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[EL SECUESTRO DE TWILIGHT (Capítulo 2)]

NotaPublicado: 21 Sep 2014, 12:50
por Damián García
Capítulo 2
LA CARTA


TWILIGHT
Tras marcharse la princesa me dirigí a mi habitación. Me sentía vacía, no podía creerme lo que acababan de confesarme. ¿Mi maestra había provocado una guerra? ¿Había intentado invadir a los dragones? Siempre vi a Celestia como alguien intachable, como un perfecto modelo de conducta, ella era todo un ejemplo para mí; siempre había deseado ser como ella, pero ahora… ¿Qué me quedaba ahora? Tenía la sensación de estar viviendo una pesadilla constante. Me sentía como si me hubiesen arrebatado a la persona a la que siempre admiré. Ya no podría mirar a Celestia como antes, podía seguir respetándola como mi maestra y soberana, pero no como un ejemplo a seguir.

Nunca se lo había confesado a nadie, absolutamente a nadie, pero hacía más de dos años que sabía que Celestia y Luna no movían los astros; había hecho estudios secretos por mi cuenta, que demostraban el verdadero funcionamiento del sistema solar. Además aunque esto suene mal, en cierta ocasión me colé en la sección secreta de la biblioteca real. Hay un área que no la conoce casi nadie salvó Celestia, pero en una ocasión la descubrí, un año antes de mudarme a Ponyville. En cierta ocasión vi a mi maestra entrar allí pero ella no me vio. Un día cuando nadie me veía entré en ese lugar; encontré toda una serie de libros censurados, entre ellos un ejemplar de Star Swirl que hablaba de un conocimiento que al parecer se ha ocultado a la sociedad poni, la gravedad; esto suena mal pero… robé el libro para estudiarlo, tarde varios meses en estudiar el texto a fondo y entender su contenido; tuve que leerlo por las noches cuando todos dormían para que nadie me descubriera, por aquel entonces Luna aun no había vuelto a Equestria. Tardé más de medio año en devolver el libro, y tuve que hacerlo también de noche.

Primero la princesa Celestia censura el conocimiento ¿Y ahora resulta que no es más que una loca? ¿E incluso le ocultó y le oculta la verdad a su propia hermana y a todo el mundo? Pues se va a enterar. Si salgo de aquí, cuando vuelva a Equestria publicaré todo lo que sé. Denunciaré a esa loca, que lleva mintiéndome toda la vida… ¿O no? ¿Traicionar a Celestia? Me suena de lo más miserable, ella es como una segunda madre para mí ¿Cómo podría traicionarla? Pero lo que hizo no es correcto, ni tampoco está bien que mienta sobre el funcionamiento de los astros.

Me derrumbé en la cama y comencé a sollozar. Mis sentimientos se mezclaban y contradecían unos con otros; sentía inseguridad, tristeza, ira hacia mi maestra pero también lealtad y cariño por ella. No sabía qué hacer ni qué pensar.

De pronto oí que la puerta se abría, pero no vi quién entró. Estaba tumbada boca abajo con la cara apoyada en la almohada. Note que alguien me abrazaba y me cubría con un ala, me volví y vi a Minerva, la dragona me miró con un gesto de comprensión y se dirigió hacia mí “Twilight, sé que todo lo que te ha pasado es muy duro. Se te ha tratado de forma injusta, ni siguiera tendrías que estar aquí, pero te prometo que mis hermanos y yo te apoyamos y te vamos a ayudar. Hemos contratado a un abogado, él se encargara de tu defensa. Tienes muchas posibilidades de salir inocente, pero incluso si salieses culpable podemos apelar. Por lo sucedido con Celestia no te preocupes, Neptuno a veces tiene mal genio, pero no es un loco, incluso si yo no hubiese intervenido él no hubiese matado a la princesa alicornio, no es un asesino. Has tenido una primera impresión muy negativa de mi raza, no es culpa tuya, las circunstancias fueron adversas, pero lo creas o no, la mayor parte de la población de este país es gente pacífica y honesta” Miré a la dragona, aun con los ojos llorosos, ella me secó las lágrimas con una de sus garras. No entendía del todo por qué Minerva trataba de consolarme pero me sentía agradecida, decidí responderla “No lo entiendes, Minerva, no es solo el juicio. Celestia ha sido como una madre para mí, siempre ha sido mi ejemplo a seguir pero ahora…” La dragona y yo intercambiamos una mirada y me respondió “Celestia se equivocó en el pasado, hizo mal las cosas; pero si actualmente mantiene buenas relaciones con el rey Magma entonces… ¿No crees que ella ha tratado de rectificar?”.

