Lamento el paron, he tenido una larga crisis de bloqueo que me ha impedido continuar con los fics, y especialmente éste capítulo que se me ha quedado demasiado extenso, pero espero que lo disfrutéis
La bella y la bestia
Tras la parada que tuvimos en el poblado de los Ponys de planta, y tras conocer a Sacred Lullaby y el secreto de la tía Ruby, continuamos caminando por la selva de Maya. Ahora, la tía Ruby iba con sus alas al descubierto y no parecía importarle, mamá estaba aún preocupada por papá y la tía Rainbow empezaba a comer cada vez más y más, era como si no hubiera comido nada en días, Dust y Pinkie parecían más relajados, aunque viniendo de la tía Pinkie diría que era normal.
- ¿Qué tal es ese Sirius Major, Ruby? -le preguntó Dust.
-Es un Pony muy protector con sus protegidos, y no deja que nadie mencione a la diosa bajo ningún concepto, los únicos con quienes se relaja es con los equs'ngel. -explicaba Ruby. -Es... Un poco desagradable...
- ¿Estará dispuesto a ayudarnos? -le preguntó la tía Pinkie.
Ruby calló por un momento.
-Si os digo la verdad, no sé, es como intentar tratar con un niño, es el más joven de los sirvientes de la diosa..
-Vamos, un tipo duro de roer. -decía la tía Rainbow mientras comía otro cupcake de la tía Pinkie.
-Rainbow, ¿qué te pasa? Desde que hemos llegado comes a dos carrillos. -le decía Dust.
- ¡No me pasa nada! -le gritó Rainbow.
Dust dio un pequeño paso hacia atrás de la impresión, ya había visto a Rainbow varias veces enfadada o alterada, pero últimamente estaba rara.
-Yo... Perdona Dust... No quería...
-No pasa nada Rainbow, todo esta bien. -le respondió con una sonrisa y avanzando.
Ruby se acercó a Rainbow y empezó a hablarle en voz baja.
-Rainbow, te prometí guardar el secreto, pero no eres nada sutil. -le decía. -Tarde o temprano todos se darán cuenta.
-Lo sé Ruby, pero es que tengo mucha hambre, la comida de antes la he vomitado. -decía Rainbow. -Quiero a este pequeño a mi lado, Ruby, pero esto es muy duro.
-Entiendo, pero...
- ¡¿De qué estáis hablando?! -decía Pinkie interviniendo en la conversación.
-De... ¡de nada, ¿verdad, Rainbow?! -le dijo Ruby.
- ¡Oh, si, de nada! -respondió Rainbow.
Pinkie les observaba con mirada curiosa.
- ¡Vale! -dijo sonriente.
Pinkie se adelantó al resto del grupo, y se percató de algo que llamo su atención, un poco a lo lejos, se podían apreciar haces de luces que se movían de lado a lado todo el tiempo, y un espeso olor a algodón de azúcar se posó en su morro, era un olor muy reciente, cosa que provocó que su cola empezase a agitarse de la impaciencia.
- ¡Chicos! -decía corriendo hacia nosotros. - ¡Lo he encontrado, lo he encontrado!
-Eh... ¿Qué has encontrado, Pinkie? -preguntó mamá.
- ¡¿No oléis eso?! -decía entusiasmada.
Haciendo caso a la tía Pinkie, olfatee hacia el aire, también lo hizo el tío Dust y mamá. Era un olor dulce mezclado con olores salados.
-Huele como a... -decía mamá sin estar muy segura.
-Huele a algodón de azúcar. -dijo Dust. -Y no solo eso, huelo a cacahuetes y manzanas de caramelo.
- ¿Todo eso? -preguntó Ruby. - ¿Eso no son cosas típicas de...?
- ¡Un circo! -decía entusiasmada Pinkie. - ¡Vamos, vamos, quiero ir al circo!
La tía Pinkie se había alejado bastante de nosotros. Al poco tiempo todos empezaron a seguirla, pero yo no sabia de que hablaban.
-Mamá... -decía tirando de su cola. - ¿Qué es un circo?
Mamá se pensó un poco su respuesta, frotándose la barbilla con el casco.
-Es un sitio donde la gente va a reírse y a emocionarse, hay domadores de feroces fieras, trapecistas, forzudos y hasta payasos. -explicaba mamá.
- ¡¿Y podemos ir?! -pregunté entusiasmada, nunca había visto un circo en casa.
Mamá se me quedó mirando un rato, pero su mirada cambió a una de rendición.
-Esta bien, pero después a buscar a papá.
- ¡De acuer...! Oh...
Mi rostro cambio rápidamente de expresión, mamá parecía impresionada.
-No quiero ir... Papá es lo primero...
-Te entiendo Apple Core, yo también estoy preocupada. -me decía mamá. -Pero debemos ser fuertes por los demás, ¿vale?
-... Vale...
En ese momento, sentí que mamá me besaba la base de mi cuerno, cerca de mi frente, eso era nuevo, siempre me abrazaba y me acariciaba, o me besaba en la mejilla, pero ahí, fue nuevo.
-Vamos con los demás. -me dijo.
- ¡Si!
La música y el olor a dulce se intensificaba a medida que avanzábamos, poco a poco pudimos ver a un gran grupo de Ponys que se aproximaban hacia allí, para nuestra sorpresa eran Ponys normales, no tenían plantas o elementos extraños, pero sus Cutie Mark no parecían representar ninguna conocida como en Ponyville, tenían mariposas, árboles, semillas, huellas de animales y aves. Parecían estar deseando entrar, pues en la entrada de la carpa había un trio de Ponys payasos.
- ¡Pasen y vean yeguas y caballos! -decía uno de los payasos. - ¡Vean nuestros Ponys trapecistas, Ponys de tierra que desafían la gravedad y unicornios capaz de hacer maravillas acrobáticas!
- ¡No se pierdan el vuelo magistral de lady Humming Bird la trapecista que es capaz de volar sin alas! -decía un payaso unicornio de pelaje blanquecino.
