal clavado en el pecho. Su guardia personal y muchos de los amados súbditos que adoraban a la reina le habían hecho saber cómo el monarca visitaba a la dichosa hija del duque cada mañana cuando o bien la amada reina yacía dormida o bien se quedaba tranquila cuando su rey le mentía al decirle que iría a dar un paseo matinal por las afueras o ir al mercado por interesarse por sus súbditos.
La confianza que la ocupante del trono tenía en su ideal, paulatinamente se convirtió en rechazo y resentimiento. Otra razón más para impulsarse a indagar en los antiguos libros de su reino solo que el sentimiento de anhelar al rey se tornaba más en odio hacia él y hacia la fulana que para ella había robado lo que ella más deseaba.
Días más tarde llegó a la práctica: Su cuerno brillaba con verde intenso y ejecutaba los hechizos que había memorizado. Ordenaba a sus más confiados servidores que buscaran los ingredientes que ella necesitaba sin el conocimiento del monarca. Preparaba sus pócimas, sus inscripciones y efectivamente los efectos eran milagrosos, su piel se volvía mas sedosa, su pelaje más brillante y suave, sus ojos adquirían un color más atractivo…
Ahora su belleza resaltaba aún más. Contenta de sus resultados, esperaba que el rey pudiera corresponderle como debía y así reprimirle por lo que había hecho. No obstante antes de comprobar sus gloriosos hechos su consejero, quien fue por siempre el más fiel le advirtió una cosa:
“Majestad…siento deciros que por mucha belleza que poseáis, es probable que…no halléis el amor que buscáis.”
La reina le pregunto por lo que ella consideró una estupidez.
“¿Que amor puede haber en una relación cuya única importancia es la belleza? El rey no os merece su alteza…”
“Puede ser, pero estoy segura mi leal consejero de que de esta forma el rey volverá a amarme, lo único que me faltaba era la belleza…”
Ella se dirigió a los aposentos del rey tajante y en la soledad el consejero susurró:
“¿Cómo va a ser belleza lo que os falta si sois la criatura más hermosa del reino y más allá?”
Pero a pesar de ello, el rey no le hizo caso…recibió algún otro beso y halago. Pero no lo que ella buscaba en su amado: amor…
Pasaron aún más días en los que el rey salía al encuentro de su amante. La reina cayó con el tiempo presa de una obsesión por lograr captar la atención del unicornio monarca. Pasaba horas leyendo los libros, pasando hojas y asimilando información y magia. Aun así su guardia personal y aquellos que la querían la apoyaban con su plan, el consejero en cambio no estaba de acuerdo. Veía que al cabo casi de un mes la salud de la reina menguaba a cambio de que su poder y belleza gracias a los hechizos y remedios de tierras extrañas aumentaban.
Una noche su dama de compañía vio que su aspecto había cambiado…vio que el cuerno de la reina se había retorcido ligeramente de forma extraña y sus alas perdían algunas plumas…Esta aviso al consejero, quien inquieto ante la situación habló con ella.
“Majestad… ¿debéis continuar con esto?”
Ella respondió de forma agresiva.
“Hasta que no consiga lo que deseo, haré lo que este en mi casco…y nada me detendrá”
El consejero vestido en sus ropas elegantes tembló al notar algo oscuro en la voz de la reina.
“¿Majestad…yo…yo…que os ocurre?”
La alicornio de blanco pelaje sonrió…
“Oh, perdóname… Wise advice, pensaba en voz alta. No pretendía asustarte”
Testigo de cómo la locura se apoderaba de su reina, él y pocos más que permanecían intranquilos fueron a ver al rey.
Le explicaron la situación…El gobernante ya había sospechado de la obsesión de la reina, pero confesó que sentía miedo a cuál sería la posible reacción si la rechazaba. Resultó que no la quería después de todo. Solo fue atraído por ella debido a su aspecto…su corazón y alma no estaba en los planes del rey.
¿Pero qué sería de ella entonces? ¿Qué ocurriría si el rey confiesa que después de todo ha sido un objeto, una equivocación?
