Luz.- Parte Tres.
Recuerdos, los recuerdos son la base de tu vida, y muchos de los recuerdo que guardo con mas amor y dolor en mi corazón son las vivencias que tuve en ese campamento en medio de las tierras del caos.
Ya habían pasado dos semanas desde que Luna y yo habíamos sido derrotadas en nuestro primer enfrentamiento con Discord. En ese tiempo yo continué aprendiendo hechizos prácticos con Little Light, Luna por su parte frecuentaba mucho a la curandera del campamento, a pesar de que esta se mostraba muy poco amigable hacia nosotras.
Aunque yo pude haber aplicado los hechizos que aprendí a gran escala Little light me recomendó que me contuviera, ya que podría llamar la atención de Discord y este destruiría mis esfuerzos fácilmente.
Logré mejorar la cosecha de trigo y heno y producir un poco de agua, que era muy escaza ya que era extraño que Discord permitiese que lloviera normalmente, y aunque en un principio la lluvia de chocolate suena atractiva después de un tiempo te das cuenta de que las plantas no pueden crecer con eso y que el chocolate estancado se descompone y se vuelve un foco de enfermedades.
Los ponies del campamento rápidamente se acostumbraron a nuestra presencia, pero para nosotras no fue fácil acostumbrarnos a esa vida. Por primera vez en los incontables siglos que habían transcurrido desde nuestro nacimiento experimentamos hambre, dolor, frio.
A pesar de nuestro origen divino no éramos tratadas diferente por el resto de los ponies, con excepción de Dark Cloud, a quien la mayoría del campamento consideraba una especie de loco y muchos creían abiertamente que se había vuelto ´gris´.
Sin embargo estoy agradecida de haber sufrido igual que los ponies y ser tratada igual que un pony más, ya que me ayudó a enfocarme en mi misión en un sentido más realista, a diferencia de Antares.
Recuerdo un día en el que se burló abiertamente de mi cuando ayudando a trasladar un fajo de paja tropecé y caí en un charco de lodo. Me levanté muy molesta mientras me quitaba la mezcla de tierra y chocolate de mi cara.
-Maldita bestia, ¿Por qué en vez de burlarte y quedarte viendo no ayudas?
Antares se encogió de hombros.
-Eso es trabajo de ponies.
Su respuesta y el gesto de indiferencia incendiaron mi ánimo, desde que descendí descubrí que me enfadaba con mucha más facilidad de la que creía, inclusive sobrepasando los ataques de orgullo que Luna ocasionalmente mostraba.
-¿Trabajo de ponies?, ¿A qué demonios te refieres?
El rostro de Antares cambió a uno similar al de un adulto que le explica algo de nuevo a un potro necio.
-Escucha, ustedes los ponies se encargan de reparar, construir cultivar y todo eso. Honestamente me sorprende que hayan resistido hasta ahorita, pero son demasiado frágiles y débiles, una raza inferior a nosotros los dragones.
-Como no pueden defenderse de peligros mayores ustedes solos ahí es donde entro yo, quemo hidras, mastico arpías y cosas por el estilo, se que los ponies en sus mejores días podrían hacer eso perdiendo uno o dos guerreros en el proceso. Pero definitivamente ya no están en sus mejores días, así que yo los cuido. Como un pony que protege un grupo de ratones de un gato.
Le miré directamente a los ojos, aunque debo admitir que aun después de haber hecho lo mismo con el creador de los dragones era un reto mantenerle la mirada al gran reptil.
-¿Los ponies son inferiores?, ¿Qué hay de ese tal Starswirl entonces? Según tengo entendido te derrotó en un duelo.
La mirada de Antares se volvió lejana.
-El viejo necio era diferente, dudo mucho que llegue a existir otro pony o alguien de cualquier otra raza igual a él. Si los ponies vivieran tanto como los dragones y el aun estuviera aquí Discord ya sería historia desde hace mucho tiempo. Pero ustedes viven muy poco tiempo, y ninguno de los magos o guerreros que han aparecido desde que Discord llegó pueden ni siquiera pensar en tocarle un pelo.