- ¡¿Un Pony que es capaz de volar sin alas?! Esto huele a truco. -decía Rainbow.
- ¡¿Qué dices, Dashie?! ¡Esto es asombroso! Iré a coger entradas para este espectáculo! -decía la tía Pinkie adelantándose.
Me percaté de algo, había un pequeño recinto que parecía una cabaña, llena de dibujos de una criatura negra y ojos enrojecidos. Curiosa, me acerqué a aquella caseta, cuando estuve cerca, junte mi oreja a la caseta, inmediatamente, algo golpeó con fuerza la misma pared a la vez que rugía, el susto provocó que retrocediera.
- ¿Que haces aquí, pequeña? -decía un Pony unicornio de pelaje morado vestido con capa y un enorme sombrero de copa.
-Yo... Ah...
- ¡Apple Core! -decía mamá mientras se me acercaba. -Disculpe las molestias señor...
-Whipe, Severus Whipe. -contestó aquel Pony. -Soy el maestro de ceremonias de este circo.
-Yo soy Applejack, y ella es Apple Core, mi hija.
-Un encanto de criatura, pero será mejor que no se acerque a las cosas peligrosas, podría hacerse daño.
Aquel Pony no me daba confianza alguna, asustada, me escondí entre las patas de mamá.
- ¿Qué haces, terrón de azúcar?
-No se preocupe, espero que se dignen a deleitarnos con su presencia en nuestro público.
-A eso íbamos ahora mismo. -dijo mamá.
- ¡Excelente! -exclamó Severus. -Espero que disfrute, hoy estrenamos una nueva atracción.
-Se... Será un placer. -respondió mamá.
Nos acercamos a los demás, yo aún me sentía algo nerviosa por aquello, y todavía me preguntaba que había realmente dentro de la caseta. En la cola, la tía Pinkie y los demás estaban en medio de la cola, ella tenía un par de manzanas de caramelo colgando de su crin mientras comía de un algodón de azúcar.
- ¡¿Donde habéis estado?! Estamos a punto de entrar. -decía mientras se comía el algodón.
-A mi peque le pudo la curiosidad.
No dije nada, estaba un poco nerviosa y asustada debido al señor Severus.
- ¡Yeguas y caballos, gracias por su paciencia, pueden comenzar a pasar! -decía el Pony payaso que se encontraba en la entrada de la carpa.
Cuando la tía Pinkie pasó al lado del payaso, se quedó quieta mirándolo como si lo estudiara. Aquel Pony, la miró extrañado, no esperaba que alguien le observará como hacia Pinkie.
- ¿Ocurre algo? -preguntó el Pony payaso.
-No eres feliz trabajando aquí. -le respondió Pinkie.
El Pony se sorprendió al oírla decir eso, su rostro cambió a sorpresa casi de inmediato.
- ¿Cómo?
- ¡Pinkie, vamos, el espectáculo va a comenzar! -decía mamá.
- ¡Ya voy! -decía Pinkie volviendo con nosotros.
Mientras nosotros nos adentrábamos a la carpa, tras las gradas, aquel payaso iba a quitarse su disfraz, con un poco de esfuerzo, y su magia, logró quitarse la abultada peluca de pelo rizado de payaso. Al quitársela, dejó salir de debajo de ella una espesa y ondulada melena amarilla con franjas grises y fucsia, su pelaje era blanco bajo aquel maquillaje.
- ¿Cómo ha sabido esa Pony que yo...?
-Fogsun, ¿estás bien? -le preguntó una voz femenina.
Al girarse, Fogsun pudo apreciar una figura esbelta y delgada de una Pony terrestre, tenía el color de su piel de color verde pastel, y sus crines eran de color rojo intenso, vestía con un traje ajustado y unas mallas.
- ¿Humming Bird? -decía sorprendido el joven unicornio.
-Llevo todo el día sin verte, me estaba empezando a preocupar.
-Humming Bird, ya no soy un potrillo, sé cuidarme solo perfectamente.
-Ya... La cosa es que seas capaz de hacerlo tal y como lo dices. -respondía Humming Bird. -Llevo cuidándote desde que te encontramos, has sido como un hijo para mi.
-Y tu has sido como la madre que nunca tuve. -decía Fogsun apartando la mirada.
Humming Bird pudo ver que algo le inquietaba.
-La Pony rosa de antes te ha calado, ¿verdad?
Las mejillas blancas de Fogsun se volvieron rojas ante las palabras de Humming Bird.
- ¿Por qué dices eso?
-Eres un Pony que se enamora rápidamente, Essence, Sugilite, Vesper... ¿Debo recordarte que te hicieron? Te enamoraste de esas Ponys y te utilizaron.
-Y tu siempre estuviste ahí para ser mi salvavidas.
-Contrólate esta vez, no quiero volver a verte sufrir. -le dijo Humming Bird -Debes preparar la nueva atracción, antes de que Severus se enfade.
-No me hace ninguna gracia hacerlo.
- ¿Por odio a Severus?
-Eso no tiene nada que ver, esa criatura... La he visto a los ojos, en algún momento dado la he visto tranquila y nostálgica, y no deja de hacer extraños dibujos en las paredes con las garras.
-No podemos hacer nada más que obedecer a Severus, venga, prepáralo todo, dentro de poco empezará el espectáculo.
Las gradas comenzaban a llenarse hasta los topes, nosotros estábamos en la segunda fila por petición de Pinkie, que quería disfrutar del espectáculo de cerca, la tía Rainbow parecía impacientarse.
- ¡¿Por qué tardan tanto?! ¡Me estoy cansando!
-No puedes acelerar un espectáculo circense. -le respondió Pinkie con cierto aire de superioridad. -Si se hiciera así, los actores podrías salir dañados.
En ese momento las luces se fueron, y los pegasos empezaron a revolotear por la carpa mientras cargaban con los focos, iluminando la pista a la vez que los timbales sonaban, he de admitir que era un maravilloso espectáculo, sobre todo cuando, al sonar el platillo, los focos se centraron en los altos pilares, en lo alto de ellos se encontraban un par de Ponys terrestres sobre unas pequeñas plataformas. De pronto, dos de los focos apuntaron al centro de la pista, donde había tirado una capa, la cual comenzó a brillar y a elevarse.