El monarca se sentía fatal…había cometido un error, por culpa de su absurdo miedo y su capricho a otra poni ahora resultaba que la reina, nacida de familia pobre iba a sufrir aún más de la locura cuando supiera de los auténticos sentimientos del rey.
El pueblo que pensaba que estaba gravemente enferma, al igual que muchos sirvientes y guardias del castillo, les apenaba verla así…encerrada en sus pensamientos por conseguir algo que jamás llegaría a alcanzar: el amor del rey.
La misma noche que los sirvientes advirtieron a su feudal, este intentó hablar con su esposa. Sin duda ella había cambiado su aspecto. Era como otra forma de belleza, algo más…oscuro.
Le confesó todo: su interés por la hija del duque, el error que había cometido…su miedo y su tremendo crimen contra ella…
“¿Entonces…es cierto? ¿No…no me amáis? ¿A pesar de mi esfuerzo…?”
El tan solo negó con la cabeza y en su alteza, la reina, comenzó a surgir en su mente un brote conflictivo de sentimientos y pensamientos. Miedo…Tristeza…rechazo… Muchas más cosas, pero al final guiada por lo absurdo y el instinto lo que realmente afloró en ella fue la ira y el odio.
Empleó la magia que había logrado obtener para desahogarse con el rey…lo levitó con sus poderes y lo estrelló contra las paredes. Le quemó con un trazo intenso de su magia de verde vivo y lo hirió con su rayo emanate de su cuerno.
Los gritos de auxilio del rey alertaron a los guardias de su majestad. Trataron de detenerla, encadenarla…pero la furia de la alicornio era temible y logró causar muchos daños, pero terminó apresada y con su magia anulada. El monarca al que tanto había deseado ahora estaba desfigurado, herido y enfadado.
Ordenó de inmediato su exilio y vio así una oportunidad perfecta para deshacerse de ella y poder casarse y nombrar reina a su amante. No obstante la guardia personal de la soberana y sus más leales súbditos se impusieron contra aquella crueldad. El exilio suponía la muerte… ¿quién sobreviviría más allá en las tierras baldías?
Pero por otro lado tenía en cierto modo razón…ella podría haberle matado, pero creyeron que tan solo quería darle una lección, no podían ver a su querida majestad capaz de semejante acto. Además de que el rey después de todo aunque con buenas intenciones solo quería satisfacer su deseo de expulsarla y casarse con otra poni.
En seguido, sus leales seguidores continuaron coherentes al corazón de la reina y por orden legítima de su majestad fueron exiliados junto con ella. Para que no escapara lanzaron un conjuro de anulación al cuerno de la alicornio de pelaje turquesa.
Como era lógico se resistieron al igual que su bella alteza, pero fue en vano.
El pueblo no hizo nada…de hecho, según sé les hizo creer, la reina había muerto, cuando en secreto ella y su guardia, junto con algunos servidores más fueron enviados lejos….muy lejos hacia el sur, cerca del Desierto San Palomino, en unas tierras secas, marchitas y oscuras.
Fueron arrojados a las fauces del abismo en una gran grieta. Allí permanecieron horas sin agua ni alimento. Dejados a su suerte… Pero ese pequeño tiempo fue suficiente para que los sentimientos de la reina se organizaran y su odio empoderó su magia…tanto que al final su conjuro de anulación fue quebrado al fin.
Ayudó a los suyos a escapar…entre ellos se encontraba su leal consejero que a pesar de su miedo por cómo se había transformado la reina, él le entrego algo muy preciado que el exilio no podía quitarle…su corona. Todos se arrodillaron y recordaron cual buena fue la voluntad de la reina y el juramento que habían hecho de servirla incluso en la enfermedad.
Ella vio todo el cariño y lealtad de sus súbditos que fueron un par de decenas al menos y juntos la siguieron. Lograron salir del abismo. Trataron de buscar agua y comida…anduvieron durante mucho hasta que encontraron una montaña…y en ella…una cueva. Dentro de ese lugar fluían aguas puras y salían hermosas plantas y jugosos aperitivos de entorno oscuro.