MINERVA
Le dije a Twilight que Celestia había tratado de rectificar, pero personalmente tenía mis dudas de que eso fuese verdad. En estos últimos días me había empezado a encariñar con la unicornio. La veía destrozada emocionalmente y con razón; se la había tratado de una forma horrible. Primero la habían secuestrado de su país, después fue maltratada e incluso violada en una celda… para terminar, ahora había tenido un encuentro muy desagradable con su princesa Celestia. No conocía cuál era exactamente la relación entre Celestia y Twilight, pero está última me había dicho que la princesa era como una segunda madre para ella, eso me dio dos cosas en que pensar; primera ¿Celestia había criado a Twilight? y segunda; ¿La alicornio blanca era un ídolo para Twilight? Si ambas cosas eran ciertas, entonces no era raro que la señorita Sparkle se hubiese derrumbado. Todos necesitamos a nuestros ídolos, nuestros modelos a los cuales admirar e imitar, si aquella unicornio sentía que había perdido su modelo de referencia, entonces eso más todo lo que le había sucedido en Draconem… Por Lunarian, era espantoso. ¿Cómo se había llegado a toda esta situación?

De pronto entraron mis hermanos en la habitación, supe que habían escuchado mi conversación con Twilight. Una de las características que tenemos los dragones, es que nuestros sentidos están muy desarrollados, especialmente el oído y el olfato, lo que dificulta que podamos tener intimidad, porque aunque hablemos bajo casi nada se nos escapa.

URANO
Minerva sabía que Neptuno y yo habíamos escuchado la conversación entre ella y Twilight. Nuestra hermana nos miró a los ojos y se puso a hablarnos en Stradivarius; Twilight nos miró perpleja, era la primera vez que usábamos nuestra lengua materna delante de ella. La unicornio al principio se asustó al oírnos “gruñir”, pero de pronto pareció acostumbrarse, me miró y me preguntó si aquellos gruñidos eran algún tipo de código; me reí de la pregunta y le pasé el marrón de la explicación a mi hermano.

NEPTUNO
El graciosillo de Urano se partió de risa cuando Twilight nos preguntó por nuestra lengua materna, le expliqué que la lengua oficial de los dragones es el Stradivarius. Oralmente son un conjunto de rugidos, no gruñidos como decía ella, los cuales al mezclarlos mediante distintas combinaciones dan lugar a un sistema de comunicación. En la escritura usamos el mismo alfabeto que los grifos, que es un conjunto de runas, pero nuestro sistema de acentuación es ligeramente diferente; porque los grifos siempre acentúan las palabras esdrújulas, mientras que nosotros solo las acentuamos si se trata de un plural.

URANO
Lo cierto es que la pregunta de Twilight no era tan graciosa, pero me divirtió pasarle el marrón a mi hermano. Aunque lo cierto es que aquella unicornio daba verdadera lástima, ella nos pidió que la dejásemos escribir a sus padres, el problema era que no sabíamos si eso le estaba permitido; no estábamos seguros si tenía derecho a enviar y recibir correspondencia. Minerva se compareció de la poni, ofreciéndose a llevar una carta a Equestria, a mí me enterneció el carácter de mi hermana, pero tenía mis dudas. Lo lógico hubiese sido consultar primero con el abogado. No obstante Twilight escribió la carta, nos explicó dónde vivían sus padres, nos describió su aspecto físico y nos dijo sus nombres; después la yegua entregó la misiva a mi hermanita. Minerva fue al piso de abajo y consultó un mapa mundial, después salió de la casa.

MINERVA
En el fondo sabía que Urano tenía razón. No teníamos la seguridad de si Twilight tenía permitido el derecho de correspondencia, pero no fui capaz de negarme a ella, bastante había sufrido ya. No obstante yo no era tonta, no me dirigí directamente a Equestria, fui al Bufete de abogados, donde me entreviste con el letrado. Tuve suerte, él me confirmó que Twilight podía enviar y recibir cartas, me sentí aliviada y me marché tranquilamente a Equestria. Sin embargo, cuando aún no había salido de la ciudad, vi desde el aire, una escena lamentable. Era sábado, día de mercadillo; en la calle había un niño sin nombre siendo maltratado por un tendero ambulante; la gente miraba aquella escena de violencia sin intervenir, que vergüenza. Descendí y aterricé a pocos metros de donde se encontraban el agresor y la víctima. El tendero era un dragón blanco, de escamas y ojos azul cielo, sus garras eran negras; el niño debía de tener unos siete u ocho años, tenía la piel naranja claro, escamas marrones, garras negras y ojos verdes. A todo esto hay que añadir que todos los fuera de raza llevaban obligatoriamente un collar de hierro rojo en el cuello, les servía para distinguirlos, aunque personalmente pienso que era para humillarlos, si se quitaban el collar eran sometidos a humillación pública. Una vez más, la sentencia de los fuera de raza, se trasmitía de padres a hijos. Vi como aquel abusón cogía al pequeño del cuello, mientras el niño decía “Solo quería comprar algo de comer”, aquel impresentable dio un bofetón al chico y respondió “Mentira, una basura como tú seguro que quería robarme”. Me acerqué hacía aquel abusón y le ordené soltar al pequeño.

