Una década perdida [Slice of life] [Sad]

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Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Sg91 » 07 Oct 2013, 15:31

Capítulo 1

Viendo el futuro


Twilight miró a los ojos de su mentora, tratando de comprender lo que acababa de decirla.

-Yo... no lo entiendo... ¿cómo...?

Su voz resonaba por toda la vacía sala del trono, donde las vidrieras de colores que ilustraban la historia de Ecuestria adornaban las paredes.

La princesa Celestia se limitó a sonreír.

-Has aprendido muchas cosas, conociste a muchos ponis, y durante todos estos años has crecido y madurado hasta convertirte en una yegua capaz e inteligente. Ha llegado el momento en que cumplas con tu destino, mi fiel alumna. Quiero que asciendas al trono junto a mí.

-Una princesa... Yo... pero eso es una gran responsabilidad...

Twilight se quedó mirando el suelo, sin saber bien qué decir; nunca había considerado aplicar esa palabra a sí misma desde que era una imaginativa e ingenua potrilla.

La princesa Celestia se puso a la misma altura que Twilight y levantó suavemente su barbilla con un casco.

-Twilight, no se me ocurre a nadie más merecedor de este título que tú. Sin duda te lo mereces.

-Yo... supongo que sí, pero... ¿Y mis amigas?

-Estarán presentes en la ceremonia. Estoy segura de que estarán encantadas de estar a tu lado en un momento tan especial. Puedes teletransportarte de nuevo a Ponyville e informarlas de antemano. Sé que tu magia es completamente capaz de semejante tarea.

Teletransportarse a Ponyville desde Canterlot podría ser un poco exagerado, pero es cierto que la magia de Twilight había mejorado bastante desde que se mudó al pequeño pueblo. La magia de la amistad incrementó sus poderes mucho más que cualquier otro unicornio normal. No le gustaba mucho destacar demasiado ese hecho, pero tampoco podía negar que era casi igual que un alicornio, pero sin...

-Obtendrás tus alas en la ceremonia-anunció la princesa Celestia.

Al ser su alumna personal desde que era una potrilla, para Twilight era fácil predecirla. Twilight inclinó levemente la cabeza, sintiéndose abrumada.

-Entiendo...

-No te preocupes, Twilight. Te daré unos cuantos días para asentarte un poco antes de comenzar con las tareas reales.

Unos pocos días no eran absolutamente nada en la vida de un alicornio inmortal...

-Como ya te he dicho, Twilight, me gustaría que te teletransportaras a Ponyville y hablaras con tus amigas. Ellas son la razón por la que has crecido, y tienen derecho a saber de tu destino antes que el resto de Ecuestria.

-Lo haré. Gracias, princesa. Es realmente todo un honor-dijo Twilight antes de irse.

-Buenas noches, mi fiel estudiante.

Twilight salió del salón del trono, acabando en los pasillos del palacio. El sonido de sus cascos golpeando el suelo de mármol se hizo eco a través de la alta estructura. Twilight abrió la puerta para salir a la calle, el aire fresco de la noche azotaba su melena y las estrellas distantes la dieron algo para mirar mientras su mente vagaba en otros lugares.

-Un alicornio... una princesa...-murmuró Twilight para sí misma.

De entre todos los ponis, Twilight era el que Celestia había elegido para ser digno de la mayor responsabilidad imaginable. Despegó su mirada del cielo y miró a las marcas que lucían en sus flancos.

¿Era realmente su destino?

¿Cómo podía ser? Ella era una simple bibliotecaria. Talentosa en la magia, eso desde luego, pero eso tampoco significaba que fuera una buena líder. Si realmente fuera su destino, debía de estar segura, o al menos emocionada.

En cambio, se encontraba prácticamente temblando de ansiedad. Esto sería un gran cambio. Tendría que regresar a Canterlot. Tampoco podría ver a sus amigas más a menudo.

Sus amigas...

¿Qué pensarían de todo esto? Pinkie sería probablemente la más fácil de convencer, normalmente está de acuerdo con cualquier cosa. Por otra parte, no podría asistir siempre a sus fiestas, y no podría pasar todo el rato con ella cada día, lo cual sería una decepción importante para la poni rosa.

Rainbow probablemente se burlaría de sus escasas habilidades de vuelo. Twilight esperaba que el ser un alicornio no la pondría por encima de las habilidades de vuelo naturales de un pegaso, ya que ella preferiría burlarse que ser envidiosa.

Rarity estaría celosa. Vivir en Canterlot era el mayor sueño de la modista, y ser parte de la realeza, una de sus mayores fantasías. Twilight no había pedido esto; ni siquiera era lo que quería de la vida. Casi parecía un desperdicio si se comparaba con los deseos de Rarity.

Ni siquiera Applejack ni Fluttershy lidiarían muy bien con el cambio. Twilight podía imaginarse a Fluttershy poniendo una cara valiente y pretendiendo alegrarse por ella, pero sabía que Applejack la diría lo que sentía sin rodeos.

Y Spike... su asistente número uno. Cada vez que se acordaba de él, su corazón daba un vuelco. Recordaba las lágrimas corriendo por su rostro, y gritando de terror que no lo abandonara cuando el Rey Sombra le había atrapado en su peor miedo: no ser necesario. ¿Podría volverse real ese miedo? ¿Necesitaría a Spike cuando ya no tuviera libros que apilar o cartas para enviar?

Twilight comenzó a caminar. Sabía que debía seguir las instrucciones de la princesa Celestia y teletransportarse de nuevo a Ponyville, pero tenía miedo. Miedo de lo que sus amigas pensarían, temerosa de que pudieran confirmar sus propios pensamientos: que no estaba preparada.

Twilight se dirigió lentamente hacia la salida pasando al lado de la estatua del jardín, mirando a su alrededor, pero con su mente totalmente evadida. La dilación no era un hábito que Twilight practicara con frecuencia, y sólo servía para perturbarla aún más.

-¡Hey, Twilight!

-¡Ah!

Twilight saltó y giró la cabeza, viendo a un semental unicornio sonriente, engalanado con una armadura de oro chapado de la Guardia Real, incluyendo una larga lanza de metal.

-Oh, hola Javelin Tosser... Lo siento, yo sólo, eh...

-No te preocupes, Twilight, eres bienvenida a pasear por los jardines. Ha pasado un tiempo desde que te he visto en Canterlot, eso es todo.

Twilight asintió con la cabeza, torciendo su oreja derecha como siempre hacía cuando estaba nerviosa.

-¡Ah, sí! Sí, por supuesto... hermoso día, er, noche para dar un paseo-murmuró ella, forzando una sonrisa-¿vienen muchos ponis aquí por la noche?

Javelin Tosser negó con la cabeza.

-No, el Archivo de Canterlot por lo general está bastante solitario. Siempre eras la única en aquí cuando eras más joven, ¿recuerdas?

-Oh, por supuesto ¿cómo podría olvidarlo?

Twilight se quedó mirando el enorme edificio. La última vez que había estado en el Archivo fue cuando había intentado colarse en el ala de Starswirl el Barbudo con Pinkie Pie para encontrar los hechizos del tiempo.

-¿Quieres que te deje entrar, Twilight?-la ofreció Javelin Tosser-no es ningún problema.

Twilight negó con la cabeza. No tenía ninguna razón para entrar en los archivos ahora, ¿de qué serviría un hechizo de tiempo para ayudarla a descubrir su verdadero destino?

Twilight vaciló, su oreja derecha todavía seguía retorciéndose mientras su mente trabajaba a toda marcha. ¿Y si hubiera alguna manera de que pudiera ver el futuro? ¿Qué mejor manera había de asegurar a sus amigas de que todo iba a estar bien, o explicar a la princesa que no estaba hecha para el trabajo, y luego decirles que ella ya sabía a ciencia cierta qué pasaría? El futuro era un período de tiempo variable, obviamente, pero si Twilight podría ver lo que sucedería si ella se convertía en una princesa... simplemente para asegurarse de que todo iba a estar bien...

-En realidad, Javeline, ¿crees que podrías desbloquear el ala de Starswirl el Barbudo por mí?

-¡Claro, no hay problema! Espera un segundo.

Twilight le observó mientras él jugaba con sus llaves. Esto era una locura. Los hechizos de tiempo eran excepcionalmente peligrosos e ilegales, salvo para los unicornios más poderosos. Un pequeño cambio en el pasado puede afectar todo el futuro. No se dio cuenta la primera vez que viajó atrás en el tiempo, pero podría llegar a meterse en serios problemas al repetir la ofensa.

Por supuesto, en este caso sólo era el futuro, no el pasado. Y ella sólo estaría buscando, no viajando. Twilight se repetía las mismas palabras una y otra vez en su cabeza, tratando de calmarse para poder hacer lo que tenía en mente.

Después de todo, ya era más o menos un alicornio ¿no?

Finalmente, Javelin Tosser abrió las puertas fuertemente encadenadas al ala de Starswirl el Barbudo y se apartó.

-Estaré fuera si necesitas algo más, Twilight.

-Gracias, Javelin. ¡Buenas noches!

El corazón de Twilight le latía furiosamente ahora, como siempre lo hacía antes de un examen, ya fuera una prueba escrita o un desafío físico que sólo correspondía a los mismos Elementos de la Armonía.

Y ella era el Elemento de la Magia. Podía hacer esto. Podía hacer esto fácilmente... o al menos lo esperaba.

Las estanterías altas a su alrededor la hacían sentirse excepcionalmente pequeña. Corrió entre las hileras de libros y pergaminos, mirando frenéticamente a su alrededor, buscando lo que necesitaba. Ella sabía que si tenía el poder de enviarse a sí misma hacia atrás en el tiempo, entonces debía ser capaz de simplemente vislumbrar el futuro con relativa facilidad.

Twilight levitó varios rollos de la última estantería, decidiendo si eran de valor partiendo simplemente de los títulos. Un documento de hechizos de tortura prohibidos, Enfermedades mágicas incurables, Poder alicornio y su abuso histórico... Twilight hizo una nota mental para leer ése último más tarde.

Toda esa fila en concreto contenía documentos controvertidos e ilegales. Ella sabía que no debía de estar buscando a través de ellos, pero los hechizos de tiempo entraban en esas dos categorías. La posibilidad de cambiar los acontecimientos después de que hubieran ocurrido era demasiado poderosa para la mayoría de potros, de todos modos. Incluso ella misma sólo consiguió un minuto más o menos la primera vez, pero eso fue todo lo que necesitaba en ese momento.

Además, vislumbrar el futuro era muy diferente que cambiarlo.

Viaje temporal. Ver el futuro. El corazón de Twilight saltó de la emoción y leyó rápidamente. Si lo que buscas es una visión más flagrante, pronuncia estas palabras en voz alta para ver un futuro distante. Perfecto. Era exactamente lo que estaba buscando. Twilight echó un rápido vistazo al rollo varias veces, y luego leyó en voz alta. Pasado al presente, y en adelante a partir de ahí, busques lo que busques, nunca dudes así. Twilight entrecerró los ojos para seguir la lectura mientras su cuerno comenzaba a brillar. Concéntrate ahora en un lugar y un tiempo que se aproxima, y podrás luego ir allí con la ayuda de esta rima. Deja tus preocupaciones y ve con cuidado, ya que te encuentras ahora en un mundo en el que has sido olvidado.

Twilight vislumbró Ponyville, diez años en el futuro; el tiempo suficiente como para ver el efecto completo de su coronación en sus amigas. Hubo un destello cegador de luz blanca, y Twilight sintió una intensa presión sobre su cuerpo.

De repente, se encontró tirada en el suelo. Twilight gimió y se dio cuenta de que se encontraba al principio de una calle, aunque no estaba muy segura de dónde estaba exactamente. Ante el temor de que de alguna manera había fallado el hechizo y tan solo se había teletransportado, se levantó y miró a su alrededor.

Dondequiera que estuviese, no era Canterlot, y menos aún Ponyville. En toda esa calle había una serie de edificios muy desgastados y en estado de ruina y no había nadie más a la vista.

-¿Hola?-llamó Twilight.

No recibió respuesta, por lo que dio unos pasos cautelosos hacia adelante.

En cuanto se adentró en el pueblo fantasma, poco a poco comenzó a reconocerlo. Pudo ver la Boutique Carrusel, aunque había varias tablas de madera clavadas sobre su entrada y ventanas. Había un solar vacío donde el Sugarcube Corner solía estar, y su propia biblioteca-árbol estaba sin hojas y muerto.

No había fallado el hechizo; se encontraba en Ponyville una década más tarde. Twilight lo miró fijamente, con la boca ligeramente abierta. No se esperaba que el hechizo la llevara físicamente al futuro, ya que no creía que fuera lo suficientemente poderosa como para poder realizar eso. Por otra parte estaba cerca de convertirse en un alicornio, tal vez su magia se incrementó adecuadamente.

De todos modos, si éste en concreto funcionaba como el hechizo de viajar atrás en el tiempo, entonces probablemente no tenía más que unos pocos minutos. Tenía que averiguar si Ponyville estaba en ruinas porque ella se había convertido en una princesa, o bien si había habido una guerra en los últimos años. La segunda opción parecía mucho más probable, aunque no más reconfortante.

Twilight sabía que no tenía mucho sentido, pero aun así llamó a la puerta de Rarity para estar segura. La tienda parecía haber sido abandonada hace tiempo.

Se dirigió a la biblioteca-árbol y llamó allí también, aunque se sintió un poco tonta al hacerlo en su propia casa. La puerta crujió ruidosamente cuando la abrió, Twilight se alegró al ver que la colección se encontraba perfectamente intacta, tal y como ella la había dejado antes de ir a Canterlot.

-¿Spike?-gritó, aunque era más que nada una ilusión. Su casa claramente no había sido ocupada en muchos años.

Sólo había una cosa fuera de lo común en la estancia, y Twilight se dio cuenta de inmediato. Había un arrugado pedazo de pergamino situado a los pies de una de las estanterías. Twilight lo recogió con su magia y lo desdobló.

Spike, me voy a Canterlot durante unos días. La princesa dijo que tenía algunas cosas importantes que discutir conmigo. Mientras estoy fuera, asegúrate de cuidar a Owlowiscious, mantener los libros ordenados, y no comer mucha comida basura. En serio Spike, te acuerdas de lo que pasó la última vez, ¿no? De todas formas, estoy segura de que lo harás bien y no me tendré que preocupar. ¡No destruyas la biblioteca mientras estoy fuera! (es broma, Spike. ¡Lo harás muy bien!) Te quiere, Twilight.

Había manchas de lágrimas salpicadas al final de la carta. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Twilight. Esa fue la nota que había escrito hace unos días antes de marcharse. ¿Por qué estaba aquí todavía? Twilight salió del árbol y galopó fuera del pueblo. Incluso si la mayoría de los vecinos de Ponyville se hubieran ido, sabía que todavía había dos de sus amigas que no serían capaces de irse. Applejack, cuya granja se encontraba en las afueras de la ciudad, y Fluttershy, que estaba a cargo de los animales de Ponyville, y por lo tanto no podían irse... o eso esperaba, porque necesitaba desesperadamente respuestas.

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Bueno, y así se perfila mi nuevo proyecto de traducción, la historia original es de Neonz (http://www.fanfiction.net/u/1084694/). Ha sido bastante sencillo, puesto que no he tenido ningún problema a la hora de adaptarlo, aunque las rimas me han obligado a pensar un poco más, eso sí. Espero que os guste, a ver que os parece ;)

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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor agustin47 » 07 Oct 2013, 15:39

No tengo tiempo de leerlo entero pero ya desde el principio, en la primera frase, cometes un laísmo. Cuidadito, que una traducción no puede tener errores como esos.
Los milagros no son gratuitos.

La ignorancia a veces puede significar felicidad, y en este caso, la nuestra resulta ser una verdadera bendición.


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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Sg91 » 07 Oct 2013, 15:56

agustin47 escribió en 07 Oct 2013, 15:39:No tengo tiempo de leerlo entero pero ya desde el principio, en la primera frase, cometes un laísmo. Cuidadito, que una traducción no puede tener errores como esos.


Pero porque soy laísta, y el laísmo está comenzando a ser considerado más como un fenómeno que una errata, empieza a ser más frecuente, aunque desde la Edad Media ya había laísmo. Es muy común en Castilla, pero aquí en Madrid también hay mucho laísta. Yo no lo veo como un error, puesto que siempre he dicho la, al menos cuando me refiero a la persona. De hecho, muchas veces he escrito más de un relato para alguna que otra clase de lengua y nunca me han llamado la atención. Y a estas alturas ya no me veo cambiando algo que para mí es más que habito, me sale solo, no lo puedo evitar.

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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor agustin47 » 07 Oct 2013, 16:50

Lo siento, pero como lo veas tú es irrelevante. Actualmente se lo considera un error, muy común en Madrid, por cierto, y por lo tanto deberías corregirlo. Se puede cambiar, no es algo imposible.
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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor amadeus_dark » 07 Oct 2013, 22:22



Por fa no nos peleemos por una discrepancia, no pinta mal la idea, a ver que sale finalmente...suerte con la traducción!
Mi pony test de perosnalidad.........Just as Pinkie planned

Spoiler:
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QUE !? DIJE PINKIE PLANNED NO QUE FUERA PINKIE PIE! X-D
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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Sg91 » 13 Oct 2013, 23:46

Capítulo 2

Árboles sin manzanas


Applejack y Fluttershy vivían en extremos opuestos de Ponyville, pero Twilight prefirió visitar primero Sweet Apple Acres. Había más posibilidades de que Applejack aún viviera en Ponyville, ya que Fluttershy podría cuidar a los animales en otro sitio.

Twilight no había visto a ningún animal alrededor, de todas formas.

Cuando se acercó, vio que diez años habían hecho mucho a la vieja granja de manzanas. Más de la mitad de los árboles estaban sin hojas y con sus troncos inclinados, como si les fuera imposible mantenerse erguidos. Los que aún quedaban vivos se encontraban lejos de estar saludables, y los pocos que todavía tenían manzanas, su fruto era muy menor de lo que recordaba Twilight.

Los huertos se encontraban extrañamente tranquilos, y Twilight se preguntó si alguien todavía vivía allí. Los Apple no dejarían su granja así sin más. Applejack quería tanto a sus árboles y terrenos como a su familia. Eran una parte de ella misma.

Twilight se detuvo en seco en cuanto vio al poni que estaba buscando. Applejack se encontraba acurrucada debajo de uno de sus manzanos y mirando tristemente a lo lejos. Twilight tuvo en cuenta el tiempo pasado, por lo que se esperaba encontrar a sus amigas un poco más creciditas, aunque no demasiado. Esa fue una de las pequeñas cosas que más chocó a Twilight; su pata trasera izquierda se encontraba un poco más atrás que de costumbre, y su crin era un poco más corta de lo que ella recordaba. Nunca había visto a Applejack escaqueándose del trabajo nunca.

Y además, se veía… vieja.

Twilight pensó que no se había dado cuenta de su presencia hasta que los oídos de Applejack se movieron y miró por encima del hombro. Mantuvieron el contacto visual durante unos momentos antes de Applejack se levantara. Avanzó cojeando pesadamente, evitando posar todo el peso en su pata izquierda. Su expresión era de dolor y confusión. Twilight corrió a su encuentro a mitad de camino.

-Applejack...

Twilight no estaba segura de cómo reaccionar, por lo que esperó a que el poni de tierra naranja llenara el silencio.

Hubo una larga pausa. Applejack se quedó mirando a Twilight, como si tratara de asegurarse si era o no real.

-¿Twilight Sparkle? ¿Eres… eres tú de verdad?

Su voz sonaba un tanto cansada, pero salvo eso apenas había cambiado.

Twilight no estaba segura de si Applejack la había llamado por su nombre completo alguna vez. Sonaba raro, ni siquiera la gustó.

-Sí, soy yo. Bueno, algo más joven que la que conoces. He viajado al futuro.

La boca de Applejack estaba ligeramente abierta.

-Te... te ves exactamente igual, Twilight.

-¿En serio?

El tiempo debe haber sido más amable con ella que con su pobre amiga.

-¿Vivo cerca de aquí? No he visto a nadie por el pueblo, y pensé que era muy extraño que ninguna de vosotras estuviera…

-Twilight. Has estado muerta desde hace diez años-anunció Applejack, cortándola de golpe.

Una punzada de terror corrió por el cuerpo de Twilight.

-No... ¡No, eso es imposible! ¿Es por el hechizo de viaje temporal que acabo de hacer? Aunque mi magia fuera lo suficientemente potente como para, literalmente, enviarme al futuro en lugar de simplemente observarlo, tendría que haber vuelto a Canterlot tan pronto como el efecto finalizara.

Applejack se la quedó mirando con los ojos cansados.