Cuando alcanzó un poco de altura, comenzó a girar a toda velocidad y, en cuanto se detuvo, aquel unicornio que estaba frente a la caseta de antes apareció, posándose poco a poco en el suelo. En ese momento, me abracé a mamá, no me gustaba nada aquel Pony.
- ¡Bienvenidos, yeguas y caballos! -decía Severus. - ¡Es un placer tenerlos aquí a todos bajo el techo de el circo de la luna!
Todos comenzaron a aplaudir con entusiasmo, pero no me olía nada bueno de lo que decía ese tal Severus.
- ¡Permítanme presentarles a la segunda atracción de la noche, desde las alturas, la Pony de tierra que no tiene miedo de la gravedad, ligera como una pluma y rápida como una avispa, lady Humming Bird!
Los pegasos apuntaban con los focos a aquella esbelta Pony, todos nos quedamos mirando como saludaba y sonreía, parecía disfrutar la situación.
-No pretenderá saltar, ¿verdad? Solo mirad, no tienen ni red de seguridad. -decía Dust con el corazón en el casco.
-Si es tan buena como dice, no necesitará nada más. -decía Rainbow en tono chulesco.
-Pero...
- ¡Calla Dusty! -decía Pinkie. -Esto es muy emocionante.
El silencio se hizo de golpe, y los tambores comenzaron a sonar rápidamente. Antes de que pudiéramos darnos cuenta, Humming Bird se lanzó al vacío bajo la sorprendente y angustiosa mirada de los demás ponis. Sin avisar, un trapecio apareció delante de la trapecista, sujetándose a este e impulsándose hacia el otro, haciendo varias piruetas hacia el siguiente, ahí, otro Pony la sujetó de sus cascos traseros, impulsándola al siguiente trapecio en donde se encontraba otro compañero.
Hummbird estuvo durante un rato hiendo de un lado a otro entre volteretas, hasta que, se dejó caer adentre sus compañeros.
- ¡Se ha despeñado! -decía Pinkie.
- ¡Que alguien haga algo! -decía Ruby.
Antes de poder quisiera levantarnos, una luz brotó de la pista, y varios relámpagos brotaron, corriendo por los postes y encontrándose a pocos metros de Hummbird. Al impactar ambos relámpagos, un destello cegador iluminó todo el interior de la carpa, cuando se desvaneció, pudimos ver a Humming Bird sobre una plataforma saludando al público junto al resto de acróbatas.
- ¡Yeguas y caballos, den un gran aplauso a lady Humming Bird! -decía Severus.
El público, bullicioso, comenzó a golpear el suelo con sus cascos mientras silbaban eufóricos por el espectáculo. Pero el tío Dust y la tía Ruby estaban algo escépticos por los relámpagos que habían aparecido en mitad de la actuación.
- ¿Habéis visto eso? -preguntó Dust. -Ha sido sospechoso.
- ¿A qué te refieres? -preguntó Rainbow.
- ¿No os habéis fijado? -preguntó Ruby. -Una luz, dos relámpagos que han trepado por los postes y a aparecido una plataforma, ¿no os suena de nada?
- ¡Oh, oh! ¡Yo, yo! -decía Pinkie.
-Magia de materialización. -respondió mamá. -La magia que Loud y sus hermanas pueden usar.
- ¿Pero cómo es posible? Loud escapó de nosotras, y no usa relámpagos en su magia salvo para invocar a Zuk'Baen. -decía Rainbow.
-Entonces, ¿qué significa eso? -pregunté. - ¡¿Papá está aquí?!
-Es una posibilidad cariño. -me dijo mamá.
En ese momento, la tripa de la tía Pinkie le rugió.
- ¡Jeje...! Tengo hambre, voy a buscar un poco mas de chuches.
- ¡Pero si te has comidos dos bolsas de palomitas, tres manzanas de caramelo y un algodón de azúcar! -decía la tía Ruby. - ¡En serio, Pinkie, ¿dónde metes lo que te comes?!
-Es un secreto. -respondió. -Ahora vuelvo.
-En serio mamá, ¿dónde mete la tía Pinkie todo lo que come? -pregunté.
-A veces hay preguntas que nunca tendrán respuesta. -fue su respuesta.
No sabía a lo que se refería, aunque sabía que la tía Pinkie hacia locuras.
Pinkie, que no sabia por donde salir de entre la pocas salidas de la carpa, se coló bajo las gradas buscando la salida.
- ¿Dónde estará la salida? Estoy deseando comerme otro de esos algodones de azúcar. -decía absorta en su propio mundo.
En ese momento comenzó a oír chasquidos fuertes y quejidos, cosa que llamó su atención, lo que vio deseó no haberlo hecho jamás. Severus, el maestro de ceremonias del circo, estaba dandole latigazos al joven unicornio que Pinkie había conocido.
- ¡¿Cuantas veces te he dicho que uses tu magia para hacer más impresionante la actuación y no el final?! -le decía Severus sin compasión. - ¡Eres un inútil Fogsun!
El joven unicornio se quejaba mientras intentaba proteger su rostro, pero los latigazos le marcaban en el lomo y el flanco sobre su Cutie Mark.
- ¡Lo siento señor Severus, la próxima vez...!
- ¡Para ti no hay próxima vez! -le dijo Severus a punto de darle otro latigazo.
Pinkie sintió la necesidad de ayudarle, pero antes de interferir, Humming Bird intervino, dejando que el látigo se enredase en su casco, cosa que impresionó a la joven Pony rosa.
-Humming Bird... ¿Se puede saber que haces? -le preguntó Severus.
-Si no fuera por Fogsun, no habríamos tenido ese espectacular final. -le dijo. -Ninguno de nuestros unicornios domina la magia de Fogsun, ¿y aún así pretendes hacerle daño?
Severus no respondió, simplemente usó su magia para recoger el látigo del casco de Humming Bird.
