Escapando Del Pasado. 1/47

[Santiago Brony MLP]

Santiago sintió que algo líquido y refrescante le empapaba el rostro. Alguien intentaba reanimarlo echándole agua al rostro. Santiago tosió, pues parte del agua había tenido la caradura de meterse a sus fosas nasales, y se enderezó tosiendo.

-¿Qué *cóugh* qué me pasó?

Por un momento tuvo la impresión de hallarse ante un espejo, pues el ser que le devolvía la mirada tenía un capuchón igual al de Santiago, como un reflejo de sí mismo, hasta que Santiago notó que el morro que sobresalía de las sombras era de color naranja apagado, y que él mismo no tenía su capuchón, ni su carreta.

-¡¿Qué diab…?! ¡¿Dónde están mis cosas?! - exclamó irritado.

La figura encapuchada se sobresaltó.

-¡Calma! ¡Calma! Tus cosas están a buen resguardo. Tranquilízate.

-¿Dónde estoy? ¿Por qué me atacaste? ¿Quién eres?

A través de las sombras que cubrían el morro naranja del desconocido se avistó una sonrisa. No era malévola, ni tensa, ni forzada. Era una sonrisa sincera y cálida.

-Curioso. El orden en que tendré que responder las preguntas para que entiendas un poco tendrá que ser al revés del orden en el que me preguntas.

Se notaba que trataba de caer gracioso o simpático, pero Santiago solo quería respuestas. El desconocido lo notó.

-En primer lugar, responderé quien soy yo.

Se retiró la capucha que cubría su rostro. Un corcel de color anaranjado sin brillo apareció bajo ésta.

_ Me llamo Stealth Silence, pero la mayoría me llama Thief. En cuanto a atacarte, en eso te equivocas. A las afueras del pueblo que estabas rodeando han colocado guardias con órdenes de matar a cualquier poni de aspecto sospechoso. Están algo paranoicos, pues los bandidos muy a menudo los atacan. Unos guardias te pillaron y, si mi grupo no pasaba por allí, hora tendrías algo más que esa terrible herida.

Instintivamente Santiago se palpó la cabeza. Igual que un par de años antes, una venda le cubría parte de su cráneo. Una especie de sudor pegajoso se impregnó en su casco. Al verlo notó que era sangre. No solo estaba herido. Estaba gravemente herido.
En eso, el autollamado Stealth habló.

-En cuanto a donde estás, antes debes prometer algo.

-Dime dónde me encuentro o…

-Calma colega. Todos antes deben prometer no revelar este lugar. Ya hemos escapado de muchos lugares por algunos soplones, y te advierto que ninguno de ellos vive hoy en día.

Santiago asimiló esa clase advertencia tan próxima a una amenaza, la analizó y, luego de darse cuenta de algo habló.

-Espera. Hablaste de un grupo y que se han tenido que mudar, en plural. ¿Hay más ponis contigo?

El poni, Stealth, sonrió. Su sonrisa no inspiraba ni confianza ni alarma. Era una sonrisa neutra, difícil de explicar qué impresión daba. La sonrisa desapareció para dar lugar a la misma expresión neutra que solía tener el poni terrestre.

-Claro. Los bandidos nunca viajamos en solitario.

¡Bandidos! ¡Había dicho bandidos, no cabía duda! La sangre se heló en las venas del pegaso azulado. Ahora ya no le cabía duda de que el poni que veía tenía instintos asesinos.
Su miedo debió reflejarse en su rostro, pues Stealth sonrió (de nuevo con esa sonrisa inescrutable) y le dijo.

-Calma. Como te dije, no te haremos daño si no dices nada. Escucha. Quiero saber algo y, si respondes con honestidad, es posible que te beneficies. ¿Por qué eludiste el pueblo?

Santiago tragó saliva. ¿Qué debía hacer? No dudaba de que esos bandidos podían torturarlo si veían que mentía. Además, no eran la ley. Podía decirles la verdad.

-Yo…bueno. Soy sospechoso de un terrible delito.

Stealth lo miró atentamente antes de preguntar.

-Bueno. ¿Lo hiciste? El delito, me refiero.

