Armonia [Oscuro][Aventura][Tragedia] terminado capitulo 9
Publicado: 09 Mar 2014, 21:25
por kolbjorn
Hola, Aqui de nuevo con la siguiente entrega de mis historias. espero que les agrade.
Si quieren empezar a leer desde el principio toda la serie de fics pueden empezar por aqui:
viewtopic.php?f=11&t=3842
Recuerdos... Los mismos sucesos, dos historias que quiza sean diferentes. ¿Como recuerdan las ahora princesas de Equestria los sucesos que las llevaron a enfrentarse a Discord?
Capitulo 1
Capitulo 2: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=156433#p156981
Capitulo 3: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=157669#p157669
Capitulo 4: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=158319#p158319
Capitulo 5: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=159070#p159070
Capitulo 6: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=159735#p159735
Capitulo 7: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=160279#p160279
Capitulo 8: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=160901#p160901
Capitulo 9: viewtopic.php?f=11&t=3874&start=30#p161606
Si quieren empezar a leer desde el principio toda la serie de fics pueden empezar por aqui:
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Armonia
Recuerdos... Los mismos sucesos, dos historias que quiza sean diferentes. ¿Como recuerdan las ahora princesas de Equestria los sucesos que las llevaron a enfrentarse a Discord?
Capitulo 1
Spoiler:
Luz.- Parte Uno.
Recuerdos…
Todo lo que somos, todo lo que hacemos, todo es dictado por los recuerdos, nuestro pasado es un mapa a nuestro futuro.
Recuerdo sin ningún problema mis primeros días, corriendo por los interminables campos de flores bajo la cálida mirada de mi madre o la firme mirada de mi padre. Recuerdo el día en que mi hermanita llegó a mi vida, era tan hermosa, tan pequeña, juré que nunca me separaría de ella.
Recuerdo nuestros juegos, nuestras travesuras, el continuo transcurrir del tiempo sin preocupaciones y tristezas, el cariño mutuo que sentíamos la una por la otra. Jamás en mi vida he sido más feliz, porque en ese entonces mi felicidad no se veía empañada por la incertidumbre del futuro.
Recuerdo cuando conocí otra emoción, diferente de la curiosidad, felicidad o aburrimiento que hasta entonces habían llenado mi vida.
Fue el día en el que conocí el miedo, en que conocí la desesperación, en el que lo conocí a Él.
Todo empezó cuando mi hermanita y yo estábamos colocándonos flores en nuestra crin bajo un árbol, durante todo el día nuestros padres habían estado más ausentes y serios que de costumbre, también habíamos visto a sus tres compañeros más activos de lo usual.
En algún punto mi madre vino hacia nosotras, su cuerno brilló y ante nuestros ojos apareció un pequeño palacio el cual nos señaló.
-Celestia, Luna, entren ahí. encontraran muchos juguetes para que se diviertan, lo importante es que no salgan hasta que alguno de nosotros regrese, ¿de acuerdo?
Luna y yo obedecimos, por lo menos yo lo hice inicialmente, pero como de costumbre mi curiosidad me venció. Caminé hacia una de las grandes ventanas de la torre más alta, torre que en cierta forma aun es nuestro refugio cuando nos sentimos tristes o inseguras. Caminé, dejando atrás la nebulosa congelada que era el suelo y las innumerables columnas blancas. Luna dejó de jugar con una pelota que brillaba como una constelación y me miró preocupada.
-Tia, madre nos dijo que no abandonáramos este lugar, ¿piensas desobedecerla?
Recuerdo cada detalle, sé que es inútil revisar el pasado y decir “si yo hubiera”, pero no puedo evitarlo. ¿Todo lo que ha sucedido desde entonces hubiera cambiado si por una vez hubiera obedecido las órdenes de nuestros padres? Me volví y le sonreí a mi hermanita.
-Vamos Lu, te apuesto que será divertido. Seguramente están planeando alguna sorpresa, como cuando nos regalaron el sol y la luna.
Tonta de mí, creer que las dos grandes responsabilidades que nuestros padres nos dieron eran simples juguetes, pero en ese entonces era solo una potrilla y mi inocencia me llevaba a cometer muchos errores.
Y ese día cometí uno de los más grandes y arrastré a mi hermanita conmigo. Pobre Luna, debí de haberte hecho caso, debimos quedarnos ahí, pero como de costumbre tu pagaste por mi falta de previsión y mi exceso de optimismo, debería de escucharte más seguido.
Abandonamos la torre y volamos tratando de pasar desapercibidas, lo único que sabía era que nuestros padres se encontraban fuera del lugar donde normalmente habitábamos. Estaban en ese lugar frio y oscuro que se encuentra entre nuestro hogar y el de los mortales, donde el calor del sol y la luz de la luna apenas se sienten.
Entonces lo escuchamos, el rugido, la ira, la locura, la destrucción. Me llené de tanto miedo que no pude moverme, Luna comenzó a llorar y la abracé, luché por contener mis propias lágrimas, por ser fuerte para ella pero no pude.
Repentinamente lo vimos y todo empeoró, nunca he sabido exactamente que es, en algún momento alguien concibió una palabra para clasificarlo pero se queda corta, ¿Cómo definir toda la locura, la distorsión, el caos en una sola palabra? En ese entonces él era grande, enorme como una montaña, lanzaba fuego por la boca y los ojos, un fuego perverso y corrupto.
Cierro los ojos y aun lo veo claramente, el cuerpo sinuoso y retorcido, las alas enormes, los cuernos, uno ondulado y el otro ramificado, los colmillos desiguales, los ojos desorbitados y la risa, esa horrible risa que en ese momento estaba acompañada de rugidos de furia.
El monstruo, el demonio, el horrible ser se dirigía a toda velocidad contra la obra de mis padres y sus compañeros. Solo había alguien que se oponía. Mi padre, Imperator Stellarum, se encontraba enfrente de él, sus cuatro alas de fuego negro desplegadas, su cuerno refulgente de magia, la luz roja de sus ojos resplandeciendo e iluminando su cuerpo oscuro salpicado de estrellas, manteniéndose firme en contra de ese horrible monstruo.
La criatura se detuvo, estábamos demasiado lejos como para poder oír lo que se dijeron, pero el monstruo chasqueó sus dedos y una cantidad imposible de rocas aparecieron, tan grandes como montañas y envueltas en fuego. El cuerno de mi padre brilló y una esfera de oscuridad apareció en la punta de este, las montañas de fuego fueron absorbidas y disueltas inmediatamente.
El monstruo volvió a reír, aplastó la esfera que mi padre creó entre sus garras y comenzó a conjurar una propia. En ese momento algo pasó a nuestro lado, removiendo nuestras crines. Eran dos de los compañeros de mis padres, Enlil el dorado, señor de los vientos y Zmeu el incinerador, señor del fuego.
Se acercaron rápidamente, Enlil, padre de los grifos, se detuvo y extendió sus dos alas que se convirtieron en ocho, también se detuvo Zmeu, el padre de los dragones, y el fuego que siempre ardía en la espalda de su cuerpo, similar al hierro fundido y la lava, se consumió mientras tomaba aire por su boca. Las ráfagas de viento y fuego más potentes que he visto en toda mi existencia impactaron contra el demonio con tal fuerza que a pesar de la distancia Luna y yo sentimos el calor y la potencia de los vientos nos arrastró
Gritamos y abracé a Luna más fuerte, tratando de proteger su cabeza con mis brazos y apretándola contra mi pecho. Cuando pude abrir de nuevo los ojos la escena me desconcertó y paralizó aun más. Los dos seres que lo acaban de atacar estaban inmóviles en frente de él, la bestia solo sonrió y movió un dedo, solo eso bastó para arrojarlos lejos.