—¿Quién eres tú para darme ordenes? Este gusano es un sin nombre, una escoria—me contestó.
—Tú eres la escoria. Abusas de un niño indefenso. ¿Quieres saber quién soy? ¿Te dice algo el nombre de Minerva?
—¿Tú? ¿Tú eres Minerva? ¿La hija de…?
—Sí.

Aquel miserable palideció, aunque su piel ya era blanca, y soltó al niño. Le respondí que informaría a su majestad de lo ocurrido. El muy cobarde mi miró con miedo, disculpándose con el chico, y pidiéndome que no lo delatará. El agresor era un vendedor de rocas minerales, nuestra raza las consumé. Nosotros comemos minerales, lava y carne; también podemos alimentarnos de menús vegetarianos, pero estos no suelen gustarnos demasiado. El vendedor regalo varias rocas de piedra caliza al niño y otras tantas a mí, disculpándose de nuevo con ambos, volvió a pedirme que no lo denunciará. Le respondí que por esta vez le dejaría en paz, pero le estaría vigilando.

Acompañé al pequeño a su casa, situada a pocos metros. Me explicó que su padre había sido un noble de la corte del rey, pero fue acusado de evasión de impuestos y fraude fiscal; le condenaron a ser un fuera de raza, y la sentencia se transmitió también a su mamá y a él. Esta explicación me sorprendió, normalmente la sentencia de fuera de raza, se aplica en los casos de asesinato, violación, alta traición, etc. Sin embargo… ¿Por un tema de impuestos? No era normal haber dictado esa sentencia por un caso así ¿O sí lo era? Habría que saber qué argumentos usó la fiscalía; pero aun así... ¿Por qué se implicó también a la esposa? Se supone que la sentencia no se trasmite entre cónyuges. Llevé al niño a su casa, nos recibió su madre, quien al parecer se sorprendió de verme con él, me preguntó si su hijo me había molestado, le explique lo sucedido en el mercado y le enseñé las piedras. Me invitó a pasar a tomar algo pero le dije, que aunque se lo agradecía tenía prisa y me fui. Antes de irme le insistí a la madre de que se quedase con las rocas que me había dado el tendero, las necesitaría más que yo. Costó un poco convencerla pero al final se las quedó. Desde el aire pude oír al niño, mientras él decía “Mami, esa señora dijo que se llamaba Minerva, y el hombre malo se asustó al oír el nombre”. La señora respondió “Es que ese nombre es muy característico, esa chica es hija de…

Me dirigí directamente a Canterlot, algunos pegasos de la guardia me cerraron el paso. Les dije que me dirigía a ver a los señores Sparkle, ellos se alarmaron e incluso me acusaron de querer dañar a los padres de Twilight. Me di la media vuelta y salí volando a toda velocidad, no tenía ganas de discutir ni de pelear. Los pegasos me persiguieron, que pesados eran, subí más arriba. A cierta altura los pegasos se detuvieron, el aire era casi nulo y hacía mucho frío. Uno de los perseguidores intentó ponerse frente a mí, fue un grave error, a esa altitud no podía respirar. En el ejército aprendí a mantener la respiración durante media hora, como cualquier ciudadano de Draconem hizo el servicio militar a los 18; por otro lado los dragones tenemos más facilidad para filtrar el aire de la atmósfera; pero aquel poni no estaba acostumbrado, se desmayo y cayó al vacío. Me dio lástima, descendí para ayudarle y logré cogerle. Bajé con él en brazos hacía tierra firme, donde el aire era mayor; pero sus compañeros en vez de agradecérmelo comenzaron a atacarme con sus lanzas, desagradecidos. El pegaso se despertó, se separó de mí y me acusó de querer matarle y devorarle. Me acusaba a mí, a quien le había salvado de morir asfixiado, ingrato. Sabía que aquellas armas no podían atravesar mi dura piel, pero aun así resultaban molestos los pinchacitos, volví a subir a lo más alto pero esta vez nadie osó seguirme. Esperé unos minutos antes de bajar de nuevo, no vi a nadie asique me marché. Para evitar más problemas me fui a unas montañas cercanas, esperé a que anocheciera. Por la noche llegué a casa de los señores Sparkle. La mayor parte de los dragones tienen un tamaño medio de 5 metros de altura, incluso algunos son más altos; pero una servidora era bajita, solo medía 2,5 metros.