Santiago lo miró, aun dudando, pero finalmente le respondió.

-No…No sé. Sufrí un accidente al llegar a Pon…a un pueblo y…y ya no lo recuerdo. Ya no recuerdo muchas cosas. Por eso estoy viajando. Quiero descubrir mi historia.

Stealth lo observó por un momento. No parecía muy convencido, pero al final se levantó y le dijo:

-Sígueme. Debes hablar con Justice.

-¿Q-Quien es Justice?

-Nuestro líder. Al menos de los bandidos que estamos aquí.

Stealth guió a Santiago hacia una especie de llano. Santiago pudo observar que se hallaba en medio de una especie de bosque. En el llano se encontraban ponis de distintas razas (unicornios, terrestres, pegasos), y seres de otras razas (grifos, búfalos, etc). Todos con capuchones, pero con la capucha bajada, mostrando su rostro.
Stealth le hizo un pequeño gesto a un unicornio que tenía el pelaje amarillo y la melena azul con rayas rojo oscuro.
Santiago ya sabía quién debía ser.
El líder.

[horwaith]

Una buena historia, extraña en el hecho de ser Ponyville y no tener a las mane 6 aparte de menciones en algunos capítulos. Me va gustando y como aventure hace tiempo, recorres su historia tanto adelante como atrás, a ver que sucede a continuación porque me esta gustando la historia y sus cosas inesperadas.

[Santiago Brony MLP]

Ho rayos. Aún soy nuevo en este foro, así que no sabia que los fanfics podían dividirse en páginas, y ví, desde mi perspectiva, que no había capítulo 8, pero en realidad estaba viendo la página 1, y el 8 estaba en la página 2



y ahora no sé como borrar alguno de ellos.

[horwaith]

Ho rayos. Aún soy nuevo en este foro, así que no sabia que los fanfics podían dividirse en páginas, y ví, desde mi perspectiva, que no había capítulo 8, pero en realidad estaba viendo la página 1, y el 8 estaba en la página 2



y ahora no sé como borrar alguno de ellos.

Los mods, al contrario que los usuarios normales, pueden borrar respuestas que tengan algo escrito después; simplemente que lo borre uno de ellos (lo cual seguramente hagan al leer tu comentario)

[Sasir96]

Oye, pues la historia mola
Ahora para que lo que hizo fue sabotear un reactor nuclear o algo
Nah, pero en serio, mola

[Sasir96]

Procura escribir "poni". Escribir "pony" no es correcto segun la RAE.
Para ser tu primer fanfic no está mal, sigue así.

Segun mi diccionario, es poney
Pero en este fandom se usa pony, asi que yo usaria pony

[horwaith]

Procura escribir "poni". Escribir "pony" no es correcto segun la RAE.
Para ser tu primer fanfic no está mal, sigue así.

Segun mi diccionario, es poney
Pero en este fandom se usa pony, asi que yo usaria pony

------Siguiente mensaje escrito en: 20 Ene 2016, 17:19 . Beep!------

Procura escribir "poni". Escribir "pony" no es correcto segun la RAE.
Para ser tu primer fanfic no está mal, sigue así.

El correcto, en castellano es poni, poney no tengo ni idea que puede ser y parece un batido . El pony que se suele escribir (y si se mira el titulo de la serie) es la palabra inglesa, que no existe con esa forma en castellano.

[Sasir96]

"Poney:Raza de caballos de poca alzada, de 1m a 1,40 m, cabeza fina y cuello fuerte, ágiles y muy resistentes. Su pl. Es poneys. Se escribe también poni o pony"
Nuevo diccionario esencial de la lengua española santillana 2006

[horwaith]

"Poney:Raza de caballos de poca alzada, de 1m a 1,40 m, cabeza fina y cuello fuerte, ágiles y muy resistentes. Su pl. Es poneys. Se escribe también poni o pony"
Nuevo diccionario esencial de la lengua española santillana 2006

Pues si se busca en la RAE te lleva a poni, como muchas otras palabras mal escritas que coge lo mas cercano xD