Entonces hubo de nuevo el sonido de un terrible impacto, la criatura rugió de dolor y miró hacia atrás. Unida a su espalda había una larga cadena hecha de luz que lo ataba al hogar de los mortales. Mi madre, Mater Luminis, con sus cuatro alas, su cuerpo de mármol y su crin hecha de luz tornasol se encontraba acompañada por Pte Ska Win, la señora de la fertilidad, la blanca madre de los búfalos. La cadena comenzó a tirar del monstruo, arrastrándolo lentamente.
De nuevo gritos de ira y dolor, me aseguré de que Luna no pudiera ver lo que estaba sucediendo y traté de cubrirle lo mejor posible los oídos, el demonio gritó y luchó con tal fuerza, era tanta su desesperación, que se rasgaba su propia carne y arrancaba su propia piel. Los cinco creadores del mundo se le acercaron y descargaron toda su furia contra él, pero aun así no fue suficiente. Finalmente mis padres se adelantaron y uniendo sus cuernos y sus esencias lanzaron el último ataque.
La abominación perdió la poca fuerza que le quedaba y fue arrastrada violentamente, su grito de miedo, ira y dolor fue tan fuerte que lastimó nuestros oídos y ambas comenzamos a llorar de nuevo. Apreté fuertemente a Luna y cerré los ojos mientras todo se sacudía al compás del horrible sonido. El grito cesó aunque aun retumbaba en mis oídos y en mi mente y continué con los ojos cerrados que hasta las suaves y gentiles alas de nuestra madre me tocaron.
Tiempo después mi madre se encontraba recostada en los interminables campos de flores, cobijando a una aun temerosa Luna entre sus alas. Como deseaba encontrarme junto a ellas, arrullada por la dulce voz de mi querida madre, pero eso no podía ser, yo me encontraba a una distancia considerable, enfrentando la dura ira de mi padre.
-Celestia, desobedeciste de nuevo.
-Lo siento pa…
Golpeó el suelo con su pezuña y sus ojos se encendieron de nuevo.
-¡Esto no se soluciona con un “lo siento” Celestia! Desobedeciste una orden directa de tu madre y te pusiste a ti misma y a tu hermana en peligro.
No pude responder y retrocedí con lágrimas en mis ojos. Mi padre se mantuvo en el mismo lugar y continúo hablando.
-Ese palacio que su madre creó para ustedes no solo era un lugar de juegos. En caso de que Discord nos hubiera derrotado las llevaría a ustedes a un lugar seguro. Ahí tú y tu hermana, con la ayuda de los descendientes de los otros creadores hubieran continuado nuestra obra.
Pude hablar entre sollozos.
-Padre, yo no lo sabía.
A pesar de mi llanto mi padre continuaba inmutable.
-Aun así Celestia, pusiste tu vida y la de Luna en juego. Me duele, pero tendré que castigarte.
Levanté rápidamente mi vista, era la primera vez en mi vida que recibiría un castigo por mis travesuras en lugar del regaño acostumbrado.
-¿Castigarme?, ¡pero padre!, ¿Por qué?, ¿ya no me quieres?
Mi padre suspiró.
-Jamás dejaré de amarte Celestia, pero tus acciones merecen un castigo, las emociones y sentimientos jamás deben de interferir en la justa retribución por las acciones cometidas, ¿entiendes lo que te digo Celestia?
Asentí mientras luchaba por contener el llanto.
-Si padre, lo comprendo.
Ahora el castigo me parece un poco infantil y suave para el hecho de haber puesto en tan grave peligro nuestras vidas, pero por ser una potrilla y ser la primera vez en esos días me pareció algo realmente terrible. Mi padre creó una habitación para mi, por un largo tiempo no se me permitió salir ni jugar de ningún modo, ni siquiera ver a mi querida hermanita o a mi madre, lo único que hacía era esperar y practicar la magia bajo la estricta supervisión de mi padre.
Recuerdo que mucho tiempo después, cuando ya había unos cuantos mechones de colores en mi hasta entonces rosada crin, mi madre llegó a mi lado y me llevó de nuevo al vacio entre los mundos, ahí me mostró por primera vez de cerca al sol y la morada de los mortales. Me sonrió y me señaló la impresionante esfera de luz y fuego.
-Celestia, como tú bien sabes este es el sol, lo que quizá no sabes es que tu destino y el suyo están entrelazados y son inseparables, ya que tu naciste el día en que lo creé. Lo que definitivamente no sabes es que tan importante es el sol.
No entendía muy bien las palabras de mi madre.
-¿Importante?
Me sonrió de nuevo y me cubrió con su ala.
-Si mi querida niña, ¿puedes sentir su calor?, ¿puedes ver su luz?, ese calor y esa luz alimentan a las plantas del mundo, quienes a su vez alimentan a los animales y en su debido momento esas plantas y esos animales alimentaran a los seres para quienes creamos todo esto.
-Tú puedes mover el sol querida, como lo he hecho yo hasta el día de hoy. Más que eso tú debes asegurarte que el sol siga su ruta normal y planeada para que su luz y su calor lleguen a los rincones del mundo según sea necesario.
-Cuando nuestras amadas creaciones despierten entre ellas habrá un pequeño grupo que tomará control del sol, sin embargo eso no significará que tu deber haya terminado. En caso de algún imprevisto y que estos seres no puedan cumplir con esta misión tu deber será ayudarlos y asegurarte que el balance no se rompa. ¿Entendiste?
Miré de nuevo al sol, bajo una nueva luz. No era un juguete, era una parte importante del mundo y mis padres me habían confiado esa enorme responsabilidad. Me sentí un poco abrumada pero también emocionada y honrada, mi madre consideraba que ya estaba lista para tomar un asunto tan importante y delicado entre mis pezuñas.
-Entiendo madre, no te decepcionare.
Ese mismo día, al regresar mi madre y yo a nuestro hogar noté que Luna y mi padre también habían estado lejos. Luna mostraba un rostro serio y con dudas, la luna era ahora su responsabilidad, así como asegurarse de que nada perturbara las horas de descanso del mundo. Traté de animarla pero no resultó, sin embargo a los pocos días recuperó la alegría.
Recuerdo que me tomó algo de tiempo, pero eventualmente se volvió algo tan natural como respirar y memoricé todas las pequeñas variaciones de la órbita correspondientes a las épocas del año. Sin embargo durante ese periodo algo sucedió, mi padre y Zmeu discutieron fuertemente, estuvieron a punto de enfrentarse pero mi madre y Pte Ska Win intervinieron, Zmeu abandonó las regiones que hasta entonces habíamos compartido y se asentó en el mar de fuego eterno, cerca de los límites del universo en equilibrio.
Sin embargo olvidé todo esto rápidamente, porque poco tiempo después ocurrió uno de los acontecimientos más felices en mi vida. Un día, cuando me aseguraba que el sol siguiera su ruta, sentí algo a través de él. Había primero una pequeña conciencia, diferente a la mía, que tanteaba el sol con curiosidad, rápidamente se le unieron unas cuantas más. Eran ellos, las amadas creaciones de mis padres, los que tomarían control del sol y a quienes debería de ayudar en caso de que fuera necesario, los ponies.
En un principio sentí que estaban un poco intranquilos y dudaban, así que a través del sol hable con ellos, utilizando palabras que sus mentes no entendían pero si sus almas y sus corazones. Les enseñé, los guie de la misma forma en que lo hizo mi madre y al poco tiempo ellos, siempre en conjunto, pudieron mover el sol.
Durante ese periodo no pasó mucho, excepto una ocasión en que Luna se alejó de nosotros acompañada de Pte Ska Win, poco antes de que un cometa rojo se acercara y chocara con el hogar de los mortales. Si en ese entonces hubiera sabido que era ese cometa rojo hubiera hecho algo mas al respecto, pero Luna guardó el secretó de lo que sucedió.
