Unión.
Recuerdos…
Estos son los recuerdos de los últimos días del reino de Discord como yo, Little Light Lulamoon, los vi y los presencié.
La historia de la llegada de las hijas de los Titanes, Celestia y Luna, y de sus heroicas acciones mientras vivieron entre nosotros está relatada en otro lado, por ponies más diestros para la narrativa que su servidora. Pero aun así quiero escribir lo que sucedió en esos días.
Después de la tormenta del caos, en el momento más oscuro y terrible de nuestra existencia, con tan solo tres semanas antes de que los dragones iniciaran su guerra santa, Celestia y Luna vinieron a mi encuentro, hablaban al mismo tiempo y sonreían, interrumpiéndose constantemente unas a otras. Lo que pude entender de todo lo que me dijeron era que necesitaban libros acerca de magia relacionada con las emociones y los sentimientos.
Les proporcione varios de los que mi viejo amigo Antares me había ayudado a rescatar de los escombros de mi casa. No exagero al decir que los leyeron en cuestión de segundos, pasando las páginas con su magia mientras sus ojos seguían las líneas a una velocidad pasmosa.
Después ambas se fueron al pequeño refugio que compartían y cerraron todos los accesos. estuvieron medio día adentro hasta que Celestia salió de nuevo, revisó mis libros y tomó uno que era copia de los trabajos de Clover el Astuto, referente a la creación de joyas mágicas, y sin decir palabra alguna se encerró con su hermana de nuevo.
Entonces se estuvieron cuatro días en ese pequeño espacio, sin salir, sin hablar con nadie, sin comer y estoy bastante segura que sin dormir. Comenzaba a preocuparme por ellas y un par de veces tuve que detener a Antares, que planeaba tomar el techo del refugio de las hermanas y arrancarlo para verificar si estaban bien. Cuando la preocupación se extendió a todo el campamento finalmente salieron.
Contrario a lo que se esperaría después de esas condiciones las dos hermanas se veían bastante frescas, inclusive sonrientes. No nos dijeron nada pero nos hicieron señas a Antares y a mí que las siguiéramos.
Llegamos al refugio de Sharp Steel y ahí las dos hermanas hablaron con él, pidiéndole que mandara a llamar a todos en el campamento. Dark Cloud y Antares inmediatamente buscaron a los ponies.
Tal como nos lo pidieron todos los miembros del campamento nos reunimos a las afueras de este, no sabíamos que es lo que estaba sucediendo, la mayoría me preguntaba qué es lo que estaba pasando pero no tenía la más mínima idea.
Cuando todos estábamos juntos Celestia se adelantó.
-Hola… cielos, aun no me acostumbro a hablar en público. Bien lo que sucede es que… es que mi hermana y yo hemos encontrado la forma de derrotar a Discord.
Hubo un largo silencio, supongo que muchos lo guardaron por incredulidad, yo no dije nada porque tenía curiosidad de ver que es lo que habían conseguido. Celestia continúo hablando, rascándose la nuca con la pezuña.
-Verán, no los aburriré con los detalles técnicos, pero Luna y yo nos dimos cuenta de que lo que permitía a los ponies sobrevivir y oponerse al caos puede reducirse a seis cualidades o virtudes.
Luna tomó el turno de hablar.
-Magia, risa, lealtad, ternura, honestidad, generosidad. Esas serán nuestras armas contra Discord.
Hubo murmullos de incredulidad, Antares bufó.
-¿No se les olvidaron las flores y los conejitos?
Golpeé al dragón lo mas fuete que pude en su cabeza, tuvo el mismo efecto de golpear un trozo de granito con un listón, pero el viejo tonto entendió mi intención. A pesar de eso las dos hermanas continuaron hablándonos.
-Bien, después eso Luna creó un hechizo para poder convertir esas virtudes en energía mágica y yo uno para convertir esa energía en joyas. También creamos un hechizo que utiliza esas joyas, llamadas “elementos de la armonía”…
Ahí Luna gruñó y giró sus ojos, Celestia no le hizo caso y continuó hablando.