-Te desvaneciste en el aire, al menos a lo que respecta tu archivo.

Twilight esperó que Applejack continuara, pero no lo hizo. Fue doloroso ver a su terca e independiente amiga tan débil.

-Applejack... ¿qué pasó?

Applejack cerró los ojos.

-Se enviaron grupos de rescate en tu búsqueda, Twi, pero después de semanas sin encontrar nada, asumimos que debiste de hacer un hechizo mal o algo así. Después de que los grupos se retiraran, yo mantuve la esperanza, pero...

La poni dejó escapar un suspiro antes de continuar.

-Seré honesta contigo, Twilight. Las cosas fueron mal una vez que te fuiste.

Aunque Applejack aún tenía mucho que contar, Twilight ya se sentía como si estuviera teniendo una horrible pesadilla. ¿Y si el efecto del hechizo había sido permanente? Ya lo había hecho indebidamente por teletransportarse a sí misma hasta allí, después de todo. La unicornio lavanda no dijo nada, su silencio instó a Applejack a continuar.

-Al principio, las cinco nos quedamos juntas. No queríamos separarnos a raíz de semejante tragedia.

Applejack movió sus patas ligeramente. Fue un movimiento sutil, aunque Twilight nunca la había visto hacerlo antes.

-No pasó mucho tiempo antes de que la tensión pudiera con nosotras. Supongo que nos fue afectando de manera distinta.

Applejack cambió su peso de nuevo, tratando de ponerse cómoda.

-Vamos a sentarnos debajo de ese árbol, Twi, ya seguiré allí.

Señaló a uno de los manzanos que ya no daba sus frutos, y comenzó a cojear hacia él.

Applejack se acurrucó debajo del árbol, y Twilight imitó lentamente sus movimientos. No pudo evitarlo más, necesitaba saberlo.

-Applejack... ¿qué te pasó?

La poni de tierra se mordió el labio y bajó la cabeza. El comentario la había picado.

-Es... es una vieja herida, Twilight. Unas pocas semanas después de que... murieras, o desaparecieras, o lo que sea que hiciste, Rainbow no pudo soportar su dolor. Creó entonces la mayor tormenta de la historia de Ponyville, y no avisó a nadie. Tumbó a un cuarto de nuestros árboles, y dejó el resto sin fruto.

-Rainbow...-masculló Twilight, con lágrimas en los ojos.

-Llegó de pronto y sin avisar. Apple Bloom y sus amigas estaban jugando en la calle. Traté de ir a por ellas, pero el viento soplaba con una fuerza tremenda. Partió un gran árbol que aplastó mi cuarto trasero izquierdo. Tuvieron que pasar varios meses antes de que pudiera volver caminar sin ayuda, y un año antes de que pudiera volver a trabajar. Honestamente, era manejable hasta hace unos meses. Me he tenido que forzar bastante, poniendo demasiada presión sobre la herida.

-¿Y tu familia? ¿Apple Bloom? ¿Big Mac?

La expresión de Applejack se endureció.

-No quiero saber nada de ellos.

Una ola de terror recorrió el cuerpo de Twilight. Tuvo que obligar a las palabras salir de su garganta.

-Yo… ¿y Granny Smith?

-Murió un año después de que te fueras-anunció Applejack, con voz trémula-ya era bastante mayor y el año había sido estresante. Sabíamos que pasaría. Sin embargo, no lo hizo mucho más fácil.

Por un momento se quedó en silencio, una suave brisa azotó sus crines e hizo crujir las hojas que quedan en los árboles.

-Apple Bloom obtuvo su marca de belleza no mucho tiempo después. ¿Sabes lo que fue? Un martillo y unos clavos. No una manzana. Ni siquiera se acercaba. Apple Bloom no estaba destinada a estar aquí, ella nunca tuvo la intención de quedarse aquí en la granja, y no fue hasta la muerte de la abuela cuando se dio cuenta de eso. Se fue a Manehattan sin mirar atrás.

Twilight dejó escapar un suspiro tembloroso.

-¿Y qué pasó con Big Mac?

-Viene por aquí de vez en cuando. Pero ya no vive en la granja.

Twilight sabía que el silencio fue deliberado, pero no pudo evitarlo.

-¿Y dónde vive ahora?

-Con esa supuesta buena pegaso, Fluttershy-masculló entonces, soltando el nombre como si fuera algo innombrable.

-¿¡Fluttershy?!

-Sí. Estaban saliendo antes de que te fueras ¿lo sabías?-inquirió Applejack, volviendo su mirada a la unicornio púrpura, que vaciló ante su helada mirada.

-No... No tenía ni idea…

La expresión de Applejack se suavizó.

-Figúrate. Nos mintió a todos. Después de que Apple Bloom se fuera, anunciaron que se iban a casar.

Las lágrimas hincharon los ojos de Applejack, aunque su voz se mantuvo estable.

-Me han ido quitando a mi familia uno por uno. Big Mac me dijo que siempre estaría ahí para ayudarme con el trabajo, pero poco a poco dejó de venir. Prefirió pasar más tiempo con esa... esa...

Su voz se rompió finalmente, y ocultó su cara con su sombrero.

-No me puedo creer que la considera una amiga la última vez que me viste, Twi. Ha pasado mucho tiempo desde entonces...

Twilight se acercó a ella, envolviendo un casco alrededor de su cuello y abrazándola con fuerza. Applejack sollozó, soltando años de dolor en el cuello de Twilight. La unicornio lavanda la acarició la crin de forma reconfortante, incluso notando las costillas de la poni de tierra con cada pasada que daba.

Applejack siempre había sido la más constante del grupo. Twilight recordó cuando Spike causó accidentalmente un incendio en la biblioteca; lo apagó enseguida con un hechizo de extinción, pero los daños a la mitad de una estantería de libros eran irreversibles. El coste de la sustitución de todos ellos era elevado, pero ella no era la dueña de la biblioteca, por lo que en términos legales estaba obligada a abonarlos de su propio casco.

Un pequeño problema, comparado con los que tenía en esos momentos.

Sin embargo, después de que no pudiera aceptar las disculpas de Spike y sus intentos desesperados por compensarla, se había ido directamente a Sweet Apple Acres. La preocupación de Applejack en sus ojos esmeralda destelló en la memoria de Twilight. Explicó su situación a la otra yegua mientras lloraba como una potrilla. Applejack simplemente sonrió con tristeza y acarició la crin de Twilight hasta que se la agotaron las lágrimas.

-Dulzura, ya sabes que yo siempre voy a estar aquí. Te ayudaré a pagar los libros, si ese es tu problema. Diablos, estoy segura de que las demás también te ayudarán. Así que no te preocupes, Twi, todo estará bien.

Por un momento pensó que no podía aceptar así sin más, pero su idea fue tan reconfortante y valiosa que la calmó enseguida; todo estaría bien. Mientras sus amigas estuvieran a su lado, todo estaría bien.

Twilight aplanó sus orejas y abrazó a Applejack con fuerza. Se moría de ganas de decirla lo mismo, pero sabía muy poco acerca de su situación. No estaba segura de si valía la pena mentir a la poni más honesta de Ecuestria.

-Gracias, Twilight. Me gustaría que las cosas fueran distintas, pero…

-Es por mi culpa…-masculló Twilight con un deje claro de culpa en su voz.

Hubo un silencio espantoso en el que la parte infantil de Twilight esperaba ser consolada. Fue por Twilight por lo que se destruyó todo lo que la poni de tierra quería. Se sintió estúpida por pensar que Applejack no la odiaría por ello.

-Fue como una reacción en cadena, dulzura... una vez que empieza apenas se puede parar.

Twilight se enderezó.

-Te conseguiré ayuda. Yo... sé que puedo arreglar esto...

Applejack no levantó la vista.

-Eso es algo muy propio de ti, pero no tendría sentido. Tomaría años volver a replantar los campos. Tampoco puedo vender lo que tengo ahora... ni siquiera puedo aprovechar nada...

Twilight abrió la boca para decir algo, pero Applejack levantó un casco para interrumpirla

-No me pidas que me vaya, Twilight. He sido un gran fracaso a los ojos de mi familia. He destruido siglos de sudor y trabajo... pero una cosa es segura, si la granja se hunde, yo me hundiré con ella.

Twilight frunció el ceño.

-No puedo dejarte vivir así, Applejack. Ven conmigo, trataré de conseguir ayuda.

Applejack miró desafiante a la tierra.

-No te lo estoy pidiendo.

Twilight pateó el suelo con ansiedad, con los ojos bañados en lágrimas. No podía soportar ver a Applejack así por más tiempo.

-Por favor, ven conmigo.

Applejack levantó la vista, Twilight pudo ver lágrimas corriendo por su rostro.

-No puedo. No puedo, Twilight.

-¡No te voy a dejar morir aquí!-masculló Twilight con voz aguda. La expresión de Applejack se endureció, y las dos ponis se miraron fijamente.

-¿¡Y a dónde podría ir, Twilight!?-chilló Applejack en un arrebato, sorprendiendo a la unicornio-¡Fluttershy y Mac me odian, y con buena razón, también! ¡Rarity se recluyó en sí misma hasta el punto de no ver más allá de sus narices, Apple Bloom me abandonó, sólo Celestia sabe dónde se encuentra Pinkie, y me importa una mierda lo que pasó con Rainbow Dash!

Applejack dio un agresivo paso hacia adelante, y Twilight se echó hacia atrás con cautela. La yegua de color naranja jadeó por unos momentos, y luego se dejó caer sobre sus caderas, suspirando.

-Sólo... sólo vete, Twilight. Vete como hicieron todos los demás.

-Applejack…

-¡Vete!-gritó Applejack.

Se puso en pie y se alejó cojeando hacia la distancia.

Twilight la observó irse, y ni siquiera fue capaz de detenerla. Sentía como si su corazón se hubiera roto en mil pedazos.

¿Qué había hecho?

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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Sg91 » 20 Oct 2013, 15:59

Capítulo 3

Lleno de mariposas


Cuando Twilight dejó Sweet Apple Acres, el sol casi había desaparecido más allá de las colinas. En cuanto llegó a la casa de Fluttershy, la hermosa luna de Luna lo había reemplazado. Puede que Applejack ya no se hablara con la pegaso amarilla, pero Twilight era incapaz de pensar en ella haciendo algo malo a alguien. Para alivio de Twilight, la cabaña parecía un poco desgastada, pero se notaba que alguien vivía en ella. Los comederos de aves se encontraban llenos, y varios conejos, hurones y otras pequeñas criaturas del bosque estaban descansando alrededor de la propiedad. Había un par de manzanos alrededor de la cabaña, los cuales se veían mucho más saludables que los que se encontraban bajo el cuidado de Applejack. Definitivamente, había alguien viviendo allí.

El unicornio se acercó a la puerta de la casa y llamó suavemente. En el caso de que Fluttershy no se encontrara en casa, no sabría dónde podría estar. Después de todo, apenas había lugares en Ponyville en los que poder mirar.

No hubo respuesta, por lo que Twilight volvió a llamar. Esa vez pudo escuchar voces desde el interior de la casa. La puerta se abrió lentamente, y Twilight reconoció al instante el rostro de Fluttershy, mientras sus ojos de color verde azulado se asomaban. Twilight la sonrió.

-¡Hola, Fluttershy!

Fluttershy se quedó congelada tras la puerta.

-Twi... oh, cielo santo... ¡Mac!

Sin pleno aviso, Fluttershy gritó con fuerza y cerró la puerta en la cara de Twilight.

-¡Un fantasma! ¡He visto el fantasma de Twilight!

Twilight suspiró. De alguna forma se esperaba algo así, ya que se suponía que debía estar muerta desde hace diez años.

La puerta se abrió de nuevo, y esta vez vio a Big Mac mirándola con una expresión indescifrable. Twilight tuvo que recordarse a sí misma que se encontraba casado con Fluttershy. Sonrió tímidamente.

-Eh… ¡hola, Big Mac!

El poni de tierra rojo parpadeó y la siguió mirando fijamente. Twilight intentó tranquilizarlo.

-En realidad no estoy muerta. Verás, realicé un hechizo de viaje en el tiempo incorrectamente y ahora estoy atrapada en el futuro. Si no me has visto desde hace diez años, es porque nunca regresé.

Era una dura realidad que ni siquiera ella había terminado de asimilar. Big Mac se la quedó mirando, y Twilight se movió torpemente.

-Eh… ¿te importa si entro?

Big Mac miró por encima de su hombro momentáneamente.

-Oh... está bien...

La suave voz de Fluttershy flotó dentro de la casa, y Big Mac asintió con la cabeza antes de abrir la puerta por completo.

-Gracias. Sé que ha pasado un tiempo desde que...

Twilight se vio cortada en cuanto vio a Fluttershy. La atención de la yegua lavanda se desvió casi instantáneamente al estómago de la pegaso. Se encontraba en estado de embarazo, probablemente no muy lejos del parto. Twilight apenas podía creer lo que estaba viendo.

Fluttershy se sonrojó bajo la mirada de Twilight y se acurrucó en la parte superior de su sofá, acomodando su abdomen hinchado. Big Mac se acercó y puso uno de sus enormes cascos sobre ella con una pequeña sonrisa, pero luego miró a Twilight con expresión severa.

-No deberías asustar de esa manera a una yegua encinta.

-Lo siento. No tenía ni idea...

-Twilight. No… no entiendo cómo puedes estar aquí...-murmuró Fluttershy ansiosamente.

Los dos ponis miraban a Twilight con una mueca de incertidumbre. Twilight comprendió que no confiaran en ella. Podía imaginarse en una situación parecida o similar, tratando de comprender que una amiga que se suponía que se había ido estaba con ellos ahí y ahora. Llegaba a ser un tanto inquietante.

-Sé que esto es un tanto abrumador...-supuso Twilight, hablando despacio.

La pareja asintió con calma.

-Pero... yo no morí en ningún momento. Pensé que con ese hechizo podría vislumbrar el futuro, pero no fue así... además, era magia ilegal. Nunca debí haberlo tocado. Me he quedado atrapada accidentalmente diez años en el futuro... pero eso sigue sin explicar por qué nunca volví. Debí haber revisado el archivo en busca de un contrahechizo para revertir los efectos…

Se dio cuenta de que estaba divagando, y se sacudió la cabeza ligeramente. Cuando volvió a levantar la mirada, observó que los ojos de Fluttershy se habían llenado de lágrimas. Las orejas de Twilight se aplanaron. Tuvo que recordarse rápidamente que no se trataba sólo de ella.

-Fluttershy... lo siento tantísimo…

Big Macintosh retrocedió, permitiendo a Twilight acercarse y envolver a Fluttershy en un suave abrazo. La pegaso la devolvió el abrazo, y las dos se quedaron así por unos momentos. Fluttershy se sorbió la nariz y luego esbozó una pequeña sonrisa.

-Te he echado mucho de menos, Twilight.

Twilight la devolvió una débil sonrisa.

-Te vi hace unos días, así que supongo que no puedo decir lo mismo.

Para gran alivio de Twilight, Fluttershy rio divertida.

-¿Para cuándo lo esperas?-inquirió Twilight por curiosidad.

-Oh, en unas pocas semanas... supongo que podría ser en cualquier momento, aunque...

Fluttershy la regaló una sincera sonrisa absolutamente conmovedora, especialmente teniendo en cuenta lo que Twilight experimentó estando en Sweet Acres Apple.

-Debéis de estar muy emocionados.

Big Mac se puso de nuevo al lado de Fluttershy, intercambiando unos amorosos arrumacos. Dado que Twilight no estaba acostumbrada a verlos como algo más que amigos, y mucho menos casados y con un potro de camino, la muestra de afecto la resultó un tanto incómoda.

-Sep.

Fluttershy rio y dio un toque al semental rojo.

-Vamos, Mac, no seas tan modesto con Twilight. Es una amiga.

Big Mac miró tímidamente a Twilight.

-Ya, lo sé. Simplemente os dejaba hablar.

Twilight tuvo que admitir que hacían una buena pareja. Apenas recordaba haber oído a Big Mac encadenar más de dos palabras antes de ese día.

-Es curioso... Applejack no me mencionó el embarazo cuando la visité-recordó Twilight, casi pensando en otra cosa.

El buen humor se disipó inmediatamente. Los ojos de Fluttershy se agrandaron.

-Ah ¿has hablado con Applejack? ¿Qué te dijo de mí? Oh, todavía nos odia, ¿verdad? Twilight, lo siento mucho, te aseguro que no quise hacerla daño…

-Shh, shh, cariño...

Fluttershy se calmó un poco con las palabras de Big Mac, pero ella siguió mirando fijamente a Twilight.

-¿Se encuentra bien?-preguntó Fluttershy, sus ojos verde azulado brillaban pidiendo información.

-Eh...

Twilight vaciló por un momento, Big Mac asintió en silencio mientras Fluttershy dirigía su mirada a la unicornio. Su mirada suplicante hizo entender a Twilight.

-Yo la vi bien-murmuró Twilight lentamente.

Big Mac la dio una sonrisa de agradecimiento.

-Oh... vale. No la he visto desde...

Fluttershy posó un casco en su enorme vientre.

-No se lo tomaría muy bien. Ella me odia. Cree que yo la robé a Mac, alejándole de ella...-explicó Fluttershy, algo afligida.

-Estábamos saliendo un poco antes de que te fuiste. No busco nada más aparte de mi propia vida, y una poni especial con el que compartirla. Después de que AJ saliera herida, lo que quedaba de la finca quedó bajo mi entera responsabilidad. Era demasiado, incluso para mí.

-¿Qué pasó con Rainbow Dash?-interrumpió Twilight. Applejack omitió todos los detalles acerca de la pegaso cian, y aunque Twilight no se había sentido cómoda preguntándola al respecto, necesitaba saber lo que pasó.

Big Mac y Fluttershy compartieron una rápida mirada.

-Te lo contaré más tarde, Twilight-murmuró Fluttershy humildemente, lo que dejó muy claro que algo malo había pasado.

Hubo una corta pausa, por lo que Twilight asintió.

-Está bien. Lo siento, continúa, Big Mac.

Macintosh asintió.

-Bueno... después de que la abuela muriera y Apple Bloom se fuera, Applejack todavía estaba tratando de recuperarse. No la dejaba cosechar ni cargar peso, puesto que no era bueno para su pata. Por supuesto, nunca la dejaba con muchas tareas por hacer.

-Siempre estaba triste e inquieta-murmuró Fluttershy-pensé... pensé que tal vez, si ella sabía que podría tener una familia en la que confiar…

La pegaso suspiró.

-Oh Twilight, todo es por mi culpa. AJ no se tomó muy bien nuestro anuncio de la boda. Mac me advirtió que igual no lo haría, pero yo estaba tan ansiosa y pensé que todo iba a estar bien...

-Entonces... ¿discutisteis?-preguntó Twilight, con la voz un poco hueca.

-Bueno... Hay mucho más, pero...

La pegaso vaciló por un momento, con lágrimas formándose en sus ojos.

-No pasa nada, tranquila-la detuvo Twilight rápidamente, ya que estaba claro que Fluttershy no quería continuar. Ni siquiera ella estaba segura de si quería que continuara.

Fluttershy sonrió a Twilight a través de sus lágrimas.

-Gracias. Lo siento...

Varios conejitos blancos salieron disparados desde el otro lado de la esquina, y Twilight se apartó hacia atrás sorprendida, mientras saltaban con entusiasmo en el sofá y se reunían alrededor de Fluttershy. La pegaso se secó los ojos y soltó una risa suave.

-Lo sé, lo sé, es el momento de ir a la cama. Debéis de estar agotados. ¿Queréis algo de comer antes?

Los conejos respondieron con gran entusiasmo, y Fluttershy se dirigió a Twilight.

-Estos son los biznietos de Ángel.

La pegaso se rio mientras se empujaban contra ella, y Fluttershy les palmeó suavemente.

-¿Quieres que te ayude?-se ofreció Twilight.

Fluttershy negó con la cabeza.

-Estoy bien. Los animales han sido muy buenos conmigo últimamente.

Ella miró por la ventana hacia el cielo oscurecido, y frunció el ceño.

-Twilight ¿Tienes algún lugar donde pasar esta noche?

-Sí, bueno, puedo volver a mi árbol…

Fluttershy parecía preocupada.

-¿Tú sola? ¿Por qué no te quedas aquí esta noche?

-¿Estás segura?-inquirió Twilight.

-¡Por supuesto!

Fluttershy se levantó lentamente del sofá y los conejos blancos se adelantaron de camino a la cocina.

-Mac ¿Podrías preparar una cama supletoria para Twilight? Ah ¿y podrías dar de comer a los hurones y las gallinas por mí? Han estado algo perezosos hoy.

-Por supuesto, cielo.