Asentí.
-Y tú no le enfrentas porque tienes miedo.
El dragón me miró furioso, pero antes de que el dijera algo continué hablando.
-No puedes enfrentarlo porque no estás seguro de tu fuerza. Si pones una buena pelea y te derrota no hay problema, porque te considerara divertido y querrá jugar contigo después. Pero si eres débil y no lo entretienes te matará. O peor aún, puede que des una buena pelea, demasiado buena, y te acerques a derrotarlo pero no lo hagas, entonces definitivamente te matará y tienes miedo de dejar a los ponies solos. Eso es lo que nos pasa a mi hermana y a mí.
El rostro de Antares se volvió un mar de sentimientos, pude ver sobretodo sorpresa y enojo. No era fácil leer a un dragón, y yo lo había leído como un libro escrito con letras gigantes.
-Es más complicado que eso. -Consiguió murmurar.
Traté de aprovechar lo que creí era un estado vulnerable.
-Ahora que sabemos que tenemos algo en común, ¿vas a ayudarme?
El dragón sonrió.
-Niña, nunca veras el día en que un dragón trabaje con o para un pony, eso te lo puedo asegurar.
Me le acerqué más.
-Deja de llamarme niña, ¿quieres?, tengo la misma edad que el sol. Deberías tratarme con más respeto.
El reptil se encogió de hombros.
-¿Y qué?, ¿piensas ganarte mi respeto con tu edad? Necesitas demostrarme cuanto vales, demostrar que eres útil. Hasta ahorita a pesar de ser la hija de los titanes no has hecho nada.
Señalé el montón de paja.
-¿No he hecho nada?, ¿entonces qué es esto?, ¿crees que salió mágicamente de la tierra?
Antares levantó una ceja, medité un par de segundos acerca de lo que acababa de decir.
-Técnicamente si salió mágicamente de la tierra, ¡Pero fui yo quien lanzó el hechizo!
El dragón bufó despectivamente.
-Solo estás copiando el hechizo de Golden Sunshine, el nieto de Clover. El si era un pony que valía la pena, no andaba por ahí presumiendo el hecho de ser familia de alguien importante, el creó hechizos nuevos. No se limitó a copiar lo de los demás y tratar de obtener reconocimiento por eso.
Sentí como la ira me invadía de nuevo. Las palabras del dragón tal vez eran ciertas, pero a diferencia de los acertados consejos y pequeños comentarios de Little Light estas estaban llenas de desprecio y de burla.
-Suficiente. -Dije en una voz que me resulto extrañamente calmada al mismo tiempo que adoptaba una pose de ataque.
-Tendremos un duelo, y cuanto te derrote dejaras de tratarme de esta manera.
Antares sonrió y se levantó inmediatamente.
-Adelante.
Entonces sucedió algo que me sorprendió.
Antares creció, se volvió más grande de lo que ya era, pude literalmente escuchar como sus escamas se volvían más gruesas, sus músculos más fuertes, como sus huesos se volvían más densos. Sus garras, colmillos, cuernos y púas crecieron y se volvieron más afilados.
Las púas que cubrían la maza de hueso al final de su cola fueron las que crecieron más. Mientras analizaba ese detalle sucedió algo aun más sorprendente, los dos tercios finales de la cola del dragón estallaron en llamas. Un fuego intenso que ardía salvajemente.
-Antares Cola Llameante.-Murmuré.
-Exacto niña, ¿lista para la paliza de tu vida?
El dragón se colocó mostrándome un costado y balanceando su cola lentamente, me miraba fijamente a los ojos. Sentí como me analizaba, atento a cada detalle de mis movimientos, pero había algo más en su mirada.
Trataba de dominarme con ella, de intimidarme, y lo estaba logrando. Los ojos del dragón comenzaron a ocupar todo mi mundo, arrastrándome lentamente a un estado de miedo e incertidumbre. Puse toda mi fuerza de voluntad en resistir esa lucha
Antares levantó repentinamente su cabeza y puso tenso todo su cuerpo, olfateando a los alrededores.