-… para crear armonía y unión, todo lo opuesto del caos. Pero necesitamos su ayuda.
Luna tomó la palabra.
-El proceso de conversión tomará una parte de sus almas. No podemos forzarlos a que nos lo entreguen, tampoco sabemos qué efecto tendrá en ustedes. Todos los ponies tienen poco o mucho de esas cualidades, pero… pero Celestia y yo hemos escogido a seis de ustedes. Las cualidades son más fuertes en esos seis ponies, nos servirán de base.
Nos miramos extrañados, esperando a que nombraran a esos seis ponies, fue Celestia quien lo hizo.
-Sharp Steel, Last Wind, Dirty Rock, Silent Breeze, Dark Cloud y Little Light, ¿podrían venir por favor?
Me quede realmente sorprendida, repasando rápidamente en mi mente las cualidades de las que Celestia y su hermana habían hablado. No me sentía particularmente generosa, o compasiva… ¿magia?, era cierto que yo tenía un poco de mas entendimiento de la magia que otros ponies pero eso no era…
Mis pensamientos se interrumpieron cuando una gran sombra me cubrió y una enrome garra roja se puso delante de mi protectoramente.
-¿Están locas?- Bufó Antares –Ustedes mismas dijeron que no sabían que efectos tendría en los ponies eso que quieren hacer. Búsquense otro pony para su estúpido experimento mágico, Little Light ya no está en edad de…
-Está bien Antares, yo quiero participar, cualquier cosa que ayude a librarnos de Discord.
El dragón me miró pero no dijo ni una sola palabra.
-Antares- Continúe –En caso de que algo me pasara…- Vi como el dragón abrió la boca pero no lo deje continuar. –En caso que algo me pasara quiero que busques a Smart Hope y le digas cuanto lo quiero. Sé que tu lo odias y que la única razón por la cual no lo has matado es porque es mi hijo, pero si yo lo pude perdonar se que tu también lo harás, por lo menos hazlo por mí, querido amigo.
Al dragón asintió, le sonreí tanto para tranquilizarlo a él como a mí misma y di un paso adelante.
-Bien, participar en un épico experimento mágico que decidirá el destino de la raza pony, ¿Qué más puede pedir un descendiente de Starswirl y Clover?- dije con una sonrisa.
Celestia y Luna me sonrieron agradecidas, los otros cinco ponies avanzaron.
-Es mi deber para con mis ponies.- Murmuró Sharp Steel.
-Un caballero de la orden de Canterlot jamás se retira ante un reto.- Proclamó con orgullo Dark Cloud.
-Lo que sea para acabar con el sufrimiento de una maldita vez.- Comentó Last Wind con un gesto cansado.
Silent Breeze se llevó una pezuña al corazón y sonrió.
-Bueno, Nuna, me ayudó con mi trabajo, así que es justo que yo le ayude, ¿cierto?- Dijo sonriente Dirty Rock.
Las hermanas asintieron de nuevo, aunque Luna parecía un poco molesta por el comentario de Dirty Rock
-Bien.- Comentó esta.- Empecemos.
Se acercó a nosotros y su cuerno comenzó a brillar, antes de darme encuentra me encontraba rodeada de una neblina oscura y azul con pequeñas luces blancas, rojas y azules, sin poder ver nada más. Estrellas, jamás las había visto en mi vida pero las reconocí por las historias de Antares y las pinturas que había rescatado.
En medio de ese lugar se encontraba Luna, sus alas desplegadas su cuerno brillando intensamente. Estaba a punto de decir algo cuando tuve una visón. Me vi a mi misma, de potrilla, la primera vez que acompañe a mis padres a explorar unas ruinas, la visón cambió a una de mi, leyendo un libro mientras Antares y mi padre clasificaban los rescatado en otra expedición, finalmente me vi de nuevo, varios años después, utilizando mi magia por primera vez para levantar unos ladrillos que impedían que mi madre rescatara una vasija.