Big Mac lanzó un guiño a Fluttershy, la cual sonrió, y salió de la habitación.

-¿Twilight? ¿Podrías echarme un casco?

Twilight se sorprendió al principio, puesto que se esperaba que ayudara a Fluttershy, pero su mirada la aclaró sus intenciones de salir afuera.

-¡Oh, claro!

Twilight estuvo de acuerdo, y lo siguió mientras salía de la cabaña.

Caminaron en silencio hasta el puente que permite el acceso a la casa de Fluttershy sobre el río. Big Mac bajó la cabeza para mirar por debajo de éste, donde Twilight pudo ver varias nutrias y una gran foca, todos dormidos. Big Mac dio marcha atrás hacia donde estaban las casas de pájaros, y comprobó su interior.

Twilight se aclaró la garganta antes de hablar.

-¿Big Mac?

El poni rojo volvió la cabeza para mostrar que estaba escuchando.

-¿Por qué está Applejack sola?

Su tono de voz salió más herido de lo que pretendía, pero tal vez se lo merecía. Él lo era todo para Applejack y se había ido, permitiendo que sufriera en una situación que estaba fuera de su control.

Big Mac no dijo nada, pero se acercó a un árbol de manzanas y miró a los hurones, los cuales estaban profundamente dormidos entre sus robustas ramas. Big Mac finalmente respondió cuando empezó a dar vueltas alrededor de la casa.

-Porque ha echado de su mundo a todo aquel que alguna vez llegó a preocuparse por ella. Salvo a su vieja perra, eso sí.

Twilight trotó para mantenerse a su misma altura. No recordaba haber visto a Winona cuando estuvo en la granja.

-Mac, he visto a Applejack hoy. Está herida. Se está muriendo de hambre…

Twilight dejó escapar un suspiro tembloroso en cuanto Big Mac levantó un casco para coger la comida para las gallinas.

-¿¡Por qué no la ayudas?!-le espeto Twilight, frustrada por su falta de respuesta y mostrándolo en su tono.

Big Mac se tomó su tempo mientras daba de comer a las gallinas, y finalmente se volvió hacia Twilight.

-Todavía seguimos aquí ¿no?

Twilight no estaba segura de a qué se refería.

-Nos hospedamos en Ponyville, cuando el pueblo se derrumbó hace años. No podía dejarla, y menos aún sola. No está enfadada conmigo y Fluttershy, está enfadada con el mundo. Pero se empecinó en pensar que la habíamos abandonado.

Twilight pudo haber estado ausente durante una década, pero conocía a Applejack lo suficientemente bien como para entender lo que había sucedido sin que Big Mac se lo tuviera que contar.

-Ya veo, se volvió contra ti y en cuanto se dio cuenta de que había cometido un error, fue demasiado orgullosa como para perdonarte.

-Bueno, yo creo que aún cree que la vamos a abandonar. AJ no confía en nadie ahora, Twilight, todos la han dado de lado. Por eso no puedo dejar a Fluttershy que la visite en su condición.

-¿Por qué?

-Porque nos iremos en cuanto nazca el potro-anunció Big Mac con un profundo suspiro-no puedo hacer que mi hijo crezca sin otros potros con los que jugar. No es lo correcto. Además, podría llegar a estar muy solo... hemos tenido nuestros momentos difíciles, pero nos queremos, y nos llevamos bien con Zécora, aunque viaja con frecuencia. Pero la verdad es que echo de menos la vida en el pueblo, realmente la echo de menos.

Twilight comenzó a darse cuenta de lo mucho que el poni tierra había sacrificado. Renunció a su granja por Fluttershy, y había intentado dar una vida mejor a Applejack.

Bueno, al menos hasta ahora.

Big Mac cogió la bolsa de comida para las gallinas y se la puso sobre su lomo. Twilight lo siguió mientras se abría camino hacia el gallinero, pero se quedó fuera al entrar en él. Su mente vagó más allá de los cacareos y regresó de nuevo a Sweet Apple Acres. Applejack no la echó hasta que la sugirió irse de allí. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había hecho mal al mencionarlo.

Pero Twilight venía del pasado, lo que la hacía prácticamente el único poni que Applejack podría llegar a confiar. En cuanto Big Mac reapareció para ir a devolver la bolsa de grano a su sitio, Twilight le miró resueltamente.

-Creo que soy la única que puede ayudar a Applejack. Voy a arreglar esto... Tengo que arreglar esto.

Big Mac la miró, con la sorpresa grabada en su rostro.

-Te estaría muy agradecido si lo intentaras... pero... tienes que tener cuidado, Twilight.

Twilight le lanzó una mirada extrañada.

-¿Por qué dices eso?

-Ahora es como un animal atrapado. Asustado y muy temperamental.

Big Mac la miró como si quisiera decir algo más, pero luego se detuvo y sacudió la cabeza.

-Sólo ten cuidado.

Empezó a alejarse, y Twilight aplanó sus orejas. Las cosas eran muy diferentes. Su error parecía ser tan pequeño… la magia puede ser difícil a veces. Los errores no eran infrecuentes.

Aun así, este error provocó que sus amigas sufrieran por el resto de sus vidas.

Twilight siguió a Big Mac de nuevo hasta la cabaña, y ya allí sacó una cama plegable para ella. Sin decir nada, Twilight tomó la cama con su magia y la colocó suavemente en el suelo.

Fluttershy se unió a ellos con una sonrisa.

-Ah, ya te has asentado. Lo siento, Twilight, ha pasado tanto tiempo... no eres alérgica a ningún animal ¿verdad?

Twilight negó con la cabeza.

Fluttershy frunció el ceño.

-¿Estarás bien aquí sola? Uno de nosotros podría dormir en el sofá…

-No, tranquila, estoy bien.

Fluttershy y Big Mac se miraron brevemente.

-Está bien... ¿Seguro que estarás bien, Twilight?-preguntó Fluttershy, con la preocupación inundando su tono-¿quieres un poco de agua, algo de comer?

Twilight meneó la cabeza mecánicamente.

-Sólo necesito dormir. Gracias por dejarme pasar la noche aquí, Fluttershy.

-Oh, eso no es un problema...

Twilight no respondió, por lo que la pareja dio unos pasos hacia atrás.

-Está bien, te dejamos entonces. Hasta mañana.

Twilight los observó subir las escaleras, luego se desplomó sobre la cama. Ésta chirrió un poco bajo su peso, pero Twilight ignoró el ruido, acurrucándose en una bola pequeña, y cerrando los ojos con fuerza.

-Puedo arreglar esto... puedo arreglar esto...-susurró entre dientes, apretando con fuerza su cola.

Mañana le pediría a Fluttershy que la contara lo sucedido con Pinkie, Rarity, y Rainbow Dash. Averiguaría por qué Ponyville se había hundido, y por qué Fluttershy y Applejack pensaban que se odiaban mutuamente.

-Ellas no se odian... –murmuró Twilight para sí misma-no pueden... son amigas...

Encontraría a Applejack. Twilight podría hacerla entrar en razón. Y en el caso de que no pudiera, encontraría un hechizo que sirviera como una solución temporal. Sólo para que Applejack se fuera de la finca tan lejos de ella como fuera posible.

Sólo así quizás podría aliviar toda una década de dolor… ¿o no?

Twilight se acurrucó más fuerte mientras las lágrimas corrían por su rostro.

-Todo va a estar bien... Celestia, ten piedad... todo va a estar bien...

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Angelus-Y » 26 Oct 2013, 17:19

Que magnificencia, si señor, me ha llegado sin lugar a dudas y la trama es intensa, con una pinta exquisita e intrigante, eso me gusta, estoy deseando poder seguir leyendolo, estoy muy triste por como se desarrolla de lo emotivo que parece ir, y eso me gusta mucho. Muchisimas gracias por tomarte tan exhaustivas molestias Sg91, se agradece en serio. Si por un casual tuvieras unas palabras con el autor expresale mi mas profunda enhorabuena aunque claramente yo lo comentare en su fanfiction.

Muchas gracias de nuevo, una esplendida lectura fluida y llevadera. Un saludo :)
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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Sg91 » 29 Oct 2013, 17:02

Capítulo 4

Vagos recuerdos


Twilight se despertó debido a los gruñidos de los animales y la lluvia salpicando las ventanas. Abrió unos ojos legañosos, llegando a vislumbrar en la oscuridad a varios animales sacudiéndose la lluvia de su pelaje y tratando de acomodarse en torno a la sala de estar. Al darse cuenta de que probablemente no iba a volverse a dormir hasta que se calmaran, se sentó y miró a su alrededor. El débil resplandor matutino del sol apenas conseguía atravesar las densas nubes, colándose a través de la ventana.

-Oh, Twilight, lo siento... no quise despertarte.

Twilight siguió el sonido de la voz de Fluttershy, y pudo ver que la pegaso embarazada se encontraba empapada. Fluttershy se apartó su melena mojada de la cara, y esbozó una débil sonrisa.

-Los patrones del clima son irregulares ahora que los pegasos no se ocupan de Ponyville tanto como antes. Tenía que levantarme y llevar a los más pequeños al interior.

Twilight miró a la foca gris entre las patas de la pegaso, la cual miró a Fluttershy con una mirada agradecida. El cuerno de Twilight comenzó a brillar, preparándose para lanzar un hechizo de secado sobre su amiga, pero se contuvo. La magia podría causar efectos no deseados a los potros en gestación, y no quería correr ningún riesgo.

-Vaya, sí que está lloviendo… Espera, voy a por una toalla.

Fue a subir las escaleras, pero Big Mac ya estaba bajando con dos toallas blancas colocadas en su grupa. Se acercó a su mujer y la envolvió el cuerpo, mientras que con la otra la secaba la crin.

-Deberías haberme despertado, cielo. Es demasiado duro para ti estar fuera, especialmente antes del amanecer.

Fluttershy tomó la toalla con una pequeña risa y comenzó secar su melena ella misma.

-No seas tonto; es mi trabajo cuidar de los animales, Mac.

Ella le recompensó su consideración con un beso en la mejilla. Big Mac la regaló una pequeña sonrisa antes de repetir el gesto en sus labios.

Twilight miró hacia otro lado y decidió mantenerse ocupada haciendo la cama. Deshizo las mantas con su magia, y luego comenzó lentamente a poner las almohadas correctamente en la cabecera de la misma.

-¿Twilight? Mac va a preparar el desayuno, ¿te vienes conmigo mientras tanto?

-Está bien.

Siguió a Fluttershy por las escaleras y entró en su dormitorio. Twilight no recordaba haber estado alguna vez ahí antes, y se sorprendió al descubrir que era bastante amplio. Muebles de madera adoraba la mayor parte de la habitación, y unos pájaros dormían en la parte superior de un perchero vacío. Twilight oyó suspirar a Fluttershy y la miró por un momento; la pegaso tenía el ceño fruncido, dirigiendo la mirada a una pequeña mesa en la esquina de su habitación. Twilight notó que estaba cubierta de fotos. En concreto, de imágenes de las seis.

La foto más grande se encontraba en el centro. Fue tomada poco después de que Twilight se mudara a Ponyville. El rostro radiante de Pinkie Pie ocupaba toda la parte inferior de la fotografía, ya que era ella la que sostenía la cámara. Twilight estaba situada en el centro, por encima de la melena rizada de Pinkie, y Rainbow Dash tenía una pata delantera envuelta alrededor de su cuello. La pegaso cian se mantenía en el aire con sus alas abiertas con orgullo. Las dos estaban sonriendo, pero no a la cámara. Su atención se centró en el lado derecho donde estaba Applejack, justo al lado de Rarity y riéndose juntas. La unicornio blanca estaba tratando desesperadamente de hacer que el sombrero de su amiga quedase bien para la fotografía. Fluttershy estaba a la izquierda de Rainbow, observando la escena frente a ella con el ceño fruncido.

Twilight recordaba vívidamente esa fotografía. Rarity había exigido repetirla, pero su amistad había quedado tan bien reflejada que nadie quiso tocarla de nuevo.

Twilight apartó la mirada de esa foto, y miró a los demás, enmarcadas sobre la mesa. Sólo había una foto de un poni que no reconoció, por lo que le llamó la atención de inmediato. Se trataba de un potrillo unicornio con un pelaje blanco, ojos azules, y una crin de color azul claro. Sus colores lo hacían parecer un poco a Shining Armor cuando era un potrillo, lo que hizo a Twilight sonreír.

-Fluttershy ¿quién es?-inquirió ella, haciendo un gesto con una pezuña.

-Ese es Blue Jasper, el hijo de Rarity. ¿A que es mono? Creo que acaba de cumplir siete años, pero esta imagen es de hace un par de años.

Twilight parpadeó varias veces, tratando de asimilar lo que le había dicho.

-¿¡Rarity tiene un hijo!? ¡Pero si ni siquiera le gustan los niños!

Las palabras cayeron de su boca antes de que pudiera detenerlas.

Fluttershy esbozó una sonrisa divertida.

-Tiene una hija también, pero no tengo una foto suya.

La boca de Twilight estaba abierta.

-¿Está casada? ¿Quién es el padre?

-Sí, bueno... de hecho lo más probable es que te sorprenda. Fue una gran polémica, ya que él es un semental de mayor clase social, y además, ya estaba casado...

Los ojos de Twilight se ampliaron considerablemente y se volvió para volver a mirar a la imagen del potrillo de nuevo.

-Oh, dulce Celestia ¿¡no se casaría con mi hermano?!

Fluttershy la miró sorprendida por un momento, luego su expresión se suavizó y ella se echó a reír.

-No, no, Twilight, cálmate. Su nombre es Fancypants, él es un semental muy conocido, toda una celebridad.

-¿El mismo con el que Rarity estuvo coqueteando durante la boda de Shining?

Twilight le recordaba de su cumpleaños también. Siempre había pensado que Rarity estaba más enamorada de su status social que del semental en sí, pero habían pasado diez años desde entonces. Las cosas habían cambiado, tal y como Twilight estaba empezando a comprobar.

-Sí...

-Vaya...

Rarity casada y con hijos. Un aumento repentino de emociones estuvo a punto de hacerla saltar las lágrimas, tomándola unos momentos para entender de dónde provenían.

-Yo... yo siempre pensé que sería Applejack...

-¿A qué te refieres?-preguntó Fluttershy suavemente, con sus ojos verdes azulados brillando de preocupación.

-Perdona... es que, de todas nosotras, siempre pensé que sería Applejack la primera en casarse y tener hijos.

Sus palabras sonaron muy inocentes saliendo de su boca. Hizo que Twilight fuera plenamente consciente de que Fluttershy era diez años más mayor que ella ahora, y que probablemente en ese momento sonara como una potrilla quejica.

Fluttershy esbozó una pequeña sonrisa.

-Estoy segura de que la hubiera encantado eso…

Justo después su sonrisa se rompió, y se quedó mirando el suelo.

-Lo siento, yo...

Twilight decidió cambiar de tema, señalando con la cabeza a Pinkie en su fotografía grupal.

-… me di cuenta de que el Sugarcube Corner ya no está.

Fluttershy asintió.

-Los Cake vendieron su parcela a un pequeño empresario. Se derribó la casa para hacer sitio, pero estando las cosas como están, no pudieron construir nada.

-¿Dónde viven ahora?

-No lo sé. Lo siento, Twilight. La última vez que vi a Pinkie...

Hizo una pausa por unos momentos. Twilight no estaba segura de si iba a continuar.

-¿Fluttershy?

-Yo... lo siento...

Cerró los ojos por un momento, y luego continuó en un tono que era apenas un susurro.

-Yo... estuve embarazada una vez antes, pero perdí al potro unas semanas después de que nos enteráramos...

Fluttershy se sorbió, con varias lágrimas brillando en sus ojos. Twilight puso un casco reconfortante en su hombro.

-Pocos días después de... lo que sucedió... Pinkie Pie se presentó.

Twilight levantó una ceja con curiosidad.

-¿En tu casa?

-Sí, vino en un pequeño carruaje fiestero. Fue la primera que la vi después de varios años.

Fluttershy no estaba mirando a Twilight, sino a la foto de Pinkie.

-Ni siquiera saludó, simplemente rebotó y me abrazó.

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Fluttershy, mientras volvía a sorberse, llegando a tocar la foto.

-Me explicó que había aprendido a usar su sexto sentido para averiguar cuándo los ponis necesitaban ser felices, y eso es lo que hace ahora. Viaja alrededor de Ecuestria y va a donde se la necesita.

-Eso es... interesante.

Twilight había aceptado desde hace tiempo las extrañas habilidades de Pinkie como una parte de lo que era, pero algo en la historia de Fluttershy no parecía encajar del todo.

-¿Por qué...? ¿Por qué no siguió en contacto contigo?

Fluttershy retiró su casco de la fotografía y miró a Twilight.

-No lo sé. Lo siento.

Twilight se mordió el labio, pero decidió dejar el tema. Su vista se posó en una fotografía de Rainbow Dash y Fluttershy riendo juntas. Rainbow Dash llevaba puesto un traje de los Wonderbolts, aunque sin las gafas.

-Esa fue la última vez que vi a Rainbow Dash. Acababa de ser aceptada en los Wonderbolts-comentó Fluttershy, siguiendo la mirada de su amiga.

Twilight se sentía feliz de que su amiga había finalmente cumplido su sueño de unirse al equipo de vuelo de élite. Sus emociones iniciales fueron contrarrestadas por la mirada molesta en la cara de Fluttershy.

-¿Qué pasó?-preguntó Twilight con cuidado.

Fluttershy suspiró.

-Simplemente descubrió que la fama tiene sus consecuencias. Los periodistas hablaban bien de ella, pero también la pusieron a parir. A veces escribían acerca de lo perezosa que era, o cómo se saltaba la mayoría de las prácticas. Reiteraban que no era una jugadora de equipo y que no estaba en condiciones para ello.

Fluttershy tomó la foto de las dos entre sus cascos, y la miró con nostalgia.

-La tensión pudo con ella. Llegó a ser arrestada cuatro veces con cargos por VBI.

Volando Bajo la Influencia. Twilight no sabía que Rainbow fuera muy bebedora.

-Eso es... vaya, esas son un montón de veces... ¿Te cae sólo una multa o…?

Fluttershy negó con la cabeza, haciendo que el corazón de Twilight se apretara de horror.

-La multa sólo se da durante las tres primeras veces, pero después de la cuarta son cuatro meses de cárcel. Fue declarada culpable por daños a la propiedad ajena, así que...

Twilight bajó la cabeza.

-No… no me lo puedo creer... Eso sí que debió afectarla...

-Sí, desde luego... -murmuró Fluttershy, causando que Twilight la lanzara una mirada confusa-todo lo que realmente sé es gracias a los periódicos, Twilight, de cuando todavía los teníamos. No he visto a Rainbow Dash desde que nos hicimos esa fotografía. Sé que perdió su puesto en los Wonderbolts, pero no sé qué más pasó con ella.

Twilight se apartó de la mesa y reprimió sus emociones.

-Creo que ya he oído bastante, pero gracias por contármelo, Fluttershy.

-¿Twilight?

La unicornio lavanda comenzó a caminar hacia las escaleras.

-Vamos a desayunar.







El tentador aroma de los huevos y las tostadas no era suficiente para apartar a Twilight de sus pensamientos. Los tres ponis hubieran comido en silencio si no hubiera sido por la disputa constante de los animales en la otra punta de la habitación. Su cuidadora estaba constantemente atenta, y abandonó la mesa con frecuencia para resolver disputas.

-Estaba delicioso, Big Mac. Gracias.

-De nada, Twilight ¿Qué planes tienes para hoy?-inquirió el semental con voz profunda.

Twilight se levantó y usó su magia para llevar los platos en el fregadero.

-Voy a volver a la granja para ver a Applejack.

La mirada ansiosa en el rostro de Fluttershy fue suficiente para decirle a Twilight que no debía entrar en detalles.

-Estaré bien. Sólo quiero asegurarme de que se encuentra bien... el verme ayer debió haber sido un shock para ella.

-Está lloviendo a mares, Twilight, no deberías salir ahora. ¿No crees, Mac?

-Estoy seguro de que Applejack agradecería tu compañía, Twilight ¿Podrías llevarla una cesta por nosotros? Algunos huevos y manzanas la vendrían bien.

Fluttershy miró a su marido.

-¿Estás seguro de que es una buena idea?

Big Mac se puso de pie y pasó una canasta llena de comida a Twilight. Ésta la aceptó con su magia. Echó un rápido vistazo a Fluttershy, quien se veía muy confundida.

-Me aseguraré de darla esto.

Twilight sonrió, tratando de parecer alegre. Pero bajo su expresión feliz, su corazón latía rápidamente. Esa era su primera oportunidad para tratar de solucionar todo el desastre que había causado.

