Capítulo 4
Lo básico
Lo básico
-...y así fue como, al menos según las teorías modernas, nació Ecuestria.
Si bien muchos Gryffindors estuvieron escuchando la historia de Twilight, los demás aprovecharon la oportunidad para terminar de cenar. Después de un largo día lleno de emociones, unas verduras asadas al vapor lo remataban.
-Vaya…-murmuró alguien, después de un denso silencio.
-¿En serio luchaste contra una mantícora?-preguntó a Twilight un niño de nombre Dean Thomas.
-Luchar no sería la palabra más adecuada…-murmuró ella, tratando de explicarse.
-¿Y entonces cómo lo hiciste?
-¿Qué dijiste que pasó cuando...?
-¿Por qué no conoces los...?
Como si alguien hubiera abierto las puertas del aliviadero de un pantano, varias personas empezaron a hablar a la vez. Twilight trató de responder a todas las preguntas que pudo, pero agradeció cuando Dumbledore les llamó la atención.
Les dio un breve discurso, aunque fue como una lista de recordatorios y actualizaciones, más que otra cosa. Twilight se quedó bastante asombrada, sobre todo por la parte de los gemelos, los cuales parecían ir a la zaga de Pinkie y Dash en cuanto a bromistas se refiere; y es que tenían casi todos los artículos que estaban prohibidos. Pero algunas de las indicaciones eran más preocupantes.
El bosque prohibido, por ejemplo, parecía tan peligroso como el Everfree y estaba más cerca del castillo de lo que ella preferiría. No obstante, el funcionamiento del clima aquí fue toda una sorpresa; aunque el anciano mago no quiso que subestimaran el peligroso pasillo de la tercera planta, por lo que les puso al corriente también.
O eso, o estaba tratando de asustar a los niños para que no corrieran riesgos, por supuesto.
Después del discurso, Dumbledore los animó un poco y anunció.
-¡Y ahora, antes de que vayamos a acostarnos, cantemos la canción del colegio! ¡Que cada uno elija su melodía favorita! ¡Y allá vamos!
Spike parpadeó.
-¿Elegir una melodía?
Y entonces, el canto comenzó.
Tanto Twilight como Spike se llevaron sus cascos y garras a los oídos.
Normalmente, cuando Pinkie y las demás cantaban improvisadamente, generalmente lo hacían en sintonía y bien coordinadas; pero el sonido de cientos de alumnos de diferentes edades, cantando con tonos y melodías al azar no fue divertido, y provocó en ellos un considerable dolor de cabeza.
Unos pocos segundos después, Twilight realizó el hechizo del cono del silencio, y tanto ella como Spike suspiraron aliviados.
Cuando casi todo el mundo parecía haberse detenido, Spike sacó la cabeza de la superficie del hechizo y luego asintió a Twilight. En cuanto ella lo retiró, lo único que llegaron a oír fue a los gemelos pelirrojos cantando un canto fúnebre.
-Uf… no me esperaba eso-le dijo a Spike
-Desde luego-asintió Spike-me pregunto si al menos tendrán bien la audición.
-Pues es posible…
Un vez que los gemelos terminaron, Dumbledore llamó a lo que había pasado música, cosa con lo que Twilight no estaba de acuerdo, y finalmente envió a todos a la cama.
En ese momento, la cama sonaba como un buen plan. Tanto ella como Spike habían estado despiertos durante diecisiete horas, para poder coger el tren ese mismo día. Al menos mañana seguía siendo fin de semana.
La torre de Gryffindor se encontraba en la séptima planta del castillo. Al parecer, todos los dormitorios estaban o en torres o en las mazmorras del mismo.
Twilight supuso que tenía sentido, si necesitaban un lugar con un montón de espacio. La puerta con contraseña, sin embargo, le parecía algo un poco tonto. Si se trataba sólo del acceso a la sala, con restringir la entrada solamente a los estudiantes de Gryffindor bastaba.
En cuanto Percy dijo la contraseña para abrir el retrato que guardaba la entrada, en el que aparecía una señora de grandes proporciones, uno de los estudiantes de primer año levantó la mano.
-¿Puedo decirle la contraseña a mi hermana? Está en Ravenclaw.
-Bueno...-Percy se lo pensó por un momento-no creo que vaya contra las reglas. Lo comentaré en la próxima reunión de prefectos y ya te digo.
Twilight se reprimió el llevarse un casco a la cara. ¡Pues claro, otras personas podían venir de visita! Además, se trataba de una escuela, no del ala de Star Swirl...
