Diamante púrpura [Romance] [Cap. 21 - Act. 4/4/23]

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Diamante púrpura [Romance] [Cap. 21 - Act. 4/4/23]

Notapor agu10_play » 13 Ene 2015, 01:48

Título: Diamante púrpura

Edad Recomendada: +12

Género: Romance

Sinopsis: Hay sentimientos que no pueden guardarse... para siempre. Una promesa incumplida, un corazón roto, y una joya que cambiaría sus destinos. La canción de una unicornio que no se rindió ante nada ni nadie, y se arriesgó a buscar el verdadero amor.


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Capítulo 1 - El regalo perfecto​


Un manto de nubes grises se había extendido en un instante sobre aquella hermosa tarde, en que la gran ciudad equestriana de Canterlot rebozaba de vitalidad y movimiento. ¿La razón? Faltaba solo un día para la Noche de los Corazones Cálidos, y eran pocos los equinos dispuestos a esperar hasta último momento para hacer las compras referidas a tal festejo.

La alegría de las fiestas podía sentirse en el aire, y el espíritu de aquella noche había llegado al corazón de cada poni en toda Equestria. Aunque claro, esto no solo había sucedido con tales criaturas, y esto podía percibirse a simple vista cuando un joven dragón de escamas purpuras luciendo una gabardina marrón y una bufanda gris, apenas más alto que un semental, caminaba apresuradamente a través de la acera. Cargando una gran cantidad de paquetes en su espalda, mientras dibujaba una sonrisa en su rostro.

Aquel se encontraba comprobando una pequeña lista mental de lo que aún le faltaba, ocasionalmente saludando a algún poni que reconocía. Después de todo, habitantes de todo el reino se dirigían al centro para esta ocasión.

Decoración... ¡Listo! Abrigos... ¡Listo! Cena... ¡Listo! Solo me faltan los presentes... -Pensaba mientras ingresaba en una antigua biblioteca en la calle principal que el bien conocía, pues durante su infancia en múltiples ocasiones había sido arrastrado allí contra su voluntad.

—¡Spike! Ha pasado mucho tiempo... -Exclamó un viejo poni de melena gris desde el mostrador al verle entrar.

—¡Señor Leaden Dream! -Devolvió, dejando el cargamento a un lado y aproximándose para abrazar fuertemente al anciano.-

—Oh... a mí también me da gusto verte. -Le palmeó la espalda.

—En verdad, no esperaba volver a verlo por aquí. Creí que su sobrina atendía la biblioteca ahora...

—Y esperabas encontrarte con ella, ¿No es así, mozalbete?

—No me refería a eso. Star me dijo que usted ya no trabajaba aquí.

—Uh, ella quería viajar a Ponyville para pasar tiempo con su familia, y como no tenía nadie a quien dejar el negocio, pues...

—Ya veo.

—¡Pero mírate, muchacho! ¡Que estuche! ¡Y pensar que la última vez que te vi ibas en el lomo de Twilight!

—Bueno, gracias. Han pasado muchos años.

—¿Y Twilight? ¿No está contigo?

—Ahora está en el castillo con sus amigas, preparando todo para la ceremonia de apertura mañana en la noche. Aproveché la oportunidad para comprar las cosas que nos faltaban.

—Ya, no digas más. Estás buscando algo para ella, ¿No es así?

—Se podría decir. -Aceptó, sonriente.- La verdad es que hice un encargo para estas fiestas, y esperaba que hubiese llegado.

—Claro, claro, dame un segundo y revisaré en la trastienda, de seguro mi sobrina lo dejó preparado para ti. -Completó con un tono sugerente al final.

—Señor Dream, por favor... -Pidió, ligeramente avergonzado.

—¡Ja! ¡Niños! Solo dame un segundo, ahora vuelvo.

Una vez el bibliotecario se perdió tras las cortinas, el dragón aprovechó para observar la tienda con más detenimiento. Habían pasado años desde la última vez que había estado allí en compañía del anciano, y muchas cosas habían cambiado.

Tanto las estanterías como los mostradores habían sido movidos, y también se habían colocado otros nuevos. Las colecciones que de niño él distinguía por la fuente y el color de los lomos habían dejado de existir, y hasta hacia unos cuantos meses aquel era terreno desconocido para él.

—Ugh... ¡Aquí... está! -Exclamó el poni terrestre, regresando de la trastienda con un gigantesco objeto rectangular envuelto en papel de color, que parecía estar a punto de quebrarle la columna en poco tiempo. El dragón se apresuró a auxiliarlo con aquel paquete, procediendo a depositarlo rápidamente en el mostrador.

—Gracias, muchacho. Mi espalda ya no es la de antes. -Continuó, tronando su cuello.- ¿Se puede saber qué es?

—"Compendio de magia: Volúmenes 37 a 72". -Reveló con una sonrisa.

—Oh, ya, lo recuerdo. Aquí compró los primeros 36 volúmenes, ¿No es así?

—Sí. Se imprimieron unos pocos cientos de ejemplares de este, pero hablé con Star y... me dijo que lo conseguiría fácilmente, que podía estar seguro.

—Ya veo. Es más, esta nota estaba pegada al paquete, pero se cayó cuando lo traía hacia aquí. -Le dijo, tomando y extendiendo un papel de un espacio bajo su melena.

"Spike: Te dije que lo conseguiría. ¡Me debes una malteada, dragoncito!

¡Feliz noche de los Corazones Cálidos!

Con cariño, Amethyst Star." -Citó exactamente el anciano, levantando una ceja mientras observaba nuevamente al dragón.

—Si no le conociera, señor Dream, diría que ya había visto la nota.

—Si no te conociera, pequeño Spike, diría que te llevas muy bien con mi sobrina.

—Solo somos amigos, si es lo que le preocupa.

—No me preocupa, a mi edad las preocupaciones son otras... -Dijo mientras anotaba una línea en un gran libro de tapa negra, aparentemente de las ventas.

—En fin, 100 bits, ¿Verdad?

—Exactamente. -Asintió, mientras el dragón buscaba las monedas en un saco atado a su cintura bajo su abrigo.- ¿Hasta cuándo te quedarás en Canterlot?

—Solo hasta después de las fiestas, luego debo volver con Twilight. Dejamos una larga lista de pendientes en casa. -Replicó, dejando las monedas al lado del libro, antes de tomarlo y colocarlo bajo su brazo. Años atrás aquello le habría resultado imposible, pero su actual condición física se lo permitía.

—Ya veo. Spike... fue un gusto volver a verte. -Se despidió, con una sincera sonrisa.

—El gusto es todo mío. -Replicó al aproximarse para abrazarlo una vez más y luego alejarse hacia la puerta, tomando el resto de su carga.- ¡Gracias! ¡Y felices fiestas!

—Igualmente Spike. -Respondió, mientras el dragón atravesaba el portal al sonido de una campanilla, y pronto se perdía entre la multitud.- Igualmente...

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Luego de dejar la biblioteca ya con el regalo de Twilight en sus garras así como el resto de las bolsas, el dragón se dirigió al punto de encuentro que había establecido con su acompañante: La fuente del centro comercial. El pesado libro que ahora cargaba dificultaba ligeramente su caminar, y comenzaba a preguntarse cuanto más debería recorrer de ahora en adelante en compañía del mismo.

Mientras se movía entre aquella multitud, su pensamiento se centró por un momento en la joven bibliotecaria que le había hecho tal favor, y quien en los últimos meses se había vuelto una gran amiga suya, a quien solía visitar cuando debía viajar a Canterlot.

En aquellas ocasiones, podían pasar tardes enteras discutiendo sobre obras poco conocidas e incompletas, saliendo a pasear cada tanto, e incluso almorzando juntos. Tenía una gran confianza con ella, algo que le permitía hablarle de temas que antes solo hubiera tratado con Twilight o Applejack.

Incluso había pensado en invitarla a pasar la celebración de aquel año con él y sus amigas cuando fuera a retirar el regalo de Twilight, pero al parecer esa invitación debería esperar para otra ocasión, pues no había contemplado el hecho de que ella tenía a toda su familia en Ponyville.

—¡Spike! ¡Apresúrate! -Elevó la voz una unicornio blanca de melena azul zafiro con exasperada expresión, junto a otra unicornio de mismo pelaje, de melena purpura y una estatura apenas menor a la de la primera. Ambas lucían vistosos y cálidos abrigos.

—¡Ahí voy! -Dijo alegremente, apresurando el paso.

—¡Rarity, cálmate! Aún tenemos mucho tiempo... -Replicó su hermana menor.

—Sweetie Belle, querida, aún hay mucho de lo que debemos ocuparnos. La celebración será mañana en la noche, y los conjuntos de las chicas aún no están listos.

—¡Pero tienes varios conjuntos listos en el castillo!

—¡Eso no viene al caso! Esta es una ocasión muy especial, ¡No podemos presentarnos con un vestido casual!

—¿De qué estás hablando? Si todos son formales.

—Pues se verán casuales frente a los que voy a preparar para esta celebración. -Retrucó ella.

—Por todos los cielos... ¡Hola Spike! -Saludó la menor, al arribar el dragón finalmente.

—¡Oye, Sweetie! ¿Qué haces aquí? Creí que estarías practicando con el coro. -Cuestionó, extrañado.

—Nah, lo he pensado y... este año no participaré.

—¿En verdad? ¿Por qué? -Inquirió, extrañado.

—A decir verdad... creo que ya estoy algo grande para todo eso. Además debo cuidar mi voz, el ingreso a la Escuela de Música será en unas semanas y no quiero sobre exigirme. Y pues, no quería estar sola en el castillo, asique vine a acompañarles. -Concluyó felizmente.

—Ya veo... de acuerdo, ¿Nos vamos?

—Espera un momento Spike, aun necesito algunas piezas de tela. ¿Serias tan amable de acompañarme? -Pidió Rarity.

—Será un placer, milady. -Asintió caballerosamente, antes de ponerse a su lado.

—Apropósito, ¿Por qué tardaste tanto?