-Hidra de Lerma. –Murmuró antes de desplegar sus alas y alejarse volando.
Me quede perpleja y en silencio por un par de minutos. Sabía que el dragón no se alejaría de una pelea, después de dejar la paja en el almacén del campamento le pregunté a Little Light.
-¿Hidra de Lerma?, hacía mucho tiempo que no teníamos una de esas, de los pantanos del este seguramente. Ese viejo dragón debe estar riéndose como tonto, por fin una buena pelea.
-¿Qué es una hidra de Lerma?- Le pregunté a la unicornio anciana.
-Veras querida, ¿recuerdas a esa hidra que viste cuando Luna y tu acompañaron a los recolectores?, pues una hidra de Lerma es tres veces más grande, tiene diez cabezas y si le cortas una le crecen otras dos a menos que cauterices la herida con fuego. El viejo Antares estará bien, ahora hazme un favor y dile a Sharp Steel cuanto heno y paja tenemos guardados.
Durante el tiempo que llevaba en el campamento aprendí que Sharp Steel era descendiente de Golden Day, el último rey del país llamado Equestria. Cuando Discord apareció y mató al rey un unicornio llamado Quick Mind huyó del trono de Discord, que en ese entonces era una ciudad llamada Canterlot, con el hijo del rey.
Quick Mind era un antepasado de Little Light, y aunque técnicamente Sharp Steel era el rey, algo en lo que Dark Cloud insistía mucho, a él le molestaba el titulo y decía que no podía ser rey si el supuesto reino había dejado de existir hacia incontables siglos. Aun así él era el líder no oficial del campamento, Little Light su consejera, Dark Cloud su ayudante y obviamente Antares la fuerza bruta.
Había varios campamentos mas esparcidos por todo el territorio, y caravanas de ponies nómadas que comerciaban con o atacaban a los campamentos, nadie sabía exactamente cuántos campamentos y caravanas existían y hasta donde llegaban las tierras del caos. Sharp Steel me habló de un grupo de terrestres que huyó hacia el norte y que por mucho tiempo pudo prosperar, pero algo sucedió. El jefe de esos ponies se volvió loco y se suicidó y su hijo fue aun más al norte, a una tierra que según los rumores era habitada por una raza de lobos mientras que el resto de los ponies se perdía entre la nieve, logrando sobrevivir muy pocos que se vieron obligados a regresar a las tierras del caos.
Encontré a Sharp Steel sentado afuera de su choza, que funcionaba también como sitio de reuniones del campamento. Hablaba con un par de unicornios cuando me le acerqué y le informé acerca de las reservas de comida.
Estábamos hablando de eso cuando escuchamos un grito, vimos llegar a un pegaso café que se estrelló contra el suelo y rodó varios metros, corrimos hacia él. estaba muy mal herido, cubierto de rasguños profundos y una marca de mordida en el cuello, su ala en un estado terrible debido al impacto. El pegaso nos miró y murmuró.
-Arpías… caravana… suroeste.
Sharp Steel gritó inmediatamente a nadie en específico.
-¡Traigan a Last Wind!, ¿Dónde está Antares?
-Fue a pelear con una hidra. -Le contesté.
Sharp Steel maldijo y volvió a gritar.
-Dark Cloud, reúne ocho voluntarios para una misión de rescate.
-Que sean siete voluntarios. –Le dije.
El unicornio, asintió. En cuestión de minutos Sharp Steel, Dark Cloud, tres ponies terrestres, dos pegasos, un unicornio y yo partimos en busca de los ponies atacados. Sharp Steel se puso la vieja armadura que vi en su choza el primer día junto con la espada con la que una vez me amenazó. Avanzábamos rápidamente pero sin correr para no llamar la atención de algún monstruo y para ahorrar energías.
Llegamos a un campo de escombros, ruinas de otra ciudad pony, Dark Cloud y los otros pegasos descendieron.
-Tenemos que escondernos por unos minutos.
Todos nos ocultamos detrás de los restos, esperando. Yo no entendía lo que pasaba pero después de unos segundos escuché el ruido ahogado de unas pisadas de algo que se movía lentamente.
