Pandi intenta quitarle importancia al asunto con una despreocupada sonrisa. Miro a los presentes. No hay que ser muy observador para darse cuenta que yo era el único del grupo que todavía no había usado su llave para su propósito. Eso también me dice que yo soy el siguiente. La llave parece que también se da cuenta de ello y comienza a brillar para llamar la atención. Ésta empieza a flotar para dirigirse a donde esperaría mi prueba.
-Yo:
Allá voy...Max y Ángel ya me habían contado que tuvieron que enfrentarse a sus miedos e inseguridades, lo cuál me dejaba en un mal lugar. No se me ocurría qué miedo podrían usar contra mí. De hecho, creo que empiezo a tener miedo por no saber a qué miedo voy a enfrentarme. Ironía creo que lo llaman.
Tras algún tiempo meditando, Max me llama la atención.
-Max: Franky, ¿no te resulta esto familiar?
Y así era. Estábamos acercándonos a mi urbanización, ahora deformado por la unión de mundos, pero todavía reconocible.
-Yo:
No puede ser...Ya sospechaba a dónde quería llevarme eso que llamaban destino. Seguramente Max también lo sospechaba. Confirmamos nuestras dudas al detenernos en el mismo sitio donde se había parado mi llave, la cuál se posa suavemente en el casco que había puesto de manera que pudiera recibirla. Aquí estamos, en frente de mi casa, intacta. La cancela que daba al pequeño patio estaba abierta. Max me mira con una cara que delata preocupación.
-Max: Suerte.
Los demás asienten, como intentando darme la seguridad de que iba a conseguirlo... o al menos salir con vida. Atravieso el patio lentamente y solo. Me fijo en que la cerradura de la puerta de mi casa había cambiado. Probablemente para adaptarse a la nueva llave. Respiro hondo, introduzco la llave en la cerradura y abro. No veía nada del interior, todo estaba oculto por una espesa oscuridad. Vuelvo a mirar a mis compañeros para luego dirigir mi mirada hacia el interior de nuevo. Entro lentamente. La puerta se cierra de golpe nada más haberme alejado unos dos metros o así de ella, dándome un sobresalto. No me queda otra que andar a ciegas. Estoy solo, andando, en la oscuridad y temeroso de que cualquier cosa me saltase encima. Es también cuando quiero pensar que mi familia estaba a salvo en alguna parte, lejos de aquí. Era evidente que el interior de mi casa había cambiado, llevaba varios minutos caminando hacia adelante y todavía no me había tropezado con nada.
-????: Te estaba esperando.
Un haz de luz proveniente del techo, probablemente, aparece e ilumina a un individuo que está frente a mí. Otro susto que me llevo. Aunque parte del miedo se va porque se me hacía muy familiar el personaje que me había encontrado.
-Yo: ¿Ga... Garland?
No contesta.
-Yo: ¿E-eres... mis miedos?
-Garland: ¿Eso era lo que esperabas?, siento mucho decepcionarte. No, no soy tus miedos más profundos. Justo lo contrario. He tomado esta forma porque, según tú, éste es el personaje que mejor representa tu mayor deseo.
Esto último me desconcierta por completo.
-Garland: Un ciclo eterno.
Sigo sin entenderlo.
-Yo: Un ciclo... ¿un ciclo eterno?
-Garland: Eso es. Tú mayor deseo es volver a la vida que tenías antes de todo esto, antes de ir a Equestria. No sólo eso. Quieres hacer siempre lo mismo que llevas haciendo desde hace mucho tiempo, con alguna variación o dos si cabe. Despertar cada día laboral, gastar tiempo en la red, estudiar en la facultad y luego volver a la seguridad de tu hogar para descansar para el siguiente día. Los fines de semana quedar con amigos para hablar de lo que os gusta y lo que no. Eso es todo lo que quieres. Sin progresar, sin avanzar, sin evolucionar. ¡La misma rutina por toda la eternidad!
-Yo: Todo siempre igual... ¿para siempre?, ¿por qué querría eso?
-Garland: Para evitar lo que más temes, por supuesto.
-Yo: ¿Lo que más temo?
-Garland: Yo he nacido a partir de ti y eres lo único que conozco, y aquello que sabes también a través de ti. Lo que quiere decir que tú ya deberías saber a lo que me refiero.
