Más que amistad [Romance] [Dark] (Actualizado capítulo VI)

[Alas Negras]

Eh, que uno no es una máquina y este era un capítulo complicado xD. Gracias igualmente, ahora mismo arreglo el error.

[Sr_Atomo]

Fanfic muy bueno e interesante. Aunque pueda parecer, por el título y la sinopsis, que es la enésima adaptación de un shipping entre dos yeguas, esta, aparte de estar muy bien escrita, tiene mucho más, hasta el punto de dejar dicho shipping como un elemento en segundo plano.

Que sepas que me está encantando, Alas Negras.

[HeyThereNana]

Noooo ya no tendré mi jamón

[Volgrand]

Tópico, bastante tópico... pero fantásticamente bien escrito. Ya te haré un review en detalle

[Alas Negras]

Fanfic muy bueno e interesante. Aunque pueda parecer, por el título y la sinopsis, que es la enésima adaptación de un shipping entre dos yeguas, esta, aparte de estar muy bien escrita, tiene mucho más, hasta el punto de dejar dicho shipping como un elemento en segundo plano.

Que sepas que me está encantando, Alas Negras.

Gracias Atomo, me alegro mucho de tener tu opinión y que disfrutes de la historia. Seguiré esforzandome por mantener la calidad y mejorar más aún.

Noooo ya no tendré mi jamón

Eso te pasa por aprovechada xDDD.

Tópico, bastante tópico... pero fantásticamente bien escrito. Ya te haré un review en detalle

¿Volgrand aquí? Creía que no te molaba el romance xDD. Gracias y espero tu crítica con ansias.

[Alas Negras]

Bueno chicos, ha pasado mucho tiempo, ¡cinco meses ni más ni menos! Pero quiero que sepáis que a pesar de las dificultades y la horrible falta de tiempo eh seguido escribiendo y así pienso seguir, de modo que os traigo un nuevo capítulo. Espero que os guste y que el parón haya aumentado mi calidad jeje.

Spoiler:

CAPÍTULO VI

Una vez más el sol volvió a alzarse por el horizonte. En el bosque, aquella luz se filtró por las copas de los árboles, reflejándose en las gotas de rocío, para finalmente acariciar a los animales con la ternura propia de una madre. Comenzaron a salir de sus guaridas, recibiendo la promesa de un nuevo día con vivaz entusiasmo. No todos, por supuesto. Los animales nocturnos se retiraron, sin otra opción que dejar sus dominios a merced de los diurnos, al menos hasta el momento en que la luna y las estrellas volvieran a alzarse.

Depredadores y presas de todo tipo dejaron de lado sus instintos y caminaron juntos, atravesando las lindes del bosque. Su objetivo no era otro que seguir el dulce canto que llegaba a sus oídos y que procedía desde la cabaña de la colina, semejante a la canción de una sirena. Pero al contrario que esta, aquella melodía no encerraba amenaza alguna; era simple, sincera y cargada de felicidad.

Siempre había sido así, pero hoy poseía un matiz diferente que todos los animales pudieron notar. Llevaban años yendo a la casa de la pegaso amarilla, buscando sus cuidados, y conocían su canto con tanta perfección que no había manera de que aquel cambio les pasara desapercibido. Esa sutil diferencia conseguía llevar la melodía a un nuevo nivel, haciendo que todos los animales se quedaran embelesados. Ninguno de ellos se atrevió a hacer el menor ruido mientras recibían su ración, temerosos de perderse aunque solo fuera una nota.

Fluttershy cumplía sus tareas sin ser consciente de ello, feliz. Finalmente se había librado del miedo y la culpa que la atenazaban desde las últimas semanas, aunque en su interior quedase todavía un rescoldo que no se apagaría con facilidad. A su mente venían destellos de aquellos recuerdos sin que pudiera evitarlo. El momento de la no-cita, cuando había arruinado su amistad por ser estúpida y ver cosas que no existían. La certeza de ser la única y total responsable de aquella situación la había corroído por dentro como un veneno. Rainbow lo había negado cuando vino a disculparse, insistió en que era culpa suya, pero Fluttershy sabía que solo lo decía por ser amable. Dash no había iniciado aquel beso, había sido ella.