No sabía con exactitud qué hora era, pero por la altura de la luna, y el brillo de las estrellas supuse que serían las 22:30. Las estrellas brillan con más fuerza en plena noche, pero conforme se acerca el amanecer pierden brillo, bueno... no lo pierden exactamente, pero no se percibe igual. Me pregunté si estarían dormidos, no sé a qué hora se acuestan los ponis. Twilight suele acostarse sobre las 0:00, antes se queda leyendo, lo que me recuerda que Urano y yo tuvimos que conseguirla varios libros escritos en el común, porque los que teníamos en casa estaban todos redactados en Stradivarius. En la ciudad de Vesubio, la capital de Draconem, donde vivimos mis hermanos y yo, y ahora también Twilight, hay varias librerías pero solo una que comercialice libros escritos en común, no son muy frecuentes en el país dragón. Normalmente los libros escritos en el común están destinados a los turistas, y solo hay una editorial que realiza este tipo de edición, la Editorial Salamandra.

Llamé a la puerta y me abrió una unicornio, por la descripción que me había dado Twilight supe que se trataba de su madre llamada Velvet, la yegua me miró con miedo y cerró la puerta, típico. Siempre se tiene miedo a mi raza, es por culpa de tontos tópicos originados por leyendas tontas. Rodé los ojos y volví a llamar, esta vez abrió un semental, el esposo de la yegua Night Light, me dijo que me marchará porque no quería problemas. Le respondí que le traía una carta de su hija, él abrió los ojos como platos y me hizo pasar, entré en la casa, era bonita pero no tuve mucho tiempo para admirarla, la yegua de antes me seguía mirando con temor, vi que el semental se abrazó a ella.

Saqué la carta y la dejé apoyada en una mesa del recibidor. Me sentí tentada de intentar conversar un poco con aquellos ponis, pero estaba claro que me temían a pesar de que no les había hecho nada, aunque teniendo en cuenta que yo era la carcelera de su hija, en el fondo era normal que no quisiesen verme. Les di la espalda y me volví a la puerta para marcharme, pero antes de que pudiera girar el picaporte sentí un fuerte mareo y me desmayé.

No supe cuánto tiempo permanecí inconsciente. Cuando desperté estaba en una especie de sótano, parecía un trastero. Esos groseros me habían encadenado, llevaba las alas atadas a la espalda y una segunda cadena en el cuello que me sujetaba a un radiador fijado a la pared, el cual no estaba en funcionamiento. Olisqueé la cadena, no era una aleación, estaba hecha de hierro inoxidable. Genial, ahora era yo quien estaba prisionera. Afiné el oído para escuchar a los equinos, la yegua insistía en entregarme a las autoridades del país, pero el semental decía que se esperara, que primero quería interrogarme ¿Interrogarme? No estaba seguro de si Night era muy listo o muy tonto. Podría haber roto mis ataduras, a los padres de Twilight podía mantenerlos a raya con facilidad, pero si llamaban a los soldados lo tendría más difícil. Además no quería hacer daño a nadie; de momento era mejor mantener las cadenas. Oí como unos pasos se acercaban y vi al semental.

—Esta no es forma de tratar a las visitas—me quejé.
—Cállate, monstruo. ¿Dónde está mi hija? ¿Qué le has hecho?
—¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? ¿Cómo me trajo aquí?
—Con un hechizo de sueño. Esperaba que te durase dos horas, pero solo has estado inconsciente unos treinta minutos. Ahora responde. ¿Qué le has hecho a mi hija?
—Yo nada, pregunte usted a Arquímedes, que fue quien la raptó.

El equino me miró dudoso. Me recordó a algunos de mis alumnos, cuando tienen alguna duda pero no se atreven a preguntarla. Doy clase de lenguaje y literatura a un grupo de primaria. Todos los colegios de Draconem son públicos, no hay enseñanza privada, salvo por algunos profesores particulares, contratados por los padres de algunas familias para ayudar a sus hijos con los estudios, pero estos docentes trabajan a domicilio. Lo hacemos así para que todos tengan las mismas oportunidades académicas. En una enseñanza privada la formación dependería demasiado de los recursos económicos de cada familia. Además en Draconem está muy mal vista la ociosidad.

En cuanto a las relaciones entre la nobleza y la plebe suelen ser amistosas, dado que ambos grupos se educan en los mismos colegios; participan en los mismos deportes, como las carreras voladoras; hacen todos la formación militar, etc. A veces surgen algunos nobles elitistas que desprecian a las masas y al pueblo llano, en todas partes hay individuos peores que otros, pero no son muchos.

Me estoy desviando del tema principal. Estaba hablando de mi conversación con Night Light. El semental me miró a los ojos fijamente.

