Vale, el primer capitulo de mi primer Fanfic, tened en cuenta que soy nueva en esto por favor D:
IMPORTANTE: Quien narra la historia es Rainbow Dash versión Equestria Girls -> Creo que en el primer parrafo ya os habriais dado cuenta de eso
Disfrutadlo
CAPITULO 1
El frío que entraba por la ventana me despertó antes de que sonara el despertador, era aun de noche, no se veía claridad en el cielo, solo el resplandor de una de las farolas solitarias que descansaban sobre la acera en frente de mi ventana. Mis ojos se cerraban, pero debía levantarme. A pesar de que de lunes a viernes tenía que ir a clase, lo primero que hacía era salir al monte a correr, debía hacerlo, era parte del entrenamiento que Spitfire, nuestra entrenadora futbol, me exigía. Me levanté cansada y bostezando, no era consciente de lo que estaba ocurriendo fuera, algo que hacía más de un año que no pasaba. Me dirigí a coger mi ropa cuando noté que el paisaje era diferente ¡Estaba nevado! Sí, era difícil saberlo teniendo en cuenta que aún era de noche, pero era imposible no distinguir los copos de nieve cayendo en frente de la farola. ¡Por fin nevaba! Desayuné, me abrigué y salí a la calle.
El cielo empezó a aclararse, estaba haciendo footing por los embarrados caminos de la montaña mientras admiraba el paisaje. Normalmente solía escuchar la música que cuando la Princesa Twilight vino compusimos, pero ese día no. Estar rodeada de semejantes maravillas me lo impedía. Me gustaba más escuchar el sonido de la nieve crujir a cada paso que daba, o el sonido de los pájaros piando desde los árboles. ¡Qué día tan bonito! Pensé en subir por el camino hasta la cumbre, desde allí podría sacar fotos de toda la ciudad nevada, después de todo quizá solo duraría hasta la tarde.
Ya casi había amanecido, estaba sobre la cima de la montaña sacando fotos, y me impresionó cómo el silencio de la naturaleza dejaba incluso escuchar los pequeños copos cayendo sobre la ya gruesa capa de nieve. Debía irme, aún tenía que ir a por Scootaloo para acompañarle al instituto. Me giré para volver al camino cuando mi instinto me frenó en seco, miré atrás. La idea de bajar por el pequeño sendero que se abría paso entre los grandes pinos blancos me excitaba. Pensé, tardaría algunos minutos más en bajar por ahí pero merecería la pena.
Mientras bajaba saqué unas cuantas fotos a las copas de los árboles, que desde abajo parecían gigantescos.
– Guau… – La grandiosidad de aquel panorama era simplemente indescriptible, me sentía atónita. Giré mi cabeza a la derecha, me había parecido ver algo. Efectivamente, ahí en el suelo, había algo, algo colorido. ¿Qué demonios era eso? ¿Sería un plástico quizá? ¿Algún objeto que alguien había tirado ahí? Fuera lo que fuera tenía una fina capa de nieve que lo cubría, la curiosidad me invadió, así que me acerqué.
Mis ojos se abrieron como platos, era un animalito; un pequeño poni de color azul. Algo me decía que ese no era su lugar. Su crin y su cola tenían los colores del arcoíris, justo como mi pelo. Me asusté, Twilight nos había contado que cada humano estaba representado por un pony en Equestria. Me empezó a costar respirar, ¿Y si era mi pony? Me agaché y decidí tocarla para ver si estaba viva, pero no reaccionó. En aquel momento me fijé en su costado, la fina capa de nieve dejaba distinguir que tenía algo marcado con diferentes colores. Asi que aparté la nieve de allí… lentamente me llevé la mano a la boca paralizada, era la misma marca que yo había mandado hacer en mi camiseta… Era imposible…
Le aparté toda la nieve de encima y empecé a buscar una manera de saber si seguía con vida. Me quité los guantes y puse mi mano delante de su morro. Noté aire algo más caliente que la temperatura ambiental que salía sutilmente de su boca.
– Mierda… – Miré a los lados, necesitaba que alguien me ayudara, necesitaba alguien, cualquier persona; pero era imposible. No había nadie a esas horas en el monte, y menos por aquel maldito sendero. Estaba quedándose helada… Me asusté – Está bien Rainbow… piensa… – A pesar del tiempo que hacia me quité el abrigo y la envolví con él. La rodeé con mis brazos e intenté darle calor – Aguanta… – A pesar de que estaba bajando con sumo cuidado mis pies se empezaron a resbalar por el hielo que cubría la hierba, se me hizo muy difícil avanzar, sin mencionar que sin nada que me cubriera los brazos, me estaba quedando helada. Cuando por fin llegué al camino principal empecé a sentir el corazón de esa pequeña criatura. Era débil, muy débil. Empecé a temer no llegar a tiempo a casa, miré su frio y mojado cuerpecito, su crin estaba empapada, al igual que su cola. Me paré en mitad del camino y la miré a la cara… parecía tan indefensa…. Estaba pálida. En aquel momento solo quería abrazarla con fuerza y que despertara, no podía verla así… Seguí mi camino hasta mi casa, aun me quedaba mucho por andar, ni siquiera había bajado del monte. Entonces su respiración paro de repente… – ¡NO! Aguanta pequeña… – No me daba tiempo a ir a mi casa, decidí que lo mejor sería ir a Sweet Apple Acres, estaba bastante cerca y a lo mejor Applejack aún no había salido de casa, estaba a tiempo.