Sonic & The Mane Six
Publicado: 13 Ago 2012, 17:50
Aqui os presento mi primer fanfic donde uno elementos del mundo de Sonic the Hedgehog con My Little Pony: Friendship is Magic. Hasta ahora solo llevo el primer capitulo pero ya estoy trabajando con el segundo. Espero que este primer capitulo os guste ^^
sonic
&
the mane six
Notas del autor: Una de las mayores aficiones que he tenido durante toda mi vida ha sido siempre los videojuegos de Sonic the Hedgehog, ese gran erizo azul supersónico que recoge anillos, destruye malvados robots y arruina los malvados planes de su eterno archienemigo, el Dr. Robotnik (conocido también como Dr. Eggman), cuyo propósito es dominar el mundo con su imperio de máquinas. La saga de Sonic ha generado a lo largo de los años una gran infinidad de personajes tan conocidos como Miles “Tails” Prower, el mejor amigo de Sonic; Knuckles the Echidna, amigo y rival del erizo azul; Amy Rose, la alegre y divertida erizo rosa que persigue a Sonic con la intención de casarse con él; etc…
¿Pero qué pasaría si en un momento dado Sonic y sus amigos acabasen dentro del universo de My Little Pony: Friendship is Magic? Pues de eso precisamente va a tratar este fanfic que he realizado con todo cariño dedicado a los bronies y a los fans de Sonic, ¡y sobre todo a los bronies fans de Sonic, todo sea dicho!
Ya sin más que decir espero que os guste este primer capítulo.
Brohoof!!
Capítulo 1
“¡¿Qué ocurre Eggman?! ¡¿Tus juguetitos se te están quedando obsoletos?!” dijo Sonic sonriendo burlonamente mientras esquivaba con una elegante y veloz acrobacia en el aire el misil lanzado por uno de los robots humanoides que se encontraba protegiendo la central robótica del doctor.
Había pasado mucho tiempo desde que Sonic se enfrentó por última vez al Dr. Eggman y su escuadrón de robots, y el momento en el que se enteró por parte de Tails que Eggman había vuelto a las andadas no pudo disimular la enorme alegría que recorrió su cuerpo en ese momento.
Y es que una libertad sin aventuras es una libertad aburrida. “¿Y a que esperamos viejo amigo? ¡Vamos a pararle los pies una vez más a nuestro querido doctor bigotudo!” exclamo Sonic mientras se subía a la avioneta de Tails, el Tornado, dispuesto a enfrentarse una vez más contra Eggman. “¡Pero Sonic, esta vez es diferente! ¡Eggman no solo ha logrado reunir las 7 Chaos Emeralds, sino que además Knuckles trató de detenerle cuando se enteró de la noticia pero fue derrotado por el poder de las esmeraldas y ahora Eggman lo mantiene cautivo!” dijo Tails con voz angustiosa mientras ponía los motores del Tornado en marcha y despegaba hacia el cielo.
Sonic se quedó durante un momento callado y con los brazos en cruz mientras permanecía de pie sobre la avioneta, ya sobrevolando las nubes. “Knuckles… ¿Pero cómo se le ocurre a ese cabeza de chorlito enfrentarse contra Eggman sabiendo que cuenta con las 7 Chaos Emeralds? Ains… siempre presumiendo de sus habilidades como guerrero equidna para que luego se meta en estos líos. Lo que no entiendo es, ¿Por qué Eggman lo ha encerrado? ¿Qué se supone que va a conseguir con eso? ¿A lo mejor nos quiere pedir un rescate por el o algo parecido?” argumentó Sonic. “No lo creo. Yo pienso que Eggman sabe que Knuckles es el guardián de la Máster Emerald, la única esmeralda capaz de neutralizar el poder de las 7 Chaos Emeralds. Teniendo Eggman a Knux retenido podrá ir sin problemas a Ángel Island y robarla sin que Knuckles pueda impedírselo,” dijo Tails. “Ya bueno, eso si no se le adelanta cierta chica murciélaga tetona que yo se me,” dijo Sonic con un ligero tono burlón. “¡Sonic por favor, este no es el momento para chistes! ¡Knuckles está en peligro y Eggman tiene las esmeraldas!” exclamó Tails notando lo preocupado y aterrado que estaba ante la situación.
Sonic sonrió a Tails mientras levantaba el dedo pulgar en señal de confianza. “Vamos Tails, no te preocupes, ya hemos vencido a Eggman en infinidad de ocasiones y volveremos a patearle su gordo trasero una vez mas. Vamos, derrotamos a su súper robot de turno, rescatamos a Knuckles, le arrebatamos las esmeraldas y asunto resuelto. ¡Como en los viejos tiempos!” exclamo Sonic lleno de júbilo esperando con ansia el momento de enfrentarse contra Eggman. Tails por el contrario suspiró y contestó medio susurrante “Espero que tengas razón.” No es que no confiase en Sonic, pero había algo dentro de Tails que a diferencia de otras ocasiones este enfrentamiento iba a ser diferente. Muy diferente…
Cuando llegaron a la guarida de Eggman, una enorme torre mecánica rodeada de artefactos ofensivos y robots soldados humanoides, Sonic, en pleno vuelo, saltó del Tornado y empezó a caer con elegancia en dirección a los robots. “¡Jejeje, empieza la fiesta!” dijo Sonic sonriendo mientras que aprovechando la velocidad con la cual era atraído a la tierra se hizo bola y empezó a girar sobre su eje a gran velocidad. Estaba preparando su movimiento de ataque favorito: El Homing Attack.
Sonic, ya convertido en una bola de púas se estrelló contra el primer robot que tenía enfrente, haciéndolo volar por los aires y posteriormente explotando. Tras eso Sonic, aun convertido en bola, fue rebotando con todos los robots soldados que encontraba a su paso golpeándolos y destruyéndolos. De pronto, uno de los robots sacó un disparador de misiles, con el cual empezó a disparar a Sonic, pero el erizo era más rápido que los misiles por lo que volviendo a su aspecto original empezó a efectuar una serie de movimientos acrobáticos mientras esquivaba con elegancia uno a uno todos los misiles lanzados por el robot. Cuando Sonic logró acercarse a escasos metros del robot pegó un salto mientras giraba en el aire con su pierna derecha extendida y con un movimiento de cintura propinó una fuerte patada lateral a la cabeza del robot, dejándole literalmente sin cabeza. El cuerpo decapitado del robot cayó al suelo soltando chispas eléctricas donde hace escasos instantes tenía la cabeza. Sonic silbó. “¡Fiuu! ¡A eso lo llamo yo perder la cabeza!” dijo Sonic riendo. Pero su risa no duró mucho cuando sintió como un cuerpo se abalanzaba detrás de él mientras unos brazos rodeaban el cuerpo del erizo con bastante fuerza. “¡Sonikku!” dijo una voz femenina por detrás de el. “¿A… Amy?” pregunto Sonic mientras trataba de librarse de aquel abrazo que le cortaba la respiración. “¡Si, lo has adivinado churri! ¡Tu preciosa y dulce Amy Rose ha está aquí!” dijo Amy sonriendo dulcemente a Sonic mientras le soltaba. Amy Rose era una erizo de color rosa con un vestido rojo con faldita y que la dejaba la espalda al aire. A diferencia de Sonic sus púas estaban peinadas hacia abajo, dejando en su frente un llamativo flequillo y una diadema de color rojo para fijar su peinado. “Amy, ¿Qué estás haciendo aquí?” pregunto Sonic mientras trataba de recuperar el aire perdido por el abrazo. “¿No es evidente?” dijo Amy se encogía de hombros. “He venido a lo mismo que tu y Tails, a rescatar a Knuckles, recuperar las Chaos Emeralds y a pararle los pies al Dr. Eggman.” Sonic suspiró mientras se rascaba la frente con un dedo. Sabía que Amy siempre fue una buena aliada y que se podía contar con ella para cualquier situación, pero sabiendo que Knuckles, una de las personas más fuertes y con mejores conocimientos del combate había sido derrotado y apresado por Eggman, temía que Amy corriese la misma suerte si decidía ayudarles en esta misión.
Sonic abrió la boca para decirla algo cuando de pronto se percató que uno de los robots mecánicos de Eggman estaba acechando a Amy por detrás suya para atacarla. “¡Cuidado Amy, detrás de ti!” advirtió Sonic a la erizo rosada. Amy se giró velozmente y manifestando en sus manos su arma más conocida, el Piko Piko Hammer, asestó un fuerte golpe al robot con su martillo, haciéndolo volar por los aires. “¡¿Cómo te atreves estúpido robot?! ¡¿No te enseñaron nunca a no molestar a una hermosa parejita cuando están hablando?!” gritó Amy echa una furia al robot que había tratado de atacarla. Amy no se dio cuenta de cómo Sonic alzaba una ceja ante el comentario que acababa de soltar. “¿Hermosa parejita?” susurro Sonic.