El consejero ofreció una de las hermosas flores a la reina, quien durante el exilio había permanecido callada y fría. Pensando…en todo lo que le había pasado. En su mente rondaba la pregunta: ¿Tanto es pedir que me den lo que quiero? Pero de pronto miró el regalo de su sirviente tan fiel y sonrió por una vez…pero fue más bien fingido.
La cueva se extendía aún más hacia las profundidades y curiosa la reina descendió sin que nadie la viera hacia la profunda oscuridad. Una oscuridad en la que crecía una vegetación extravagante, donde el silencio reinaba y la luz solo es una mera ilusión. Usó su cuerno para alumbrar y guiarse. Hasta que encontró a alguien.
“Por favor…apagad esa luz. La desprecio…”
“¿Quién anda ahí?” inquirió mirando a todos lados
“No portéis luz, hermosa criatura…sino no puedo mostrarme”
Apagó la luz de su cuerno y en un atisbo de claridad vio a un extraño ser sentado en una vieja silla de madera. Oculto en ropajes de negro color y con un rostro tapado por una máscara de plata y ojos tallados pidió a su majestad que se acercara a él.
“Gracias…veo vuestro porte real y sois una criatura de lo más agraciada”
Ella se sintió halagada, a pesar de los cambios inesperados. Pero el misterioso personaje continuó hablando.
“Pero en vuestro corazón veo tinieblas…veo anhelo y deseo. Rabia y rechazo… ¿Qué es lo que buscáis?”
Ella le contó a pesar de su desconfianza lo que había vivido.
“Vaya…Es una lástima. Como un alma tan pura y radiante ha podido sufrir tanto…”
Su alteza vio que las manos de esa criatura eran como ramas retorcidas de un árbol llenas de espinas. Preguntó por su nombre…
“Aquellos que vivimos bajo las sombras no deseamos tener nombre.”
Ella asintió con dificultad
“Veo a través de vuestros ojos esmeralda que ansiáis amar y ser amada. Venganza. Placer… Tenéis el cariño de vuestros súbditos, su lealtad…pero no es suficiente.”
La reina bajo la cabeza con sus ojos entrecerrados con su mirada embebida en resentimiento…
“Os digo ya…que se de algo que puede ayudaros. Vos criatura de hermosos cabellos debéis viajar más allá de esta montaña al sudeste, donde un bosque se extiende y en él una gran torre se alza. Antiguos dominios hechiceros y una gran bruja...Syrami, la celosa.”
Su alteza se extrañó. No reconoció ese nombre.
“Vos que queréis cumplir vuestro deseo de amor y venganza. Vos que buscáis que aquellos que os han seguido consigan del fruto de vuestro esfuerzo, debéis buscar respuestas al lugar que os he indicado. Os digo que…puede que el amor no cure el deseo de vuestro corazón.”
De pronto ante los ojos de su majestad el misterioso ser desapareció en el vacío y ella volvió a la luz y con su gente emprendieron ya curados de su hambre y sed el viaje hacia la torre de la llamada “celosa”.
Muchos han sido los reinos que he visto caer, muchas han sido las almas corrompidas por el querer y yo desde la podrida profundidad pienso en ella cada segundo.
Cuan bella era, cual grande era su corazón, puro su espíritu y aun así víctima del capricho. Supongo que todo es posible cuando algo tan poderoso corrompe tu mente y eres una mera marioneta de la obsesión.Tratas de esforzarte en conseguir lo que más quieres y te das cuenta, aunque tarde que algo ajeno a ti ha tomado el control.
Años pasados un gran reino se alzaba al suroeste de Equestria, gobernado por una reina hermosa. El cielo de su crin, el frondoso verde de sus ojos….arrebatadores. Un calor agradable se desprendía de ella. Contemplar el blanco de su pelo y el suave tono de sus alas y su cuerno. Pero por mucha belleza que una musa puede tener en su interior podría no estar el amor que un semental buscara.
La reina humilde amaba con locura al legítimo rey, pero él había depositado sus ojos en otra yegua, cuyo corazón y hermosura había captado el interés del monarca.
La reina aunque ignorante un tiempo logró saber finalmente de la relación del rey con aquella dama, hija de un reconocido duque. La envidia empezó a corroer a la reina y presa del miedo a perder a su preciado rey, decidió hacer lo que fuera necesario y mantenerle con ella.