Luego mis recuerdos se volvieron sombríos, algo sucedió, ya no sentía la conexión de las creaciones de mis padres con el sol, me asomé al mundo y vi una gran porción cubierta de nubes rojas y oscuras que se expandía rápidamente. Luna se acercó a mí y me confirmo que ellos también habían perdido la conexión con la luna.
Las dos nos acercamos a nuestros padres, pero solo nos pidieron que retomáramos nuestra labor y dejáramos esa región del mundo en tinieblas. Pero nosotras aun los podíamos escuchar, no solo a los que podían mover el sol y la luna, había otros dos grupos, uno fuerte y resistente, el otro ligero y ágil. Todos ellos tenían miedo, no sabían lo que pasaba, había algo oscuro que se movía en el mundo. Y nuestros padres no hacían nada al respecto.
Recuerdo la desesperación, el enojo, la duda. No entendía porque si mis padres y sus compañeros habían creado ese lugar para esos seres indefensos y ahora los abandonaban. Luna se sentía igual y a diferencia de lo que hacía siempre ahora externaba abiertamente sus emociones.
A pesar de esto el tiempo pasó, Luna y yo hubiéramos tomado la iniciativa, hubiéramos descendido al mundo a ayudar a los ponies, pero nuestros padres no nos lo permitían. No entendía porque no hacían nada al respecto, con el lento paso de los días pude notar que ellos también estaban cada vez más nerviosos, más impacientes, las nubes rojinegras se extendían por el mundo, la desesperación era mayor, Luna y yo sentíamos cada vez menos esperanza en los corazones de esos indefensos seres.
Finalmente, quinientos años después de que el mal surgió en el mundo, mis padres, sus compañeros y los descendientes de ellos se reunieron. Ahí estaban Enlil con sus cuatro hijos mayores y sus cuatro hijos menores, responsables de los ocho vientos que soplan por el mundo. Pte Ska Win estaba acompañada por sus cuatro hijos, guardianes de las estaciones. El único ausente era Zmeu, que desde su discusión con mi padre no había regresado.
Nosotras y los descendientes de los otros creadores nos encontrábamos lejos de los cuatro, mientras hablaban. Finalmente nos llamaron y mi padre pronunció las palabras que me llenaron de miedo inicialmente.
-Discord ha escapado de su prisión, él es el responsable de todos los disturbios del mundo.
Todos guardamos silencio, Luna comenzó a respirar agitadamente, yo miraba hacia el suelo tratando inútilmente de alejar las imágenes que invadían mi mente. Sin embargo una voz nos sacó a todos de nuestros pensamientos.
-¿Cómo es esa frase que utilizan los mortales?, oh si, ‘No me gusta decir se los dije, pero se los dije.’
Zmeu había regresado, pero no estaba solo, junto a él venían otros dos seres que nunca habíamos visto. Uno era como un dragón rojo de la cintura para arriba, no tenia patas traseras y reptaba sobre una enorme y gruesa cola, aproximadamente a las dos terceras partes de su longitud la cola se dividía en decenas de largos cuellos terminados en pequeñas cabezas de dragón y de serpiente.
El otro ser era una enorme serpiente verde de largos colmillos que sobresalían de su boca, sin embargo su espalda estaba totalmente cubierta de plumas multicolor y tenía un enorme par de alas.
Zmeu se sentó en su lugar, con los dos seres atrás de él, notó la mirada de todos los presentes y sonrió.
-Mis hijos, Tifón y Quetzalcóatl. ¿Qué es lo que sucede?, ¿no tomaron precauciones como se los dije?, ¿Qué no recuerdan que no hay nada seguro cuando se trata de él?
Mi padre negó con la cabeza y se dirigió a todos los presentes.
-No tiene sentido lamentarse por lo que no hicimos. Hemos esperado demasiado tiempo y es más que obvio que a pesar de que Discord ha perdido casi todo su poder los mortales no pueden hacer nada en su contra.
-Lamentablemente nosotros mismos creamos una barrera para que no pudiéramos interferir directamente en el mundo ni en la vida de los mortales. Tenemos que decidir qué hacer.
Zmeu sonrió y señaló a uno de sus hijos, el más similar a un dragón.
-Nos limitamos a nosotros mismos, pero nuestros hijos si pueden entrar. Tifón bajará y reunirá a los dragones bajo su mando. Libraran una guerra sagrada a sangre y fuego contra Discord.
Todos nos miramos nerviosos, yo clavé los ojos en el hijo de Zmeu, pude ver solo ira, deseo de destrucción y arrogancia. El no ayudaría a los mortales, el solo buscaría satisfacer su sed de gloria. No pensaba dejar que eso sucediera.
-No. No podemos dejarlo ir, no es el indicado.
Todos se me quedaron mirando ante mi atrevimiento, ante la increíble falta de habar fuera de lugar, de dirigirme así directamente a los creadores y específicamente contradiciendo las palabras de uno de ellos.
El silencio que siguió fue incomodo y largo, finalmente la voz siempre suave y llena de sabiduría de Pte Ska Win lo rompió.
-La doncella del sol tiene razón. Si buscamos oponernos al caos y la destrucción de Discord no podemos hacerlo con más caos y destrucción. Debemos de enfrentarlo con lo opuesto a su naturaleza para lograr restaurar el equilibrio. Y de entre todos aquellos que pueden descender al mundo las pequeñas Celestia y Luna son quienes mejor cumplen con esa cualidad.
De nuevo todos guardaron silencio, yo miré primero a Luna y luego a mis padres, los tres estaban preocupados por las implicaciones de las palabras que acababan de ser pronunciadas, sabía que mi rostro reflejaba lo mismo. Ahora fue Zmeu quien interrumpió nuestras meditaciones.
-Creo que es buena idea, tiene sentido de hecho. Si, lo mejor para detenerlo es utilizar lo opuesto a él, claro, en caso de que las potrillas estén de acuerdo.
Tifón lo miró sorprendido y pude notar que trataba de hablar pero no encontraba palabras, por su parte Zmeu me miró sonriente, evaluándome. Sentí como sus ojos de fuego entraban a lo más profundo de mi alma y que no podía ocultarle nada. Sé que él veía el miedo que me provocaba Discord, los recuerdos que en esos momentos no dejaban de atormentarme, pero junto a todo eso yo también tenía la resolución, el deseo de terminar con el sufrimiento de los mortales.
-¡Lo haré!
Zmeu volvió su vista a Luna y le sonrió de la misma manera.
-¿Y tu pequeña?, ¿tienes el mismo fuego que tu hermana?
Luna permaneció en silencio, traté de darle ánimos colocando una pezuña en su espalda pero se removió inquieta. La sonrisa de Zmeu se volvió más grande y el brillo en sus ojos aumentó a medida que le hablaba a luna.
-¿Y bien pequeña?, ¿acaso tienes miedo?, ¿solo tu hermana tiene esa fuerza de voluntad?
Luna sacudió la cabeza y habló con una voz que contradecía su tamaño.
-¡Yo iré también!, ¡no soy menos valiente o poderosa que Celestia!
El padre de los dragones asintió y nos miró a ambas.
-Que así sea entonces, pero sepan esto: si en un año no derrotan a Discord entonces Tifón descenderá y lo detendrá de una forma u otra.
Miré a Zmeu directamente a los ojos y le sostuve la mirada, Luna se colocó a mi lado y se recargó en mí.
-No será necesario- le dije.
-Nosotras lo derrotaremos- terminó Luna.
Zmeu asintió, jamás en mi vida me había sentido con tanto orgullo, sentía que en cierta forma había vencido a uno de los seres más poderosos de la creación y no pude evitar sonreír. Era la única que lo hacía, todos los demás presentes tenían una expresión seria, excepto Luna, que parecía un poco asustada, y Tifón, que me miraba con ira.