------Siguiente mensaje escrito en: 20 Ene 2016, 17:30 . Beep!------

Y dejemos el offtopic, que así no vamos a terminar nunca

[Sasir96]

En fin, pues valen todas, pa que no haya problemas

------Siguiente mensaje escrito en: 20 Ene 2016, 17:31 . Beep!------

Eso

[Santiago Brony MLP]

Justice, el líder, se adelantó. Era alto y solo mirarlo era suficiente para tenerle un gran respeto. Sus ojos despedían una mirada autoritaria y su rostro era duro, pero se notaba que no era muy severo. Miró a Santiago y a Stealth, y habló:

-Thief. ¿El pegaso ya se recuperó?

Stealth asintió:

-De hecho, está justo aquí, a mi lado. Insiste en que le devolvamos sus cosas.

Justice miró a Santiago y asintió:

-Bien. Pero antes, Thief, dime ¿Es o no es uno?

Por un momento, Santiago o supo a qué se refería, hasta que Stealth dijo:

-Sí Dice que recuerda vagamente haber cometido un crimen. No está seguro, pero prefiere evadir la ley. Es casi uno de nosotros.

Santiago torció un poco el gesto. Justice miró a Santiago. Se dirigió a él:


-Amigo. Estamos dispuestos a ayudarte. Muchos aquí son como tú. Van a algún lado o buscan a alguien, y yo y mi banda los acogemos y guiamos, ya que son como nosotros. Tú también puedes ser acogido, pero bajo nuestras reglas. ¿Aceptas?

Santiago miró al unicornio:

-Antes quiero ir esas reglas.

Justice asintió:

-Es comprensible que antes quieras asegurarte. Muy bien. Aquí van.
Regla número uno: Nosotros, los bandidos, robamos solo por necesidad, no por capricho. Si vemos a una caravana con cosas que necesitamos, la asaltamos y listo. No matamos a no ser que uno se vea obligado. De lo contrario, atraeríamos la atención de los pueblos cercanos. ¿Está bien?

Santiago tragó saliva:

-¿Yo también…tendré que robar?

Justice dijo;

-No ahora. Eres menos que un novato, y solo te encargarás de la distracción por ahora. Y la alarma, por si ves algo que no ande bien.

Santiago asintió:

-Muy bien. Supongo que no hay problema en robarle a pueblos tan agresivos como el de los soldados que me atacaron.

Justice sonrió:

-Bien. Ahora…
Regla número dos: Nosotros, los bandidos, no podemos tomar el riesgo de una rebelión o traición. Cualquiera que se vea que actúe raro, distante, nervioso o que no acepte órdenes, será vigilado estrechamente y ELIMINADO en caso de que se vea que las sospechas no son infundadas.

Santiago tragó saliva nuevamente:

-M-Muy bien…muy bien.

Justice volvió a hablar:

-Ahora. Regla número tres, y la más importante.
Cualquiera, quien sea, que agreda sin razón a uno de nosotros. Sera muerto en el acto.

Santiago asintió:

-No le veo problema.

Justice asintió:

-Bien. Tu capuchón. Debes tenerlo todo el tiempo puesto. Pero bájate la capucha cuando veas que no es necesario ocultar tu rostro. Eso y debes tener un seudónimo. Olvídate de tu nombre anterior. Entre nosotros, en este momento, eres otro. Puedes volver a tener tu nombre, Santiago, cuando nos dejes, pero mientras estés con nosotros, el nombre Santiago es inexistente. ¿Está claro?

Santiago asintió tembloroso.

-O-Okey…y…¿Cómo me llamarán?

Justice se quedó pensativo:

-Eso se tendrá que pensar mañana por la mañana. Ahora ven, hermano. No es saludable quedarse sin cenar.

Santiago asintió. Stealth le pasó su capuchón y Santiago se lo puso sin chistar.
El jebe de bandidos presentó a Santiago a los demás, quienes se mostraron bastante animados.

-¡Bien! Todo nuevo es bienvenido.

-No importa que sea novato. Seguro será de ayuda.

-Ya era hora. Empezaba a aburrirme de que nadie se nos uniera.

