A pesar de haberlo visto tan de cerca, Minerva no pudo distinguir al animal decentemente como para saber de qué se trataba, era parecido a una serpiente, tenía plumas y además cacareaba…
Trató de rememorar en alguno de los libros que había leído y escrito si existía algún animal así, entonces de repente, el animal se abalanzó de nuevo contra ella, pero vez sí logró engancharla y, tras cruzar miradas un instante, provocó que ambos se estrellaran contra el mullido suelo de la celda.
Minerva estaba algo dolorida, y mientras se frotaba la cabeza magullada aquel misterioso animal volvió a escaparse ente los matorrales, lo cual la frustró bastante, si volvía a atacar, era posible que no pudiera reaccionar a tiempo.
Intento alzar el vuelo de nuevo, pero le costó más de lo normal, mirando la causa del problema, se percató de que parte de su crin era roca pura, lo cual le dio la última pista sobre la criatura que le atacaba, se trataba de una cocatriz.
- ¡Ah, demonios, Minerva, sabías perfectamente de qué se trataba! –susurró frustrada para sí misma.
Trató de conservar la calma frente a aquella gran amenaza, pero no podía evitar tener miedo, con solo mirarla un instante podría acabar toda su aventura, dejando solo una estatua de piedra a su paso. Y si nadie la encontraba, sería olvidada para siempre, o acabaría convertida en un trofeo para Nightmare Moon.
Intentó pensar en un plan rápidamente, pero la tensión y la posibilidad de un nuevo ataque la ponía cada vez más nerviosa, impidiéndole pensar con claridad, y entonces ocurrió lo peor.
La cocatriz la atacó de nuevo, saliendo rápidamente de los arbustos y abalanzándose sobre Minerva, con la intención expresa de terminar de petrificarla.
Ella lo vio venir y, con todas sus fuerzas, voló al techo de la celda, lo más rápido que pudo, mientras la cocatriz se hacía paso hacia su cara y, cuando estaba en el centro, Minerva la agarró con todas sus fuerzas y la miró a los ojos, para que la petrificara.
Gracias al agarre que hizo, al transformarse en piedra, la cocatriz no podía liberarse de ella, y al caer ambas, la cocatriz recibió el peor parte, siendo la que soporto toda la caída, con Minerva petrificada encima, dejándola mas que noqueada, y liberando a la pegaso de su petrificación en pocos segundos.
-Uuuf… Creo que me he librado por los pelos. Pero no sé si podré salir de aquí… ¿Eh? ¿Qué es eso?Minerva contempló como escuchaba un mensaje de un tal Green Shy, que quería acabar con su vida. A pesar de no conocer al pony, Minerva no estaba dispuesta a aceptar que aquel potro acabara con su vida, así que, a pesar de estar todavía muerta de miedo por el enfrentamiento con aquella bestia, decidió viajar al mundo de los sueños, al mundo onírico, para convencer a Green Shy.
Cerró los ojos y procuró dormirse, aunque no supo a ciencia cierta dónde estaba. Todo era nuboso, así que le habló a la nada.
-Green Shy, sé que no nos conocemos, pero, de hacerlo, te daría una buena coz por haber pensado en suicidarte. Eso no es la solución, creo que incluso sería satisfactorio para Nightmare Moon. ¿Tú crees que a nuestra princesa, ¡no!, a nuestras princesas, les gustaría saber que uno de sus súbditos ha muerto? Yo creo que no.Dicho esto la llegua despertó y se encaminó hacia la puerta número 6.