Querida princesa Selestia. Hoy he empezado dieta. Por el momento lo cumplo a rajatabla, pero tengo tanta hambre que... digamos que me la comería a usted por un casco (es que hay un dícho por aquí que es "Tanta hambre que se comería a Dios por un pie", y he intentado hacer un símil con usted, que es otra deidad).
El caso es que necesito mucha fuerza de voluntad, y es algo de lo que carezco. Así que he pensado en una cosa:
"Princesa Selestia, ¿podría usted seccionarme los dos brazos (o patas delanteras) de la forma más indolora y rápidamente posible?" Así me ayudaría a llevar mejor la dieta (sin brazos lo tendré más difícil para comer entre horas), y de paso perdería instantáneamente algunos kilos, que irían muy bien.
Muchas gracias y perdón por las molestias.