Noche tras noche era algo que no podía olvidar, un sentimiento que le oprimía el corazón y no la dejaba vivir. Además, ahora que Rainbow sabía sus sentimientos, mantenerse a su lado se había vuelto una tarea casi imposible. Ya no era capaz de mirarla a los ojos, segura de que vería en ellos el rechazo de aquella noche, ni deseaba forzarla con incómodos encuentros a solas, de modo que había hecho lo que mejor se le daba; esconderse. Su amistad se sentía como un fino hilo de cristal, tan frágil que cualquier contratiempo podía romperlo. Y Fluttershy no podía soportar la idea de que eso sucediera. Por mucho que le doliera, era mejor permanecer apartada de Dash si eso la ayudaba a olvidar lo ocurrido.

Pero no era cierto y solo ahora se daba cuenta del terrible error que había cometido. Rainbow no la había culpado en ningún momento ni se sentía molesta. Al contrario, confiaba en ella y la apreciaba igual que antes, tanto que no había dudado en acudir a confesarle aquel secreto que para ella era tan importante. Se sentía muy estúpida por haber pensado lo contrario, pero por fin todo había acabado. Esas semanas de miedos y angustia ya quedaban atrás y todo volvería a ser como antes.

Salvo por un detalle importante. Ahora tenía una negativa directa. Ya no podía soñar con un futuro donde ella y Rainbow estuviesen juntas. Era algo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo, pero esta vez lo conseguiría. Tenía que hacerlo. Todos sus sueños y fantasías imposibles debían terminar de una vez. La simple idea le ponía un nudo en la garganta, pero sabía que era lo correcto y no iba a arriesgarse más. Su amistad era más valiosa que aquel estúpido sentimiento que solo le había traído dolor.

—Fluttershy.

Detuvo su canto de inmediato al escuchar la voz de Dash a sus espaldas. Se giró, a sabiendas de quién se iba a encontrar mirándola. Rainbow estaba allí, bajó el marco de la puerta, con aspecto de haber despertado hace poco. Fluttershy no pudo evitar que su cara tomase un ligero rubor. Puede que ya hubiera dado un concierto, pero la idea de cantar ante los demás todavía se le hacía difícil. Y el hecho de que fuese Rainbow no lo hacía más fácil.

Su educación se impuso y trató de saludarla, pero sus intenciones murieron cuando se fijó en el rostro de su amiga. Después de su confesión esperaba verla feliz, nada menos que pletórica, en cambio la poni que tenía delante suya se mostraba seria y apagada. Un escalofrío la recorrió. Un presentimiento le decía que Rainbow estaba a punto de decir algo que no iba a ser precisamente alegre. Y así fue, de una manera que no se esperaba.

—Sé que me has estado evitando.

Su corazón se encogió de inmediato. Había puesto mucho esfuerzo por ser discreta mientras trataba de mantener una distancia, no solo por Dash, sino también por sus otras amigas. Tras las disculpas de Rainbow pensaban que todo iba bien y no quería molestarlas con sus problemas, especialmente uno tan personal. Hasta ahora creía que había sido discreta, simplemente más reservada de lo normal, pero era obvio que no había funcionado. Y si Rainbow se había dado cuenta, el resto también. Agachó la cabeza con vergüenza.

—Y tenías motivos. Me dijiste lo que sentías y a cambio yo… —oyó como Rainbow tragaba con dificultad— te hice mucho daño. Sé que mis disculpas no sirven de nada, pero tengo que decirlo. Te necesito. Necesito a mi mejor amiga y que todo vuelva a ser como antes. Por favor, perdóname…

Fluttershy no necesitaba oír nada más. Levantó la mirada, notando como las lágrimas abandonaban sus ojos, pero sonriendo al mismo tiempo. Era una sonrisa cálida y colmada de un sentimiento que no era capaz de expresar con palabras. Asintió, dejando claro a Rainbow que la perdonaba sin reservas. Sabía que estaba siendo sincera y eso era lo importante. Ver como el miedo y la duda de Dash dejaban paso a una sonrisa tan vibrante como la suya le hizo saber que había hecho lo correcto.

Más adelante, recordando este momento, no sabría decir cuando empezó a moverse. Todo lo que sabía Dash hizo lo mismo hasta que de repente las dos se encontraron envueltas en un cálido abrazo. Se aferraron, casi con desesperación, mientras su aliento se escapaba en forma de un suspiro de alivio. Ninguna de las dos sintió la necesidad de hablar, pues ninguna palabra podía mejorar la dicha que sentían en ese instante.