-Tienes suerte de ser la estrella de nuestro circo, si no, te aseguro que éste inútil hace tiempo que lo habría tirado a la jungla. -respondió Severus. -Usa tu magia para algo bueno y trae a la nueva atracción para el final.
Dicho esto, Severus se largó para volver a las pistas, dejando a Fogsun levantándose con esfuerzo.
- ¿Estás bien, Fogsun?
-Si, solo herido en mi orgullo. -le respondió Fogsun.
-De erais irte de aquí, a este paso Severus te acabará moliendo a palos.
-Mientras pueda aguantar, aquí estaré. Iré a traer la jaula.
Mientras Fogsun se alejaba, Pinkie no pudo evitar estar atenta a todo lo que había pasado.
-Puedes salir ya de ahí, jovencita. -decía Humming Bird sin voltearse.
Pinkie no pudo evitar dar un pequeño salto, ni siquiera su sentido Pinkie le hubiera podio avisar de que le pillase por sorpresa.
- ¿De... Desde cuando sabes que estaba viendo? -le preguntó Pinkie. -Y si me permites decir, estuviste genial en la pista, nunca he visto a una Pony de tierra hacer las cabriolas que has hecho.
Humming Bird rió levemente ante el comentario de Pinkie.
-Sé que estás ahí desde el principio. -le respondió. -Destacas mucho para ser una Pony que espía.
-No estaba espiando. -le respondió Pinkie. -Solo quería un poco más de ese algodón de azúcar tan bueno que tenéis.
-Pues te has equivocado de lugar, querida. -le respondió la acróbata. -Lo has visto todo, ¿no?
Pinkie asintió.
-Te ruego que no digas nada. -le decía Humming Bird.
- ¡¿Por qué no?! -decía Pinkie sorprendida.
-Aunque no lo parezca, le debemos a Severus más de lo que imaginas. -decía la acróbata. -Nos dio un techo, comida y trabajo, enfrentarle seria una locura, ya que castiga la insubordinación, los errores y la falta de educación.
- ¡¿No os dais cuenta de que sois esclavos?! -le preguntó Pinkie.
-Por supuesto que si. -le contesto Hummming Bird. -Pero no podemos volver a las calles.
- ¡Pero os muele a palos! -decía Pinkie.
-Nos hemos hecho a la idea, pero temo por Fogsun... Es un buen chico, y muy sensible, ojalá encuentre una yegua enérgica que le ayude a abrirse y a fortalecer su carácter, si sigue aquí poco a poco se romperá y hará una locura.
-Vaya... -decía Pinkie bajando las orejas, pero inmediatamente las alzó, recordando lo de antes en la pista en plena actuación. - ¡Por cierto! Esa magia... Los relámpagos que subían por los postes... Me recuerda a la magia de un amigo mío, ¿era magia de materialización?
- ¿Magia de materialización?
- ¡Si! Se dibuja un círculo en el suelo y de este sale magia poderosa.
- ¿Círculos? -dijo Humming Bird pensativa. -Es cierto que Fogsun puede realizar esa magia, y salen relámpagos de sus círculos.
- ¡Es esa magia! -decía Pinkie contenta. -Tal vez sepa algo de Loud Off.
- ¿Loud Off?
-Es el marido de una de mis amigas y el padre de su hija.
Pinkie comenzó a describir a Loud Off, pero por desgracia, su descripción era de antes de su transformación en umbro.
-Vaya... Lo siento, no he visto a ningún Pony así, tal vez alguno de mis compañeros lo sepa. ¿Tiene algún rasgo algo más descriptivo?
-Es tranquilo, no puede hablar por que es mudo, sus ojos son morados, y suele dibujar.
-Algo así he visto, pero no sé donde.
-Por favor, necesito encontrarle por mi amiga, si sabe algo, dígamelo por favor.
Humming Bird estaba impresionada por la insistencia de la pequeña Pony rosa, pero sólo pudo asentir con una sonrisa.
-Te doy mi palabra, si sé algo de ese Pony, te buscaré para decirlo.
- ¡Gracias, de verdad! Bueno, voy a volver con mis amigos, por favor, si sabe algo, búsqueme en las gradas.
-Así será.
Pinkie se marchó en dirección a las gradas, y justo en ese momento, Fogsun volvía arrastrando con su magia la casita a la que Apple Core se había acercado antes.
-Aquí estoy. -decía el joven unicornio.
-Ya veo, cariño.
- ¿A qué viene esa sonrisa? -le preguntó.
-Mmm... Tal vez hayas elegido bien esta vez, esa Pony rosa es muy simpática y enérgica.
Fogsun, ignorante, no sabia de qué hablaba.
- ¿Qué dices?
-Ya me entiendes Fogsy…
Al poco tiempo, la tía Pinkie consiguió volver a la gradas, justo a tiempo para el comienzo del espectáculo de magia, protagonizado por dos hermanas unicornio vestidas de gala y mayas de redecillas.
- ¿Dónde has estado? -preguntó mamá.
-Yo… me perdí buscando los dulces. -respondió.
-Espera… -dijo la tía Ruby mirándola. - ¿Te ha pasado algo?
-Eh… creo que he visto algo que prefería no haber visto antes…
- ¿A qué te refieres? -preguntó Rainbow.
-Pues… ya os diré, el espectáculo va a comenzar.
Las gemelas comenzaban su espectáculo, haciendo evitar las gradas para que el público las observase desde lo más alto, la pista empezaba a ser iluminada con varias figuras que se alzaban, bailaban como burbujas y sus formas cambiaban, transformándose en siluetas de Pony que, al cruzarse entre ellos, intercambiaban sus colores, maravillando al público con su actuación.
El público aplaudía con entusiasmo ante el asombroso número de magia de las unicornios. Al acabar la actuación, las unicornios bajaron las gradas mientras saludaban.
- ¡Un fuerte aplauso para Spell y Sorceress, las gemelas mágicas! -clamaba Severus al público.