Después tuve más visiones, pero no eran mías. Vi a Sharp Steel adolescente, recibiendo su espada de su padre. Vi a Dark Cloud como un potrillo, mirando boquiabierto la estatua de un pegaso en armadura, al tiempo que con su pequeña pezuña retiraba la tierra que bloqueaba la inscripción del juramento de los caballeros de Canterlot. Vi a Last Wind como potra, con lagrimas en sus ojos y tratando de contener la hemorragia de un pony herido por una harpía. Aunque no la conocí de pequeña vi a Silent Breeze, extremadamente joven y con un vendaje al redor de su cuello abrazar y sonreírle a otra pegaso que estaba llorando. Finalmente vi a Dirty Rock, un adolescente, ayudando a su madre a reparar un agujero en su techo.
En ese momento sentí algo, como si un viento tibio tomara parte de mi ser y de la manera más delicada posible tratara separarlo de mí. No voy a mentir, me dolió, un dolor agudo, como si lentamente, con el mayor cuidado posible pero sin detenerse, me arrancaran un musculo.
Parpadeé, ya no estaba en ese espacio lleno de estrellas, estaba de regreso en el campamento y Antares me sostenía con sus garras. Mire a mi alrededor, había un ligero brillo que surgía de mi pecho y se conectaba con el cuerno de Luna, los otros cinco ponies también estaban unidos por la magia y mostraban que también sentían el mismo dolor que yo.
-Ce… Celestia.- La voz de Luna me llamó la atención. Su hermana mayor se acerco a ella, su cuerno comenzó a brillar.
-Bien luna, con cuidado… así… trata de no mezclarlos.
El brillo pasó del cuerno de Luna al de Celestia. Le escena era un poco extraña de ver, una neblina luminosa que salía de los seis ponies, se conectaba con el cuerno de otro y de ese cuerno pasaba al de uno más. En el cuerno de Celestia el brillo comenzó a tomar un aspecto más sólido, finalmente seis pequeños puntos brillantes aparecieron orbitándolo.
La “extracción” duró unos segundos más, finalmente el flujo de magia cesó de salir de nuestros pechos, dejándome tan cansada como si hubiera corrido por kilómetros, finalmente colapsé en las garras de Antares, Silent Breeze también tuvo problemas para mantenerse de pie. Hubo un nuevo resplandor y alrededor de Celestia aparecieron seis pequeñas joyas, unas astillas de cristal tan pequeñas que ni siquiera el Diamond Dog más miserable las consideraría de valor.
-¿Eso es todo?- Gruñó Antares. – ¿Casi la matan y todo lo que pudieron obtener fue eso?
Celestia y Luna no respondieron, tres de las joyas levitaron hacia la hermana menor, ambas cerraron los ojos y sus cuernos se iluminaron.
Hubo una explosión, un estallido de color que nos tomó por sorpresa, sin embargo no fue violento, se sintió cálido y vigorizante. Cuando me di cuenta había una sensación extraña a mis pesuñas, bajé la vista para encontrarme con pequeñas hojas de color verde brillante que salían del suelo. Miré hacia arriba, los ojos de Antares estaban abiertos de par en par mientras murmuraba.
-Pasto… por los titanes… ¡Es pasto!, ¡estúpido, maldito y verde pasto!, Demonios, ni siquiera me había dado cuenta cuanto lo extrañaba…
Antares aspiró profundamente, llenándose los pulmones del aroma a hierba fresca. Yo miré a mi alrededor, a partir de las hermanas, en un circulo de unos cuatro o cinco metros de diámetro las cosas eran extrañas o mejor dicho, normales. Había pasto y musgo sobre las rocas, uno de los charcos de chocolate se había convertido en agua, lo que antes era un troco retorcido del cual colgaban pollos de goma era ahora un árbol con una suave curvatura en su tronco, hojas verde oscuro y unos pequeños frutos de color rojo, inclusive las nubes de Discord parecían menos densas.