Amy se calmó y con el martillo aún en la mano sonrió de forma dulce al erizo azul y le preguntó “¡Bueno, antes de la interrupción me pareció que querías decirme algo! ¿Qué querías contarme, Sonikku?” Sonic, con gesto de estar algo molesto se rascó la nuca y contestó “Nada importante. Pero… si vas a ayudarnos a liberar a Knuckles te pido que seas prudente. No sabemos qué artimañas puede tener Eggman preparadas contra nosotros.”
Amy se ruborizó mientras sonreía de forma tierna ante el comentario del erizo. “¡Ay Sonikku! ¡Me encanta cuando te preocupas tanto por mí! ¡Pero no tienes que preocuparte por nada churri! ¡Me vuelto muy fuerte y puedo encargarme de los cachivaches de Eggman con los ojos vendados!” respondió Amy de forma energética mientras adquiría una pose molona con un puño alzado y con el otro pegado a su cintura. “Je… En fin, supongo que llevas razón. En ese caso vamos. Tenemos que entrar a la guarida del doctor bigotudo y salvar a Knuckles.” Exclamo Sonic sonriendo a su amiga.
En un abrir y cerrar de ojos Sonic desapareció ante los ojos de Amy dejando como rastro una brillante estela azulada que apuntaba a la guarida de Eggman. “¡Oye Sonic! ¡Espérame por lo menos! Siempre hace lo mismo…” exclamó Amy mientras echaba a correr tratando de seguir al erizo azul.
“Grrr… ¡Eggman, en cuanto me haya liberado de estas cosas me encargaré de rebozar tu fea cara a hostias!” gritó Knuckles hecho una furia desde donde se encontraba. Estaba maniatado de pies y manos con grilletes y cadenas rodeados de una brillante aura de energía. “¡Jajajaja! Deberías relajarte mi querido amigo equidna. Tendrías que sentirte afortunado al ser invitado a mi humilde morada.” Respondió Eggman sentado en su amplio asiento mientras su vista estaba clavada en los monitores del panel de control donde le mostraba todos los alrededores de su guarida. En uno de ellos podía observar los restos desperdigados de sus soldados robots víctimas de los ataques de Sonic y Amy. Mientras tanto, en el monitor de la izquierda mostraba la imagen de una avioneta de color rojo sobrevolando la torre. “¡Si, tu ríete! ¡De no haber sido por el poder de las Chaos Emeralds te habría pateado tu enorme culo! ¡Maldita sea! ¡Si no fuese por estas condenadas cadenas…!” exclamó Knuckles mientras trataba nuevamente de liberarse de su cautiverio sin demasiado éxito. “Ya te he dicho que no te esfuerces en liberarte. Esas cadenas están conectadas directamente al núcleo principal de este lugar donde se encuentran guardadas las 7 Chaos Emeralds. Mientras el poder de las esmeraldas esté activado no tendrás ninguna posibilidad de escapar. ¡Además, ahora la cosa se va a poner mucho más interesante! ¡Tus amigos han venido a salvarte! ¡Jajajaja!” dijo Eggman mientras se reía con ganas sentado en su asiento.
Knuckles echó un vistazo a los monitores. En uno de ellos pudo ver a Sonic recorriendo un largo pasillo seguido por Amy. “Sonic…” dijo Knuckles seriamente sin dejar de mirar el monitor. No se dio cuenta que en la sala acababa de entrar de forma silenciosa una enigmática figura oculta en las sombras. Una figura con forma de mujer y orejas puntiagudas, como las de los murciélagos.
Sonic corría como una flecha por los pasillos del interior de la base de Eggman seguido por Amy. Mientras avanzaban aparecían de las esquinas más robots guardias de Eggman, los cuales logró convertir en chatarra con su Homing Attack. “¡Jajajajaja! ¡Bienvenido a mi guarida, Sonic!” exclamó desde unos altavoces la voz de Eggman. Sonic se detuvo y mientras sonreía burlonamente se rascó la nariz. “Gracias por el recibimiento Eggman, aunque he sido algo grosero al presentarme sin ser invitado. El próximo día que venga te traeré una caja de bombones, ¿te parece bien?” dijo Sonic con tono burlón. “Jejeje… Siempre te ha gustado hacerte el gracioso erizo. Sin embargo hoy es el día en el que te quitaré finalmente esa estúpida sonrisa de la cara.” Dijo Eggman con cierto tono malévolo desde el altavoz. Amy llegó finalmente a donde se encontraba su amado Sonic y agarrándole del brazo dijo “Sonic, ten cuidado. Eggman puede estar preparando alguna trampa para nosotros.” dijo Amy preocupada. “Vamos Amy, no pasa nada. ¿Qué crees que puede pasar? ¿Qué Eggman nos lance sus abejas mecánicas que se rompen con un simple soplido? ¿O quizá también sus escarabajos motorizados que se caen a pedazos?” contestó el erizo sin borrar su sonrisa burlona de su cara. “Yo que tú haría caso a tu novia, Sonic. ¡Egg-robots G-35! ¡Disponeos para atacar!” exclamó la voz de Eggman.
De repente, a ambos lados del pasillo donde se encontraban Sonic y Amy empezaron a escucharse ruidos de pasos metálicos, como si un ejército de robots se estuviese acercando a donde se encontraban los dos erizos. Sonic se puso en posición de ataque y Amy sacó su martillo Piko Piko Hammer dispuesta a pelear con tal de ayudar a su amado Sonic.
En pocos minutos ambos erizos fueron rodeados por un numeroso grupo de robots de combate. Su cuerpo era de color rojo carmesí con tonos grises en zonas de los brazos y los pies. Sus cabezas tenían la forma de cascos de soldados y estaban armados con pistolas laser. Todos los robots apuntaron con las armas a Sonic y Amy. La erizo rosa puso sentir como una gota de sudor bajaba por su frente. No estaban en una muy buena situación, aunque también sabía que habían pasado por situaciones peores en el pasado. “Sonic… ¿Qué hacemos?” dijo Amy susurrando.
Sonic permaneció callado con el rostro serio y enojado mientras apretaba los puños. El podría probar a usar su velocidad para esquivar todos los disparos y atacar, pero Amy no era ni tan rápida ni tan ágil como él. Y estando rodeados a ambos lados del pasillo era bastante difícil por no decir imposible proteger a Amy.
De repente, para sorpresa de todos, una enorme explosión dio lugar justo al final del pasillo enfrente de Sonic, donde terminaba la fila de robots de Eggman. Pero no solo hubo una explosión sino que inmediatamente después emergió otra, y otra, y otra, así sucesivamente.
Cada explosión se escuchaba con más fuerza, como si cada vez se produjesen más cerca de donde estaban. Ademas, Sonic se dio cuenta enseguida de que en cada explosión que se daba una docena de robots salían despedidos totalmente destrozados. Eso empezó a distraer a los soldados robóticos que se encontraban delante de Amy y Sonic, y comenzaron a darse la vuelta en dirección a las explosiones. Eso le dio la oportunidad perfecta al erizo azul de atacar. “¡Amy, detrás de mí!” exclamó echando atrás a su amiga. Tomando impulso, Sonic saltó hacia arriba y, haciéndose una bola y girando sobre su eje, salió disparado hacia adelante, golpeando con fuerza a uno de los robots de la primera fila, el cual quedó destrozado al instante. El resto de los robots empezaron a disparar a aquella bola azulada, pero Sonic era más rápido por lo que esquivó todos los ataques mientras rebotaba velozmente por las paredes y continuaba golpeando a los robots como si fuera una bola de pinball.
Amy, temiendo que Sonic pudiese salir herido ya que no paraban de atacarle, agarró con fuerza su martillo y se lanzó con furia contra el ejército robótico de Eggman. “¡Dejad en paz a Sonic, montón de chatarra!” El martillo de Amy golpeó con tanta fuerza que varios robots salieron disparados por los aires hechos añicos. Muchos sabían que no era correcto menospreciar el arma predilecta de Amy, el Piko Piko Hammer, ya que podía volverse bastante temible cuando la erizo rosa lo empleaba con tenacidad y en situación críticas.
“¡Amy cuidado, sal de ahí!” gritó Sonic volviendo a la normalidad mientras aterrizaba tras su combo de golpes, pero Amy no le dio tiempo a reaccionar tras aquellas palabras. Uno de los robots aprovechando que Amy estaba ocupada blandiendo su martillo la disparó en un brazo. Amy lanzó un grito de dolor mientras soltaba instintivamente su martillo y con la mano izquierda se agarró el brazo derecho. Poco a poco el guante de su mano empezó a teñirse de un tono rojo carmesí. “¡Maldita sea! ¡Amy!” exclamó Sonic tratando de llegar hasta ella, pero los robots restantes que todavía seguían de pie apuntaron al erizo y dispararon.
Sonic esquivó todas las balas, pero al ser demasiados no podía librarse de ellos y avanzar hasta Amy. De pronto se dio cuenta de algo que le heló la sangre; un pequeño grupo de robots avanzaron a donde estaba Amy arrodillada e inmóvil en el suelo con la mano agarrando su brazo ensangrentado y apuntaron dispuestos a rematar a la erizo. “¡AMY!” gritó Sonic sintiéndose impotente tras ver que le era imposible ayudar a su amiga. Todo había terminado. Amy iba a morir, y todo por su culpa. Pudo ver como Amy cerraba con fuerza sus ojos llorosos mientras los robots se prepararon para disparar. Y dispararon.