Como si de una orden se tratase, el público aplaudía con entusiasmo. quedé maravillada, y deseé que, algún día, pudiera hacer magia como esa.
- ¡Y ahora, yeguas y caballos, estrenaremos una nueva actuación para todos ustedes! -decía Severus mientras las gemelas se iban de la pista y comenzaban a sacar una especie de cajón enorme. - ¡Desde lo más profundo de la jungla de Maya, una extraña criatura acecha en las sombras… tan negra como la noche y con una mirada vacía…!
- ¿Negra como la noche? -dijo Dust.
- ¿No os recuerda algo? -preguntó Rainbow.
La caseta fue colocada en el centro de la pista mientras Severus continuaba con su discurso de presentación.
- ¡Yeguas y caballos, os presento a una de las bestias más peligrosas de Maya, aquí tenéis... A un umbro!
Los Ponys unicornios comenzaron a elevar la caseta, de debajo de esta se encontraba una jaula, y de ella, unas cadenas se zarandeaban de un lado a otro haciendo ruido. Cuando la luz señaló el interior de la jaula, pudimos apreciar al umbro que se agitaba de un lado a otro con los cascos y el cuello encadenados al suelo de la jaula mientras rugía.
El público se asustó al ver al umbro pese al estar encadenado, pero aún así, notábamos algo familiar en aquel umbro, mamá lo observaba con determinación, creía ver algo en ese umbro.
- ¡Y ahora, haré lo que nadie ha hecho jamás, yo, Severus Whipe, doblegaré la voluntad de esta bestia, y mi ayudante Fogsun elevará la jaula y soltará para que quede libre!
- ¡Esta loco! -decía Pinkie.
-Estoy de acuerdo con Pinkie. -seguía Ruby. - ¿Piensa manipularlo?
- ¿Qué le hace suponer eso? -dijo Rainbow. -Espera... ¿Ese no es...?
-Loud... -dijo mamá.
La jaula fue levantada y las cadenas sueltas, lo cual desconcertó al umbro por un momento, pero luego dirigió su mirada a Severus, acercándose acechante al maestro de pistas.
-Eso es, bestia inmunda... Acércate a mi... -decía Severus.
El umbro se le acercaba gruñendo mientras seguíamos observándolo. Los ojos de Severus se mostraron verdes, y extrañas espirales aparecieron en ellos, clavándose en los ojos del umbro, el cual se detenía y mantenía una mirada perdida y la boca abierta, quedándose quiero en el sitio.
-Estas bajo mi control, bestia... -decía Severus observando al umbro.
La criatura no decía nada, simplemente asentía. Mamá parecía agitarse ante lo que pasaba.
-Otra vez no... Le están manipulando. -dijo empezando a angustiarse.
-Applejack, ¿qué te pasa? -decía Rainbow.
- ¿No lo ves? Ese umbro es Loud. -comentó mamá.
- ¿Loud? -dijo Dust fijándose en el umbro. - ¡Es Loud!
El umbro permanecía a la espera de las órdenes de Severus.
-Muy bien estúpida bestia... Lanza un gran rugido al aire.
El umbro que mamá aseguraba ser papá, se preparó para lanzar un fuerte rugido al aire, entonces, lo hizo, el rugido ensordeció a todo el público, pero yo empezaba a sentirme triste, triste de ver a papá ser manejado como una marioneta, estaba harta de verle así.
-Papá... ¡No, ya basta! -dije saltando de la grada a la pista.
- ¡Apple Core! -me decía mamá.
Corrí hasta donde se encontraban papá y el desagradable de Severus.
- ¡Deja a mi papá! -le dije.
Severus me miró con un poco de desprecio.
-Vaya... La potrilla entrometida de antes...
Severus usó su magia sobre mi y me levantó del suelo.
- ¡Yeguas y caballos, para el próximo número, tenemos a una voluntaria! -decía Severus. - ¡La voluntaria meterá la cabeza dentro de las fauces del umbro!
- ¡¿Qué?! -dije impresionada.
- ¡Apple Core! -dijo mamá saltando de las gradas y corriendo.
-Vamos, estúpido umbro, abre la boca.
Papá abrió la boca lentamente mientras Severus me acercaba a ella, sus colmillos me asustaban e intentaba zafarme.
-Vamos potrilla, eres parte del espectáculo.
- ¡Suéltame! -le dije zarandeándome. - ¡No, papá!
- ¡Aléjate... De... Mi hija! -decía mamá golpeando a Severus con sus fuertes cascos, haciendo que me soltase.
- ¡¿Pero que diablos...?! -decía Severus intentando levantarse.
- ¡Cómo la vuelvas a tocar, juro que te partiré el cuerno de una coz! -decía mamá ocultándome tras sus cascos.
-Maldita pueblerina...
En ese momento, pude ver a papá zarandear la cabeza como si estuviera mareado. Al poco tiempo gruñía mientras elevaba su mirada, estaba vacía.
-Mami...
Mamá miró rápidamente hacia papá, este se acercaba despacio hacia nosotras.
- ¿Loud?
Papá comenzó a gruñir.
- ¡Dust, ven conmigo! -decía Ruby.
- ¡Voy!
- ¡Yo también voy! -decía Rainbow.
- ¡Tu quédate aquí! -le dijo Ruby.
- ¡Ruby, yo también puedo ayudar!
- ¡En tu estado no puedes!
- ¿En SU estado? -dijo Dust sorprendido.
Ruby se tapó la boca de golpe, había dicho eso de forma inconsciente.
- ¿Rainbow? -le decía Dust.
-Yo... Puedo explicártelo...
- ¡Busca el momento adecuado luego, ahora, vamos Dust!
Ruby y Dust volaron hacia Applejack y Apple Core a toda prisa, despistando a papá de nosotras. Entonces, Severus le dio un latigazo a papá en el costado, justo donde su armadura no le cubría, el público, asombrado por lo sucedido, silenció de golpe.
- ¡Estúpida bestia, debes obedecerme! -decía Severus. - ¡Fogsun, trae la jaula, vamos a meter a ese umbro de nuevo en ella!
