Acabo de terminar el décimo capítulo esta madrugada, me ha llevado más tiempo del deseado por diversos factores, y por falta de inspiración e ideas, pero finalmente lo tengo para vosotros.
Si más dilación, aquí teneis el capítulo 10:
Mi Cutie Mark
Durante unas semanas estuve trabajando más de lo normal en Sweet Apple Acres, dado que, tras conocer el hermoso regalo que Applejack llevaba en su vientre no podía permitirle hacer muchos esfuerzos; aunque a veces, conseguía convencerme, pero intentaba que no hiciese sobre esfuerzos y por ello, de vez en cuando me echaba una pequeña bronca.
Pero esta, no es mi historia, al menos, en gran parte, esta es la historia de como cuatro potrillas alcanzaron su objetivo.
Desde la fiesta del hogar, Shine se acercaba al castillo de Twilight como invitada, la joven princesa, le enseñaba cuanto podía a la potrilla para que fuera capaz de controlar su magia de materialización. La pequeña unicornio, se esforzaba cada día, por conseguir mejorar su talento.
-Vas bien, Shine, concéntrate. -le decía Twilight.
-Ugh... -quejaba la pequeña. -Cuesta mucho...
La pequeña intentaba transformar un pequeño guijarro en una pelota, pero sólo conseguía hacerla levitar, y darle varias y rápidas vueltas, para después lanzarlo a otra punta de la sala.
Twilight se le acercó, cubriéndola con su ala.
-Oye, no te preocupes, estas mejorando. -le decía.
-Eres demasiado buena, princesa... -decía decepcionada la pequeña Shine.
-Ojalá pudiera ayudarte más, en serio. -le respondía la joven alicornio. -Pero la magia de materialización es una magia muy antigua y desconocida para muchos. Tengo mis dudas de sí incluso la princesa Celestia puede usarla.
Shine, estuvo pensando entonces, "¿Si era tan antigua, como la llegó a conocer mi abuelo?"
Twilight tomó un grueso tomo de una de las estanterías de la sala donde practicaban, comenzando a hojearlo.
-Aquí está. -decía acercando el tomo a Shine. -Según este libro, la magia de materialización data de tiempos en la que la magia era joven, según esto, la base de esa magia reside en el corazón, y no en la mente, antiguamente la llamaban "alquimia", y consistía en "transmutar" un elemento en otro.
- ¿Transmutar? -preguntó la potrilla.
-Convertir una material en otro, como las piedras en oro. -explicaba Twilight. -Pero se dejó de usar ese término cuando se dieron cuenta de que no transformaba, si no que creaba desde una base o de la nada. Y a la, vez fueron pocos los Ponys, tanto pegasos, terrestres y unicornios, que la custodiaron bajo ciertas normas, como por ejemplo, la de no crear vida.
Shine, se sonrojó al oír eso.
-Bueno, creo que es todo por hoy. -terminaba Twilight cerrando el tomo. -Puedes volver a casa, seguro que tu familia te está esperando.
- ¡Vale! ¡hasta la próxima, princesa! -decía animosa la pequeña Pony.
Tras dejar el castillo, tomó rumbo a Sweet Apple Acres, quería ir a la casa del club de las Crusaders para seguir participando en sus andadas por conseguir sus Cutie Mark.
- ¡Chicas, ya he llegado! -decía Shine irrumpiendo en la casa del club.
Lo que Shine vio ahí, la descolocó. Las chicas, estaban apagadas, sin ganas, desperdigadas en el suelo.
- ¿Chicas, que pasa? -preguntaba la joven potrilla.
-Oh... Hola, Shine... -decía una apagada Applebloom. -No pasa nada...
-Sólo estamos muy decepcionadas... -continuaba Scootaloo.
-Lo hemos intentado todo por conseguir nuestras Cutie Mark. -seguía Sweetie Belle. -Pero no conseguimos nada, sólo hundirnos cada vez más.
-Así que... Estábamos pensado si colgar las capas de las Crusaders. -terminó Applebloom.