Frases por el estilo surcaban el aire. El pegaso se encontraba nervioso. Entonces algo llamó su atención.
Alguien lo miraba sin decir una palabra. Era la única figura que no se había bajado su capucha. Pero por su forma se notaba de que era una yegua. El pegaso se fijó que era la única figura que no parecía muy entusiasmada, pero tampoco parecía detestarlo. Era neutral.
Justice habló:

-Por ahora, solo lo llamaremos “Nuevo”, pues su seudónimo aún no se decide.

Santiago no tenía muchas esperanzas en que no le hicieran bromas con ese sobrenombre. Efectivamente, escuchó algunas risitas. Justice ordenó:

-Nuevo. Siéntate.

Santiago se sentó al costado de un poni cuyo aspecto recordaba bastante a un murciélago. De hecho, tenía los ojos amarillos, alas de murciélago y una cresta membranosa en la cabeza, además de un par de colmillos. Santiago se dio cuenta de que se trataba de un poni nocturno.
Justice ordenó que le dieran comida. Un poni terrestre le pasó un plato. El pegaso comió un poco de la sopa que había en el cuenco y descubrió de que no tenía mal sabor. De hecho, sabía algo bien. Mientras comía oyó la voz de Justice:

-Dime, nuevo. Antes de venir aquí. ¿Cuál era tu ocupación?

El pegaso dejó de comer por un momento:

-Bueno. Si soy franco, trabajaba fabricando relojes de sol. Y la verdad es también una especie de hobby.

Entonces, repentinamente, la yegua cuyo rostro seguía tapado exclamó:

-¡Sundial! ¡Su seudónimo puede ser Sundial! ¡Reloj de Sol!

Un murmullo se extendió por todo el grupo:

-Claro. Es un buen seudónimo.
-Nada mal.
-Podría ser mejor, pero pasa.

Justice se levantó:

-Buena idea, Rose.

Rose se bajó la capucha. Era una unicornio de melena rojo vivo y pelaje amarillo oscuro. Le mandó una pequeña sonrisa al peg…Sundial, haciendo quese sonrojara un poco. Justice se levantó:

-¡Hermanos! ¡A partir de ahora, el nuevo será llamado...Sundial!

[Sasir96]

LOLOL "Sundial se fijó que era la única figura que no parecía muy entusiasmada, pero tampoco parecía detestarlo. Era neutral."
Has spoileado el nombre XD

[Santiago Brony MLP]

Gracias por mostrármelo. La verdad es que estaba algo distraído (acababa de llegar corriendo del colegio) y mi cerebro no estaba en su mejor momento XD.

[Santiago Brony MLP]

Una carroza paseaba por el sendero del bosque que llevaba al pueblo más próximo. Dos ponis de tierra jalaban la carroza mientras que cuatro guardias la cuidaban. Unos movimientos entre los arbustos alertó a los guardias. Inmediatamente dirigieron su mirada a donde habían captado el ligero crujido. No se dieron cuenta de que, al lado opuesto de que estaban viendo, una sombra se acercaba. El viento estaba a favor de la silueta sombría, pues soplaba de forma que no llegaba su olor a los soldados.
De repente, el viento pareció cambiar de preferencia y empezó a soplar al lado opuesto de su antigua dirección. Su olor llegó a las narices de los guardias. Un olor a hojas secas, sudor y tierra.
Los guardias se dieron rápidamente la vuelta, y se enfrentaron al desconocido. Tomaron sus lanzas y apuntaron a la silueta. Uno de ellos habló con una voz firme.

-¡¿Quién anda allí?!

La silueta no dijo nada. Ni siquiera se movió. Casi parecería que no tuviera vida siquiera si no se oyera su alterada respiración.
El guarda que había hecho la pregunta repitió:

-¡¿Quién eres?!

