Capítulo 13 - Una gema compartida
No habían pasado más de dos horas desde la partida del dragón con destino a Ponyville cuando las princesas se reunieron en uno de los salones del castillo de Canterlot. Celestia, Luna y Cadance se encontraban sentadas a una mesa redonda, habiendo sido convocadas por Twilight para discutir “un asunto de extrema urgencia”. Para su suerte, la princesa del amor aún se encontraba en la ciudad.
Twilight no había dado detalles con respecto a la situación hasta entonces, y solo reveló el motivo de haberlas reunido cuando estuvo segura de que estaban completamente aisladas, y nadie podría oírlas. Allí les habló de todo lo que sabía con respecto a la leyenda de la Rosa Eterna y luego activó el octaedro metálico negro que había tomado de las alforjas de Sweetie Belle, mejor conocido como “memento”, y permitió que aquel mensaje de más de mil años de antigüedad se reprodujera en el centro de la mesa frente a las otras deidades.
—
...lamento si te doy pistas tan vagas, pero no puedo arriesgarme a que esta información caiga en cascos equivocados. Si el poni equivocado encuentra el diamante puede ser peligroso, pero si hallara también el contenido tras la compuerta del árbol eterno las cosas irían de mal a peor. Quisiera no tener que hacer esto, quisiera no tener que dejarle la responsabilidad a alguien más, pero eso ya no es posible. Si has llegado hasta aquí... quiero pedirte perdón, pero realmente necesito de tu ayuda para terminar con esto de una vez por todas. Hasta siempre. Que Celestia ilumine tu camino, y que Luna te proteja.La grabación terminó, y la magia azul regresó al interior del memento en el centro de la mesa. Cada una de las princesas sopesó las palabras de aquella joven yegua que hacia cientos de años había partido al otro mundo. Sus advertencias, aparte de apocalípticas, se apoyaban en bases sólidas, dado que el dragón había hablado a las deidades sobre los libros esparcidos a lo largo de la sala de los cuatro candelabros.
—Esto estaba en el interior del memento. —Explicó Twilight, levitando una llave dorada con un grabado en la cabeza, de una pata y un casco unidos—. Es una de las llaves de la compuerta del sótano. Tal parece que la única manera de evitar que las predicciones de Nina se hagan realidad es asegurarnos de que la poni enmascarada no se haga con su contenido.
—Según el mensaje, una de las llaves está en “el camino de esquinas que solo la doncella y la bestia alada conocen”, mientras que la otra “la guardaría el creador, el verdadero protector del legado de Ameria”. —Comentó Celestia, intentando descifrarlo, mientras recordaba lo que sabía sobre aquella poni—. Ameria fue la segunda hija de Phillip, el último rey que tuvo Equestria antes de que nosotras descendiéramos desde el mundo inmortal. —Continuó, con cierto pesar. Luna compartió su sentimiento—. Luego de que su hija desapareciera, su familia cayó en desgracia. El rey se sumergió en una profunda depresión en medio de la guerra al haber perdido a su ser querido, y los grifos aprovecharon la oportunidad para golpear a Equestria con todo lo que tenían. Phillip y su familia no lo consiguieron, y el reino entero había perdido las esperanzas.
—Pero en el último momento, un grupo de hechiceros imploraron a los cielos la ayuda de las fuerzas de la luz y la oscuridad, la última esperanza del reino de Equestria para sobrevivir. Sus plegarias fueron respondidas, y del cielo descendieron las hermanas del día y la noche, deidades de la luz y la oscuridad, quienes dirigieron a los ponis hacia la victoria contra los grifos. —Completó Twilight, recordando la historia e intentando levantar los ánimos de las princesas.
—Aún no lo entiendo. Si todo este asunto de la rosa permaneció en secreto durante más de mil años, ¿cómo es que lo supo la poni que atacó a Spike y a Sweetie Belle? ¿Acaso los siguió? —Preguntó Cadence, preocupada.
—Spike dijo que encontró una cerradura mágica dentro de la mansión bajo la montaña. Estas no fueron creadas sino hasta quinientos años después de que la guerra terminara, así que es seguro que más ponis hayan conocido ese lugar. Nuestra poni enmascarada, entre ellos. —Dijo Celestia.