Esa noticia desarmó por completo a Shine, no deseaba aquello ni por todo el heno de Equestria.
-No... No, por favor... -decía en bajo, mirando a las chicas. -No digas eso...
Las chicas la miraron.
-No podéis hacer eso... Si no fuera por vosotras, es posible que no me hubiera integrado aquí. Vosotras me ayudasteis a sincerarme con mi hermano cuando llegué a Ponyville.
-De verdad lo siento, Shine. -le decía Scootaloo, colocándole el casco sobre el lomo. -Pero, ¿qué quieres que hagamos? Lo hemos probado todo, y seguimos sin nuestras Cutie Mark.
Shine se alejó un poco de ella.
- ¿En serio creéis que nos unimos a las Crusaders sólo por eso? -decía asustada. -Me uní para estar con mis amigas.
-Pero...
- ¡No!
Shine salió corriendo de la casa del club, corriendo hacia la casa de la familia Apple, jadeando por el camino.
Al llegar a la casa, dio un portazo, para sorpresa de Applejack quien revisaba los álbumes de fotos.
-Shine, ¿qué te ocurre? -le preguntaba Applejack, dejando a un lado el álbum.
Shine se abrazó a ella deseosa de una respuesta.
-Applejack... ¿Qué puedo hacer...? -musitaba abrazada a ella.
- ¿A qué te refieres, pequeña? -decía atónita la joven Pony.
-Las chicas dicen que van a colgar las capas por qué no obtienen sus Cutie Marks... -le explicaba sollozado contra su pecho. -Y yo no quiero que lo dejen... Les debo mucho... Por ellas estoy ahora aquí...
Applejack, comenzó a acariciar la colorada crin de Shine, intentando calmarla.
-Oh... Pequeña... Ojalá pudiera hacer algo. -le decía. -Pero lo han intentado todo, y no han conseguido nada, han explorado todos los lugares del pueblo, menos lo más oscuro del bosque Ever Free. Doy fe de ello.
-Pero quiero hacer algo. -insistía Shine. -No quiero verlas así...
-De verdad lo siento, pequeña... -le decía mientras le acariciaba las crines.
Tras un largo tiempo siendo consolada, Shine se separó de Applejack, y, despacio, se dirigió a la habitación, dando vueltas a la conversación con ella y lo ocurrido con las chicas.
La joven potranca se asomó por la ventana, teniendo una buena vista del bosque Ever Free. Esto le dio una idea a la pequeña, así pues, sacó del armario sus alforjas, unos folios y lápices, y comenzó a preparar algo.
-Si ellas no van a hacer nada, ya lo haré yo. -se decía a sí misma.
La noche pasaba, y la pequeña Shine, pensaba que hacer para que las demás no dejasen de pensar en su ideal de conseguir sus Cutie Mark.
A la mañana siguiente, antes de que el sol terminase de elevarse y del que el gallo terminase de cantar, Shine, irrumpió en la habitación de Applebloom, saltando sobre su cama.
- ¡Arriba, Applebloom! -decía Shine saltando sin parar.
- ¡¿Qué haces?! -decía asombrada Applebloom.
- ¡Arriba, vamos a buscar a Sweetie y a Scootaloo! -le respondía. - ¡Nos vamos de excursión al bosque Ever Free!
Tras conseguir sacarla de la cama, y reunir a las demás, las cuatro potrillas llegaron a los límites del bosque.
Aún adormiladas, y cargando sus respectivas alforjas, las pequeñas, estaban confusas por la efusiva actitud de Shine.
- ¿Se puede saber qué pasa? -le preguntaba Sweetie Belle.
- ¿No queríais conseguir vuestras Cutie Mark? -le respondió Shine. -Pues bien, hoy las conseguiremos explorando.
- ¿Estás segura? -le preguntó Scootaloo.
-Absolutamente. -se afirmaba la pequeña unicornio blanquecina. -Vamos, adentrémonos.