La sombra siguió inmóvil. Entonces…
Un dardo se clavó en la nuca del primer guarda, quien se había atrevido a hacer esas preguntas. Su compañero giró desconcertado al ver como es que el impactado guardia caía. Miró entre las sombras, apartando su vista de la inmóvil sombra.
Todo fue rápido. La sombra embistió al guardia con una velocidad de vértigo. El guarda golpeado cayó. El atacante se puso de pié sobre el guarda. Otras sombras aparecierony aprisionaron a los otros dos guardias. Igual que la primera, la oscuridad del bosque los cubría. Entonces algunas se acercaron al sol que acariciaba el sendero.
El guardia se asustó. Todos los atacantes tenían un capuchón negro. Casi parecía absorber la alegre luz del sol. La sombra que lo inmovilizaba habló. Su voz delataba gran energía y una edad bastante joven.

-No se moverá. De eso ya me encargaré yo.

La figura encapuchada más alta habló con una voz cortante.

-Bien hecho. Pero las órdenes las doy yo.

Señaló a la carroza. La mitad del grupo de bandidos se dirigieron mientras que la otra mitad formó un cerco alrededor de los guardias, la carroza y a los ponis que la tiraban, impidiendo que nadie escapara.
La mitad que se dirigió a la carroza sacaron armas. Algunos traían cuchillos y otros sables. Una figura gritó con una voz femenina:

-¡He! ¡A los pasajeros! ¡El viaje ha terminado! ¡Salgan y entreguen lo que tengan!

Unos cuantos ponis, cuyas vestimentas delataban un rango bastante alto, salieron de la carroza. Algunos con temor, otros confusos. Uno solo estaba con la cabeza alta y sin miedo. Este último miró a su alrededor. Vio que no tenía escapatoria y habló.

-Bravo. Ya había oído de que un grupo de bandidos estaba haciendo estragos por este sendero, así que me aventuré a probar suerte y ver si era cierto. Realmente, es admirable su método de atraco.

La figura más alta, obviamente el jefe, dijo:

-Los halagos no nos engatusan, señor. Entreguen sus objetos de valor o mueran intentando resistirse.

Los prisioneros temblaron, excepto el que había hablado. Él solo dijo:

-No tenemos nada. Yo mismo organicé esta expedición para asegurarme de que lo que había oído era real. Me aseguré de que no trajeran nada que pudiera interesarles. Solo llevamos nuestros ropajes. Hoy se han esforzado en balde.

Algunos de los bandidos maldijeron por lo bajo y otros ni se molestaron en disimular sus gruñidos de frustración. El jefe contestó:

-Bien. Usted también ha hecho un gran plan. No solo ha logrado saber como atacamos, sino que, además, ha descubierto donde atacamos y seguro advertirá a los demás. Sé reconocer cuando algo o alguien me supera.

Se dio la vuelta y ordenó:

-¡Nos vamos! ¡Y ni se les ocurra tocar a los prisioneros! ¡Les darán una razón más para buscarnos!

Los bandidos se retiraron lentamente. El encapuchado que inmovilizaba al guardia se retiró, ayudó a levantarse al caído miembro de la ley, y le dijo:

-Puesto que ya no le volveré a ver como víctima, déjeme decirle que podría llegar a ser un excelente guardia si no cayera tan fácilmente en trucos baratos.

El guardia no dijo nada y se alejó del encapuchado, quien pronto se reunió con sus colegas. Todas las figuras encapuchadas se perdieron en la oscuridad.
***
Las estrellas brillaban sobre el negro manto de la noche. Una fogata, encendida en un claro semi oculto por los árboles, era testigo de un raro espectáculo.
Varios ponis reían a carcajadas. Frente a ellos, una encorvada silueta con capuchón saltaba, con unas ramas y hojas secas entre sus ropajes y un cuchillo en un casco. La silueta saltó y gritó con una ronquera fingida:

-¡Soy un salvaje! ¡Tiemblen, puedo comerlos de un solo bocado!

Su equino público volvió a soltar una carcajada y uno de ellos, con pelaje naranja vivo brillante y melena negra, con un sable al lado, exclamó:

-¡Ya vale, Sundial! ¡Baja, que ya reímos lo suficiente!

La silueta se bajó el capuchón, mostrando un familiar rostro azulado de café melena, y dijo:

-Bien, Savage. De todas maneras ya había acabado.