Después de ese breve palo por su parte, Twilight y Spike siguieron los otros estudiantes a través del agujero en la pared. Fue un poco incómodo para Twilight subir, pero nada demasiado molesto.
-Bueno, aquí estamos. Ésta es la sala común de Gryffindor-dijo Percy-la escalera a mano izquierda lleva a las habitaciones de los chicos, y las de la derecha, a las de las chicas. Este año, las del primer año se encuentran en el segundo piso… creo.
Otro chico mayor con la insignia de prefecto en su pecho se lo confirmó con un simple asentimiento con la cabeza.
-Vale. Vuestras habitaciones de este año será la vuestra propia durante todo el curso, el equipaje ya estará allí. Los cuartos de baño están en las escaleras, en... un momento, esa puerta no me suena.
-Ah-Twilight levantó la pezuña torpemente-creo que esa es nuestra habitación.
-¿Y cómo es que tenéis vuestra propia habitación?-inquirió Ron.
-Hombre, somos de diferentes especies y tal…-dijo Spike, encogiéndose de hombros-estoy acostumbrado a estar en la habitación de Twilight, y ella está acostumbrada a tenerme a su alrededor.
-Lo tenemos resuelto-añadió Twilight, en tono de disculpa-además, no tenemos a donde ir fuera del colegio…
-Bueno, tú lo has dicho…-asintió alguien. Parecía unos años mayor que los nuevos estudiantes, y más cerca de la edad de los gemelos.
-Sí. Lo siento si alguien está molesto, pero... estamos un poco perdidos. De todos modos, me gustaría irme ya a la cama...
-Ah, bien, vale, puedes retirarte-dijo Percy-mañana por la mañana os darán los horarios.
Era, de hecho, la misma habitación que la que habían estado utilizando durante los últimos días, sólo que esta vez decorada en rojo y oro en algunos de los tapices.
Twilight se obligó a permanecer despierta el tiempo suficiente para poderse lavar los dientes, y para hacer que Spike también se los lavara; tuvo que recordarse a sí misma quitarse la túnica antes de dejarse caer en la cama.
Vestirse cada mañana iba a ser algo nuevo, en todo caso...
Fueron de los primeros en llegar al comedor la mañana siguiente. Twilight no había querido despertar a Spike, pero aun así tuvo que hacerlo, por lo que decidió ir con ella para desayunar.
La mayoría de los que ya estaban allí eran un puñado de estudiantes de más edad, junto con dos o tres profesores, desayunando como ellos.
-Señorita Sparkle, y señor Spike. Me alegro de verlos tan temprano el primer día-comentó la profesor McGonnogall, acercándose a la puerta-tengo los horarios aquí. Si tienen alguna pregunta, pueden hacerla.
-Oh, gracias-agradeció Twilight, cogiendo el pergamino-vale, vamos a ver...
Muchas de las clases eran de doble hora, mientras que el resto eran de una sola hora, con varios períodos de descanso.
-¿Qué podemos hacer en los tiempos libres?
-Los deberes, o estudiar o dedicarlos al ocio-dijo McGonogall-lo que usted quiera, siempre y cuando los deberes se realicen a tiempo y se mantenga al día en sus estudios.
-Muy bien. Oh ¿tiene un mapa del castillo?
-Dios mío, se me olvidó. Gracias por preguntar, señorita Sparkle.
El mapa no era tan completo como podría llegar a ser, con un buen montón de habitaciones sin marcar, pero con los principales lugares de clase a la vista.
-Gracias. Er... ¿qué es este material? No parece papel...
-Se llama pergamino. Originalmente, estaba hecho de piel de animal, aunque los magos lograron hacerlo con pulpa de madera a partir del siglo XVII-explicó McGonnogall, con una pequeña sonrisa-me parece que fue Uric El Chiflado el que inventó el método. Una de sus contribuciones más útiles a la sociedad mágica.
-Menos mal-suspiró Twilight-ya me estaba empezando a preocupar. La primera clase con usted es mañana ¿no?
-Así es. Si no tiene más dudas, la veré mañana.
-Por ahora nada-dijo ella-¿Spike?
-No, todo bien-asintió él con determinación.
-Muy bien, entonces.
Spike logró entablar amistad con otros alumnos en la sala común esa tarde, por lo general contando historias de bromas extravagantes de él y Dash tratando de gastárselas a Pinkie, o que él y Pinkie la habían gastado a la propia Dash. Twilight oyó algunas que no conocía, pero no quiso hacer comentarios.
Estaba demasiado ocupada leyendo el Libro Estándar de Hechizos y Mil hierbas mágicas y hongos, o bien cualquier otra cosa que la pudiera ayudar en su primer día. No saber algo cuando la respuesta estaba en el libro sería muy vergonzoso.