Mientras Eggman contemplaba sentado y en silencio como su ejército de robots rodeaban y atacaban a los dos erizos, Knuckles nuevamente trataba desesperadamente de librarse de su encadenamiento, pero nada podía hacer mientras las Chaos Emeralds siguiesen activas y conectadas a sus cadenas. Si al menos tuviese en su poder la Master Emerald… De pronto detuvo su intento de librarse de las cadenas cuando percibió a pocos metros de donde estaba una figura moverse sigilosamente. Knuckles sabía muy bien de quien se trataba, a pesar de haberlo visto tan solo un instante. Suspiró suavemente y dijo de forma susurrante para que Eggman no le escuchase. “Vale, dime que no eres tú, chica murciélago…”
Knuckles sintió algo acercarse detrás suya, y para gran sorpresa suyo, noto como unas manos enfundadas de unos guantes largos y blancos empezaron a acariciar de forma sensual su fuerte y musculoso torso. Knuckles, con los ojos como platos y sonrojándose como un tomate se quedó sin palabras mientras su boca se abría exageradamente. Una voz sensual apareció en modo susurrante en su oído “mmmm No tenía ni idea de lo increíblemente sexy y provocativo que te ves así encadenado bombón.” Knuckles maldijo mentalmente a aquella asquerosa chica murciélago, la cual siempre se había divertido jugando con el haciéndole perder los nervios. “Rouge…” susurró Knuckles. “En cuanto me libre de estas cadenas me encargaré de arrancarte tus alas con mis manos.” Knuckles, en una mezcla de ira y nerviosismo al sentirse acariciar de esa manera por una mujer, y más precisamente por esa asquerosa de Rouge agitó con furia sus brazos y piernas. El ruido de las cadenas hizo que Eggman hablase pero sin retirar su vista de los monitores “Knuckles no desistas, ya te dije que es imposible librarte de tu encadenamiento mientras estén todas las Chaos Emeralds activas.”
Rouge, dejando de acariciar al equidna, se movió silenciosamente hasta ponerse frente a frente con Knuckles. Mientras sonreía burlonamente pasó un dedo suyo por el mentón del equidna. “¿Sabes que bombón? Lamento decepcionarte, pero en realidad no estoy interesada precisamente en ti, sino en esas bonitas Chaos Emeralds que el doctor tiene guardadas a buen recaudo en el núcleo principal de su guarida. Solo pasaba por aquí simplemente para saludarte.” Susurró Rouge mientras le guiñaba un ojo. “Grrr… No trates de jugar conmigo, chica murciélago. Te conozco perfectamente y sé que lo único que te preocupa son las joyas y la riqueza. Se perfectamente que si en vez de las esmeraldas fuese la Master Emerald te habrías presentado delante de mí para mofarte de la situación con la esmeralda en tu poder.” Susurro Knuckles mientras la fulminaba con la mirada y mostraba sus afilados dientes. “Oh Knuckles…” susurró Rouge de forma exagerada mientras se colocaba el brazo en la cabeza simulando una escena trágica. “Tus palabras se clavan en mi corazón como puñales incandescentes. ¿Cómo puedes pensar que una chica tan linda y adorable como yo puede hacerte algo así?” Tras esa escena Rouge volvió a su verdadera personalidad y continuó sonriendo burlonamente al equidna. “Ay… no sé que voy a hacer contigo. Encima que me tomo la molestia de venir a verte y me tratas como si fuese una chica cruel y sin corazón.” Susurro Rouge. “Hmmm… Si realmente tuvieses corazón, cosa que dudo enormemente, habrías ido a ayudar a Sonic y Amy. Se encuentran en una situación muy mala en estos momentos.” Susurro Knuckles. “Ah bueno, por eso no te preocupes.” Susurró Rouge mientras volvía a guiñarle un ojo. “Ya he mandado a cierta persona a que se ocupe de esos dos tortolitos.”
Amy cerró los ojos preparándose para lo peor mientras notaba como empezaban a caer lágrimas por sus mejillas. “Adiós Sonic. Te quiero…” susurró Amy. Escuchó como los robots la disparaban, pero por alguna extraña razón no sintió ningún dolor en su cuerpo. Más bien sintió como si algo o alguien la agarrasen y se la llevase volando lejos de allí. “Debe ser un ángel.” Pensó Amy aun con los ojos cerrados. “Un ángel que ha venido a por mí para llevarme al cielo.”
En ese momento notó como la sentaban y la apoyaban en una pared. “Hmmm… Mira que sois patéticos tu y ese erizo…” susurró una voz grave y profunda. Amy abrió los ojos rápidamente sorprendida al escuchar esa voz. La reconocería en cualquier parte. En efecto, a pocos centímetros de donde estaba ella había un erizo muy parecido a Sonic pero de color negro y con mechas rojas en sus púas. “¡Shadow!” exclamó Amy sorprendida al ver al némesis oscuro de Sonic en la guarida de Eggman junto con ellos. “Gra… Gracias por salvarme Shadow. Si no hubiese sido por ti, tal vez ahora estaría…” Pero el erizo negro la interrumpió levantando una mano para que no terminara la frase. “Deja de decir estupideces niña.” Dijo Shadow de forma borde. “Solo te he quitado de en medio. Estorbabas mi paso.” Y tras esas palabras Shadow se lanzó velozmente propulsándose con sus zapatillas deslizadoras hacia el grupo de robots con los que Sonic se estaba enfrentando. Shadow saltó y con una potente patada lateral destrozó a los tres robots que encontró delante de él. Tras ese ataque uno de los robots soldados se giró hacia Shadow y empezó a dispararle. “Muy lento…” susurró el erizo negro mientras esquivaba el ataque de un solo movimiento, desapareciendo instantáneamente del ángulo de visión del robot. Shadow apareció detrás de el, saltó sobre el robot y apoyando sus pies en la cabeza de este, activó los propulsores de sus zapatillas, volándole la cabeza al robot. Mientras Shadow era impulsado hacia atrás arqueó su espalda, efectuando un giro de 180º, cayendo finalmente de pie justo detrás de donde se encontraba Sonic. Uno de los robots se lanzó contra Shadow, y este en respuesta agarro el brazo de Sonic y lanzó su cuerpo contra el robot. “Todo tuyo.” Susurró mientras lanzaba el cuerpo de Sonic. “¡Wooo! ¡Oye!” exclamó Sonic quejándose mientras salía disparado contra el robot de Eggman. Casi no le dio tiempo a convertirse en bola y golpear con rapidez al robot, haciéndole explotar en mil pedazos.
Sonic aterrizó de pié y se giró para ver como Shadow se encargaba de rematar a los dos últimos robots de Eggman con un Homing Attack. El erizo azul silbó cuando Shadow terminó su ataque. “¡Vaya! ¡No esperaba verte por aquí, Shadow! Así que eras tú el responsable de esas extrañas explosiones que vimos cuando nos rodearon los robots, ¿eh?” dijo mientras señalaba el pasillo de enfrente, todo lleno de partes destrozadas y deterioradas de lo que hace unos minutos fue un enorme ejército robótico. Shadow se cruzó de brazos mientras fulminaba con la mirada a Sonic y respondió “Hmmm… ¿Y que si es así?” dijo respondiendo a Sonic. “Jeje… No nada, nada, solo era curiosidad.” Respondió Sonic a Shadow mientras sonreía y se rascaba la nariz. “A propósito, ¿Cómo es que tu también estás aquí? Supongo que conociéndote no has venido a por lo mismo que nosotros ¿verdad?” preguntó Sonic. Shadow estuvo un instante en silencio y después respondió “Vine a por mi Chaos Emerald. El doctor me la arrebató y ahora pienso recuperarla. Si no dispongo de por lo menos una Chaos Emerald no puedo usar el poder del caos a mi voluntad y mis poderes quedan limitados. Ya que tanto dices que me conoces deberías saberlo perfectamente.” dijo Shadow susurrando. “Ahora, si quieres un consejo, deberías preocuparte más por tu amiga que por mis propias razones para estar aquí.” Con esas palabras Shadow señaló al lugar donde se encontraba Amy, aun con el brazo sangrando. Sonic se quedo paralizado en el sitio cuando vio que Amy había sido herida por uno de los robots. “Oh no. ¡Amy!” exclamo Sonic mientras corría hacia donde estaba la erizo rosa sentada en el suelo. “Maldita sea…” dijo Sonic cuando vio la herida sangrante de Amy. “Te dije que te pusieras detrás de mí. ¿Por qué te metiste en la pelea?” Amy no pudo evitar mantener la vista en el suelo. “Es que… Vi como te enfrentabas tu solo contra todos esos robots y… quise ayudarte. No podía evitar verme con los brazos cruzados mientras tú te jugabas el cuello contra ese ejército robótico.” Contestó tristemente Amy.
