Haciéndome valer.
Durante los dos siguientes meses, tras plantarles cara a Bubblegum y Tinker Bell, empecé a ser el blanco de las burlas y trastadas de esas dos, sabía que, desde la lejanía, Celestia y Luna me observaban, así que debía mantener las formas y aguantarme, pero no sin salirme con la mía de vez en cuando. Realmente aguantaba esas humillaciones para que no se metieran con Pallet ni con Pudding, no podía aguantarlo.
Esta fue una de esas mañanas en donde me acorralaron contra la taquilla y me empezaban a tirar trozos de papel mientras se reían.
- ¿Qué pasa, cerdita Shine? ¿Hoy no te sientes valiente? -me decía Tinker Bell.
- ¡Dejadla en paz!
Aquella voz era la de Lapis, había venido a buscarme por si acaso.
-Uy... El grupa lisa viene a defender a la cerdita. -burlaba Bubblegum.
-Ya nos estamos cansado de las dos. -le respondía Lapis.
-Y yo me canso de tener que verte todos los días esa grupa en blanco, ¿no te da vergüenza? -le dijo Tinker Bell.
-No tanto como tu cara. -les volvió a responder Lapis.
Las dos no supieron que decir, a mi se me escapó un tímida risilla ante aquella respuesta infantil por parte de Lapis. De pronto sonó la campana, era la señal de que la primera clase estaba por empezar.
-Ya nos veremos. -dijo Bubblegum apretando los dientes.
-No creáis que os habéis librado. -comentó Tinker Bell mientras se alejaban.
En cuanto nos quedamos solos, Lapis se me acercó para ayudarme a levantar.
- ¿Estás bien, Shine? -me preguntó. -No entiendo como logras aguantarlas sin hacer nada... Desde aquella mañana tienes a los compañeros de clase de tu lado, y tu sigues sufriendo las burlas de ellas.
-Es... Algo difícil de explicar Lapis. -le respondí mientras andábamos a la clase.
- ¡Pero no es justo! -me dijo. - ¡Tienes la posibilidad de defenderte, podrías incluso pedir ayuda a la decana!
-Mi maestra me apuntó en esta escuela para estudiar, no para buscarme problemas. -le respondí.
Por un momento Lapis entró en silencio, era como si no esperase esa respuesta de mi parte.
-Mira Shine, soy tu amigo, y lo único que quiero es ayudarte, me molesta mucho ver como te humillan y apenas hace algo que no sea una trastada como venganza.
-Y te lo agradezco mucho, de verdad Lapis, pero si me rebajo al mismo nivel que ellas seré tan mala o más que ellas.
-Entiendo... No lo había planteado así.
-Ya hemos llegado. -dije acercándome a la puerta del aula. -Vamos, no sea que la profesora Calima se enfade.
- ¡Voy!
-○-
El resto del día pasó con normalidad, en el recreo, como ya era costumbre, Pudding se acercaba a mi corriendo, había hecho buenas migas con Pallet y Lapis, y si podía jugaba con nosotros. Nos lo pasábamos bien mientras estábamos en el descanso, momentos que aprovechaba para redactar una carta a mi familia, y otra a mi maestra.
"Querida princesa Twilight: Ya llevo dos meses viviendo en Canterlot, y me he adaptado un poco a la vida aquí. Gracias por recomendarme la tienda de donuts, Joe Donuts, el Pony que la regente es realmente amable, todos los fines de semana nos invita a una taza de chocolate, desgraciadamente no es tan generoso con los donuts, pero igual están buenísimos.
Aún te sigo echando de menos a ti y a tus clases... Tengo buenos amigos en la escuela, pero os echo de menos a mamá, a mis hermanos y a ti, y quiero volver a veros.
Espero que te vaya bien en tus deberes reales, no te canses mucho. Saluda a Spike de mi parte.
Un saludo: Shine Comet"
- ¿Qué haces, Shine? -me preguntó Pallet.
-Estoy escribiendo una carta a mi maestra. -le dije. -Hace casi dos meses que no la veo, echo de menos tantas cosas...
-Anímate Shine. -me dijo Lapis. - ¿Te apetece jugar a algo?