Había un silencio total mientras los ponies observaban lo que solo habían escuchado en las historias del viejo dragón, roto solo por los parloteos de Antares, muy parecidos a los de un potro emocionado. Celestia tomó la palabra.
-Este es el poder de los elementos de la armonía. Pero aun son demasiado pequeños, necesitamos que todos nos den un poco de sí mismos. Les recuerdo que debe ser voluntario, nos dimos perfecta cuenta de que el proceso no es agradable, así que no hay problema si alguno de ustedes no quiere formar parte.
Ningún pony dio un paso atrás.
-Gracias, cuando quieras, Luna.
El cuerno de la hermana menor comenzó a brillar de nuevo, de todos los ponies presentes surgieron las neblinas de luz que se unieron a su cuerno, pasaron de esté al de Celestia y de ahí ya como una luz solida a los pequeños cristales. Lentamente las joyas aumentaron su tamaño hasta llegar a ser un poco más grandes que una nuez, ahora podía notar bien sus colores, purpura, rosa, naranja, rojo, azul y verde.
El proceso dejó a todos los ponies agotados, pero nuevamente Celestia y Luna demostraron el poder de los elementos y en una nueva explosión de luz, color y tranquilidad regresaron a la normalidad el área entera del campamento, los ponies con heridas leves recientes sanaron, y aquellos con heridas graves mejoraron bastante en su salud, yo misma me sentí rejuvenecida, como si hubiera perdido muchos años.
Antares sonrió.
-Excelente, creo que ahora si tienen una oportunidad contra Discord.
Celestia negó con su cabeza.
-Aun no, necesitamos hacer a los elementos más fuertes. Pero ya obtuvimos todo los que los ponies de este campamento nos podían ofrecer.
Luna continuó.
-Celestia y yo buscaremos mas campamentos, y a las caravanas que podamos encontrar en el camino. Les pediremos que nos ayuden.
Antares se levantó y desplegó sus alas.
-Bien, ¿Qué estamos esperando para partir entonces?
Celestia y luna se miraron entre ellas, Antares sonrió.
-Voy con ustedes, de hecho se que Little Light, Sharp Steel y Dark Cloud vendrán también, más los que se quieran unir. Y no pueden hacer nada para evitarlo.
Tal como lo dijo Antares no hubo discusión, todos los ponies que habíamos sido elegidos como base para elementos y varios de los más fuertes, rápidos y resistentes nos unimos a Celestia y Luna. Después de la tormenta del caos no sabíamos donde habían quedado los demás campamentos, y menos idea teníamos aun de que había sucedido con las caravanas así que empezamos a buscar.
Antares fue de gran ayuda, puede volar más alto y más rápido que cualquier pegaso y sus sentidos son cien veces más sensibles que los de cualquier pony, el siempre insistió en que yo lo acompañara, mas por costumbre que porque fuera de alguna utilidad con mis ojos cansados y viejos.
A medio día de que partimos encontramos el primer campamento, su estado era aun más lamentable que el nuestro y el hecho de que Antares aterrizara de manera un tanto agresiva y empezara a llamar a gritos a los demás no ayudó mucho con la recepción. Sin embargo en cuanto vieron a las hermanas su actitud cambio, Luna y Celestia no lo sabían, pero el rumor de las hijas de los titanes se había expandido rápidamente por las tierras del caos.
Solo bastó una pequeña demostración del poder de los elementos y unas cuantas palabras para que los ponies de ese campamento aceptaran ceder parte de sus esencias a las hermanas. Las joyas aumentaron de tamaño al igual que su poder.
Mas ponies se nos unieron y en cuanto fue posible nos pusimos de nuevo en marcha, la historia se repitió, solo que ahora fue un pegaso el que encontró el siguiente campamento. A ellos fue más fácil convencerlos de que se nos unieran, después nos topamos con una caravana y al día siguiente los ponies eran quienes nos buscaban a nosotros.