El pegaso bajó y se reunió con sus dos compañeros, Savage Saber y Stealth “Thief”, quienes le hicieron un pequeño espacio para que él se siente.
Sundial sonrió. Thief le dijo:

-Esta vez te luciste con tu imitación de salvaje. Nadie paraba de reír.
-Gracias, Thief.

El poni de tierra, Savage le dio un codazo que esperaba fuera amigable pero, como a menudo le pasaba, no controló su fuerza. El impacto que el pegaso recibió en las costillas casi le hace ver las estrellas:

-¡Agh! ¡Savage! ¡CUIDADO!

Savage se disculpó inmediatamente:

-Perdona amigo, solo quería avisarte.
-¿Avisarme de qué?

El poni de tierra naranja vivo, Señaló con su cabeza a una conocida unicornio amarilla. Sundial se sonrojó:

-¿No tienes nada mejor que hacer que recordarme que con ella entreno?- preguntó, totalmente rojo.
Thief rió:

-¡Venga, amigo! ¡No ocultes tus sentimientos! ¡No es como si…!
-¡CÁLLATE! ¡No ayudas!

Los dos ponis terrestres rieron mientras el sonrojado pegaso se moría de vergüenza. Otro día más entre colegas.

------Siguiente mensaje escrito en: 11 Abr 2016, 01:21 . Beep!------

Una carroza paseaba por el sendero del bosque que llevaba al pueblo más próximo. Dos ponis de tierra jalaban la carroza mientras que cuatro guardias la cuidaban. Unos movimientos entre los arbustos alertó a los guardias. Inmediatamente dirigieron su mirada a donde habían captado el ligero crujido. No se dieron cuenta de que, al lado opuesto de que estaban viendo, una sombra se acercaba. El viento estaba a favor de la silueta sombría, pues soplaba de forma que no llegaba su olor a los soldados.
De repente, el viento pareció cambiar de preferencia y empezó a soplar al lado opuesto de su antigua dirección. Su olor llegó a las narices de los guardias. Un olor a hojas secas, sudor y tierra.
Los guardias se dieron rápidamente la vuelta, y se enfrentaron al desconocido. Tomaron sus lanzas y apuntaron a la silueta. Uno de ellos habló con una voz firme.

-¡¿Quién anda allí?!

La silueta no dijo nada. Ni siquiera se movió. Casi parecería que no tuviera vida siquiera si no se oyera su alterada respiración.
El guarda que había hecho la pregunta repitió:

-¡¿Quién eres?!

La sombra siguió inmóvil. Entonces…
Un dardo se clavó en la nuca del primer guarda, quien se había atrevido a hacer esas preguntas. Su compañero giró desconcertado al ver como es que el impactado guardia caía. Miró entre las sombras, apartando su vista de la inmóvil sombra.
Todo fue rápido. La sombra embistió al guardia con una velocidad de vértigo. El guarda golpeado cayó. El atacante se puso de pié sobre el guarda. Otras sombras aparecieron. Igual que la primera, la oscuridad del bosque los cubría. Entonces algunas se acercaron al sol que acariciaba el sendero.
El guardia se asustó. Todos los atacantes tenían un capuchón negro. Casi parecía absorber la alegre luz del sol. La sombra que lo inmovilizaba habló. Su voz delataba gran energía y una edad bastante joven.

-No se moverá. De eso ya me encargaré yo.

La figura encapuchada más alta habló con una voz cortante.

-Bien hecho. Pero las órdenes las doy yo.

Señaló a la carroza. La mitad del grupo de bandidos se dirigieron mientras que la otra mitad formó un cerco alrededor de los guardias, la carroza y a los ponis que la tiraban, impidiendo que nadie escapara.
La mitad que se dirigió a la carroza sacaron armas. Algunos traían cuchillos y otros sables. Una figura gritó con una voz femenina:

-¡He! ¡A los pasajeros! ¡El viaje ha terminado! ¡Salgan y entreguen lo que tengan!

Unos cuantos ponis, cuyas vestimentas delataban un rango bastante alto, salieron de la carroza. Algunos con temor, otros confusos. Uno solo estaba con la cabeza alta y sin miedo. Este último miró a su alrededor. Vio que no tenía escapatoria y habló.

