Bueno, como ya comenté en el hilo de Smellslikebeer de Pics & Gifs, aquí vengo con algo nuevo gracias a los inspiradores dibujos de semejante artista. Como reseña previa, diré que después de un extraño fenómeno, la población ecuestriana se ve transportada a un mundo vacío y olvidado donde el ser humano fue, alguna vez, la raza predominante. Y sin más dilación, aquí vamos.
Capítulo 1
Inhabitado
Inhabitado
Twilight se despertó, aún sin comprender del todo lo que había pasado. Estaba siendo un día como otro cualquiera; había amanecido normalmente, había ido a comprar el pan, como todos los días, había estado hablando un rato con Applejack en el mercado, que es uno de los momentos con los que se suele encontrar con ella, y luego se había vuelto a la biblioteca, puesto que tenía un trabajo pendiente. Al poco rato de ponerse a redactar las primeras líneas, notó que algo no iba bien; miró por una ventana, descubriendo una luz muy intensa colándose por todas las demás de la biblioteca. Spike hizo acto de presencia, bastante asustado.
-¡Twilight! ¿Qué está pasando? ¿Qué es esa luz?
La intensidad de la misma iba en aumento con cada segundo que pasaba, como si todo lo demás afuera hubiera desaparecido y la intensísima luz se echara sobre ellos para devorarlos; trató de asomarse un poco para ver algo, pero no pudo mirar a la fuente lumínica más de dos segundos sin dejarla temporalmente ciega. Trató de abrir los ojos y pudo percibir como el interior de la biblioteca se iba difuminando ante el blanco imperante, como si éste lo estuviera borrando todo.
-¡Twilight!-oyó exclamar a Spike, muerto de miedo.
Clavó la vista en el suelo, pero éste también estaba siendo engullido por la blancura. En menos de cinco segundos no hubo nada más. Aún con los ojos cerrados podía notar como la luz incidía sobre ella, haciéndola daño. Se hizo un ovillo, sintiendo como el miedo la paralizaba. Y al segundo siguiente, se desmayó.
Y eso era todo lo que había pasado hasta ese momento. Se puso en pie, aun con la vista un poco tocada. Esperó un poco hasta recuperarse y abrió los ojos lentamente. Lo que vio la dejó asombrada y también helada. Se encontraba en medio de una alargada biblioteca, en un pasillo abovedado de al menos unos diez metros de largo; a ambos lados se extendían un montón de estanterías llenas de libros, tanto en la planta baja como en la planta alta. Al fondo del todo había unas puertas dobles cerradas, el sitio estaba bastante desolado; vio algunas mesas rotas y tiradas, algunas volcadas y el resto seguía en su sitio. Algunos libros se encontraban desperdigados por el suelo, dándole un triste aspecto al sitio.
-¿Dónde… dónde estoy?-masculló ella, confusa.
En ese momento oyó una voz conocida farfullar.
-¡Twilight!
-¿¡Spike?! ¿¡Dónde estás?!
En ese momento oyó un ruido en el piso de arriba, no muy lejos de allí, y se teletransportó inmediatamente; cerca de donde apareció, había una pila enorme de libros, moviéndose débilmente.
-¡Spike!
Apartó los libros con su magia y el pequeño dragón respiró más tranquilo.
-¡Agh! ¡Menos mal, me quedaba sin aire!-masculló él, aliviado.
Twilight abrazó al dragón, el cual le devolvió el gesto rápidamente.
-¿Dónde estamos? ¿Qué es este sitio?
-No lo sé… estamos en una biblioteca, pero… no tengo ni idea de donde nos encontramos.
-De repente todo se volvió blanco, y después… nada-recordó él.
-Sí… veamos que hay por aquí, a ver si encontramos algo… o averiguamos qué ha pasado-sugirió ella.
Bajaron al piso inferior por unas estrechas escaleras de caracol que vieron más adelante y se dirigieron hacia las dobles puertas; cuando estuvieron a punto de llegar hasta ellas, vieron algo tirado en el suelo que les llamó poderosamente la atención.