—Estaba platicando con un viejo amigo.

—¿En la biblioteca?

—Así es.

—¿Conseguiste el libro?

—Sip.

—Perfecto, entonces ya podemos volcarnos enteramente en esto. -Dijo Rarity, satisfecha.

Mientras platicaban, subieron al segundo piso en busca de la tienda de telas que la diseñadora había avistado antes, encontrándose con un local apenas más grande que la biblioteca que el dragón había visitado, pero que estaba a rebasar de clientela.

Luego de lo que pareció una eternidad mientras que Rarity seleccionaba todo el material que más tarde necesitaría, Spike y Sweetie Belle observaban a la modista cual potranca en una tienda de dulces.

—¿Crees que vaya a cambiar algún día? -Preguntó Sweetie, en extremo aburrida.

—Lo dudo. -Respondió con una sonrisa.

—Eso pensé. -Suspiró, derrotada.

—Es una lástima que no vayas a estar en el coro este año. De verdad me hubiera gustado oírte cantar.

—Tranquilo. Si hay algo que no les falta este año, son nuevos talentos. Algunos, bastante prometedores. No te preocupes, no vas a aburrirte.

—Aún así, no será lo mismo. Estoy seguro de que Rarity piensa igual.

—A veces es difícil saber en que está pensando. -Respondió ella, algo distante. A los pocos segundos, el dragón se percató de que la potra se había perdido en sus pensamientos.

—Oye... Sweetie. ¿Sweetie? Tierra llamando a Sweetie Belle, ¿Puedes oírme?

—¿Qué? Uh, disculpa. Estaba... pensando en algo.

—Me he dado cuenta. -Respondió sin cambiar su expresión. La unicornio le dirigió una mirada risueña antes de hablar.

—Oye Spike, uh... ¿Tienes que hacer algo después de esto? -Inquirió, algo incómoda.

—Mmm... supongo que tengo la tarde libre, ¿Por qué?

—Pues-...

—¡Sweetie, cariño! ¿Puedes darme un casco con esto? -Llamó la modista, desde una de las estanterías.

—¡Ahí voy...! Luego te digo, ¿Si? -Susurró al dragón, quien asintió con una sonrisa mientras la unicornio iba en busca de su hermana, que colocó sobre su espalda un gran retazo de tela intentando aproximar las medidas. Spike le dirigió una sonrisa que ella correspondió con un dejo de exasperación.

Luego de una larga mañana siguiendo a la modista, Spike y Sweetie finalmente cayeron rendidos en los asientos de la última de las veinte tiendas que, según Rarity, tenía todo lo que necesitaban.

Claro que, para este punto, los brazos y espalda del dragón eran finas ramas secas que se romperían a la menor agregación de peso, mientras que la unicornio menor había sido el maniquí andante de su hermana, debiendo permanecer completamente inmóvil cada vez que debía probar como quedaría tal agregado a cada una de sus amigas.

—Ya no siento las piernas. -Se lamentaba la yegua.

—Y que lo digas. ¿Cuánto llevamos haciendo esto?

—Perdí la noción del tiempo cuando entramos a la zapatería.

—De verdad, creí que había sido un viaje de ida unicamente. -Bromeó. Incluso a la unicornio le resultaba difícil reír debido al desgaste físico.

—No sé de dónde saca la energía para esto. En serio, no conozco a nadie que se entusiasme tanto por lo que hace, más que ella.

—Créeme, en ese sentido Twilight puede ser incluso más entusiasta. Hubo varias ocasiones en que, al haberse obsesionado con una novela, pasó días enteros sin dormir.

—¿En verdad?

—De martes a jueves, ni siquiera se detenía mientras almorzábamos.

—Oh...

—Si. La primera vez que intenté separarla de sus libros por causa de ello fue la última. Creí que no viviría para contarlo.

—Supongo que en eso se parecen.

—Oye Sweetie, antes querías decirme algo, ¿Verdad? ¿Qué era? -Preguntó con curiosidad. Aún cuando se trataba de un asunto de extrema importancia, la unicornio se avergonzó de si misma por haberlo olvidado.

—Necesito tu ayuda, Spike. -Le dijo finalmente. El dragón la observó seria y pacientemente, esperando más detalles.- Quiero regalarle a Rarity algo especial este año. Algo... realmente especial.

—Cielos, por un momento pensé que era algo grave. -Rió aquel.- Claro, no hay problema. ¿Y en qué estás pensando?

—¡En nada! ¡Ese es el problema! -Reveló, afligida por causa de ello.- Recorrí cada tienda de Canterlot, de Ponyville, Manehattan y Fillydelphia, y por más que busqué, aun no lo he encontrado.

—Tranquila, hay muchas tiendas por aquí. Solo necesitas buscar con más calma.

—Créeme Spike, llevo semanas buscando, por aquí y por allá, y no he hallado nada lo suficientemente especial.

—Vamos, no necesitas algo en extremo especial, solo un gesto que le demuestre que le importas. Mejor deja eso para cuando Rarity vaya a casarse. -Bromeó una vez más. Sin embargo, a Sweetie Belle no le había hecho una pizca de gracia. Es más, se mostraba nerviosa, y Spike la conocía. Algo no andaba bien.

—¿Estás bien? -Inquirió, logrando únicamente que la poni desviara la mirada hacia su hermana mayor con cierta duda.- Sweetie, ¿Qué está sucediendo?

—Había algo más que debía decirte también, pero... comencé a postergarlo una y otra vez. No quería que te enteraras por mí, pero la otra opción ahora no suena...

—Sweetie Belle, me estás asustando. -Dijo, afligido por la triste expresión de la unicornio- ¿Qué sucede? -La potra tomó aliento, antes de hablar nuevamente.

—Rarity va a casarse. -Dictaminó finalmente. Acto seguido, hubo un silencio sepulcral entre ambos. Todo a su alrededor pareció haberse desvanecido de repente, y lo único que el dragón era capaz de sentir era como su sangre se enfriaba más allá de cualquier límite posible.

—¿Qué... acabas de decir?

—Fancy Pants va a pedir su casco en matrimonio mañana en la noche, durante la celebración en el castillo de Canterlot.

Durante unos momentos, Spike no supo que pensar. No sabía si estaba despierto, o solo estaba soñando. El mundo entero se le había venido a los pies cuando oyó aquellas palabras salir de la boca de su amiga.

Si bien era cierto que Rarity llevaba saliendo con Fancy ya algunos meses, había creído que sería algo pasajero. Nunca hubiera imaginado que al cabo de tan poco tiempo siendo pareja, se comprometerían. Aquello había sido como un puñal directo en el corazón del joven dragón.

—Spike... -Le susurró, preocupada, apoyando su casco en el hombro de aquel, quien le devolvió una mirada triste.

—Estoy bien. No te preocupes.

—Lo siento, de verdad quería que lo supieras de otra forma, pero... para mañana en la noche ya sería muy tarde.

—Descuida. -Intentó sonreír lo más convincentemente posible, sin éxito.- Es mejor enterarse aquí y ahora que mañana, entre toda la multitud. Pero, ¿Cómo te enteraste tú?

—Fancy me lo dijo. Quería que todo fuera perfecto, asique me preguntó por varios detalles.

—¿Qué clase de detalles? -Cuestionó sin muchos ánimos. Sweetie lo observó preocupada.

—¿De verdad quieres saberlo?

—No.

—¿Qué vas a hacer?

—¿A qué te refieres? -Preguntó, mientras que la unicornio le mantenía la mirada.- Mira, no voy a hacer ninguna estupidez, si es lo que estás pensando.

—No es lo que pregunté.

—No tengo intención de interferir, ¿Está bien? Es muy feliz con Fancy, ¿Por qué debería meter mis narices en el asunto?

—Porque tú la amas. -Replicó la yegua, exasperada. El dragón la observó sorprendido unos instantes, antes de bajar la mirada nuevamente.- Spike, sé muy bien lo que sientes por ella, y si no haces algo ahora-...

—¿Con qué objeto? Ella dejó muy en claro que no quería nada conmigo. -Replicó con tristeza, sintiendo su corazón comprimirse al rememorar aquel instante.- Me lo dijo en ese momento, que nunca podría pensar en mi más que como un buen amigo. Ella... es incluso mayor que yo, y no solo somos diferentes en una forma general, somos de especies diferentes también. Cielos. Además, ella no está enamorada de cualquier poni, está enamorada de Fancy Pants, el corcel más codiciado de todo Canterlot. ¿Todavía crees que tengo oportunidad? -Cuestionó finalmente, visiblemente dolido.

—Pero si no haces nada, se comprometerá mañana en la noche. ¿Es eso lo que quieres? ¿De verdad vas a dejar ir así al amor de tu vida?

—Yo... la dejé ir hace mucho tiempo. -Respondió con tristeza. Sweetie estaba a punto de hablarle una vez más cuando una melodiosa voz le interrumpió.

—¡Spike, Sweetie! Todo está listo, ¿Pueden darme un casco con esto? -Pidió la modista desde la entrada de la tienda, con tres grandes sacos a su lado.

—¡Allá vamos! -Respondió Sweetie con una sonrisa fingida, devolviendo su atención al dragón aún sentado en aquel banco, suspirando derrotado, antes de incorporarse con una sonrisa melancólica en el rostro.

—¿Estás bien? -Preguntó. El dragón asintió en respuesta.- ¿Estás seguro? -Cuestionó nuevamente, aún no convencida.

—Ya te lo he dicho. -Respondió, observando melancólicamente a la unicornio que se acercaba al escaparate de la siguiente tienda.- Solo quiero que sea feliz.

Ambos se acercaron a la modista rápidamente, que ya había elevado uno de los sacos con su magia, tomando Spike la siguiente -viéndose esto dificultado por causa del libro que aún llevaba bajo su brazo-, y Sweetie Belle la restante.

—Solo necesitamos llevar todo esto hasta la torre, luego podre comenzar a trabajar.

—¿Necesitas ayuda? -Aventuró su hermana.