—¿Quién es Arquímedes? ¿Qué tienes tú que ver con él? ¿Qué habéis hecho con mi hija?
—¿Por qué no me desata? Podemos ir al salón y hablar tranquilamente.
—No me fió de ti—me respondió el semental.
—Oh, por favor… Twilight me dijo que ustedes y ella criaron a Spike. No puede ser que tengan tanto miedo a los de mi raza.
—Spike es un caso especial. Para mi esposa y para mí es como un hijo; pero no confió en ti.

La respuesta del padre de Twilight no me sorprendió, en parte tenía razón. No era lo mismo confiar en un joven dragón, criado por él; que en una dragona adulta desconocida.

Oí pasos de nuevo, al poco se presentó Velvet situándose al lado de su marido. Me miró con ojos suplicantes antes de decir “Por favor, solo queremos saber qué ha sido de nuestra hija”. Se notaba que aquella mujer estaba sufriendo; y su marido también aunque presumiese de machote. ¿Y quién iba a culparlos? ¿Cómo no van a sufrir unos padres que saben que su hija ha sido raptada? Pero aun así no me gustaba su forma de actuar, yo no les había hecho nada. Había venido a verles por deseo de su hija, les había traído una carta… ¿Y me recibían así? ¿Atacándome a traición y encadenándome? No sé si hice lo correcto o no, pero me sentí tentada de castigarles, pero como no quería volverme violenta se me ocurrió jugar un poco con ellos. Comencé a responderles pero lo hice en Stradivarius, ellos no me entendían y al escucharme “rugir”, pensaron que me estaba volviendo violenta; la yegua se abrazó a su marido, este me pidió que parase y activó su cuerno; en ese momento me sonaron las tripas, lo cual fue perfecto.

—Vale, ya paró. Tengo hambre ¿Qué hay de cena?

Ambos equinos se miraron entre ellos. Velvet me volvió a preguntar por su hija. Le respondí que no pensaba decir nada hasta comer algo. El semental me dijo que no pensaban darme de comer hasta que respondiese, y le contesté “Puedo estar cinco semanas sin comer ni dormir ¿Pueden ustedes esperar tanto tiempo a que responda?” El semental se enfadó y me amenazó con avisar a la guardia si no respondía, le contesté que si me entregaban no conseguirían ninguna información, porque aunque la guardia lograse hacerme hablar, no compartiría con ellos dichas declaraciones. Oí como Night susurraba a su esposa “En eso tiene razón, la guardia no compartiría nada con nosotros”. No podemos entregarla de momento” Me sentí aliviada, si no me entregaban podía mantenerlos a raya fácilmente. Se notaban que no estaban acostumbrados a tratar con una dragona, lo cual era sorprendente teniendo en cuenta el caso de Spike, pero si él se había criado entre los equinos, entonces es muy posible que su conducta y sus hábitos fuesen los de un poni. En cambio yo era una dragona criada por mi especie, y no era lo mismo.

Velvet me miró y me preguntó qué comían los dragones. No podía creérmelo pero ninguno de los dos sabía qué era un filete ni una chuleta, ni siquiera conocían las albóndigas. Aunque admito que yo tampoco conocía muchas comidas vegetarianas antes de convivir con Twilight. La yegua me ofreció una judías pintas con arroz, no sabía qué era eso pero si se trataba de algo comestible valdría, le dije que sí. Me sentí ofendida de la forma en que me sirvieron la comida, en un cubó. ¿Me habían tomado por un perro? Les repliqué el servicio diciéndoles “¿No tienen platos, cucharas y servilletas en esta casa? Y de pasó un vaso de lava fundida estaría bien” Lava no tenían pero me trajeron un vaso de agua, y me sirvieron de nuevo la cena, pero está vez de la manera correcta, al tiempo que les platiqué “Gracias” Aquellas judías estaban muy ricas, vi que además de arroz también había trozos de patata hervida. La situación era muy cómica; ellos eran mis camareros, y yo su supuesta prisionera que si quería podía convertirles en equinos a la parrilla. Obviamente no les hice nada.

Pedí repetir dos veces más, y ellos accedieron. Entonces el semental intervino “Ya has cenado. Ahora dinos que sabes de nuestra hija”.

—… Ella fue llevada a Draconem por un dragón de carácter discutible, de nombre Arquímedes, él la llevó a presencia del rey Magma, y le acusó de mantener esclavizado a un joven dragoncito llamado Spike. Después el monarca castigo a la poni prohibiéndola regresar a su país, pero…
—¿Pero qué? ¿Qué más? Dinos que más sabes. Celestia no ha querido darnos casi ninguna información, solo nos dice que confiemos en la vía diplomática—comentó Velvet.
—Les diré el resto después del postre ¿Qué hay disponible?

