por JoanK » 18 Sep 2013, 19:58
Y de repente, la nada. Tras el fogonazo producido en cruzar la puerta, la nada más absoluta. Una oscuridad sin par. El primer segundo, no pasó nada. Siempre resulta natural aclimatarse a un entorno con una distinta intensidad lumínica. Sin embargo, la oscuridad no cesó. Y los cascos ya empezaban a doler al descansar sobre los cantos de las malditas piedras. Molesto, nervioso, Sean trató de asentar los cascos en una posición menos molesta sin moverse del sitio. Sin vista, no se atrevía a dar un paso, pero no había más que rocas angulosas a su alrededor. En seguida empezaron a bajarle unas gotas de sudor por la frente, mientras llamaba a su compañero:
-Night! Estás ahí? Ves algo? -Sean casi gritaba. Sus ojos se acostumbraban ya y distinguió un tenue resplandor azul oscuro en el aire, la eterna Banda de Moon. Mucho más cerca, a su nivel, un bulto se movió en la oscuridad, y de repente una luz mortecina surgió de la nada e iluminó el susodicho bulto. No era otro que Night Light, su querido componiero.- Gracias a Celestia! Por un momento creí que te había perdido. -Sean suspiró aliviado y entonces reparó en el dolor que, aunque remitente ya, seguía atenazándole, impidiéndole mover bien las patas.- No podrías hacer algo con tu magia? amontonar las piedras a un lado, ayudarme? Me duelen las patas y tengo las articulaciones hinchadas. Probablemente sea de noche... quizá esta celda dé al exterior y es de noche... podríamos descansar...
Pero a cada segundo se daba cuenta de que no era posible. El aire estaba algo enrarecido aquí, y esa oscuridad... Profunda, sin luna, sin estrellas, sin nada. Debía ser una sala subterránea. Sean arrastró a Night cual linterna, y llegaron hasta la pared de negra y fría piedra, tan rugosa y cruel como sus homólogas menores desperdigadas por el suelo. Por el camino Sean recogió unas gemas, ya que Night le dijo que no podía llevar más. Habían tratado de apartar las piedras del suelo a un lado, pero el suelo era también de roca madre. Aunque algo más lisa, sus bajas crestas eran afiladas y tan terribles como las mil aristas que debían pisar antes. Fue entonces que Sean empezó a temblar. Aunque no era muy evidente, Night se dió cuenta enseguida. El pony estaba cada vez más angustiado, y no paraba de moverse y mirar a todos lados. El sudor nervioso empapaba su manto.
-Night, salgamos de aquí. Por favor. Por favor sácame de aquí. -La voz le temblaba, Sean parecía a punto de estallar. "Qué inestable" pensó Night. "Pobrecillo, lo que ha sufrido".- Vámonos ya, Night, vamos, vayámonos, me voy. Pero sígueme, por favor Night, sígueme, ¡no me pierdas! -sean casi botaba mientras trataba de alcanzar la puerta 5. -Ven conmigo Night, no te puedo perder. -El pony sentía una presencia en la oscuridad, o quizá la oscuridad misma, como una mole informe y maleable, vaga e imperceptible, una presencia infinita y opresiva, que parecía aplastarle hacia el suelo bajo la tensa y enrarecida atmósfera de la celda.- ¿Dónde está, dónde? ¡La puerta! ¡Aquí! -Sean introdució un bit en la puerta 5 y avanzó, impaciente, con su componiero detrás.
(y recogió las cinco gemas)
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JoanK el 18 Sep 2013, 20:01, editado 1 vez en total
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