Shine, encabezó la marcha por el bosque, siendo seguida, no muy lejos, de las tres pequeñas potrillas. La pequeña unicornio, andaba feliz, delante de sus compañeras, dispuesta a que la llama de las Crusaders siguiera brillando.
-Pero Shine, ¿a dónde nos quieres llevar? -le preguntó Applebloom.
-A un sitio del que me habló Twilight. -le respondió. -La cueva de los deseos
- ¿La qué? -preguntó Sweetie Bell, haciendo una mueca de ignorancia.
-Hemos investigado muchos sitios, pero nunca hemos entrado muy profundo en el bosque. -le seguía Scootaloo.
-Pues hoy lo haremos. -clamaba Shine. - ¡Venga, seguidme!
Caminaron durante un largo tiempo, hasta que, finalmente, llegaron a un gran barranco. Al otro lado del mismo, yacía una especie de yermo rocoso, con algunos árboles muertos y petrificados, debido a la escasa humedad.
La única forma de llegar, era atravesando un destartalado puente.
- ¿Y tenemos que cruzar por ahí? -preguntaba Applebloom.
- ¡Así es! -le respondía efusiva.
Shine dio el primer paso por el puente, éste, se agitaba casi de forma inapreciable, de un lado a otro. Cuando la joven potrilla blanca andaba por la mitad, las dudosas Cutie Mark Crusaders la siguieron inmediatamente.
-Bien chicas, hemos llegado. -decía Shine, extendiendo su casco hacia el yermo, donde al otro lado, se hallaba la cueva de los deseos.
- ¿Y qué piensas que hagamos? -le preguntó Sweetie Belle.
- ¿No es evidente? Vamos a conseguir vuestras Cutie Mark. -respondió la pequeña Pony bastante segura de sí misma.
Las chicas, se quedaron mudas ante la declaración de la blanquecina unicornio.
- ¿Cómo? -preguntó Scootaloo, mostrando una mirada de desconfianza.
-Lo que oís. -respondió Shine. - ¿Queréis vuestras Cutie Mark? Bien, pues yo os las daré.
En eso, Shine, comenzó a andar hacia la cueva, pero, las chicas, no estaban muy convencidas.
- ¿Vosotras creéis que sabe lo que hace? -preguntó Sweetie Belle.
-Está muy entusiasmada. -decía a continuación Scootaloo.
-Démosle una oportunidad, chicas. -terminaba Applebloom. -Lo está haciendo por nosotras.
Las tres pequeñas Crusaders seguían a Shine por el yermo, llegando a la boca de la cueva. Ésta, era enorme, y bastante húmeda, el viento ululaba dentro de la cavidad, como si alguien silbase hacia su interior. La verdad, es que era algo aterrador.
-Venga chicas, ¿a qué esperamos? -les decía Shine, mientras entraba.
-Ya vamos... -declaraba Applebloom, acompañada de las demás.
El interior de la cueva estaba llena de extraños dibujos, pinturas rupestres de antiguos Ponys aprendiendo a usar la magia.
-Shine... ¿Estás segura de que podemos estar aquí? -preguntó Sweetie.
-Segura al cien por cien, no, pero todo sea por vosotras. -respondió.
Eso, mantuvo callada a las pequeñas Crusaders, quienes no se esperaban esa respuesta. La actitud altruista de Shine las había tomado por sorpresa; estaba dispuesta a darlo todo con tal de que ellas obtuvieran sus Cutie Mark.
La cueva, cada vez se estaba volviendo más oscura, dificultando la visibilidad. En eso, Shine, se sacó una linterna de la alforja, encendiéndola y usando su magia para llevarla delante de todas.
-Chicas, juntémonos, no sea que nos perdamos. -les decía Shine extendiendo su colorada cola.
Applebloom, sujetó en su boca la cola de Shine, a la misma vez, Scootaloo lo hizo con la de Applebloom y Sweetie Belle con la de Scootaloo.
Al poco, empezó a escucharse el sonido del agua gotear.
-Chicas, ¿oís eso? -preguntaba Shine.
- ¿El que? -preguntaba Applebloom, con la cola de Shine en la boca.