Además, el dejarse ver a los dos relajándose y actuando con normalidad, como si no hubiera nada del otro mundo en que un unicornio y un bebé dragón pulularan cerca, ayudó a todos los demás a relajarse también. De la misma manera evitaban que cundiera en masa el pánico en Ponyville sobre un dragón viviendo en el pueblo, salvo unas pocas excepciones notables, por lo menos.
Hacia las cinco, hubo un repentino silencio, seguido de vítores. Levantó la vista y vio a Peewee volando en círculos en el centro de la sala común.
Algunos de los Gryffindors se reían de sus cabriolas, incluyendo de lo que parecía un bucle doble al revés, cosa que Dash parecía haberle enseñado. Otros estaban más emocionados de que Gryffindor tuviera a la "mascota más increíble del año".
El chico de pelo moreno, Harry, le llamó la atención, se encontraba sentado en una esquina con Ron. Parecía mucho más relajado de lo que había estado ayer. En ese momento, la inspiración la llegó; por un momento pensó que Harry podía ser como Dash, en ciertos aspectos, aunque por otro lado pensó que tenía un poco de la consideración de cierta pegaso color crema, ya que sabía perfectamente lo que pasaba cuando a Dash se la prestaba demasiada atención. Sin embargo, había similitudes con Fluttershy también. No le gustaba ser el centro de atención y prefería evitar incidentes aislados relacionados con su persona.
Twilight se dio cuenta de que le estaba mirando fijamente, y miró hacia otro lado antes de que alguien se diera cuenta, volviendo a sus cosas.
-Eh… vamos a ver, teoría mágica... hechizo de levitación básica. ¿Cómo difiere de la levitación de los unicornios? Bueno, tengo una posible forma de traducirlo... Me parece que Rarity usa una versión más sofisticada que utiliza para su confección. Lástima que no pueda preguntarla...
El profesor Flitwick parecía muy emocionado de tener la primera clase con los de primer año de Gryffindor y Ravenclaw. Quizás porque podría presentar a su propia casa su tema favorito, pero también por la presencia de los tres individuos inusuales de ese año.
Curiosamente, era el propio Harry el que más ilusionado le tenía. De hecho, se cayó de los libros que estaba usando para ver por encima de la mesa cuando llegó a leer el nombre de Potter en la lista de clase, al contrario de Twilight y Spike, que sólo le provocaron exclamaciones chirriantes inusuales.
-Muy bien. Ahora que ya estamos todos... ¿Quién de los aquí presentes ha hecho alguna vez magia sin varita?
Twilight levantó la pezuña. Spike, junto a ella, frunció el ceño por un momento antes de levantar una garra. Todo el mundo lo miró atónito ante semejante pregunta.
-Ah, Twilight Sparkle. Bueno ¿nos puede dar ejemplos?
-Er... bueno, sólo tengo una varita desde hace una semana, pero he estado usando magia durante toda mi vida. Los unicornios, en mi mundo, usan la magia para agarrar objetos, y realizan hechizos para hacer un montón de cosas. Por ejemplo, si tengo que moverme con rapidez, a veces me teletransporto en vez de caminar. Aunque suele ser más de corto alcance, el gasto energético aumenta exponencialmente con la distancia, aunque hay un límite mínimo por debajo del cual, la magia involucrada es constante...
-¡Una forma de aparición! Excelente, pero no es lo que estaba buscando. ¿Spykoranuvellitar?
Spike mostró una mueca antes de hablar.
-Prefiero simplemente Spike, de verdad. Hace tiempo que se me aplicó un hechizo para que mi fuego funcionara como un enlace postal. Creo que es parecido a los polvos flu.
-Curioso. Pero de nuevo, eso no es lo que estaba buscando.
Flitwick se volvió y pasó una mano por la pizarra. Una tiza se levantó de un salto y comenzó a escribir.
-La magia se divide en tres áreas principales: la Voluntad, la Varita y la Palabra. O al menos es así como nosotros las denominamos, aunque ninguno de estos términos es bastante exacto. La varita es cualquier foco mágico, supongo que su cuerno sería algo similar ¿no, señorita Sparkle?
-Twilight, por favor. Y sí, los cuernos de los unicornios se consideran focos mágicos, como las alas de los pegasos y las pezuñas de los ponis de tierra.
-Vaya, interesante. Pero cuando digo magia sin varita, me refiero a magia realizada sin foco. Estoy seguro que todos ustedes lo han hecho alguna vez... después de todo ¿cómo saben que son brujas y magos?
