Restos de parasprite yacen desperdigados por todos lados. Fragmentos de alas, patas, pequeños cuerpos aquí y allá.
Mientras una marabunta de parasprite se devora así misma, en una lucha atroz donde todos intentan devorarse entre ellos, a la vez que se multiplican constantemente.
En una esquina alejado del combate, yace el viejo un ojo que sonríe devorando los restos de la batalla que esta ocurriendo a escasos metros de el. Una lucha sin cuartel donde es comer o ser comido mientras los parasprite se matan entre si.
Diez minutos antes:
Esto es ridículo provengo de la raza mas peligrosa de la galaxia, ¿como pueden estos alfeñiques hacer que tenga que batirme en retirada como un potrillo asustado?
El viejo un ojo esta corriendo por la selva arrasada a mordiscos, huyendo de las peligrosas mandíbulas acidas de los parasprites. Las pequeñas criaturas son como hormigas devorando un león.
Ya lo había intentado todo, golpearlos, destriparlos, morderlos, pero por cada uno que exterminaba , aplastaba o cortaba diez estaban duplicándose para remplazar al desaparecido.
Ahora el corría por su vida entre los restos de la antes exuberante selva.
Numero casi ilimitado, hambre voraz, capacidad reproductora desproporcionada,
¿Dónde he visto yo eso? Maldición piensa piensa
El ojo rojo del monstruo se ilumino cuando se dio cuenta de que los parasprite eran exactamente como su raza, y el sabia como destruir a su propia raza,
Sin perder un instante el viejo un ojo regurgita la tarta de manzana que la traidora tiny tales le preparo, guardándola en la boca se da la vuelta hacia los parasprite, el abre la boca dejando ver los restos de la tarta, una horda de parasprite se le hecha encima, mientras que otros se introducen en su boca con una gran desesperación por comer el pastel.
Ya os tengo pequeños bichos.
Es el pensamiento que cruza la mente del monstruo, mientras reanuda la carrera.
En sus fauces dentadas los parasprite se multiplican. Sintiendo como su boca empieza a rebosar el los marea con la lengua para después reducirlos a pulpa y mezclarlos con el pastel de manzana,
Acto seguido se detiene y lanza la papilla al aire, vomitando todo el contenido de su boca instantes antes de que la furiosa progenie de parasprite se le tire encima,
Segundos después el enjambre esta mordiendo el exoesqueleto del enorme pony negro, cuando el vomito cae encima de ellos poniéndolos perdidos a todos.
Los parasprite siguen devorando al viejo un ojo, pero esta vez hay un añadido de parasprite a la mezcla, y cuando empiezan a comerse el vomito no consiguen distinguir donde acaba el vomito y empieza el parasprite, en breves instantes los parasprite se han vuelto caníbales y la nueva generación ataca a sus congéneres formando un pandemónium, de nacimiento y muerte,
Pandemónium que el viejo un ojo aprovecha para escurrirse entre el combate y sonreír mientras disfruta en una esquina , del ciclo de la vida que se esta desarrollando en frente de su único ojo rojo que brilla con satisfacción victoriosa.