Sueños Rotos.[Oscuro,Misterio, Bizarro,Amistad]
Publicado: 17 Jun 2014, 17:34
Prologo:
Erase una vez, en un pueblo de Equestria, un joven potro.
Su madre, había muerto en un accidente de carruaje, y su padre se encontraba en los calabozos por pegarle una paliza a un guardia real.
-Erase una vez ¡ja!, menuda mierda.
Al quedarse solo, alguien, tuvo la “genial idea” de trasladarlo a un correccional.
Día tras día, noche tras noche....Paliza tras paliza.
Trece años, y aprendió a ser un hombre. Por desgracia, demasiado pronto, y de una mala manera.
Cada moratón era una señal de orgullo, cada hueso roto era una medalla.
Aquel sitio se regía por la leí del más fuerte, y él era solo un potro.
Tres años de torturas, de abusos y peleas, tres años que le convirtieron en un esclavo de si mismo, en un esclavo de sus impulsos, en una máquina.
Capítulo 1: Mi nuevo compañero.
Me llamo Jesús, un nombre gracioso, dado que lo odio.
Pero hoy es un buen día, viene un poni nuevo a mi celda y además, hoy es el día.
Las puertas metálicas se abrieron entre chillidos y gritos de otros ponis, los cuales le gritaban al nuevo, “bombom”, un apodo interesante mente curioso, dado que su complexión era algo corpulenta.
Tenía la típica cara descompuesta que tienen todos al entrar por primera vez aquí.
Mirada clavada en el suelo, y sus alas entumidas por el miedo.
El empujón del guardia hacia adentro de la celda hizo que tropezara y se diese de morros contra el suelo, provocando una ola de carcajadas entre los presentes.
-Pobre diablo, no te imagino en un lugar así. -Dije mientras leía un libro.
El pobre poni estaba tan asustado que no podía ni hablar, pero no me preocupaba, hoy sería el gran día, y nada lo estropearía.
Llevaba más de seis meses sin pelearme, y mi condena en ese antro acababa hoy a las cero cero, cero cero.
No estaba ni feliz ni triste, para buenas o para malas, aquel lugar me había dado algo.
Me había convertido en alguien fuerte y sin miedo, y a base de ostias también haces amigos.
Ninguno se salvaba, Todos recibían sus clases de madurez, todos, incluido yo.
El nuevo se sentó en su cama, callado y mirando hacia la pared. Su cuerpo temblaba y los alaridos de los ponis diciendo que esta noche le harán una visita no ayudaba.
-No quiero decir que este sea un sitio peligroso, pero te guste o no, acabas acostumbrándote a las palizas.
Mi tono al hablar siempre es bastante calmado, pero este chaval era de lo más irritable.
-¿Que te acostumbras?, enserio eres capaz de decir semejante mierda.- Su tono era el típico tono de un novato, asustado y encerrado en su mundo de “No debería estar aquí”.
-Tranquilo novato. Dime, ¿cuánto te a caído?, ¿y por qué cojones un tío como tu está aquí?- Pregunte extrañado.
-Me han caído dos años por robo en una propiedad privada, al parecer el dueño de la casa era un capullo con pasta.- Su tono al responderme fue algo más calmado. Se dio la vuelta y pude admirar sus ojos.
Esos putos ojos....Los he visto antes, y para colmo fue en un espejo.
-¡j*der!, yo entre aquí porque mi padre estaba en un calabozo o algo así. Y en un principio iban a ser solo seis meses. -Mis pensamientos no debían salir de mi mente, yo hablaba con él, pero mis pensamientos decían algo que yo no podía decir.
-¿Y qué paso?.-Pregunto el novato extrañado. Parecía que ya tenía algo más de confianza en mí. Lógico, puede que fuese el único en este sitio que no quería machacarle el hocico.
-Ya sabes. Empecé como tú, por la mañana estaba en perfectas condiciones, y al día siguiente tenía un par de costillas rotas. Dos meses de recuperación y muchos antibióticos.
Después todo vino solo, el chaval que me partió las costillas estaba solo en el sitio equivocado,
así que aproveche la oportunidad y le devolví la broma que me hizo.
Su cara cambio de repente, y casi sin voz pregunto.
-¿Y qué le paso al chaval?.
-¿Eh? !A si¡, nada, estuvo tres semanas comiendo con pajita. -Me pregunto por qué le cuento todo esto. ¿Sera que me veo reflejado en el?, solo en un sitio extraño, muerto de miedo, y ablando con un delincuente.
-Pero no te preocupes, hace meses que deje las peleas. Llevo casi cuatro años en este tugurio, y la verdad es que aburre. Esta noche tramitaran mi salida. Si eres buen chico saldrás pronto.
El tiempo paso volando, y sin darme cuenta era ya hora de cenar.
No quería pensar en lo que le ocurriría al pobre novato, lo sabía, pero no quería pensar en ello.
Las puertas se abrieron, y empezamos a caminar por aquel pasillo casi derruido.
Entre paredes descolchadas y empujones. Al fin legamos al comedor, y como no, el novato se sentó con migo.
Delicioso. La misma p*ta comida fría de siempre, pan duro y un vaso de agua. La dieta perfecta para morir de hambre.
Entre bocados fríos y sorbos amargos sucedió algo.
José, el matón del centro, el gilipollas al que le gustaba machacar a los nuevos. El gilipollas que me machaco a mí.
Se sentó al lado del novato, quitándole parte de su comida, y amenazándolo con la mirada.
Otra mirada que conocía. Una de odio y ganas de sangre.
Pobre novato.
-Oye José, ¿por qué no dejas en paz al novato? Déjalo comer y no le molestes.
Mis palabras fueron en vano, y una carcajada salió de su boca.
-¿Ahora eres el defensor de novatos?. Esto no es contigo así que déjame divertirme.
Su voz era de los más agresiva, su mirada la de un cabrón bien jodido por la vida.
Y de repente ¡PUM!
Sonó el primer puñetazo.