-¡Oh! ¡Magia accidental!-exclamó Padma Patil.
-¡Precisamente, tres puntos para Ravenclaw! Aunque te voy a quitar uno por no levantar la mano, así que dos puntos. Ahora, les vuelvo a preguntar. ¿Alguno de ustedes ha hecho magia sin varita?
Esta vez, casi todos levantaron la mano. Flitwick se pasó unos minutos recorriendo el aula, impresionándose por la cantidad de efectos que tenía la magia accidental, sobre todo con Harry, el cual llegó a tener un caso de aparición; Lisa Turpin llegó a quemar los parterres de sus padres y Neville una vez hizo desaparecer una ventana.
Finalmente, llegó hasta los dos ecuestrianos. Esta vez, fueron los únicos que no tuvieron nada que ofrecer.
-¿Ninguno de los dos? Bueno, claro, si no es necesario un foco en usted, señorita Sparkle… aun así ¿ha llegado a realizar magia inconscientemente alguna vez?
A eso, Twilight se sonrojó y Spike sonrió.
-Vamos, Twilight. Conozco la respuesta a esa pregunta
-Está bien. Bueno, para poder acceder a la academia de Celestia tuve que superar una prueba eclosionando un huevo de dragón. No pude hacer nada al principio, pero cuando lo intenté mi magia se me descontroló. Llegué a convertir a todos los presentes en macetas, aunque... fue aterrador, y no pude parar hasta que la princesa Celestia logró calmarme.
-Ya veo-asintió Flitwick, con gravedad-no se sienta tan triste, señorita Sparkle, suele ser algo común en la magia llegar a realizarla sin voluntad. o sin foco, sobre todo ante un exceso de emoción. Supongo que su pánico empeoró las cosas. Aun así, eso es una lección que todos pueden aprender, el foco en la magia es vital. Si tratarais de hacer levitar una pluma y no estáis del todo concentrados, podríais acabar lanzando la mesa hacia el otro lado de la clase.
Varios niños se quedaron boquiabiertos.
-Lo que significaría que tendríais que devolverla a su sitio, claro.
Esta vez, hubo un puñado de carcajadas.
-De todos modos ¿dónde me había quedado? Oh, sí. Spike. ¿Tiene una historia de magia accidental para compartir con nosotros?
-Bueno, creo que esto lo podría contar-murmuró Spike, frunciendo el ceño-de hecho, hay dos cosas. La primera vez fue cuando me entró hipo. No pude controlar mi fuego, y a Celestia la llegó una veintena de rollos en solo un minuto. La otra es un poco… bueno, no estoy orgulloso de ello. Ocurrió en mi último cumpleaños... me volví muy codicioso, y... resulta que los dragones, al menos en mi mundo, crecen cuando esto pasa.
Twilight se estremeció al recordarlo.
-Oh, estaba tan preocupada por ti. El médico no pudo hacer nada.
Todo el mundo se quedó en silencio durante un minuto después de eso.
-Bueno, eso parece haber bajado el estado de ánimo un poco-observó Flitwick, con una sonrisa determinada-pero bueno, que nos vamos por la tangente ¿por dónde iba?
-Por la voluntad, creo-murmuró Terry Boot.
-Eso, la voluntad. Es la parte más importante de la magia. Nuestra magia no sirve de nada si tan solo nos limitamos a decir las palabras y mover la varita. Observen.
El diminuto profesor blandió su varita, y dijo.
-Aquamenti.
No ocurrió nada.
-¿Veis? eso era un ejemplo de un hechizo sin voluntad. De hecho, he estado restringiendo mi voluntad. Si hubiera lanzado el hechizo normalmente, habría producido agua, pero también hubiera necesitado ser preciso con lo que quería hacer para controlar el flujo del agua.
-En el caso de la magia accidental, no podríamos hablar de voluntad; aunque tal vez el término más adecuado sea el deseo. Cuando esto pasa, las emociones se anteponen a las ideas y te obligan a hacer algo completamente diferente. A veces se puede llegar a hacer cosas espectaculares, pero es agotador, porque una de las cosas que la varita hace es evitar el desperdicio de magia. Y lo que da forma a la magia para evitar un derroche de la misma es la palabra.
-La Palabra suele ser lo de menos... al menos se supone que lo es, pero sí puede llegar a ser importante, ya que puede llegar a sustituir parte de la Voluntad. Piensen en ella como un estabilizador o un encantamiento de amortiguación. Da forma a su magia, haciendo que fluya en la dirección correcta.