—Oh no, Sweetie, ustedes ya han hecho más que suficiente al ayudarme con esto. Oigan, ¿Por qué no almorzamos juntos en La Herradura Dorada?

—¡Suena bien para mí! ¿Tú qué dices, Spike?

—Me encantaría. Solo pasaré a dejar todo esto en el castillo, luego las alcanzaré allí. -Aceptó, tomando los sacos de ambas en sus garras con cierta dificultad.

—Entonces está decidido. Vamos Sweetie, es difícil conseguir un lugar sin reservación después del mediodía. -Dijo, poniéndose en camino y siendo seguida por su hermana menor.

Mientras las hermanas se alejaban el joven dragón permaneció allí brevemente, contemplando a aquella Diosa, a la dueña de sus suspiros, retirarse por la galería del centro, ahora más lejana que nunca.

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Cargando el peso de aquellos tres sacos de telas, sumado al de las bolsas que ya cargaba y del pesado paquete que había adquirido, el dragón atravesó el umbral de la puerta de su habitación en el castillo de Canterlot, visiblemente cansado.

Comprobó el reloj y encontró que ya ponía las 13:30 hs. Twilight de seguro se encontraba asegurando los preparativos para la celebración, lo cual probablemente le llevaría todo el día.

Una vez cerrada la puerta, lo primero que hizo fue dejar todo a un lado a excepción del libro envuelto en papel brillante, levantando una de las tablas en el suelo que el bien conocía, y escondiendo allí el presente, con la esperanza de que su querida amiga no lo hallara hasta entonces.

Pero antes de ser capaz de abandonar la estancia, sintió el dolor de la estocada que antes había recibido, calando desde lo más profundo de su ser. Detuvo su andar poco a poco mientras enfilaba hacia la ventana, para desplomarse en sus bordes poco después.

Le faltaba el aire, el pecho le dolía como si le hubieran propinado un fuerte puñetazo mientras se tomaba del mismo con sus garras, y no podía frenar aquellas lagrimas que nacían de la tristeza de su corazón, lagrimas envenenadas, lagrimas que nunca deberían salir de aquella habitación. En aquel momento, solo deseaba una cosa. Morir.

Morir, y terminar con aquel dolor que ahora lo devoraba vivo. Un dolor tal que nunca hubiera imaginado, podía llegar a sentir por alguien.

¿Cuántas veces había soñado con ella? ¿Cuántas veces había acariciado la idea de besarla? ¿Cuántas veces había imaginado el tenerla entre sus brazos?

Pero esa puerta se había cerrado para siempre, pues aquel corcel no debía de soñar para estar a su lado, sus labios le pertenecían, y era él quien la acobijaba en sus brazos durante la noche.

Al final él lo sabía, sabía que aquella modista nunca sería suya, pero esa era una verdad tácita, que estaba presente pero a la vez invisible ante sus ojos. Ahora era tan real y tangible como él o cualquiera de sus amigos, y lo había abofeteado con una fuerza brutal.

Cuando su cuerpo y mente se relajaron finalmente, hizo un gran esfuerzo por incorporarse nuevamente. Al retirar los brazos, notó que inconscientemente había hundido las garras en la carne bajo sus escamas, herida que ahora apenas se notaba, y que apenas escocía.

Al poco tiempo de recuperarse -o al menos, de creer haberse recuperado- tomó los encargos de Rarity, disponiéndose a llevarlas hasta la habitación de la modista y su hermana, y de allí a aquel restaurante en donde habían acordado reunirse. Ya casi era hora.

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¿Dónde está? -Se preguntó una preocupada Sweetie Belle, sentada frente a Rarity en una mesa de cuatro, mientras su hermana mayor revisaba el menú.

—...y aún siendo dietético, el heno fresco con cubierta de cereales y jugo de manzana suena bastante tentador, ¿Tú que pedirás, Sweetie? -Preguntó amablemente, sin recibir respuesta.- ¿Sweetie?

—¿Eh? Uh... disculpa, ¿Decías?

—Sweetie Belle, ¿Qué sucede? Has estado algo extraña toda la mañana.

—No pasa nada, solo... extraño un poco a mamá y a papá, después de todo he estado aquí contigo toda la semana. Estaba pensando en ir a visitarlos esta tarde, y volver mañana antes de la ceremonia. ¿Te molestaría?

—Oh Sweetie... -Se enterneció, sentándose a su lado para abrazarla- Claro que no me molesta. -Respondió comprensivamente, cambiando su mirada a una con dejos de recelo.- No si llegas a tiempo a la celebración mañana en la noche. -Aclaró, con un tono entre medio del chascarrillo y la amenaza.

—Te prometí que estaría en primera fila, ¿Acaso no confías en mí? -Preguntó, con aquel mismo tono.

—Pequeña diablilla... -Acarició su melena cariñosamente.- Oye, ¿Y qué me dices de Spike? Parecía algo distraído cuando se fue...

—El me lo contó, que estaba preocupado por Twilight. Se pone algo dramática cuando debe ocuparse de un gran evento como este, y temía que perdiera los estribos mientras él estaba ausente. -Respondió rápidamente, ya habiendo preparado aquella excusa por si acaso.

—Mi Spikey-Wikey es un caballero muy atento. Después de todo incluso se ofreció cortésmente a ayudarme con todo esto. -Continuaba ella, cuando vio al dragón atravesar el umbral de la puerta.- Allí está.

—¡Por aquí, Spike! -Llamó la menor agitando su casco, a lo que el dragón respondió con una sonrisa.

—Sweetie, ¿Qué modales son esos?

—Oye, no pasa nada, nadie nos está prestando atención.

—Pero ese no es el punto... -La reprendía, cuando el dragón se dejo caer en una de las sillas, visiblemente agotado.- Oh Spike, siento haberte mantenido ocupado toda la mañana.

—Tranquila, te dije que tenía el día libre. -Dijo relajadamente al acomodarse.- ¿Ya han pedido?

—Íbamos a hacerlo, pero queríamos esperarte. -Explicó Sweetie.

—Gracias chicas. Oigan, ¿Creen que aquí vendan gemas? -Cuestionó el dragón en tono confidente. Ambas rieron.

—No lo creo, cariño. ¿Por qué no pides algo del menú?

—Uh... otro día, otro plato de heno frito. Al menos es crujiente. -Bromeó, dejando de lado el menú, y regalando una sonrisa a las hermanas.

Luego de ello, el almuerzo siguió su curso normal. Mientras las unicornios platicaban y degustaban un suculento platillo, el dragón ingería el suyo sin mucho entusiasmo. Realmente no tenía deseos de comer o hablar, pero tampoco deseaba preocupar a sus amigas.

En tanto, aquel miraba a su alrededor a las familias de ponis en cada una de las mesas de aquel restaurante, felices y despreocupadas. Y pensó que quizá ya nunca sería así para él.

Pensó también que, aún cuando había un dragón de tamaño considerable en la misma habitación, hubo muy pocas caras sorprendidas, o que lo observaban de reojo al verlo ingresar. Ahora, ya nadie prestaba atención a aquella criatura, ya nadie veía en él peligro alguno. A los ojos de todos aquel, sorprendentemente, era un dragón domesticado.

—Cielos, ¡Miren la hora! Lo siento chicos, pero debo irme. ¡Esos vestidos no van a prepararse solos! -Esclareció, haciendo un gesto para pagar la cuenta.

—Déjalo Rarity, yo pago esta vez. Ve tranquila. -Permitió Spike.

—Gracias Spikey, eres un gran amigo. -Aún cuando se trataba de un agradecimiento, aquellas palabras no hacían más que ahondar la herida en el corazón del dragón.- ¿Tú qué harás, Sweetie?

—Me quedaré un poco más. Estoy super satisfecha. -Fingió ella, pasando un casco por su vientre. La mayor la miró con desaprobación, a lo que ella respondió con una pequeña risa.- Anda, no te preocupes.

—Oh cielos, es cierto. Spike, Sweetie quería regresar a Ponyville esta tarde a visitar a nuestros padres. ¿Crees que podrías acompañarla hasta la estación de trenes?

—Vamos, Rarity, no hace falta-... -Iba a renegar, pero fue interrumpida.

—Claro que sí, no es seguro que una niña ande sola por las calles de la ciudad. Me quedaría más tranquila si fueras con él. -Sweetie decidió pasar por alto el hecho de que la llamara "niña", solo porque ya se había acostumbrado con el paso del tiempo. Y aún cuando hubieran pasado 20 años, Rarity de seguro seguiría refiriéndose de la misma forma a su hermana menor.

—Hermana, él ni siquiera ha aceptado. -Esclareció ella. Rarity se mostró realmente avergonzada, al darse cuenta de que ya había dado por hecho que su amigo aceptaría.

—Oh Spike, lo siento-...

—Tranquila, la llevaré a la estación apenas esté lista.

—Muchas gracias, Spike. De acuerdo, si me necesitan estaré en la torre. -Dejo dicho, abrazando cariñosamente a su hermana, y luego al dragón.

Cuando llevó sus brazos al cuello del dragón, apoyándose en su pecho, por un momento Spike no supo qué hacer. Permaneció petrificado unos instantes que esperaba la unicornio no hubiera notado, antes de llevar sus brazos a las espaldas de la misma.

Aprovechó hasta el último segundo para sentir el perfume de naranjos y la textura del pelaje de la unicornio que él más amaba, antes de permitirle partir. Como si aquella fuera la última vez que la vería en su vida. Al apartarse, fue Rarity quien notó algo extraño en su mirada, y la duda pudo con ella.

—Spike, ¿De verdad estás bien? -Preguntó, realmente preocupada.

Sweetie observaba la escena detenidamente y en silencio, preguntándose si su amigo seguiría a su corazón y haría un último intento antes de que la unicornio partiese, o si ya se había resignado al destino que le deparaba al guardar silencio.

Para el pesar de la menor, aquel no dijo palabra alguna, sino que asintió con la cabeza y le sonrió con la ternura que se le dedica a un niño en sus primeros años.