El sonido de del goteo, cada vez era más fuerte, y se podía apreciar una pequeña luz al fondo de la cueva.
- ¡Ahí esta! -decía Shine henchida de euforia.
Shine, comenzó a trotar rápidamente hacia la luz, arrastrando con ella a las Crusaders, quienes intentaban seguir su ritmo.
Al llegar a la luz, y tras recuperar la visibilidad tras el golpe de luz, las pequeñas potrillas pudieron apreciar aquella enorme cavidad.
Había un enorme lago cristalino que reflejaba por completo el interior; lleno de túneles y niveles, y en lo alto, un enorme tragaluz natural. El lago estaba rodeado de árboles frondosos, no muy altos, pero tampoco muy bajos.
-Este sitio es espectacular. -decía Applebloom.
Shine se fue acercando al lago, bajo la atenta mirada de las chicas, quienes la seguían.
- ¿Shine...? -decía Sweetie Belle.
Shine no parecía hacerle caso, estaba cegada por su objetivo. Ya en la orilla del lago, usó su magia para sacar una gema de sus alforjas, tomándola en su casco.
Miró al lago mientras sus amigas se ponían a sus lados.
-Deseo... Que, a cambio de sacrificar mi Cutie Mark, mis amigas obtengan las suyas.
Las tres se quedaron boquiabiertas.
- ¡¿Qué?!
Shine se preparaba para lanzar la joya hacia el lago, pero entonces, Applebloom la frenó.
- ¡No lo hagas! -le decía. - ¡Así no!
- ¡Applebloom, déjame hacerlo! -le decía Shine, intentando lanzar la joya.
Las chicas, intentaban frenarla, Scootaloo y Sweetie Belle, la sujetaron de los cascos mientras que Applebloom empujaba su pecho con sus cascos para intentar alejarla de la orilla.
- ¡Soltadme, tengo que hacerlo! -decía Shine. - ¡Quiero que obtengáis vuestra Cutie Mark!
- ¡Pero nosotras no queremos que te quedes sin la tuya! -le decía Scootaloo.
- ¡Así no sería justo! -continuaba Sweetie Belle.
- ¡Me da igual! -declaraba Shine. - ¡No me importa quedarme con la grupa lisa de por vida si es por vosotras!
Esa declaración, penetró en la cabeza de las tres, quienes se quedaron petrificadas, ocasión que aprovechó Shine para zafarse. Tras soltarse, se volvió a colocar frente a la orilla del lago, volviendo a tomar impulso para lanzar la joya.
- ¡Deseo sacrificar mi Cutie Mark para siempre, a cambio de que mis amigas obtengan la suya!
Shine, lanzó con fuerza la joya al lago frente a la impactante mirada de las tres potrillas, quienes observaban como la joya caía al agua, salpicando.
La joven unicornio blanquecina, miró alegre como las hondas del agua se expandían por todas partes. Tras ello, se giró hacia las chicas, esperando que su deseo, se volviera realidad.
Las chicas, estuvieron viendo sus flancos, pero, sus Cutie Mark, no aparecían. Cosa, que aterrorizó a Shine.
- ¿Qué...? -decía Shine, casi sin palabras. - ¿Qué broma es ésta?
Las tres veían la expresión de miedo y decepción en el rostro de la pequeña Shine.
-Mi deseo debía de haberse cumplido... ¡¿Dónde están sus Cutie Mark!? -gritaba Shine hacia el lago.
-Shine, de verdad no importa. -decía Applebloom.
-Te agradecemos de verdad el esfuerzo. -continuaba Scootaloo.
- ¡No, no es justo! -quejaba Shine. - ¡Acepté las condiciones para que mi deseo se cumpliera!
Shine, empezó a valerse de su magia para elevar un enorme menhir que yacía cerca. Con esfuerzo y ante la mirada de las chicas, lo intentó elevar todo lo alto que podía, levantándose sobre sus patas traseras.