-¿¡qué es eso?!-inquirió Spike.
Se encontraba al lado de una mesa, como si se hubiera caído de ésta; se trataba de una especie de caja blanca muy ancha y abultada, con una ventana negra en el centro. Twilight se acercó y le dio unos toques con su casco, emitiendo un sonido familiar.
-Suena como el cristal…
A su lado había una especie de tabla negra, con una serie de botones con letras blancas estampadas en sus superficies, eran muy pequeños; Spike los estuvo oprimiendo, emitiendo unos ruiditos secos, pero no pasaba nada. Varias cuerdas muy finas y negras, de aspecto suave, se enredaban cerca de esos extraños artilugios.
-¿Qué serán?-inquirió Spike, intrigado.
-No lo sé, pero no pienso gastar tiempo averiguándolo… vamos, tenemos que situarnos.
Salieron por las puertas dobles y se encontraron en lo que parecía un recibidor muy amplio, con el suelo de madera; una alargada mesa se encontraba cerca de la salida y justo delante de ésta, casi oculta en un rincón, una puerta de madera muy brillante se encontraba cerrada. El lugar estaba bastante desolado.
Pero su asombro fue mayúsculo cuando salieron por la puerta principal; ambos acabaron en lo más parecido a una calle, pero no al menos el concepto calle que ellos conocían. El suelo era duro y tenía un extraño tacto, parecía estar hecho de piedra grisácea, al menos una parte de éste. En medio de la "calle", una mayor porción de piedra negra ocupaba casi todo el resto de la misma, con rayas blancas intermitentes pintadas en ésta. A su alrededor se extendía un paisaje urbano a la vista, pero con casas que nunca antes habían visto. Parecían estar hechas de piedra en vez de madera, sus tejados no se veían y no parecían estar hechos de ningún otro material parecido a la paja. Casi todas tenían al menos unos dos o tres pisos, y aunque no llegaban a ser muy altas, tanto a Twilight como a Spike les parecieron enormes.
Entre las casas había una serie de cuerdas negras, sobre todo en las esquinas de los cruces, que sujetaban una especie de caja rectangular amarilla con tres señales de colores a cada lado de la misma. Colgaba justo en el centro del cruce, y se podía ver desde todos los ángulos.
-¿Qué es eso que cuelga ahí?-inquirió Spike, curioso.
-No sé, parece ser una especie de… señal colgante… con colores…
A cada extremo de los dos lados de la calle la piedra se abombaba ligeramente y una serie de rayas blancas trazadas en la piedra negra iban de un lado a otro. También vieron muchas tiendas a lo largo de toda esa calle, algunas abiertas, otras cerradas, pero la mayoría accesibles; no vieron a nadie en ningún momento y el ambiente era muy silencioso, sólo se oía el ruido de los cascos de Twilight sobre la piedra del suelo y el sonido del viento recorriendo las calles con ellos. Un poco más adelante vieron una torre de agua en medio de un terreno entre varias casas de tres pisos, y la piedra negra de la calle continuaba hasta perderse en el horizonte.
Los dos se quedaron quietos por un momento, contemplando el extraño paisaje que se abría ante ellos; en un momento dado, Spike habló.
-Twilight… ¿Dónde estamos?
-No lo sé, Spike… pero desde luego no es Ecuestria…-murmuró ella, visiblemente preocupada.
-¿y qué hacemos? ¿Cómo vamos a hacer para encontrar a los demás si ni quiera sabemos dónde estamos?
-Es fácil… volveremos a la biblioteca y nos documentaremos con todos los libros que hay allí, seguro que podremos averiguar dónde nos encontramos… y qué lugar es este.
Sin decir nada más, ambos volvieron tras sus pasos y regresaron a la biblioteca, donde nada más poner un casco en ella, el cuerno de Twilight comenzó a brillar; inmediatamente después, todas las cosas revueltas y tiradas comenzaron a reordenarse solas.