La declaración de la yegua me dejó perpleja. ¿Su princesa no la había informado de la situación de su hija? ¿No les había contado que ella estaba viviendo con mis hermanos y conmigo? ¿De qué me sorprendía? ¿Qué se puede esperar de una persona que provoca una guerra?

Continué con el “juego”, me zampé de una sentada varias frutas que me ofrecieron, y un dulce muy rico llamado mus de limón, otra delicia que no conocía. Por lo visto la cocina equestriana es mucho más avanzada que la de mi país. Bien pensado la gastronomía debidamente enfocada puede ser un factor cultural y turístico importante, sería bueno aprender de la cocina de Equestria para luego exportarla a Draconem. También se podrían traducir al Stradivarius varias obras de literatura equestriana. Fue entonces cuando lo comprendí. Draconem y Equestria eran dos países muy distintos, pero podían aprender mucho el uno del otro.

Night Light me miró con ojos furiosos al tiempo que decía “Bien, ya has comido. Ahora di lo que sabes”. Podría haber contestado directamente, pero las cosas tienen un orden; me acababa de tomar el postre y ahora tocaba el café. En realidad los dragones no solemos tomar dicha bebida, no nos gusta demasiado; el café es más común entre los equinos y los grifos; pero quería alargar el “juego”. Me sirvieron dos tazas de descafeinado.

Les miré a los dos, el “jueguecito” ya estaba durando demasiado, de modo que respondí sin rodeos “Deje una carta en una mesa. Es una misiva de su hija, escrita por su propio casco. Ahí está todo lo que desean saber”. Me sorprendió que no hubiesen visto la carta, seguramente estaban tan absortos con mi presencia, y las ganas de inmovilizarme que no repararon en ella. Ambos se miraron durante un instante, y luego me dejaron sola para ir a buscar la misiva. Que bobos, dejaban sola a una dragona “capturada”, sin vigilancia.

Gracias a mi fino oído pude seguir todos sus movimientos, no paraban de buscar el mensaje por todas partes, hasta que lo encontraron cerca de la entrada; oí rascarse el papel del sobre, esa era mi oportunidad. Me solté las cadenas sin dificultad. La cadena de las alas la rompí directamente, la que me sujetaba el cuello fue más difícil, estaba sujeta a un radiador fijado en la pared y no quería arrancarle, de modo que me llevé las garras al cuello, comencé a forzar la cadena hasta que cedió y se rompió. Subí por unas escaleras hasta alcanzar la puerta del sótano, la cual forcé con una de mis garras, salí al exterior. Oí las voces de los equinos, al parecer estaban dudando que la carta fuese realmente de su hija, no se decidían a leerla. Me dirigí a la salida procurando no hacer ruido, pero no tuve éxito; como la carta estaba cerca de la salida, ellos se encontraban allí. Se sorprendieron al verme. Night trató de usar de nuevo el hechizo aturdidor, pero está vez estaba preparada, y con mi fuerza mental logre resistirlo. El semental me miró asustado.

Solté una pequeña llama del tamaño del fuego de una vela, que se desapareció casi de forma instantánea, esa llama no hizo nada pero sirvió para demostrarles que podía usar la llamarada, ambos estaban cada vez más asustados con mi presencia, me aproveché de ese momento de miedo para hablarles “Lean la carta, en ella se explica todo. Tenerme aquí no ayudará a su hija, la perjudicará. El fiscal podría aprovechar mi detención contra Twilight”. Ambos me miraron de forma dudosa, era lógico, seguramente pensaban que mientras leían tendrían la guardia baja y yo podría atacarles, ahora que ya no les funcionaba el hechizo aturdidor, estaban más aterrados que nunca. Les miré a ambos mientras platicaba “Usen la cabeza de una vez, señores Sparkle. Ya ven que me he liberado de sus ataduras sin ninguna dificultad, ya han visto que el hechizo de antes no me funciona una segunda vez, han sido testigos de que puedo usar la llamarada. ¿No se dan cuenta de que si hubiese querido hacerles daño, ya estarían muertos? ¿Qué me impidió carbonizarles en el sótano? ¿Qué me impide hacerlo ahora? No soy una asesina. Twilight me envió a verles porque confía en mí. Mis hermanos y yo somos la única oportunidad que tienen ustedes de que ella regresé a Equestria”. Ante este último dialogo ambos ponis parecieron relajarse; Velvet comenzó a leer el documento pero su marido no me quitaba el ojo de encima. Hay que añadir que no sabía exactamente qué decía la carta, cuando Twilight la escribió mis hermanos y yo la dejamos sola para que tuviese intimidad, además recuerdo que ella misma se quejó de que no se apañaba bien escribiendo sin su magia, tuvo que usar su casco delantero izquierdo. La yegua continuaba leyendo, pude observar que me miraba de forma distinta, como si hubiese empezado a confiar en mí. Le pasó la misiva a su marido y le pidió que leyese, luego se acercó a mí y se disculpó conmigo, que raro. ¿Por qué ese cambió de actitud tan repentino? Al cabo de unos minutos el semental también terminó de leer el mensaje, y también se disculpó. Me dijo que lo del ataque aturdidor y lo encadenarme en el sótano era solo culpa suya, que su esposa solo se vio implicada. Cada vez entendía menos lo que pasaba; antes aquellas personas me miraban como a un monstruo, en cambio ahora… Pedí poder leer la carta, esperando que aquel mensaje me aclarara lo que estaba sucediendo. Night me pasó la misiva con su magia al tiempo que decía “Tienes derecho a leerla, habla de ti”. ¿De mí? ¿Aquella nota hablaba de mí? Lo lógico es que hablase de Twilight, a fin de cuentas, la había escrito ella para sus padres. No pude soportar más la curiosidad y leí aquel documento.