-Vamos a jugar a Balón Prisionero con los alumnos de tercer año.
-Vale.
-○-
Tras el partido de Balón Prisionero volvimos a la clase. La profesora Calima nos iba a enseñar los diferentes tipos de amuletos mágicos y el uso adecuado que debíamos darle. La mayoría de esos amuletos era únicos, otros habían cientos de copias y eran tratados como amuletos para la buena fortuna, algo típico que compraría cualquier Pony en una tienda de souvenirs baratos de cualquier feria.
Tras tanto tiempo, me acabé acostumbrando a las clases de la profesora, explicaba bien y casi siempre nos daba gran parte de su tiempo para explicarnos las lecciones que no entendíamos, durante la clase, Lapis, Pallet y yo nos ayudábamos mutuamente en las partes que flaqueábamos, y lo mío, claramente, no eran los amuletos mágicos, ¿para qué confiar mis habilidades en un objeto cuando tengo mi alquimia? No tiene sentido. Sin embargo, Lapis era un auténtico experto en ellos.
Por otro lado, Pallet era más suelta en las clases de dibujo y de historia de la magia, pero su punto débil era la magia antigua, y yo había leído varios tomos de la biblioteca de Twilight, me sabia casi de memoria todos los hechizos. Por parte de Lapis, en lo que flaqueaba era en los deportes, y ya le ayudábamos entre Pallet y yo. En cierto modo, me preocupaba de Lapis, era de los pocos que no tenía una Cutie Mark, y me hacia preguntar el por qué.
-○-
Tras las clases nos tocaba un poco de tiempo libre, aproveché la ocasión para acercarme a Lapis.
-Lapis. -le llamé.
Al oír su nombre, se volteó hacia mi, parecía algo extrañado.
- ¿Qué pasa Shine?
- ¿Tienes un momento?
-Claro.
Tras un rato, reuní el valor para preguntárselo.
- ¿Cómo es que no tienes Cutie Mark?
-Pues... No lo sé.
- ¿Nunca te lo has preguntado?
-No. -me respondió. -A lo mejor me ayuda el que me expliques como obtuviste la tuya.
Ante eso, miré hacia mi Cutie Mark. Nunca lo había contado a nadie, pero a lo mejor, ya era hora de hacerlo.
-Es una historia un poco larga... Todo empezó cuando quise conseguirle a mis amigas las suyas. -le comencé a explicar toda la historia de aquella aventura por querer conseguirle sus Cutie Mark a Applebloom, Sweetie Belle y Scootaloo. -Y así fue como conseguí mi Cutie Mark.
- ¿En serio estabas dispuesta a sacrificar tu Cutie Mark? -me preguntó Lapis.
-Si, solo quería que ellas volvieran a animarse, que fueran mis hermanas. -le respondí. -Estaba realmente dispuesta a dejar para siempre atrás mi Cutie Mark por ellas.
-Eres una increíble amiga. -me dijo Lapis. -Estoy feliz de ser tu amigo.
Me sonrojé un poco al oírle.
- ¡Eres un tonto! -le dije dandole un leve golpe en el flanco.
Lapis se quejó levemente, pero no le hice mucho daño.
-Seguro que conseguirás este año tu Cutie Mark.
-Seguro, y más después de oír tu historia. -me contestó Lapis. -Bueno, he de irme, tengo cosas que hacer antes del toque de queda.
-Hasta luego. -le dije.
-○-
Al volver a la habitación me dispuse a preparar todo para mañana, era día de descanso y mis amigas aprovecharían para venir a visitarme. Mientras estaba preparando algunas cosas, Pudding aprovechó para entrar a la habitación, parecía curiosa de lo que estaba haciendo.
- ¿Shine?
-Hola Pudding. -le dije.
- ¿Qué haces?
-Mañana es nuestro día libre, y van a venir a verme mi hermana y mis amigas.
- ¡Genial! Así conoceré a tu hermana.
-Te encantará.
En ese momento, Eurípides se posó sobre el alféizar de la ventana, limpiándose un poco las alas. Traía una carta atada a la pata.
- ¿Qué me traes esta vez? -le pregunté.