- ¡Estúpido lago, cumple mi deseo! -gritaba Shine. - ¡Dales a mis amigas sus Cutie Mark, a cambio de la mía!
La joven unicornio, lanzó el menhir al lago. Esto, provocó que el lago salpicase con fuerza, provocando un estrepitoso eco, que retumbaba en la cámara. De pronto todo empezó a temblar, provocando un desprendimiento desde el tragaluz; precipitándome varias rocas.
Ante el pavor de que les cayese encima alguna, Sweetie Belle, Applebloom y Scootaloo, empezaron a corretear de un lado a otro, esquivando las rocas.
Shine, intentó mantener la calma, pero entonces, una enorme roca se iba a precipitar sobre las tres.
- ¡Chicas!
Shine, corrió hacia ellas mientras su cuerno empezaba a a brillar en una fuerte luz dorada.
La roca, se cernió sobre las tres potrillas. Pero de pronto, algo la detuvo. Cuando abrieron sus ojos, pudieron ver a Shine, tumbada en el suelo, pero rodeada de dos gatos hidráulicos enormes, que sujetaban la gigantesca piedra cual columnas.
- ¡Shine! -gritaban las tres potrillas.
Shine, intentó levantarse, pero cuando lo hacía, las "columnas" cedían, agotando más a la pequeña, que seguía tumbada en el suelo.
-No... No puedo moverme. -quejaba la pequeña unicornio.
- ¡Shine, tienes que salir de ahí! -decía Applebloom intentando arrastrarla.
Al intentar sacarla, los gatos hidráulicos empezaron a temblar, cediendo un poco. Inmediatamente, Shine, se soltó de los cascos de Applebloom.
- ¡No! -decía. - ¡Si me mueves es peor!
- ¿Qué podemos hacer? -preguntaba angustiada Sweetie Belle.
-Mi hermano... Id a buscar a mi hermano. -decía Shine, con esfuerzo en su voz.
- ¡Pero no podemos dejarte aquí sola! -decía Applebloom preocupada.
Scootaloo, vio que así, Shine no iba a aguantar, su corazón latía con fuerza, deseando hacer algo. Decidida, sujetó su scooter y colocó su casco.
- ¡Chicas, yo iré a buscar a Loud! -les decía. -Cuidad de Shine.
- ¡Espera Scootaloo!
- ¡No hay tiempo!
Scootaloo, batió sus pequeñas alas con fuerza, impulsando su scooter todo lo rápido que éstas le permitían, atravesando la cueva casi por instinto. Sabía, que la seguridad de su amiga descansaba sobre sus cascos, y no podía dejarla así, tumbada en el suelo, esperando que la roca le cayese encima.
Scootaloo salió disparada con su scooter por la boca de la cueva, en dirección a Ponyville, en busca de ayuda.
Mientras tanto, Applebloom, recogía las hojas y ramas que podía, intentando hacer una almohada con ellas, sin percatarse, que su grupa, brillaba levemente.
-Shine... ¿Por qué has hecho esto? -le preguntó Sweetie Belle.
Shine, intentó levantar la cabeza para mirar a su amiga.
- ¿Qué por qué? -le respondió. -Por que no quería que colgaseis las capas de las Crusaders.
Shine derramó un par de lágrimas.
-No quería que dejaseis vuestro deseo de conseguir vuestras Cutie Marks... -decía sin aguantar más. -Pensé que si hacia vuestro sueño realidad os animaría...
-Oh... Shine...
Entonces, Applebloom le levantó un poco la cabeza y le colocó la improvisada almohada bajo ésta, acomodándola.
Cuando Shine alzó la vista hacia Applebloom, pudo ver en ella un par de lágrimas.
-Tonta... -le dijo. - ¡Tonta, tonta, tonta! -repetía hasta romper en llanto. - ¡No tenías que hacer esto por nosotras! ¡Siento mucho haberte metido en esta situación, no quería que te vieras obligada a esto!
Applebloom, abrazó como pudo a Shine, derramando un par de lágrimas sobre ella, mientras repetía varias veces:
- ¡Lo siento!