Por cinco días estuvimos recorriendo las tierras del caos, las hermanas utilizando los elementos de la armonía para crear zonas de paz cada vez más grandes, tomándose su tiempo para ayudar y curar a los ponies a quienes la magia de las joyas no había podido, era obvio que estaban cansadas, que se estaban exigiendo cada vez más, pero no se detenían, no paraban, cada vez que un pony les pedía ayuda de cualquier forma ellas estaban ahí.
Finalmente Discord se dio cuenta de lo que sucedía, las nubes rojinegras que aun flotaban sobre nosotros se removieron con violencia y se pudo escuchar un grito de furia que a todos nos hizo retroceder un poco.
Celestia y Luna se miraron nerviosas entre ellas, asintieron y nos miraron.
-A partir de aquí avanzaremos solas.- dijo Celestia. -Discord está furioso y no sabemos qué es lo que puede hacer.
Ambas se alejaron volando, todos los ponies que las habíamos estado siguiendo nos quedamos en un silencio intranquilo. Yo me sobresalté cuando Antares colocó su enorme garra junto a mí con la palma hacia arriba.
-Tengo que ver cómo termina esto, ¿vienes?
Las seguimos a la distancia, acercándonos al Trono de Discord, tenia años que no lo veía, la enorme y escarpada montaña, coronada con un castillo retorcido alrededor del cual flotaban y giraban las ruinas de la antigua Canterlot. Y en la torre más alta el trono negro.
Aun ahí, en la sede del poder del caos, la magia de la armonía tenia efecto y regresaba lentamente las cosas a la normalidad. Esto obviamente ponía furioso a Discord. Jamás lo había visto así, los puños cerrados, la mandíbula apretada, los ojos entrecerrados y emanando un malsano brillo rojo. En todos los años que tenia de torturarnos era la primera vez que no estaba en control total de la situación, y eso lo molestaba mucho. Finalmente habló.
-Las felicito niñas, me han hecho enojar. Pero esto se acabó. Las destruiré y a todo ser vivo en este mundo con ustedes. No me importa ser el rey de una roca árida.
Extendió los brazos a los costados y gritó al mismo tiempo que abría sus puños. Jamás había visto magia como esa, extendiéndose rápidamente, sabía en el fondo de mi corazón que cuando esa ola de caos solido tocara algo inmediatamente lo borraría de la existencia. Sin embargo en cuanto se acercó a Luna y Celestia se detuvo y desapareció tan inofensivamente como una brisa.
Esto obviamente enfureció aun más a Discord, ahora se veía aun más terrible, un pozo vacio de maldad y locura que amenazaba con tragarse toda la realidad.
-¿Qué demonios es esto?, ¡no existe algo más poderoso en el universo que el caos!
Celestia se le acercó.
-Te equivocas Discord. Hay algo más poderoso que tú, algo que nuestros padres pusieron en el alma de cada uno de los ponies.
Luna se colocó a su espalda.
-Es la armonía, Discord, es la amistad.
El buen humor pareció regresar al demonio, que rió a carcajadas.
-Por favor Luna, por favor Celestia. ¿Realmente creen que voy a tragarme esas tonterías?
Fue el turno de Luna de sonreír.
-No son tonterías Discord, son: Honestidad. Ternura. Generosidad.
Cuando dijo esto tres de las joyas aparecieron en frente de ella, brillando enceguecedoramente, Celestia habló también.
-También son: Risa, Lealtad, Magia.
Las joyas restantes aparecieron y brillaron también. Los seis elementos comenzaron a girar alrededor de Discord, y en el momento en el que las dos hermanas desplegaron sus alas e iluminaron sus cuernos un poderoso arcoíris salió disparado hacia el cielo.
Discord por su parte volvió a reír y adquirió una pose ridícula, como si estuviera cantando.
-De acuerdo pequeñas. Bríndenme su amistad.
El hechizo descendió y lo golpeó con fuerza. La explosión de color fue millones de veces más intensa de lo que había sido antes y nos sorprendió a Antares y a mí. En cuanto el brillo se disipó un poco me quede boquiabierta.
