Esto es un “what if” basado en el mundo Aitana Pones. Podría acabar en la historia, o no, todo se verá.
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Los habitantes de Canterlot huían por sus vidas. Desde el palacio surgían los ejércitos demoníacos que habían dominado Equestria, que los habían esclavizado durante meses. Y ahora que veían su poder amenazado, los demonios avanzaban matando a todo aquel que encontraran en su camino. Sementales y yeguas corrían a toda velocidad, solo unos pocos pensando en desviarse hacia los mal llamado “orfanatos” donde retenían a sus retoños. Pero los seres del Tártaro aparecían doquier, cerrando distancias rápidamente.
Súbitamente, varios ponis empezaron a luchar. Empezó con unos pocos virotes de ballesta lanzados desde los tejados por pegasos y batponis, apuntando a los demonios que estaban a punto de alcanzar a algún civil. Entonces, al final de la calle principal, apareció una muralla dorada y negra. Algo más de cincuenta guardias, tanto solares como lunares, tomaron posiciones. La formación, a una orden, se abrió dejando pasillos para que los civiles se pusieran a salvo tras los soldados, cerrándose de nuevo a su espalda en un perfecto muro de escudos.
—¡Mantened la formación! ¡Que no os domine el miedo! —gritó Shining Armor desde la primera linea—. ¡Habéis luchado lo indecible, habéis combatido por lealtad a vuestro pueblo! ¡Y hoy volveremos a hacerlo, juntos! ¡Por Luna! ¡Por Celestia! ¡¡POR EQUESTRIA!!
—¡Por Equestria! —corearon los soldados.
La marabunta de demonios chocó contra el bosque de lanzas. Los primeros en hacerlo murieron al instante, deshaciendose en muros de llamas que fueron atravesados por más criaturas infernales, mientras los soldados de Equestria luchaban hasta el último aliento.
Encima de la ciudad, dos grandes masas aparecieron. Se trataba de dos dirigibles de recreo... pero modificados. Las pérgolas habían sido reforzadas con madera y metal, y se podían observar algunos cañones sobresaliendo desde la cubierta. Una pegaso añil de crines turquesas observaba la batalla a medida que las aeronaves tomaban posición.
—Capitana, esos demonios forman un grupo muy compacto en esa calle, ¿no cree?
—Sí —sonrió la pegaso—. Izad las banderas, contramaestre. Y preparad los cañones.
Repitiendo la orden, ambas aeronaves alzaron sendas banderas gemelas: una sirena blanca con media cola cortada, destacando contra la tela negra. Poison Mermaid se giró hacia sus sementales, que la habían seguido más allá de su deber -si se podía definir así- como piratas. No podía sentirse más orgullosa.
—Mis sementales, ¡preparados para el combate! Lo que nos define como piratas no es la sed de aventuras, ni el oro, ni la zarzaparrilla ni las yeguas frescas y jóvenes! —hubo algunas risas entre la tripulación—. ¡Hoy luchamos por la libertad! ¡Por lo que nos define como piratas, como marineros libres! ¡No dejéis que el miedo os domine! ¡Si no es de este mundo, matadlo sin dudar! ¡Y ay de vosotros si me dais una mala imagen como capitana!
La tripulación gritó, apasionada por la batalla que se aproximaba, y por lo que estaban luchando. Poison se giró hacia un joven unicornio de pelaje naranja y crines amarillas.
—Fire Roar, querido, ¿recuerdas lo que te dije cuando te enrolaste en mi barco?
—¡Cómo no,capitana! Me dijo que no disparara ningún cañón que usted no me ordenara. Una orden aburrida, capitana.
—Y tienes razón.
Fire Roar observó incrédulo a su capitana mientras una maníaca sonrisa crecía en su rostro.
—Los cañones son tuyos. Apunta a los demonios.
Riendo alegremente, Fire Roar usó su magia para ajustar todos los cañones de la nave al mismo tiempo, ante la mirada incrédula de sus compañeros, y empezó a repartir órdenes para que los recargaran rápidamente. Al mismo tiempo que el primero disparaba, se pudo escuchar al teniente Hide Tide gritar “fuego” desde la otra nave.
Los cañones rugieron, y una lluvia de metal y fuego cayó sobre los demonios que se agolpaban en las calles principales. Dos, tres, cuatro salvas llegaron a dispararse antes de que un ejército de demonios voladores se lanzara contra la tripulación de “La sirena mutilada”.
—¡Todos los sementales, fuego a discreción! ¡Preparáos para el abordaje, mis valientes!
El repiqueteo de decenas de fusiles resonó al instante, derribando a decenas de demonios antes de que siquiera llegaran a la nave. Poison Mermaid disparó su propio fusil antes de asir su cimitarra con la mandíbula y lanzarse al encuentro de los demonios, seguidos por los pegasos de su tripulación.
Publicado: 01 Sep 2014, 23:22
Te deseo un excelente día para que lo pases muy bien 
Quería hacerte una grabación en la que te cantaba Make a Wish, pero por problemas diversos personales no he podido, que lástima. Bueno, ya lo haré otro día...