Una vez que esto fue decidido nuestros padres se acercaron a nosotras. Mi padre fue el primero en hablar.
-No estoy de acuerdo con esto, pero lamentablemente es la mejor solución disponible. Tengan presente que aunque Discord yo no es nada comparado con su anterior ser aun sigue siendo el caos encarnado, el puede hacer lo que quiera, no se confíen, no den nada por seguro.
Mi madre nos abrazó a ambas con sus alas.
-Sabemos que tienen la fuerza para derrotarlo, recuerden que son hermanas y que unidas son más fuertes que nada en todo este mundo. Busquen dentro de ustedes mismas y encontraran esa fuerza de la que les hablo.
Nuestro padre nos miró una última vez.
-Una cosa más, su misión es derrotar a Discord. En cuanto lo logren deberán regresar y permitir que los ponies y las demás razas mortales continúen con sus caminos. No deben de interferir directamente con sus vidas excepto cuando sea necesario para cumplir con su misión.
Luna y yo asentimos, los abrazamos una última vez y comenzamos nuestro viaje. Luna permaneció seria todo el tiempo, mirando directamente hacia el frente. Finalmente llegamos a la morada de los mortales. Lo observamos durante bastante tiempo, las nubes del caos retorciéndose y extendiéndose. Localizamos el centro de toda la activad, y aunque no podíamos ver la superficie sabíamos que Discord se encontraba ahí abajo. Miré a Luna, que respiraba agitada y nerviosa.
-¿Lista?
Le tomó un poco de tiempo responder, pero finalmente lo hizo.
-Si, hermana.
Me lancé en picada, las estrellas pasaron junto a mí a gran velocidad, hubo un pequeño espacio vacío y después a mi derecha pude ver el sol mientras descendía, tuve que cambiar mi trayectoria para esquivar la luna, mi cuerno y todo mi cuerpo comenzó a calentarse a medida que entraba en el mundo y su aire se oponía mi paso. Recordé que Luna no resistía el calor tanto como yo y miré hacia atrás. Mi hermanita me seguía muy de cerca, con una mirada determinada que me llenó de orgullo.
Llegamos a las nubes de Discord, las cuales se disolvieron a nuestro paso. Finalmente salimos de ellas y ahí estaba él. Sentado en un trono retorcido en la cima de una montaña rodeada de escombros flotantes y ruinas de un castillo.
El paisaje era aun más desquiciado de lo que jamás me hubiera imaginado. El suelo estaba cubierto por un patrón regular de cuadros de color azul y rosa, extrañas criaturas avanzaban a toda prisa moviendo sus extremidades de manera imposible. A intervalos irregulares el suelo se abría para dejar escapar grandes columnas de cualquier material u objetos que salían disparados a toda velocidad contra el cielo y que algunas veces no volvían a caer. El seguía siendo el mismo, quizá con menos poder pero era el mismo demonio. Se elevó del trono y se acercó a nosotras con una sonrisa. Por primera vez escuche su voz, relajada y con un falso toque de amabilidad.
-Bienvenidos a mi hermoso reino mis queridos… ¿Quién demonios son ustedes?
Se nos quedó viendo con la boca abierta, pasando incrédulo de una a la otra. Sentía que mi odio y mi desagrado contra ese ser aumentaban con cada segundo. Finalmente volvió a hablar
-¿Quién rayos son ustedes y donde están Imperator Stellarum y Mater Luminis?
Di un paso hacia delante, Luna se mantenía detrás de mí, pero firme.
-Somos Luna y Celestia, hemos venido en respuesta a las suplicas de los ponies y te desafiamos en nombre de nuestros padres.
La expresión de Discord cambió a una sonrisa burlona y nos señaló con su garra izquierda.
-Oh, ¿Entonces el par de tontos tuvieron bebés?, y por supuesto tienen tanto miedo de mi que decidieron enviar a sus adorables retoños a tratar de detenerme. Muy bien niñas, muéstrenme lo que tienen.
Luna y yo canalizamos lo más profundo de nuestras esencias y nuestros cuerpos cambiaron. Yo me volví un rayo de luz y Luna una nube de oscuridad. Cargamos directamente contra él pero simplemente nos esquivó en el último momento. Lo rodeamos y nos acercamos a toda velocidad.
Entonces extendió sus garras y forzó nuestros cuerpos a regresar a su estado original. De alguna manera restringió nuestros movimiento, luché con todas mis fuerzas pero era imposible librarse de esa desagradable fuerza que nos rodeaba. Discord sonrió nuevamente y se lamio los labios.
-Hey niñas, ¿Qué está en un hoyo en el suelo y es patético?... ¡ustedes!
Bajó rápidamente las garras y la misma fuerza nos lanzó hacia el suelo. Logré detenerme justo a tiempo pero Luna no pudo hacerlo. Eso me enfureció e intenté una pequeña trampa, hice brillar mi cuerno con gran intensidad y utilicé un poco de magia para despejar las nubes sobre su cabeza.
En cuanto Discord miró hacia arriba liberé el verdadero hechizo, utilizando magia que aprendí de los hijos de Pte Ska Win conjuré una gran y fuerte planta que aprisionó a Discord entre sus ramas llenas de flores.
Me elevé y lo observé, segura de mi misma, solo era cuestión de esperar a que Luna se recuperara y podríamos decidir cómo deshacernos de él, aun hoy no puedo creer que fuera tan ingenua. Discord se limitó a levantar una ceja y las ramas se convirtieron en espagueti.
Antes de que pudiera hacer algo me sujetó por el cuerno, luché y traté de zafarme pero era demasiado fuerte, elevé la temperatura de mi cuerno y estoy segura de que quemé su piel pero aun así no me liberó. Me acercó más a su rostro, tanto que cuando habló pude notar el extraño olor de su repulsivo aliento.
-Celestia, ¿verdad? Me gusta tu estilo, tienes agallas. ¿Te gustaría que veamos que más tienes dentro de ese hermoso cuerpecito tuyo?
Puso una de sus asquerosas garras en mi vientre, cuando estaba a punto de cortarme un relámpago lo golpeó, aunque el impacto me aturdió a mi también pude escapar de su agarre. El se volvió hacia Luna y estaba a punto de decir algo cuan ella gritó con todas sus fuerzas, obligándolo a retroceder y cubrirse. Pero de nueva cuenta Discord escapó sin ningún daño. Se rió de nuevo y señaló a mi hermanita.
-Hey Luna, tienes una verdadera personalidad electrizante.
Un relámpago muchísimas veces más poderoso que el que ella utilizó azotó a mi hermanita, Luna se precipitó hacia el suelo envuelta en humo. Perdí todo control de mi misma y me lancé en contra de Discord, tratando de embestirlo con mi cuerno. Se movió a un lado, dijo algo que no pude entender en mi ira y me tomó de la cola. Con un simple movimiento me arrojó con una fuerza atroz en contra de Luna que ya había impactado el suelo.
El dolor era horrible, el temor por nuestras vidas me invadió rápidamente, traté de levantarme, de reunir suficiente magia para poder mandar a Luna a un lugar seguro antes de que el demonio nos rematara. Él ya no estaba ahí y el único rastro de su presencia eran los ecos de su estúpida risa.
A la sensación de derrota se unió mi orgullo herido, lagrimas de dolor, miedo, ira y vergüenza comenzaron a rodar por mis mejillas. Luna comenzó a recuperar lentamente la conciencia y trataba de levantarse. Normalmente le hubiera ayudado pero mi mente estaba nublada, inundada de pensamientos rápidos e hirientes.
Grité, un grito salvaje y primitivo que lastimó mi garganta. Comencé a golpear el suelo con mis pezuñas tratando de desahogar mi frustración pero solo me lastimaba aun más y esto hacia que mi furia aumentara.
-¿Tia?