Y ella lo arreglaría. Aunque tuviera que sacrificar toda su vida, lo arreglaría.

-Está bien...

Fluttershy se levantó y la envolvió en un rápido abrazo.

-Ten cuidado. Y... gracias por volver.

Sus últimas palabras fueron pronunciadas en un rápido y avergonzado susurro, pero Twilight estaba acostumbrada a la suave voz de Fluttershy.

-Lo siento mucho. He causado tanto dolor, todo por culpa de un estúpido error...

-Tranquila. Eres bienvenida a pasar la noche de nuevo, si lo necesitas-murmuró Fluttershy, sonriendo cálidamente.

-Ten cuidado, Twilight-comentó Big Mac.

Twilight recordó la conversación que había tenido con él el día anterior, y entendió su significado.

-Gracias Fluttershy, gracias Big Mac.

La unicornio lavanda sonrió a la pareja y se dirigió hacia la puerta, abriéndola con su magia.

Inmediatamente después, se arrepintió de hacerlo. El viento se coló en la casa, agitando su crin hacia atrás; los animales más cercanos a la puerta se apartaron un tanto alterados, alejándose del vendaval. Twilight sostuvo la canasta con los dientes, y creó un pequeño campo de fuerza a su alrededor.

-¡Adiós, Twilight!-se despidió Fluttershy, mientras veía como Twilight se encaminaba, bien protegida de la tormenta, hacia la dilapidada granja de manzanas.

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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Sg91 » 04 Nov 2013, 00:12

Capítulo 5

Un último intento


Twilight caminó a través de su hogar, viéndolo todo de color morado debido al campo de fuerza que la envolvía. La lluvia resbalaba por las paredes mágicas, la nubosidad era irregular, lo que hacía al sol visible a través de las nubes de tormenta.

Levantar un campo de fuerza no era una tarea particularmente difícil para Twilight, aunque el tener que mantenerlo procuraba un poco más de esfuerzo. Aun así, Twilight decidió no teletransportarse para poder echar un vistazo a su alrededor, observando lo que ella recordaba como un pequeño pueblo bullicioso. Los edificios, una vez ocupados, estaban ahora envejecidos y olvidados. El viento se llevaba por delante las tejas de los tejados y las persianas se abrían y cerraban de golpe, golpeteando las paredes de las casas. Se detuvo un momento para recuperar el aliento, con la canasta de mimbre sujeta entre sus dientes, y mirando a su alrededor con ojos asustados.

¿Había causado su desaparición toda esa hecatombe? Desde hace relativamente poco, Ponyville aprovechaba la creciente fama de la boutique de Rarity para potenciar a los pequeños y medianos negocios. Sin ella allí, era normal que muchas organizaciones que utilizaban esta táctica se hubieran dado por vencidas. Salvo esa posibilidad, la mayoría de las actividades sociales se basaban en la planificación fiestera de Pinkie. Aunque Pinkie fuera consciente de ello o no, era ella la que mantenía unido con fuerza el espíritu de comunidad.

Nadie hubiera confiado en la biblioteca. Incluso el anterior encargado lo había hecho muy bien sin ella durante los años anteriores a su mudanza. Pero aun así, no se la ocurría nada en concreto que hubiera obligado a irse tanto a Rarity como a Pinkie.

Twilight dejó de elucubrar por un momento. En realidad no tenía nada que corroborara sus suposiciones. Fluttershy había mencionado una recesión económica, después de todo... que probablemente fuera causada por el colapso de uno los mayores proveedores de Ponyville: Sweet Apple Acres.

Twilight bajó la cabeza y siguió caminando hasta llegar a los campos de manzanos dilapidados. Sus secas ramas se movían con rigidez por el viento, y a sólo diez metros delante de ella, un árbol se rindió al poder del viento con un fuerte crujido y cayó sobre un costado. Twilight se movió cautelosamente, respirando entrecortadamente debido al esfuerzo mágico que tenía que realizar.

Llegó a la casa y retiró su campo de fuerza para poder llamar a la puerta. La lluvia la empapó enseguida sin su escudo. Twilight sostuvo la cesta con su magia y volvió a llamar.

-¿Applejack? Applejack, ¿estás ahí?

Twilight cerró los ojos con fuerza mientras el frío viento azotaba su cuerpo.

-¡Applejack!

La puerta se abrió y Twilight entró corriendo sin esperar una invitación. Applejack miró a la recién llegada con incredulidad mientras Twilight gemía, aguantándose las ganas de sacudirse como un perro.

-Gracias... está cayendo una buena ahí fuera…

-Espera un poco. Pronto escampará, ya verás-aseguró Applejack amargamente, mientras miraba con recelo a la canasta flotante-¿qué es eso? ¿Y qué haces aquí, de todos modos?

Twilight lanzó un hechizo de secado rápido sobre sí misma, corrió a la cocina, y dejó la cesta en la encimera.

-Es de tu hermano. He venido de visita, me pidió que te lo trajera.

Tanto la estufa de la cocina y los armarios de la familia Apple eran anticuados incluso para los estándares de Twilight, dando a la habitación un ambiente hogareño. Un movimiento llamó la atención de Twilight, y se volvió para ver a Winona acurrucada sobre una almohada en una esquina. No se movió para saltar sobre Twilight, como solía hacer, tan sólo la miró. Lo único que se movía era su cola, que se sacudía lentamente contra la almohada.

Applejack se burló y se acercó cojeando a examinar la cesta.

-No quiero nada de él. Ese vago semental que ni siquiera vino él mismo. No lo he visto en meses, ya sabes.

Se asomó a la canasta, lo que provocó que su estómago gruñera con fiereza, aunque no lo reconociera.

Twilight sonrió.

-Puedo hacer el desayuno, si quieres.

Applejack la miró con el ceño fruncido.

-¿Quieres decir que no has comido? Sé que eso no es verdad. Mac no dejaría que…

En ese momento Applejack se aclaró la garganta brevemente y luego continuó.

-No importa. Después de todo, no tengo hambre.

Twilight hizo todo lo posible por seguir sonriendo ante la cabezonería de Applejack.

-¿Estás segura?

-Pues claro que sí. Entonces… ¿vienes por algo en concreto?

Applejack miró a Twilight duramente; la unicornio lavanda negó lentamente con la cabeza.

-No, sólo... vengo a verte.

Applejack se quedó callada por un momento, luego suspiró.

-Lo siento, Twilight. Sé que esto debe ser difícil para ti, también... Pero... ¿por qué has vuelto?

Sonaba genuinamente confundida, lo que hizo que el corazón de Twilight se apretara. Big Mac tenía razón; se había acostumbrado al abandono.

-Estaba preocupada por ti. Todo es tan diferente... tengo que ayudar.

Twilight miró a la canasta que había traído, y sacó dos huevos y una manzana. Applejack no dijo nada. Tampoco trató de impedir que encendiera la lumbre; ni siquiera quiso argumentar que no necesitaba su ayuda. Tan solo se sentó y observó a Twilight mientras hacía una tortilla francesa de manzana. La nariz de Winona olfateó el aire frenéticamente, hasta que se levantó y se movió lentamente, tambaleándose hacia el olor. La perra gimió antes de quedarse a medio camino entre la almohada y Twilight, y Applejack la miró con el ceño fruncido.

-Applejack, tenías razón, yo ya he comido. Pero sería un desperdicio si no la comieras.

Twilight levitó el plato y un tenedor hasta ponerlos delante de ella. Applejack no miró a Twilight a los ojos, pero aun así aceptó la tortilla.

-No te hacía muy cocinera, Twi...

-Bueno, en realidad no…

Twilight observó a Applejack comer un par de bocados con rapidez, pero su apetito desapareció mucho antes de lo esperado. La unicornio lavanda sabía que no se trataba de su orgullo dándola la espalda otra vez; era su salud.

Applejack observó su plato casi lleno durante unos momentos, pero pareció decidir que ya había terminado.

-Gracias, Twilight... realmente eres una buena amiga...

La aludida forzó una sonrisa, aunque sentía su garganta arder en deseos por llorar.

-Pues claro…

-Espero que no te importe si le doy el resto a Winona... lo necesita...

Applejack puso el plato delante de la vieja perra, que lo olfateó con curiosidad.

-Sí, claro.

La voz de Twilight se estaba volviendo más tranquila conforme hablaba, su confianza en su capacidad para parecer fuerte disminuía rápidamente.

-Twilight...

Applejack la miró con ojos tristes y derrotados.

-Siento no haber sido capaz de mantenernos juntas por ti.

Twilight no pudo soportarlo más. Las lágrimas rodaron por su rostro, Applejack se acercó a ella cojeando y la palmeó suavemente la espalda.

-¿Qué debo hacer?

La voz de Twilight se estremeció de tristeza, y miró suplicante a Applejack.

-Por favor... sólo dime lo que sea y lo haré... lo prometo...

-Dulzura, yo... no sé qué decirte...

La voz de Applejack sonó cálida y confortable, pero no hizo nada para aliviar la ansiedad de Twilight.

-¿Por qué tú y Fluttershy no os habláis? ¡Sois amigas, os necesitáis la una a la otra!

Applejack frunció el ceño.

-Nos hicimos daño...

Applejack miró hacia otro lado, por lo que Twilight no pudo ver su rostro.

-Me mintió y apartó a Mac de mí. Sé que siempre trató de compensarme de alguna forma... pero... no sé lo que pasó, Twi. Supongo que me rendí.

-¿Qué la hiciste?

A Twilight le pareció osado preguntárselo. Aunque tampoco esperaba una respuesta.

Applejack guardó silencio durante varios momentos.

-No te lo puedo decir, Twilight. Apenas recuerdo lo que pasó... fue rabia ciega... me... me odiarías por ello.

Ella seguía de espaldas a Twilight, pero se sorbió la nariz de forma audible.

-Una semana después... vi por última vez a Pinkie Pie.

-¿Pinkie Pie?

El abrupto cambio de tema había intrigado a Twilight. Teniendo en cuenta lo que la había dicho Fluttershy, Pinkie sólo visitaba a los que más lo necesitaban, pero Applejack parecía necesitar un amigo más que nadie.

-Pero… ¿Por qué…?

Applejack guardó silencio durante unos momentos.

-Lo siento... no debería haber sacado el tema...

-¿Applejack?

Applejack no estaba mirando a Twilight; se encontraba mirando en silencio al collie marrón y blanco tumbado en el suelo. Winona soltó un gemido suave. No había tocado el plato delante de ella. Applejack se puso al nivel del suelo y acarició suavemente el pelo canoso de la perra. La cola de Winona se movió débilmente como respuesta.

-Twilight. ¿Puedes… hacerme un favor?

La voz de Applejack sonaba tensa, sus ojos aún seguían mirando al suelo.

-Dime.

-¿Podrías... podrías llevar a Winona con Fluttershy?- pidió ella, mientras envolvía sus patas delanteras alrededor del cuerpo de Winona, abrazándola con fuerza.

Twilight vaciló. Applejack hundió la cabeza en el pelaje de Winona.

-Por supuesto. Por supuesto que sí.

Applejack asintió y apretó con fuerza a Winona. La vieja perra miró a Applejack, parecía confundida por el inusitado aumento de presión. Movió la cabeza para estar cerca de su ama, y lamió a Applejack de forma reconfortante.

Applejack se alejó, pero sonrió. Las lágrimas corrían por su rostro.

-Sé que ya no puedes oírme, chica, pero ya sabes que esto es necesario. Mereces irte pacíficamente...

La mirada de Applejack se mantuvo en la perra un poco más hasta que se apartó para mirar a Twilight.

-Fluttershy no rechazaría un animal en necesidad. No creo que haya mucho que pueda hacer salvo mantenerla cómoda, pero ya es muy mayor y... sólo quiero que Winona muera en paz. No puedo dejar mi mejor amiga sufra más.

-Lo entiendo.

La unicornio lavanda las observó durante unos momentos mientras Applejack se despedía de la única amiga que había tenido durante varios años. Fue entonces cuando Twilight se sintió tremendamente culpable.

-Iré a dar un paseo, y luego la teletransportaré conmigo a la casa de Fluttershy. ¿De acuerdo?

Como Applejack bien había predicho, la lluvia había cesado y el sol alcanzó su punto más alto a través de la errática capa de nubes, dando a Twilight una buena excusa para dejarlas solas en sus últimos momentos.

Applejack asintió sin levantar la vista.

-Gracias, Twilight.







Twilight apareció en el interior de la casa de Fluttershy tras un flash púrpura brillante, con Winona agarrada fuertemente a sus patas delanteras. Cuando Twilight regresó de nuevo a la granja, sin decir palabra, Applejack la dio a Winona y desapareció en otra habitación. Ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse de ella. La collie se quejó, sorprendida por el desconocido método de transporte y confundida por el nuevo entorno. Fluttershy apareció tras una esquina, llevándose una pata al pecho.

-Oh, Twilight, me has asustado...

Twilight se sacudió la cabeza ligeramente para aclararse un poco. El hechizo de teletransportación llegaba a ser bastante agotador.

-Lo siento, Fluttershy, hubiera preferido aparecerme en frente de tu casa, pero...

Ella miró a Winona, la cual estaba jadeando y mirando alrededor de la habitación con ansiedad.

Los ojos de Fluttershy se agrandaron.

-¿Esa es… Winona?

Rápidamente se acercó trotando para verla mejor y frunció el ceño.

-Oh, pobrecita mía ¿cómo pudo Applejack dejarte en semejante estado?

La ira, algo que rara vez llegó a ver en Fluttershy, se reflejó en su rostro.

-No la entiendo. Simplemente no…

Twilight dejó a Winona con Fluttershy, quien la acarició suavemente mientras la miraba. Big Mac, que parecía haber oído la conmoción, apareció y se quedó en estado de shock en cuanto vio a la vieja perra.

-Winona...-murmuró, acercándose a Fluttershy para acariciarla-¿está bien?

Fluttershy negó con la cabeza.

-Está sufriendo lo indecible. No creo que haya nada que pueda hacer... Lo siento, Mac.

Big Mac bajó la cabeza y asintió. Miró fijamente a Twilight.

-No me puedo creer que Applejack le dejara tirada así sin más…

-Ella dijo que no quería ver a su mejor amiga sufrir-explicó Twilight.

Fluttershy miró a Winona con una dura expresión dibujada en su cara.

-Demasiado tarde para eso...

-Ahora, cielo... Has de entender la decisión de mi hermana...

Fluttershy suspiró.

-Lo sé. Lo siento.

Twilight no supo con certeza si se trataba de una disculpa genuina, o simplemente una manera de calmar a su marido delante de una invitada. De cualquier manera, un estallido, aunque tranquilo, era algo raro en Fluttershy. El deseo de Twilight de saber qué fue exactamente lo que ocurrió que causara que Applejack y Fluttershy se dejaran de hablar se despertó, pero ella sabía que no era el mejor momento.

Tenía una cuestión más urgente que atender, de todos modos.

Twilight volvió hacia la puerta.

-Gracias por vuestra hospitalidad, pero tengo que irme.

-¿Twilight? ¿A dónde vas?-preguntó Fluttershy.

Twilight vaciló y miró hacia atrás. Fluttershy y Big Mac la miraban curiosos.

-Voy a Canterlot. Quiero encontrar a la princesa Celestia y ver si hay alguna manera de que pueda volver a mi tiempo.

-Lo siento, Twilight, pero no creo que eso sea posible...

Twilight se detuvo y se volvió.

-¿Por qué no?

-Hace años que los trenes dejaron de pasar por aquí-explicó Big Mac-no hay ninguna otra manera de llegar a Canterlot, al menos que tengas alas.

Twilight se tomó unos segundos y volvió a pensar en lo que la princesa Celestia le había dicho antes de que ella decidiera ir a los archivos.

-Puedo teletransportarme hasta allí.

Apenas estaba segura de sus propias palabras, ya que nunca había intentado una hazaña semejante. Sin embargo, si esa era la única manera de llegar allí, entonces debía de intentarlo y esperar que la saliera bien.

-¿Todo el camino hasta Canterlot? ¿Estás segura?-inquirió Fluttershy, sorprendida.

Las amigas de Twilight sabían muy poco acerca de magia en comparación con los propios conocimientos de Twilight en la materia, pero hasta los ponis tierra y pegasos sabían lo difícil que puede llegar a ser el teletransporte a larga distancia.

Twilight asintió con la cabeza y cerró los ojos.

-Yo creo que sí. Tengo que intentarlo. Si no te veo pronto, buena suerte con el potro, pero volveremos a vernos de nuevo. Te lo prometo.

Concentró energía en su cuerno, y gruñó un poco por el esfuerzo. Trató de visualizar tan fuerte como pudo Canterlot, cuanto mejor fuera su enfoque, mejor sería el resultado.

Y tras otro destello de luz púrpura, se desvaneció.

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PD. He probado la tortilla francesa de manzana y no está mal, probadla, tiene un sabor curioso ;)

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Sg91 » 15 Nov 2013, 00:24

Capítulo 6

Un cambio de escenario


-Ahora mismo...

-Levántese...

-Despierte, señorita… ¿Señorita?

-Que, que...

Twilight gimió y se dio cuenta de que estaba tirada en el frío y duro pavimento. Levantó la mirada un tanto aturdida, encontrándose frente a frente con una yegua unicornio desconocida de pelaje azul, la cual llevaba un gran y vistoso sombrero. La miraba con el ceño fruncido.

-¡Bueno, ya era hora! Estaba a punto de llamar a los paramédicos. Vamos, levántese.

Tenía un marcado acento de Canterlot, las orejas de Twilight se crisparon al oírlo.

-Canterlot… ¿Estoy en Canterlot?-preguntó Twilight, al tiempo que la yegua la ayudó a ponerse sobre sus cascos, llegándose a tambalear sin caerse.

-Pues claro ¿dónde se esperaba estar?

Twilight apenas escuchaba, ya que no paraba de girar la cabeza contemplando su bella ciudad. Sus familiares edificios de varios pisos rodeaban las anchas calles, aunque las torres del palacio que sobresalían entre los tejados las hacía parecer pequeñas en comparación. A diferencia de Ponyville, Canterlot estaba tan poblado y lleno de vida como siempre, y el sol brillaba sin una sola nube en el cielo. Unos ponis la lanzaron unas curiosas miradas al pasar, pero la mayoría parecían estar demasiado ensimismados como para prestarla atención.

-Es gracioso, sé que los hechizos de teletransporte puede ser difíciles, pero… ¿de dónde vienes? ¿Del otro lado de la ciudad? Practica primero a una escala más pequeña, o si no, terminarás haciendo daño a alguien-la reprendió la yegua azul.

-Lo tendré en cuenta. Gracias por parar-agradeció Twilight, esbozando una pequeña sonrisa.

-Oh, no ha sido nada, querida. Si ya estás bien, será mejor que me ponga en marcha. Llego tarde a la peluquería.

En cuanto la yegua azul se alejó trotando por las calles concurridas, Twilight sonrió alegremente. Lo había conseguido. ¡Realmente lo había conseguido! Se sentía como si hubiera sido atropellada por un carruaje real, pero un hechizo de teletransporte de esa magnitud era inaudito que fuera realizado por un simple unicornio.

Twilight posó sus ojos en el palacio de Canterlot. Si había alguien capaz de ayudarla a volver a su tiempo, ésa era su mentora, la princesa Celestia. La unicornio lavanda dio unos pasos tambaleantes hacia adelante antes de coger un ritmo un poco más normal; se sentía muy cansada, pero prefirió esperar a descansar en el palacio.

Twilight caminaba por las calles mientras miraba con curiosidad las tiendas de su ciudad natal, y todo lo que tenían que ofrecer. Reconoció algunas, pero la gran mayoría de ellas no la sonaban de nada. Aunque un nombre que la era familiar hizo a la poni detenerse en seco y mirarla con incredulidad; en el cartel se podía leer Carrusel Boutique.

Twilight entró en ella de forma automática, con una expresión dibujada en su cara que mezclaba tanto sorpresa como alegría. Siempre existía la posibilidad de que no fuera la misma Carrusel Boutique que ella conocía, pero sus ganas de ver a Rarity apartaron todo pensamiento y avanzó hacia el mostrador.

El interior era absolutamente enorme. En el centro, lo que parecía ser un carrusel real rotaba lenta y constantemente; los maniquíes de plástico que lo adornaban poseían un diseño muy exuberante y recargado, muy propio de alguien como Rarity. Aparte de ese gran detalle, también había varias docenas de diseños mostrados en vitrinas que estaban colocadas de tal manera que hacían que la habitación pareciera aún más grande de lo que ya era. Varios grupos de ponis, compuestos sobre todo por ponis elitistas de la gran ciudad, charlaban entre sí, admirando los diseños con gran interés.