-Pe... Pero Severus...
- ¡Es una orden, no me desafíes o tu también cobrarás!
Un poco asustado, Fogsun accedió a la orden de Severus, usando su magia, alzó la jaula y la colocó detrás de papá.
- ¡Entra de nuevo, criatura infecta! -decía Severus mientras agitaba el látigo y papá se quejaba de dolor.
- ¡Déjale en paz! -dije.
-O si no, ¿qué? Potrilla. -dijo Severus preparando otro latigazo.
Cuando el látigo iba a impactar nuevamente en el costado de papá, su cuerno comenzó a brillar, y de bajo de sus cascos comenzó a dibujarse un circulo de alquimia. Una cosa larga se interpuso entre el látigo y él, protegiéndolo. Del mismo circulo, comenzó a emanar una gigantesca sombra, similar a un lagarto con una máscara parecida a la de las criaturas de Xibalba, exponiendo unos ojos locos.
- ¿Zuk'Baen? -dije sorprendía. -Tu también no...
La criatura rugió, acercándose a Severus con intenciones funestas. El maestro de pista se vio intimidado por el tamaño de la criatura.
- ¡¿Qué magia es esta?! -decía Severus.
Zuk'Baen le atrapó con su gigantesca garra en el suelo, evitándole huir y abriendo sus fauces. De pronto, otro circulo de alquimia se dibujó entre los postes, y del mismo, apareció algo alargado, rápido y luminoso que impactó contra el Zuk'Baen, parecía ser una serpiente, pero tenía cabeza de dragón, y el cuerpo envuelto en relámpagos.
- ¿¡Qué ha sido eso!? -preguntó Pinkie.
Rápidamente, dirigió su mirada al joven unicornio blanco de crines rubias y onduladas, él había invocado a esa criatura.
- ¡Rainbow, mira, es el payaso de la entrada, puede usar la misma magia que Loud!
- ¡¿Cómo es posible?! -decía Rainbow. -Pinkie, tenemos que hacer algo.
- ¡Así es, nosotras nos encargaremos del Pony payaso!
Ambas criaturas se enfrentaban casi entre lanzándose entre ellas mientras Severus intentaba huir a rastras de la pista, en ese momento, Dust y Ruby le cortaron la vía de escape.
- ¿Qué demonios hacéis?
-Conseguir respuestas. -le decía Dust sujetándole del la camisa con el casco. - ¿Qué demonios pasa en este circo de locos?
- ¿De locos? Este es mi circo y mi palabra es la ley. -le dijo Severus.
-Amigo, no me obligues a hacerte daño, ¿qué le has hecho a mi amigo?
- ¿Ese umbro era tu amigo? Oh chico, deberías escoger mejor a tus amistades.
Ante ese comentario, Ruby usó su magia sobre Severus, tirando de su traje.
- ¡¿Qué le has hecho?! -le dijo airada.
- ¡Vale, vale, vale, usé mi magia de hipnotizador para doblegar su mente a mi voluntad!
- ¡¿Y dónde le encontraste?!
- ¡En la jungla, hace dos noches!
-Dust, es hora de hacer entrar en razón a Loud, ya.
Las dos criaturas empezaban a luchar en serio, el transformado Zuk'Baen se enfrentaba al extraño dragón eléctrico, mientras que Fogsun hacia lo imposible para manejar la situación. Zuk'Baen consiguió apartarse de la criatura, empujándola contra Fogsun. En ese momento, y antes de que el dragón del rayo impactase sobre el joven unicornio, Rainbow consiguió salvarle a tiempo.
- ¿Estás bien, amigo? -preguntaba Rainbow.
-Fogsun, ¿estás bien? -preguntó Pinkie.
-Yo... Si, muchas gracias a las dos.
Fogsun vio a Zuk'Baen aún sin creérselo.
-Ese umbro, ¿usa mi misma magia?
-Alquimia. -respondía Pinkie mientras le ayuda a levantarse. -Ese Pony es nuestro amigo, o al menos lo era.
- ¿Vuestro amigo? ¿Puedo saber de donde venís?
-De Equestria. -respondió Rainbow.
- ¡¿Tan lejos?!
Mamá intentó acercarse a papá, quien aún se quejaba de sus heridas. Jadeaba de dolor y cansancio, sus ojos estaban vidriosos y miraba al suelo mientras su lomo era impregnado en su sangre.
-Loud... Escúchame por favor... -decía mamá.
Jadeando, papá miró hacia mamá, su mirada no parecía cambiar, era como si no nos reconociera.
-Loud, te hemos estado buscando. -le decía mamá. -Apple Core y yo te hemos echado de menos, por favor Loud, déjanos ayudarte...
Papá rugió con fuerza hacia mamá y embistió contra ella, tirándola al suelo.
- ¡Mamá! -decía corriendo hacia ellos.
Como la ultima vez, papá alzó su casco contra mamá, yo estaba lejos como para interponerme como antes, me empezaba a angustiar, quería ayudar y no podía llegar.
- ¡Papá, para, no papá, por favor!
Sin poder darme cuenta a tiempo, comencé a sentir un enorme calor en mi cuerno mientras corría, cuando quise darme cuenta, me encontraba entre papá y mamá, y de mis lados brotaban cepas enormes que sujetaban a papá y le inmovilizaban, pero este se zarandeaba y quejaba intentando librarse de ellos.
- ¿Apple Core? -decía mamá sorprendida.
Cuando quise darme cuenta, miré a mamá con mis ojos llenos de lagrimas y los labios temblorosos, mi cuerno estaba brillando de verdad, y a mi lado habían dos círculos de alquimia, de los cuales brotaban las cepas.
-Ma... Mamá... -decía llorando.
-Por Celestia...
Papá seguía rugiendo y gruñendo mientras se zarandeaba, ya no podía aguantarme, no podía seguir mostrándome fuerte, me dolía, dolía mucha verle descontrolado y enloquecido. Golpeé mis cascos entre ellos, cosa que pareció llamar la atención de papá, y al verme mover los cascos parecía calmarle.