—Estoy bien. Anda, vete. Yo me ocupo del resto.

—Sabía que podía contar contigo. -Sonrió ella, antes de tomar su abrigo y su cartera, y partir de allí tan rápido como se lo permitían sus cascos y el ambiente.

El dragón permaneció allí, de pie, petrificado mientras la bella modista se escapaba de sus garras nuevamente. Y hubiera permanecido así, de no ser porque su hermana aún estaba presente, expectante de la situación, en primera fila para el espectáculo de su humillación desde su punto de vista.

—Solo diré... que no quiero hablar de esto, ¿Crees que sea posible?

—Claro. -Respondió ella, con una sonrisa comprensiva.

—Uh... de acuerdo, ¿Cuándo quieres salir?

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Ya comenzaba a nevar cuando el dragón y la unicornio salían del restaurante, ambos adecuadamente abrigados para combatir las temperaturas de aquellos días. Spike creyó que podría escapar al incesante parloteo de la unicornio al menos en aquella ocasión, pero estaba muy equivocado.

—Y… ¿Que harás ahora? –Aventuró ella.

—Sweetie…

—¡N-no, no hablaba de eso! Quiero decir… luego de que me vaya.

—Aun no lo sé. Luego de todo esto, creo que solo quiero llegar a mi habitación y descansar, sabes. Olvidar todo y, de ser posible, retirarme temprano de la ceremonia mañana.

—Entiendo… debe ser muy difícil para ti. -Aceptó ella, pero lo que menos tenía deseos de tratar el dragón era ese tema.

—¿Y qué hay de ti?

—Volveré mañana temprano, a tiempo para prepararme y ayudar a Rarity a ultimar los preparativos. ¿Quieres que pase por tu habitación al llegar?

—No, estaré bien. Descuida.

—No lo creo, pero haré de cuenta que sí.

—¿Y que harás con el regalo?

—No tengo idea. Preguntarte a ti era mi última oportunidad, pero no puedo pedírtelo ahora. Disculpa.

—Ya. No te preocupes por eso.

—Bueno, de cualquier forma le pediré ayuda a mi madre. Quizá no coincida mucho en gustos con Rarity o conmigo, pero siendo esta una ocasión especial, tal vez se le ocurra algo adecuado.

—Un salto de fe. –Bromeo él, aunque a la unicornio no le había hecho ni pizca de gracia.- De verdad… espero que lo consigas.

—Sí, yo también. –Concluyo, con inquietud.

Antes de darse cuenta, ya habían arribado a la estación de Canterlot, en la cual había una gran circulación dada la época de fiestas. Luego de 15 largos minutos, el tren llego al andén dejando tras de sí un halo de vapor que, al disiparse, dejo al descubierto su estructura.

Al grito del asistente de maquinista, que llamaba a los pasajeros al grito de "El tren a Ponyville saldrá ahora, ¡Todos a bordo!", las puertas del ferrocarril se abrieron de par en par desde el primero hasta el último vagón. Solo entonces, la unicornio se paró sobre sus cuartos traseros para abrazar al dragón por el cuello, afecto que el correspondió llevando su garra a la espalda de ella.

—Todo estará bien. -Lo consoló ella. El dragón debió hacer un esfuerzo imposible para no echarse a llorar sobre sus hombros, antes de apartarse con una sonrisa fingida.

—Lo sé. Te veré luego.

—¡Último aviso! ¡El tren a Ponyville partirá ahora! ¡Todos a bordo! -Llamó nuevamente.

—Me llaman. -Aclaró ella

—Cuídate, Sweetie. -Alcanzó a decir, antes de que la yegua se voltease para ingresar al tren rápidamente, mientras la observaba partir.

Rápidamente, la unicornio buscó un asiento a dos vagones de distancia de la puerta por la cual había subido, hallando un lugar junto a la ventana. Sin más energías para continuar se dejó caer en el mismo, al poco tiempo apoyando su casco sobre el borde de la ventana, disponiéndose a disfrutar del blanco paisaje del invierno desde el momento en que el tren partiera.

Oyó las puertas cerrándose, y el tren poco a poco iniciar su marcha. Aspiró profundamente, y al exhalar y abrir los ojos se encontró con aquel bello escenario, el cual era su favorito del año. Las copas de los pinos a lo lejos cubiertas de nieve, tanto como la mayor parte de los campos, y los lagos congelados que semejaban a un espejo gigante, que reflejaban la espectacular imagen del cielo.

—Es una bella vista. -Dijo una voz a su lado.

—Si... es perfecta. -Respondió ella, sin caer en la cuenta de la voz que le había hablado. Se volteó sorprendida, encontrándose con el dragón de escamas purpuras, que la observaba divertido.- E-Spike, ¿Qué estás haciendo aquí?

—A decir verdad, no tenía deseos de quedarme solo en casa. Y como te he dicho, tengo la tarde libre.

—¿Y qué harás en Ponyville? Tus amigas están en el castillo ahora mismo.

—Claro que no. Tengo a una justo a mi lado.

—Spike... -Respondió ella con ternura.

—Además, aún hay algo que debemos hacer. Primero debemos ir a la biblioteca. Una vez allí, tú decides.

—¿Eh? ¿De qué estás hablando?

—Creo que conozco el regalo perfecto. -Reveló él, guiñándole un ojo.


Continuará...​





Año nuevo. Fanfic nuevo.

¡Buenas otra vez, mis lectores! Volvemos a salirnos de los raíles de la aventura en Decisiones y nos arriesgamos por una historia que apunta al romance.

Lo mismo que la última vez, estoy metiéndome en terreno literario desconocido para mi (nunca escribí nada parecido), pero intentaré crear una obra en la que valga la pena perderse.

En fin, de ahora en más pienso actualizar más seguido, asique no va a pasar mucho tiempo antes de que sepan de mi nuevamente.

¡Hasta la vista! ¡Y gracias por leer!
Última edición por agu10_play el 14 Abr 2023, 20:11, editado 21 veces en total
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12]

Notapor Volgrand » 13 Ene 2015, 12:23

Fantasticamente bien narrado, gran descriptiva, diálogos entretenidos y personajes bien tratados. Una historia que, si bien ya está vista en el fandom , siempre puede descantar a salidas sorprendentes.

Muy buen trabajo y una lectura muy amena. espero leer más pronto. realmente no tengo nada que criticar.
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12]

Notapor agu10_play » 13 Ene 2015, 23:18

Volgrand escribió en 13 Ene 2015, 12:23:Fantasticamente bien narrado, gran descriptiva, diálogos entretenidos y personajes bien tratados. Una historia que, si bien ya está vista en el fandom , siempre puede descantar a salidas sorprendentes.

Muy buen trabajo y una lectura muy amena. espero leer más pronto. realmente no tengo nada que criticar.


Muchisimas gracias Volgrand! Un gusto leerte :)
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12]

Notapor Angelus-Y » 14 Ene 2015, 00:04

¡¡¡¡ME ENCANTA!!!! Comodisimo de leer, fluido, intrigante y tengo muchisimas ganas de seguir leyendo mas, por favor :) Y tienes un vocabulario, narrativa y dialogo que me enamoran, de verdad, espero ansioso ^^
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12]

Notapor agu10_play » 14 Ene 2015, 00:27

Angelus-Y escribió en 14 Ene 2015, 00:04:¡¡¡¡ME ENCANTA!!!! Comodisimo de leer, fluido, intrigante y tengo muchisimas ganas de seguir leyendo mas, por favor :) Y tienes un vocabulario, narrativa y dialogo que me enamoran, de verdad, espero ansioso ^^


Muchisimas gracias Angelus! Tal y como te dije por MP, en breve lo voy a estar actualizando :3 Un abrazo!
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12]

Notapor horwaith » 14 Ene 2015, 01:04

muy buen capítulo, me gusta como presentas todos los problemas y como termina
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12]

Notapor agu10_play » 14 Ene 2015, 03:15

horwaith escribió en 14 Ene 2015, 01:04:muy buen capítulo, me gusta como presentas todos los problemas y como termina


Gracias Horwaith! Saludos!
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12]

Notapor Sg91 » 14 Ene 2015, 14:18

A ver, ¿dónde estaban...? ah, aquí

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Vale, la verdad es que se perfila muy interesante, y no solo eso, sino que el fondo, los detalles y la puesta en escena son especialmente buenos; escribes bastante bien y de una forma que me recuerda a la mía propia, vaya, se nota que le pones mucho énfasis a los diálogos, justo como yo. Genial, ya quiero saber más, continúa cuando puedas ;)

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12]

Notapor agu10_play » 14 Ene 2015, 16:07

Sg91 escribió en 14 Ene 2015, 14:18:A ver, ¿dónde estaban...? ah, aquí

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Vale, la verdad es que se perfila muy interesante, y no solo eso, sino que el fondo, los detalles y la puesta en escena son especialmente buenos; escribes bastante bien y de una forma que me recuerda a la mía propia, vaya, se nota que le pones mucho énfasis a los diálogos, justo como yo. Genial, ya quiero saber más, continúa cuando puedas ;)


Gracias Sg91,tendría que leer uno de los tuyos a ver que onda :P En breve voy a tener lista la actualización. Saludos!
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12] [Cap. 2 - Act. 22/1/15]

Notapor agu10_play » 23 Ene 2015, 01:15

Capítulo 2 – Aventura bajo la nieve


La puerta de la biblioteca Golden Oak se abrió repentinamente, y dos figuras encapuchadas ingresaron forzados por una fuerte ventisca que arreciaba en el exterior. La figura mayor debió apresurarse a cerrar la puerta, antes de que la temperatura de aquel ambiente disminuyese más.

—Finalmente en casa. -Se alegró la figura mayor, que al quitarse la bufanda que le cubría no era nadie más que Spike, el dragón que había sido criado en aquel lugar.

No le tomó mucho esfuerzo moverse ágilmente a través de las columnas de libros acomodadas metódicamente a lo largo de cualquier espacio libre de la sala, mientras iba en busca de algo en particular.