Observé a la criatura que husmeaba los escombros, era como un león pero mucho más grande, de color rojo, alas de murciélago y cola de escorpión. Se acercaba cada vez más a nosotros, preparé mi hechizo y estaba a punto de atacar cuando Sharp Steel me detuvo.
-Es una manticora, mientras no lo molestemos no se meterá con nosotros.
La bestia olfateó los alrededores y captó nuestro olor, miró en nuestra dirección y su mirada se cruzó con la mía. Me di cuenta que la intención de su mirada no era diferente a la que había visto en animales normales. Nos analizó durante unos segundos y después siguió su camino, cuando desapareció de la vista nosotros hicimos lo mismo.
-Era… era como si fuera una criatura normal, ¿Por qué se comportó así?
Sharp Steel se encogió de hombros.
-Una manticora no atacará a un grupo de ponies a menos que esté herida o extremadamente hambrienta. Afortunadamente pueden comer carroña así que eso no pasa muy a menudo.
-Sí, pero a lo que me refiero es que todos los monstruos que me he encontrado son… agresivos, si no es que malvados. ¿Por qué estas son diferentes?
Sharp Steel me contestó mientras reanudábamos el camino.
-Algunos monstruos son así, tal vez eran animales normales que Discord cambió. Pero las arpías son algo totalmente diferente.
Llegamos a un campo cubierto de enormes zarzas con espinas tan grandes que atravesarían a un pony y arboles flotantes. Lo primero que encontramos de la caravana fueron los restos de un pegaso. Algo lo había devorado en parte y dejado lo demás como carroña.
Me mareé ante la vista y tuve que recargarme contra una de las plantas, traté de tomar aire por la boca pero no funciono y rápidamente perdí el escaso desayuno que había tomado al iniciar la jornada.
Aun me sentía mareada y forzaba mi vista lejos del grotesco espectáculo cuando escuchamos un grito, los ponies a los que acompañaba corrieron en la dirección de la cual provenía y yo los seguí trastabillando.
De nuevo tuve que detenerme ante lo que se desarrollaba frente a mí. Un grupo de no más de diez pegasos era atacado por unas horribles criaturas que los superaban ampliamente en número, había más cuerpos de pegasos en el suelo donde las bestias ya se estaban alimentando de ellos.
Me quede congelada al mismo tiempo que Sharp Steel y sus ponies se lanzaban al ataque. Me avergüenza admitirlo pero no supe que hacer, durante unos minutos me quedé solo mirando, agobiada por la situación.
Fui sacada de mi estupor de una manera terrible, uno de los pegasos cayó frente a mí y sobre él aterrizó uno de los monstruos. Su cuerpo era como el de una serpiente de gran tamaño, pero tenía alas y garras de ave de presa, la cabeza era similar a la de un pony pero grotesca y con horribles ojos rojo brillante.
La criatura clavó sus garras en la espalda del pegaso y antes de que pudiera hacer algo le mordió el cuello y le rompió las vertebras con un sonido que aun me persigue. Puede ver como la luz se apagaba en los ojos del pobre pony, su última mirada una súplica de ayuda que no pude proporcionar.
Exploté, no recuerdo muy bien cómo fue que logré lo que sucedió en los siguientes segundos. La harpía estalló en llamas y de alguna manera la lancé contra las espinas de las zarzas donde la empalé, continúe empujándola con mi magia hasta que la gruesa rama se rompió.
Grité con furia mientras lloraba y miré al cielo, me enfoqué en las decenas de puntos negros que identifique como arpías, combiné el hechizo que aprendí de los libros de Little Light con que ya conocía e hice que las zarzas se extendieran hacia el cielo buscando a los monstruos.
Las ramas los golpearon violentamente, encajándolos en sus espinas, aun así eran demasiados. Me lancé hacia el cielo con una explosión de luz, me contaron que mientras lo hacía seguía gritando y llorando.
No recuerdo que es lo que pensaba, solo sentía furia y tristeza, me enfoqué en la siempre creciente cantidad de arpías que se habían olvidado de los otros ponies y se lanzaban en mi contra, cerré los ojos y deseé con todas mis fuerzas que murieran de una forma igual de horrible que ellas habían hecho morir a esos ponies.