Las dos, lloraban pegadas la una a la otra, sin percatarse de que eran vigiladas por una extraña criatura.
Mientras tanto, en Ponyville, Scootaloo atravesaba las calles, buscándome desesperada.
- ¡Loud, Loud, ¿dónde estás?! -decía sin parar de batir sus pequeñas alas.
Sin poder parar, siguió hacia delante, chocando contra un carro de flores, saliendo volando.
Cuando pensaba que caería, algo la sujetó en mitad del vuelo. Al abrir sus ojos, pudo ver a Dust Typhoon, que la sujetaba.
-Eh, pequeña, ¿dónde está el fuego? -le decía Dust.
- ¡Dust, necesito ayuda! -le decía.
- ¿Qué pasa? -le volvió a preguntar.
- ¡Es Shine, está en problemas!
Scootaloo, empezó a explicarle la situación todo lo rápido que pudo, sin percatarse, que su grupa brillaba levemente.
- ¡Sé donde esta Loud, y las demás, vamos a llamarlos e iremos de inmediato a buscarlas! -le respondía Dust a la pequeña pegaso.
- ¡Gracias, Dust!
Mientras tanto, en la cueva, las chicas seguían nerviosas, ya que la roca empezaba a ceder.
- ¡¿Qué podemos hacer?! -decía Sweetie Belle, cada vez más nerviosa.
-Nada... -respondió Shine. -Sólo podemos confiar en que Scootaloo venga con ayuda.
-Espero que no tarde. -terminaba Applebloom.
De pronto, se empezó a escuchar un ligero chillido desde una de las cuevas cercanas al lago. Este chillido, provocó un eco casi inapreciable, pero lo bastante fuerte para que las potrillas girasen hacia la cueva que provocaba aquel perturbador sonido.
De la más alejada, empezaron a brotar una enormes, peludas y delgadas, pero robustas patas. Al principio, eran dos, luego cuatro, y, finalmente, ocho. Éstas, arrastraban un enorme cuerpo casi tan ancho como la cueva de la que salía, mostrando unos enormes y afilados colmillos, y seis ojos reflectantes.
Aquella cosa, era una gigantesca y aterradora araña, y parecía hambrienta, muy hambrienta, mientras miraba a las tres potrillas como posibles presas.
- ¡Santa Celestia! -decía impresionada Shine.
- ¡Una araña gigante! -continuó Applebloom.
La araña, se acercaba peligrosamente a ellas, atravesando el lago extendiendo sus patas por la orilla de éste.
Las tres, no sabían qué hacer, estaban en una peligrosa situación en la que no sabían como salir.
La araña, estaba próxima a las tres potrillas. Intentando sacar fuerzas de flaqueza, el cuerno de Shine comenzó a brillar, y de la orilla, comenzó a elevarse el suelo, cubriéndolas en un escudo rocoso.
La gigantesca criatura empezaba a embestir contra el muro, retumbando el interior de éste.
- ¡A éste paso conseguirá entrar! -decía Applebloom.
Sweetie Belle, tras tomar aire ante la situación, se aproximó al muro, y comenzó a cantar una nana con su melodiosa voz, sin que nadie se percatase, la grupa de Sweetie Belle comenzó a brillar levemente. Poco a poco, las embestidas fueron menguando hasta que se pudo escuchar un buen bostezo al otro lado, seguido de unos ronquidos
-Creo que ha parado... -decía Sweetie resoplando con fuerza, calmándose.
Acto seguido, se echó al suelo.
Por otra parte, Shine se estaba agotando, las "columnas" empezaban a ceder cada vez más, acercándose peligrosamente a ellas.
Scootaloo llegaba a la cueva con nosotros: Dust, Brave Heart, Ruby, y yo.
- ¡Es aquí! -decía señalando la cueva la pequeña pegaso.
- ¡¿Cómo se os ha ocurrido venir aquí?! -le decía Ruby.
-Éste...
Coloqué mi casco sobre el lomo de Scootaloo para calmarla, y usé mi pizarra para decirle a todos: "Las explicaciones luego, ahora, vamos a buscarlas".