No sabía mucho del lenguaje de signos, mamá me había enseñado tres o cuatro frases, pero esta la conocía perfectamente, era "Te quiero, papá"
-Vuelve papá... Por favor... -decía con la cara empapada en lagrimas mientras repetía una y otra vez esa frase con los cascos.
Parecía calmarse, incluso atendía a cada movimiento de mis cascos cerrando sus fauces.
- ¡Quiero a mi papá de vuelta! -decía rompiendo en llanto. - ¡Por favor, papá!
Pude oír un pequeño sonido como de goteo, y no venia de mis lagrimas. Dirigí la mirada hacia mi frente, y pude ver a mi padre que, aún con la mirada perdida e inexpresiva estaba llorando, sus lagrimas corrían como ríos por su casco y su rostro.
-"A... pple... Co... re..."
Podía oír esas palabras en mi mente.
- ¿Lo has oído? -me preguntó mamá.
- ¿Papá?
Poco a poco pude ver como los ojos de papá volvían a verse claros, su mirada inexpresiva cambio a una de tristeza y arrepentimiento.
-"Yo... Yo no quería... No podía..."
Mamá le tapó la boca con el casco.
-Ya ha pasado, Loud...
Papá no podía dejar de llorar, mi magia poco a poco se desvanecía, liberándolo, quedándose apoyado en el suelo sobre su panza mientras mamá se mantenía a su lado.
-Ya ha pasado, Loud... De verdad... -decía mamá frotando su morro contra la nuca de papá.
-Papá... -decía colocándole un casco sobre el suyo.
Papá me miró aun con sus ojos entristecidos y húmedos mientras su cuerno centelleaba.
-"Lo siento Apple Core... Yo no quería esto... No quería hacerte llorar..."
- ¡No pasa nada! -decía abrazando su cuello. - ¡Estás aquí, papá, eso es lo que importa!
Papá guardó silencio, mientras que Zuk'Baen desaparecía por el circulo de alquimia del que había aparecido, dejando solo al dragón de relámpagos, a nuestros amigos, a Severus y Fogsun a un público que miraba como mi mamá y yo abrazábamos a papá. En ese momento, sentí que en mi flanco algo brillaba, papá y mamá se percataron y se quedaron mirando, cuando la luz se disipó, apareció media manzana en forma de corazón rodeado por un circulo de alquimia.
-Apple Core... -decía mamá asombrada.
-Mi... Mi Cutie Mark... -dije asombrada. - ¡Papá, mi Cutie Mark!
Parecía sorprendido, entonces, me empezó a frotar con el morro en la tripa, haciéndome cosquillas.
-Espera, ¿esa potrilla ha llamado papá a ese umbro? -decía Fogsun sin salir de su asombro.
-Al final si que resulta que era Loud. -decía Rainbow.
- ¡Sabía que si veníamos aquí lo encontraremos! -decía Pinkie.
- ¿Que lo sabías? Ha sido pura chiripa. -decía Rainbow en respuesta.
-Parece que todo ha ido bien... -dijo Dust con cierto alivio en sus palabras.
En ese momento, pudo ver a Severus arrastrarse por el suelo para escaparse. Llamó la atención de Ruby y, usando su magia, atrapó al unicornio.
- ¡Oh no, de aquí no te vas! -le dijo Ruby sujetándolo de la cola con su magia.
- ¡¿Qué haces? Suéltame! -exigía Severus.
-Has utilizado a nuestro amigo para lucrarte, creo que no estas en posición de exigirnos nada. -le decía Dust.
En ese momento, los músicos comenzaron a tocar, captando la atención de todos. Los demás miembros del circo se presentaron de manera espectacular, Fogsun, haciendo uso de su magia, ayudó a resaltar el espectáculo que sus compañeros circenses improvisaban. Tras todo ello, Humming Bird se dejó caer grácilmente delante de todos sus compañeros y saludó al público, quienes empezaron a aplaudir.
- ¡Muchas gracias, querido público! -decía Humming Bird. - ¡Espero que hayan disfrutado del espectáculo, estaremos encantados de recibirles una vez más, no se olviden de recomendarnos a vuestros amigos!
El público se había vuelto loco, aplaudían y silbaban con entusiasmo ante el espectáculo orquestado por la acróbata.
Tras que el público se fuese, mamá curó y vendó la herida del costado de papá, papá no gruñía ni se quejaba, parecía muy cansado y respiraba relajado.
-Ya estás, Loud. -decía mamá. -Con esto la herida se te curará.
Papá resopló un poco y bostezó, realmente estaba muy cansado.
-Chicos, ¿habéis visto a Fogsun? -preguntó Pinkie.
-Creo que estaba con la acróbata. -dijo Dust.
-Iré a verle, para agradecerle la ayuda. Esperadme, ahora vuelvo.
Pinkie fue a buscar a Fogsun tras las telas de la carpa, ahí, podía oír unos ruidos extraños.
- ¡¿Que vas a qué?!
Pinkie identificó aquella voz, era la de Severus, se asomó y pudo ver a Severus y a Fogsun.
-Repíteme eso, creo que no te he oído bien.
-Por supuesto... -Me largo. -le respondió Fogsun.
- ¡No me hagas reír! -le dijo Severus. - ¡¿Y a dónde piensas ir?! ¡¿Quien te acogió cuando quedaste huérfano?! ¡¿Quién te dio un techo y comida?!
- ¡¿Y quien me dio cada latigazo en el lomo hasta que me crujieran los huesos?! -replicó Fogsun. - ¡Te he obedecido cada día de mi vida sin rechistar, pero lo de hoy... Ha sido pasarse demasiado! ¿Usar a una potrilla en un umbro? ¡Eres un monstruo!
El cuerno de Severus comenzó a brillar, alzando su látigo.
- ¡¿Cómo te atreves?!
Severus agitó el látigo, apunto de golpear con él sobre la cabeza de Fogsun. Pero en ese momento, uno de los compañeros del joven unicornio blanquecino interceptó el golpe, cosa que impresionó a Fogsun, Pinkie y Severus.