—Quizá sea cosa mía, pero creo que los pegasos se excedieron esta vez... -Dictaminó su acompañante, una unicornio blanca que, solo al despojarse de su capucha, notó el verdadero desastre en que se había convertido la habitación.- Y quizá... esto esté más desordenado de lo que recuerdo.

—El Sr. Waddle se mudó hace un par de semanas, y nos dejó todos los libros que tenía en su casa. -Explicó mientras descendía rápidamente de una de las columnas, para dirigirse a la chimenea y encenderla con una llamarada.- Sip... Twilight también estaba sorprendida, o... más bien, muy emocionada. Hay ejemplares aquí que prácticamente ya no se consiguen en ninguna otra librería. -Concluyó al regresar a la entrada, mientras su amiga seguía perdida en los títulos de la primer columna.- Ten cuidado, no querrás que te caigan encima. -Bromeó, mientras colgaba su gabardina.

—Cómo si fuese tan-... -Replicaba cuando al voltearse, el borde de su abrigo quedó atrapado entre dos de aquellos tomos, lo que derivó en una avalancha de literatura sobre la joven poni. Completamente cubierta, en un solo esfuerzo apenas logró hacer sobresalir la mitad de su cuerpo de aquel sepulcro, mientras el dragón se arrodillaba frente a ella, intentando contener la risa.- Ni una palabra de esto. A nadie.

—¿Necesitas ayuda?

—¿Tú qué crees? -Le dedicó una mirada gélida como el hielo mismo. Tomándola por los brazos, Spike le ayudó a incorporarse rápidamente.- Llámame loca, pero habría que poner un poco de orden aquí.

—Esto es lo que Twilight llama "orden". Al menos hasta que terminemos de hacer lugar en el sótano. -Explicó, comenzando a reunir los libros uno por uno.

Mientras Sweetie se sacudía de su abrigo el polvo acumulado de años en aquellas obras y lo colocaba en el perchero de la entrada, el dragón alcanzó a avistar la cutie mark de la poni, conformada por un corazón rodeado por un listón purpura, con una corchea del mismo color en el centro. Antes de que hubiera terminado, desvió la mirada rápidamente.

—Bien, lo bueno es que llegamos aquí bastante rápido. Lo malo... es que probablemente el tren no funcione mañana si las vías están congeladas.

—Pensaremos en eso luego. De momento tenemos otros asuntos que atender. -Respondió, mientras terminaba de rearmar aquella columna.

—Disculpa, sé que me dijiste que no querías hablar más del asunto. Pero... hay algo que no entiendo. ¿Qué fue lo que te hizo cambiar de parecer? -Cuestionó con curiosidad. Spike se detuvo en seco con el último tomo en su garra izquierda.- Cuando subí al tren parecía que estabas a punto de derrumbarte, pero luego... estabas un poco más alegre, ¿Por qué? -Inquirió nuevamente. El dragón tragó saliva antes de responder.

—No lo estaba. -Al voltearse, Sweetie se sorprendió al notar aquella misma mirada miserable que había encontrado en el centro comercial horas antes.- En la mañana me pediste ayuda para conseguir el regalo perfecto para Rarity. Si bien el... "motivo" no es algo que me alegre, no es razón para no darte una garra, ni tampoco para que estuviese días encerrado en el castillo, sollozando por un amor que sabía imposible hacia tiempo. Decidí que iba a armarme con mi mejor actitud, y te ayudaría con esto. Somos amigos, y... es lo menos que puedo hacer. Por ti y por Rarity. -Concluyó él, melancólico, al tiempo que Sweetie se le acercaba.

—Gracias Spike. -Le dijo con ternura, parándose en sus cuartos traseros para abrazarle por el cuello cariñosamente. Esta vez el dragón correspondió al afecto, rodeándola con ambos brazos.

—Cuando quieras. -Susurró. Al cabo de unos segundos ambos se apartaron, y la unicornio le mantuvo la mirada, con la intriga marcada en el rostro.

—Y bien, entonces... ¿A qué te referías con "el regalo perfecto"? -Preguntó una vez más. Spike blandió su mejor sonrisa enigmática para la ocasión.

—Ven, te lo mostraré. -Le pidió, tomando el candelabro de la mesa del salón y encendiendo las velas con una pequeña llamarada verde.

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Al tenue resplandor de aquella fuente de luz, el dragón y la poni descendieron por las escaleras del sótano. Solo cuando hubieron terminado aquel tramo cruel tanto para pezuñas como garras, depositaron el candelabro en la mesa junto a la escalera, mientras el dragón oprimía el interruptor de la luz.

La misma no develó un mejor escenario al que se encontraba en la sala de la planta baja sino uno que, aparte de estar tapizado con libros en cada rincón, no parecía ser el lugar ideal para alguien alérgico al polvo.

—Salud. -Respondió al estornudo de Sweetie, mientras se dirigía al librero al fondo de la habitación.

Colocándose a un lado del mismo lo empujó con fuerza y paciencia. Una vez que el mueble quedó a dos metros de distancia contra la pared, se develó un pasaje que la yegua no recordaba haber visto en su vida, el cual daba acceso a una pequeña porción de la habitación de no más de dos metros de profundidad, únicamente ocupado por dos grandes estanterías antiguas.

—¿Qué es...?

—Aquí guardamos los ejemplares que consideramos únicos y valiosos. Aunque la gran mayoría ya estaba aquí cuando llegamos.

—Disculpa... Spike. Pero no creo que un libro, por más que sea único, sea lo adecuado para mi hermana. Si, le gustan los romances, o cualquiera que hable sobre la moda a través del tiempo, pero no creo que sea lo suficientemente-...

—No era un libro lo que tenía en mente, Sweetie. -Le aclaró, empujando el fondo de uno de los estantes sin dejar de mirarle.

Inmediatamente, el crudo sonido de engranajes oxidados girando se oyó en la habitación, y segundos después el fondo falso se apartó dando acceso a un compartimiento secreto, poblado de papiros antiguos y hojas sueltas. Y por encima de todo, lo que parecía ser un viejo libro de tapa dura sin título en tapa ni lomo resultó ser la elección del dragón.

—¿Qué tienes ahí?

—Lo encontré aquí mismo hace algún tiempo. No es un libro publicado, sino el manuscrito de algún poni... -Explicaba mientras se dirigía a la mesa del candelabro, sobre la cual colocó el libro ya abierto de par en par.- Cuenta la historia de una joya mágica, oculta desde hace cientos de años.

—Tienes mi atención. -Declaró, mientras tomaba asiento sobre un banco hecho de enciclopedias, esperando que fuera él quien le resumiese la historia dado que el manuscrito debía de tener al menos cincuenta hojas.

—Veamos... -Comenzó a hojearlo, intentando rescatar la idea principal del texto que tiempo atrás había leído con entusiasmo.- La historia trata más o menos sobre una princesa y un herrero, que se conocieron cuando la primera viajó junto a su padre y hermana hacia otro reino; parece que fue amor a primera vista. Tiempo después, comenzaron a verse a escondidas fuera de su castillo, siempre luego de la medianoche, bajo el abrigo del cielo nocturno...

—Aw... ¡Que romántico! ¿Y cómo sigue? ¿Cómo sigue?

—Espera... -Pidió, mientras intentaba forzar su, ya de por si, aguda vista.- Cielos, no recordaba esto. Varios fragmentos del texto están ilegibles. Pero... creo que puedo rescatar algo de aquí. Parece que tiempo después, su hermana descubrió aquella relación y advirtió a su padre. El rey, no deseando un eslabón débil en la cadena de su bella familia, prohibió a su hija volver a ver alguna vez a aquel corcel. No hace falta decir que, aunque la seguridad se dobló alrededor de su hija, ella encontró la forma de evadirla y encontrarse con su amado nuevamente. Desesperado por el futuro de su hija y de su familia, el rey tomó medidas aún más drásticas, encarcelando en el calabozo del castillo al herrero, alegando que había intentado atacar a la princesa.

—¿Por qué no pudieron simplemente dejarla ser feliz a su lado? Cielos...

—A veces la gente se niega a aceptar lo que ven sus ojos, Sweetie. Bueno... esto también está algo borroso. Lo siguiente que pone es que la princesa, a través de un buen amigo de su infancia, logró enviar la gema que adornaba su pecho -un raro diamante purpura del tamaño de un casco- a un joyero del reino, quien talló la misma para darle la forma de una rosa, una exactamente igual en color y forma a la que el herrero le había regalado el día que se conocieron. A través de aquel mismo amigo, le hizo llegar la gema al prisionero, haciéndole saber que no lo había olvidado, que aún lo amaba, y que deseaba pasar el resto de su vida a su lado.

—Un amor sincero... -Suspiró ella.- No hay muchos como ese hoy en día.

—¿Ya has estado enamorada?

—Aún no, pero si me enamoro alguna vez, será de alguien que de verdad merezca mi cariño. -Continuó, risueña.

—Nunca se sabe. Una vez que se alguien se ha metido en tu corazón, es difícil sacarlo, por más que en el fondo sepas que no vale la pena. -Sweetie iba a responderle, pero se mordió la lengua ante la posibilidad de que su comentario pudiese herir a su ya triste amigo dragón.- En fin, esto... también está borrado. Rayos, hay una gran parte de la historia que se perdió. De acuerdo, creo que puedo salvar algo más a partir de aquí. Aparentemente la princesa logró ayudarle a escapar poco después, y ambos se dispusieron a huir del reino a un lugar donde a nadie le importara quienes fuesen, donde pudieran vivir su amor en paz. Su padre, desesperado, envió a toda la guardia real a cada zona de la ciudad, con ordenes de rastrear a su hija y de poner fin a la vida de aquel misero herrero, que había puesto en su contra a la joven. Cuando les acorralaron, encontraron que el herrero estaba armado con una filosa espada, y defendió su vida y la de su amada hasta el último momento... -Leía, deteniéndose un largo rato poco después.

—¿Y entonces? ¿Qué sucedió? ¿Qué sucedió? -Preguntada, con necesidad por conocer el desenlace.