Queridos papá y mamá:

Ya no sé cuántos días llevó retenida en este país. Fui raptada por un dragón malvado, que me acusó falsamente de maltratar a Spike. Los primeros días aquí fueron un infierno, el cual prefiero no recordar, es demasiado doloroso. Los siguientes días han sido mejores, me confiaron a unos hermanos trillizos, que responden por los nombres de Neptuno, Urano y Minerva, a está última le he pedido que os entregue esta carta.

Los tres hermanos me han ayudado muchísimo, de no haber sido por ellos no sé que hubiese sido de mí. Desde el principio hicieron todo lo posible para que estuviese cómoda con ellos. Además me han conseguido un abogado que está llevando mi caso.

Hoy, por la mañana tuve un encuentro muy desagradable con la princesa Celestia, la cual vino a visitarme. Os lo creáis o no, hace más de dos milenios hubo una guerra entre Equestria y Draconem y fue ella quien provocó el conflicto, pero esto no sé sabe porque Celestia siempre lo ocultó a todo el mundo, incluso a su propia hermana, Luna no sabe nada. Quedé destrozada cuando supe la verdad, pero los dragones que viven conmigo me consolaron, especialmente Minerva, la encargué que os llevará este mensaje; al principio dudábamos de mandarlo, aun no sé si se me permite recibir y enviar correspondencia. Cuando llegue ser amables con ella, ha sido un báculo para mí.

Por ahora no me permiten regresar a Equestria. Minerva y sus hermanos no pueden llevarme de regreso, me convertiría en una fugitiva y ellos serían mis cómplices. Debó ir a juicio para probar mi inocencia. El proceso judicial me da miedo, pero es lo que debó hacer para limpiar mi imagen y lo haré.

Decirle a mi hermano, a Cadence y a mis amigas que las hecho mucho de menos, y también a vosotros. Os echó mucho en falta. No obstante seguiré luchando por mi libertad, pero lo haré legalmente.

Perdonar la caligrafía, es un desastre. Me han colocado un bloqueador de magia, que me impide usar mis poderes mágicos, sin ellos no me apañó bien para escribir.

Un beso de vuestra hija.
Twilight.

Me quedé asombrada al leer está carta. ¿Twilight me consideraba su báculo? Bueno… después de todo lo que le había pasado, es normal que necesitase alguien en quien apoyarse. Aunque quizás solo fuese un efecto temporal producido por la escena de esta mañana. Pude notar por el tono de la misiva una cierta fortaleza en Twilight, esa chica era muy fuerte.

Velvet me cogió de una de las garras delanteras mientras me daba las gracias por ayudar a su hija. Me sentí alagada pero quise irme. Les di las gracias por la cena, me despedí muy rápido y salí de la casa. Desplegué mis alas para echar a volar, pero antes de abandonar el suelo vi que los padres de Twilight había salido a despedirme.

—Su hija regresará a Equestria, se lo prometo—les dije justó antes de echar a volar.