El mochuelo extendió la garra abriendo ligeramente sus alas, usando mi magia la tomé y la abrí, era una carta de Twilight, en respuesta a la carta que escribí en el recreo día y mandé mas tarde.
-"Querida Shine: Lamento no haberte avisado de que Donuts Joe no invita a sus donuts, supongo que ya lo sabes, jeje...
Te escribo para darte una noticia, he conseguido adelantar algunos de mis deberes reales, así que aprovecharé para poder visitarte y poder corroborar tus avances, aunque no podré estar mucho tiempo.
Te echo de menos Shine, y no soy la única, Pinkie, tu hermano, tu hermana... Hasta Apple Core te echa de menos, se pasa el día preguntando cuando volverás, esperan verte para las vacaciones.
Hasta pronto Shine, con cariño: Princesa Twilight Sparkle"
Me quedé sorprendida, apenas podía moverme de la emoción.
- ¡Genial! ¡Twilight vendrá a verme, si! -decía eufórica saltando sobre la cama.
- ¿Estás bien, Shine? -me preguntó Pudding.
- ¡Estoy mejor que bien! ¡Mi profesora vendrá a verme! ¡Yujuuuu!
No cabía dentro de mi alegría, estaba totalmente deseosa de ver a mi maestra y amigas, no podía estarme quieta ni aunque quisiera.
- ¡Qué maravilla, hace tiempo que no la veía!
- ¿De verdad vendrá la princesa Twilight?
- ¡Si! ¡Oh, por Celestia, tengo que prepararme para todo!
La noche transcurrió larga para mi, Pallet y Pudding estaban muy extrañadas por mi reacción por esa noticia, no las culpo, para mi Twilight era mi maestra, mi mentora, deseaba ser tan buena en mi magia como lo era ella, y por fin la vería después de dos largos meses, junto a mis hermanas y amigas.
-○-
Había llegado el día esperado, me preparé hasta los últimos mechones de mi crin para estar presentable, incluso me puse un poco de colonia. Pallet esta impresionada al verme así.
-No creí que fuer algo muy importante. -dijo Pallet.
- ¿Por qué no vienes? Me gustaría presentarte a mis hermanas.
- ¿De verdad? ¿No te molestará?
- ¡Para nada! Seguro que estarán contentas de ver a mis nuevos amigos.
-Bueno, yo confío en ti Shine. -me respondió. -Venga, vamos a la entrada, seguro que las encontraremos ahí.
-Vamos a buscar primero a Pudding, así las conoce también.
Tras recoger a Pudding, nos dirigimos a la entrada para esperar a mis hermanas y mis amigas. Mentiría si dijera que no estaba nerviosa, hacia tanto que no las veía... No sabia que les iba a decir, que les iba a contar... Había tanto que contar...
-Shine, deberías relajarte. -me decía Pallet.
-No puedo, hace dos meses que no veo a mis amigas, no sé que va a pasar, quiero contarles tantas cosas que he aprendido aquí...
-Deberías tranquilizarte, hermana. -me decía Pudding. -Vas a hacer un agujero en el suelo.
- ¡Vaya! Si, debo de relajarme un poco.
Al cabo de un rato, pudimos ver a centenares de Ponys acercándose a la escuela, eran los padres y madres de los alumnos de la escuela. Todos los potrillos corrían hacia ellos, y sus padres les recogían en un fuerte abrazo, podía ver como todos sonreían, y algunos hasta lloraban de alegría. Era un momento dulce para todos.
- ¿Y mis amigas? -dije empezándome a preocupar.
No podía verlas entre tantos Ponys, y empecé a bajar la cabeza junto a las orejas, de pronto, pude escuchar a alguien llamándome.
- ¡Shine!
Al oír mi nombre, alcé de inmediato las orejas, volví a escuchar aquella voz que me llamaba de nuevo.
- ¡Shine!
-Esa voz... Es la voz de...
- ¡Shine!
- ¡Es Greeny! -dije corriendo hacia la voz.
Estuve atravesando Ponys siguiendo la voz de Greeny entre la multitud, corrí y corrí para encontrarla. De pronto, oí la voz de Sweetie Belle llamándome.
- ¡Shine!