-Bravo. Ya había oído de que un grupo de bandidos estaba haciendo estragos por este sendero, así que me aventuré a probar suerte y ver si era cierto. Realmente, es admirable su método de atraco.

La figura más alta, obviamente el jefe, dijo:

-Los halagos no nos engatusan, señor. Entreguen sus objetos de valor o mueran intentando resistirse.

Los prisioneros temblaron, excepto el que había hablado. Él solo dijo:

-No tenemos nada. Yo mismo organicé esta expedición para asegurarme de que lo que había oído era real. Me aseguré de que no trajeran nada que pudiera interesarles. Solo llevamos nuestros ropajes. Hoy se han esforzado en balde.

Algunos de los bandidos maldijeron por lo bajo y otros ni se molestaron en disimular sus gruñidos de frustración. El jefe contestó:

-Bien. Usted también ha hecho un gran plan. No solo ha logrado saber como atacamos, sino que, además, ha descubierto donde atacamos y seguro advertirá a los demás. Sé reconocer cuando algo o alguien me supera.

Se dio la vuelta y ordenó:

-¡Nos vamos! ¡Y ni se les ocurra tocar a los prisioneros! ¡Les darán una razón más para buscarnos!

Los bandidos se retiraron lentamente. El encapuchado que inmovilizaba al guardia se retiró, ayudó a levantarse al caído miembro de la ley, y le dijo:

-Puesto que ya no le volveré a ver como víctima, déjeme decirle que podría llegar a ser un excelente guardia si no cayera tan fácilmente en trucos baratos.

El guardia no dijo nada y se alejó del encapuchado, quien pronto se reunió con sus colegas. Todas las figuras encapuchadas se perdieron en la oscuridad.
***
Las estrellas brillaban sobre el negro manto de la noche. Una fogata, encendida en un claro semi oculto por los árboles, era testigo de un raro espectáculo.
Varios ponis reían a carcajadas. Frente a ellos, una encorvada silueta con capuchón saltaba, con unas ramas y hojas secas entre sus ropajes y un cuchillo en un casco. La silueta saltó y gritó con una ronquera fingida:

-¡Soy un salvaje! ¡Tiemblen, puedo comerlos de un solo bocado!

Su equino público volvió a soltar una carcajada y uno de ellos, con pelaje naranja vivo brillante y melena negra, con un sable al lado, exclamó:

-¡Ya vale, Sundial! ¡Baja, que ya reímos lo suficiente!

La silueta se bajó el capuchón, mostrando un familiar rostro azulado de café melena, y dijo:

-Bien, Savage. De todas maneras ya había acabado.

El pegaso bajó y se reunió con sus dos compañeros, Savage Saber y Stealth “Thief”, quienes le hicieron un pequeño espacio para que él se siente.
Sundial sonrió. Thief le dijo:

-Esta vez te luciste con tu imitación de salvaje. Nadie paraba de reír.
-Gracias, Thief.

El poni de tierra, Savage le dio un codazo que esperaba fuera amigable pero, como a menudo le pasaba, no controló su fuerza. El impacto que el pegaso recibió en las costillas casi le hace ver las estrellas:

-¡Agh! ¡Savage! ¡CUIDADO!

Savage se disculpó inmediatamente:

-Perdona amigo, solo quería avisarte.
-¿Avisarme de qué?

El poni de tierra naranja vivo, Señaló con su cabeza a una conocida unicornio amarilla. Sundial se sonrojó:

-¿No tienes nada mejor que hacer que recordarme que con ella entreno?- preguntó, totalmente rojo.
Thief rió:

-¡Venga, amigo! ¡No ocultes tus sentimientos! ¡No es como si…!
-¡CÁLLATE! ¡No ayudas!

Los dos ponis terrestres rieron mientras el sonrojado pegaso se moría de vergüenza. Otro día más entre colegas.

[horwaith]

Bonito atraco, pero no hace falta que tengas tanta energía para hacerlo doble Me ha gustado como se desarrollaba y espero que no tengan consecuencias con ese noble, pese a que no le han hecho nada.