-¡Bienvenida a Carrusel Boutique, donde todo es chic, único, y magnifique!

La voz no era la de Rarity, lo que hizo que Twilight se sintiera un poco desilusionada, viendo a una yegua unicornio rosada en vez de a su amiga.

-¿Hay algo en que pueda ayudarla, señorita?

-Oh, hola ¿Sabe dónde puedo encontrar a Rarity?

La yegua de color rosa se sobresaltó por un momento antes de reírse.

-Oh, la señora Rarity no viene aquí muy a menudo. Trabaja desde casa. ¿Tiene una reunión de negocios?

-No, en realidad soy una amiga, he venido a visitarla. No sé cuál es su dirección…

Hasta eso sonaba mucho más plausible que su fiasco viajando en el tiempo.

La yegua de color rosa pensó por un momento, parecía perpleja por la situación.

-Lo siento, tendrá que visitar el mostrador de servicio al cliente. No creo que pueda ayudarla.

Señaló en dirección a una larga mesa de cristal y con incrustaciones de diamantes reales no muy lejos de allí.

-Gracias.

Se acercó al mostrador, donde una unicornio amarilla con una crin recogida de color azul brillante se encontraba charlando con fervor por teléfono. Una etiqueta con su nombre la identificaba como Sunset Polish.

-No, lo siento señor, pero no hago excepciones. Somos una empresa de ropa de marca, no una fábrica de bisutería.

Sunset rodó los ojos e hizo un gesto a Twilight para que se esperara un momento.

-Ajá... ajá… No, señor, pero estaré encantada de dirigirle al Joyero Sofisticado, que está justo al otro lado de la... Sí, señor... Bueno, voy a tener que ponerle en espera, tengo clientes que atender.

Twilight pudo llegar a oír una molesta y grave voz de un semental, antes de que la poni colgara el teléfono.

-Sí ¿en qué puedo ayudarla?-inquirió Sunset, con un tono un tanto irritado.

Twilight forzó una sonrisa antes de dirigirse hacia ella.

-Sí, estoy tratando de contactar con Rarity, es una buena amiga mía.

Sunset la miró de arriba abajo y luego se echó a reír.

-No eres la primera que viene aquí con esa misma historia.

Twilight no estaba segura de lo que la quería decir, por lo que decidió preguntar.

-¿Ah, no?

La yegua amarilla negó con la cabeza.

-¿Quién no querría ser amiga de una de las mayores celebridades en Canterlot? Sin embargo, querida, no estoy autorizada a dar información personal, sobre todo a cualquiera que pasa por la calle.

Las orejas de Twilight se aplanaron.

-Oh, vaya, no lo sabía… Realmente soy una amiga suya, la conocí hace tiempo en Ponyville…

-A menos que quieras hablar de negocios, en cuyo caso tiene treinta segundos para explicar de qué agencia de modelos viene, voy a tener que pedirla que se vaya-explicó Sunset con una mirada dura.

-¿No me puede dar un número de teléfono, o cualquier otra cosa?

Sunset tomó el teléfono de nuevo y lo cubrió un momento con su casco antes de volver a dirigirse a ella.

-Lo siento, cielo, pero como ya he dicho, no puedo darla esa información.

Se aclaró la garganta y retiró el caso.

-Sí, hola señor, gracias por su espera...

Desalentada, Twilight se volvió para irse. Estaba a punto de salir por la puerta, cuando una pezuña de color rosa tocó su hombro y la paró.

-Esto… señorita, si tiene un minuto...

La yegua que la saludó al entrar miró rápidamente a su alrededor antes de inclinarse sobre la oreja de Twilight para hablarla en voz baja.

-Puedo ayudarla, pero lo único que puedo decir es... que vaya a la taberna Moonlit esta noche.

-¿Taberna Moonlit?-repitió Twilight en silencio para confirmarlo. La yegua de color rosa asintió.

-Allí encontrará a alguien que puede ayudarla… ¡Bienvenido a Carrusel Boutique!

Twilight salió de la tienda, aliviada por haber encontrado al menos una pista. El sol comenzaba a ponerse, pero aún tenía tiempo para hacer una visita a la princesa Celestia antes de aventurarse en la vida nocturna de la ciudad. Incluso pensándolo mejor, podía preguntarla directamente a la princesa acerca del paradero de Rarity, y así librarse de la visita a esa taberna.

Había dos guardias pegaso situados fuera de la entrada del palacio, pero eso no era nada nuevo. Twilight no los reconoció. Tan solo les sonrió cortésmente y pasó a su lado para continuar hacia delante, pero ambos guardias extendieron de golpe sus alas, cortándola el paso en seco. La sonrisa de Twilight vaciló.

-Soy Twilight Sparkle-se presentó ella, aunque los guardias simplemente miraban estoicamente hacia delante.

-Eh… sé que ha pasado mucho tiempo, pero soy la protegida personal de la Princesa Celestia, y realmente les agradecería si me dejaran entrar en el palacio.

-No podemos dejarla pasar. No sin el consentimiento formal de un miembro de la familia real-anunció el pegaso de la izquierda, sin ni siquiera moverse.

Twilight pateó el suelo, frustrada por esa demora.

-Me gustaría hablar con su capitán, entonces.

-Dusk Sword no está disponible en estos momentos.

-No, yo me refiero a... ¿Qué ha pasado con Shining Armor?

Los ojos de los guardias se centraron en Twilight de seguido; ésta vez el pegaso de la derecha habló primero.

-¿Conoce a Shining?

-Sí, es mi hermano. ¿Puedo hablar con él, por favor?

-Me temo que eso es imposible, se trasladó al Imperio de Cristal hace ya varios años-anunció el pegaso de la izquierda sin apenas emoción.

Cierto. Cadance era la princesa del Imperio de Cristal, tenía sentido que Shining se mudara para estar con ella. Enseguida reparó en que, al no saber dónde estaba su supuesto hermano, la hacía parecer muy sospechosa, por lo que decidió usar otra táctica.

-Bueno, ¿y qué hay de Javelin Tosser? ¿Fireshield?

Los dos guardias no respondieron ante ninguno de esos nombres. Twilight dejó escapar un gemido ahogado. Se sabía los nombres de pila de la mitad de la guardia real, por lo que tiró de eso.

-Eh… ¿Star Crosser? ¿Sacred Light? Oh... venga ya... ¿Pigeon Feather? ¿Striker Night?

No parecía funcionar ninguno, simplemente recibía miradas en blanco por parte de los guardias.

-Si lo desea, puede solicitar un formulario de registro para una reunión con las princesas, aunque no la garantizo nada-comentó entonces uno de ellos.

-¿Cómo cuánto tiempo tomaría?-inquirió ella, más animada

-Teniendo en cuenta la lista de espera, probablemente entre dos o tres semanas, si no se alarga la cosa.

Twilight soltó un ruido molesto.

-¡Pero eso no es lo suficientemente pronto! ¡Necesito ver a la princesa Celestia ahora mismo!

-La princesa Celestia se encuentra haciendo un recado en el Imperio de Cristal y no volverá hasta dentro de varios días.

-¿Varios días?

¿Desde cuándo la princesa Celestia abandona el palacio durante tanto tiempo? Twilight recordaba que nunca se separaba más de un día de ella cuando era pequeña.

-¡Está bien, pues en ese caso con la princesa Luna!

-Enviaremos la solicitud. Que tenga un buen día, señorita Sparkle.

Twilight gruñó y se alejó de los guardias. Para entonces el sol ya se había desvanecido, y apenas pudo ver a Luna alzando la luna desde su balcón. Twilight pensó en lanzar un destello mágico, pero no quiso correr el riesgo de alarmar a la guardia real.

Su preocupación más inmediata en ese momento era su propio bienestar. No había comido nada desde esa mañana, y su estómago comenzaba a rugir con fiereza. El cansancio de su hechizo de teletransporte ya casi se había desvanecido, aunque el cansancio físico seguía estando presente. Y fue entonces, mientras estaba de pie en medio de las oscuras calles de Canterlot, cuando se dio cuenta de lo sola que estaba. Apenas tenía energía suficiente para teletransportarse todo el camino de vuelta a la casa de Fluttershy, así que si no podía encontrar a Rarity...

Twilight vagaba por las calles de Canterlot con la cabeza gacha, mientras buscaba a su alrededor la taberna. Era en ese momento de la noche cuando los ponis más extrovertidos acudían en masa a las barras de los bares, con la intención de pasar un buen rato que ni siquiera recordarían a la mañana siguiente. Twilight levantó una pezuña para detener a uno de esos ponis.

-Perdone ¿podría decirme dónde…?

La yegua se rio y la hizo caso omiso, tambaleándose en dirección opuesta. Twilight soltó un suspiro de frustración.

Dio la vuelta a la manzana, y fue entonces cuando oyó un sonido que le era familiar, si aún más maduro de lo que recordaba; una voz cantando fluyó a través del aire de la noche.

Twilight se dio la vuelta y vio que había estado a punto de pasar de largo. Tenía su nombre grabado en la parte frontal del edificio, pero era tapado por la cantidad de ponis que pasaban por allí, la taberna Moonlit.

Twilight se abrió paso entre la multitud y entró por la puerta; dirigió su mirada hacia un pequeño escenario donde el pianista y la cantante se encontraban interpretando, quedándose con la boca abierta.

Se trataba ni más ni menos que de Sweetie Belle, pero la pequeña potranca que recordaba se había convertido en una hermosa y joven yegua que fácilmente podría rivalizar con Rarity en belleza. Sus perfectamente rizadas crin y cola rosa púrpura flotaba a pocos centímetros por encima del suelo, y sus impresionantes ojos verdes inspeccionaban a la multitud con una seductora mirada.

Pero lo más característico era su hermosa voz. Twilight se acordaba de que apuntaba maneras, pero estaba claro que había tomado lecciones desde entonces. Alcanzó las notas más altas con facilidad, mientras que su suave voz las acompañaba.

Sin embargo, el cambio más importante, al menos para Twilight, era la imagen que ahora descansaba sobre su costado: un corazón rosa con dos corcheas negras superpuestas.

Bajo la suave lluvia de verano, nos dimos nuestro último adiós,

Me apretaste contra tu pecho, tratando de que no llorara


Twilight la escuchó bastante asombrada. Muchos otros ponis la observaban cantar con sendas sonrisas en sus rostros, pero la mayoría la ignoraban, bebiendo y hablando en voz alta con sus amigos.

Los demás insisten en que cometí un error,

No vale la pena sufrir por amor,

Bajo la suave lluvia de verano, ni siquiera lo intenté,

Jamás olvidaré las lágrimas que…


Sweetie Belle se interrumpió de repente, sus ojos se abrieron como platos en cuanto su mirada se posó sobre Twilight. El poni al piano la lanzó una mirada nerviosa. Sweetie se dio cuenta y rápidamente tomó el micrófono.

-Eh... ¿quién quiere escuchar un solo de piano?-exclamó, al tiempo que recibía críticas mixtas de la muchedumbre borracha. Twilight se percató de que había adquirido un ligero acento de Canterlot.

-¡Venga, animaos! ¡Acepta peticiones! ¡Un aplauso para mi buen amigo, el señor Jazz Hooves!

La unicornio lavanda vio como el unicornio al piano realizaba una reverencia de forma muy dramática, antes de comenzar a tocar su instrumento con gran pasión, lo que hizo que la multitud le vitoreara.

-Perdona…

Twilight se volvió y se sorprendió al encontrarse a Sweetie Belle delante de ella.

-¿Nos conocemos?-inquirió ella, arrugando su rostro como si estuviera pensando mucho.

Twilight frunció el ceño antes de refrescarla la memoria.

-¡Sweetie Belle, soy yo, Twilight!

Sweetie Belle la lanzó una mirada en blanco durante unos segundos, para luego quedarse casi sin aliento.

-¡Oh, cielo santo, eres tú! Pero... ¿no habías muerto?

-Eché a perder un hechizo que me envió a diez años adelante en el futuro.

-Oh... ¿Lo sabe Rarity?-inquirió ella, extrañada.

Twilight negó con la cabeza antes de responder.

-¿Podrías llevarme hasta ella?

Las orejas de Sweetie Belle se aplanaron de seguido.

-Estoy un poco liada en estos momentos. Jazzy podría matarme si intento escaquearme ahora… me estabas escuchando ¿verdad?

Twilight asintió y sonrió cálidamente.

-Ya lo creo, tienes una voz preciosa.

-Oh, gracias... Sí, supongo que tiene sentido que nos llevara más tiempo el ganar nuestras marcas de belleza. Mi talento especial no es sólo cantar sin más, sino cantar canciones de amor.

La yegua se movió un poco, mostrando mejor el corazón y las corcheas que componían su marca de belleza.

-El amor es algo que no se conoce bien hasta que te haces mayor, es por eso que me tomó tanto tiempo. Scoots tuvo que aprender a volar y Apple Bloom tuvo que... bueno, se dio cuenta de que a veces el destino no siempre es el mismo que el que uno espera llegar a descubrir...

Se rascó la cabeza ligeramente, llegando a confundirse por sus propias palabras.

-Oye, eso quedaría muy bien para una letra nueva…

Twilight asintió distraídamente y miró a su alrededor con inquietud. Para ser tan temprano, había un montón de ponis congregados alrededor de la barra.

-Sweetie Belle, escucha…

-¡Hey, Sweets!

Un unicornio de pelaje amarronado irrumpió en medio de las dos, pasando un casco alrededor de los hombros de Sweetie.

-Tengo algo para ti...

La guiñó un ojo e hizo flotar un vaso de Martini con algún tipo de bebida rosada para ella; Sweetie lo cogió con su magia.

-¡Oh, mírale! ¿No es simplemente adorable?

Sweetie Belle parpadeó repetidamente y acercó su cabeza a la suya. El semental inclinó su rostro hacia abajo para encontrarse con ella, y la sonrió.

-Te quedarás a verme cantar un poco más ¿no?-ronroneó ella con un tono seductor que a Twilight se la antojó extrañísimo en la pequeña potrilla.

Pero tuvo que corregirse enseguida. No es una potrilla, ya no. Sabía que Rarity era ocho años más mayor que Sweetie Belle, por lo que técnicamente Sweetie ahora era dos años más mayor que Twilight.

-No me lo perdería por nada del mundo. Bebe esto, luego te pediré algo más fuerte-la prometió el semental con voz ronca.

Sweetie Belle acortó distancias, al tiempo que unos pocos clientes lanzaban unos cuantos silbiditos, hasta que al final conectaron sus labios.

No duró mucho, Sweetie se separó y rodó los ojos mientras que el semental se dirigió tambaleando hacia el bar.

-Bof, aún es muy pronto para esto…-comentó antes de dar un sorbo a su martini.

-Hum, frambuesa...

Twilight observó atentamente al semental castaño.

-¿Es ese tu… novio?

Sweetie Belle se mostró confundida por un momento, y luego se rio.

-Qué va, no tengo ni idea de quién era. Me pagan mucho más si coqueteo con los clientes. No tengo que hacer nada demasiado atrevido, sólo tengo que vigilar lo que bebo y asegurarme de que no voy demasiado pedo como para seguir cantando… que por cierto, tendría que volver ya al escenario.

Sweetie se dio la vuelta para echar un vistazo al mismo, viendo que el público ya estaba empezando a perder interés por el pianista.

-Espera, Sweetie Belle… me siento muy mal por pedírtelo, pero... no tengo donde pasar la noche, ni llevo suelto encima...

En ese momento su estómago gruñó, y no pudo evitar sonrojarse más de la cuenta.

Sweetie Belle la miró sorprendida.

-Oh, cielos, ¿hablas en serio?

Twilight asintió, sintiéndose cada vez más patética.

-Pensé en quedarme con las princesas, pero los guardias no me dejaron pasar. ¿Podrías decirme donde cae la casa de Rarity?

-¿Rarity? Bueno, es probable que ya haya acostado a los niños, y tiene que trabajar mañana por la mañana... ¡y sé que estaría muy feliz de verte! Pero no quiero dar a toda la familia un susto de muerte. Si quieres puedes quedarte conmigo y Jazzy esta noche ¿vale? Compartimos un piso no muy lejos de aquí. Se lo comentaré a Jazz, seguro de que me deja salir más temprano. Y espera un segundo, voy a conseguirte algo de comer. La comida de aquí es buena, no te preocupes.

Twilight dejó escapar un largo suspiro, sintiéndose más aliviada que nunca.

-Muchas gracias…

-¡No hay problema!

Sweetie Belle trotó hacia la barra y se dirigió al camarero, sonriéndole mientras hablaba con él. Twilight no lo llegó a ver, pero el camarero asintió y desapareció tras una puerta de servicio. Sweetie Belle la llamó la atención y le lanzó un guiño a Twilight desde el bar.

-¡Te ha anotado un pedido!

Twilight sonrió agradecida y se sentó lejos de la multitud.

-¡Vale, gracias Sweetie Belle!

La yegua ya había subido de nuevo al escenario, y el pianista terminó su solo, visiblemente aliviado de que hubiera vuelto.

-¡Muy bien, señoras y señores, estamos de vuelta!

Sweetie Belle se colocó delante del micrófono, ganándose los aplausos de la multitud. Sus ojos se encontraron con los de Twilight, y ella sonrió.

-Esta canción está dedicada a una vieja amiga mía...

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Sg91 » 04 Dic 2013, 18:36

Capítulo 7

Inocencia


Mi ángel, mi ángel, donde quiera que estés

Miles de estrellas se encuentran a tus pies,

Mi ángel, mi ángel, amor y perdición,

Si pudiera volar, como un beso es mi canción.


Sweetie Belle cantaba con pasión, lanzando una constante sonrisa en dirección hacia Twilight. Al tiempo, las lágrimas corrían por el rostro de Twilight. Sus emociones se agolpaban en el pecho, junto con todo los demás factores; nadie parecía conocer la canción, Sweetie Belle se la había dedicado, pero sobre todo porque hablaba sobre la muerte. Teniendo en cuenta esto, Twilight llegó a la conclusión de que Sweetie la había compuesto ella misma.

Lo que atrás quedó, ahora pasó

Mi ángel, mi ángel, en su día nos dijimos adiós

La vida no es justa, pero tampoco lo es la muerte,

Nadie se percató de tu pronto marchar

Pero, mi ángel, algún día…

Algún día…


Sweetie Belle terminó con un calderón impresionante que la hizo ganar los vítores y aplausos del público; acto seguido terminó la nota y se detuvo un momento. Sus siguientes palabras no las cantó, sino que las habló junto con el piano.

-Algún día… te volveré a ver.

El público se puso en pie, pidiendo otras canciones. Sweetie Belle se llevó un casco a sus ojos, y Twilight se dio cuenta de que había estado llorando también.

-Lo siento, es que... esa canción era Ángel. Fue una de las primeras canciones que compuse cuando era pequeña. Había perdido a alguien muy cercano…

-¡Canta Tren a Canterlot!-masculló entonces una voz ebria, lo que llevó a la multitud a estallar en carcajadas ante la desconsideración. Sweetie Belle sonrió con tristeza, tratando de ocultar su ofensa.

-Oh, vamos, ¿no queréis escuchar más cosas de cuando era pequeña?

-¡No!-gritó a coro la multitud antes de echarse a reír

Sweetie Belle puso mala cara, pero su pianista ya había comenzado la introducción a la canción solicitada, haciendo que todo el mundo se pusiera histérico. Sweetie Belle lanzó una mirada llena de desdén a su pianista, un poni de crin negra.

-¡Jazzy!-se quejó ella, pero Jazz Hooves la miró esbozando un arrogante sonrisita.

-Bueno, está bien… si tanto queréis ésta canción, pues habrá que empezar ya… ¿¡todo el mundo listo?!

¡Un, dos, tres, cuatro!

¡Somos la banda de Canterlot, pasajeros al tren!


Twilight se sorbió y observó a Sweetie Belle mientras se unía alegremente a la multitud.

-Ha sido precioso…-murmuró ella para sí misma, aunque sus pensamientos fueron interrumpidos por un ruido fuerte y un olor tan penetrante que por un momento se olvidó de dónde estaba.

-Aquí está su pedido, señorita.

Twilight se dio la vuelta para ver delante de ella un enorme plato de patatas fritas con heno.

-¡Oh, cielo santo, gracias, gracias, gracias!-exclamó Twilight antes de atacar el plato.

Para su estómago rugiente fue un alivio venido del cielo. Los beneficios nutricionales de las patatas con heno eran casi nulos, pero en ese momento todo le daba igual.

Se comió su plato con tanta rapidez que al final su hambre fue reemplazada por un genuino dolor de estómago. Reprimió un gemido y dirigió la mirada hacia el escenario, esperando que Sweetie Belle se fuera temprano como bien la prometió. Enseguida comenzó a sentirse adormilada y un tanto embotada; incluso el ver al resto de ponis cantando, bailando y saltando la estaba dando sueño, además, tampoco se la había dado bien trasnochar.