-Lo primero es poner orden en este desastre, así será imposible guiarse por aquí-habló ella.
-Pero no sabemos si se usa el mismo sistema de ordenación en esta biblioteca…
-Claro que sí, Spike, no hay más que echar un vistazo a las estanterías… por lo que veo están clasificados por materias, así que empezaremos por devolver los libros del suelo a su sitio. Comenzaremos por esta sección de aquí llamada Mecánica…
Entre los dos y con mucho ahínco, consiguieron recolocar todos los libros desperdigados y limpiar un poco todo ese desastre; la magia de Twilight ayudó mucho, reparando las cosas rotas, como algunas partes de las barandillas del piso superior o el busto de lo que parecía ser algo o alguien, o al menos su cabeza.
-Vaya, mira esto, no puede ser la cabeza de un poni…-murmuró Spike, sosteniendo el trozo superior.
-No, desde luego…-asintió ella, sosteniéndolo con su magia antes de recomponerlo.
Las mesas y sillas volvieron a su sitio, las hojas sueltas y en blanco se apilaron en una de ellas y la caja blanca con la ventana negra y la tabla regresaron a la mesa que había al lado de la salida. Una vez que todo estuvo listo, Twilight se dijo.
-Vale, esto ya está, pero voy a necesitar pluma y tinta para tomar notas…
-Voy a ver si encuentro algo por aquí-se ofreció Spike.
Estuvo rebuscando por los cajones de algunas mesas, pero no encontró nada; fue un momento a la larga mesa del recibidor y al poco rato volvió con algo muy parecido a la pluma.
-¡Twilight, he encontrado algo parecido, pero es muy extraño!
-¿Qué es eso?
-No lo sé, estaba en uno de los cajones de la mesa de fuera, había más como ese…
Twilight lo cogió con su magia y lo estudió atentamente; parecía estar hecho de un material duro y resistente, era transparente, aunque en su interior había una especie de cilindro hueco con algo negro en su interior. Acababa en una punta redondeada y de color dorado, aunque vio que Spike llevaba algo más en la mano.
-¿Qué es eso que tienes ahí?
-Lo llevaba puesto, parece ser la protección de la punta…
Dicho objeto tenía forma cónica, era de color azul y poseía una extensión de igual color que lo alargaba un poco más; había un pequeño hueco por el que cabía la punta del objeto cilíndrico, Twilight se la puso por un momento y vio que encajaba perfectamente. Lo quitó de nuevo, pero había una pregunta que no dejaba de hacerse; tenia forma de pluma pero ¿cómo podía hacer para escribir si no tenía tinta con que mojarlo? Aunque el color oscuro de su interior la daba un extraño presentimiento. Cogió uno de los papeles en blanco y pasó la punta por él; no parecía funcionar, pero lo siguió intentando, rayando el papel, hasta que al final lo consiguió. Spike lanzó una exclamación de asombro.
-¡Escribe! ¡Es la tinta, lo que yo pensaba! Vaya, pero esto es… es… fabuloso, no hace falta mojar…
Trazó varias líneas en el papel, la tinta era de color azul, lo que la dejó más asombrada aún; sólo conocía la tinta negra y roja, no azul.
-Estupendo, ya podemos empezar a documentarnos… veamos que hay por aquí.
Dejando aparte los libros que recolocaron ellos solos, estuvieron mirando por otros temas posibles títulos que les ayudaran a comprender mejor dónde se encontraban. Los dos se dividieron y estuvieron curioseando, la unicornio lavanda vio un título en la sección infantil-juvenil que la llamó la atención.