- ¡Chicas, aquí estoy! -le respondí.
Casi de inmediato, Scootaloo sobresalió de entre la multitud batiendo con rapidez sus alas como una mosca.
- ¡Ahí esta!
- ¡Scootaloo!
De entre la multitud, Greeny y las demás empezaron a aparecer, corriendo hacia mi.
- ¡Chicas!
- ¡Shine! -decían lanzándose hacia mi.
Una a una se fueron lanzando a abrazarme, hasta tal punto de acabar en el suelo, riendo como tontas.
- ¡Te he echado de menos, Shine! -decía Greeny sin soltarme.
-Las cosas en el club de las Crusaders no son las mismas sin ti. -comentaba Applebloom.
-Yo también os he echado de menos. -les dije. -Han sido unos meses muy largos.
- ¡Tienes que contarnos como has estado! -me decía Sweetie Belle con entusiasmo.
- ¡Eso, ¿qué tal te ha ido aquí!?
-Tengo tantas cosas que contaros... Me van a faltar horas para hablaros de todo...
-Vaya... Cerdita Shine por aquí.
No podía creerme que estuvieran aquí para molestarme, era la voz de Bubblegum. Me giré para comprobarlo, era verdad, eran ellas, Bubblegum y Tinker Bell.
-Parece que la cerdita se junta con los demás de la pocilga. -decía Tinker Bell en una sonrisa de superioridad.
Podía oírlas reír, y yo estaba aguantando como podía, en ese momento, Pallet y Pudding aparecieron para intentar ayudarme.
- ¡Dejad a Shine en paz! -dijo Pudding.
- ¡¿No podéis dejarnos en paz ni en los días de visita?! -les decía Pallet.
-Chicas, esperad... -intentaba decirles.
-Como se nota que la plebe solo se tienen entre ellos. -decía Bubblegum con superioridad, acercándose a ellas para darles un azote en los morros con la cola.
-No sois más que un montón de perdedoras. -concluía Tinker Bell.
Greeny, salió a la defensa de mis amigas.
- ¡¿Se puede saber de qué vais?! -les dijo.
No podía creerme lo que estaba viendo, Greeny, mi pequeña hermana, a quien siempre protegía, me estaba protegiendo esta vez.
- ¿Que de qué vamos? -decía Tinker Bell entre risas. - ¿Has oído Bubblegum? Esta potrilla pregunta de qué vamos.
-Supongo que debemos enseñarle quien manda aquí. -respondía Bubblegum.
- ¡Alto ahí! -les decía Scootaloo.
- ¿De verdad vais a tener la poca vergüenza de meteros con una potrilla pequeña? -les decía Sweetie Bell con el ceño fruncido.
-Oh... Las potrillas de pueblo se ponen valientes. -decía Tinker Bell haciendo brillar su cuerno.
La magia que brotaba del cuerno de Tinker Bell hizo levitar a mi hermana, Scootaloo y Sweetie Belle.
- ¡Eh, bajadnos! -gritaba Scootaloo.
- ¡Shine, por favor! -me decía Greeny.
- ¿En serio le pides ayuda a esa inútil? -le preguntó Bubblegum. -Esa cobarde no va a hacer nada por pararnos.
Me estaba empezando a calentar de verdad ante ese comentario.
- ¡Bubblegum, Tinker Bell, parad ya! -exigía Pallet.
-Tu no hables, que nadie te ha dado vela en este entierro. -le contestó Bubblegum haciendo brillar su cuerno. -Pero si queréis divertiros.
-Applebloom, quítate de encima. -le dije.
Antes de que pudieran hacerles algo más, me levanté e hizo brillar fuertemente mi cuerno. Las dos parecían disfrutar metiéndose con mis amigas y hermanas, ya no podía aguantarlas más, se habían metido en terreno peligroso. Embestí con fuerza a Bubblegum y Tinker Bell, haciendo que soltaran a las demás, cosa que las impresionó.
- ¡¿Qué haces, cerdita Shine?! -decía impresionada Tinker Bell.
De pronto a cada lado de mi aparecieron dos arietes, al verlos, las dos Ponys se sorprendieron enormemente, empezando a hacerse hacia atrás al ver que me acercaba a ellas con los arietes.