-¡Caramba muchachos, no cantáis nada mal!-exclamó Sweetie Belle, animando aún más a la multitud-no me gusta haceros parar ahora, pero es la hora de mi descanso. ¡No os olvidéis de los especiales de esta noche! ¡Dos bits de descuento en todos los Highballs y una oferta de dos por uno para los Jägerbomb hasta las doce!

Twilight se levantó enseguida para evitar la marea de ponis que en ese momento se acercaba hacia ella; corrió lejos de la multitud y se apartó un momento para ver mejor el escenario. Sweetie Belle parecía estar discutiendo con su pianista.

-¡Oh, vamos Jazzy, no tengo elección!-masculló Sweetie Belle, mirando suplicante a Jazz Hooves.

El pianista unicornio, de pelaje color gris ceniza, con una crin negra y una larga cola del mismo color, movió la cabeza con fervor.

-No, de ninguna manera. No voy a dejarte salir temprano por tercera vez consecutiva.

Las orejas de Sweetie Belle se aplanaron.

-¡Pero si ni siquiera estoy borracha!

-¡No se trata de eso, el problema es que necesitamos dinero para el alquiler, y apenas nos pagan nada si sólo estoy yo presente! ¡Y con razón! ¡Somos reemplazables, Sweetie, y personalmente prefiero seguir trabajando!

Sweetie Belle movió una pata en dirección hacia Twilight, sin dejar de mirar en ningún momento a Jazz Hooves.

-¡No sería capaz de salir ella sola adelante en un lugar que incluso ahora la es extraño! ¡No pienso dejarla sola así sin más!

-En ese caso yo la llevaré a casa. Tienes que quedarte aquí, tú eres la estrella, Sweetie, no yo.

Sweetie Belle lo miró boquiabierta antes de contestarle.

-¡De eso nada! ¡No puedo dejar que lo hagas! ¿Quién va a querer escuchar a un solista?

Jazz Hooves dejó escapar una pequeña risita.

-Sabes tocar perfectamente el piano, Sweetie Belle.

Sweetie Belle rodó los ojos lacónicamente.

-Lo sé, soy casi tan buena como tú… pero no me refiero a eso. Twilight no se sentiría cómoda yendo a casa contigo.

-¿Y eso por qué? ¿Qué se supone que voy a hacer? ¿Seducirla?

Sweetie Belle estaba cada vez más nerviosa.

-¡Tu sexualidad no tiene nada que ver con esto! ¡Eres un extraño para ella!

Twilight se acercó y se aclaró la garganta con fuerza, haciendo que los dos se girasen hacia ella.

-Lo siento mucho, no quiero ser una molestia...

-¡Oh, no, no, para nada! Está bien, simplemente iré a…

-Yo iré y la llevaré a casa… si a usted le parece bien, señorita Sparkle…-se adelantó Jazz, mirando a Sweetie con mirada cortante.

-Jazzy…

-Sí, claro, no quiero causarte problemas, Sweetie…

-Está bien… pero sólo por esta noche-suspiró Sweetie.

Jazz Hooves esbozó una sonrisa, bastante aliviado, pero su expresión se endureció enseguida.

-Muy bien, asegúrate de que no te pasas con la bebida, no aceptes nada de extraños, y no…

-No soy una potrilla, estaré bien, tan sólo lleva a Twilight a casa. Pero bueno, os presento, éste es Jazz Hooves, pianista, como ya has podido ver. Fuimos a la escuela juntos cuando éramos potrillos, puedes confiar en él.

Jazz Hooves saludó cortésmente a Twilight, para luego lanzar a Sweetie Belle una dura mirada.

-No te atrevas a volver a casa borracha. Estaré atento. Buena suerte, Sweetie.

Sweetie Belle les despidió agitando el casco, mientras ambos ponis se dirigían a la salida.

-Muy bien, no está muy lejos de aquí. Es un poco pequeño, pero puedes quedarte en la habitación de Sweetie-explicó él mientras esquivaba hábilmente a los ponis con los que se encontraban. Twilight tuvo que acelerar el paso para ponerse a su altura.

-Gracias por acompañarme, pero no hace falta que te quedes conmigo. Seguramente caeré rendida nada más tocar la cama.

Jazz Hooves rio entre dientes y miró hacia atrás.

-Tienes toda la razón, pero Sweetie Belle se ha merecido su fama... para la próxima vez se lo pensará dos veces antes de dejarme solo ¿eh?

Twilight sonrió por un momento, pero su expresión cambió en cuanto dirigió la mirada hacia el escenario.

-Es muy buena, aunque... parece que sabe ganarse a la multitud.

-Sí, es una actriz con talento, entre otras cosas.

Tras una corta caminata, la pareja llegó a un pequeño y deteriorado complejo de edificios. Jazz Hooves sacó una tarjeta de identificación y la limpió antes de usarla. La puerta se abrió, y la mantuvo abierta para Twilight.

-Vivimos justo al final de las escaleras, primera puerta a la derecha.

Twilight siguió sus indicaciones, y esperó mientras abría su apartamento y encendía las luces, las cuales parpadearon brevemente antes de encenderse con un tenue resplandor.

El apartamento poseía un tamaño humilde, y era evidente que Rarity no les ayudaba con la decoración. El papel tapiz con motivos florales era llamativo, pero no terminaba de encajar con la alfombra marrón ni con ninguna de las piezas del mobiliario, que ni siquiera parecían ser de la misma serie. La entrada la condujo directamente a un salón de tamaño medio que precedía a una pequeña cocina en la esquina, y desde allí, el pasillo se bifurca en lo que Twilight asumió eran dos dormitorios y un baño.

Jazz Hooves cerró la puerta detrás de ellos.

-No es gran cosa, pero el alquiler es barato. La habitación de Sweetie se encuentra al otro lado, estás en tu casa.

Twilight dio unos pasos cautelosos en su interior. El suelo crujió bajo sus cascos.

-Gracias... pero si me quedo en la habitación de Sweetie, ¿dónde dormirá ella?

-Puede quedarse en la mía. Yo dormiré en el sofá-murmuró Jazz, dirigiéndose hacia éste.

Twilight le observó con escepticismo antes de hablar.

-Puedo dormir yo en el sofá, no me importa.

-No, tranquila, al menos tengo la tele y me puedo distraer.

La televisión incluso era algo bastante moderno para los estándares de Twilight.

-Los artistas no solemos dormir demasiado. He visto que ya has comido, por cierto. Nunca he visto a nadie comer tan rápido.

Twilight se sonrojó y se llevó un casco a la cara, avergonzada.

-Pero bueno, debes estar agotada, si necesitas algo házmelo saber-comentó él mientras se acurrucaba en el sillón. Encendió la televisión, y suspiró con satisfacción.

-Está bien... bueno, pues buenas noches. Y gracias.

Twilight abrió la puerta del cuarto de Sweetie. Era de un tamaño normal, y se encontraba excepcionalmente ordenado. Las paredes estaban pintadas de púrpura y rosa, incluyendo la colcha. Un pequeño teclado y un micrófono de pie descansaban en una esquina, y un espejo de tamaño completo se encontraba cubierto de corazones y marcas de besos con lápiz labial, de pie contra la cómoda.

Twilight se hizo un ovillo sobre las sábanas de Sweetie, sintiendo que deshacer la cama podría resultar un tanto intrusivo, y se durmió en cuestión de minutos.








-¡Jazzy!

Twilight se despertó de golpe y miró a su alrededor con ojos legañosos. Aún era de noche, la luz de la luna se colaba entre las rendijas de la ventana. Hubo un ruido sordo desde el salón, y Twilight dirigió su mirada hacia la puerta.

-¡Jazz Hooves, fuera del sofá ahora mismo!-se oyó chillar a la voz de Sweetie Belle.

Hubo un gemido interminable.

-Sweetie, estás borracha…

La voz de Jazz Hooves sonaba tan cansada como ella misma.

-Lo que tú digas, quiero dormir en el sofá. ¡Quiero estar aquí para cuando Twilight despierte! Vete ya a la cama, pedazo de mierda… Estoy borracha...

La voz de Sweetie era errática y arrastraba las palabras.

-Bueno, por lo menos estás en casa... ¿Por qué quieres estar aquí para cuando Twilight despierte?

-Pues porque… eh… no me acuerdo.

-¿Es por tu hermana?

-¡Sí, eso es! Tengo que llevar a Twilight para ir a verla… Crees... ¿crees que debería avisarla... por lo de... de…?

-Que Twilight tome sus propias suposiciones, Sweetie. Yo avisaría a Rarity, aunque ahora mismo no estás en condiciones de hacer nada.

Sweetie Belle comenzó a reírse tontamente.

-Eres tan inteligente. Me casaría contigo si no fueras gay.

-Eh… ¿Estás segura de que quieres dormir en el sofá?

-Sí… Creo que serías un buen marido. No para mí, sin embargo.

-¿Cómo demonios has hecho para llegar hasta casa? Es igual, sólo quiero dormir un poco, me voy a la cama. Procura no despertar a tu amiga, aunque dudo mucho que todavía esté dormida después de todo este jaleo.

-¡Buenas noches, Jazzy!

Sweetie Belle se calló enseguida, y el sonido de una puerta abriéndose y luego cerrándose se hizo eco a través de la vivienda.

La casa regresó enseguida a un silencio sepulcral, y Twilight no tenía dudas de que Sweetie ya se había quedado dormida. La unicornio lavanda miró al techo y suspiró. Recordaba a Sweetie Belle en su mente como una pequeña potrilla sin preocupaciones, con mucho potencial todavía por descubrir.

Nunca imaginó que esa potrilla tan dulce terminaría así. La ya familiar sensación de culpa la inundó cuando se dio la vuelta y trató de volverse a dormir.








Twilight se despertó debido a varios golpes fuertes. Instintivamente comenzó a moverse hacia la puerta de la habitación, pero rápidamente se dio cuenta de que el ruido venía de fuera.

-¡Esta es la Guardia Real de Canterlot, tienen veinte segundos para abrir esta puerta antes de que la abramos nosotros!-anunció una voz ronca.

-¡Sweetie Belle! ¡Sweetie Belle, por favor, abre la puerta, es una emergencia!

Esa era la voz de Rarity. El corazón de Twilight casi se detuvo al oírla, saliendo de la habitación rápidamente. Sweetie Belle estaba sentada en el sofá y poniendo muecas raras cada vez que los guardias golpeaban a la puerta. Su crin estaba echa un desastre y miraba con los ojos entrecerrados a la puerta, parecía estar muy desorientada por la situación. Jazz Hooves asomó la cabeza por el marco de su puerta. Sus ojos se encontraron brevemente con los de Twilight antes de que cruzara la habitación a zancadas para abrir la puerta del apartamento.

Había cuatro guardias blancos reales con armadura, dos unicornios y dos pegasos, los cuales pasaron dentro en cuanto se abrió la puerta. Rarity les siguió al interior.

-Señorita ¿dónde está su hermana?-inquirió uno de los guardias.

Los ojos de Rarity aterrizaron en el sofá.

-Está ahí... oh, querida, te ves horrible...

Los guardias se apartaron, lo que permitió a Twilight ver mejor a Rarity. Su crin ahora era más corta de lo habitual, peinada hacia un solo lado, pero se la veía algo desaliñada. El rímel se le había corrido por toda la cara, y sus ojos estaban hinchados y rojos.

-¿Hermana?-preguntó Sweetie Belle, mirando a los recién llegados en total confusión.

-¿Rarity?-soltó Twilight, sin poder contenerse más.

La aludida se dio la vuelta para mirar a Twilight, y su boca se abrió de par en par.

-Twilight... oh, cielo santo, no estaban mintiendo...

-Señorita Sparkle, voy a tener que pedirla que venga con nosotros-anunció entonces uno de los guardias.

Twilight vaciló. Rarity intentó acercarse a ella, pero los guardias pegaso extendieron sus alas, cortándola el paso.

-¡No, por favor, no lo entienden! ¡Twilight!-exclamó ella, con sus ojos muy abiertos y asustados.

-Twilight Sparkle, ha sido convocada por Su Alteza, la Princesa Luna. Voy a tener que pedirla que nos siga-añadió el otro guardia unicornio.

Twilight dio un paso incierto hacia adelante. Los cuatro guardias la rodearon con una expresión dura para escoltarla. Al otro lado de la habitación, Jazz Hooves se mantenía al margen, no muy seguro de si intervenir. Rarity había comenzado a sollozar, y Sweetie Belle finalmente se puso en pie. Los guardias pegaso permitieron pasar a Sweetie para que consolara a su hermana, pero Rarity todavía estaba tratando de llegar hasta Twilight.

-¡Twilight! ¡Twilight!

Twilight se volvió, pero los guardias unicornio se apresuraron a bloquearla el paso para que siguiera caminando hacia delante.

-¡Déjenme pasar! ¡Por favor, por favor, no te vayas!-suplicó la unicornio blanca.

-¡Rarity, volveré! ¡Te lo prometo!-exclamó Twilight, mientras era arrastrada hacia la puerta.

La puerta se cerró tras de ella, mientras las lágrimas se agolpaban en los ojos de Twilight también. Miró a los guardias, esperando obtener algún tipo de respuesta por su parte; pero éstos no dijeron nada mientras caminaban en silencio fuera del complejo de apartamentos. Twilight no tuvo más remedio que seguirlos, mientras se dirigían de regreso al palacio.

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PD. El highball es una bebida larga y fría, que combina un licor con soda o bebidas gasesosas, siendo el Cuba Libre el más conocido. El Jägerbomb es un cóctel que se hace combinando una bebida energizante como el Red Bull con un chupito de Jägermeister, un licor de hierbas típico de la Baja Sajonia.

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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor foxer7 » 05 Dic 2013, 14:47

Me esta gustando mucho este fic, estoy deseando k se vea ya con luna...
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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Sg91 » 18 Dic 2013, 21:52

Capítulo 8

Luz de luna y piedras lunares


El interior del palacio apenas había cambiado. Los mismos grandes tapices colgaban de las paredes, caras y elaboradas alfombras cubrían los suelos de mármol, y los guardias seguían apostados en cada esquina. En cuanto entró acompañada por los guardias en la sala del trono, donde muchas más veces se había reunido con la princesa Celestia, se percató de que las vidrieras que ilustraban acontecimientos importantes para Ecuestria seguían ahí. Twilight se esperaba que hubiera una ilustrando su pérdida, pero para su sorpresa, no había ninguna nueva.

Luna se encontraba esperándola junto al trono, con la mirada fija en un punto muerto ilegible. Los guardias unicornio que escoltaban a Twilight se inclinaron ante ella, en una muestra de respeto, antes de retirarse. Twilight dio un paso vacilante hacia adelante.

-Princesa Luna...

Twilight no estaba segura de lo que se podría esperar, sobre todo después de tantas calurosas bienvenidas.

Tras un breve silencio, Luna dejó escapar un profundo suspiro.

-Me lo estaba temiendo…

Su tono sonaba amargo; la unicornio lavanda inclinó la cabeza.

-¿A qué se...?

Twilight guardó silencio en cuanto Luna la devolvió la mirada. Sus ojos azul medianoche se veían pesados, derrotados. Twilight procedió con un poco más de precaución.

-¿Princesa?

-Me temía que volvieras, Twilight. ¿No te preguntas por qué todo el mundo te cree muerta?

Era algo que Twilight se había preguntado desde que habló por primera vez con Applejack.

-¿Por qué no pude volver?-inquirió Twilight con voz entrecortada, al darse cuenta de hacia dónde se dirigía la conversación.

-Tratamos de proteger a los hechizos temporales, Twilight. Créeme, hice todo lo que estuvo en mi casco... pero incluso el poder de un monarca tiene debilidades. Cuando desapareciste, los rumores se extendieron rápidamente. La portadora del elemento de magia en sí misma, la futura princesa de Ecuestria, Twilight Sparkle... derrotada por su propio talento-explicó Luna con una expresión dura en su rostro.

-¡Pero no fue nada de eso!

Luna asintió.

-Celestia creía en ti, pero pensó que tus poderes tan solo te permitirían viajar unas pocas semanas. Aun así, te dio un año... pero cuando no volviste, se vio obligada a destruir todos los hechizos temporales de los archivos para arreglar cuestiones de legalidad, así como calmar la indignación de nuestros ciudadanos. No vas a poder volver, Twilight. Si pudieras, ya lo sabríamos. Y ya nadie se acuerda de los hechizos temporales. Lo siento…

Twilight asintió temblorosamente. Nunca volvería a su casa.

De alguna manera ya se lo suponía, pero oírlo en voz alta fue un duro golpe. Era como si el tono autoritario de Luna la hubiera atrapado físicamente en ese mundo nuevo, tanto extraño como hostil. Twilight dobló sus patas, sintiéndose muy mareada.

-Yo... di… disculpe…

-Tómate tu tiempo, Twilight Sparkle.

Twilight asintió con gratitud. Y eso era todo. Al menos ya sabía lo que tenía que hacer.

-Tengo que ayudar a mis amigas.

-Un muy noble, aunque casi imposible objetivo.

Twilight frunció el ceño antes de volver a hablar.

-¿Dónde está la Princesa Celestia?

Luna miró hacia otro lado, hacia una ventana transparente.

-De vacaciones…

-¿Volverá?

La cabeza de Luna se volvió, mostrando una súbita expresión enfurecida. Twilight se estremeció, como si el fuego en la expresión de Luna la hubiera quemado físicamente.

-¿¡Acaso no entiendes lo que has hecho, Twilight?!

Twilight dio un paso hacia atrás, amedrentada.

-Yo... yo…

-¡Estabas destinada a ser su sucesora! ¡Mil años sin poder descansar, y por mi culpa, claro!-gritó Luna, lo que la provocó escalofríos por toda su grupa a la unicornio lavanda.

Las orejas de Twilight se aplanaron, intimidada por el grande y poderoso alicornio. Luna hizo una pausa y respiró hondo.

-Perdóname. Ya has sido lo suficientemente castigada…

-Me lo merecía...

-Twilight...

Hubo un gran tono de disculpa en su voz. Twilight apreció eso, pero sabía que Luna tenía razón. Ya había visto los restos desmoronados de Applejack, la vida cerrada y superficial de Fluttershy e incluso la inocencia rota de Sweetie Belle. Celestia debía de estar totalmente devastada.

Pero aun así, ella estaba ahí y ahora.

-Todo esto es culpa mía… Pero voy a arreglarlo. Aunque me tome toda mi vida... lo haré.

Twilight miró a Luna a los ojos, una determinación feroz brillaba en la mirada de la joven unicornio.

Luna observó a la yegua con interés.

-Ya veo. Avisaré a mi hermana.

Un gran alivio inundó el cuerpo de Twilight. Finalmente llegaría a hablar con la Princesa Celestia.

-¿La espero aquí? ¿O me quedo por aquí cerca?

Luna esbozó entonces una sonrisa por primera vez.

-Tiempo al tiempo, Twilight Sparkle. Os volveréis a encontrar, pero no lo dudes y ve a hacer lo que tengas que hacer para ayudar a tus amigas.

-Gracias, aunque… una cosa más.

-Tú me dirás…

-¿Dónde está Spike?

Luna vaciló antes de contestarla.

-Yo... no lo sé.

Twilight cerró los ojos. La daba auténtico pavor escuchar esas palabras, pero aun así se las esperaba de alguna forma.

Spike… su asistente número uno. Twilight no tenía ni idea de lo que haría sin él. De forma análoga, Twilight fue como una madre para él. Se tenían el uno al otro.

-Aunque creo que puede haber alguien más cercano a tí que pueda responder a esa pregunta. Puedes irte ya, Twilight, ve con tus amigas.

Fue entonces cuando los ojos de Twilight se agrandaron de golpe; Rarity. Seguramente ella sabría dónde podría estar Spike. Twilight asintió.

-Claro... gracias.

-Muy bien... buena suerte, Twilight Sparkle.








Twilight salió del salón del trono y bajó por las escaleras. Al fondo del todo, flanqueada por dos guardias pegaso, estaba Sweetie Belle. Tenía pesadas ojeras bajo sus ojos, y su crin no estaba tan bien peinada como la otra noche, pero aun así esbozó una gran sonrisa en cuanto vio a Twilight.

-Por fin... ¿Cómo te ha ido?-inquirió ella acercándose a Twilight con cautela.

-No muy bien. En realidad nada ha ido bien...

Sintió entonces una pata envolviéndola alrededor de su cuello, y se volvió para mirar a los ojos verdes de Sweetie.