El mundo se detuvo para ellas. El tiempo dejó de ser un concepto importante. Lo único valioso era el presente, aquellos instantes de tranquila felicidad. La voz de la razón se les antojaba como un murmullo apenas audible y sus corazones eran los que mandaban ahora. Frotaron sus mejillas con cariño, separándose un poco. Los iris azul marino de Fluttershy se encontraron con el carmesí de los de Rainbow y se detuvieron allí. Ambas se sentían incapaces de apartar la mirada; estaban sencillamente prendadas la una de la otra. Algo estaba despertando en su interior, un anhelo profundo que les decía exactamente que debían hacer. Juntaron un poco más las caras, dejando que sus hocicos se tocaran.

Y en ese momento el universo decidió devolverlas a la cruda realidad, haciendo que las tripas de Dash emitieran un sonoro rugido, recordando a su propietaria que no habían comido nada en todo el día y que ya era casi mediodía. Ambas yeguas retrocedieron, vagamente conscientes de lo que habían estado a punto de hacer. Sus cuerpos aún vibraban de la emoción, pero la lógica había vuelto, apartando los sentimientos que las habían guiado. El momento había pasado y no había forma de que regresase.

—¿Qué tal si vamos a comer? —preguntó Rainbow, acariciándose la tripa—. Yo invito, tú solo dime un sitio, el que sea.

Fluttershy asintió, agradeciendo tener unos segundos para controlar su agitación. Trató de pensar en algún sitio. Nada de restaurantes elegantes, esta vez sería mejor algo sencillo, donde Rainbow pudiese estar a gusto y comer hasta reventar. Sí, el Stars Burguer parecía la opción ideal. Estaba a punto de decírselo cuando una idea inesperada cruzó por su mente. ¿Cómo había podido olvidarse de eso? Era perfecto.

—En realidad, me gustaría que nos quedáramos. Tengo algo especial, pero es un secreto. —añadió, dejando que su expresión se tornase misteriosa.

—¿Un secreto? —los ojos de Rainbow se abrieron de par en par—. ¿Cuál?

Había dicho aquellas palabras para llamar la atención de Dash y por su expresión no se había equivocado en absoluto. Volvió a entrar en la casa, seguida por una emocionada Rainbow Dash que no le quitaba el ojo de encima, intentando averiguar en qué estaba pensando. Ya en la cocina, se dirigió a un cajón y extrajo de él un viejo recetario, cuyas tapas estaban tan gastadas que los dibujos apenas eran visibles. Se lo tendió y recibió a cambio una mirada extrañada. Sonriendo sin poder evitarlo, dijo:

—Ve a la última página.

Observó como Rainbow pasaba los folios rápidamente hasta llegar al final. Allí, pegado con cinta adhesiva, había un trozo de papel plegado. Intrigada, Rainbow lo abrió rápidamente y empezó a leerlo. Fluttershy vio como la sorpresa de Dash se multiplicaba por diez, dejando su boca abierta de par en par. La pegaso la miró y luego volvió al papel, como si no terminase de creerse lo que estaba viendo.

—Galletas Flutterdash. Mil sabores increíbles. —murmuró—. ¿Has guardado la receta todo este tiempo? Pensé que se había perdido...

—Nunca podría perderla. —declaró Fluttershy con firmeza.

Aquellas galletas eran muy especiales para las dos pegasos. Todo había comenzado por casualidad un día lluvioso, cuando aún eran potrillas. Habían quedado para jugar por los alrededores de Cloudsdale, pero sus planes se habían visto frustrados por una inesperada tormenta, que las había obligado a refugiarse en casa de Rainbow. Fluttershy había tratado de animar a su amiga preparando juntas unas galletas, a lo que esta había accedido de mala gana.

Pero a la hora de hacer la receta, en un descuido, Rainbow había confundido parte del escrito y añadió algo completamente diferente, algo que Fluttershy jamás se habría imaginado. El resultado había sido impresionante. Parecían galletas normales, pero cada una de ellas tenía un sabor diferente y único, simplemente exquisito. Habían dejado la despensa vacía preparando hornadas, intentando averiguar cuantos sabores distintos podían tener hasta repetirse, ganándose una enorme bronca por parte del padre de Rainbow cuando descubrió el experimento.