Miré a Luna, esta no dijo nada más pero levantó una pezuña temblorosa, seguí la dirección que indicaba y pude ver un enorme dragón rojo y dorado que nos miraba con cautela. El enorme reptil dio un brinco de la roca en la que estaba y aterrizó cerca de nosotras, haciendo temblar el suelo. Como pude me puse entre él y Luna, dispuesta a dar una última batalla, el dragón se limitó a inclinar la cabeza.
-Mi nombre es Antares Cola Llameante, el amigo de los ponies. ¿Quiénes y qué demonios son ustedes?
Recuerdos…
Todo lo que somos, todo lo que hacemos, todo es dictado por los recuerdos, nuestro pasado es un mapa a nuestro futuro.
Recuerdo sin ningún problema mis primeros días, corriendo por los interminables campos de flores bajo la cálida mirada de mi madre o la firme mirada de mi padre. Recuerdo el día en que mi hermanita llegó a mi vida, era tan hermosa, tan pequeña, juré que nunca me separaría de ella.
Recuerdo nuestros juegos, nuestras travesuras, el continuo transcurrir del tiempo sin preocupaciones y tristezas, el cariño mutuo que sentíamos la una por la otra. Jamás en mi vida he sido más feliz, porque en ese entonces mi felicidad no se veía empañada por la incertidumbre del futuro.
Recuerdo cuando conocí otra emoción, diferente de la curiosidad, felicidad o aburrimiento que hasta entonces habían llenado mi vida.
Fue el día en el que conocí el miedo, en que conocí la desesperación, en el que lo conocí a Él.
Todo empezó cuando mi hermanita y yo estábamos colocándonos flores en nuestra crin bajo un árbol, durante todo el día nuestros padres habían estado más ausentes y serios que de costumbre, también habíamos visto a sus tres compañeros más activos de lo usual.
En algún punto mi madre vino hacia nosotras, su cuerno brilló y ante nuestros ojos apareció un pequeño palacio el cual nos señaló.
-Celestia, Luna, entren ahí. encontraran muchos juguetes para que se diviertan, lo importante es que no salgan hasta que alguno de nosotros regrese, ¿de acuerdo?
Luna y yo obedecimos, por lo menos yo lo hice inicialmente, pero como de costumbre mi curiosidad me venció. Caminé hacia una de las grandes ventanas de la torre más alta, torre que en cierta forma aun es nuestro refugio cuando nos sentimos tristes o inseguras. Caminé, dejando atrás la nebulosa congelada que era el suelo y las innumerables columnas blancas. Luna dejó de jugar con una pelota que brillaba como una constelación y me miró preocupada.
-Tia, madre nos dijo que no abandonáramos este lugar, ¿piensas desobedecerla?
Recuerdo cada detalle, sé que es inútil revisar el pasado y decir “si yo hubiera”, pero no puedo evitarlo. ¿Todo lo que ha sucedido desde entonces hubiera cambiado si por una vez hubiera obedecido las órdenes de nuestros padres? Me volví y le sonreí a mi hermanita.
-Vamos Lu, te apuesto que será divertido. Seguramente están planeando alguna sorpresa, como cuando nos regalaron el sol y la luna.
Tonta de mí, creer que las dos grandes responsabilidades que nuestros padres nos dieron eran simples juguetes, pero en ese entonces era solo una potrilla y mi inocencia me llevaba a cometer muchos errores.
Y ese día cometí uno de los más grandes y arrastré a mi hermanita conmigo. Pobre Luna, debí de haberte hecho caso, debimos quedarnos ahí, pero como de costumbre tu pagaste por mi falta de previsión y mi exceso de optimismo, debería de escucharte más seguido.
Abandonamos la torre y volamos tratando de pasar desapercibidas, lo único que sabía era que nuestros padres se encontraban fuera del lugar donde normalmente habitábamos. Estaban en ese lugar frio y oscuro que se encuentra entre nuestro hogar y el de los mortales, donde el calor del sol y la luz de la luna apenas se sienten.
Entonces lo escuchamos, el rugido, la ira, la locura, la destrucción. Me llené de tanto miedo que no pude moverme, Luna comenzó a llorar y la abracé, luché por contener mis propias lágrimas, por ser fuerte para ella pero no pude.
Repentinamente lo vimos y todo empeoró, nunca he sabido exactamente que es, en algún momento alguien concibió una palabra para clasificarlo pero se queda corta, ¿Cómo definir toda la locura, la distorsión, el caos en una sola palabra? En ese entonces él era grande, enorme como una montaña, lanzaba fuego por la boca y los ojos, un fuego perverso y corrupto.
Cierro los ojos y aun lo veo claramente, el cuerpo sinuoso y retorcido, las alas enormes, los cuernos, uno ondulado y el otro ramificado, los colmillos desiguales, los ojos desorbitados y la risa, esa horrible risa que en ese momento estaba acompañada de rugidos de furia.
El monstruo, el demonio, el horrible ser se dirigía a toda velocidad contra la obra de mis padres y sus compañeros. Solo había alguien que se oponía. Mi padre, Imperator Stellarum, se encontraba enfrente de él, sus cuatro alas de fuego negro desplegadas, su cuerno refulgente de magia, la luz roja de sus ojos resplandeciendo e iluminando su cuerpo oscuro salpicado de estrellas, manteniéndose firme en contra de ese horrible monstruo.
La criatura se detuvo, estábamos demasiado lejos como para poder oír lo que se dijeron, pero el monstruo chasqueó sus dedos y una cantidad imposible de rocas aparecieron, tan grandes como montañas y envueltas en fuego. El cuerno de mi padre brilló y una esfera de oscuridad apareció en la punta de este, las montañas de fuego fueron absorbidas y disueltas inmediatamente.
El monstruo volvió a reír, aplastó la esfera que mi padre creó entre sus garras y comenzó a conjurar una propia. En ese momento algo pasó a nuestro lado, removiendo nuestras crines. Eran dos de los compañeros de mis padres, Enlil el dorado, señor de los vientos y Zmeu el incinerador, señor del fuego.
Se acercaron rápidamente, Enlil, padre de los grifos, se detuvo y extendió sus dos alas que se convirtieron en ocho, también se detuvo Zmeu, el padre de los dragones, y el fuego que siempre ardía en la espalda de su cuerpo, similar al hierro fundido y la lava, se consumió mientras tomaba aire por su boca. Las ráfagas de viento y fuego más potentes que he visto en toda mi existencia impactaron contra el demonio con tal fuerza que a pesar de la distancia Luna y yo sentimos el calor y la potencia de los vientos nos arrastró
Gritamos y abracé a Luna más fuerte, tratando de proteger su cabeza con mis brazos y apretándola contra mi pecho. Cuando pude abrir de nuevo los ojos la escena me desconcertó y paralizó aun más. Los dos seres que lo acaban de atacar estaban inmóviles en frente de él, la bestia solo sonrió y movió un dedo, solo eso bastó para arrojarlos lejos.
Entonces hubo de nuevo el sonido de un terrible impacto, la criatura rugió de dolor y miró hacia atrás. Unida a su espalda había una larga cadena hecha de luz que lo ataba al hogar de los mortales. Mi madre, Mater Luminis, con sus cuatro alas, su cuerpo de mármol y su crin hecha de luz tornasol se encontraba acompañada por Pte Ska Win, la señora de la fertilidad, la blanca madre de los búfalos. La cadena comenzó a tirar del monstruo, arrastrándolo lentamente.
De nuevo gritos de ira y dolor, me aseguré de que Luna no pudiera ver lo que estaba sucediendo y traté de cubrirle lo mejor posible los oídos, el demonio gritó y luchó con tal fuerza, era tanta su desesperación, que se rasgaba su propia carne y arrancaba su propia piel. Los cinco creadores del mundo se le acercaron y descargaron toda su furia contra él, pero aun así no fue suficiente. Finalmente mis padres se adelantaron y uniendo sus cuernos y sus esencias lanzaron el último ataque.