Flitwick puso su varita en la mesa, y luego señaló.
-Ahora aplicaré la Voluntad y la Palabra. Accio.
La varita salió volando hasta su mano. Acto seguido, apuntó al borrador.
-Ahora, sólo la Voluntad y la Varita.
El borrador salió flotando en el aire.
-Y, por último, sólo la voluntad.
Arrojó su varita en el aire y se quedó ahí, flotando por encima de su cabeza.
Varios estudiantes aplaudieron.
-Gracias. Ahora, vamos a empezar con un hechizo muy sencillo. No requiere dar forma a la magia, simplemente hay que usar la Palabra. Apunten su varita hacia delante, piensen en la luz, y digan Lumos.
La clase obedeció, y una serie de luces de diferentes colores e intensidades iluminaron un poco más la estancia.
-Vaya, interesante, señorita Sparkle ¿Detecto un segundo efecto mágico?
-Siempre he tenido una gran reserva mágica, por lo que la canalizo con cuidado-contestó ella-me tomó como unos tres o cuatro años perfeccionarlo, antes perdía mucha magia durante bastante tiempo.
-De hecho ése es un aspecto importante, no se tiene más poder sólo con tener el control, sino que se debe de estar seguro de que… ¡señor Weasley! ¿Esa varita está bien? Su luz parece bastante difusa…
Ron lo miró a la defensiva.
-¡Es la misma que mi hermano Charlie utilizó, y no tuvo problemas!
-Oh, ya veo, una varita familiar... tal vez fuera la de Gideon Prewett. Lo recuerdo…
En ese momento, Flitwick pareció un tanto distante; Twilight reconoció el mismo gesto que las princesas solían dibujar cuando hablaban de ponis antiguos, alejados en el tiempo.
-Fue un hombre muy hábil con los encantamientos. Es posible que te venga mejor la de Fabion, al menos si tu familia tiene acceso a ella. Después de todo, la varita elige al mago, y aunque sin duda es preferible tener una varita mágica propia, una un poco más enfocada siempre viene mejor. Ahora, para apagar la luz de nuevo, tan solo hay que decir Nox y pensar en la oscuridad. Daros cuenta de que a pesar de que ya no estáis pensando en el objeto a invocar, el hechizo se sigue aplicando hasta que vosotros mismos lo finalizáis. Este es un ejemplo muy genérico de cómo funcionan los encantamientos.
Twilight escribió frenéticamente con una pluma la transcripción de la clase, anotando en los márgenes notas suyas propias. Ciertamente era una magia más enfocada a la permanencia de los efectos de la misma, en comparación con la ecuestriana; eso mismo le dio pie a pensar en un posible origen de la misma a partir de los elementos de la armonía, cuando al menos ese tipo de magia apenas podía ser entendida por la Ecuestria de aquel entones. Era bien sabido que Star Swirl, a pesar de su extenso trabajo, nunca había escrito acerca de todo lo que había llegado a conocer... y él no era el único antiguo mago que se había llevado secretos a la tumba.
Spike, mientras tanto, estaba tratando de ver si podía cambiar el color de la luz de su varita, o hacerla más brillante. Recordaba a Twilight haciendo un ejercicio similar cuando estaba trabajando con ilusiones, desde que mejoró tanto en visualización como en la especificidad.
-¿Profesor?-preguntó alguien entonces.
Twilight levantó la vista y vio que se trataba de uno de los chicos que había dicho que era de sangre mestiza, Seamus Finnigan.
-¿Sí, señor Finnigan?-inquirió el profesor de Encantamientos.
-Verá, mi madre es una bruja, y mi padre un muggle-destacó Seamus-¿Cómo es que soy un mago?
Flitwick esbozó una irónica sonrisa, y se encogió de hombros.
-Siento no poder responderle, señor Finnigan, pero aún no se sabe cómo ni por qué ocurre eso. Hoy en día los magos tienden a engendrar más magos, aunque no siempre suele ser así, y conocemos que a veces algunos hijos de muggles son de la misma familia. Pero no sabemos exactamente por qué.
-Eso es genética-anunció Twilight.
Al ver que todo el mundo se encontraba mirándola, ella continuó.
-Los unicornios tienden a tener potros unicornios porque así está establecida su genética. Pero es posible que un pegaso o poni de tierra posea genes de unicornio latentes en su código genético, el cual puede ir cambiando de generación en generación, desde el último ancestro unicornio engendrado hasta el siguiente. En Ponyville, el pueblo donde vivo, recientemente una pareja de ponis de tierra tuvo un unicornio y una pegaso gemelos. No se trata de una cuestión recesiva de alelo dominante, aunque bien podría haber múltiples rasgos recesivos combinados que producen personas mágicas entre los seres humanos.