Las "columnas", empezaban a ceder con más rapidez, la magia de Shine comenzaba a agotarse, su cuerno parpadeaba, apagándose.
-Shine... Aguanta, hermanita... -le decía Applebloom.
-No sé si podré... -decía jadeando.
Se podía escuchar como las improvisadas columnas, empezaban a desaparecer. La roca, cedía con fuerza.
Las columnas, desaparecieron de golpe, y la roca empezó a ceder de inmediato.
Pero, de la nada, ante los ojos de Shine, Applebloom y Sweetie Belle, varias y anchas columnas de roca aparecieron a su alrededor, empujando la gigantesca roca hacia el tragaluz. Cuando alzaron la vista, pudieron verme con mi cuerno brillar en su aura celeste.
-Hermano... -decía Shine, impresionada.
Empecé a bajar las columnas, acercándome a las chicas junto a los demás.
Usé el lenguaje de signos para decirles: "Salgamos ya, ahora hablaré con vosotras", poniendo una cara de decepción.
Las cuatro, fueron caminando delante de nosotros. La araña, se despertó, rugiendo de nuevo, acercándose a nosotros. En eso, Brave Heart le golpeó con su casco, atontando al arácnido.
- ¡Ni se te ocurra! -le gritaba. - ¡Ya estás volviendo a ese agujero que llamas guarida!
La araña asintió, y se volvió a meter en su guarida. Brave Heart, orgullosa, se marchó con nosotros.
Una vez en la entrada de la cueva, nos colocamos frente a las chicas, mirándolas seriamente y manteniéndonos firmes. Las cuatro potrillas, nos miraban nerviosas.
- ¿Y bien? ¿Vais a explicarnos que hacíais ahí? -les preguntó Ruby, con la severidad de una madre.
-La culpa es mía... -decía Shine. -Ayer... Vi a las chicas muy decepcionadas por qué no conseguían sus Cutie Mark... Pensé... Que sí pedía el deseo de renunciar a mi Cutie Mark para que ellas obtuvieran las suyas, las animaría.
Las lágrimas de Shine, empezaban a brotar.
-Sólo quería recuperar el ánimo de mis amigas...
- ¿Y poneros en peligro era la mejor solución? -le preguntó Dust.
-Os podíais haber hecho mucho daño. -continuaba Brave Heart. -O peor, os podría haber comido esa araña.
-Lo sentimos de verdad... -decía Applebloom. -Intentamos sacar a Shine de debajo de la roca, pero sólo conseguíamos empeorarlo.
-Entonces... Se me ocurrió la idea de ir yo sola a buscaros... -decía Scootaloo. -Sabía que sólo yo podía, todas contaban conmigo.
Los cuatro nos miramos.
-Yo... Yo... He sacrificado mi Cutie Mark para nada... -decía Shine sin parar de llorar.
- ¿Para nada? -le preguntó Ruby. -No es por nada, chicas, pero, ¿acaso os habéis parado a veros las grupas?
Las chicas, no sabían de qué hablaban, pero dirigieron sus miradas a sus grupas. Sus ojos, quedaron abiertos de par en par al ver, como sus flancos, brillaban con sus Cutie Marks.
La de Applebloom, era una manzana de contrachapado, con una brocha y un martillo cruzados; la de Scootaloo, era la rueda de una scooter con alas; y la de Sweetie Belle, una campana, entrelazada con un lazo rosado.
-Chicas... -decía Applebloom sin salir de su asombro.
-Tenemos... -continuaba sin aliento Scootaloo.
-Nuestras Cutie Mark... -finalizaba Sweetie Belle.
- ¡Tenemos nuestras Cutie Mark! -decían las tres a la vez, abrazándose y dando saltos de alegría.
Shine, las veía llena de alegría, pero a la vez, decepcionada. Me acerqué a ella, colocando mi casco sobre su lomo.
Alzó su mirada hacia mí y le pregunté: "¿Qué te pasa?"