A pesar de estar dotada de gracia y belleza, la reina quiso sobrepasar sus límites. Con la ayuda de su consejero logró acceder a los archivos secretos del castillo. Sin rumbo deambuló en busca de una solución entre las viejas hojas de los tomos antiguos que durante siglos han permanecido entre los muros del castillo. Aun no siendo diestra en las artes mágicas la reina cada noche bajo la luz de su farol leía los libros con hechizos y métodos para conseguir su objetivo: obtener el poder y la belleza necesaria para agarrar el pálpito de su gobernante.
Descubrió conjuros de sanación, poderosos hechizos, métodos naturales que aumentaban la belleza corporal e incluso prácticas prohibidas con el veneno que mantenían efectos milagrosos en el cuerpo.
Pero con el paso de los días la reina dudaba de sus acciones, pero ese bloqueo se desvanecía con cada noche cuando notaba el frio distanciamiento del rey, como con cada amanecer su amor, que aunque falso, ahora era como un puñal clavado en el pecho. Su guardia personal y muchos de los amados súbditos que adoraban a la reina le habían hecho saber cómo el monarca visitaba a la dichosa hija del duque cada mañana cuando o bien la amada reina yacía dormida o bien se quedaba tranquila cuando su rey le mentía al decirle que iría a dar un paseo matinal por las afueras o ir al mercado por interesarse por sus súbditos.
La confianza que la ocupante del trono tenía en su ideal, paulatinamente se convirtió en rechazo y resentimiento. Otra razón más para impulsarse a indagar en los antiguos libros de su reino solo que el sentimiento de anhelar al rey se tornaba más en odio hacia él y hacia la fulana que para ella había robado lo que ella más deseaba.
Días más tarde llegó a la práctica: Su cuerno brillaba con verde intenso y ejecutaba los hechizos que había memorizado. Ordenaba a sus más confiados servidores que buscaran los ingredientes que ella necesitaba sin el conocimiento del monarca. Preparaba sus pócimas, sus inscripciones y efectivamente los efectos eran milagrosos, su piel se volvía mas sedosa, su pelaje más brillante y suave, sus ojos adquirían un color más atractivo…
Ahora su belleza resaltaba aún más. Contenta de sus resultados, esperaba que el rey pudiera corresponderle como debía y así reprimirle por lo que había hecho. No obstante antes de comprobar sus gloriosos hechos su consejero, quien fue por siempre el más fiel le advirtió una cosa:
“Majestad…siento deciros que por mucha belleza que poseáis, es probable que…no halléis el amor que buscáis.”
La reina le pregunto por lo que ella consideró una estupidez.
“¿Que amor puede haber en una relación cuya única importancia es la belleza? El rey no os merece su alteza…”
“Puede ser, pero estoy segura mi leal consejero de que de esta forma el rey volverá a amarme, lo único que me faltaba era la belleza…”
Ella se dirigió a los aposentos del rey tajante y en la soledad el consejero susurró:
“¿Cómo va a ser belleza lo que os falta si sois la criatura más hermosa del reino y más allá?”
Pero a pesar de ello, el rey no le hizo caso…recibió algún otro beso y halago. Pero no lo que ella buscaba en su amado: amor…
Pasaron aún más días en los que el rey salía al encuentro de su amante. La reina cayó con el tiempo presa de una obsesión por lograr captar la atención del unicornio monarca. Pasaba horas leyendo los libros, pasando hojas y asimilando información y magia. Aun así su guardia personal y aquellos que la querían la apoyaban con su plan, el consejero en cambio no estaba de acuerdo. Veía que al cabo casi de un mes la salud de la reina menguaba a cambio de que su poder y belleza gracias a los hechizos y remedios de tierras extrañas aumentaban.
Una noche su dama de compañía vio que su aspecto había cambiado…vio que el cuerno de la reina se había retorcido ligeramente de forma extraña y sus alas perdían algunas plumas…Esta aviso al consejero, quien inquieto ante la situación habló con ella.
“Majestad… ¿debéis continuar con esto?”
