Prólogo
El tiempo pasaba muy lento, demasiado; al fondo podía oír como notas discordantes, sonidos apagados, retazos de algo que se le antojaba lejano y triste. Poco a poco comenzó a recuperar parte de su conciencia, su mente divagaba por otros derroteros, los mismos derroteros que ella misma hubiera preferido que fueran reales; la boda de su hermano saliendo bien, casándose con su antigua canguro y todos siendo felices. Pero no. La realidad era otra y bien distinta, demasiado real, demasiado pesada. Abrió los ojos y se encontró encerrada en lo que parecía un capullo de color verde; se encontraba colgada boca abajo y apenas podía moverse, si apenas zarandearse un poco.
-¿Chicas? ¿Hermano? ¿Princesa?-musitó ella, queriendo que todo eso no fuera más que un mal sueño.
Trataba de pensar en algo alegre, pero cada vez que ponía todo su esfuerzo en ello tanto la escena como la alegría se desvanecían enseguida, como si alguien se apropiara de ella; siguió haciendo memoria. Apenas podía distinguir si eran recuerdos o reminiscencias de una vida pasada. Apenas podía respirar.
-Socorro… ayuda… por favor…-musitó de nuevo, tratando de hacer fuerza contra las gelatinosas paredes que la aprisionaban.
Por hacer algo, comenzó a zarandearse hacia los lados, columpiando su pegajosa prisión; al cabo de unos pocos minutos ya estaba mareada y sentía como su estomago se revolvía. En ese momento algo desgarró la pared de su lado derecho, giró un poco la cabeza y vio que era un adorno floral de piedra, idéntico a los que coronaban las columnas del palacio. Soltó un respingo y se dejó caer, intentando que la piedra terminara de romper la pared; y así fue, se oyó como si se hubiera desgarrado una tela y ella cayó al suelo duramente. Se levantó como pudo y respiró hondo, recuperando parte de su conciencia perdida; por fin pudo aclararse del todo. Ella era Twilight Sparkle, aprendiz de maga, alumna favorita de la princesa Celestia, afincada en Ponyville, donde estudiaba la magia de la amistad. Ese mismo día había ido a Canterlot, la capital del reino de Ecuestria, para asistir a la boda de su hermano, Shining Armor, con su antigua canguro, Cadance. Pero una bruja, una malnacida, un feo cruce entre poni e insecto se había metido en medio y ahora estaban en graves problemas.
-¡Chicas! ¡Hermano!-llamó ella.
Pero al levantar la vista se dio tal susto que se quedó sin voz momentáneamente; miles de capullos coronaban la estancia, el salón real, de los cuales se podía ver quien los ocupaba. Vio a todas sus amigas, las cuales parecían estar muertas y con una expresión en la cara atroz; vio también a su hermano, a Cadance y a la princesa Celestia, sin su tiara real. Cuando reaccionó, su primera impresión fue querer sacar a todos de allí, pero enseguida lo dejó correr; los capullos estaban demasiado altos y su magia no parecía afectarles.
-Vale, piensa Twilight, piensa… voy a necesitar mi magia para poder combatirlos a todos, pero no sé si voy a poder ser lo suficientemente fuerte… ah, ya sé, mi elemento, puede funcionar de amplificador… tengo que encontrarlo…-pensó ella, rápidamente.
Salió de la sala no sin antes jurar ante todos ellos que volvería.
-Os sacaré de aquí, lo juro.
Salió al pasillo, varios changelings la salieron al paso, pero ella se escondió a tiempo y consiguió pasar desapercibida; siguió por el mismo camino, preguntándose donde podían estar los elementos de la armonía.
-A ver, si yo fuera Chrysalis ¿dónde escondería los elementos de la armonía?-se dijo a ella misma.
Por un momento pensó en los lugares más obvios, donde se podría esconder cualquier cosa fácilmente; las cocinas, los jardines, la lavandería… pero finalmente la respuesta le vino mas rápido de lo que un principio pensó.
-Claro, demasiado obvio… tan obvio que hasta espanta, es demasiado obvio.
Echó a correr hasta acabar en la sala de las vidrieras; era demasiado obvio, por eso nadie se molestaría en mirar. Se dirigió a la vidriera en la que ella salía junto con sus amigas, se acercó a su representación y alzó una pata hacia su tiara; en un visto y no visto, la sintió y tiró hacia dentro, sacando su elemento en forma de tiara y con la gema de su marca de belleza incrustada.
-¡Sí!-exclamó ella, poniéndosela.
En ese momento oyó una cadavérica voz exclamando: ¡intrusa! y se dio la vuelta; un montón de changelings la rodeaban, dispuestos a todo.
-¡Ha escapado de su capullo!
-¡Devorémosla!
-¡Venid a por mi, engendros!-exclamó ella, llena de furia.