-Lo siento, Twilight, de verdad, no me puedo ni imaginar cómo debe haber sido…

-Me alegro de que estés aquí, Sweetie, pero ¿por qué exactamente?

Sweetie Belle parpadeó un par de veces antes de contestar.

-Oh, es verdad, perdona. Rarity quiso que te esperara para luego llevarte hasta su casa. Conociéndola, debe de estar limpiando a todo trapo.

Twilight consiguió esbozar una sonrisa.

-Gracias, Sweetie Belle. Y gracias por lo de anoche también... siento mucho lo de esta mañana.

-No te preocupes por eso. No volvemos a trabajar hasta dentro de… ¿diez días? hasta el próximo miércoles, nada. Sólo tenemos cuatro noches cada dos semanas, así que... Rarity siempre me hace madrugar, por lo que no te sientas mal. Pero bueno, sígueme.

Sweetie llevó a Twilight fuera de la propiedad real hasta llegar a la gran calle principal, donde Twilight se teletransportó el otro día.

-Hay un buen paseo, lo siento.

-No pasa nada.

Twilight pensó en lo que Luna la había dicho, decidida a aprovechar el máximo el tiempo.

-Así que Rarity y tú os veis más a menudo ¿no?

-Eh… sí, bueno… no tanto, pero oye ¿cuándo nos hemos visto tan a menudo?-murmuró ella, riéndose tontamente-somos hermanas, aunque ella sea una empresaria rica y yo una mediocre cantante de bar...

Sus orejas se aplanaron sobre su cabeza.

-Sobre eso… Carrusel Boutique parece estar yendo muy bien.

-Dime algo que no sepa. Pregúntala a Rarity, te comerá la oreja.

-Tengo un montón de cosas que preguntarla, la verdad…

Sweetie Belle se quedó callada por unos momentos, y luego se volvió para mirar a Twilight con una expresión tan seria que ésta se detuvo debido a la preocupación.

-Twilight... escucha... tienes que tener cuidado con ella ¿de acuerdo?

-¿Con Rarity? ¿Por qué dices eso?-inquirió ella con una mezcla de curiosidad y preocupación.

Sweetie se mordió el labio antes de contestar.

-Realmente la has asustado, Twilight. Se volvió como loca. Un mes después de que murieras, entabló toda la tienda y se mudó a Canterlot. Un año y pico después de eso, se casó, ¿y un par de meses más tarde? Embarazada. ¡Y tenía la edad que tengo yo ahora!-exclamó Sweetie, con los ojos muy abiertos-y ahora tiene dos hijos, problemas maritales y está más ocupada que nunca con el trabajo... a veces me alegro de que no ser ella.

Twilight dirigió una mirada llena de dolor hacia el suelo.

-Tan rápido...-murmuró, más para sí misma que para Sweetie Belle.

Rarity era, en opinión de Twilight, la más madura del grupo. No la habría sorprendido que hubiera decidido tomar tan grandes pasos durante los años que ella había estado ausente. Y aun así, todavía tenía que adaptarse.

-Es sólo que no quiero verla así de nuevo, sobre todo ahora, que tiene una familia que cuidar.

-Entiendo... aunque me gustaría preguntarte algo-comentó Twilight, manteniendo su tono informal.

-Dime…

-¿Qué fue de Aplebloom y Scootaloo?

La sonrisa de Sweetie vaciló antes de contestar.

-Oh, eh... a Scoots la va muy bien, vive en Cloudsdale por lo que no puedo visitarla, aunque a veces viene por aquí. Perdona, no esperaba que fueras a preguntarme por ellas…

-Oh, lo siento si he…

-Pero bueno, ya estamos aquí-anunció Sweetie Belle.

Los pensamientos de Twilight se detuvieron en seco en cuanto vio la enorme verja de seguridad con joyas incrustadas que había ante ellas. Las barras parecían estar chapadas en oro real.

Twilight rio. Sólo Rarity se tomaría la suficiente molestia en el aspecto de su sistema de seguridad. Más allá de las barras se podía entrever una gran casa de aspecto muy moderno. Se encontraba construida en el borde de los acantilados de Canterlot, de cara hacia el viejo Ponyville. Twilight sabía a ciencia cierta que bienes inmuebles como éste sólo se venderían por una cantidad ingente de dinero.

La casa en sí era de tamaño modesto, aunque la arquitectura era realmente impresionante. La estructura estaba construida en un ligero ángulo inclinado, lo que permitía fluir al agua de las cascadas a través de un techo de cristal y desde el otro lado del acantilado, lo que creaba un enorme efecto de arco iris. No parecía haber ninguna ventana en sí en toda la casa, habiendo en su lugar enormes paneles de vidrio que ocupaban todo el ancho de las paredes. El resto de la casa era totalmente blanca. Twilight se preguntó que cómo eran capaces de mantener tan limpio un color como ese.

-Uuah…-murmuró Twilight, con la boca ligeramente abierta.

-Lo sé. Mira esto.

Sweetie Belle cerró un ojo y el otro lo centró en un pequeño punto de vidrio en la pared anterior a la verja. Un extraño pitido pudo oírse, seguido poco después por un clic, y la verja se abrió.

Twilight miró del todo anonadada a Sweetie Belle y a la puerta.

-Eh... ¿qué ha pasado?

-Sistema de reconocimiento ocular. Tecnología puntera... ¡Vaya, tendrías que verte la cara, Twilight!-rio ella, divertida.

Twilight parpadeó, un tanto desconcertada.

-Eh... creo que estoy un poco atrasada…

-Lo sé, lo sé, no debería reírme... pero bueno, sígueme.

Sweetie Belle llevó Twilight hasta el frente de la casa y no se molestó en llamar antes de abrir la puerta.

-¡Rarity, adivina quién está aquí!

Twilight no tuvo que esperar más de unos pocos segundos antes de que se viera envuelta en un par de patas delanteras blancas.

-¡Oh, querida, no sabes lo sorprendida que estaba esta mañana! ¡Honestamente, deberías haber venido directamente hasta aquí! Aunque claro, debías de estar del todo perdida, pobrecita mía...

Twilight cerró los ojos y abrazó Rarity con más fuerza.

-Yo... lo siento...

-No hace falta que te disculpes.

Rarity se separó y las dos viejas amigas se tomaron un momento para mirarse bien la una a la otra.

La crin de Rarity se encontraba recogida en un updo violeta. Se había cargado de maquillaje, con múltiples tonos azules de sombra en los ojos, creando un efecto humo, y con un lápiz de ojos con un efecto de Canterlot tradicional.

Definitivamente se había estado arreglando desde esa mañana.

-Te ves muy bien-murmuró Twilight honestamente.

Para haber tenido dos hijos, mantenía muy bien el tipo, y su pelaje era tan brillante como siempre.

Rarity sonrió ante el cumplido, pero hizo un gesto de desdén con la pezuña en el aire.

-¡Oh, para nada, tú sí que te ves como el último día! ¡Lo que daría yo por ser diez años más joven!

Rarity se dio la vuelta y se adentró en la casa.

-Ven conmigo, Twilight, he preparado el almuerzo para las dos.

Twilight siguió a Rarity hacia la cocina, una habitación luminosa debido a los amplios ventanales, adornada con encimeras de mármol impecables, y llenas de aparatos que Twilight sólo podía asumir que eran modernos y muy caros. Una larga mesa de la cocina al final de la misma estaba totalmente cubierta de sándwiches de cuarto y mitad.

-Oh, uauh... no harías tú todo esto ¿no?

Rarity rio de buena gana.

-Oh, Twilight, querida, me halagas…

Se acercó a la mesa e hizo levitar un plato hasta Twilight, quien lo aceptó cuidadosamente mientras observaba los bordes dorados del mismo, lo que la daba a entender que era muy valioso.

-Dicho y hecho. Los encargué en la tienda esta mañana. Esperaba que me diera tiempo para poder limpiar un poco antes de que vinieras, pero me encontré con Rosaline por el camino, una buena clienta mía, y nos pusimos a hablar sobre el vestido que la hice para su cumpleaños del mes pasado. Y una vez que me las arreglé para entrar en la panadería, justamente me crucé con Lemony Gem; su hija está en la misma clase que Jasper, así que tuve que conversar un poco con ella, y entonces el pedido se retrasó y, bueno... al final tuve que mandar a Sweetie Belle en mi lugar, pero todo salió según lo previsto.

-Jasper... es tu hijo ¿no? ¿Blue Jasper?

El potrillo de la foto de Fluttershy regresó a la memoria de Twilight.

-Ah, sí… claro, Sweetie Belle debe habértelo dicho... te lo presentaré, aunque debe de tener a Sweetie Belle ocupada en este momento.

-También tienes una hija ¿no?

Los ojos de Rarity se abrieron de par en par y, por un momento, Twilight temió haber dicho algo inapropiado. La boca de Rarity se inclinó hacia arriba en un intento de sonrisa.

-Oh, sí, la pequeña Moonstone... aún es una potrilla. Supongo que Sweetie Belle también te lo contó…

-Oh, no, en realidad…

-Sé muy bien que adora a sus sobrinos, pero eso no la da ningún derecho a hablar de mi vida personal-resopló Rarity, con los ojos entrecerrados-sobre todo teniendo en cuenta cómo se perfila la suya…

-Fue Fluttershy-la interrumpió Twilight desesperadamente, confundida por la angustia de Rarity pero con la intención de pararlo de todos modos-visité a Fluttershy y tenía una foto de tu hijo en su habitación. Sweetie Belle no me dijo nada.

Rarity se congeló.

-Oh... oh, pues claro, lo siento mucho, Twilight. No he visto a Fluttershy en años. Solíamos escribirnos, pero como ya no puede recibir correo normal y es caro de enviar, nos distanciamos...

Twilight abrió la boca para responder, pero el sonido estridente de una potrilla llorando la interrumpió de golpe. Twilight hizo una mueca y aplanó sus orejas. Rarity suspiró y se levantó.

-Bueno, hablando del rey de Roma... ha estado despierta durante toda la noche, por lo que es probable que todavía esté de mal humor. Voy a ver si puedo calmarla un poco. Disfruta de los sándwiches.

Twilight observó a Rarity salir de la cocina, pero una voz de canto familiar la detuvo en seco.

Llévame a través de campos donde crecen las flores

Era una melodía lenta e irresistiblemente bella. Twilight sonrió mientras el llanto de la potrilla se calmaba casi al instante.

-Tu hermana tiene mucho talento-comentó Twilight.

Abre tus alas y echa a volar

Rarity asintió mecánicamente.

-Sí... ya lo creo que sí…

La experiencia te dice qué camino tomar

Rarity se volvió hacia su amiga, pero su mirada se clavó en otro lugar y su semblante comenzó a oscurecerse.

-¿Estás bien?-preguntó Twilight cuidadosamente.

Para mí siempre serás una potrilla sin par

Rarity asintió de nuevo.

-Sweetie Belle no ha cantado esa canción de cuna en años. La compuso ella misma cuando nació Moonstone...

Tu belleza no se puede ni comparar

Los ojos de Rarity se llenaron de lágrimas.

-Cre… creo que ella la compuso más para mí que para mi hija...

Abre tus alas y echa a volar

-Rarity… ¿es tu hija una pegaso?-inquirió Twilight.

Rarity no levantó la vista.

Plantarás las semillas de tu vida al caminar

-Sí... de hecho, mi bisabuelo era un pegaso...

Era raro, pero no imposible, para dos unicornios tener una descendencia pegaso, siempre y cuando ambos poseyeran genes recesivos. En Canterlot, donde la demografía se componía casi del cien por cien por unicornios, sin embargo, era algo inaudito.

Para mí siempre serás una potrilla sin par

La voz de Sweetie Belle hacía eco por toda la casa. Las lágrimas cayeron de los ojos de Rarity y aterrizaron en su plato. Twilight respiró hondo.

-¿No era tu marido un unicornio?

Fue una pregunta genuina, pero Rarity dejó escapar una mueca, como si hubiera sido atacada.

De todas las penurias de la vida podrás pasar

-Lo es… supongo que Fluttershy te dijo eso también…-declaró Rarity, con una helada mirada.

Abre tus alas y echa a volar

-Así es-afirmó Twilight.

-No puedo culparla... ella...

Por encima de las nubes llegarás a volar, como las estrellas al brillar

-Oh, Sweetie Belle ¿por qué esta canción?

Las lágrimas continuaban cayendo por el rostro de Rarity, hasta que finalmente se levantó.

-Dame un momento.

Salió de la habitación, dejando a una Twilight un tanto confundida y dolida.

-Para mí siempre serás una potrilla sin... ¿Ra… Rarity? Oh, cielo santo, lo siento mucho, yo...

-Déjame ver a mi hija, Sweetie Belle.

La voz de Rarity no era llorosa, sino que se mantuvo firme en todo momento.

Twilight se quedó mirando a la montaña de bocadillos delante de ella, prefiriendo no sacar conclusiones precipitadas. Sweetie Belle había mencionado que Rarity estaba teniendo problemas maritales.

Aunque Twilight no se esperaba que fuera por algo así.

-¿Perdón?

Una joven voz sacó a Twilight abruptamente de sus pensamientos, lo que la hizo saltar. La unicornio lavanda se volvió hacia la voz, encontrándose con un pequeño potro unicornio, de pelaje blanco, el cual le miraba con ojos azules enormes. Los ojos de Rarity.

-Mi tía Sweetie Belle me dijo que podía coger un sándwich...

Twilight le devolvió la mirada, casi como en trance.

-Tú debes de ser Blue Jasper-señaló Twilight.

Su crin era del mismo color azur, como Fancypants, pero aparte de eso, había heredado los rasgos de Rarity. Aún no tenía marca de belleza, Twilight le echó los mismos años de cuando recordaba a Sweetie Belle de pequeña, por lo que era de esperar. Acababa de conocer al hijo de una de sus amigas más cercanas; fue un momento del todo surrealista, y hubiera preferido compartirlo con Rarity.

-Sí, soy yo. Pero puedes llamarme Jasper.

Su acento era ligeramente diferente al de Rarity, pero era el típico de los residentes de Canterlot.

Una sonrisa se extendió lentamente por el rostro de Twilight. Era un potrillo del todo adorable, e incluso el saberlo lo hacía aún más adorable, si cabía.

-Muy bien, Jasper, pues… ¿puedo ayudarte en algo?

-Sí... me gustaría un sándwich, por favor. Me da igual cual, mi tía Sweetie dijo que me gustarían todos.

Twilight alternó su mirada entre el pequeño poni y los sándwiches, sin apenas entender por qué no podía coger uno él mismo; aunque enseguida comprendió que no podía esperar menos del hijo de Rarity. Al punto, hizo levitar un sándwich en el aire, ocurriéndosela algo por el camino; sin dejar de hacer magia en ningún momento, quitó la corteza del pan de molde antes de entregárselo.

El detalle hizo olvidar las formas al potrillo, el cual sonrió abiertamente mientras se sentaba a su lado.

-¿Cómo supiste que no me gustaba la corteza?

Twilight se rio y puso el plato delante de él.

-Sé de cierta famosa diseñadora que tampoco le gustan…

-¡Gracias, señorita Twilight!

Jasper atacó enseguida su comida, y Twilight se sirvió un poco también. El primer bocado fue suficiente para darse cuenta que llevaba margaritas y narcisos. Al parecer Rarity aún recordaba que eran sus favoritas...

Las orejas de Twilight se aplanaron. Todo estaba muy en silencio, hasta ella comió en silencio. Jasper terminó mucho antes que ella.

-¿Señorita Twilight?

La aludida miró a Jasper, la cual se forzó a esbozar una sonrisa.

-Te ves triste.

-Yo... no estoy triste, Jasper, solo...

Perdida. Confundida. Asustada.

-Jasper, ¿puedo hacerte una pregunta?

-¡Claro!-asintió con alegría.

-¿Cómo sabes quién soy? No llegué a presentarme…

Jasper sacudió la cabeza.

-No, pero sé quién eres porque mamá habla mucho de ti. Siempre te pone de ejemplo y dice que tengo que recordar que la magia se debe utilizar con precaución. Aun así no puedo hacer magia aún…

Se levantó y corrió hacia la izquierda, donde la cocina conectaba con una sala de estar.

-¿Quieres venir a ver?

-Está bien.

Twilight se levantó y siguió al potrillo a una pequeña habitación llena de muebles de lujo, una mesa central redonda, y un buen montón de fotografías esparcidas por todo el sitio. Algunos de los cuadros colgados en las paredes eran pinturas abstractas, mucho más apreciables por parte de Rarity que de ella. En otras fotografías, más pequeñas, se podían ver un montón de ponis. Twilight se acercó a una pequeña colección. Vio una fotografía nupcial al aire libre de Rarity y Fancypants, con ésta vestida con un precioso vestido blanco, y una crin adornada con flores y un largo velo de boda. Los dos reían a la cámara, y Twilight sonrió tristemente, llena de pesar por no haber asistido a tal evento.

En estanterías superiores había una foto de los padres de Rarity y Sweetie Belle, y unos cuantos ponis más que Twilight no conocía, aunque supuso que se trataba de la familia de Fancypants. Justo debajo de esas, había dos fotos de bebés. En la de la izquierda Twilight reconoció a Blue Jasper, y en la de la derecha...

La hija de Rarity, allí estaba ella. Una pegaso bebé miraba fijamente a la cámara, mostrando ambos ojos verdes brillantes. Eran mucho más brillantes que los pálidos ojos verdes de Sweetie Belle, a Twilight les recordaba a los de Applejack. El pelaje y sus minúsculas plumas eran de un tono azul muy pálido, y un pequeño mechón de crin violeta, idéntica a la de Rarity, estaba atado con un lazo en la parte superior de su cabeza.

No parecía ser descendiente de dos unicornios de pelaje blanco y de ojos azules...

-¡Señorita Twilight!-la llamó Jasper.

La aludida se separó de la fotografía y se acercó a él. Señalaba a una pequeña mesa situada en una esquina de la habitación.

-Aquí hay más, mira.

Los ojos de Twilight se posaron en una fotografía de ella y Spike frente a la biblioteca. La unicornio lavanda reconoció la imagen inmediatamente, ya que estaba acostumbrada a verla todas las mañanas cuando bajaba las escaleras. Esa fotografía pertenecía a Spike, tenía una pequeña mesa en la biblioteca donde guardaba su colección de fotografías, y ésa era la que tenía en el centro. ¿Qué hacía ahí?

Twilight miró hacia otro lado y vio por encima el resto de fotografías. La misma foto de las seis juntas que Fluttershy tenía en su habitación, también estaba presente. De hecho, toda esa mesa parecía estar enteramente dedicada a ellas.

Había dos fotografías que Twilight no reconoció. En la primera, Rarity se encontraba acostada en una cama de hospital, sonriendo a un potrillo entre sus patas. Rainbow Dash y Fluttershy se encontraban a cada lado de ella, sonriendo al recién llegado.

La segunda foto parecía haber sido tomada en el interior de la casa de alguien. Applejack y Pinkie Pie se encontraban sentadas juntas en un sofá. En las patas delanteras de Applejack descansaba un potrillo envuelto en una manta. En ésta pudo percibir mejor que su pelaje era blanco y su crin azulada. Applejack se veía mucho más saludable respecto a la última vez que la vio, aunque las ojeras daban a entender que no todo estaba tan bien. Pinkie Pie trataba de llamar la atención de Jasper sacando la lengua y poniendo los ojos saltones.

Aunque faltaba alguien. Twilight cerró los ojos y suspiró. Se había perdido la vida entera de Rarity. Su matrimonio, su carrera en auge, el nacimiento de sus hijos... ¿Qué quedaba ahora?

La unicornio lavanda negó con la cabeza. Recordó entonces su conversación con la princesa Luna, por lo menos ahora estaba allí. Aún había tiempo.

-Jasper ¿Quieres otro sándwich?-inquirió entonces.

-¿Puedo?-murmuró el potrillo.

-Claro, no hay problema…

-¿Podrías quitarme las cortezas, por favor?-preguntó entonces, casi saltando de emoción hacia la cocina.

Twilight respondió haciendo levitar un sándwich y retirando la corteza. Jasper la sonrió.

-¡Gracias, señorita Twilight!

-Eh... ahora vuelvo ¿vale?-murmuró ella, mientras se daba la vuelta.

-¡Vale!

Twilight salió de la cocina, esta vez yendo en la misma dirección que Rarity había ido. Dio la vuelta por un largo pasillo con varias puertas a ambos lados. Una de ellas estaba entreabierta.

Twilight la abrió, y dos pares de ojos se centraron en ella. Rarity estaba sentada en una mecedora en el otro extremo de la habitación, abrazando a una potrilla. Miró a Twilight por un momento, y luego desvió la mirada de nuevo hacia su hija. Sweetie Belle estaba de pie en el otro lado de la habitación, mirando tanto a su hermana como a ella. No dijo nada, simplemente hizo un pequeño gesto a Rarity y, a continuación, pasó al lado de Twilight, saliendo de allí.