- ¡Alto, Shine! -me decía Bubblegum.
- ¡¿Vas a atacarnos?! -me preguntó Tinker Bell. - ¡Sabes que está prohibido usar magia contra los alumnos!
-Es curioso, por que os habéis pasado esa regla por las narices desde que os conozco. -le respondí.
Me acercaba más a ellas mientras intentaban alejarse.
-Podéis insultarme... -comencé a hablar. -Podéis humillarme... Podéis romper mis cartas y tirarme bolas de papel...
Intentaron huir, pero del suelo brotaron mas arietes, que formaban pilares que las rodeaban, las dos me veían asustadas.
-Pero no os permito que le hagáis lo mismo a mis amigos, y a mis hermanas menos. -les decía.
- ¿Qué vas a hacernos? -preguntó Bubblegum.
Bajé los arietes que las rodeaban.
- ¿Yo? Absolutamente nada, habéis mostrado a todos como sois en realidad, unas cobardes que usáis la intimidación para ejercer el control sobre los demás. -les dije. -Pero os acobardáis en cuanto alguien os planta cara de la misma forma.
Las dos potrillas podían ver como todos las miraban con cara de desaprobación.
- ¿Lo veis?, lo habéis demostrado metiéndonos con Ponys pequeñas. -dije señalando a Greeny y Pudding. -Yo que vosotras me iba con el orgullo intacto, por que la próxima vez no tendré clemencia con vosotras.
Las dos corrieron hacia la escuela, huían despavoridas. Mis piernas fallaron de pronto, cayendo despatarrada sobre el suelo mientras soltaba un prolongado suspiro, no podía ni creerme que lo hubiera hecho.
- ¡Shine! -me decían las voces de Greeny y Pudding.
Puedes verlas acercándose corriendo hacia mi.
-Hermanita, ¿estás bien? -me preguntó Shine.
-Estoy bien, enana. -le respondí.
Antes de que Pudding pudiera decirme nada, Celestia apareció de la nada frente a nosotros, posándose con fuerza frente a nosotros, parecía molesta y enfadada.
-Shine, a mi despacho, ahora. -me dijo.
Dicho eso, se alejó volando de vuelta al interior de la escuela. Me levanté como pude, me temblaban las patas, no había visto así a Celestia en mi vida, y eso me ponía de los nervios.
-○-
Una vez en el despacho de Celestia, pude ver quienes se encontraban ahí, estaban Celestia, la profesora Calima, Bubblegum y Tinker Bell estaban llorando al lado de un gran Pony unicornio, seguramente era su padre. Pude darme cuenta de que en la sala también estaban mi madre y la princesa Twilight. Parecían algo decepcionadas y enfadadas.
-Toma asiento. -me dijo Celestia.
Me senté en medio del despacho con el corazón en un casco y las orejas agachadas.
-Me han comunicado que has usado tu magia para intimidar a unas estudiantes. -me volvió a decir Celestia. -Esa actitud no es la que impartimos en esta escuela.
-Su majestad, espere. -intervino Calima. -He pasado gran parte de mi tiempo con Shine Comet como su profesora, no es de las que se suelan meter en problemas, y menos intimidar a nadie.
- ¡¿Se basa solo en lo que usted ha visto?! -decía el padre de Bubblegum y Tinker Bell. - ¡Esas no son pruebas para decir que esta potrilla no ha agredido a mis hijas!
-Entendemos su posición, caballero. -le dijo Calima. -Pero estamos escuchando solo la versión de dos alumnas.
- ¡Exacto, la versión de dos alumnas contra la de una! -volvió a decir aquel Pony.
- ¡Espere un segundo, señor! -dijo Twilight. -Conozco a Shine, y soy su maestra fuera de esta escuela, soy yo quien la he enseñado a hacer uso de su magia como es debido, y la conozco muy bien.
No supe que responder.
-Princesa Twilight por favor, guarda las formas. -le dijo Celestia.
Twilight calló de inmediato ante las palabras de la princesa Celestia, apreciaba que intentase defenderme, pero no podía hacer nada, por otro lado, mamá me miraba preocupada, ella también pensaba igual que Twilight.