Sonic sacó de su guante un pañuelo blanco y lo enrolló sobre el brazo de Amy taponando así la herida. “Esto ayudará a detener la hemorragia, pero no hagas ningún movimiento brusco con el brazo o la herida volverá a abrirse.” dijo Sonic con voz dulce mientras sonreía. Sabía que Amy quería demostrarle siempre que ya no era la pequeña erizo rosa que salvó una vez en Little Planet de Eggman y de Metal Sonic, y no negaba en ningún momento que Amy podía valerse por ella misma, pero no quería que ni ella ni ninguno de sus amigos corriesen riesgos por él.
Sonic ayudó a Amy a levantarse del suelo y sin dejar de sonreír dijo “Venga Amy. Vamos a salvar a nuestro amigo equidna.” Amy le devolvió la sonrisa y se lanzaron velozmente por el pasillo lleno de escombros y trozos de metal de los robots que los atacaron. Sonic miró por un instante hacia atrás en dirección donde se encontraba Shadow hace unos instantes, pero el erizo negro ya no estaba allí.
“¡Vaya vaya vaya!” exclamó Eggman mientras caminaba a donde estaban Knuckles y Rouge. “Veo que tu querida novia ha venido a verte. ¡Qué tierno!” exclamo Eggman mientras se reía burlonamente de ellos. Knuckles se sonrojó mientras su cara mostraba signos de estar furioso ante el comentario de Eggman. “¡¿Ella mi novia?! ¡Ni muerto le pediría a esta chica murciélago que fuese mi novia! ¡En la vida!” gritó Knuckles hecho una fiera. “¡Oye guapo, tampoco te creas que estás tan bueno como para permitirte estar con cualquier chica, además, no eres lo suficientemente bueno para mí, deberías saberlo!” dijo Rouge algo malhumorada ante el comentario de Knuckles. “¡Grrrr! ¡EN CUANTO ME LIBERE DE ESTAS CADENAS VOY A DAROS A LOS DOS TAL CANTIDAD DE PUÑETAZOS QUE VAIS A HACER NOCHE EN EL AIRE!” grito Knuckles con toda su ira mientras trataba de deshacerse de su encadenamiento con todas sus fuerzas. De pronto la puerta de la sala se abrió de golpe, a lo que todos se giraron para ver quien acababa de llegar.
“¡Sonic!” exclamaron todos los presentes cuando Sonic entró triunfante y sonriendo, seguido por Amy. “¡Jeje, lo siento Huevoman pero ya sabes lo que toca ahora! ¡Libera a Knuckles, entréganos las Chaos Emeralds y así me libraré de patearte tu gordo trasero!” dijo Sonic sonriendo y con los brazos cruzados sin dejar de mirar a Eggman. “¡Jajajaja! ¡Siempre tan chistoso Sonic, pero temo comunicarte mi querido amigo azulado que has caído en mi trampa!” dijo Eggman mientras sacaba un mando de su bolsillo y apretaba un botón. En ese momento, con un suave zumbido, la mesa de mandos que se encontraba enfrente de los monitores de la guarida empezó a abrirse mientras emergía una especie de semiesfera de cristal en cuyo interior había un mecanismo eléctrico que retenía las 7 Chaos Emeralds. “¡Jajajaja! ¡Ahora Sonic fíjate bien! ¡Gracias a mi brillante cerebro he colocado en los grilletes y cadenas de Knuckles un composicionador que atrae la energía de las Chaos Emeralds en un solo punto, lo cual hace que al reunir tal cantidad de poder del caos en un punto tan reducido se abra un agujero interdimensional que os absorberá a ti y a todos tus amigos a una dimensión desconocida y diferente a la que nos encontramos! ¡Y cuando finalmente os tenga a todos fuera de circulación podré finalmente crear mi mayor sueño! ¡Eggmanland! ¡Jajajajajajaja!”
“¡Je! ¡Un plan bastante brillante doc, me temo que no te va a servir!” dijo Sonic con una sonrisa. Eggman se quedo mudo durante un instante. “¿Eh? ¿Qué quieres decir, erizo?” pregunto Eggman. “Muy fácil Eggman.” Respondió una voz suave. Todos se giraron en dirección a la voz. Era Tails, el cual apareció de repente en la sala sonriendo. “Mientras Sonic y Amy se encargaban de distraerte yo aproveché para aterrizar con el Tornado y colarme dentro de los conductos de ventilación, lo cual me permitió encontrar el dispositivo que conecta el composicionador con las 7 Chaos Emeralds. De modo que lo único que hice fue cortar el cable principal para así impedir que puedas usar el dispositivo, y si aun así planeas usarlo no te lo recomiendo lo más mínimo. Podrías desencadenar una reacción en el poder del caos haciendo desaparecer todo el planeta.” Argumentó Tails.
Eggman se quedó por un instante callado mientras aun mantenía el mando en alto. Sabía que Tails era bastante ingenuo como para tratar de mentirle. De hecho, el mismo fue quien declaró que Sonic le había entregado una esmeralda falsa cuando estuvieron en la colonia espacial Ark. Era imposible que el zorro de dos colas mintiese, y sin embargo el ver a Sonic y todos sus amigos ahí reunidos le tentaba a Eggman el hecho de apretar el botón para de esa forma librarse de todos ellos de una vez por todas. ¿Qué debía hacer? ¿Se rendiría nuevamente como de costumbre o correría el riesgo de apretar el botón? Podía notar como un sudor frío recorría su frente. Sonic pareció leer la mente de Eggman por lo que se acercó lentamente al doctor con gesto serio y le dijo “Vamos, por favor, deja el mando y entréganos las Chaos Emeralds. No cometas ninguna locura.”
Esas palabras alertaron a Eggman. Pensando finalmente que era un engaño retrocedió y, mirando con ira a Sonic exclamó “¡No! ¡Ahora lo entiendo, queréis engañarme! ¡Casi me trago el argumento de Tails para que me detenga y os de las esmeraldas! ¡Pues de eso nada monada! ¡No conseguiréis engañar al Dr. Eggman, el mayor genio del mundo! ¡Me ha costado meses preparar este grandioso plan, y ahora que he llegado tan lejos consiguiendo reunir las 7 Chaos Emeralds y capturando a Knuckles para así atraeros a todos en un solo lugar no voy a rajarme en el último minuto! ¡Así que decid adiós porque vuestro tiempo en este lugar se ha terminado! ¡Hasta nunca, Sonic y compañía!”
“¡Eggman no! ¡No lo hagas!” gritó Sonic, pero ya era tarde. Eggman apretó el botón y las 7 Chaos Emeralds empezaron a brillar con intensidad liberando todo su poder. “¡Jajajaja! ¡Hasta nunca Sonic! ¡Fue bonito mientras duró!” exclamó Eggman mientras reía alocadamente. Pero su risa duró muy poco, ya que empezó a descubrir que algo no iba bien. La energía de las Chaos Emeralds empezó a acumularse en el núcleo central de donde estaban reunidas, mientras emergían rayos subatómicos por todas partes. La base de Eggman empezó a dar fuertes sacudidas como si de un terremoto se tratase. Amy casi se cae al suelo de no ser por Sonic que la agarró antes de que se cayese. “¡Eggman, ¿Por qué lo has hecho?! ¡Te dijimos que no tocaras el botón! ¡Ahora la energía de las esmeraldas de ha vuelto inestable! ¡Quién sabe lo que podrá ocurrir ahora!” exclamó Tails alarmado. Eggman, furioso levanto los brazos mientras gritaba “¡Malditos seáis, me habéis engañado!”
En ese momento Shadow entró a la sala. “¡Las Chaos Emeralds!” exclamo el erizo negro mientras se lanzó como una flecha en dirección a donde estaban las siete esmeraldas reunidas, las cuales estaban rodeadas de una esfera de energía blanca inestable. Cada vez la guarida temblaba con más intensidad, y la sala se estaba llenando de una luz cegadora. Las alarmas comenzaron a sonar mientras las pantallas de los monitores explotaban.
Cuando Shadow llegó al dispositivo donde estaban reunidas las esmeraldas alargó el brazo y tocándolas exclamó con todas sus fuerzas “¡CHAOS CONTROL!”
Todo era silencio en el valle donde se encontraba la guarida de Eggman, el viento soplaba con suavidad, los pájaros cantaban en lo alto de los árboles, el agua fluía con normalidad en el riachuelo y los pequeños animales actuaban con total naturalidad. Nadie en el lugar se dio cuenta como en ese momento la enorme torre róbotica que Eggman tenía como guarida era consumida por una luz cegadora blanca.
Cuando la luz se consumió la guarida de Eggman había desaparecido por completo.
Notas del autor: Y así da por finalizado el primer capítulo de este fanfic. Como habréis podido ver he tomado cosas de la serie de Sonic X, pero no ha sido precisamente porque careciese de ideas, sino por hacer un pequeño homenaje a esta genial serie anime que me enganchó en su momento. También habréis visto que en este capítulo aún no han aparecido ponis, es más, ni siquiera ha aparecido Equestria. No os preocupéis, esto solo ha sido una especie de introducción para que podáis saber cómo demonios Sonic y los demás llegaron al mundo de los ponis. Sería algo raro y extraño que ya desde el primer capítulo Sonic estuviese corriendo a sus anchas por Ponyville sin explicación ninguna ¿verdad?