Ahora no era solo una pequeña área, todas las tierras del caos estaban volviendo a la normalidad, eran de nuevo Equestria. A lo lejos en el horizonte podía ver como el arcoíris seguía expandiéndose, incansable, transformándolo todo.
El monte Canterlot regresó a ser la montaña majestuosa y simétrica de las historias de mi niñez, el castillo estaba prácticamente intacto y aunque la ciudad aun continuaba en ruinas estas descansaban en el suelo en relativo buen estado.
Se había acabado, años de sufrimiento, de miedo, de incertidumbre. Por fin todo se había terminado. Los ponies éramos libres de nuevo.
Entonces noté un pequeño detalle, en el suelo en medio de un mar de retoños que crecían y se extendían rápidamente estaba Discord. Una fría y gris estatua de piedra, Antares por fin reaccionó y nos acercamos. Luna y Celestia ya habían descendido y observaban la estatua.
-¿Está muerto?- Pregunté, Celestia me contestó.
-Contenido, no hay manera de destruir a Discord, pero permanecerá encerrado en la piedra mientras Luna y yo continuemos siendo amigas.
Yo miré hacia el cielo para elevar una plegaria de agradecimiento a los titanes y entonces recibí la sorpresa más grande de mi vida. El sol, la luna y las estrellas estaban sobre nosotros. Eran tan hermosos, tan luminosos, jamás había visto nada igual.
Una semana después de la derrota de Discord todos estábamos en un nuevo campamento entre las ruinas de Canterlot, aun no nos acostumbrábamos al ciclo del día y la noche, y debido a todo el tiempo que perdimos contactos con ellos Luna y Celestia tuvieron que hacerse cargo de mover el sol y la luna.
Durante ese tiempo los ponies siguieron mas las ordenes de Luna y Celestia que la de los antiguos jefes de las caravanas y los campamentos, pero eso no le importaba mucho a estos últimos, de hecho ellos mismos les pedían consejos a las hermanas. La reconstrucción y reorganización de Equestria comenzaba.
Sin embargo una noche Celestia y Luna nos mandaron a llamar, se veían tristes y apesadumbradas. Luna fue la primera en tomar la palabra.
-Nuestros queridos ponies, hemos compartido con ustedes tanto su felicidad como su dolor, además de que realmente hemos llegado a apreciar este hermoso país y sobre todo a ustedes. Pero por mucho que nos duela, me temo que ha llegado la hora en que mi hermana y yo regresemos a nuestro hogar.
Hubo un coro de murmullos, Sharp Steel se acercó.
-No entiendo, ¿si están felices con nosotros y quieren quedarse porque se van?
Celestia suspiró.
-Las órdenes que nos dieron nuestros padres fueron simples, derrotar a Discord y regresar sin intervenir en las vidas de los mortales.
Hubo de nuevo un coro de murmullos, Sharp Steel continuó hablando.
-Pero… pero… ¡Las necesitamos aquí!, ustedes son lo que nos mantiene unidos, son mas sabias que cualquier otro pony, y todos estamos deseosos de seguirlas. Además no es justo que ustedes se hayan esforzado tanto en rescatar Equestria y no puedan disfrutarla.
Luna suspiró y estuvo a punto de hablar cuando algo sucedió. El cielo estrellado se volvió oscuro y las estrellas reconfortantes y hermosas fueron sustituidas por otras, frías y distantes. Las dos hermanas se inclinaron de inmediato. Sorprendida escuchamos un murmullo de Celestia.
-Padre…
Inmediatamente todos nos arrojamos al suelo. No me atreví a levantar la cabeza. Todo estaba en silencio pero de reojo pude ver como las hermanas escuchaban atentamente una voz que yo no oía.
Celestia levantó la voz.
-¡Pero padre! Ellos… ellos nos necesitan y desean que seamos sus guías, y nosotras hemos llegado a amar profundamente a los ponies, por favor permítenos…
Celestia se interrumpió y bajó la cabeza, una lágrima rodó por su mejilla. Hubo otro momento de tenso silencio y fue Luna la que habló en ese momento.