Celestia soltó un leve suspiro, hasta que finalmente habló.
-En vista de los actuales acontecimientos... No me queda mas remedio que sentenciar a Shine Comet a la expulsión de la escuela.
Me sorprendí enormemente al oír las palabras de la princesa, se me hizo un nudo en la garganta. En ese momento, la puerta emitió un par de golpe.
- ¿Quién es? -preguntó la profesora Calima.
- ¡Soy yo, profesora!
Identifiqué aquella voz, era la voz de Lapis. Casi sin esperar a que le dieran permiso, Lapislázuli abrió la puerta de par en par, entrando en el despacho.
-Lapis, ¿qué haces aquí? -le preguntó Calima.
- ¡¿Qué desfachatez es esta?! -preguntó el padre de Bubblegum y Tinker Bell. - ¡¿Qué clase de escuela es esta que los alumnos pasan por la sala del director como si fuera su casa?!
-Señor, pido que se tranquilice. -le pidió Celestia. -Lapislázuli, ¿a qué se debe eta irrupción?
-He venido a arrojar un poco de luz sobre el asunto. -le respondió. -Esta es una injusticia ante Shine.
- ¡Que descaro!
-Señor, guarde silencio. -le exigió Celestia. -Bueno Lapis, te escuchamos.
-Gracias majestad.
Lapis se aclaró un poco la garganta antes de comenzar a hablar.
-Shine no es la culpable del altercado de hace rato. -dijo. -Hemos sido testigos, Bubblegum y Tinker usaron su magia para burlarse de tres potrillas que no pertenecían a la escuela, esas eran las amigas de Shine.
Todos callaron de repente.
-Niñas, ¿es eso cierto? -preguntó el padre de Bubblegum y Tinker Bell.
- ¡Eso es mentira! -dijo Tinker Bell.
- ¿Qué pruebas tienes de ello, flanco en blanco? -preguntó Bubblegum.
-Me alegra que me hagas esa pregunta. -les respondió Lapis.
Usando su magia, sacó de una maleta un par de hojas llenas de firma.
-He recogido un total de cien firmas como prueba de que ellas empezaron el escándalo. -decía Lapis entregando las hojas a la princesa Celestia. -Están dispuestos a hablar con usted y ha hacer una rueda de preguntas si quiere confirmarlo.
-No es necesario, Lapislázuli. -le respondió la princesa Celestia. -Señor, creo que a la vista de las pruebas, le debe una disculpa a nuestra alumna.
-Tiene razón princesa. -comentaba el padre de Bubblegum y Tinker. -En cuanto a vosotras... Me habéis mentido, y encima habéis usado vuestra magia con Ponys que ni siquiera estudian en la escuela.
-Pero... Papá... -le decía Tinker.
- ¡Ni papá, ni legumbres! -les respondió su padre. -Me habéis dejado en ridículo ante las princesas. ¿Sabéis el daño que causará a nuestra familia?
-Caballero. -decía mi madre levantándose. -Podemos hacer que este incidente quede entre nosotros y hacer como que no ha pasado nada, a cambio, le pido que se disculpe con mi hija, por favor.
-Tiene usted razón, señorita...
-Levithan, Sapphire Leviathan.
-Muy bien.
Dicho eso, aquel unicornio se me acerco.
-Señorita Shine, por favor, le ruego me disculpe. -me dijo.
-No se preocupe, señor. -le respondí.
-En cuanto a vosotras, Bubblegum y Tinker Bell... -les decía Celestia. -Como castigo, limpiareis durante el resto del curso todos los borradores de todas las aulas.
- ¡¿Qué?! -dijeron ambas sorprendidas.
- ¡Pero... Princesa...! -decía Tinker.
- ¡Ni peros, ni manzanos! -les dijo su padre. -Hasta poco me parece ese castigo.
-Por supuesto... Deberías limpiarlos sin usar vuestra magia.
- ¡¿Qué?!
-Ya habéis oído.
Bubblegum y Tinker salieron con su padre del despacho, entonces, Celestia se me acercó, parecía más calmada.
-Shine, lamento haberte metido en esto.
-No se preocupe, princesa. -le respondí.