Desde ese momento, cuando una de las dos se encontraba triste o enfadada, preparaban aquellas galletas y volvían a animarse, sin importar que es lo que hubiera ido mal. Era su pequeño secreto, un pacto de amigas. Por eso decidieron que ambas tenían que estar en el nombre de las galletas. A ello se le sumaba el hecho de que solo juntas podían prepararlas. Rainbow aportaba el ingrediente secreto y Fluttershy hacía el resto, por si solas ninguna de ellas podía replicar la receta.

—¿A qué estamos esperando? —dijo Dash emocionada—. ¡Preparemos esas galletas!

—¡Yay!

A los pocos minutos la cocina bulló de actividad, con las dos pegasos trabajando sin descanso, totalmente entregadas a aquel proyecto. Esos instantes le recordaron a Fluttershy como de desastre podía ser Rainbow en la cocina. La mitad del tiempo tenía que estar detrás de ella para que algo no se cayese, quemase o desapareciese de forma misteriosa. Y no podía estar más contenta por ello. Era como si hubieran vuelto a ser potrillas de nuevo, cuando las cosas eran fáciles y no había complicados sentimientos que se interpusiesen entre ellas. Sólo amistad.

La primera hornada estuvo lista enseguida, llenando la casa con el dulce y característico olor de las galletas recién hechas. Nada más probarlas se dieron cuenta de que sus recuerdos se quedaban cortos, aquellas galletas parecían despertar el apetito en lugar de saciarlo. Aquello era especialmente cierto para Rainbow, que no podía parar de engullirlas de dos en dos, como si no hubiese comido en una semana. Una hora después, las dos yeguas se reclinaban sobre sus sillas, rebosantes, habiendo perdido la cuenta de cuantas galletas habían tomado. Fluttershy juraría que Rainbow superaba con creces las cincuenta, a juzgar por el considerable tamaño que había adquirido su estómago.

—Tenías razón. -comentó Dash mientras se daba palmaditas en su tripa. - Ha sido la mejor comida que he tenido en mucho tiempo.

—Para mí también. —confirmó Fluttershy, tras lo cual se le escapó un pequeño bostezo. Al buscar una postura más cómoda, de repente se encontró con Rainbow mirándola alarmada. - ¿Qué? ¿Ocurre algo?

—¿Cuánto hace que no te arreglas las alas?

Fluttershy soltó un suspiro de alivio al mismo tiempo que enrojecía, pues a Rainbow no le faltaba razón. Aunque externamente se veían bien, al estirarse se veían en la cara interna varias plumas torcidas y otras tantas con una evidente carencia de plumón, dando un aspecto bastante descuidado.

—Esto… una semana, creo… -contestó ella con un susurro.

—¡Una semana! —Dash no daba crédito a lo que oía—. No se pueden dejar sin arreglar más de dos días y lo mejor es hacerlo todos los días ¡Tú lo sabes!

Ella no pudo hacer otra cosa que asentir, completamente avergonzada. Lo cierto es que había pensado en ello, pero los últimos días había estado realmente ocupada y no había encontrado un momento de tranquilidad. Para ella no era una prioridad trabajando en tierra, de modo que lo había ido postergando.

—No pienso permitir que mi mejor amiga vaya así —dictaminó Dash y acto seguido se levantó de la mesa con una velocidad pasmosa. Lo siguiente que Fluttershy supo es que estaba siendo llevada en volandas a la habitación del piso superior y luego depositada con suavidad en la cama, todo sin que hubiera tenido tiempo de reaccionar.

—¿Qu-qué haces? —preguntó alarmada y nerviosa.

—¡Acicalarte, por supuesto! —Rainbow estiró sus articulaciones, haciendo que crujiesen—. Sólo tardaré unos minutos, después volverás a tener las alas perfectas. —afirmó sonriendo—. Comenzamos cuando quieras.

Fluttershy no cabía en sí de la vergüenza. Estaba deseando echar a correr para no tener que pasar por esto. ¿Cómo podía haber sido tan tonta? Era obvio lo que Rainbow intentaría hacer en cuanto vio sus alas. No podía dejar que lo hiciera, simplemente no era correcto.