No os preocupéis. En el segundo capítulo ya saldrán a escena nuestras pequeñas ponis. Esperemos que se lleven bien con Sonic y sus amigos. ¡Hasta el próximo capítulo!
Brohoof!
sonic
&
the mane six
Notas del autor: Una de las mayores aficiones que he tenido durante toda mi vida ha sido siempre los videojuegos de Sonic the Hedgehog, ese gran erizo azul supersónico que recoge anillos, destruye malvados robots y arruina los malvados planes de su eterno archienemigo, el Dr. Robotnik (conocido también como Dr. Eggman), cuyo propósito es dominar el mundo con su imperio de máquinas. La saga de Sonic ha generado a lo largo de los años una gran infinidad de personajes tan conocidos como Miles “Tails” Prower, el mejor amigo de Sonic; Knuckles the Echidna, amigo y rival del erizo azul; Amy Rose, la alegre y divertida erizo rosa que persigue a Sonic con la intención de casarse con él; etc…
¿Pero qué pasaría si en un momento dado Sonic y sus amigos acabasen dentro del universo de My Little Pony: Friendship is Magic? Pues de eso precisamente va a tratar este fanfic que he realizado con todo cariño dedicado a los bronies y a los fans de Sonic, ¡y sobre todo a los bronies fans de Sonic, todo sea dicho!
Ya sin más que decir espero que os guste este primer capítulo.
Brohoof!!
Capítulo 1
“¡¿Qué ocurre Eggman?! ¡¿Tus juguetitos se te están quedando obsoletos?!” dijo Sonic sonriendo burlonamente mientras esquivaba con una elegante y veloz acrobacia en el aire el misil lanzado por uno de los robots humanoides que se encontraba protegiendo la central robótica del doctor.
Había pasado mucho tiempo desde que Sonic se enfrentó por última vez al Dr. Eggman y su escuadrón de robots, y el momento en el que se enteró por parte de Tails que Eggman había vuelto a las andadas no pudo disimular la enorme alegría que recorrió su cuerpo en ese momento.
Y es que una libertad sin aventuras es una libertad aburrida. “¿Y a que esperamos viejo amigo? ¡Vamos a pararle los pies una vez más a nuestro querido doctor bigotudo!” exclamo Sonic mientras se subía a la avioneta de Tails, el Tornado, dispuesto a enfrentarse una vez más contra Eggman. “¡Pero Sonic, esta vez es diferente! ¡Eggman no solo ha logrado reunir las 7 Chaos Emeralds, sino que además Knuckles trató de detenerle cuando se enteró de la noticia pero fue derrotado por el poder de las esmeraldas y ahora Eggman lo mantiene cautivo!” dijo Tails con voz angustiosa mientras ponía los motores del Tornado en marcha y despegaba hacia el cielo.
Sonic se quedó durante un momento callado y con los brazos en cruz mientras permanecía de pie sobre la avioneta, ya sobrevolando las nubes. “Knuckles… ¿Pero cómo se le ocurre a ese cabeza de chorlito enfrentarse contra Eggman sabiendo que cuenta con las 7 Chaos Emeralds? Ains… siempre presumiendo de sus habilidades como guerrero equidna para que luego se meta en estos líos. Lo que no entiendo es, ¿Por qué Eggman lo ha encerrado? ¿Qué se supone que va a conseguir con eso? ¿A lo mejor nos quiere pedir un rescate por el o algo parecido?” argumentó Sonic. “No lo creo. Yo pienso que Eggman sabe que Knuckles es el guardián de la Máster Emerald, la única esmeralda capaz de neutralizar el poder de las 7 Chaos Emeralds. Teniendo Eggman a Knux retenido podrá ir sin problemas a Ángel Island y robarla sin que Knuckles pueda impedírselo,” dijo Tails. “Ya bueno, eso si no se le adelanta cierta chica murciélaga tetona que yo se me,” dijo Sonic con un ligero tono burlón. “¡Sonic por favor, este no es el momento para chistes! ¡Knuckles está en peligro y Eggman tiene las esmeraldas!” exclamó Tails notando lo preocupado y aterrado que estaba ante la situación.
Sonic sonrió a Tails mientras levantaba el dedo pulgar en señal de confianza. “Vamos Tails, no te preocupes, ya hemos vencido a Eggman en infinidad de ocasiones y volveremos a patearle su gordo trasero una vez mas. Vamos, derrotamos a su súper robot de turno, rescatamos a Knuckles, le arrebatamos las esmeraldas y asunto resuelto. ¡Como en los viejos tiempos!” exclamo Sonic lleno de júbilo esperando con ansia el momento de enfrentarse contra Eggman. Tails por el contrario suspiró y contestó medio susurrante “Espero que tengas razón.” No es que no confiase en Sonic, pero había algo dentro de Tails que a diferencia de otras ocasiones este enfrentamiento iba a ser diferente. Muy diferente…
Cuando llegaron a la guarida de Eggman, una enorme torre mecánica rodeada de artefactos ofensivos y robots soldados humanoides, Sonic, en pleno vuelo, saltó del Tornado y empezó a caer con elegancia en dirección a los robots. “¡Jejeje, empieza la fiesta!” dijo Sonic sonriendo mientras que aprovechando la velocidad con la cual era atraído a la tierra se hizo bola y empezó a girar sobre su eje a gran velocidad. Estaba preparando su movimiento de ataque favorito: El Homing Attack.
Sonic, ya convertido en una bola de púas se estrelló contra el primer robot que tenía enfrente, haciéndolo volar por los aires y posteriormente explotando. Tras eso Sonic, aun convertido en bola, fue rebotando con todos los robots soldados que encontraba a su paso golpeándolos y destruyéndolos. De pronto, uno de los robots sacó un disparador de misiles, con el cual empezó a disparar a Sonic, pero el erizo era más rápido que los misiles por lo que volviendo a su aspecto original empezó a efectuar una serie de movimientos acrobáticos mientras esquivaba con elegancia uno a uno todos los misiles lanzados por el robot. Cuando Sonic logró acercarse a escasos metros del robot pegó un salto mientras giraba en el aire con su pierna derecha extendida y con un movimiento de cintura propinó una fuerte patada lateral a la cabeza del robot, dejándole literalmente sin cabeza. El cuerpo decapitado del robot cayó al suelo soltando chispas eléctricas donde hace escasos instantes tenía la cabeza. Sonic silbó. “¡Fiuu! ¡A eso lo llamo yo perder la cabeza!” dijo Sonic riendo. Pero su risa no duró mucho cuando sintió como un cuerpo se abalanzaba detrás de él mientras unos brazos rodeaban el cuerpo del erizo con bastante fuerza. “¡Sonikku!” dijo una voz femenina por detrás de el. “¿A… Amy?” pregunto Sonic mientras trataba de librarse de aquel abrazo que le cortaba la respiración. “¡Si, lo has adivinado churri! ¡Tu preciosa y dulce Amy Rose ha está aquí!” dijo Amy sonriendo dulcemente a Sonic mientras le soltaba. Amy Rose era una erizo de color rosa con un vestido rojo con faldita y que la dejaba la espalda al aire. A diferencia de Sonic sus púas estaban peinadas hacia abajo, dejando en su frente un llamativo flequillo y una diadema de color rojo para fijar su peinado. “Amy, ¿Qué estás haciendo aquí?” pregunto Sonic mientras trataba de recuperar el aire perdido por el abrazo. “¿No es evidente?” dijo Amy se encogía de hombros. “He venido a lo mismo que tu y Tails, a rescatar a Knuckles, recuperar las Chaos Emeralds y a pararle los pies al Dr. Eggman.” Sonic suspiró mientras se rascaba la frente con un dedo. Sabía que Amy siempre fue una buena aliada y que se podía contar con ella para cualquier situación, pero sabiendo que Knuckles, una de las personas más fuertes y con mejores conocimientos del combate había sido derrotado y apresado por Eggman, temía que Amy corriese la misma suerte si decidía ayudarles en esta misión.
Sonic abrió la boca para decirla algo cuando de pronto se percató que uno de los robots mecánicos de Eggman estaba acechando a Amy por detrás suya para atacarla. “¡Cuidado Amy, detrás de ti!” advirtió Sonic a la erizo rosada. Amy se giró velozmente y manifestando en sus manos su arma más conocida, el Piko Piko Hammer, asestó un fuerte golpe al robot con su martillo, haciéndolo volar por los aires. “¡¿Cómo te atreves estúpido robot?! ¡¿No te enseñaron nunca a no molestar a una hermosa parejita cuando están hablando?!” gritó Amy echa una furia al robot que había tratado de atacarla. Amy no se dio cuenta de cómo Sonic alzaba una ceja ante el comentario que acababa de soltar. “¿Hermosa parejita?” susurro Sonic.
Amy se calmó y con el martillo aún en la mano sonrió de forma dulce al erizo azul y le preguntó “¡Bueno, antes de la interrupción me pareció que querías decirme algo! ¿Qué querías contarme, Sonikku?” Sonic, con gesto de estar algo molesto se rascó la nuca y contestó “Nada importante. Pero… si vas a ayudarnos a liberar a Knuckles te pido que seas prudente. No sabemos qué artimañas puede tener Eggman preparadas contra nosotros.”