Como bien supuso, su elemento valió como un eficaz amplificador y pudo esgrimir una amplia variedad de ataques poderosos que sirvieron para mantener a raya a los changelings, pero éstos no parecían acabar nunca; fortísimos rayos de energía y auras repleta de energía mágica concentrada incidían sobre una marea negra y verde. Pero esas mareas negras la iban empujando hacia un lado hasta acabar enfrente de la vidriera que ilustraba la derrota de Discord. Twilight lanzaba rayos sin parar, pero cada vez más débiles, signo evidente de que se cansaba.
-¡No voy a rendirme!-masculló ella, agitando su cabeza.
En ese momento una voz imperante ordenó un alto el fuego y los changelings pararon de golpe la ofensiva; varios de ellos se apartaron para dejar pasar a una triunfal Chrysalis, la cual llevaba la tiara real de la princesa en su cabeza.
-Vaya, vaya, vaya, mira a quien tenemos aquí… se ha escapado una rata…-masculló, mirando a Twilight.
-¡Tú, reina de nada, desgraciada, saco de mierda!-la chilló ella, enfurecida.
Ante esa retahíla de insultos, Chrysalis tan solo sonrió, mostrando sus afilados colmillos.
-Pequeña tonta… eres insistente, eso es cierto; pero también lo son mis leales súbditos. Ay, y lo disfruto igual… sólo te voy a decir una cosa: ¡Estás acabada! ¡Tú y toda tu especie! ¡He ganado, nada puedes hacer ahora, ríndete, no ganas nada luchando en vano!-exclamó la reina de los changelings.
-¡Mentira, mientras haya una posibilidad, por muy remota que sea, seguiré luchando! ¡Cierra tu sucia boca!-le espetó Twilight.
Se dio un zumbido, como si algo hubiera cortado el aire, y al segundo siguiente notó un agudo dolor encima de su ceja derecha; la sangre salía de un profundo corte y manchaba su cara de un color rojo pardo.
-¡Silencio! ¿¡Cómo te atreves?! ¡Estoy harta de ti, pequeña tonta, acabaré contigo!-masculló Chrysalis, reuniendo una energía verdosa en su cuerno y lanzándola.
Twilight reaccionó enseguida y contraatacó, haciendo frente al rayo verdoso con otro rayo, ésta vez blanco; ambos rayos chocaron entre si y estuvieron haciendo fuerza a la vez hasta estallar, estaban parejos, pero Twilight trastabilló hacia atrás, cansada, apoyándose en la vidriera. Sin decir nada y sin ningún tipo de miramientos, Chrysalis cargó otro rayo sin darle tiempo a la poni a reaccionar; el impacto fue brutal, la vidriera se rompió y Twilight salió volando desde lo alto de la torre.
En ese momento todo sucedió a cámara lenta; Twilight pudo ver como la ventana se hacia mas lejana, pudo ver como las gotas de sangre iban cayendo a su lado. La tiara que representaba su elemento se desprendió de su cabeza y cayó. Y, en ese momento, toda su vida pasó delante de sus ojos; recordó su ingreso en la academia de la princesa, su larga estancia aprendiendo cosas acerca de la magia, con sus más y sus menos, así como de los buenos momentos; la ventana estaba cada vez más lejana. Recordó los buenos momentos pasados con Celestia, lo importante que era para ella, así como de los más recientes acontecimientos de su vida, como cuando conoció a las que ahora eran sus mejores amigas, la derrota de Nightmare Moon, así como la de Discord.
-Princesa… hermano, chicas… os he fallado. Lo siento. De verdad, lo siento…-pensó en lo más hondo de su ser, mientras caía.
Antes de perder el conocimiento lo último en lo que pensó fue en sus amigas.
Apenas quedaban pocos metros para llegar al suelo, todo acabaría dentro de unos pocos metros, Twilight ya estaba inconsciente, por lo que no lo notaria; pero en ese momento, algo zumbó en el aire y se interpuso en la caída, salvando a la poni. Un alicornio de piel oscura, melena estrellada y ojos tan oscuros como la noche aterrizó de golpe en el suelo, levantando una ligera nube de polvo mientras que los trozos de vidriera caían a su alrededor; Twilight seguía sangrando, tiñendo de rojo el suelo. El alicornio observó el palacio, con mirada taciturna, mientras la luz de la luna bañaba su rostro. Ella sabía que semejante descalabro costaría muy caro a todo el reino y ellas tendrían que desaparecer durante un largo tiempo. Y conocía un lugar, un buen lugar, donde pasarían completamente desapercibidas y donde nadie las molestaría; además, para su suerte, había podido recuperar el elemento de la magia. Por lo que no perdió más tiempo y alzó el vuelo, alejándose del palacio y perdiéndose más allá del horizonte.
Pues así se perfila el fic, espero que os haya gustado esta pequeña introducción; el vídeo antes citado de la infame tiarawhy es el siguiente: . Comentar además de que ésto es un repost de fanfiction.net, os dejo también el enlace: http://www.fanfiction.net/s/8723196/1/My-Little-Pony-Friendship-was-magic. Y eso es todo, comentad que os ha a parecido, en breve subiré el siguiente capítulo. ¡Nos leemos!