La mayor parte de la clase parecía un poco perdida.
-¿Genética?-repitió Flitwick, fascinado-parece un tema sumamente interesante. Me encantaría saber más al respecto. ¿Qué significa alelo?
-Pues… ¿puedo usar la pizarra?-preguntó ella, mirando por dónde podía pasar para llegar hasta ella.
-Por supuesto-asintió Flitwick.
Corrió hasta la mesa, recogiendo tizas de varios colores; Twilight se tomó un momento para medir la edad de su público, y así establecer una forma de simplificarlo.
-Está bien, lo que voy a mostrar es una versión simplificada y no va a estar del todo bien, ya que se necesitaría un análisis estadístico para mostrar los números reales, por lo que no explicará gran cosa. Independientemente de si se es mago o no, la genética está regida por dos instrucciones que se heredan de los padres. La eme grande es de muggle y la pequeña be de brujo. Si se tiene dos bes, entonces se es un mago o una bruja. Si se tiene sólo una, no, y si se tiene dos emes, entonces también se es un muggle.
Ella dibujó con tiza dos cuadrados en la pizarra, y luego dividió cada uno en cuatro más pequeños. En la parte superior de ambos puso una gran M y una pequeña b, y luego señaló a Seamus con su pata derecha.
-Tú comentaste que tu madre es una bruja ¿no?
-Así es-asintió Seamus.
-Bien, en ese caso quedaría así.
Dos bes fueron escritas en el lado izquierdo de la primera caja.
-Ahora, cuando naciste obtuviste una letra de cada uno de tus padres. Podrías haber adquirido la M o la b de tu padre...-explicó, mientras escribía una M azul o b en cada cuadrado, apropiadamente-…mientras que obtuviste una be de tu madre, ya que era lo único que tenía.
Cuatro bes rojas ocuparon los cuatro espacios.
-Ahora, hay las mismas posibilidades de estar en alguna de estas cuatro cajas-continuó, señalando cada una de forma secuencial-por lo que podrías ser un MM o un Mb y un muggle, o un bb y un mago.
Varios estudiantes asintieron, mientras que el resto frunció el ceño.
-Si tuvieras dos padres magos, en este modelo lo único que podrías obtener es b. Esto no está del todo bien, como ya dije, pero vamos a ignorar eso por ahora. Y por último, si eres un nacido de muggles…
Ella puso un segundo par de emes y bes en el lado inferior de la caja, llenándola.
-Hay tres que son muggles, pero uno que es un mago o bruja. De esta forma, puedes obtener un mago nacido de padres muggles.
-¡Maravilloso!-exclamó Flitwick-¿es así como funciona para los unicornios?
-Esto es solo un modelo básico de genética, pero el cruce de razas ponis es mucho más complejo, como probablemente también lo sea tanto para magos como muggles. Por desgracia no me traje ninguna guía conmigo, no tuve exactamente tiempo para hacer la maleta.
-Bueno, igualmente ha sido una nueva e interesante información. He aprendido algo en mi propia clase ¿no es maravilloso?-inquirió Flitwick, sonriente-ahora… ¿sí?
Uno de los Ravenclaw tenía su mano levantada.
-Mi madre es una profesora de biología en una escuela muggle. Creo que la oí hablar de esto mismo una vez. Es por esto que tengo los ojos azules cuando ninguno de mis padres posee ese color.
-¡Oh! Bueno, si eres capaz de hablar con ella sobre eso durante las vacaciones de Navidad, te estaría muy agradecido si ella tuviera un libro de texto de sobra. Gracias… y gracias a usted también, señorita Sparkle.
Twilight volvió a su asiento, sintiendo una mezcla extraña de vergüenza y euforia. Dar clase la hacía sentirse especial.
-Ahora, otra cosa que quería abordar es la pronunciación-anunció Flitwick, reanudando su lección-para lanzar un hechizo es necesario decirlo correctamente, el quid de la cuestión radica en las sílabas y su forma, son muy importantes...
El patrón en la mayoría de las clases fue muy similar. La presencia de Harry Potter era más interesante que la de Twilight y Spike, aunque sólo ligeramente, ya que las clases tendían a convertirse en discusiones entre Twilight y el profesor por lo menos una vez. A la unicornio la daba la sensación de que iba a tener que hacer investigaciones aparte dentro de unos años, algo que era comprensible, ya que después de todo la escuela fue creada para enseñar a alumnos en edad escolar secundaria, y no a estudiantes en edad adulta.