—Sweetie... seguramente querrás aniquilarme, pero... el final está borrado.

—¡¿Qué?! -Exclamó, con enfado y desespero.- ¡Vamos Spike, no puedes hacerme esto!

—Lo siento, la última vez que lo leí parecía estar casi completo.

—¿Y cuándo lo leíste por última vez?

—Hace ocho años. -Habló, con una sonrisa inocente.

—Cielos... ¿Y cuál fue el punto de esto?

—El punto era... que antes de encontrar este manuscrito, había leído algo parecido. Un libro titulado “La leyenda de la Rosa Eterna”, por Moonlight Sonata.

—Espera, ¿Hay un libro oficial sobre esto?

—Como dije, lo trataba simplemente como una leyenda, aunque es una bastante conocida. Pero hay muchos detalles distintos: en la misma, quien roba el corazón de la princesa es un ladrón, no un herrero. Y en ningún momento se habla de su hermana.

—¿Entonces es una historia distinta?

—Se parecen demasiado como para considerarlo. El hecho es que, en la novela de Moonlight Sonata, el diamante purpura encierra un misterioso poder: se dice que es capaz de hacer perdurar los sentimientos más puros a través del tiempo. No sé si será verdad, pero también cuenta que muchos han buscado el diamante alrededor del mundo, sin éxito. Según parece, es una de las joyas más codiciadas de toda la historia.

—Parece algo demasiado serio como para ser solo una leyenda. -Respondió, extrañada.

—Exacto, y este manuscrito, aunque difiere en varios detalles, solo le da más validez.

—Entonces... ¿Cómo termina la novela? Anda, dime.

—El ladrón, que aquí es el herrero, es herido de gravedad en el pecho durante el combate, pero ambos logran escapar de la ciudad. Se dice que se escondieron en algún lugar de Equestria, asumieron nuevas identidades, y vivieron el resto de sus vidas en paz. El amor que compartieron se volvió una leyenda.

—El final perfecto. -Convino ella, nuevamente risueña.

—Un poco empalagoso, pero si, es aceptable.

—¿Dónde crees que esté el diamante purpura? ¿Crees que haya sido enterrado con ellos? ¿O se lo heredaron a sus hijos, y ellos a sus nietos?

—Es por eso que estamos aquí. -Reveló, extrayendo desde el interior de la cubierta de la tapa trasera un papel doblado en forma rectangular. Al extenderlo sobre la mesa quedó a la vista un mapa hecho a casco, poniendo en ella varias ubicaciones correspondientes a Equestria, como la ciudad de Canterlot en las montañas, el viejo poblado de Hollow Shades al noroeste. También Cloudsdale, la ciudad en las nubes, y no menos importante, el bosque Everfree, donde su atención se centró completamente pues era hacia donde apuntaba el mapa.- Parece que alguien, fuera de quien fuera este manuscrito, encontró la ubicación de la joya. O quizá... fue quien la escondió aquí.

—En el bosque Everfree... pues claro, nadie se atrevería a explorar ahí.

—Exacto.

—¿Este es el regalo del que hablabas?

—Si lo que se dice sobre este diamante es cierto, entonces... al menos para mi, no podrías encontrar otro regalo mejor para esta ocasión. -Concluyó finalmente.

La potra desvió la mirada de aquel punto en el mapa, únicamente para observar de reojo la expresión del dragón. No había cambiado en lo más mínimo pues en sus ojos aún podía notar aquella tristeza, pero no iba a empujarlo a hablar de ello una vez más.

—Es... simplemente perfecto. Esto es lo que he estado buscando todo este tiempo. -Aceptó ella, emocionada.

—Si... pero tenemos un pequeño problema de tiempo. -Declaró el dragón, algo incómodo. La unicornio tardó unos instantes en unir los hilos, y reaccionar de forma realmente dramática.

—¡Cielos, es cierto! ¡La ceremonia es mañana en la noche! ¡No tenemos tiempo de ir a buscarlo! -Se desesperó, golpeando el suelo repetidamente con sus cascos tal cual Twilight solía hacer en sus momentos de crisis.

—En realidad, creo que corremos con el tiempo justo. Si la Rosa Eterna está en el lugar que señala aquí, entonces contaríamos con el tiempo suficiente para ir allí y regresar a Canterlot antes de la ceremonia si vamos ahora mismo. Pero es tu decisión. -Concluyó con seriedad. Sweetie le observó consternada, sin saber que decir.- Estaríamos ocupando las últimas horas que quedan en buscar este diamante, pero nadie nos asegura que todavía siga allí. Y, de no estar, habremos desperdiciado el poco tiempo que nos quedaba para buscar aquel regalo. -Sweetie se encontró frente a un dilema que no esperaba, pues lo que decía el dragón era cierto. Si fallaban, sus cascos estarían vacíos al llegar la Noche de los Corazones Cálidos. Luego de considerarlo seriamente unos momentos, finalmente le sonrió al dragón con determinación.

—Si este diamante es todo lo que dices que es, entonces vale la pena intentarlo. Muy bien, ¡Hagámoslo! -Exclamó, entusiasta. El dragón asintió, correspondiendo a su sonrisa.

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Había pasado una hora desde que el dragón y la unicornio habían llegado a la biblioteca. Cuándo Spike se equipó con su reloj de muñeca, ya ponían las 18:36 hs.

—Abrígate bien, Sweetie. La ventisca afuera ha empeorado, y no me gusta como se ve... -Explicaba, mientras se enfundaba nuevamente su gabardina (esta vez, con una linterna de pecho agregada en uno de sus bolsillos), su bufanda, y tomaba una mochila con algunas provisiones.

—Tranquilo, me has dado incluso las gafas para nieve de Twilight. -Asintió ella al colocarse las mismas, vistiendo también la ropa de invierno de la unicornio lavanda, que a diferencia de su anterior abrigo facilitaba mucho más el movimiento.

—Con eso debería bastar, pero ten cuidado, prácticamente no se ve nada allá fuera. Eso, sumado al hecho de que el bosque está poblado de criaturas peligrosas, por lo que debemos estar listos para correr de ser necesario. Asique, por seguridad, trata de no separarte de mí. De acuerdo, ¿Estás lista?

—¡Si, capitán! -Exclamó con seriedad fingida, haciendo un gesto con su casco.

—No es gracioso. -Negó, abriendo la puerta y sintiendo el beso frío del viento sobre su rostro al salir al exterior.

Ponyville se encontraba irreconocible, pues la nieve lo cubría todo de tal forma que nadie podría haber distinguido siquiera la alcaldía de la pastelería, sumado al hecho de que ya quedaba poca luz del día.

La monumental cantidad de nieve y el fuerte viento que arreciaba limitaban incluso más su visión, a través de la cual lo único que habían sido capaces de divisar en movimiento había sido un poni de traje cargando un maletín, que parecía observarlos desde lejos, ajeno a la tormenta que se montaba a su alrededor antes de voltearse y continuar su camino.

Sin tiempo que perder, ambos se apresuraron a atravesar un recorrido de múltiples obstáculos en diez calles a través del pueblo, antes de arribar al puente que hacía las veces de entrada principal al bosque.

—Recuerdas lo que te dije, ¿Verdad? -Levantó la voz para que la unicornio le oyera. La misma asintió con seriedad real, antes de que ambos se pusieran en camino, ingresando con decisión en aquel peligroso bosque.

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No pasó mucho tiempo antes que se vieran evidentemente rodeados por la maleza del Everfree, aunque la mayor parte de la misma estuviera camuflada por la nieve.

Al principio caminaban por los senderos principales, aquellos de los que apenas debían desviarse para visitar a Zecora. Aunque guiándose por aquel viejo mapa que a duras penas parecía resistir el temporal, iban por un camino distinto, a un lugar que Spike conocía bien: El castillo de las hermanas nobles.

Al llegar al claro que daba al puente de madera, el dragón y la poni vislumbraron la silueta de aquel recuerdo ya olvidado. El lugar a donde Twilight y Rarity habían partido tantos años atrás buscando salvar a Equestria de la noche eterna se levantaba a lo lejos, ajeno al paso del tiempo.

—Pensar que han pasado siete años... -Comentó Sweetie, recordando aquel día.

—Y este lugar aún se siente... tenebroso.

—Vamos, no me digas que te da miedo.

—Es solo un castillo destruido, ¿Por qué habría de darme miedo?

—No lo sé... ¿Quién sabe? Quizá haya alguna criatura maligna viviendo allí. -Bromeó ella.

—Que bueno que no tendremos que averiguarlo. -Suspiró. Sweetie rió ante su resolución.

—Y bien, ¿Hacia dónde?

—Aquí pone que el lugar está al borde, o dentro de un cañón al menos cinco kilómetros más adelante, pero si caminamos en línea recta tendremos una buena caída hasta llegar al otro lado del bosque. Aunque aquí hay una flecha que, al parecer, señala un atajo. Y pasa... pasa... -Comenzó a mirar hacia adelante, buscando el punto que señalaba y encontrando a lo lejos una cueva que parecía atravesar el subsuelo del castillo.- Por allí...

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Haciendo uso de la escalera que les conducía a la parte exterior inferior de la estructura, llegaron a la entrada de la caverna. Ambos tragaron saliva al ver cuán grande, profunda y oscura resultaba ser.

—Las damas primero. -Dijo el dragón.

—Uh... no puedo creerlo.

—Era broma. Entramos los dos, al mismo tiempo. ¿Qué dices?

—Trato. -Aceptó ella. Spike encendió su linterna y Sweetie Belle iluminó su cuerno, para luego internarse en la oscuridad.

Allí podía oírse el tintineo de gotas de agua que se precipitaban sobre la roca, algo extraño para una época del año en que las goteras tendían a transformarse en pequeñas columnas de hielo en un ambiente similar. Al avanzar, se sorprendieron al descubrir la razón de esto.