Amy se ruborizó mientras sonreía de forma tierna ante el comentario del erizo. “¡Ay Sonikku! ¡Me encanta cuando te preocupas tanto por mí! ¡Pero no tienes que preocuparte por nada churri! ¡Me vuelto muy fuerte y puedo encargarme de los cachivaches de Eggman con los ojos vendados!” respondió Amy de forma energética mientras adquiría una pose molona con un puño alzado y con el otro pegado a su cintura. “Je… En fin, supongo que llevas razón. En ese caso vamos. Tenemos que entrar a la guarida del doctor bigotudo y salvar a Knuckles.” Exclamo Sonic sonriendo a su amiga.
En un abrir y cerrar de ojos Sonic desapareció ante los ojos de Amy dejando como rastro una brillante estela azulada que apuntaba a la guarida de Eggman. “¡Oye Sonic! ¡Espérame por lo menos! Siempre hace lo mismo…” exclamó Amy mientras echaba a correr tratando de seguir al erizo azul.
“Grrr… ¡Eggman, en cuanto me haya liberado de estas cosas me encargaré de rebozar tu fea cara a hostias!” gritó Knuckles hecho una furia desde donde se encontraba. Estaba maniatado de pies y manos con grilletes y cadenas rodeados de una brillante aura de energía. “¡Jajajaja! Deberías relajarte mi querido amigo equidna. Tendrías que sentirte afortunado al ser invitado a mi humilde morada.” Respondió Eggman sentado en su amplio asiento mientras su vista estaba clavada en los monitores del panel de control donde le mostraba todos los alrededores de su guarida. En uno de ellos podía observar los restos desperdigados de sus soldados robots víctimas de los ataques de Sonic y Amy. Mientras tanto, en el monitor de la izquierda mostraba la imagen de una avioneta de color rojo sobrevolando la torre. “¡Si, tu ríete! ¡De no haber sido por el poder de las Chaos Emeralds te habría pateado tu enorme culo! ¡Maldita sea! ¡Si no fuese por estas condenadas cadenas…!” exclamó Knuckles mientras trataba nuevamente de liberarse de su cautiverio sin demasiado éxito. “Ya te he dicho que no te esfuerces en liberarte. Esas cadenas están conectadas directamente al núcleo principal de este lugar donde se encuentran guardadas las 7 Chaos Emeralds. Mientras el poder de las esmeraldas esté activado no tendrás ninguna posibilidad de escapar. ¡Además, ahora la cosa se va a poner mucho más interesante! ¡Tus amigos han venido a salvarte! ¡Jajajaja!” dijo Eggman mientras se reía con ganas sentado en su asiento.
Knuckles echó un vistazo a los monitores. En uno de ellos pudo ver a Sonic recorriendo un largo pasillo seguido por Amy. “Sonic…” dijo Knuckles seriamente sin dejar de mirar el monitor. No se dio cuenta que en la sala acababa de entrar de forma silenciosa una enigmática figura oculta en las sombras. Una figura con forma de mujer y orejas puntiagudas, como las de los murciélagos.
Sonic corría como una flecha por los pasillos del interior de la base de Eggman seguido por Amy. Mientras avanzaban aparecían de las esquinas más robots guardias de Eggman, los cuales logró convertir en chatarra con su Homing Attack. “¡Jajajajaja! ¡Bienvenido a mi guarida, Sonic!” exclamó desde unos altavoces la voz de Eggman. Sonic se detuvo y mientras sonreía burlonamente se rascó la nariz. “Gracias por el recibimiento Eggman, aunque he sido algo grosero al presentarme sin ser invitado. El próximo día que venga te traeré una caja de bombones, ¿te parece bien?” dijo Sonic con tono burlón. “Jejeje… Siempre te ha gustado hacerte el gracioso erizo. Sin embargo hoy es el día en el que te quitaré finalmente esa estúpida sonrisa de la cara.” Dijo Eggman con cierto tono malévolo desde el altavoz. Amy llegó finalmente a donde se encontraba su amado Sonic y agarrándole del brazo dijo “Sonic, ten cuidado. Eggman puede estar preparando alguna trampa para nosotros.” dijo Amy preocupada. “Vamos Amy, no pasa nada. ¿Qué crees que puede pasar? ¿Qué Eggman nos lance sus abejas mecánicas que se rompen con un simple soplido? ¿O quizá también sus escarabajos motorizados que se caen a pedazos?” contestó el erizo sin borrar su sonrisa burlona de su cara. “Yo que tú haría caso a tu novia, Sonic. ¡Egg-robots G-35! ¡Disponeos para atacar!” exclamó la voz de Eggman.
De repente, a ambos lados del pasillo donde se encontraban Sonic y Amy empezaron a escucharse ruidos de pasos metálicos, como si un ejército de robots se estuviese acercando a donde se encontraban los dos erizos. Sonic se puso en posición de ataque y Amy sacó su martillo Piko Piko Hammer dispuesta a pelear con tal de ayudar a su amado Sonic.
En pocos minutos ambos erizos fueron rodeados por un numeroso grupo de robots de combate. Su cuerpo era de color rojo carmesí con tonos grises en zonas de los brazos y los pies. Sus cabezas tenían la forma de cascos de soldados y estaban armados con pistolas laser. Todos los robots apuntaron con las armas a Sonic y Amy. La erizo rosa puso sentir como una gota de sudor bajaba por su frente. No estaban en una muy buena situación, aunque también sabía que habían pasado por situaciones peores en el pasado. “Sonic… ¿Qué hacemos?” dijo Amy susurrando.
Sonic permaneció callado con el rostro serio y enojado mientras apretaba los puños. El podría probar a usar su velocidad para esquivar todos los disparos y atacar, pero Amy no era ni tan rápida ni tan ágil como él. Y estando rodeados a ambos lados del pasillo era bastante difícil por no decir imposible proteger a Amy.
De repente, para sorpresa de todos, una enorme explosión dio lugar justo al final del pasillo enfrente de Sonic, donde terminaba la fila de robots de Eggman. Pero no solo hubo una explosión sino que inmediatamente después emergió otra, y otra, y otra, así sucesivamente.
Cada explosión se escuchaba con más fuerza, como si cada vez se produjesen más cerca de donde estaban. Ademas, Sonic se dio cuenta enseguida de que en cada explosión que se daba una docena de robots salían despedidos totalmente destrozados. Eso empezó a distraer a los soldados robóticos que se encontraban delante de Amy y Sonic, y comenzaron a darse la vuelta en dirección a las explosiones. Eso le dio la oportunidad perfecta al erizo azul de atacar. “¡Amy, detrás de mí!” exclamó echando atrás a su amiga. Tomando impulso, Sonic saltó hacia arriba y, haciéndose una bola y girando sobre su eje, salió disparado hacia adelante, golpeando con fuerza a uno de los robots de la primera fila, el cual quedó destrozado al instante. El resto de los robots empezaron a disparar a aquella bola azulada, pero Sonic era más rápido por lo que esquivó todos los ataques mientras rebotaba velozmente por las paredes y continuaba golpeando a los robots como si fuera una bola de pinball.
Amy, temiendo que Sonic pudiese salir herido ya que no paraban de atacarle, agarró con fuerza su martillo y se lanzó con furia contra el ejército robótico de Eggman. “¡Dejad en paz a Sonic, montón de chatarra!” El martillo de Amy golpeó con tanta fuerza que varios robots salieron disparados por los aires hechos añicos. Muchos sabían que no era correcto menospreciar el arma predilecta de Amy, el Piko Piko Hammer, ya que podía volverse bastante temible cuando la erizo rosa lo empleaba con tenacidad y en situación críticas.
“¡Amy cuidado, sal de ahí!” gritó Sonic volviendo a la normalidad mientras aterrizaba tras su combo de golpes, pero Amy no le dio tiempo a reaccionar tras aquellas palabras. Uno de los robots aprovechando que Amy estaba ocupada blandiendo su martillo la disparó en un brazo. Amy lanzó un grito de dolor mientras soltaba instintivamente su martillo y con la mano izquierda se agarró el brazo derecho. Poco a poco el guante de su mano empezó a teñirse de un tono rojo carmesí. “¡Maldita sea! ¡Amy!” exclamó Sonic tratando de llegar hasta ella, pero los robots restantes que todavía seguían de pie apuntaron al erizo y dispararon.
Sonic esquivó todas las balas, pero al ser demasiados no podía librarse de ellos y avanzar hasta Amy. De pronto se dio cuenta de algo que le heló la sangre; un pequeño grupo de robots avanzaron a donde estaba Amy arrodillada e inmóvil en el suelo con la mano agarrando su brazo ensangrentado y apuntaron dispuestos a rematar a la erizo. “¡AMY!” gritó Sonic sintiéndose impotente tras ver que le era imposible ayudar a su amiga. Todo había terminado. Amy iba a morir, y todo por su culpa. Pudo ver como Amy cerraba con fuerza sus ojos llorosos mientras los robots se prepararon para disparar. Y dispararon.