-Grandes máquinas del mundo moderno e inventos del futuro… a ver…
Resultó ser un libro ilustrado a todo color que mostraba, con minuciosos detalles, ingenios que nunca hubiera podido imaginarse ni en todos los días de su vida: enormes barcos de metal que flotaban en el agua, unas máquinas con forma de ave llamadas aviones que volaban por los aires, unos habitáculos con ruedas denominados coches que podían llegar a alcanzar grandes velocidades, ingenios con dos ruedas y pedales llamados bicicletas… y la lista parecía no tener fin, eran tantas cosas que acabaron mareando a Twilight. Pero había algo que no dejaba de repetirse en todas esas descripciones y detalles visuales, y esa era una serie de palabras relacionadas: el hombre, el ser humano, los humanos… El término rondaba por la cabeza de la unicornio constantemente, acordándose de muchas cosas, sobre todo de los cuentos para dormir por parte de su madre o su abuela, o de las viejas leyendas que la contaba la princesa Celestia cuando era pequeña.
-Los humanos… existen. Ellos… construyeron todo esto…-masculló, maravillada.
Aunque una duda le asaltó enseguida; en ningún momento vieron humano alguno cuando salieron fuera. De hecho, el pueblo parecía completamente desierto.
-Entonces… si este es el mundo humano… ¿dónde están?-se preguntó entonces.
En ese momento llegó Spike con otro libro consigo.
-¡Mira Twilight, puede que este libro nos explique más cosas de este mundo!
El libro se titulaba Historia del mundo: la más completa y actualizada obra histórica de referencia, de un tal Richard Overy. Twilight lo cogió con su magia y lo abrió por las primeras páginas, encontrándose con lo que parecía un gran mapa de ese mundo a doble página.
-Vaya, mira esto, Spike…
Ante ella se extendían un total de cinco denominados continentes, rodeados por múltiples mares y todos ellos con unas extensiones enormes; éstos eran América, el cual incluía toda América del Norte y Sur, Europa, África, Asia y Oceanía. Según los datos que el libro ofrecía, todos ellos juntos constituían unos 136 millones de kilómetros cuadrados de forma aproximada, lo que dejó a Twilight completamente abrumada.
Por lo que pudo averiguar en otros libros que Spike le trajo, ellos se encontraban en América, concretamente en EEUU, pero no llegó a averiguar mucho más, ni siquiera pudo llegar a descubrir dónde estaban exactamente. Aunque no empezó inmediatamente con el libro de la historia mundial, se lo guardó para más adelante, mientras ojeaba otros libros, sobre todo de biología y anatomía humana, ya que quería saber más cosas sobre los humanos. Puso averiguar que eran bípedos, con dos brazos y dos piernas, caminaban erguidos y se alimentaban de todo, incluso de carne, lo que la dejó un poco fría. Su anatomía era fascinante, sobre todo las manos. De hecho, eso mismo le recordó a cierta poni que una vez le llegó a preguntar si tenía algo acerca de humanos, pero sólo tenía los cuentos para potrillos. Si estuviera allí en ese momento estaría tan emocionada que le daría algo.
Al otro lado de la biblioteca había otras puertas dobles por las que no llegaron a pasar, comprobándolas después; éstas daban a una nueva zona de la biblioteca que, según lo que pudo leer en un manual de biblioteconomía, se denominaba hemeroteca, y contenía principalmente revistas, periódicos y publicaciones semanales. Gracias a los periódicos que allí había, pudieron saber que estaban en un pueblecito del condado de Stephens, Oklahoma, de nombre Central High. El más reciente tenia fecha de 20 de mayo de 2013.
-Vaya, 2013, estaban muy avanzados… nosotros solo estábamos en el 1040…-recordó Spike.
-Sí… aunque vete a saber cuánto tiempo ha pasado desde ese día hasta ahora… aunque no debe haber sido mucho, ya que este papel no está muy desgastado…-obvió Twilight, observando el amarillento tono que el papel había adquirido.
-Aun así es raro… ¿Qué les habrá pasado a los humanos? Una raza predominante no desaparece así sin más…-supuso Spike, cavilando.
-Lo sé, aunque mira el titular: "Continúan las desapariciones de personas por todo el país, el gobierno decide elevar la alerta a naranja" Debió de pasar algo grave; coge este número, me lo leeré después-pidió ella.