-Es... Es que... No he parado a pensar que harán ahora que tienen sus Cutie Marks. -decía Shine. -Voy a quedarme sola con Greeny en la casa del club.
Las chicas, se acercaron a Shine.
-No seas tonta, Shine. -le decía Applebloom.
-Ahora, más que nunca, no pensamos dejar de ser las Cutie Mark Crusaders. -le decía Scootaloo.
-Pero... No lo entiendo chicas. -le respondía Shine. -Ya tenéis vuestras Cutie Mark, ya no tenéis que buscarlas.
-Pero hay muchos otros potros que no las tienen, y pueden necesitarnos. -le respondía Sweetie Belle.
-Además... -le decía Applebloom. -Te lo debemos a ti.
-Gracias a que no perdiste la esperanza... Hemos conseguido obtenerlas...
Las tres, se miraron la grupa, y volvieron a mirar a Shine.
-Gracias a tu apoyo y a tu cabezonería, te debemos muchos. -le decían las tres.
Shine, sonrió enormemente, había descubierto que, no había que forzar nada para conseguir realizar un deseo desde lo más hondo de su corazón, sólo tener paciencia.
De pronto, su grupa comenzó a centellear ante nuestros ojos. El blanco puro del pelaje de Shine nos cegaba por el brillo, pero no duró mucho, ya que, el fulgor fue menguando hasta que, aquella luz, tomaba una forma única.
Tras desaparecer la luz, en la grupa de Shine se pudo apreciar una Cutie Mark en forma de cometa, una esfera celeste rodeada de una estela azul.
La felicidad invadió el corazón de Shine.
-Mi Cutie Mark... ¡Mi Cutie Mark! ¡Tengo mi Cutie Mark!
Las cuatro potrillas bailaban en círculos, saltando y riendo tras haber conseguido sus tan ansiadas Cutie Marks.
- ¡Felicidades chicas! -les decía Brave Heart.
- ¡Hermano, mira, ya tengo mi Cutie Mark, todas la tenemos! -me decía Shine moviendo su grupa.
Inmediatamente, vio que mi cara, aún seguía sería.
-Eh... Loud... Aceptaré el castigo que me impongas.
Inmediatamente, la abracé con fuerza. Tras darse cuenta, me devolvió el abrazo.
Tras la experiencia en aquella cueva, volvimos a casa, todos, estábamos orgullosos de que las cuatro pequeñas, tras muchos esfuerzos, obtuvieran sus Cutie Marks.
A la mañana siguiente, Shine Comet acudió al castillo de Twilight, y tras mostrarle su Cutie Mark, le empezó a contar lo ocurrido en esa cueva.
- ¿Así qué has podido usar la magia de materialización? Y no sólo eso, si no dos materializaciones a la vez. -decía Twilight.
-Simplemente, pensé que tenía que hacerlo. -le respondía. -Pero... Hay algo que no entiendo.
- ¿El qué? -volvió a preguntarle la joven princesa.
- ¿Por qué el lago no cumplió mi deseo?
-Es posible que, en el pasado, los Ponys que usaban la magia de materialización fueran los que realizasen los deseos. -explicaba Twilight. -Además, eso explicaría por qué visteis esas pinturas en las paredes.
- ¿Por eso los antiguos Ponys decidieron ocultar la magia de materialización?
-Eso, y por asegurarla de aquellos quienes querían usarla para sus fines egoístas. -respondía Twilight. -Me alegra de que hayas aprendido a usar mejor tu magia Shine, pero eso no implica que haya terminado de enseñarte lo que debes.
-Por supuesto. -decía orgullosa la pequeña Pony.
Con lo ocurrido, Shine había aprendido que la magia no era la solución para todo, sólo una vía de ayuda. Gracias a ella, consiguió animar a sus hermanas Crusaders, protegerlas y cuidarlas, aún estando ella en peores condiciones. Además, aprendió que las verdaderas amigas están para lo bueno y lo malo, sintiéndose orgullosa de tener las amigas que tenía.