Para los unicornios o los terrestres, este dilema habría resultado incomprensible, pero cualquier pegaso la entendería sin problemas. No se trataba solo de una limpieza, era una cuestión de protocolo social. Las alas de los pegasos no solo servían para volar; eran muy sensibles al tacto y otros factores como la temperatura y la humedad. Tanto era así, que se consideraba una descortesía tocar las alas de otro pegaso sin permiso, una norma social básica que los potros aprendían desde su más tierna infancia.

Por eso el acicalamiento era una actividad íntima que los pegasos respetaban enormemente. Solo se compartía en contadas ocasiones, como una madre con potrillos pequeños, una limpieza hecha por profesionales o entre los miembros de una pareja. No era algo que se hiciese entre amigos, por mucha amistad que tuvieran. A no ser, claro, que tuviesen intención de llegar a más…

¡No! Se apresuró a borrar esa imagen inmediatamente. Ella solo está siendo amable, solo quiere ayudarme, es su forma de ser. No podía dejar que eso la afectase. Tragó saliva. Era algo raro, pero si nadie se enteraba entonces estaba bien. Solo sería una amiga cuidando de la otra.

—… de acuerdo…

Tras el susurro se tumbó boca abajo en la cama y extendió sus alas despacio, fruto de las dudas que aún albergaba. Cerró los ojos, temblando como una hoja, esperando el momento en que los cascos de Rainbow empezarían a trabajar sobre ella.

No tuvo que esperar mucho para sentir la primera caricia. A duras penas pudo contener un gemido mientras se esforzaba por mantener las alas quietas y abiertas. Notó como los cascos viajaban entre el mar de plumas, alisando las zonas y buscando las plumas estropeadas que no fueran visibles.

—¡Ah!

Rainbow acababa de usar su boca para arrancar la primera pluma. Solo había sido ligeramente doloroso, pero bastó para que Rainbow la mirase preocupada.

—¿Estás bien?

—Sí, sigue.

Tras ese pequeño incidente Rainbow tomó nota y Fluttershy no volvió anotar el menor atisbo de dolor. Eliminado ese inconveniente, la sensación era tan agradable que los nervios de Fluttershy rápidamente desaparecieron. Se preguntó cómo su amiga se habría hecho tan experta. No solo sabía quitar las plumas, sino que además sabía cómo aliviar la tensión de sus músculos y mejorar la circulación. Se había relajado tanto que le costó darse cuenta de que ahora estaba trabajando en su otra ala.

Es mucho mejor que cuando voy al spa con Rarity, pensó. Aloe y su hermana sabían de la importancia del cuidado de las plumas y trabajaban con eficacia, pero nunca habían conseguido llevarla al mismo nivel de relax que el que actualmente estaba experimentando. ¿Era cosa de Rainbow? ¿O simplemente que ellas no eran pegasos?

—¡Listo! —declaró Rainbow orgullosamente, abandonando la cama de un brinco—. ¿Cómo te sientes?

—Bien… —agitó sus recién acicaladas alas, sintiendo como un cosquilleo agradable la recorría—. Muchas gracias Rainbow.

—No hay de qué. Y ahora, ¿qué te parece si lo haces tú conmigo?

—¿Qué? —si antes se había sentido nerviosa, no era nada comparada a como se sentía ahora.

—Es lo justo, ¿no? -dijo riendo y añadió—. Tampoco tienes que hacerlo si no quieres.

Sus palabras tenían sentido. Si para Rainbow no había significado nada importante, tampoco debería serlo para ella. Una amiga cuidando de la otra, ¿cierto? Si se negaba quedaría mal, incluso parecería que para ella sí había sido más que un acicalamiento…

—No, lo haré...-musitó.