Había un árbol tallado en piedra en el interior de la cueva, el cual estaba cubierto por alguna clase de enredadera espinosa, babeante, que parecía reaccionar ante los sonidos a su alrededor, e impedía definir la forma de aquella escultura a simple vista.

—¿Qué será eso? -Cuestionó en un susurro.

—Algo a lo que no debemos molestar, eso es seguro. Quédate detrás de mí, vamos a ir por los bordes. -Respondió en el mismo tono de voz.

—De acuerdo.

Con sigilo y mucha precaución, habían sido capaces de atravesar aquella peligrosa zona, en la cual probablemente muchas criaturas incautas fueron el alimento de aquella planta.

Medio kilómetro más adelante, una pequeña entrada daba paso al exterior, donde el viento frío comenzaba a calarles los huesos nuevamente, empujando sus instintos a retroceder al centro de la cueva, que permanecía relativamente cálida por causa de la criatura que allí habitaba.

—Cielos, por un momento creí que nos atraparía. -Susurró.

—El Everfree está lleno de peligros. Es una suerte que pudiéramos evitar el único que encontramos hasta ahora.

—Escuché que las mantícoras son el verdadero problema aquí. Pero mientras no nos metamos con ellas, no se meterán con nosotros.

—Rarity te ha hablado una cosa o dos de este lugar, ¿Eh?

—Sí, y también me advirtió muchas veces que jamás entrara aquí si no era acompañada.

—Pues, que bueno que estás conmigo.

—Al menos.

—¿Al menos? -Inquirió, arqueando una ceja. Sweetie rió una vez más.

—Me alegra que me acompañes, Spike. -Corrigió ella, sin dejar de reír.

Al salir nuevamente al exterior, la ventisca arreciaba con fuerza nuevamente, y apenas eran capaces de ver más allá de unos cuantos metros de distancia. Es por ello que, luego de caminar hacia donde apuntaba el mapa durante algunos minutos, Spike se detuvo abruptamente al oír un crujir en las cercanías.

—Espera. -Detuvo su caminar, intentando descifrar el origen del sonido. No hace falta describir su desagradable sorpresa al notar que aquel sonido provenía directo del suelo bajo sus pies, que no era otra cosa que una fina capa de hielo que los separaba de un lago de agua helada.- No te muevas...

—Oh cielos, oh cielos... ¿Qué-... qué hago?

—Quédate quieta, precisamente donde estás ahora. No hagas movimientos bruscos. Yo... comenzaré a caminar muy lentamente, y quiero que tú me sigas. Pero tenemos que guardar distancia. ¿Entiendes? -Explicó en la forma más calmada posible, mientras que la unicornio temblaba ligeramente, no habiendo esperado un peligro similar.

—Re-regresemos Spike, esto fue... una muy mala idea.

—Estamos a mitad del lago, Sweetie. Volver es tan peligroso como avanzar.

—Pero... tengo miedo. Tengo mucho miedo, Spike. Por favor...

—No vas a caer, Sweetie. No voy a permitirlo. -Le prometió. Los ánimos de la unicornio parecieron calmarse momentáneamente al oírle, antes de asentir temblorosamente.- Confía en mí.

Ambos continuaron avanzando a través de aquel lago manteniendo una distancia de tres metros entre sí, con el dragón volteando constantemente a comprobar el estado de la unicornio, cuyas pezuñas temblaban a cada paso que daba.

Los segundos pasaban como si fuesen horas, y cada paso que daban definía si conseguirían llegar a su destino, o descansarían como cubos de hielo en las profundidades aquella misma noche. Ambos comenzaban a reconsiderar si valía la pena correr tales riesgos por obtener aquella gema que se creía perdida hacia ya tanto tiempo.

Luego de interminables momentos, el dragón y la unicornio alcanzaron a sentir tierra bajo la nieve, y supieron entonces que se encontraban a salvo. No menos que aliviada, la unicornio se dejó caer de bruces al suelo, abrazándolo como si fuera la última porción de terreno seguro en todo Equestria.

—¡Gracias Celestia! ¡Gracias Luna! ¡Gracias! ¡Gracias! -Continuaba ella, sin salir de aquel estado de desespero.

Mientras tanto, el dragón observaba hacia adelante, encontrando que apenas unos kilómetros de paseo a través del bosque los separaban de su objetivo. Al comprobar su reloj ya ponían las 21:16 hs, y la escasa luz de la linterna apenas alcanzaba para alumbrar el lugar tenuemente.

Ahora comenzaba el verdadero reto, pues se sabía que en el bosque Everfree las bestias salvajes estaban a la orden del día. Y si en algún lugar había posibilidades de encontrarlas, ese era la porción de bosque que tenían delante de ellos.

—Sweetie... -Susurró, inmóvil.

—¿Qué? ¿Qué sucede?

—Nos están observando. -Explicó el. Al levantar la vista, Sweetie pronto se vio acechada por decenas de ojos amarillos resplandecientes, que aguardaban desde la oscuridad. Timberwolves.

—Oh rayos...

—Cuando te lo diga, sube a mi espalda. Si no me equivoco, estamos a poco tiempo del cañón. ¿De acuerdo?

—No tenemos otra opción. -Asumió, incorporándose lentamente.

—Exacto. -El dragón observó detenidamente a cada figura en las penumbras, evaluando el momento indicado para reaccionar, pero cuando vio a una de ellas abrir sus fauces con deseo, sabía que ya no podía permitirse esperar más.- ¡Ahora!

En un rápido salto, Sweetie Belle saltó a la espalda de Spike y se aferró a él por encima de su mochila, mientras iniciaba la mayor carrera de toda su vida. Las bestias más cercanas al camino no tardaron en precipitarse sobre los compañeros, a quienes el dragón evadió en un rápido movimiento, dejando a estos atrás mientras el resto de la jauría le pisaba los talones.

La actual contextura de sus piernas le permitía correr como nunca antes, y sus sentidos draconianos le facilitaban percibir el peligro, definiendo la distancia que los separaba, y la cantidad de enemigos que le seguían.

Si sus cálculos eran correctos, al paso que iban les devorarían antes de llegar a la mitad del camino, aunque obviamente no compartiría este dato con la unicornio. Debía pensar en algo rápidamente.

—¡Spike, mira! -Le alertó. Al mirar más adelante, se abría un abismo de al menos tres metros de ancho. Aún si no estuviera cargando la unicornio, ¿Tendría la habilidad suficiente para sortearlo?

Debió averiguarlo en aquel instante, pues no contaba con otras opciones. Al grito de la potra, saltó como nunca antes había saltado, alcanzando a tomarse de la parte descubierta del borde en el otro extremo con ambos brazos, apenas manteniéndose .

—¡No mires abajo! -Le alertó, intentando mantenerse con todas sus fuerzas.

Contrario a lo que le había pedido el dragón, Sweetie encontró un abismo que no parecía tener fin, y se sumergía en las penumbras a los pocos metros. Con un grito desgarrador en el oído de su compañero, se aferró a su cuello con tantas fuerzas como pudo, provocándole asfixia.

—Sweetie... n-no puedo respirar...

—¡Por favor, no me sueltes! -Suplicó ella, con lágrimas en los ojos.

Aquella fracción del suelo comenzaba a ceder cuando los timberwolves finalmente se hicieron presentes, observando la situación paciente y detenidamente, encontrando que de saltar con destino hacia sus presas, morirían en el intento.

Con las fuerzas que le quedaban intentó comenzar a trepar, pero en el momento en que puso una garra fuera de lugar el suelo cedió finalmente. Apenas fue capaz de tomarse de una raíz dentro del mismo, que descendió un metro y se detuvo bruscamente, lo que hizo que la potra se desprendiera del dragón.

Sweetie Belle vio pasar su vida entera delante de sus ojos cuando sus brazos soltaron al dragón, y sintió su cuerpo en plena caída libre. Su mente quedó en blanco; ni siquiera alcanzó a gritar, ni a reaccionar. Lo único que pasó por su cabeza fue que todo había terminado.

Lo siguiente que sintió, y que no esperaba, fue un dolor intenso en su casco trasero derecho. Al abrir sus ojos, pudo ver al resplandor de su cuerno al dragón que la sostenía de aquel lugar, y la sangre que escapaba de la herida que el mismo le había provocado al oprimirla con su garra.

—¡Te prometí que no te dejaría caer! -Vociferó, antes de hacer uso de sus últimas fuerzas para balancear a la unicornio, y lanzarla a suelo seguro al instante.

No pasó mucho antes de que Sweetie se repusiera del shock que había sufrido y cojeara al encuentro de Spike, quien colgaba de una raíz a pocos segundos de romperse.

—¡Resiste, te sacaré de ahí! -Exclamó ella, iluminando su cuerno para hacer uso de la levitación, alcanzando a cubrir de un resplandor verde claro a duras penas la garra izquierda del dragón, de la cual tiró con todas sus fuerzas mientras el mismo se tomaba de la raíz con la derecha.

En aquel momento, Spike volteó a las criaturas que hasta hacia poco le perseguían y pudo ver que uno de ellos retrocedía poco a poco, sin quitarle los ojos de encima a la unicornio, y supo lo que estaba sucediendo del otro lado.

—¡Sweetie, apresúrate!

—¡Ya falta poco! ¡Resiste un poco más!

—¡Tira de una vez! ¡Ya no hay tiempo!

—¿De qué estás-...? -Iba a preguntar, cuando reaccionó al rugido en pleno salto del timberwolf hacia ella, cuyas fauces ya estaban abiertas y dispuestas a destazarla.- ¡Spike!

Ya no importó nada más. El dragón se tomó de la roca como le fue posible deshaciendo el aura de la unicornio y trepando con una fuerza bestial que no parecía tener segundos antes. Logró adelantarse, y fue gracias a esto que el lobo capturó su brazo y hombro izquierdos, y no a la joven detrás de él.