La abominación perdió la poca fuerza que le quedaba y fue arrastrada violentamente, su grito de miedo, ira y dolor fue tan fuerte que lastimó nuestros oídos y ambas comenzamos a llorar de nuevo. Apreté fuertemente a Luna y cerré los ojos mientras todo se sacudía al compás del horrible sonido. El grito cesó aunque aun retumbaba en mis oídos y en mi mente y continué con los ojos cerrados que hasta las suaves y gentiles alas de nuestra madre me tocaron.
Tiempo después mi madre se encontraba recostada en los interminables campos de flores, cobijando a una aun temerosa Luna entre sus alas. Como deseaba encontrarme junto a ellas, arrullada por la dulce voz de mi querida madre, pero eso no podía ser, yo me encontraba a una distancia considerable, enfrentando la dura ira de mi padre.
-Celestia, desobedeciste de nuevo.
-Lo siento pa…
Golpeó el suelo con su pezuña y sus ojos se encendieron de nuevo.
-¡Esto no se soluciona con un “lo siento” Celestia! Desobedeciste una orden directa de tu madre y te pusiste a ti misma y a tu hermana en peligro.
No pude responder y retrocedí con lágrimas en mis ojos. Mi padre se mantuvo en el mismo lugar y continúo hablando.
-Ese palacio que su madre creó para ustedes no solo era un lugar de juegos. En caso de que Discord nos hubiera derrotado las llevaría a ustedes a un lugar seguro. Ahí tú y tu hermana, con la ayuda de los descendientes de los otros creadores hubieran continuado nuestra obra.
Pude hablar entre sollozos.
-Padre, yo no lo sabía.
A pesar de mi llanto mi padre continuaba inmutable.
-Aun así Celestia, pusiste tu vida y la de Luna en juego. Me duele, pero tendré que castigarte.
Levanté rápidamente mi vista, era la primera vez en mi vida que recibiría un castigo por mis travesuras en lugar del regaño acostumbrado.
-¿Castigarme?, ¡pero padre!, ¿Por qué?, ¿ya no me quieres?
Mi padre suspiró.
-Jamás dejaré de amarte Celestia, pero tus acciones merecen un castigo, las emociones y sentimientos jamás deben de interferir en la justa retribución por las acciones cometidas, ¿entiendes lo que te digo Celestia?
Asentí mientras luchaba por contener el llanto.
-Si padre, lo comprendo.
Ahora el castigo me parece un poco infantil y suave para el hecho de haber puesto en tan grave peligro nuestras vidas, pero por ser una potrilla y ser la primera vez en esos días me pareció algo realmente terrible. Mi padre creó una habitación para mi, por un largo tiempo no se me permitió salir ni jugar de ningún modo, ni siquiera ver a mi querida hermanita o a mi madre, lo único que hacía era esperar y practicar la magia bajo la estricta supervisión de mi padre.
Recuerdo que mucho tiempo después, cuando ya había unos cuantos mechones de colores en mi hasta entonces rosada crin, mi madre llegó a mi lado y me llevó de nuevo al vacio entre los mundos, ahí me mostró por primera vez de cerca al sol y la morada de los mortales. Me sonrió y me señaló la impresionante esfera de luz y fuego.
-Celestia, como tú bien sabes este es el sol, lo que quizá no sabes es que tu destino y el suyo están entrelazados y son inseparables, ya que tu naciste el día en que lo creé. Lo que definitivamente no sabes es que tan importante es el sol.
No entendía muy bien las palabras de mi madre.
-¿Importante?
Me sonrió de nuevo y me cubrió con su ala.
-Si mi querida niña, ¿puedes sentir su calor?, ¿puedes ver su luz?, ese calor y esa luz alimentan a las plantas del mundo, quienes a su vez alimentan a los animales y en su debido momento esas plantas y esos animales alimentaran a los seres para quienes creamos todo esto.
-Tú puedes mover el sol querida, como lo he hecho yo hasta el día de hoy. Más que eso tú debes asegurarte que el sol siga su ruta normal y planeada para que su luz y su calor lleguen a los rincones del mundo según sea necesario.
-Cuando nuestras amadas creaciones despierten entre ellas habrá un pequeño grupo que tomará control del sol, sin embargo eso no significará que tu deber haya terminado. En caso de algún imprevisto y que estos seres no puedan cumplir con esta misión tu deber será ayudarlos y asegurarte que el balance no se rompa. ¿Entendiste?
Miré de nuevo al sol, bajo una nueva luz. No era un juguete, era una parte importante del mundo y mis padres me habían confiado esa enorme responsabilidad. Me sentí un poco abrumada pero también emocionada y honrada, mi madre consideraba que ya estaba lista para tomar un asunto tan importante y delicado entre mis pezuñas.
-Entiendo madre, no te decepcionare.
Ese mismo día, al regresar mi madre y yo a nuestro hogar noté que Luna y mi padre también habían estado lejos. Luna mostraba un rostro serio y con dudas, la luna era ahora su responsabilidad, así como asegurarse de que nada perturbara las horas de descanso del mundo. Traté de animarla pero no resultó, sin embargo a los pocos días recuperó la alegría.
Recuerdo que me tomó algo de tiempo, pero eventualmente se volvió algo tan natural como respirar y memoricé todas las pequeñas variaciones de la órbita correspondientes a las épocas del año. Sin embargo durante ese periodo algo sucedió, mi padre y Zmeu discutieron fuertemente, estuvieron a punto de enfrentarse pero mi madre y Pte Ska Win intervinieron, Zmeu abandonó las regiones que hasta entonces habíamos compartido y se asentó en el mar de fuego eterno, cerca de los límites del universo en equilibrio.
Sin embargo olvidé todo esto rápidamente, porque poco tiempo después ocurrió uno de los acontecimientos más felices en mi vida. Un día, cuando me aseguraba que el sol siguiera su ruta, sentí algo a través de él. Había primero una pequeña conciencia, diferente a la mía, que tanteaba el sol con curiosidad, rápidamente se le unieron unas cuantas más. Eran ellos, las amadas creaciones de mis padres, los que tomarían control del sol y a quienes debería de ayudar en caso de que fuera necesario, los ponies.
En un principio sentí que estaban un poco intranquilos y dudaban, así que a través del sol hable con ellos, utilizando palabras que sus mentes no entendían pero si sus almas y sus corazones. Les enseñé, los guie de la misma forma en que lo hizo mi madre y al poco tiempo ellos, siempre en conjunto, pudieron mover el sol.
Durante ese periodo no pasó mucho, excepto una ocasión en que Luna se alejó de nosotros acompañada de Pte Ska Win, poco antes de que un cometa rojo se acercara y chocara con el hogar de los mortales. Si en ese entonces hubiera sabido que era ese cometa rojo hubiera hecho algo mas al respecto, pero Luna guardó el secretó de lo que sucedió.
Luego mis recuerdos se volvieron sombríos, algo sucedió, ya no sentía la conexión de las creaciones de mis padres con el sol, me asomé al mundo y vi una gran porción cubierta de nubes rojas y oscuras que se expandía rápidamente. Luna se acercó a mí y me confirmo que ellos también habían perdido la conexión con la luna.
Las dos nos acercamos a nuestros padres, pero solo nos pidieron que retomáramos nuestra labor y dejáramos esa región del mundo en tinieblas. Pero nosotras aun los podíamos escuchar, no solo a los que podían mover el sol y la luna, había otros dos grupos, uno fuerte y resistente, el otro ligero y ágil. Todos ellos tenían miedo, no sabían lo que pasaba, había algo oscuro que se movía en el mundo. Y nuestros padres no hacían nada al respecto.