Sus graznidos de dolor me hicieron abrir los ojos y recuperar un poco el control sobre mí misma. La mayoría de las harpías caían al suelo envueltas en llamas pero aun así su número no parecía disminuir, me preparé para un nuevo ataque cuando escuché la voz de Sharp Steel.
-¡Celestia, ya terminamos lo que vinimos a hacer aquí!, ¡regresemos!
Miré hacia al suelo, los ponies se retiraban. Regresé mi vista al frente y sacudí mis alas para crear un viento que barrió a las harpías, descendí y me uní a mis compañeros que huían a toda velocidad.
No nos detuvimos hasta que llegamos a los escombros de nuevo. Ahí nos escondimos para recuperar el aliento y revisar a los pegasos. Solo rescatamos a tres, dos yeguas y un potro, la caravana debió de haber tenido por lo menos veinte miembros y solo quedaban tres, cuatro si el pony que nos advirtió había sobrevivido a sus heridas.
Mientras tratábamos de calmar y atender las heridas de los supervivientes Dark Cloud habló.
-Su majestad, Bitter Rot no está.
Sharp Steel no hizo caso de cómo lo llamó el pegaso y miró a los ponies, en efecto faltaba uno de los ponies de tierra, el unicornio me miró.
-Lleva a los ponies de regreso al campamento, yo buscare a Bitter Rot y lo traeré de regreso.
-No puedes ir solo, iré contigo.
Sharp Steel negó con la cabeza.
-No, necesito que alguien guie a los ponies por si pasa algo. La mayoría no confía en Dark Cloud, Little Light ya no está en edad y Antares… es Antares.
-Yo no sé nada de guiar a los ponies. Y… honestamente, sé que es difícil aceptarlo, pero ¿porque arriesgarte tanto por un pony que quizá ya no esté vivo?
Sharp Steel se lamió los labios.
-Mi padre me dijo que jamás dejara a nadie atrás, sin importar que. Además Bitter confió en mí como líder, puso su vida en mis pezuñas y no pienso traicionar su confianza. Si eres uno de mis ponies siempre estaré junto a ti sin importar cuales sean las circunstancias. Ahora por favor no traiciones la confianza que te tengo y lleva a mis ponies de regreso. Y si no vuelvo se que tu y Luna podrán hacerse cargo de todo.
Me quede inmóvil por un par de segundos, lamí mis labios y asentí. Sharp Steel se alejó galopando y yo me volví hacia los ponies, siete pares de ojos mirándome con dudas.
-Muy… muy bien… ya escucharon a Sharp Steel, hay que regresar al campamento, el nos alcanzará después.
Los ponies permanecieron inmóviles. Me aclaré la garganta.
-Hey, es en serio, tenemos que irnos ya, la parvada de arpías puede regresar en cualquier momento.
Uno de los ponies se adelantó.
-¿Porque?, el que Sharp crea en ti no significa que nosotros lo hagamos, ya se ha equivocado antes.
El unicornio que habló se dio la vuelta.
-Yo digo que ayudemos a Sharp Steel a rescatar al tonto de Bitter.
Hubo una serie de respuestas afirmativas y con la excepción de Dark Cloud comenzaron a moverse en la misma dirección en la que había partido Sharp Steel.
-¡Esperen!- Les grité -Esta bien, sé que no soy buena líder, probablemente jamás aprenderé como dirigir un grupo, pero tenemos a unos ponies heridos aquí. Hay que atenderlos y necesito de su ayuda para llevarlos con bien al campamento. Si Bitter Rot murió y estos ponies no sobreviven estarían desperdiciando su sacrificio Si quieren verlo así no lo hagan por mi o por los pegasos, sino porque es lo que Sharp Steel hubiera querido.
Los ponies se miraron entre si y asintieron, se disponían a cargar a los pegasos cuando alguien más habló.
-¡Que discurso tan conmovedor!, se me salen las lagrimas.