Satisfecha, Rainbow se tumbó exactamente como había hecho ella hace unos minutos. A simple vista, las alas de Rainbow estaban en mucho mejor estado que las de Fluttershy, como era de esperar, pero fijándose podía ver algunas zonas que necesitaban cuidados. Toda ella temblaba como un flan. ¿Y si le hago daño? ¿Y si se molesta? No quería decepcionarla, sobre todo tras lo bien que lo había hecho con ella. Suspiró. Rainbow esperaba, no podía quedarse quieta. Trató de imaginar que eran sus propias alas, que debajo de ella no estaba la pegaso azul más increíble de toda Equestria…

Empezó con su ala derecha, buscando despacio las plumas defectuosas. Al menos no parecía estar causando ninguna molestia y eso le dio ánimos. Una a una, las pocas que estaban estropeadas fueron eliminadas y Fluttershy se decidió a dar un pequeño masaje. Se sorprendió cuando notó la tensión de los músculos que había debajo. Era obvio que Rainbow había estado sometida a mucho estrés en los últimos días. Tímidamente, aplico presión en círculos para tratar de deshacer los nudos y recibió la mirada de Rainbow, que se había girado y asentía con aprobación. Era todo lo que Fluttershy necesitaba para perder el miedo y empezar a disfrutar. Se sentía muy reconfortante estar haciendo esto para Rainbow, saber que la ayudaba de algún modo, de modo que se enfrascó en su tarea sin importarle nada más. Pasada media hora se levantó, satisfecha con su trabajo.

—Ya hemos acabado.

—Lo has hecho muy bien -dijo Rainbow—. Por un instante me recordaste a…

Calló bruscamente y miró a otro lado. Fluttershy la miró sin comprender.

—¿A quién?

—No es nada, no te preocupes.

Eso solo empeoro el sentimiento de Fluttershy. Sabía que era una tontería, pero no podía evitar sentirse un poco mal. ¿Qué era lo que no quería decirle?

—Por favor Rainbow… si lo he hecho mal o…

—No es eso —negó la otra categóricamente—, es…

La pausa se alargó. Una gota de sudor frío cayo por el cuello de Rainbow. No quería decirlo, pero tampoco podía ocultárselo a Fluttershy.

—Me recordaste a tu madre.

Las dos se miraron unos instantes, en silencio, hasta que Fluttershy sonrió. Se sentía un poco triste, pero no era como lo de su padre. Hace mucho que había asumido su pérdida. Rainbow había estado junto a ella esos días y sus ánimos habían sido una gran ayuda para aceptarlo. Era algo que nunca podría agradecerle lo suficiente.

—No pasa nada, está bien. —dijo, tratando de animar a Rainbow.

—Lo siento.

—Está bien. —volvió a insistir—. Duele... pero como al principio. La echo mucho de menos —reconoció—, pero ella no quería que estuviese triste. Me dijo antes de morir que quería que yo fuese feliz, que encontrase algo por lo que seguir adelante. —una lágrima solitaria se le escapó al recordarlo—. Ella te apreciaba mucho. —dudó, pero siguió hablando—. Dijo que tenías mucho potencial y me pidió que te cuidara en su lugar.

Rainbow no dijo nada y agacho la cabeza, pero era visible que tenía un nudo en la garganta. Fluttershy entendía perfectamente como se sentía, de modo que le dio tiempo para asumirlo. Las palabras de su madre siempre habían tenido ese efecto en los ponis.

—Tienes razón, no hay motivos para estar tristes —afirmó Rainbow mientras se frotaba los ojos y esbozaba una sonrisa—. Vamos a divertirnos. ¿Qué tal si voy a mi casa, cojo el Hundir la Nube y echamos unas partidas?

—Suena bien. —Fluttershy entendió al instante que su amiga necesitaba un momento a solas.

—Volveré pronto.

Flutershy no estaba segura de eso último, pero asintió. Ella iba a estar allí para cuando Rainbow volviera, sin importar cuanto pudiese tardar. La acompañó hasta la puerta y observó como se alejaba lentamente por el camino. Ahora solo le quedaba tener paciencia.

[Sasir96]

Hey, lo he leido todo.
Mi opinión es, como dijo una famosa película de dibujos animados "Es tópico, pero sabroso"
Aunque la verdad, me ha pasado algo raro al leerlo. Yo, al leer fics, muchas veces no puedo evitar parodiarlos un poco, en plan, cuando lo de la nota del recetario que rainbow se pone a mirar a fluttershy y a la nota incredula, imaginar que la nota dice "En realidad soy un semental"
El caso es que con este fic me ha pasao que varias veces yo he soltado una gilipollez y lo siguiente escrito encajaba a la perfección.
Y con la tonteria, me he descojonado muuucho más de lo que debería


Pero vamos, no me malinterpretes, que el fic me gusta bastante, buen trabajo
Y vigila esas erratas "solo importaba le presente" (y algunas más)

[Alas Negras]

¡Gracias Sasir! En este primer fic no buscaba originalidad, solo una historia entretenida para que la gente pudiera disfrutarla. De todos modos antes de que acabe te aseguro que verás cosas muy poco tópicas. Y gracias por la errata, es raro que el Word no me haya dicho nada, ahora haré un paseo rápido para arreglarlo.