Sweetie se encontraba paralizada, incapaz de reaccionar mientras el lobo hundía los colmillos en el cuerpo de su amigo al desgarrar su abrigo, y la sangre comenzaba a surgir de sus heridas. El dragón le daba la espalda, y no era capaz de descifrar porque no reaccionaba, porque no se defendía de aquel ataque cuando la criatura estaba a punto de acabar con su vida o, como mínimo, de arrancarle el brazo, mientras el resto de la manada se preparaba para ir en su búsqueda y, acto seguido, disfrutar del festín.

Y si antes estaba paralizada, su cuerpo se vio petrificado cuando oyó un rugido muy distinto al de los lobos. Uno que aparentaba ser de una bestia más temible, más grande, más voraz de todo el bosque. Le tomó algunos segundos procesar que quien profería aquellos sonidos se encontraba justo frente a ella.

En un instante, el dragón tomó con su garra derecha la cabeza del timberwolf y, sin previo aviso de ninguna acción, la reventó contra su brazo en forma de astillas con un certero y rápido impacto. Y antes de que el resto del cuerpo cayera, lo tomó con ambos brazos y destruyó el leño principal, mientras rugía con fervor.

Al terminar, su respiración era agitada, violenta, frenética. Se sentía bien, demasiado bien. Sentía que podía hacer lo que quisiera, sentía que tenía el mundo entero en sus garras. Sonrió eufórico antes de percatarse de que los timberwolves aún permanecían al otro lado del abismo, expectantes.

De pronto, se tendió sobre sus cuatro garras, y rugió como ninguna otra bestia lo había hecho en aquel bosque, nunca. Nunca había sentido nada igual; algo se había encendido en su interior, y ya no parecía haber forma de apagarlo.

Los timberwolves huyeron despavoridos, temerosos de aquel monstruo que había destruido a uno de los suyos sin mucha dificultad. Pero Spike no salía de aquel estado. Destrozar a aquel monstruo con sus propias garras le había dado tanto placer como nada en el mundo había hecho antes. Aún sentía deseos de desgarrar, de destrozar. ¿Pero qué? Si no había nadie más en kilómetros a la redonda más que...

—Spike... -Llamó Sweetie, visiblemente consternada por la escena que acababa de contemplar.

Solo entonces, el dragón se volteó a ver a la unicornio, que permanecía en el suelo, incapaz de levantarse y con lágrimas en los ojos. Aquella criatura no se parecía en nada a quien la había sacado de aquel vacío. Su mirada era fría, sin sentimiento alguno, y sus fauces abiertas escurrían cierta cantidad de saliva. Ese no era su amigo, ese no era el dragón que ella tanto quería. Pero no quería creerlo.

—Spike, ¿E-eres tú? -Preguntó, con voz temblorosa.


Continuará...​





¿Capítulo nuevo? ¿En menos de dos semanas? ¡That's an academy record!

Aunque si, admito que es un poco corto, pero quizá de esta forma nos resulte más fácil a todos (muchos criticaron con mi otro fanfic el hecho de que actualizara cada dos meses, haciendo de aproximadamente 40 o 50 páginas cada entrega).

¿Ustedes qué prefieren? ¿Capítulos cortos en intervalos de tiempo menores o capítulos largos en intervalos de tiempo mayores?

En fin, espero que hasta ahora les guste lo que lean, porque tengo grandes expectativas con esta historia. Ah, y espero sus reviews.

Sin más que decir, me despido hasta la próxima.

¡Hasta la vista! ¡Y gracias por leer!
Última edición por agu10_play el 24 Ene 2015, 18:01, editado 1 vez en total
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12] [Cap. 2 - Act. 22/1/15]

Notapor Sg91 » 23 Ene 2015, 10:51

Genial, bonito cliffhanger, te ha quedado precioso :D2 lo veo bastante bien, aunque hay un par de cosas que no me terminan de convencer:

-Esta es una manía de documentalista, pero veo poco probable la existencia del papiro en Ecuestria. Y no lo digo porque como detalle esté mal ni nada parecido, es sólo que, como tal, el papiro es un material que no es fácil de conseguir, sobre todo por la planta con la que se hace, el cyperus papyrus, la cual solo crece en lugares con mucha humedad e insolación durante la mayor época del año. Y, por lo poco que sabemos de Ecuestria, sobre todo por su mapa, no parece haber ningún lugar que reúna estas características. Tal vez Hayseed Swamps, aunque no es seguro. Pero de nuevo, ya te digo que esta es una manía de documentalista y el detalle podría estar bien, aunque personalmente no veo al papiro formando parte de los soportes escriptorios de Ecuestria.

-Algo que me ha chocado es el detalle del reloj de Spike... ¿un reloj de pulsera? ¿En Ecuestria? ¿no es eso un poco anacrónico? vale que este fic esté ambientado siete años en el futuro, pero dudo mucho que Ecuestria haya avanzado tanto como para hacer algo tan sotisficado como un reloj de pulsera. Además, el ambiente que impera en el reino es el del típico medievo tardío con tintes de industrialización tardía. Cierto que en la serie se ha visto cosas más modernas que también podrían ser consideradas anacrónicas, aunque personalmente prefiero mantener ese ambiente medieval que tanto encanto le da a la serie. Pero eso ya es un detalle personal. El detalle podría encajar después de todo.

Y eso es todo, ya quiero saber cómo Spike volverá a sus sentidos, continúa cuando puedas ;)

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12] [Cap. 2 - Act. 22/1/15]

Notapor agu10_play » 23 Ene 2015, 12:49

Sg91 escribió en 23 Ene 2015, 10:51:Genial, bonito cliffhanger, te ha quedado precioso :D2 lo veo bastante bien, aunque hay un par de cosas que no me terminan de convencer:

-Esta es una manía de documentalista, pero veo poco probable la existencia del papiro en Ecuestria. Y no lo digo porque como detalle esté mal ni nada parecido, es sólo que, como tal, el papiro es un material que no es fácil de conseguir, sobre todo por la planta con la que se hace, el cyperus papyrus, la cual solo crece en lugares con mucha humedad e insolación durante la mayor época del año. Y, por lo poco que sabemos de Ecuestria, sobre todo por su mapa, no parece haber ningún lugar que reúna estas características. Tal vez Hayseed Swamps, aunque no es seguro. Pero de nuevo, ya te digo que esta es una manía de documentalista y el detalle podría estar bien, aunque personalmente no veo al papiro formando parte de los soportes escriptorios de Ecuestria.

-Algo que me ha chocado es el detalle del reloj de Spike... ¿un reloj de pulsera? ¿En Ecuestria? ¿no es eso un poco anacrónico? vale que este fic esté ambientado siete años en el futuro, pero dudo mucho que Ecuestria haya avanzado tanto como para hacer algo tan sotisficado como un reloj de pulsera. Además, el ambiente que impera en el reino es el del típico medievo tardío con tintes de industrialización tardía. Cierto que en la serie se ha visto cosas más modernas que también podrían ser consideradas anacrónicas, aunque personalmente prefiero mantener ese ambiente medieval que tanto encanto le da a la serie. Pero eso ya es un detalle personal. El detalle podría encajar después de todo.

Y eso es todo, ya quiero saber cómo Spike volverá a sus sentidos, continúa cuando puedas ;)


En primer lugar, gracias :3

En segundo, míralo de este punto: Fíjate todas las cosas que existen en Equestria, como criaturas extraordinarias, una flora muy particular (véase broma venenosa), como en un mismo continente se pueden encontrar áreas con diferencias climáticas bien marcadas, y demás. Todo esto lo hemos visto en varios capítulos. Ahora, pensándolo por ese lado, ¿Es tan poco probable que exista esa planta en un universo como este? :3

Y... mi respuesta a tu último punto viene con imágen de regalo :)

Imagen

En fin, en breve estaré actualizando. Y la resolución de esto último podría ser un poco... complicada :P

Espero leerte en la próxima entrega, colega. Saludos!
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12] [Cap. 2 - Act. 22/1/15]

Notapor horwaith » 23 Ene 2015, 15:39

agu10_play escribió en 23 Ene 2015, 12:49:En fin, en breve estaré actualizando. Y la resolución de esto último podría ser un poco... complicada :P

Espero leerte en la próxima entrega, colega. Saludos!

Eso es bueno, me ha gustado este también, sobretodo el final y necesito saber como acaba esa escena. En un fic siempre es mejor "recortar" cuando ya se ve un buen punto para que los lectores tengan ganas de seguir, así que mejor cortos
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12] [Cap. 2 - Act. 22/1/15]

Notapor agu10_play » 24 Ene 2015, 03:53

horwaith escribió en 23 Ene 2015, 15:39:
agu10_play escribió en 23 Ene 2015, 12:49:En fin, en breve estaré actualizando. Y la resolución de esto último podría ser un poco... complicada :P

Espero leerte en la próxima entrega, colega. Saludos!

Eso es bueno, me ha gustado este también, sobretodo el final y necesito saber como acaba esa escena. En un fic siempre es mejor "recortar" cuando ya se ve un buen punto para que los lectores tengan ganas de seguir, así que mejor cortos


Gracias por el consejo :3 Seh creo que voy a ver y, según como se vaya dando la historia, los voy a dejar del largo adecuado :) Saludos!
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Re: Diamante purpura [Romance] [+12] [Cap. 2 - Act. 22/1/15]

Notapor Angelus-Y » 24 Ene 2015, 11:16

Uuuuh, ha sido...ay, que dificil expresar :D2 Que fluidez tan magistral, que expresiones tan perfectas, que talento dios mio. ADORO como escribes y la trama me encanta, de verdad, con total sinceridad...Cada momento de la lectura ha sido estar presente viendo una pelicula, sintiendo por mi cuerpo cada sensacion,sentimiento... El bosque, el ambiente, el temporal, las miradas, las expresiones, FUA! es que no tengo casi palabras para poder emitir tanta adrenalina, tanto palpito en mi corazon a punto de desbordarse, !AAAAH! (¿Angelus, no exageras?) ¿EXAGERAR? para nada, esta escritura es oro en paño, es un momento de relajacion y placer gratis. De verdad espero ansioso y famélico para degustar la continuacion de este fanfic, tu trabajo es deslumbrante.

Un saludo :)

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