Me congelé al escuchar la voz, los ponies retrocedieron y muchos se arrojaron al suelo. Giré lentamente mi cabeza, ahí estaba Discord, mirándome sonriente.
-Hola Celestia. ¿Cómo has estado?
Bajé mi Cabeza y le apunté con mi cuerno, lista para liberar una descarga de fuego, pero Discord se lamio el dedo índice y lo puso en la punta de mi cuerno, cancelando mi magia con un sonido similar al que se escucha cuando se apaga fuego con agua. El demonio me sonrió.
-Las extrañé Celestia, a ti y a tu hermana.
-Guarda silencio maldito monstruo.
Discord se movió a una velocidad impresionante y me abrazó.
-¿Por qué me hablas así?, creí que tú, tu hermana y yo teníamos algo especial. ¿Acaso todo lo que pasamos juntos no significó nada para ustedes?
Lo empujé lejos de mí y traté de concentrarme en un nuevo hechizo. Discord se llevó las garras a la cara y comenzó a llorar.
-Están viendo a otro señor del caos eterno a mis espaldas ¿verdad?, ¡Dímelo ya!, después de que hice todo esto para ustedes.
Esa última frase me tomó por sorpresa.
-¿Qué?
Discord se limpió las lágrimas con un pañuelo y habló entre sollozos.
-Sí, la hidra para distraer al dragón, el ataque de las arpías. Todo lo hice por ustedes.
Su rostro se volvió más amenazante y el ambiente pareció volverse más oscuro.
-Lo hice para recordarles que es lo que se supone que deben de hacer, en vez de estar perdiendo el tiempo jugando a la granjita o al doctor, es una lástima que Luna no estuviera aquí. Pero recuérdalo, son mis nuevos juguetes favoritos y quiero divertirme lo más posible con ustedes. Así que no tarden en venir a jugar o me veré obligado a hacer cosas más drásticas.
En ese momento un relámpago golpeó uno de los arboles que flotaban bocabajo destruyéndolo, antes de que me diera cuenta Discord se apoyo con su codo en mi lomo mientras se rascaba la barbilla con la otra garra y observaba los restos del árbol de manera crítica.
-¿Crees que quedó bien?, es difícil lograr el efecto dramático-intimidante de manera perfecta. Espero que el mensaje haya quedado claro.
Reapareció de nuevo frente a mí.
-Aunque en mi plan original Luna también venia y no sobrevivía ninguno de los pegasos. Bueno, supongo que puedo arreglar la falta de Luna con unos cuantos ponies muertos más para dejar bien claro el mensaje.
Señaló al grupo de ponies temblorosos con su garra de león, en la punta de su dedo comenzó a formarse una esfera que parecía estar hecha de un líquido negro translucido. El paisaje alrededor de la esfera comenzó a deformarse, como si la magia tuviera el mismo efecto sobre la realidad que tiene un cristal sobre la luz. Y la esfera se desprendió del dedo del demonio.
De nuevo reaccioné instintivamente, me convertí en luz y me moví enfrente de los ponies, desplegué mis alas y concentré mi magia para formar un escudo.
Y entonces sucedió… algo, sentí una fuerza terrible que me sacudió y oprimió en todas direcciones, me faltó el aire y mi visión se volvió borrosa antes de que perdiera el sentido. Cuando abrí los ojos me encontré en una cavidad en el suelo, no el cráter de una explosión sino una media esfera con paredes tan lisas como el vidrio.
Aun desorientada salí como pude del agujero, afortunadamente debí de haberme desvanecido solo por unos segundos ya que los ponies continuaban en el mismo lugar, aun temblando. Discord también seguía ahí.
-Bueno, eso fue realmente estúpido. Te voy a pedir por favor que no hagas algo como eso de nuevo, pero por lo menos ya no necesitas un baño.
Tenía razón, la suciedad y el lodo que se habían acumulado sobre mi cuerpo durante el tiempo que había estado en el campamento había desaparecido. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, el hechizo de Discord era similar a uno que utilizaba mi padre, negaba la existencia misma de las cosas y solo había sobrevivido por la naturaleza divina de mi cuerpo. Discord estaba junto a mí y me dio unas palmaditas en la cabeza.