Ella respondió de forma agresiva.
“Hasta que no consiga lo que deseo, haré lo que este en mi casco…y nada me detendrá”
El consejero vestido en sus ropas elegantes tembló al notar algo oscuro en la voz de la reina.
“¿Majestad…yo…yo…que os ocurre?”
La alicornio de blanco pelaje sonrió…
“Oh, perdóname… Wise advice, pensaba en voz alta. No pretendía asustarte”
Testigo de cómo la locura se apoderaba de su reina, él y pocos más que permanecían intranquilos fueron a ver al rey.
Le explicaron la situación…El gobernante ya había sospechado de la obsesión de la reina, pero confesó que sentía miedo a cuál sería la posible reacción si la rechazaba. Resultó que no la quería después de todo. Solo fue atraído por ella debido a su aspecto…su corazón y alma no estaba en los planes del rey.
¿Pero qué sería de ella entonces? ¿Qué ocurriría si el rey confiesa que después de todo ha sido un objeto, una equivocación?
El monarca se sentía fatal…había cometido un error, por culpa de su absurdo miedo y su capricho a otra poni ahora resultaba que la reina, nacida de familia pobre iba a sufrir aún más de la locura cuando supiera de los auténticos sentimientos del rey.
El pueblo que pensaba que estaba gravemente enferma, al igual que muchos sirvientes y guardias del castillo, les apenaba verla así…encerrada en sus pensamientos por conseguir algo que jamás llegaría a alcanzar: el amor del rey.
La misma noche que los sirvientes advirtieron a su feudal, este intentó hablar con su esposa. Sin duda ella había cambiado su aspecto. Era como otra forma de belleza, algo más…oscuro.
Le confesó todo: su interés por la hija del duque, el error que había cometido…su miedo y su tremendo crimen contra ella…
“¿Entonces…es cierto? ¿No…no me amáis? ¿A pesar de mi esfuerzo…?”
El tan solo negó con la cabeza y en su alteza, la reina, comenzó a surgir en su mente un brote conflictivo de sentimientos y pensamientos. Miedo…Tristeza…rechazo… Muchas más cosas, pero al final guiada por lo absurdo y el instinto lo que realmente afloró en ella fue la ira y el odio.
Empleó la magia que había logrado obtener para desahogarse con el rey…lo levitó con sus poderes y lo estrelló contra las paredes. Le quemó con un trazo intenso de su magia de verde vivo y lo hirió con su rayo emanate de su cuerno.
Los gritos de auxilio del rey alertaron a los guardias de su majestad. Trataron de detenerla, encadenarla…pero la furia de la alicornio era temible y logró causar muchos daños, pero terminó apresada y con su magia anulada. El monarca al que tanto había deseado ahora estaba desfigurado, herido y enfadado.
Ordenó de inmediato su exilio y vio así una oportunidad perfecta para deshacerse de ella y poder casarse y nombrar reina a su amante. No obstante la guardia personal de la soberana y sus más leales súbditos se impusieron contra aquella crueldad. El exilio suponía la muerte… ¿quién sobreviviría más allá en las tierras baldías?
Pero por otro lado tenía en cierto modo razón…ella podría haberle matado, pero creyeron que tan solo quería darle una lección, no podían ver a su querida majestad capaz de semejante acto. Además de que el rey después de todo aunque con buenas intenciones solo quería satisfacer su deseo de expulsarla y casarse con otra poni.
En seguido, sus leales seguidores continuaron coherentes al corazón de la reina y por orden legítima de su majestad fueron exiliados junto con ella. Para que no escapara lanzaron un conjuro de anulación al cuerno de la alicornio de pelaje turquesa.
Como era lógico se resistieron al igual que su bella alteza, pero fue en vano.
El pueblo no hizo nada…de hecho, según sé les hizo creer, la reina había muerto, cuando en secreto ella y su guardia, junto con algunos servidores más fueron enviados lejos….muy lejos hacia el sur, cerca del Desierto San Palomino, en unas tierras secas, marchitas y oscuras.