Regresaron a la sala de lectura, donde siguieron documentándose acerca de ese extraño pero fascinante nuevo mundo que se abría ante ellos, aunque no en su mejor momento. En un momento dado, Spike exclamó.
-¡Mira Twilight, es exactamente lo mismo que vimos antes al otro lado de la biblioteca!
La unicornio observó una ilustración en la que aparecía una máquina idéntica a la que vieron antes y ahora se encontraba subida en la mesa del fondo.
-¡Vaya! ¿Qué dice acerca de ella?
-Aquí dice que se llama ordenador, y sirve para organizar y administrar todo tipo de información, desde organizar registros, escribir, leer, y hasta jugar-leyó Spike.
Twilight se quedó anonadada con semejante revelación.
-Uauh… ¿en serio hace todo eso?
-Sí, y eso no es todo, las posibilidades son enormes… aquí dice que se puede programar con él… ¿Qué será eso?
-Ni idea, pero suena interesante…
-Sí, desde luego… oh, vaya, según esto necesita electricidad para funcionar.
-¿Electricidad?
-Sí… parece ser como una fuente de energía, miraré a ver que puedo encontrar.
Spike fue a buscar algo que hablara sobre la electricidad, regresando enseguida con un tomo de quinientas páginas. Leyó su definición y Twilight saltó enseguida.
-¡Ah! ¡Es idéntico a la corriente mágica y las cargas mágicas! ¡Entonces aquí la magia es electricidad! ¡Vaya, qué interesante!
La unicornio lavanda se mostró emocionadísima ante tantos descubrimientos y los dos se enfrascaron aún más, sin darse cuenta apenas que el tiempo pasaba; antes de que se pudieran dar cuenta, ya estaba oscureciendo, y una luz anaranjada muy apagada entraba por las ventanas.
-¡Oh, está anocheciendo!-observó Spike.
-Sí… y encima tengo un hambre terrible… ¿habrá algo de comer por aquí?-inquirió Twilight.
-No, sé, miraremos antes de que oscurezca del todo.
Se llevaron algunos libros, entre ellos el de Historia Mundial y el último periódico también; comprobaron la puerta pequeña que había en el recibidor, y descubrieron unas estrechas escaleras que llevaban hasta un pequeño pero acogedor apartamento, donde todo estaba bastante bien conservado. Vieron cosas de todo tipo, entre ellas una televisión, de la cual habían leído hace poco, y muchos más libros y revistas.
-Aquí debía de vivir el bibliotecario…-supuso Spike.
-Pues ha sido todo un acierto… a ver si encontramos algo comestible-dijo ella, dejando las cosas en la mesita del salón.
Estuvieron buscando por el apartamento, encontrando la cocina y rebuscando en los cajones, pero la mayoría de las cosas que encontraron estaban podridas o totalmente incomestibles; vieron frutas totalmente pasadas, y en cuanto abrieron la nevera, la cual la pudieron identificar gracias a los libros, un hedor insoportable les golpeó en la cara, teniendo que cerrarla enseguida.
-Me… me parece que nos quedamos sin comer, Twilight…-masculló Spike, con arcadas.
-No, espera, aún no hemos mirado ahí…-observó ella, señalando a un pequeño cuartito al lado de la mesa.
Abrieron la puerta y se encontraron con un filón; un montón de latas de comida se encontraban apiladas en diferentes baldas, dentro de una pequeña despensa.
-Gracias a Celestia…-suspiró ella.
-¡Vaya, mira, aquí hay fruta envasada! ¡Melocotón en almíbar! ¡Pera endulzada! ¡Manzanas Golden! ¡Y también hay legumbres!-exclamó Spike, con las tripas rugiéndole.
-Tranquilo tragón, coge la fruta por ahora, tendremos que ver lo que podemos comer y lo que no.