Aunque era de noche, había luna llena y los dragones tenemos buena vista. Durante el viaje de vuelta no paraba de pensar en lo sucedido con los padres de Twilight. Había cosas que no encajaban. ¿Por qué no avisaron a la guardia directamente después de dejarme inconsciente? ¿Por qué no habían usado su magia para intentar torturarme? ¿Por qué no emplearon ningún hechizo para reforzar las cadenas? ¿O para intentar anular mi llamarada? Todo era muy contradictorio y poco ético. Además el comportamiento de los padres de Twilight, no coincidía con lo que me había explicado ella, de la forma de ser de los señores Sparkle. Todo esto daba que pensar. Tenía la sensación de que en realidad Night y Velvet nunca quisieron hacerme ningún daño, quizás incluso no tuvieran la intención de meterme en aquel sótano; creo que fueron improvisando sobre la marcha, seguramente su conducta fue debida al miedo que me tenían, además de la angustia que sentían por la situación en que se encontraba su hija. Eso debió ser lo que paso. Fueron sus miedos y su tristeza lo que hizo que actuaran así. Me pregunté entonces si había sido justa con ellos, creo que no del todo; no les había hecho ningún daño ni tampoco había dañado su casa o sus posesiones, pero tal vez no actué con suficiente tacto. Posteriormente buscaría la forma de volver a platicar con los señores Sparkle, para intentar arreglar las cosas con ellos.

Al regresar a casa Twilight ya se había acostado y dormido, pero mis hermanos me esperaban en la cocina. Me preguntaron que dónde había estado. Urano bromeó diciendo “¿Qué más has hecho aparte de entregar la carta? ¿Has estado con alguien especial, hermanita?” A palabras necias oídos sordos. Les conté a ambos lo sucedido con los señores Sparkle y conmigo, ellos se partieron de risa, Neptuno platicó “Podrías haberte traído la cadena del sótano, ya sabes, en plan suvenir”. Urano añadió “¿La cadena del cuello estaba acoplada a un collar? ¿Y de verdad te sirvieron la comida en un cubo? Ja, ja, ja. Es que en el fondo tienes cara de perrita linda ¿Te podemos llamar Esmati?” Lo dicho, a palabras necias oídos sordos. Esmati era el nombre de una perrita que teníamos mis hermanos y yo cuando éramos pequeños, el nombre se lo inventó Urano, a saber qué significa, creo que ni siguiera Urano sabe qué significa el nombre, se lo inventó sin más. Querríamos mucho a nuestra mascota, pero los perros viven poco, falleció a la edad de doce años, cuando nosotros teníamos quince y ya tenemos treinta y cinco.

Al principio me sentí molesta con las bromas de mis hermanos, pero se me terminó contagiando su risa. Finalmente los tres acabamos riendo de buena gana. Acordamos no decirle a Twilight lo sucedido con sus padres, simplemente le diríamos que les entregué la carta y ellos y una servidora mantuvimos una conversación, nada más.

FIN DEL CAPÍTULO 2

Hola bronies y lectores.

Al principio está historia iba a ser un one-shot, pero al final quise hacer una serie.

Posiblemente algunos se pregunten ¿Quiénes son los padres de Minerva y sus hermanos? No lo sabrán hasta el último capítulo.

Lo de los fuera de raza es un headcanon de Amadeusdark. Él lo usó en su fanfic de “Querida princesa Celestia”, pero él lo empleó con grifos y no con dragones. Además Amadeusdark no especifico que sea algo hereditario que pase de padres a hijos, eso me lo inventé para dar un toque triste a la historia.

Lo de que las princesas no mueven los astros es un headcanon de Raigatux y su fic de “El verdadero Dios del mundo”.
La escena del niño y el tendero está inspirada en una escena del fanfic “Sombras en Equestria” de Eyedragon, concretamente en un flashback de Sombra.

Las comidas búsquenlas en Google. Son difíciles de describir, porque no en todos los países se consumen los mismos alimentos, ni estos se llaman igual.

Me encariñado con el personaje de Minerva, por eso quise darle un episodio propio. La reacción de los hermanos me costó un poco, tenía un final alternativo en donde Neptuno al enterarse de lo sucedido con su hermana, dice que tomaría represalias contra los Sparkle, Minerva y Urano tienen que contenerle; pero me decidí por un final más cómico. La idea era hacer ver que los trillizos no son perfectos, tienen sus propios defectos.

En cuanto al comportamiento de los señores Sparkle para con Minerva y a la inversa, lo dejó a su libre criterio. ¿Tú qué opinas, Eyedragon? ¿Y tú, Sg91?

“A palabras necias oídos sordos”. Refrán español, que significa que no hay que hacer caso de aquel que habla sin conocimiento, o con ánimo de burla.

Marrón. Expresión coloquial, que significa cargar con alguna obligación.

Editorial Salamandra. Es una editorial española; fue la responsable de publicar en España las novelas de Harry Potter.

MIS HISTORIAS
En primer lugar terminaré este fanfic, después acabaré el de “Delito y castigo de Trixie”, y finalmente empezaré con la secuela de “Las desventuras de la familia de cristal”.

El fic de Cenicienta no lo voy a continuar por ahora. Lo retomaré más tarde, pero no esperen que lo actualice pronto.

Eso es todo por ahora.

Un saludo.
Nos leemos.

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