¡Y dime las coñas que pensaste xD! ¡Yo también quiero reírme!

[Sasir96]

Pues no sé, cosas como que cuando rainbow se repetía en su cabeza "tienes que enfrentarte a tus temores" fuese Luna diciendoselo a escondidas desde debajo de la cama, desde detras...
O como que cuando red muere se viese a un villano estereotipico diciendo "¡sí, el power ranger rojo ha caido!" E invadiese la ciudad

------Siguiente mensaje escrito en: 05 Feb 2016, 15:10 . Beep!------

Que vamos, que lo mejor fue que cuando tank y rainbow fueron a lo del baño, yo dije de broma cosas en plan zoofilia entre esos dos, y resultó que la parte del baño tenía un parrafo que acababa con:
"Una vez acabó consigo misma, hizo lo propio con Tank y ambos jugaron durante algunos minutos salpicándose y usando algunos juguetes que ella había comprado recientemente"
Mi cara cuando leí eso, sobre todo lo de los juguetes fue un poema XD

[Sr_Atomo]

Muy pero que muy buen capítulo. Me ha encantado enormemente, a pesar de ver algún que otro fallito ortográfico, y sobre todo sentir la sensación de que hay dos cosas importantes en el capítulo

Spoiler:

concretamente la receta y lo del cuidado de las alas

que se me antojan demasiado "convenientes", no sé si me explico. Pero a pesar de todo me ha encantado el capítulo.

Postdata: De imagen de fondo el OC de Even_IV :P

[Sasir96]

Bueno, yo con la receta no tengo problemas
Yo tengo problemas con el tema de "alas super sensibles e intimas" (no parecen partes del cuerpo muy sensibles) y con lo de twilight de "yo no puedo estar con flash" cuando conocio a su version pony

[Sr_Atomo]

Shhh, Sasir, pon esas cosas en spoiler, no sea que alguien no haya leído el capítulo aún.

[Sasir96]

¿Y si no lo han leido que hacen aqui abajo?

------Siguiente mensaje escrito en: 05 Feb 2016, 22:47 . Beep!------

Es broma, pero desde el movil no puedo poner el spoiler pa esconderlo

[Alas Negras]

A ver, explicaciones para aquellos aspectos que habéis destacado:

Spoiler:

Átomo, no estoy seguro de lo que quieres decir con conveniente... se me ocurrieron varias formas de llevar a cabo esta escena, pero esta era la que más me gustaba. Tiene sus cosillas dramáticas y sus cosillas graciosas. Y como ya dije antes, NADA está ahí por casualidad.

Sasir, lo de las alas viene a raíz ya de varios capítulos donde se ha visto que las alas de los pegasos pueden levantar peso o incluso agarrar objetos como si se tratase de manos (mira el capítulo de Griffonstone). Además, como veterinario no puedo evitar ser un poco científico en ese aspecto y las alas de los pájaros son bastante delicadas y sensibles. Sumando ambas cosas, me parece razonable lo que yo expongo.

Lo de Twilight es que es un problema que hace mucha gente y lo voy a aclarar. Flash pony y Flash humano no son los mismos. Precisamente viendo la última película te deberías dar cuenta de que Twilight humana difiere en muchas cosas con la Twilight pony. Han vivido en ambientes diferentes, con costumbres diferentes, por lo tanto, por mucho parecido que tengan, no puedes decir que son el mismo personaje. Pueden compartir cosas, pero jamás serán exactamente iguales.

[Sasir96]

Bueno, de todas formas, con lo que se parecen el humano y el pony (dicen hasta lo mismo en la misma situación)Creo que twy deberia darle una oportunidad
O igual lo hizo y no funcionó
En fin, tampoco importa mucho en tu fic
A todo esto, no hacia falta disculparte por meter algo de eqg, hombre