Herbología resultó ser el punto fuerte de Neville; cuando se concentraba en hacer crecer las plantas, se le veía mucho más seguro de sí mismo que de costumbre, y Twilight apenas podía creer que se trataba del mismo chico. Viéndolo desde su punto de vista, estaba más que convencida de que su marca de belleza tendría que ver con la jardinería si fuera un poni; tan solo había empezado y estaba aprendiendo, pero la habilidad que mostraba le recordaba bastante a Applejack cuando trabajaba con sus manzanos. Incluso no perdió de vista a Trevor.
Sin embargo, cuando Herbología era su fuerza, Pociones era su debilidad. Twilight no pudo evitar comparar el perfeccionismo implacable del profesor con el de su director en sus últimos años en la Academia... aunque probablemente ése era el problema. Ese tipo de enfoque sacaba lo mejor de los estudiantes como ella, aunque ponía bajo una enorme presión a los estudiantes menos confiados.
Afortunadamente, se las arregló para detectar un par de errores antes de que los cometiera y le ayudó a hacer bien la poción. De igual forma, Neville la ayudó también, sobre todo partiendo y cortando algunos ingredientes, convirtiéndose así en sus "manos" y compartiendo el trabajo bien hecho
Spike, por su parte, había terminado emparejado con un chico de Slytherin muy agarrado. El dragón parecía estar disfrutando hablando con él, y el chico parecía estar contento de no tener que manejar los desagradables ingredientes él mismo, por lo que ninguno de los dos ponía pegas.
Historia de la Magia fue una decepción. No había otra manera de definirla. Twilight tenía muchas ganas de saber la forma en que el mundo de la magia se había desarrollado, pero lo único que consiguió fue interminables conversaciones monótonas sobre las rebeliones goblin. La idea de un fantasma dando clase era un poco extraña.
Al final se pasaba las clases tomando notas sobre un tema completamente diferente, desmantelando hechizos en conceptos y componentes, comparándolos con los suyos propios y así encontrando su equivalente ecuestriano. En particular, se decantó por el hechizo de levitación que había practicado con Spike dos días antes de empezar y cómo difería de la levitación de los unicornios.
El método unicornio involucraba rodear un objeto con un aura de poder; a continuación, se aumentaba la potencia para reemplazar una energía con otra y así aplicar un movimiento físico absoluto sobre el objeto, ya fuera para moverlo o rotarlo. Había variantes un poco más avanzadas que se acercaban un poco más al método poni, fue realmente interesante para ella volver a ver todos esos conceptos. Los potros unicornios practicaban lo suficiente hasta que les salía solo, como caminar; pero caminar de una manera instintiva no ayuda a averiguar cómo una pata digitígrada difería de una plantígrada.
El hechizo de levitación, Wingardium Leviosa, implicaba un aura casi desde su comienzo, pero era casi como un efecto secundario y apenas visible. La característica principal de cómo funcionaba el hechizo se asemejaba a una correa de sujeción. Ligeramente elástico, muy fuerte y capaz de levantar un gran peso sin transferir mucha fuerza, surgía directamente de la varita (o mano) y casi "apalancaba" el objeto alrededor. La clave estaba en el movimiento relativo, no absoluto.
Todo ello en su conjunto era absolutamente fascinante.
Luego estaba Astronomía, una clase divertida, sobre todo para Twilight, ya que había comenzado con un nuevo cuaderno lleno de cosas para sugerir a Luna en cuanto regresaran a casa; en Transformaciones Twilight tuvo que esforzarse mucho más para tratar de averiguar cómo funcionaban los hechizos, obteniendo varias páginas de notas inconclusas y una silenciosa transformación al final de las clases. En Defensa Contra las Artes Oscuras Quirrell explicó a trompicones que una parte importante de la defensa era una ofensa no letal, y que era importante ser capaz de lanzar bien los hechizos. Empezó enseñando una serie de hechizos menores a la clase y cómo funcionaban, como un preludio muy básico antes de abordar las distintas formas mágicas de lucha. También explicó que los hechizos en cuestión podían ser detenidos incluso por el escudo mágico más básico, pero aplicando el suficiente poder sobre ellos, se podía dar al traste con cualquier escudo.
Fue un enfoque diferente al de su antiguo profesor Lodestone, el cual habría hecho hincapié en el movimiento y a la inventiva en cuanto al lanzamiento de hechizos ofensivos y defensivos se refiere; pero Twilight ya estaba pensando en maneras de mezclar los dos estilos, junto con algunos trucos de su propia cosecha, y combinando las técnicas de ambas escuelas.