-Sabía que no eras capaz de algo así. -me dijo Calima. -Debo volver a mi puesto, tengo algunos alumnos que aún esperan a sus padres.
La profesora se fue por la ventana, solo quedábamos mi madre, Twilight, la princesa Celestia, Lapis y yo.
-Debo atender otros asuntos. -dijo Celestia. -Por cierto Shine, tienes un buen amigo, consérvalo.
-Así haré.
-Te debo una disculpa, Shine. -me dijo Twilight. -Por un momento también dudé de ti, pero e el fondo sabía que no serias capaz de hacer algo así.
-No pasa nada Twilight, ¡me muero de ganas por contarte todo...!
-Bueno, creo que ese joven potro quiere decirte algo. -me dijo mamá mirando a Lapis. -Te esperaremos fuera del despacho junto a tus hermanas y amigas.
Nos dejaron solos en el despacho, estaba algo cortada, se lo agradecía enormemente, Lapis evitó mi expulsión.
-Gracias Lapis. -le dije.
-No es nada Shine. -me respondió. -Eres mi amiga, y estamos aquí para defendernos los unos a los otros.
- ¡Tienes razón! Por cierto, eres bueno, has conseguido hacer todo eso por mi.
-Bueno, puede que sea mi talento especial.
En ese momento, y como si fuera cosa del destino, o una broma bien elaborada, el flanco de lápiz comenzó a brillar, y de este, apareció su Cutie Mark, esta era bastante peculiar, era una balanza de oro perfectamente equilibrada.
-Mi Cutie Mark... -decía asombrado Lapis. - ¡Mi Cutie Mark! ¡Mírala Shine, es asombrosa!
- ¡Es una balanza, asombroso! -dije sin creérmelo. -Una balanza... Puede que sea por...
-Justicia. -terminó Lapis por mi. -Mi talento es la justicia.
-Gracias de nuevo, Lapis.
-No... Gracias a ti, Shine. De no ser por ti, no habría tenido jamás mi Cutie Mark.
-No es nada, tengo ese don. -le respondí. -Vamos, tengo ganas de contarle esto a mi maestra, quiero que conozcas a mis hermanas y mis amigas, además, Pallet debe ver esto.
- ¡Por supuesto, vamos!
Pedro fue asombroso, no lo esperaba para nada, me había librado de un castigo injusto, se había hecho justicia gracias a mi buen amigo Lapislázuli.
-○-
Tras unas buenas y divertidas horas entre mis amigas, mis hermanas y mi madre y mi maestra, Twilight me llamó para hablar conmigo a solas.
-Dos meses... -me dijo. -Parece mentira, ¿has aprendido mucho?
-Si, Twilight. -le dije.
Guardó un rato de silencio mientras sonreía.
-Si te soy sincera, he echado de menos que acudieras a palacio. -me dijo. -Es divertido tenerte en casa, me haces sentir como la hermana mayor.
-Me encanta que me enseñes Twilight. -le dije. -Os he echado de menos a ti y a Spike, y a mis hermanos más que a nadie.
-Loud vino a hablarme en un par de ocasiones. -me dijo. -Dice que te echa mucho de menos, y que le preocupa como estas avanzando en tus clases.
- ¿De verdad?
Ella asintió. Mientras asentía, la abracé de sorpresa, me miró sorprendida.
- ¿Podrías darle este abrazo de mi parte? -le pregunté. -Que sea muy fuerte, para que sepa lo mucho que le echo de menos.
-Por supuesto Shine. -me respondió. -Sigue estudiando y practicando tu magia, sigue haciendo amigos, y no te preocupes, te prometo que Loud vendrá en la próxima visita.
- ¿De verdad? ¡¿Y vendrán también Applejack y Apple Core?! ¡¿Puedo ver también a la abuelita Smith?!
-Claro, Shine. -me respondió entre risas. -Todos te vendrán a ver, todos te echan de menos.
- ¡Gracias, maestra!
FIN DE QUERIDA MAESTRA
Bueno, con esto he terminado el Spin-Off, me ha costado escribirlo, por que me ha faltado inspiración, y eso me da miedo. La saga 3 está próxima a empezar, espero que os guste