—Aún no contamos con la identidad de esa equina, por lo que podría dar un golpe en el momento menos pensado y no lo sabríamos hasta que fuese demasiado tarde. —Siguió Luna—. Será mejor que guardemos la llave que ahora tenemos y el diamante púrpura en una de las bóvedas más profundas del castillo. Es nuestra mejor opción.
—No creo que guardar los dos objetos en el mismo lugar sea lo más adecuado. —Comentó la alicornio rosa.
—Cadence tiene razón. Si de alguna forma pudiese pasar las defensas del castillo, solo le estaríamos facilitando el trabajo. Además, el diamante púrpura está guardado en la mansión de Fancy Pants, y a decir verdad no imagino otro lugar en donde pueda estar más seguro, sin mencionar que Rarity no nos lo entregaría sin hacer preguntas. Mientras menos ponis sepan sobre esto, mejor será para todos.
—De acuerdo, el diamante se quedará en la mansión de Fancy Pants. —Dijo la princesa de la noche, para luego levitar la llave dorada y llevarla hacia la luna en su pechera negra. La misma desapareció en su interior, en medio de un resplandor—. Y yo protegeré la llave. De esta forma nos aseguraremos de que, sea quien sea nuestra enemiga, no consiga ninguno de los dos.
—¿Cuántos ponis saben sobre esto? —Preguntó Cadence, con seriedad.
—Solo nosotras, aparte de Sweetie Belle y Spike. Pero dudo que ellos hayan visto este mensaje. —Respondió Twilight.
—Bien, ¿qué crees que debamos hacer, Twilight? —Preguntó Celestia. La alicornio lavanda no supo que decir.
—¿Y-yo?
—Por supuesto. —Dijo sonriente, sonrisa que compartieron también Luna y Cadence. Efectivamente, las tres confiaban ciegamente en su criterio. La alicornio carraspeó para aclarar su voz y habló con tono decidido.
—Muy bien, para empezar debemos proteger a Spike y a Sweetie. La unicornio cree que ellos son los únicos que saben sobre esto, por lo que es seguro que intente atacarlos si se entera de que siguen con vida.
—No has de preocuparte por eso, Twilight. Ya he apostado a varios de mis subordinados en Ponyville y Canterlot para vigilarlos, al menos hasta que toda esta situación se aclare. Por ende, de momento no deberían tener problemas. —Señaló Luna.
—Perfecto. También necesitaré que este atenta a los sueños de los ponis. Si alguno de esos sueños incluye a Spike y a Sweetie en situación de batalla, o algún dato referido a la Rosa Eterna, estaremos seguros de que se trata de nuestra unicornio, y podremos rastrearla fácilmente.
—Así será. —Aceptó finalmente.
—Cadence, es probable que la biblioteca del Imperio de Cristal contenga información útil con respecto a todo este asunto, dado que en su momento el rey Sombra estuvo muy interesado en la resurrección y en la vida eterna. Si supiéramos un poco más sobre el tema, estoy segura de que podríamos desempeñarnos de una mejor manera.
—Haré lo que esté a mi alcance, Twi. —Le sonrió la princesa.
—Celestia. —Apenas se percató de haberla llamado de un modo tan informal cuando la alicornio blanca sonrió divertida. Twilight intentó corregirlo rápidamente—. N-necesitaré de su ayuda para averiguar todo lo que podamos con respecto a la Rosa Eterna. Nuestra mejor opción es buscar información en la editorial Iron Gargoyle, que publicó la primera y única versión escrita de “La Leyenda de la Rosa Eterna”. Es muy probable que Moonlight Sonata, la autora, sepa algo al respecto. Es por eso que tenemos que encontrarla.
—Cuenta conmigo, querida Twilight.
—De acuerdo, el objetivo será encargarnos de este problema con la mayor discreción posible. Nadie más debe saber sobre la Rosa o la escotilla y, por supuesto, nadie debe saber que es lo que hay tras la escotilla. —Dijo ella, sin dejar de mirar el memento—. Evitaremos este desastre, sin importar como.