Lejos de idioteces, un mini-fic.
Spoiler:
Las hojas crujían como pedazos de papel roídos por un viento taciturno y melancólico que acariciaba con suave tacto el azulado pelaje del unicornio. La hierba,crecida y desaliñada rehuía del contacto de sus cascos, como enanos al paso de un gigante.
Ésta posó la vista en el cartel, que se elevaba del suelo como un faro de esperanza para un viajero perdido, o como un amargo recuerdo en la mente de la joven. "Ponyville", rezaba el ya arcaico tablero de madera.
Una sonrisa de suficiencia apareció en su boca, el recuerdo de su derrota, de su perdición, de la bofetada del destino en la suave apariencia de su rostro.
La decepción surgió de sus entrañas, mientras recordaba como había llegado a aquel maldito lugar, cegada por el ánimo de gloria y dicha que le daría su espectáculo. Su preparado espectáculo fallido, aquello que derrumba los cimientos de la mente de la artista, que empozoña su mente y le lleva a los límites de la locura, una locura que le invita a transportarse en el tiempo y sentir la antigua presencia de su enemiga y la forma en la que le ridiculizó. La forma en la que convirtió su excelencia y su poder en meras cenizas despedazadas por un viento cruel.
La humillación que le supuso no tenía comparación, no tenía forma de representar su propia vergüenza ni su dolor al entrever a un rayo del crepúsculo enfrentarse a un mito.
Ahora, podía ver en el reflejo del charco situado a los pies de sus cascos su reflejo. El largo pelo sucio y raído y los ojos violeta respondían a su reflejo.
No, ya no tenía motivos para sufrir, ahora su sufrimiento era su mayor baza para vengarse, el plateado colgante de maléfico aspecto borboteó luz en un sutíl resplandor que iluminó su capa desgastada por el uso como el fuego de una hoguera en la mitad de la noche.
Ésta era su baza, esa era su arma contra la vergüenza y la humillación. Era su venganza echa material, un material, una esencia que le permitiría demostrar su superioridad y vengarse de su enemiga.
Pateó con fuerza su reflejo en el agua.
<<Twilight Sparkle...>>
Ésta posó la vista en el cartel, que se elevaba del suelo como un faro de esperanza para un viajero perdido, o como un amargo recuerdo en la mente de la joven. "Ponyville", rezaba el ya arcaico tablero de madera.
Una sonrisa de suficiencia apareció en su boca, el recuerdo de su derrota, de su perdición, de la bofetada del destino en la suave apariencia de su rostro.
La decepción surgió de sus entrañas, mientras recordaba como había llegado a aquel maldito lugar, cegada por el ánimo de gloria y dicha que le daría su espectáculo. Su preparado espectáculo fallido, aquello que derrumba los cimientos de la mente de la artista, que empozoña su mente y le lleva a los límites de la locura, una locura que le invita a transportarse en el tiempo y sentir la antigua presencia de su enemiga y la forma en la que le ridiculizó. La forma en la que convirtió su excelencia y su poder en meras cenizas despedazadas por un viento cruel.
La humillación que le supuso no tenía comparación, no tenía forma de representar su propia vergüenza ni su dolor al entrever a un rayo del crepúsculo enfrentarse a un mito.
Ahora, podía ver en el reflejo del charco situado a los pies de sus cascos su reflejo. El largo pelo sucio y raído y los ojos violeta respondían a su reflejo.
No, ya no tenía motivos para sufrir, ahora su sufrimiento era su mayor baza para vengarse, el plateado colgante de maléfico aspecto borboteó luz en un sutíl resplandor que iluminó su capa desgastada por el uso como el fuego de una hoguera en la mitad de la noche.
Ésta era su baza, esa era su arma contra la vergüenza y la humillación. Era su venganza echa material, un material, una esencia que le permitiría demostrar su superioridad y vengarse de su enemiga.
Pateó con fuerza su reflejo en el agua.
<<Twilight Sparkle...>>