Excelente cierre. Con el capítulo de la tormenta me has tenido en vilo, nunca te había leído escenas de acción intensa tan largas y me has tenido en vilo en todo momento, sintiendo la imparable fuerza de la naturaleza en mis carnes como si estuviese en la mismísima Roca. La lucha y la impotencia del protagonista muy buenas también, teniendo que tomar decisiones difíciles que le van encerrando cada vez más y llegando a arriesgar su vida al máximo para proteger la luz del faro. Muy buen uso del vocabulario marino, ya no solo en este capítulo sino en todos, y sublimes descripciones que me los han puesto en la garganta, sobre todo con la ola de mar montañoso que se va acercando, las aguas blancas por la espuma y los vientos huracanados con aguijonazos de agua.
El último es un epílogo de alivio, como debe ser. Encuentro familiar (bañado por el cachondeo al ver que la mujer se hace amiga de la ligera de cascos... es gracioso porque son ponis... cascos... ¿nadie? ), más que merecidas vacaciones y la esperanza de la reconstrucción del faro. Me ha dado mucha pena la pérdida de la biblioteca, pero alguna consecuencia seria tenía que tener la burrada que ha ocurrido, así que entre eso, lo de la costa y las reparaciones has cumplido. Y manda cojones que la familia no se haya ofrecido a visitarle antes, eh.
Muy satisfecho con esta historia, la verdad. Como te dije, una historia interesante a pesar de lo tranquilita que ha sido (en realidad te estabas guardando la acción hasta que todo ha explotado ), para cuando se tienen ganas de leer algo relajado y con la que se anima a usar la imaginación con cosas más allá de la fantasía pura y dura, aparte de recordarnos lo duro e ingrato de ciertos trabajos en los que no pensamos a menudo. Enhorabuena, buen trabajo. Mucha suerte con AdM, y con ya sabes cuál, qué demonios