Fueron arrojados a las fauces del abismo en una gran grieta. Allí permanecieron horas sin agua ni alimento. Dejados a su suerte… Pero ese pequeño tiempo fue suficiente para que los sentimientos de la reina se organizaran y su odio empoderó su magia…tanto que al final su conjuro de anulación fue quebrado al fin.
Ayudó a los suyos a escapar…entre ellos se encontraba su leal consejero que a pesar de su miedo por cómo se había transformado la reina, él le entrego algo muy preciado que el exilio no podía quitarle…su corona. Todos se arrodillaron y recordaron cual buena fue la voluntad de la reina y el juramento que habían hecho de servirla incluso en la enfermedad.
Ella vio todo el cariño y lealtad de sus súbditos que fueron un par de decenas al menos y juntos la siguieron. Lograron salir del abismo. Trataron de buscar agua y comida…anduvieron durante mucho hasta que encontraron una montaña…y en ella…una cueva. Dentro de ese lugar fluían aguas puras y salían hermosas plantas y jugosos aperitivos de entorno oscuro.
El consejero ofreció una de las hermosas flores a la reina, quien durante el exilio había permanecido callada y fría. Pensando…en todo lo que le había pasado. En su mente rondaba la pregunta: ¿Tanto es pedir que me den lo que quiero? Pero de pronto miró el regalo de su sirviente tan fiel y sonrió por una vez…pero fue más bien fingido.
La cueva se extendía aún más hacia las profundidades y curiosa la reina descendió sin que nadie la viera hacia la profunda oscuridad. Una oscuridad en la que crecía una vegetación extravagante, donde el silencio reinaba y la luz solo es una mera ilusión. Usó su cuerno para alumbrar y guiarse. Hasta que encontró a alguien.
“Por favor…apagad esa luz. La desprecio…”
“¿Quién anda ahí?” inquirió mirando a todos lados
“No portéis luz, hermosa criatura…sino no puedo mostrarme”
Apagó la luz de su cuerno y en un atisbo de claridad vio a un extraño ser sentado en una vieja silla de madera. Oculto en ropajes de negro color y con un rostro tapado por una máscara de plata y ojos tallados pidió a su majestad que se acercara a él.
“Gracias…veo vuestro porte real y sois una criatura de lo más agraciada”
Ella se sintió halagada, a pesar de los cambios inesperados. Pero el misterioso personaje continuó hablando.
“Pero en vuestro corazón veo tinieblas…veo anhelo y deseo. Rabia y rechazo… ¿Qué es lo que buscáis?”
Ella le contó a pesar de su desconfianza lo que había vivido.
“Vaya…Es una lástima. Como un alma tan pura y radiante ha podido sufrir tanto…”
Su alteza vio que las manos de esa criatura eran como ramas retorcidas de un árbol llenas de espinas. Preguntó por su nombre…
“Aquellos que vivimos bajo las sombras no deseamos tener nombre.”
Ella asintió con dificultad
“Veo a través de vuestros ojos esmeralda que ansiáis amar y ser amada. Venganza. Placer… Tenéis el cariño de vuestros súbditos, su lealtad…pero no es suficiente.”
La reina bajo la cabeza con sus ojos entrecerrados con su mirada embebida en resentimiento…
“Os digo ya…que se de algo que puede ayudaros. Vos criatura de hermosos cabellos debéis viajar más allá de esta montaña al sudeste, donde un bosque se extiende y en él una gran torre se alza. Antiguos dominios hechiceros y una gran bruja...Syrami, la celosa.”
Su alteza se extrañó. No reconoció ese nombre.
“Vos que queréis cumplir vuestro deseo de amor y venganza. Vos que buscáis que aquellos que os han seguido consigan del fruto de vuestro esfuerzo, debéis buscar respuestas al lugar que os he indicado. Os digo que…puede que el amor no cure el deseo de vuestro corazón.”
De pronto ante los ojos de su majestad el misterioso ser desapareció en el vacío y ella volvió a la luz y con su gente emprendieron ya curados de su hambre y sed el viaje hacia la torre de la llamada “celosa”.
Una vez mas espero que haya sido de vuestro agrado. Cualquier cosa: critica, apunte, consejo, opinion, sugerencia...lo que sea, será bienvenida. Un saludo