La unicornio lavanda dio un paso adelante. Rarity no levantó la vista.

-¿Rarity?

La aludida se sorbió un poco.

-Oh, Twilight, ¿qué debes de pensar de mí?

Levantó a su bebé hasta ponerla a su altura, apoyándola en su hombro y llegando a rozarse las mejillas.

Twilight se acercó y sonrió. Rarity la miró con los ojos llenos de lágrimas, bajando a Moonstone en su regazo. Twilight se puso a su lado, llegando a acariciar la mejilla de la pequeña con mucha suavidad. Miró a Rarity por un momento, por si fuera a decirla algo, pero ésta se quedó callada.

-¿Puedo... puedo cogerla?-preguntó Twilight, prácticamente suplicando.

Ambos lo necesitaban más que nunca, y ella lo sabía.

El rostro de Rarity cambió de sombrío a sorprendido.

-¿Quieres… cogerla?

Twilight asintió y extendió un casco. Rarity se movió un poco para poder dársela, la niña se retorció un poco, y aunque estaba lejos de ser una recién nacida, era una pegaso bastante liviana. Twilight no tuvo ningún problema para levantarla; miró a los ojos de la potrilla, sin poder evitar soltar unas lágrimas.

-Hola, dulzura. Yo... soy tu tía Twilight, sé que no he estado por aquí antes, pero... estoy aquí ahora, y voy a asegurarme de que todo va a estar bien para ti. Quiero estar aquí por tu mamá. Quiero estar aquí por mis amigas... sin importar lo que pase, yo seguiré aquí. Todo irá bien, Moonstone, te lo prometo.

Twilight sintió a Rarity estrechándolas entre sus patas, y por unos eternos momentos, ninguna de los dos se movió. Moonstone se acurrucó contra Twilight, la cual la froto la grupa como respuesta, recostando su cabeza contra la de Rarity.

Tan solo esperaba que todas y cada una de sus palabras se hicieran realidad.

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PD. La canción de cuna que canta Sweetie Belle es una adaptación libre de la canción Scarborough Fair, si alguien escucha a Simon y Garfunkel le sonará, probad a cantar los versos con el ritmo de ésta, encajan a la perfección, he intentado que sonaran de forma parecida.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Una década perdida [Slice of life] [Sad]

Notapor Sg91 » 03 Ene 2014, 17:19

Capítulo 9

Crecimiento irreversible


Twilight miró fijamente a la taza de té que Rarity la había preparado. La cuchara de plata giraba lenta y precisamente bajo su control mágico. La risa de Jasper se hacía eco en la habitación de al lado, donde Sweetie Belle jugaba con él. Rarity se había sentado en un sofá de terciopelo rojo, y Twilight hizo lo mismo frente a ella en un sillón a juego. Ambos ponis fijaban la vista en las tazas que tenían entre sus cascos. Moonstone se encontraba tirada en el suelo, jugando con infinidad de peluches repartidos por toda la alfombra. En algún lugar de otra habitación, un reloj contaba los dolorosos segundos mientras pasaban.

Tic, tac, tic, tac

El té era muy dulce, demasiado. A Fluttershy le encantaba el té dulce, y dado que era ella la que más disfrutaba las reuniones del té, las seis se habían acostumbrado a esto. Twilight se preguntó si Rarity lo había hecho a propósito, o tan solo era una mera coincidencia.

Tic, tac, tic, tac

Para ser justos, había sido Rarity quien había iniciado el silencio. Twilight simplemente no era lo suficientemente valiente como para romperlo, tenía tantas preguntas que incluso la daba miedo preguntar. La relación de Rarity con sus otras amigas. El padre de Moonstone. Spike.

Pero por encima de todo, temía hablar de Spike. Había llegado a pensar que Celestia podría saber dónde se encontraba, pero si ni siquiera Luna sabía dónde estaba...

-¡Mamá!

Moonstone levantó un gato de peluche y la sonrió ampliamente, sus brillantes ojos verdes brillaban con gran alegría. Twilight agradeció la interrupción, y observó a la potrilla mientras ésta trataba de llamar la atención de su madre.

-¡Mira!

Rarity la miró con una pequeña mueca.

Moonstone agitó el juguete con un poco más de entusiasmo debido a la falta de atención.

-¡Mamá! ¡Mamá!

-Shh, cariño... Tenemos una invitada-murmuró Rarity sonriéndola.

Levantó a Moonstone del suelo y la sentó a su lado; ésta se soltó del abrazo de su madre y saltó del sofá. Sus pequeñas alas revolotearon por instinto, pero esto no afectó a su altitud. Aterrizó en el suelo y se rio con deleite.

-¿Qué edad tiene, Rarity?

-Su segundo cumpleaños fue la semana pasada. El de Jasper fue hace unas cuatro semanas. Él tiene siete años.

Moonstone trotó de nuevo hasta el sofá y trató de trepar hacia lo más alto, echando sus cascos hacia delante y pataleando al mismo tiempo. Rarity cedió y ayudó Moonstone a subir de nuevo en el sofá. La potrilla se dio la vuelta y saltó del borde, chillando de placer cuando aterrizó en el suelo otra vez.

Twilight asintió lentamente. Los potrillos nacían de forma natural durante los meses de abril y junio, así como las yeguas solían entrar en temporada normalmente a principios de verano; pero la magia moderna podía utilizarse para proporcionar fertilidad en cualquier época del año. Cualquier yegua que quisiera tener un potrillo, ya no tendría que esperar para entrar en temporada; estadísticamente hablando, la mayoría de los potrillos nacidos durante los meses tradicionales, fueran o no planeados, solían ser hijos de ponis que no tenían acceso a la magia de los unicornios. En Canterlot, donde la magia estaba a la orden del día y era altamente accesible, estaba de moda tener un bebé justo en medio del invierno. Incluso Shining Armor tenía una fecha de nacimiento noble desde el principio de enero; había un estigma inevitable relacionado con el tener un bebé durante la estación apropiada.

Twilight lo sabía bien, ya que nació a mediados de mayo y por ello se burlaban de ella sin piedad en la escuela. Encerrarse en sí misma con tal de demostrar que pertenecía al mundo tanto como cualquier otro poni más, fue una respuesta comprensible.

-Veintisiete de abril ¿no?-preguntó Twilight, sólo por asegurarse. Ya tenía una idea de cómo empezar a recibir respuestas sin tener que preguntar directamente.

-Er... creo que sí... espera, calendario, calendario...

Hizo levitar un par de gafas de montura de color púrpura a los ojos, se levantó, y estuvo buscando uno.

-No importa, Rarity. Me lo preguntaba porque Jasper habría nacido un poco antes ¿no?

Rarity jugueteó con sus gafas, pero no se las quitó.

-Oh... bueno, en realidad él…

-¡Mami! ¡Mamiiiii!-exclamó Moonstone, mientras sus diminutas alas zumbaban tratando de subir de nuevo al sofá.

-Oh, Moonstone...

Rarity suspiró y subió a la niña al sofá otra vez. Moonstone trató de zafarse de su madre para saltar de nuevo, pero Rarity reaccionó rápido.

-Creo que ya has tenido suficiente práctica de vuelo por hoy ¿no crees? Además, mamá no está lista aún para enseñarte a volar, eso desde luego.

Rarity rio entre dientes y se volvió a Twilight mientras Moonstone se distraía con el gato de peluche que soltó antes.

-No me puedo creer que ya tenga dos años. ¡Cómo pasa el tiempo!

-Dímelo a mí…-murmuró Twilight, esbozando una pequeña sonrisa.

-Oh, es verdad, lo siento. ¿Quieres que te caliente el té?

-Está bien así, Rarity, gracias.

Twilight volvió a girar la cuchara. Tal vez el tema que estaba tratando de hablar con Rarity era más delicado de lo que había pensado al principio. Sabía que iba a tener que ser más directa, pero las advertencias de Sweetie Belle acerca de ser delicada se repetían en su cabeza. Se mordió el labio, y decidió continuar.

-Es un tanto sorpresivo ¿sabes? El verte con potrillos...

-Oh Twilight, nadie estaba más sorprendido que yo.

Twilight se quedó un tanto chocada por la rapidez de su respuesta, por lo que la tomó unos segundos el volver a responder.

-¿Ah, sí?

-Uy, desde luego... Jasper nació a finales de marzo, así que... bueno, un poco más temprano, como bien señalaste. Estimaron que sería a mediados de abril, ya que eso habría sido algo más lógico, a pesar de que su peso fue normal al nacer. Supongo que pasó muy a principio de temporada y no me di ni cuenta. Habría sido durante nuestra luna de miel… fue muy soleada, quizás eso explicaría por qué ¿no crees?

-Sí, supongo que sí...

Rarity sonrió un poco, mientras peinaba un poco la crin de su hija.

-No tuve síntomas de ningún tipo con Jasper. Salvo por un ansia extraña por comer fresas, supongo que te acordarás de cómo las odio. Pero, por lo demás, simplemente no podía entender por qué estaba ganando tanto peso. No lo supe hasta justo después de la primera mitad del embarazo.

-Vaya… Creo que cuando ya estás tan avanzada... bueno, las opciones son más bien…

-Pues sí… era tan joven, Twilight, tenía toda una carrea por delante. Fancy realmente quería tener el bebé, ya que era mayor que yo, y no había llegado a tener hijos en su anterior matrimonio. Me sentía atrapada, pero al mismo tiempo... simplemente sentí que era lo correcto ¿entiendes?

-Por supuesto, Rarity, no voy a juzgarte, estaba ausente, ya sabes… Sólo tengo curiosidad, eso es todo.

-Lo sé, Twilight. Ni siquiera puedo imaginar lo que debes de estar pasando ahora mismo. Me gustaría ayudar de cualquier manera posible.

Twilight tan solo sonrió; eso era exactamente lo que quería oír. Por un momento dirigió su mirada hacia la mesita con las fotos y cogió una con su magia, pasándosela a Rarity. La foto que Twilight había elegido era la de Rarity con Blue Jasper recién nacido. Fluttershy y Rainbow Dash miraban alegremente desde ambos lados de la cama.

Rarity se ajustó las gafas y miró la foto.

-Esta es... bueno, supongo que la colección de fotografías te habrá llamado la atención.

-En realidad fue Jasper el que me las mostró.

-Ah...bueno, no me sorprende. Lo único con lo que podría asociarte son estas fotos y las advertencias sobre el uso de la magia... aunque supongo que voy a tener que volver a hablar con él sobre eso otra vez.

-Sí, bueno, con que omitas la parte en la que muero, vale. Tan solo tienes que añadir cuando la pifié con el hechizo... y varias cosas más, también.

-No digas eso. Ahora, en cuanto a la foto... esta soy yo una hora después de haber dado a luz. Estoy hecha un desastre ¿verdad?

-¿De veras? Pero entonces, espera, ¿dónde estaban Rainbow Dash y Fluttershy cuando estuviste de parto?

Rarity dudó por un momento, pero luego miró a Twilight y sonrió al ver su expresión de desconcierto.

-Fue culpa de Rainbow por lo que me puse de parto en primer lugar.

-¿Qué? ¿Y cómo pasó?-inquirió ella, llena de curiosidad.

-Oh, una discusión sobre cosas tontas acabó conmigo rompiendo aguas. Debí suponer que acabaría pasando cuando la invité. Hablamos de Rainbow Dash, ya sabes cómo es… muy descarada.

-Sí, desde luego. Seguro que no supo ni cómo manejar la situación…-rio Twilight, divertida.

-De hecho, se desmayó en la sala de parto.

-Oh ¿qué dices? ¿¡En serio!?

-¡En serio!

Los dos ponis se rieron juntos, incluso Moonstone sonrió con curiosidad mirando a las dos adultas.

-Oh, es una muy buena historia, aunque un poco larga. En otro momento te la cuento.

-Está bien.

Twilight sonrió, pero luego se reorientó a sí misma.

-Por cierto, ¿tú y Rainbow aún seguís en contacto?

La expresión de Rarity cambió de golpe y aplanó sus orejas. Twilight trató de hablar, pero Rarity la cortó.

-Sabía que me ibas a preguntar eso... yo... No, no, tienes derecho a saber todo lo que ha pasado, Twilight.

Twilight quiso por un momento poder reprender a Rarity con educación para que su amiga no tuviese que auto inculparse de esa forma. La necesidad de información sobrepasaba sus sentimientos.

-Odio tener que preguntarte esto, Rarity, pero ¿podrías empezar desde el principio?

-Por supuesto... ¿sabes mucho ya?

Twilight negó con la cabeza antes de contestar.

-Sé que te fuiste Ponyville en algún momento… y sé que te llevaste a Spike contigo.

Rarity cerró los ojos y asintió.

-¿Fluttershy te dijo eso?

-No, vi la foto en la mesita, sé que era suya.

Rarity miró por encima de la pequeña mesa.

-Eso es verdad. La trajo a Canterlot con él.

-¿Rarity?

La unicornio blanca por fin volvió la cabeza para encontrarse con la mirada de Twilight. Las lágrimas ya estaban empezando a llenar sus ojos. Twilight hizo una mueca, pero continuó.

-Tengo que darte las gracias por cuidar de Spike cuando desaparecí. Me imagino que estaría muy nervioso, yo... me siento tan, tan culpable por haberle abandonado... yo era como su... hermana mayor, mejor amiga... como una madre para él. Yo era su única familia. Y lo abandoné. No tienes ni idea de lo culpable que me siento, Rarity, él…

-Mamá ¿Por qué estás llorando?-inquirió en ese momento Moonstone.

Rarity apresuradamente se secó los ojos y abrazó a su hija.

-¿Qué por qué estoy llorando, cariño? Oh, mamá no llora... ¿por qué no vas a jugar con la tía Sweetie Belle? ¡Sweetie Belle! ¿Podrías llevarte a Moonstone contigo, por favor?

-¡Pero yo no quiero jugar con ella!-gimió entonces Jasper.

La frente de Rarity se frunció antes de contestar.

-¡Blue Jasper, compórtate a no ser que quieras quedarte sin postre esta noche!

-¡Sí, mamá! ¡Lo que tú digas!

Se oyeron varios pasos de cascos sonando cerca, hasta que Sweetie Belle asomó la cabeza por el marco de la puerta. Sus orejas se aplanaron al ver las expresiones de Rarity y Twilight.

-Um... sí, claro. ¡Venga, Moo, vamos a jugar con tu hermano!

Moonstone se apresuró a saltar del sofá y seguir a Sweetie, riendo en éxtasis mientras lo hacía.

-No la llames así. La hace sonar como una vaca-suspiró Rarity.

Sweetie Belle sonrió y cogió a Moonstone.

-¡Oh, yo creo que suena bien!

-Es mejor que Louie-añadió Jasper desde la habitación de al lado.

-Bueno, yo ya tengo un Jazzy en mi vida, y Celestia sabe que no puedo llamarte por tus iniciales-comentó Sweetie, sonriendo.

-¡Sweetie Belle!-masculló Rarity, enrojeciendo de golpe.

La aludida dio media vuelta, con su hija a cuestas.

-¡Yo sólo comento!

-No lo entiendo-murmuró Jasper.

Rarity resopló y se volvió de nuevo a Twilight.

-Perdona la interrupción, Twilight. Moonstone empieza a ser muy perceptiva, tengo que estar atenta…

-No pasa nada... al menos tienes a Sweetie Belle para que les eche un ojo.

-Oh, desde luego, de hecho la pago por cuidar de los niños. Ha estado teniendo problemas para encontrar trabajo, y cuando Fancy está fuera de la ciudad me viene de perlas-explicó Rarity rápidamente.

-¿Podemos volver a donde lo dejamos, por favor?

-Ay, sí, claro. Eh… ¿dónde estábamos?

-Spike ¿qué pasó con Spike?-dijo Twilight.

-Pues que creció, Twilight. Al igual que la última vez... excepto que, a pesar de mis esfuerzos, no pude detenerlo. Fue culpa mía, Twilight. Era consciente de sus sentimientos hacia mí, pero tienes que entender que... nunca hubiera sido capaz de devolver esos sentimientos.

-Se molestó por tu matrimonio...-dedujo Twilight, casi afirmando.

-Spike se fue antes de eso...

Rarity se cubrió la cara con las dos pezuñas y gimió suavemente.

-Por favor, perdóname... estaba inconsolable. Se sentía como si ya no perteneciera aquí, y si ni siquiera yo pude cambiar eso, nadie más pudo hacerlo. Por favor, por favor, perdóname... yo… yo...

-La princesa Celestia… la princesa Celestia nunca dejaría tirado a Spike así… ¡No es justo!

Rarity negó con la cabeza.

-La consulté, de hecho pensó que era lo mejor. Incluso si él hubiera sido capaz de volver a abrir su corazón y convertirse en lo más parecido a un asistente para mí o cualquier otro poni, sintió que sería cruel someterle aún más a la misma angustia cuando ese poni muriese. Fue curioso que sólo pensara en eso después de que tú murier… digo, viajaras por el tiempo. Incluso pensó que tal vez no fue prudente haberte dado su huevo desde el principio, aunque créeme cuanto te digo que me siento muy mal diciendo esto, porque era una cosita tan dulce...

Twilight miró boquiabierta a Rarity por unos momentos. Por supuesto, los dragones tenían esperanzas de vida excepcionalmente largas. Twilight se iba a convertir en un alicornio; y por lo que ella sabía, en un ser inmortal. ¿Por cuánto tiempo había estado planeando Celestia su destino?

-¿Sabes dónde está?-inquirió Twilight.

Rarity vaciló, pero luego asintió lentamente.

-Está con otros de su propia especie... según Celestia, los dragones viven en algún lugar al sur de Ecuestria.

-¿Nunca has ido a verlo?

Rarity desvió la mirada y se detuvo durante unos instantes. Twilight se quedó callada, temerosa de seguir preguntando. Por último, con los ojos apartados de Twilight, Rarity continuó.

-Me gustaría no tener que ser yo la que te diga esto; lo siento mucho. Ya no es Spike, Twilight. Es un monstruo.

El aliento en el pecho de Twilight se desinfló, y sólo pudo susurrar una sola palabra.

-No...

Cuando los dragones dejan de envejecer a una velocidad normal, conservan gran parte de su inteligencia; eso, junto con sus largas vidas, los hacían de las criaturas más sabias conocidas por los ponis. Ese rápido crecimiento era un mecanismo de defensa ante el estrés y la desesperación. Un último recurso para salvar el cuerpo, a costa de la mente...

-¡No! ¡No, por favor, Spike no, por favor!-gritó Twilight.

Se estremeció, sintiéndose mareada. Su mente se negaba a aceptar lo que la decían.

-¡No! ¡No, debe haber una forma de revertirlo! ¡Al igual que la última vez! ¡Tiene que haberla!

Nuevas lágrimas corrían por el rostro de Rarity, la cual no se atrevía a moverse.

-Twilight, estas circunstancias eran muy diferentes a las de su primer arrebato de codicia infantil. Estaba sufriendo lo indecible…

Twilight se levantó de repente, pero otro fuerte mareo la hizo caer al suelo.

-Spike... Yo… yo...

Rarity se sentó junto a ella, varias lágrimas silenciosas corrían por su rostro mientras trataba de consolar a Twilight acariciándola el lomo.

-Twilight, lo siento tantísimo…

Twilight no podía hablar. La dolía el estómago. Incluso contuvo las ganas de vomitar.

El Spike que ella conocía estaba muerto. Su rota inocencia torturó su mente hasta el punto de que su cuerpo se vio obligado a cambiar para que, de esa forma, se pudiera compensar la pérdida mental y garantizar así su supervivencia.

-Yo no... nunca pensé...

Pero sin embargo lo hizo. Lo hizo ella misma. Mató a su mejor amigo, su asistente, su hijo. Twilight apretó los dientes mientras las lágrimas caían de sus ojos al suelo, dejando escapar un grito de angustia.

-¡Spike, lo siento tanto!

Rarity abrazó con todas sus fuerzas a Twilight, mientras que ésta se hizo un ovillo entre sus patas y lloró. La unicornio lavanda se sentía como una idiota por creer que podía arreglarlo todo. Spike estaba ya muerto, después de todo.

No lo vería nunca más. Nunca podría hablar con él. Nunca podría decirle adiós por última vez o pedirle disculpas por su despedida apresurada antes de irse a Canterlot. Todo lo que le dejó fueron indicaciones escritas apresuradamente para que limpiara la biblioteca. ¡Qué terrible último adiós!

Era un total fracaso.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Sg91
Griffon
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