-Padre, madre. ¿Acaso no se preocupan por el destino de sus creaciones?, por favor, permítanos ser sus guías, nosotras…
Luna retrocedió asustada, como si hubiera escuchado un grito. Las dos permanecieron cabizbajas durante mucho tiempo. Entonces el cielo cambió de nuevo, se llenó de un brillo cálido, como el abrazo de un viejo amigo, lentamente el semblante de Celestia y Luna cambió y sonrieron. Después de unos minutos ambas se levantaron y hablaron al mismo tiempo.
-Gracias, madre.
Celestia se dio la vuelta y nos miró.
-Nuestros padres han decidido que podemos quedarnos con dos condiciones. La primera es que en el momento en el que ustedes decidan que ya no nos necesitan Luna y Yo debemos regresar de inmediato a las planicies eternas. La segunda es que no podemos intervenir directamente en ningún problema o conflicto que ustedes pueden resolver por sí mismos.
La colina se llenó de gritos de júbilo y felicidad. Sharp Steel se adelantó y deposito su espada a las pezuñas de Celestia.
-Esta espada ha pertenecido por generaciones a los reyes de Equestria, ahora que ustedes van a gobernarnos les pertenece. Reina Celestia, princesa Luna de Equestria.
Celestia inclinó la cabeza hacia un lado y por un momento me pareció ver enojo en el rostro de Luna, la hermana mayor fue la que habló.
-¿Yo reina?, pero porque…
Fui yo quien le contestó.
-Eres la mayor Celestia. Es lo normal.
Ella negó con la cabeza.
-Pero una reina tiene mayor autoridad que una princesa, y si vamos a ser sus guías entonces Luna y yo debemos ser iguales, ambas seremos reinas.
Dark Cloud intervino, de algún lugar de entre las ruinas había sacado una vieja armadura y ahora no se la quitaba en todo el día.
-Pero no pueden haber dos reinas eso va en contra de las tradiciones de Canterlot, jamás se ha oído de…
Celestia lo interrumpió.
-Entonces las dos seremos princesas, con la misma autoridad y el mismo rango.
Ambas tomaron la espada y Luna fue la que habló.
-A partir de ahora nos sentimos honradas de ser las princesas Celestia Y Luna de Equestria, al servicio de la gran nación de las tres razas ponies, unicornios, pegasos y terrestres por igual.
Eso fue hace un año, Canterlot esta restaurada casi en su totalidad. Dark Cloud se casó con Silent Breeze y junto con un grupo de pegasos han decidido construir una nueva ciudad en las nubes, como la antigua Estratopolis.
Sharp Steel y yo vivimos en el castillo junto a Celestia y Luna, ya que nos consideran sus consejeros. Los descendientes de los antiguos nobles unicornios, la mayoría de los cuales eran líderes de campamentos, han formado una corte con Sharp Steel a la cabeza. Celestia cree que es una buena idea para evitar que su hermana y ella tengan control total.
Dirty Rock, por una idea de Luna, está dirigiendo la construcción de un castillo en el hermoso bosque que surgió en el lugar donde Discord fue derrotado, al cual Luna bautizó como Everfree.
Last Wind se fue al oeste de Canterlot junto con otros ponies terrestres, establecieron un poblado al que llamaron Manehattan. Last Wind espera que se mantenga pequeño y no se llene de muchos ponies.
Antares se fue, la paz lo aburre y necesita vivir aventuras, de vez en cuando regresa a charlar con migo y discutir amistosamente con Celestia, aunque en un par de ocasiones han estado a punto de batirse en un duelo.
Yo por mi parte me paso la mayor parte del tiempo en la redescubierta biblioteca del castillo. Mi hijo regresó y me dio la sorpresa de que soy abuela. Celestia quiere que le enseñe todo lo que se de magia a los unicornios, formar una especie de escuela.
No sé cuantos años me queden por delante, pero sé que serán felices y prósperos bajo el gobierno de las dos princesas y que mientras ellas se mantengan unidas Equestria disfrutara de una hermosa y pacifica armonía.