Las lecciones de vuelo, por el contrario, eran algo totalmente diferente. Aparte de todo lo demás, eran sólo durante un trimestre y no era necesario el uso de varita.
Twilight tuvo que quedarse fuera de las clases porque el profesor Kettleburn no había sido capaz de confirmar si era seguro que ella montara en una escoba, sin manos para agarrarla; aunque la solución vino de un encantamiento de amortiguación personalizado del profesor Flitwick, el cual lo había previsto. Gracias a eso pudo asistir a las clases y alzar el vuelo, lo que hacía que su corazón se dispara cada vez que veía a Spike volando a su lado con una sonrisa salvaje dibujada en el rostro. Incluso había sido capaz de atrapar a Neville cuando se cayó de su escoba. Aunque Harry resultó tener un talento especial para volar, lo que le recordó a Dash; los dos poseían fuerza, vigor y una espectacular habilidad de vuelo.
Antes de que se dieran cuenta, un día festivo se acercaba. Se trataba de una fiesta que ambos ecuestrianos reconocieron en concepto, si no en detalle, y que habían dado lugar a otra discusión con Percy sobre coincidencias cósmicas. Dicha fiesta era algo muy similar a la Nightmare Night.
Twilight había trabajado durante la mayor parte del domingo haciendo su disfraz, el cual constaba de una capa hechizada para que tuviera forma de alas y hacerla casi idéntica a la princesa Luna; Spike también había decidido esforzarse con el suyo, resultando en una armadura en miniatura que le daba un aspecto de caballero.
Las expresiones en las caras de todos cuando dejaron su habitación esa noche, sin embargo, les dijeron que no habían captado la esencia de los disfraces.
-¿No os disfrazáis?-preguntó Spike-tardé horas en soldarla. ¡Tuve que conseguir carbón extra para mantener mi fuego encendido!
-Bueno, de vez en cuando. Pero eso es para el truco o trato. Nosotros no solemos disfrazarnos durante las vacaciones, y por lo general usamos disfraces de miedo. Creo que los estadounidenses lo hacen más como vosotros-respondió Seamus-aun así, estáis impresionantes, los dos.
Los gemelos Weasley esbozaron sendas sonrisas traviesas e idénticas en sus rostros.
-¿Por qué no vemos lo que tenéis que decir en la fiesta?
-¡Por mí vale!-sonrió Spike, de forma retadora.
Twilight trató de reprimir una sonrisa por su parte, pero al final cedió. Esa era el tipo de cosas que la verdadera Luna más le gustaría.
-Recordad, todo va a estar preparado, lo sé, pero no reaccionéis demasiado pronto o demasiado tarde. Será más divertido si lo tratáis como si fuera algo usual-indicó ella unos minutos antes de bajar al comedor.
La mayoría de los presentes, entre ellos los gemelos, Ron, Neville, Lee Jordan, Seamus, Dean, otros dos chicos y tres chicas del equipo de Quidditch, sonrieron con complicidad. Twilight canceló entonces el hechizo, volviendo a su estado normal, y guardó la armadura de Spike en una caja pequeña con un hechizo de contracción.
Con esa sencilla técnica, tan solo sería sacar la armadura, reactivar el hechizo y en pocos segundos estarían disfrazados de nuevo.
-Oye, Harry, ¿vienes?-preguntó Ron, mirando al chico en cuestión-¡vamos, amigo, es Halloween! ¿No quieres venir?
Neville jadeó de repente, y tiró del brazo de Ron, espetándole.
-¡Cállate!
-¿Qué?-inquirió Ron, enfadado.
-Mira, Ron... es Halloween. El día en el que Quien tú ya sabes murió-le recordó él, molesto.
-¡Sí! ¡Es un día de celebración!-exclamó Ron, encogiéndose de hombros.
-Es el día en el que los padres de Harry murieron-señaló entonces Neville.
Todo el mundo se estremeció de pronto, comprendiéndolo en el acto.
-Oh...
-Pobrecillo…-murmuró Alicia.
-Sí, me preguntaba por qué estaba tan callado-pensó Seamus en voz alta.
-¿Se podría decir así? Quiero decir ¿normalmente?-trató de bromear Dean, sin apenas resultados.
-Creo que deberíamos... darle un poco de espacio-sugirió Neville, al ver como se lo tomaba la gente.
-Está bien.
Varias personas asintieron, y Spike corrió hacia Harry.
-Para que lo sepas, vamos a estar en la fiesta, ¿de acuerdo?-le dijo el dragón en voz baja.
Harry asintió ligeramente.