Tras ese ligero asalto a la recién descubierta despensa, los dos buscaron un dormitorio y se asentaron en él, era el único del apartamento. Twilight encontró una serie de velas en un armario vacío y usando su magia las estuvo encendiendo para no tener que usar su propia magia constantemente.
Anocheció enseguida y una densa oscuridad se echó sobre Central High, los dos siguieron leyendo a la luz de las velas después de cenar.
-¿Has cerrado la puerta de la biblioteca?-inquirió en un momento dado ella.
-Creo que no… ¿para qué? Somos los únicos en el pueblo…-argumentó él, pasando una página con dejadez.
-Ya, pero aun así…
A pesar de su argumento, Twilight fue a cerrar la puerta, pero antes de hacerlo contempló la calle; no se veía absolutamente nada, no había luna, cosa que la extrañó, lo que le recordó que tendría que leer cosas sobre astronomía también. La oscuridad era abrumadora, incluso asustaba, lo que la dio más motivos para cerrar la puerta. Otra cosa que era bastante densa era el silencio; un silencio sepulcral reinaba en el pueblo, y si no fuera por ellos, sería total. Notó entonces un escalofrió recorriéndola el lomo, percatándose de la situación.
-Estamos solos… completamente solos…
No sabían ni donde estaban los demás, ni si volverían a verlos; sus amigas, la princesa Celestia, sus padres, su hermano… todos los ponis que conocía y apreciaba…
-Oh, dulce Celestia…-musitó, sintiendo un miedo atroz envolviéndola y unas ganas terribles de llorar.
Aseguró la puerta y subió arriba, volviendo con Spike; volverle a ver la calmó un poco más y dio gracias al cielo por aparecer allí con él. Si lo hubiera hecho sola, no estaba segura de si lo hubiera podido aguantar.
Estuvieron leyendo un rato más hasta que el sueño les venció, el primero en caer fue Spike; Twilight le quitó el libro de mecánica que estaba leyendo y lo dejó en su mesita de noche. Ella estuvo leyendo un poco más, sobre todo la noticia del periódico.
Se siguen dando las misteriosas desapariciones de personas por todo el país, mientras que el resto de ciudadanos que aún siguen localizables viven con miedo. De lo que empezó siendo como una posible ola de secuestros, acabó convirtiéndose en poco tiempo en un extraño fenómeno que ni siquiera la policía se podía explicar. Cuanto más pasaba el tiempo, más personas iban desapareciendo, y no solo aquí, sino que en otras partes del globo también desaparecían personas así sin más.
El presidente ha llamado a la calma, prometiendo más seguridad para evitar que más personas continúen desapareciendo, pero las medidas no parecen contentar a los ciudadanos, los cuales, temerosos de Dios, no se atreven ni a salir a la calle. Pero por lo que hemos podido saber, en otras partes del mundo han llegado a desaparecer familias entras sin siquiera salir de sus casas. Vivimos en tiempos extraños, en los que vivir de por sí ya es todo un riesgo. Si ven algo extraño o saben algo que pueda aclarar esta inexplicable ola de desapariciones, por favor, contacten con la policía inmediatamente.
-Qué extraño… la gente no desaparece así sin más… ¿Qué provocaría algo semejante?-se preguntó ella, frunciendo el ceño.
Fuera lo que fuera, ese extraño fenómeno parecía haberse llevado a los humanos y los había hecho desaparecer de la faz de la tierra; y, sin embargo, allí estaban ellos, en un mundo vacío y abandonado, al que ni siquiera pertenecían. No tenía sentido, lo mirara por donde lo mirara.
-Solo espero volver a encontrar a las demás… por favor, dulce Celestia, no permitas que nos quedemos solos en este triste mundo…-imploró ella en silencio, mientras apagaba las velas son rápidos soplos.
La última llama se extinguió y la oscuridad se echó sobre ellos; Twilight cerró los ojos y trató de ignorarla. Después de varios silenciosos y angustiosos minutos, cayó dormida.