-Bien, bien, ¿ahora por qué no tomas un descanso y dejas a tío Discord hacer su trabajo?
Señaló de nuevo a los ponies, yo aun estaba desorientada por el ataque y no podía ponerme de pie. La esfera de magia comenzó a formarse.
-No…- fue lo único que logré murmurar.
Discord saltó para atrás, al mismo tiempo algo enorme aterrizó con violencia en el lugar en el que él había estado. Hubo un borrón de movimiento rojo y dorado y un rugido que me aturdió aun más.
Antares estaba ahí, aun mas imponente que cuando lo desafié a un duelo, sus escamas se habían vuelto de un color más opaco y su mirada por lo general desdeñosa ahora estaba inyectada de sangre. Sin pronunciar palabra alguna abrió su boca y de ella brotó un delgado torrente de llamas color azul.
Discord torció ligeramente la espalda para esquivarlo al mismo tiempo que producía una pequeña rama con bombones ensartados que colocó con habilidad en el fuego.
-¡Nada mejor que unos bombones calcinados para celebrar la reunión de mi viejo juguete con el nuevo!, ¿Cómo has estado Antares?, tiempo sin verte.
El dragón rugió y se preparaba para atacar de nuevo cuando Discord chasqueó sus dedos, enormes cadenas al rojo vivo brotaron del suelo y ataron a Antares. Discord descendió y se recargó en la nariz del dragón que se sacudía violentamente.
-Sabes Antares, lamento decirte esto pero lo nuestro ya no funciona. He encontrado a alguien más que me da lo que tú no puedes. Espero que comprendas y sigas adelante con tu vida, estoy seguro que encontraras a alguien.
El demonio se elevó de nuevo y me sonrió.
-Bueno, esto me puso de muy buen humor. Dejare a los ponies ir por ahora. Espero que tú y Luna no se tarden mucho en visitarme, si no lo hacen tal vez vaya a jugar con ustedes en ese campamento. Y por cierto, puedes salir de detrás de esas rocas, Sharp Steel.
El unicornio apareció lentamente de detrás de unos escombros, ayudando a caminar al pony perdido. Sharp Steel miraba a Discord con ira contenida y no dijo ninguna palabra. El monstruo aplaudió con una sonrisa.
-Excelente, solo falta la anciana demente y la otra hermana para que esto fuera una reunión muy especial. Pero en estos momentos mi agenda está llena y me tengo que retirar, esos búfalos no van a comenzar a volar solos, ¿saben?
Chasqueó de nuevo los dedos y desapareció con un destello de luz blanca, las cadenas de Antares desaparecieron y el dragón se elevó inmediatamente rugiendo y lanzando fuego azul, pero todo fue en vano.
Regresamos al campamento en silencio, las palabras de Discord se apilaban sobre mis pensamientos con el peso de todo eso pegasos muertos. Sharp Steel debió de adivinar lo que estaba pensando porque se me acercó.
-No es tu culpa, el único culpable es ese maldito loco.
-Si Luna y yo fuéramos mas fuertes esto ya se hubiera terminado.
Nos interrumpió la voz de Antares.
-Niña, si quieres un consejo te recomiendo que no le des muchas vueltas al asunto, Sharp Steel tiene razón. Por cierto, eso de saltar enfrente del hechizo del bastardo, me gustó, bien hecho.
Llegamos al campamento cuando ya era hora del descanso, los heridos fueron llevados con Last Wind mientras yo regresaba a la choza de Little Light.
Luna me inundó con preguntas pero solo me limite a repetirle la amenaza de Discord con voz cansada. Cuando terminé Luna me miró fijamente.
-¿Eso fue todo lo que ocurrió? Celestia, no te vez muy bien, ¿Qué mas pasó?
Algo se rompió dentro de mí, La abracé y comencé a llorar como nunca lo había hecho. Continúe haciéndolo por solo mis padres sabrán cuanto tiempo hasta que el cansancio me venció y me dormí en los brazos de mi querida hermanita.