Recuerdo la desesperación, el enojo, la duda. No entendía porque si mis padres y sus compañeros habían creado ese lugar para esos seres indefensos y ahora los abandonaban. Luna se sentía igual y a diferencia de lo que hacía siempre ahora externaba abiertamente sus emociones.
A pesar de esto el tiempo pasó, Luna y yo hubiéramos tomado la iniciativa, hubiéramos descendido al mundo a ayudar a los ponies, pero nuestros padres no nos lo permitían. No entendía porque no hacían nada al respecto, con el lento paso de los días pude notar que ellos también estaban cada vez más nerviosos, más impacientes, las nubes rojinegras se extendían por el mundo, la desesperación era mayor, Luna y yo sentíamos cada vez menos esperanza en los corazones de esos indefensos seres.
Finalmente, quinientos años después de que el mal surgió en el mundo, mis padres, sus compañeros y los descendientes de ellos se reunieron. Ahí estaban Enlil con sus cuatro hijos mayores y sus cuatro hijos menores, responsables de los ocho vientos que soplan por el mundo. Pte Ska Win estaba acompañada por sus cuatro hijos, guardianes de las estaciones. El único ausente era Zmeu, que desde su discusión con mi padre no había regresado.
Nosotras y los descendientes de los otros creadores nos encontrábamos lejos de los cuatro, mientras hablaban. Finalmente nos llamaron y mi padre pronunció las palabras que me llenaron de miedo inicialmente.
-Discord ha escapado de su prisión, él es el responsable de todos los disturbios del mundo.
Todos guardamos silencio, Luna comenzó a respirar agitadamente, yo miraba hacia el suelo tratando inútilmente de alejar las imágenes que invadían mi mente. Sin embargo una voz nos sacó a todos de nuestros pensamientos.
-¿Cómo es esa frase que utilizan los mortales?, oh si, ‘No me gusta decir se los dije, pero se los dije.’
Zmeu había regresado, pero no estaba solo, junto a él venían otros dos seres que nunca habíamos visto. Uno era como un dragón rojo de la cintura para arriba, no tenia patas traseras y reptaba sobre una enorme y gruesa cola, aproximadamente a las dos terceras partes de su longitud la cola se dividía en decenas de largos cuellos terminados en pequeñas cabezas de dragón y de serpiente.
El otro ser era una enorme serpiente verde de largos colmillos que sobresalían de su boca, sin embargo su espalda estaba totalmente cubierta de plumas multicolor y tenía un enorme par de alas.
Zmeu se sentó en su lugar, con los dos seres atrás de él, notó la mirada de todos los presentes y sonrió.
-Mis hijos, Tifón y Quetzalcóatl. ¿Qué es lo que sucede?, ¿no tomaron precauciones como se los dije?, ¿Qué no recuerdan que no hay nada seguro cuando se trata de él?
Mi padre negó con la cabeza y se dirigió a todos los presentes.
-No tiene sentido lamentarse por lo que no hicimos. Hemos esperado demasiado tiempo y es más que obvio que a pesar de que Discord ha perdido casi todo su poder los mortales no pueden hacer nada en su contra.
-Lamentablemente nosotros mismos creamos una barrera para que no pudiéramos interferir directamente en el mundo ni en la vida de los mortales. Tenemos que decidir qué hacer.
Zmeu sonrió y señaló a uno de sus hijos, el más similar a un dragón.
-Nos limitamos a nosotros mismos, pero nuestros hijos si pueden entrar. Tifón bajará y reunirá a los dragones bajo su mando. Libraran una guerra sagrada a sangre y fuego contra Discord.
Todos nos miramos nerviosos, yo clavé los ojos en el hijo de Zmeu, pude ver solo ira, deseo de destrucción y arrogancia. El no ayudaría a los mortales, el solo buscaría satisfacer su sed de gloria. No pensaba dejar que eso sucediera.
-No. No podemos dejarlo ir, no es el indicado.
Todos se me quedaron mirando ante mi atrevimiento, ante la increíble falta de habar fuera de lugar, de dirigirme así directamente a los creadores y específicamente contradiciendo las palabras de uno de ellos.
El silencio que siguió fue incomodo y largo, finalmente la voz siempre suave y llena de sabiduría de Pte Ska Win lo rompió.
-La doncella del sol tiene razón. Si buscamos oponernos al caos y la destrucción de Discord no podemos hacerlo con más caos y destrucción. Debemos de enfrentarlo con lo opuesto a su naturaleza para lograr restaurar el equilibrio. Y de entre todos aquellos que pueden descender al mundo las pequeñas Celestia y Luna son quienes mejor cumplen con esa cualidad.
De nuevo todos guardaron silencio, yo miré primero a Luna y luego a mis padres, los tres estaban preocupados por las implicaciones de las palabras que acababan de ser pronunciadas, sabía que mi rostro reflejaba lo mismo. Ahora fue Zmeu quien interrumpió nuestras meditaciones.
-Creo que es buena idea, tiene sentido de hecho. Si, lo mejor para detenerlo es utilizar lo opuesto a él, claro, en caso de que las potrillas estén de acuerdo.
Tifón lo miró sorprendido y pude notar que trataba de hablar pero no encontraba palabras, por su parte Zmeu me miró sonriente, evaluándome. Sentí como sus ojos de fuego entraban a lo más profundo de mi alma y que no podía ocultarle nada. Sé que él veía el miedo que me provocaba Discord, los recuerdos que en esos momentos no dejaban de atormentarme, pero junto a todo eso yo también tenía la resolución, el deseo de terminar con el sufrimiento de los mortales.
-¡Lo haré!
Zmeu volvió su vista a Luna y le sonrió de la misma manera.
-¿Y tu pequeña?, ¿tienes el mismo fuego que tu hermana?
Luna permaneció en silencio, traté de darle ánimos colocando una pezuña en su espalda pero se removió inquieta. La sonrisa de Zmeu se volvió más grande y el brillo en sus ojos aumentó a medida que le hablaba a luna.
-¿Y bien pequeña?, ¿acaso tienes miedo?, ¿solo tu hermana tiene esa fuerza de voluntad?
Luna sacudió la cabeza y habló con una voz que contradecía su tamaño.
-¡Yo iré también!, ¡no soy menos valiente o poderosa que Celestia!
El padre de los dragones asintió y nos miró a ambas.
-Que así sea entonces, pero sepan esto: si en un año no derrotan a Discord entonces Tifón descenderá y lo detendrá de una forma u otra.
Miré a Zmeu directamente a los ojos y le sostuve la mirada, Luna se colocó a mi lado y se recargó en mí.
-No será necesario- le dije.
-Nosotras lo derrotaremos- terminó Luna.
Zmeu asintió, jamás en mi vida me había sentido con tanto orgullo, sentía que en cierta forma había vencido a uno de los seres más poderosos de la creación y no pude evitar sonreír. Era la única que lo hacía, todos los demás presentes tenían una expresión seria, excepto Luna, que parecía un poco asustada, y Tifón, que me miraba con ira.
Una vez que esto fue decidido nuestros padres se acercaron a nosotras. Mi padre fue el primero en hablar.
-No estoy de acuerdo con esto, pero lamentablemente es la mejor solución disponible. Tengan presente que aunque Discord yo no es nada comparado con su anterior ser aun sigue siendo el caos encarnado, el puede hacer lo que quiera, no se confíen, no den nada por seguro.
Mi madre nos abrazó a ambas con sus alas.
-Sabemos que tienen la fuerza para derrotarlo, recuerden que son hermanas y que unidas son más fuertes que nada en todo este mundo. Busquen dentro de ustedes mismas y encontraran esa fuerza de la que les hablo.
Nuestro padre nos miró una última vez.
-Una cosa más, su misión es derrotar a Discord. En cuanto lo logren deberán regresar y permitir que los ponies y las demás razas mortales continúen con sus caminos. No deben de interferir directamente con sus vidas excepto cuando sea necesario para cumplir con su misión.