Mientras Eggman contemplaba sentado y en silencio como su ejército de robots rodeaban y atacaban a los dos erizos, Knuckles nuevamente trataba desesperadamente de librarse de su encadenamiento, pero nada podía hacer mientras las Chaos Emeralds siguiesen activas y conectadas a sus cadenas. Si al menos tuviese en su poder la Master Emerald… De pronto detuvo su intento de librarse de las cadenas cuando percibió a pocos metros de donde estaba una figura moverse sigilosamente. Knuckles sabía muy bien de quien se trataba, a pesar de haberlo visto tan solo un instante. Suspiró suavemente y dijo de forma susurrante para que Eggman no le escuchase. “Vale, dime que no eres tú, chica murciélago…”
Knuckles sintió algo acercarse detrás suya, y para gran sorpresa suyo, noto como unas manos enfundadas de unos guantes largos y blancos empezaron a acariciar de forma sensual su fuerte y musculoso torso. Knuckles, con los ojos como platos y sonrojándose como un tomate se quedó sin palabras mientras su boca se abría exageradamente. Una voz sensual apareció en modo susurrante en su oído “mmmm No tenía ni idea de lo increíblemente sexy y provocativo que te ves así encadenado bombón.” Knuckles maldijo mentalmente a aquella asquerosa chica murciélago, la cual siempre se había divertido jugando con el haciéndole perder los nervios. “Rouge…” susurró Knuckles. “En cuanto me libre de estas cadenas me encargaré de arrancarte tus alas con mis manos.” Knuckles, en una mezcla de ira y nerviosismo al sentirse acariciar de esa manera por una mujer, y más precisamente por esa asquerosa de Rouge agitó con furia sus brazos y piernas. El ruido de las cadenas hizo que Eggman hablase pero sin retirar su vista de los monitores “Knuckles no desistas, ya te dije que es imposible librarte de tu encadenamiento mientras estén todas las Chaos Emeralds activas.”
Rouge, dejando de acariciar al equidna, se movió silenciosamente hasta ponerse frente a frente con Knuckles. Mientras sonreía burlonamente pasó un dedo suyo por el mentón del equidna. “¿Sabes que bombón? Lamento decepcionarte, pero en realidad no estoy interesada precisamente en ti, sino en esas bonitas Chaos Emeralds que el doctor tiene guardadas a buen recaudo en el núcleo principal de su guarida. Solo pasaba por aquí simplemente para saludarte.” Susurró Rouge mientras le guiñaba un ojo. “Grrr… No trates de jugar conmigo, chica murciélago. Te conozco perfectamente y sé que lo único que te preocupa son las joyas y la riqueza. Se perfectamente que si en vez de las esmeraldas fuese la Master Emerald te habrías presentado delante de mí para mofarte de la situación con la esmeralda en tu poder.” Susurro Knuckles mientras la fulminaba con la mirada y mostraba sus afilados dientes. “Oh Knuckles…” susurró Rouge de forma exagerada mientras se colocaba el brazo en la cabeza simulando una escena trágica. “Tus palabras se clavan en mi corazón como puñales incandescentes. ¿Cómo puedes pensar que una chica tan linda y adorable como yo puede hacerte algo así?” Tras esa escena Rouge volvió a su verdadera personalidad y continuó sonriendo burlonamente al equidna. “Ay… no sé que voy a hacer contigo. Encima que me tomo la molestia de venir a verte y me tratas como si fuese una chica cruel y sin corazón.” Susurro Rouge. “Hmmm… Si realmente tuvieses corazón, cosa que dudo enormemente, habrías ido a ayudar a Sonic y Amy. Se encuentran en una situación muy mala en estos momentos.” Susurro Knuckles. “Ah bueno, por eso no te preocupes.” Susurró Rouge mientras volvía a guiñarle un ojo. “Ya he mandado a cierta persona a que se ocupe de esos dos tortolitos.”
Amy cerró los ojos preparándose para lo peor mientras notaba como empezaban a caer lágrimas por sus mejillas. “Adiós Sonic. Te quiero…” susurró Amy. Escuchó como los robots la disparaban, pero por alguna extraña razón no sintió ningún dolor en su cuerpo. Más bien sintió como si algo o alguien la agarrasen y se la llevase volando lejos de allí. “Debe ser un ángel.” Pensó Amy aun con los ojos cerrados. “Un ángel que ha venido a por mí para llevarme al cielo.”
En ese momento notó como la sentaban y la apoyaban en una pared. “Hmmm… Mira que sois patéticos tu y ese erizo…” susurró una voz grave y profunda. Amy abrió los ojos rápidamente sorprendida al escuchar esa voz. La reconocería en cualquier parte. En efecto, a pocos centímetros de donde estaba ella había un erizo muy parecido a Sonic pero de color negro y con mechas rojas en sus púas. “¡Shadow!” exclamó Amy sorprendida al ver al némesis oscuro de Sonic en la guarida de Eggman junto con ellos. “Gra… Gracias por salvarme Shadow. Si no hubiese sido por ti, tal vez ahora estaría…” Pero el erizo negro la interrumpió levantando una mano para que no terminara la frase. “Deja de decir estupideces niña.” Dijo Shadow de forma borde. “Solo te he quitado de en medio. Estorbabas mi paso.” Y tras esas palabras Shadow se lanzó velozmente propulsándose con sus zapatillas deslizadoras hacia el grupo de robots con los que Sonic se estaba enfrentando. Shadow saltó y con una potente patada lateral destrozó a los tres robots que encontró delante de él. Tras ese ataque uno de los robots soldados se giró hacia Shadow y empezó a dispararle. “Muy lento…” susurró el erizo negro mientras esquivaba el ataque de un solo movimiento, desapareciendo instantáneamente del ángulo de visión del robot. Shadow apareció detrás de el, saltó sobre el robot y apoyando sus pies en la cabeza de este, activó los propulsores de sus zapatillas, volándole la cabeza al robot. Mientras Shadow era impulsado hacia atrás arqueó su espalda, efectuando un giro de 180º, cayendo finalmente de pie justo detrás de donde se encontraba Sonic. Uno de los robots se lanzó contra Shadow, y este en respuesta agarro el brazo de Sonic y lanzó su cuerpo contra el robot. “Todo tuyo.” Susurró mientras lanzaba el cuerpo de Sonic. “¡Wooo! ¡Oye!” exclamó Sonic quejándose mientras salía disparado contra el robot de Eggman. Casi no le dio tiempo a convertirse en bola y golpear con rapidez al robot, haciéndole explotar en mil pedazos.
Sonic aterrizó de pié y se giró para ver como Shadow se encargaba de rematar a los dos últimos robots de Eggman con un Homing Attack. El erizo azul silbó cuando Shadow terminó su ataque. “¡Vaya! ¡No esperaba verte por aquí, Shadow! Así que eras tú el responsable de esas extrañas explosiones que vimos cuando nos rodearon los robots, ¿eh?” dijo mientras señalaba el pasillo de enfrente, todo lleno de partes destrozadas y deterioradas de lo que hace unos minutos fue un enorme ejército robótico. Shadow se cruzó de brazos mientras fulminaba con la mirada a Sonic y respondió “Hmmm… ¿Y que si es así?” dijo respondiendo a Sonic. “Jeje… No nada, nada, solo era curiosidad.” Respondió Sonic a Shadow mientras sonreía y se rascaba la nariz. “A propósito, ¿Cómo es que tu también estás aquí? Supongo que conociéndote no has venido a por lo mismo que nosotros ¿verdad?” preguntó Sonic. Shadow estuvo un instante en silencio y después respondió “Vine a por mi Chaos Emerald. El doctor me la arrebató y ahora pienso recuperarla. Si no dispongo de por lo menos una Chaos Emerald no puedo usar el poder del caos a mi voluntad y mis poderes quedan limitados. Ya que tanto dices que me conoces deberías saberlo perfectamente.” dijo Shadow susurrando. “Ahora, si quieres un consejo, deberías preocuparte más por tu amiga que por mis propias razones para estar aquí.” Con esas palabras Shadow señaló al lugar donde se encontraba Amy, aun con el brazo sangrando. Sonic se quedo paralizado en el sitio cuando vio que Amy había sido herida por uno de los robots. “Oh no. ¡Amy!” exclamo Sonic mientras corría hacia donde estaba la erizo rosa sentada en el suelo. “Maldita sea…” dijo Sonic cuando vio la herida sangrante de Amy. “Te dije que te pusieras detrás de mí. ¿Por qué te metiste en la pelea?” Amy no pudo evitar mantener la vista en el suelo. “Es que… Vi como te enfrentabas tu solo contra todos esos robots y… quise ayudarte. No podía evitar verme con los brazos cruzados mientras tú te jugabas el cuello contra ese ejército robótico.” Contestó tristemente Amy.
Sonic sacó de su guante un pañuelo blanco y lo enrolló sobre el brazo de Amy taponando así la herida. “Esto ayudará a detener la hemorragia, pero no hagas ningún movimiento brusco con el brazo o la herida volverá a abrirse.” dijo Sonic con voz dulce mientras sonreía. Sabía que Amy quería demostrarle siempre que ya no era la pequeña erizo rosa que salvó una vez en Little Planet de Eggman y de Metal Sonic, y no negaba en ningún momento que Amy podía valerse por ella misma, pero no quería que ni ella ni ninguno de sus amigos corriesen riesgos por él.