No digo nada.
-Garland: Pero si es necesario, te lo diré. Lo que más temes no es la soledad, lo corrupto que puedes llegar a ser o si quiera la muerte. Tu mayor miedo... es el futuro.
-Yo: ... ¿Qué?
-Garland: Un futuro que irremediablemente vendrá, te alejará de tus seres más cercano y la seguridad de tu hogar. Toda la comodidad de la que disfrutabas se irá tarde o temprano. Y eso es porque el tiempo no deja de avanzar, la realidad no dejará de cambiar y retorcer esa vida a la que estás tan acostumbrado. Por eso, la mejor solución es lo que te propongo.
El caballero de pesada armadura se acerca a mí, se agacha para que sus ojos estén a mi altura y con una mano me señala hacia la derecha. Al hacerlo, veo muchas escenas en movimiento desordenadas de mi vida.
-Garland: Puedo dártelo. No, TÚ puedes crear ese bucle, uno en el que no tendrías que preocuparte por un futuro aterrador. Ni siquiera existiría eso que llaman "fin de los tiempos".
Hace un gesto con el que quería indicarme que me dirigiera hacia las imágenes. Hago lo que me pide. Me giro y voy lentamente hacia esa vida de tranquilidad eterna, a la vez que recuperaba mi aspecto humano. Y allí me quedo.
No llevé la cuenta del tiempo que había pasado. Incluso había llegado a un punto en el que casi me había convencido de que todo aquello de que había sido un pony fue un sueño. Hasta que lo entendí.
Ya había tenido el tiempo suficiente, entre rutina y rutina, para pensar. Estaba en el interior de mi cuarto. Agarro el pomo de la puerta cerrada con decisión y la abro. Lo siguiente que veo es, lo que me pareció ver, un salón del trono en ruinas. Y allí, sentado en el mismo trono, estaba el caballero representante del ciclo eterno. Me acerco para que pueda oír mis palabras.
-Garland: ¿A qué has venido?
-Yo: Quiero volver.
Pasan unos segundos de silencio, como si al guerrero le costara comprender lo que quería decir.
-Garland: Tus recuerdos se han marchitado demasiado, ¿qué te hace pensar que tu vida anterior no era más que una ilusión?
-Yo: ¡No me engañas!
-Garland: ...
-Yo: Al fin he entendido que el futuro es necesario, incluso para mí. Es cierto que he perdido cosas, pero también he ganado muchas otras y sólo ha sido posible porque... porque he seguido yendo hacia adelante. No sé lo que me depara el futuro, pero me impondré con mis viejos seres queridos y con los que vengan.
Garland golpea violentamente uno de los brazos del trono. Parecía que su paciencia ya se estaba agotando.
-Garland: ¡¿Osas romper el ciclo que tú mismo has creado?!
-Yo: Sí. Viviré en mi propio presente mientras espero el futuro que me corresponde.
Parecía que el guerreo volvía a calmarse. Se levanta tranquilamente.
-Garland: Hace mucho tiempo, preguntaste si yo era la representación de tus miedos. Te volveré a responder con otra pregunta.
Comienza a salir fuego de todos los huecos de su armadura.
-Garland: ¡¿Qué te encuentras si atraviesas la barrera del presente?!
La armadura estalla en miles de pedazos, dejando ver a un demonio cubierto en llamas. Al mirarlo, podía ver un montón de realidades alternativas en las que yo tenía un futuro desastroso y sin esperanza. La resurgida bestia se abalanza hacia mí.
Sólo tengo que ir hacia delante. Hacia delante. Adelante.
Corro hacia el diablo. Lo atravieso a la vez que se desvanecía en cenizas. Cuando volví a recobrar el sentido común, comprobé que había vuelto a mi forma pony, con lágrimas deslizándose por mi reformada cara. Todo volvía a estar a oscuras, como al principio.
-Garland: Ve y haz ese futuro tuyo.
Fue lo último que escuché procedente de aquel lugar. Una nueva luz aparece. La sigo hasta ver que había salido de mi casa. Miro a mis amigos, viéndome con caras preocupadas y sin ser conscientes del tiempo que me había pasado sin verlos así. No se me ocurre otra cosa que sonreír para dar a entender que estaba bien. Aunque a duras penas podía secarme las lágrimas.