Luna y yo asentimos, los abrazamos una última vez y comenzamos nuestro viaje. Luna permaneció seria todo el tiempo, mirando directamente hacia el frente. Finalmente llegamos a la morada de los mortales. Lo observamos durante bastante tiempo, las nubes del caos retorciéndose y extendiéndose. Localizamos el centro de toda la activad, y aunque no podíamos ver la superficie sabíamos que Discord se encontraba ahí abajo. Miré a Luna, que respiraba agitada y nerviosa.
-¿Lista?
Le tomó un poco de tiempo responder, pero finalmente lo hizo.
-Si, hermana.
Me lancé en picada, las estrellas pasaron junto a mí a gran velocidad, hubo un pequeño espacio vacío y después a mi derecha pude ver el sol mientras descendía, tuve que cambiar mi trayectoria para esquivar la luna, mi cuerno y todo mi cuerpo comenzó a calentarse a medida que entraba en el mundo y su aire se oponía mi paso. Recordé que Luna no resistía el calor tanto como yo y miré hacia atrás. Mi hermanita me seguía muy de cerca, con una mirada determinada que me llenó de orgullo.
Llegamos a las nubes de Discord, las cuales se disolvieron a nuestro paso. Finalmente salimos de ellas y ahí estaba él. Sentado en un trono retorcido en la cima de una montaña rodeada de escombros flotantes y ruinas de un castillo.
El paisaje era aun más desquiciado de lo que jamás me hubiera imaginado. El suelo estaba cubierto por un patrón regular de cuadros de color azul y rosa, extrañas criaturas avanzaban a toda prisa moviendo sus extremidades de manera imposible. A intervalos irregulares el suelo se abría para dejar escapar grandes columnas de cualquier material u objetos que salían disparados a toda velocidad contra el cielo y que algunas veces no volvían a caer. El seguía siendo el mismo, quizá con menos poder pero era el mismo demonio. Se elevó del trono y se acercó a nosotras con una sonrisa. Por primera vez escuche su voz, relajada y con un falso toque de amabilidad.
-Bienvenidos a mi hermoso reino mis queridos… ¿Quién demonios son ustedes?
Se nos quedó viendo con la boca abierta, pasando incrédulo de una a la otra. Sentía que mi odio y mi desagrado contra ese ser aumentaban con cada segundo. Finalmente volvió a hablar
-¿Quién rayos son ustedes y donde están Imperator Stellarum y Mater Luminis?
Di un paso hacia delante, Luna se mantenía detrás de mí, pero firme.
-Somos Luna y Celestia, hemos venido en respuesta a las suplicas de los ponies y te desafiamos en nombre de nuestros padres.
La expresión de Discord cambió a una sonrisa burlona y nos señaló con su garra izquierda.
-Oh, ¿Entonces el par de tontos tuvieron bebés?, y por supuesto tienen tanto miedo de mi que decidieron enviar a sus adorables retoños a tratar de detenerme. Muy bien niñas, muéstrenme lo que tienen.
Luna y yo canalizamos lo más profundo de nuestras esencias y nuestros cuerpos cambiaron. Yo me volví un rayo de luz y Luna una nube de oscuridad. Cargamos directamente contra él pero simplemente nos esquivó en el último momento. Lo rodeamos y nos acercamos a toda velocidad.
Entonces extendió sus garras y forzó nuestros cuerpos a regresar a su estado original. De alguna manera restringió nuestros movimiento, luché con todas mis fuerzas pero era imposible librarse de esa desagradable fuerza que nos rodeaba. Discord sonrió nuevamente y se lamio los labios.
-Hey niñas, ¿Qué está en un hoyo en el suelo y es patético?... ¡ustedes!
Bajó rápidamente las garras y la misma fuerza nos lanzó hacia el suelo. Logré detenerme justo a tiempo pero Luna no pudo hacerlo. Eso me enfureció e intenté una pequeña trampa, hice brillar mi cuerno con gran intensidad y utilicé un poco de magia para despejar las nubes sobre su cabeza.
En cuanto Discord miró hacia arriba liberé el verdadero hechizo, utilizando magia que aprendí de los hijos de Pte Ska Win conjuré una gran y fuerte planta que aprisionó a Discord entre sus ramas llenas de flores.
Me elevé y lo observé, segura de mi misma, solo era cuestión de esperar a que Luna se recuperara y podríamos decidir cómo deshacernos de él, aun hoy no puedo creer que fuera tan ingenua. Discord se limitó a levantar una ceja y las ramas se convirtieron en espagueti.
Antes de que pudiera hacer algo me sujetó por el cuerno, luché y traté de zafarme pero era demasiado fuerte, elevé la temperatura de mi cuerno y estoy segura de que quemé su piel pero aun así no me liberó. Me acercó más a su rostro, tanto que cuando habló pude notar el extraño olor de su repulsivo aliento.
-Celestia, ¿verdad? Me gusta tu estilo, tienes agallas. ¿Te gustaría que veamos que más tienes dentro de ese hermoso cuerpecito tuyo?
Puso una de sus asquerosas garras en mi vientre, cuando estaba a punto de cortarme un relámpago lo golpeó, aunque el impacto me aturdió a mi también pude escapar de su agarre. El se volvió hacia Luna y estaba a punto de decir algo cuan ella gritó con todas sus fuerzas, obligándolo a retroceder y cubrirse. Pero de nueva cuenta Discord escapó sin ningún daño. Se rió de nuevo y señaló a mi hermanita.
-Hey Luna, tienes una verdadera personalidad electrizante.
Un relámpago muchísimas veces más poderoso que el que ella utilizó azotó a mi hermanita, Luna se precipitó hacia el suelo envuelta en humo. Perdí todo control de mi misma y me lancé en contra de Discord, tratando de embestirlo con mi cuerno. Se movió a un lado, dijo algo que no pude entender en mi ira y me tomó de la cola. Con un simple movimiento me arrojó con una fuerza atroz en contra de Luna que ya había impactado el suelo.
El dolor era horrible, el temor por nuestras vidas me invadió rápidamente, traté de levantarme, de reunir suficiente magia para poder mandar a Luna a un lugar seguro antes de que el demonio nos rematara. Él ya no estaba ahí y el único rastro de su presencia eran los ecos de su estúpida risa.
A la sensación de derrota se unió mi orgullo herido, lagrimas de dolor, miedo, ira y vergüenza comenzaron a rodar por mis mejillas. Luna comenzó a recuperar lentamente la conciencia y trataba de levantarse. Normalmente le hubiera ayudado pero mi mente estaba nublada, inundada de pensamientos rápidos e hirientes.
Grité, un grito salvaje y primitivo que lastimó mi garganta. Comencé a golpear el suelo con mis pezuñas tratando de desahogar mi frustración pero solo me lastimaba aun más y esto hacia que mi furia aumentara.
-¿Tia?
Miré a Luna, esta no dijo nada más pero levantó una pezuña temblorosa, seguí la dirección que indicaba y pude ver un enorme dragón rojo y dorado que nos miraba con cautela. El enorme reptil dio un brinco de la roca en la que estaba y aterrizó cerca de nosotras, haciendo temblar el suelo. Como pude me puse entre él y Luna, dispuesta a dar una última batalla, el dragón se limitó a inclinar la cabeza.
-Mi nombre es Antares Cola Llameante, el amigo de los ponies. ¿Quiénes y qué demonios son ustedes?
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Capitulo 3: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=157669#p157669
Capitulo 4: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=158319#p158319
Capitulo 5: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=159070#p159070
Capitulo 6: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=159735#p159735
Capitulo 7: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=160279#p160279
Capitulo 8: viewtopic.php?f=11&t=3874&p=160901#p160901
Capitulo 9: viewtopic.php?f=11&t=3874&start=30#p161606