Sonic ayudó a Amy a levantarse del suelo y sin dejar de sonreír dijo “Venga Amy. Vamos a salvar a nuestro amigo equidna.” Amy le devolvió la sonrisa y se lanzaron velozmente por el pasillo lleno de escombros y trozos de metal de los robots que los atacaron. Sonic miró por un instante hacia atrás en dirección donde se encontraba Shadow hace unos instantes, pero el erizo negro ya no estaba allí.
“¡Vaya vaya vaya!” exclamó Eggman mientras caminaba a donde estaban Knuckles y Rouge. “Veo que tu querida novia ha venido a verte. ¡Qué tierno!” exclamo Eggman mientras se reía burlonamente de ellos. Knuckles se sonrojó mientras su cara mostraba signos de estar furioso ante el comentario de Eggman. “¡¿Ella mi novia?! ¡Ni muerto le pediría a esta chica murciélago que fuese mi novia! ¡En la vida!” gritó Knuckles hecho una fiera. “¡Oye guapo, tampoco te creas que estás tan bueno como para permitirte estar con cualquier chica, además, no eres lo suficientemente bueno para mí, deberías saberlo!” dijo Rouge algo malhumorada ante el comentario de Knuckles. “¡Grrrr! ¡EN CUANTO ME LIBERE DE ESTAS CADENAS VOY A DAROS A LOS DOS TAL CANTIDAD DE PUÑETAZOS QUE VAIS A HACER NOCHE EN EL AIRE!” grito Knuckles con toda su ira mientras trataba de deshacerse de su encadenamiento con todas sus fuerzas. De pronto la puerta de la sala se abrió de golpe, a lo que todos se giraron para ver quien acababa de llegar.
“¡Sonic!” exclamaron todos los presentes cuando Sonic entró triunfante y sonriendo, seguido por Amy. “¡Jeje, lo siento Huevoman pero ya sabes lo que toca ahora! ¡Libera a Knuckles, entréganos las Chaos Emeralds y así me libraré de patearte tu gordo trasero!” dijo Sonic sonriendo y con los brazos cruzados sin dejar de mirar a Eggman. “¡Jajajaja! ¡Siempre tan chistoso Sonic, pero temo comunicarte mi querido amigo azulado que has caído en mi trampa!” dijo Eggman mientras sacaba un mando de su bolsillo y apretaba un botón. En ese momento, con un suave zumbido, la mesa de mandos que se encontraba enfrente de los monitores de la guarida empezó a abrirse mientras emergía una especie de semiesfera de cristal en cuyo interior había un mecanismo eléctrico que retenía las 7 Chaos Emeralds. “¡Jajajaja! ¡Ahora Sonic fíjate bien! ¡Gracias a mi brillante cerebro he colocado en los grilletes y cadenas de Knuckles un composicionador que atrae la energía de las Chaos Emeralds en un solo punto, lo cual hace que al reunir tal cantidad de poder del caos en un punto tan reducido se abra un agujero interdimensional que os absorberá a ti y a todos tus amigos a una dimensión desconocida y diferente a la que nos encontramos! ¡Y cuando finalmente os tenga a todos fuera de circulación podré finalmente crear mi mayor sueño! ¡Eggmanland! ¡Jajajajajajaja!”
“¡Je! ¡Un plan bastante brillante doc, me temo que no te va a servir!” dijo Sonic con una sonrisa. Eggman se quedo mudo durante un instante. “¿Eh? ¿Qué quieres decir, erizo?” pregunto Eggman. “Muy fácil Eggman.” Respondió una voz suave. Todos se giraron en dirección a la voz. Era Tails, el cual apareció de repente en la sala sonriendo. “Mientras Sonic y Amy se encargaban de distraerte yo aproveché para aterrizar con el Tornado y colarme dentro de los conductos de ventilación, lo cual me permitió encontrar el dispositivo que conecta el composicionador con las 7 Chaos Emeralds. De modo que lo único que hice fue cortar el cable principal para así impedir que puedas usar el dispositivo, y si aun así planeas usarlo no te lo recomiendo lo más mínimo. Podrías desencadenar una reacción en el poder del caos haciendo desaparecer todo el planeta.” Argumentó Tails.
Eggman se quedó por un instante callado mientras aun mantenía el mando en alto. Sabía que Tails era bastante ingenuo como para tratar de mentirle. De hecho, el mismo fue quien declaró que Sonic le había entregado una esmeralda falsa cuando estuvieron en la colonia espacial Ark. Era imposible que el zorro de dos colas mintiese, y sin embargo el ver a Sonic y todos sus amigos ahí reunidos le tentaba a Eggman el hecho de apretar el botón para de esa forma librarse de todos ellos de una vez por todas. ¿Qué debía hacer? ¿Se rendiría nuevamente como de costumbre o correría el riesgo de apretar el botón? Podía notar como un sudor frío recorría su frente. Sonic pareció leer la mente de Eggman por lo que se acercó lentamente al doctor con gesto serio y le dijo “Vamos, por favor, deja el mando y entréganos las Chaos Emeralds. No cometas ninguna locura.”
Esas palabras alertaron a Eggman. Pensando finalmente que era un engaño retrocedió y, mirando con ira a Sonic exclamó “¡No! ¡Ahora lo entiendo, queréis engañarme! ¡Casi me trago el argumento de Tails para que me detenga y os de las esmeraldas! ¡Pues de eso nada monada! ¡No conseguiréis engañar al Dr. Eggman, el mayor genio del mundo! ¡Me ha costado meses preparar este grandioso plan, y ahora que he llegado tan lejos consiguiendo reunir las 7 Chaos Emeralds y capturando a Knuckles para así atraeros a todos en un solo lugar no voy a rajarme en el último minuto! ¡Así que decid adiós porque vuestro tiempo en este lugar se ha terminado! ¡Hasta nunca, Sonic y compañía!”
“¡Eggman no! ¡No lo hagas!” gritó Sonic, pero ya era tarde. Eggman apretó el botón y las 7 Chaos Emeralds empezaron a brillar con intensidad liberando todo su poder. “¡Jajajaja! ¡Hasta nunca Sonic! ¡Fue bonito mientras duró!” exclamó Eggman mientras reía alocadamente. Pero su risa duró muy poco, ya que empezó a descubrir que algo no iba bien. La energía de las Chaos Emeralds empezó a acumularse en el núcleo central de donde estaban reunidas, mientras emergían rayos subatómicos por todas partes. La base de Eggman empezó a dar fuertes sacudidas como si de un terremoto se tratase. Amy casi se cae al suelo de no ser por Sonic que la agarró antes de que se cayese. “¡Eggman, ¿Por qué lo has hecho?! ¡Te dijimos que no tocaras el botón! ¡Ahora la energía de las esmeraldas de ha vuelto inestable! ¡Quién sabe lo que podrá ocurrir ahora!” exclamó Tails alarmado. Eggman, furioso levanto los brazos mientras gritaba “¡Malditos seáis, me habéis engañado!”
En ese momento Shadow entró a la sala. “¡Las Chaos Emeralds!” exclamo el erizo negro mientras se lanzó como una flecha en dirección a donde estaban las siete esmeraldas reunidas, las cuales estaban rodeadas de una esfera de energía blanca inestable. Cada vez la guarida temblaba con más intensidad, y la sala se estaba llenando de una luz cegadora. Las alarmas comenzaron a sonar mientras las pantallas de los monitores explotaban.
Cuando Shadow llegó al dispositivo donde estaban reunidas las esmeraldas alargó el brazo y tocándolas exclamó con todas sus fuerzas “¡CHAOS CONTROL!”
Todo era silencio en el valle donde se encontraba la guarida de Eggman, el viento soplaba con suavidad, los pájaros cantaban en lo alto de los árboles, el agua fluía con normalidad en el riachuelo y los pequeños animales actuaban con total naturalidad. Nadie en el lugar se dio cuenta como en ese momento la enorme torre róbotica que Eggman tenía como guarida era consumida por una luz cegadora blanca.
Cuando la luz se consumió la guarida de Eggman había desaparecido por completo.
Notas del autor: Y así da por finalizado el primer capítulo de este fanfic. Como habréis podido ver he tomado cosas de la serie de Sonic X, pero no ha sido precisamente porque careciese de ideas, sino por hacer un pequeño homenaje a esta genial serie anime que me enganchó en su momento. También habréis visto que en este capítulo aún no han aparecido ponis, es más, ni siquiera ha aparecido Equestria. No os preocupéis, esto solo ha sido una especie de introducción para que podáis saber cómo demonios Sonic y los demás llegaron al mundo de los ponis. Sería algo raro y extraño que ya desde el primer capítulo Sonic estuviese corriendo a sus anchas por Ponyville sin explicación ninguna ¿verdad?
No os preocupéis. En el segundo capítulo ya saldrán a escena nuestras pequeñas ponis. Esperemos que se lleven bien con Sonic y sus amigos. ¡Hasta el próximo capítulo!
Brohoof!