Hilo insólito
Publicado: 15 May 2013, 14:27
Bienvenidos al hilo de lo insólito. El hilo de lo sobrenatural, de lo inexplicable.
¿Habéis olvidado aquella ilusión por descubrir lo desconocido y queréis volver a recordarla?
¿Habéis dejado de tener miedo de los monstruos, para tenerlo de la falta de estos (como el protagonista del comic colgado hace poco por aparisius) y necesitáis recuperar aquella fe que teníais antaño?
¿Quizá os urga contarle a alguien aquella vez que soñasteis con algo que después ocurrió?
¿O puede que, simplemente, queráis demostrar que todo ello tiene una explicación racional?
Entonces, mis queridos amigos, este es vuestro hilo.
En este tema compartiremos y comentaremos aquellas experiencias que, aún a día de hoy, sigan siendo un misterio
Por supuesto, comenzaré contando una experiencia que, aún a día de hoy, no consigo explicar.
Todo estaba bien ese invierno, pero algo malo se profetizaba, ya que algo se aproximaba. Era el final de las vacaciones de navidad, y yo tenía que hacer los deberes que habían mandado para el colegio.
Una tarde en la que no había nadie en casa (nunca me gustó hacer deberes o estudiar habiendo gente en casa, por alguna razón), me dispuse a hacerlos.
Al contrario que otros días, no estaba nervioso ni agobiado. De hecho, tenía ganas de hacerlos, no eran complicados. Así que simplemente me senté, cogí mi lápiz, el sacapuntas, la goma de borrar, un cuaderno y el libro de Lengua.
Escribiendo, escribiendo y escribiendo, hasta que la punta del lápiz empezó a quedar bien desgastada y fui a coger mi... pero, ¿a dónde se fué mi sacapuntas?
Ah, claro, se me había caído al suelo antes. Así que me agaché y... No estaba. En el escritorio tampoco. Era muy extraño, no podía haber ido muy lejos en una habitación de dos metros cuadrados con sólo una cama y el escritorio, ¿no?
Pero al final me rendí, dejé de buscar. Aún quedaba algo de punta para escribir, así que... bueno, los terminé con éxito.
Me levanté a la mañana siguiente, tomé un tazón, abrí el armario para alcanzar la caja de cereales, y eché su contenido dentro del tazón.
Cuando estaba a punto de echar la leche, ví algo brillando dentro. ¡Era mi sacapuntas!
Pero, ¿cómo era eso posible? ¿qué pudo haber pasado?
Todavía no le encuentro explicación a este suceso. ¿Agugeros de gusano? ¿Poltergeist? No lo sé. Y lo cierto es que no sé si quiero saberlo y acabar con el misterio.
Bueno, yo ya conté una de mis experiencias extrañas. Ahora os toca a vosotros
¿Habéis olvidado aquella ilusión por descubrir lo desconocido y queréis volver a recordarla?
¿Habéis dejado de tener miedo de los monstruos, para tenerlo de la falta de estos (como el protagonista del comic colgado hace poco por aparisius) y necesitáis recuperar aquella fe que teníais antaño?
¿Quizá os urga contarle a alguien aquella vez que soñasteis con algo que después ocurrió?
¿O puede que, simplemente, queráis demostrar que todo ello tiene una explicación racional?
Entonces, mis queridos amigos, este es vuestro hilo.
En este tema compartiremos y comentaremos aquellas experiencias que, aún a día de hoy, sigan siendo un misterio
Por supuesto, comenzaré contando una experiencia que, aún a día de hoy, no consigo explicar.
Todo estaba bien ese invierno, pero algo malo se profetizaba, ya que algo se aproximaba. Era el final de las vacaciones de navidad, y yo tenía que hacer los deberes que habían mandado para el colegio.
Una tarde en la que no había nadie en casa (nunca me gustó hacer deberes o estudiar habiendo gente en casa, por alguna razón), me dispuse a hacerlos.
Al contrario que otros días, no estaba nervioso ni agobiado. De hecho, tenía ganas de hacerlos, no eran complicados. Así que simplemente me senté, cogí mi lápiz, el sacapuntas, la goma de borrar, un cuaderno y el libro de Lengua.
Escribiendo, escribiendo y escribiendo, hasta que la punta del lápiz empezó a quedar bien desgastada y fui a coger mi... pero, ¿a dónde se fué mi sacapuntas?
Ah, claro, se me había caído al suelo antes. Así que me agaché y... No estaba. En el escritorio tampoco. Era muy extraño, no podía haber ido muy lejos en una habitación de dos metros cuadrados con sólo una cama y el escritorio, ¿no?
Pero al final me rendí, dejé de buscar. Aún quedaba algo de punta para escribir, así que... bueno, los terminé con éxito.
Me levanté a la mañana siguiente, tomé un tazón, abrí el armario para alcanzar la caja de cereales, y eché su contenido dentro del tazón.
Cuando estaba a punto de echar la leche, ví algo brillando dentro. ¡Era mi sacapuntas!
Pero, ¿cómo era eso posible? ¿qué pudo haber pasado?
Todavía no le encuentro explicación a este suceso. ¿Agugeros de gusano? ¿Poltergeist? No lo sé. Y lo cierto es que no sé si quiero saberlo y acabar con el misterio.
Bueno, yo ya conté una de mis experiencias extrañas. Ahora os toca a vosotros