- ¿Se puede saber que haces, Iron Heart?
-Proteger a mi compañero. -respondió aquel enorme y fornido Pony de tierra.
- ¡¿Qué desacato es este!? -le preguntó Severus indignado. - ¿Piensas desobedecerme igual que ese desertor?
El enorme Pony, no supo que responderle.
-Se acabó, Severus. -decía la voz de Humming Bird.
-Tu... ¿Eres la cabecilla de esta rebelión?
-Estamos cansados de como nos tratas y te desquitas con Fogsun. -respondía una de las gemelas magas. -Deja que se marche.
Fogsun se sintió conmovido por como sus compañeros daban la cara por él.
-Si sigues tratándolo de esa forma, no trabajaremos más. -decía Iron Heart.
- ¿Ah, si? ¿Y qué pensáis hacer? No has muchos circos en Maya, ¿pensáis malvivir de las limosnas de quienes vean vuestros espectáculos callejeros?
En ese momento, Pinkie intervino para decir:
- ¡¿Por qué no formáis vuestro propio circo?!
Todo el mundo guardó un silencio sepulcral ante la sugerencia de Pinkie, la cosa, es que nadie pensó en que fuera mala idea.
-Claro… -dijo Humming Bird. - ¡Formaremos nuestro propio circo, en donde todos trabajaremos para que sea el mejor!
- ¡¿Va en serio?! –decía Severus sin creérselo. - ¡¿Pensáis abandonarme después de lo que he hecho por vosotros?!
-Tratarnos como esclavos y pezuñas de obra barata para enriquecerte. –decía Spell, otra de las gemelas magas.
-Estamos artos de ti. –seguía Sorceres, su hermana.
-Sabéis que esto es un motín, ¿no?
-Para nada. –respondió Humming Bird. –Es una rebelión.
Severus dio un par de pasos hacia atrás hasta toparse con Iron Heart, el cual, le dio una coz, echándolo de la carpa. Esto, tomó por sorpresa tanto a Pinkie como a Fogsun.
-Llevabas años deseando esto, ¿verdad, Iron Heart? –preguntaba Fogsun.
El fornido corcel solo se limitó a sonreír de satisfacción.
-Pinkie, ¿es así como te llamas, no? –preguntó Humming.
Pinkie dirigió su mirada a la yegua acróbata.
-Muchas gracias por darnos el valor que necesitábamos para plantarle cara a Severus.
-No ha sido nada, un circo es para que todos se diviertan, si no, ¿qué gracia tendría?
-Cierto.
Humming, dirigió su mirada a Fogsun, quien le miraba con impresión, aún por lo que había ocurrido.
- ¿Es cierto que te vas a ir?
Fogsun asintió ante la pregunta.
-Pensé que estaría preparada para el día en que te fueras. –respondió. –Fogsun, has sido como un hijo para todos nosotros.
-Y vosotros como la familia que perdí. –respondió Fogsun.
-Fogsy, allá donde vayas, y como decidas vivir, no te olvides de nosotros, tu familia siempre estará para lo que te haga falta.
A Fogsun casi se le caían las lágrimas de la emoción, realmente veía a cada miembro del circo como su familia, tantos años juntos habían dejado huella en el corazón del joven unicornio blanco.
-Bueno, la cuestión ahora es… ¿a dónde voy?
- ¡¿Por qué no te vienes con nosotros?! –intervino Pinkie.
Fogsun, ruborizado, la miró sorprendido.
- ¡¿Qué?!
- ¿Por qué no? Tenemos una misión, y después volveremos a Equestria. Podrías vivir en Ponyville, te encantará, ¡y te montaré una fiesta de bienvenida!
Clamaba Pinkie mientras lanzaba confetis que sacaba de Celestia sabe donde. Fogsun lo pensó un poco, pero aceptó.
- ¿Por qué no? Después de tanto tiempo trabajando en el circo, ir a un lugar tranquilo no lo veo malo. Muchas gracias, Pinkie.
-Por eso te dije que esta vez habías escogido bien. –decía Humming Bird risueña. –Buena suerte Fogsun, se feliz allá donde vayas.
-Así haré. –dicho esto, Fogsun abrazó a Humming Bird. –Te quiero Humming…
-Y yo a ti, Fogsy… -decía Humming correspondiendo el abrazo.
Tras un tiempo, Pinkie volvió con el grupo acompañado con Fogsun, lo cual tomó por sorpresa a los demás.
- ¿Qué hace el payaso contigo? –preguntó Rainbow.
- ¡Oh! Va a venir con nosotros, ha decidido irse a vivir a Equestria.
-Entonces, seremos otro más en el grupo. –dijo Dust. –Me llamo Dust Typhoon, encantado.
-Yo soy Rainbow Dash.
-Applejack, y él es Loud Off. –decía mamá señalando a papá.
-Ruby Sparks.
-Apple Core. –dije.
- ¡Y por supuesto, yo soy Pinkie Pie!
Un poco cortado, Fogsun sonrió y se presentó también.
-Yo soy Fogsun, Fogsun Dremtly.
-En cantado. –decía Ruby. –Espero que seas capaz de seguir nuestro ritmo, nos dirigimos a Kukulcán para tener una audiencia con la diosa Quetzalcoalt.
Fogsun se sorprendió ante el nombre de la diosa.
- ¿Vais a ver a la diosa?
-Si, necesitamos hablar con ella. –le respondió Rainbow. –Necesitamos que salve a la princesa Celestia, el sol se ha apagado en nuestro reino, y aquí también, por lo que veo.
Fogsun dudó un poco, pero aceptó. Por otra parte, no me importaba ahora muchas cosas, solo quería seguir estando con mi familia, por fin papá había vuelto, había obtenido mi Cutie Mark y ya era capaz de usar la magia de papá. Espero que podamos volver a casa pronto, quiero volver a jugar con mi familia bajo la brillante luz del sol, volver a ver a la abuelita Smith, al tío Big Mac y a las tías Applebloom, Shine y Greeny.