La leyenda de Adenror [Adventure] (añadido capítulo 19)

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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadido capítulo 4)

Notapor Mishiro » 27 May 2015, 10:40

Sasir96 escribió en 27 May 2015, 10:34:
Mishiro escribió en 30 May 2014, 12:39:Capítulo 5. Haciendo planes…


Bueno, ha sido un cap interesante.Debido a mis tonterias incurables no he podido dejar de imaginarme tonterias como Knowling diciendo un par de veces "¡NO SOY SOSPECHOSO!" o bromas con tópicos de pedófilos entre Earion y Spike como la furgoneta(no me fastidies, se ha llevado a un niño ofreciendole caramelos)
Pero en fin, quitando mis tonterias me ha gustado mucho. :)


Ja, ja, ja... La verdad es que no lo había contemplado así, pero no te falta razón.

Muchas gracias por tu comentario. :) ;)
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 11 completo)

Notapor Sasir96 » 27 May 2015, 10:47

De nada
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 11 completo)

Notapor EdoNova » 30 May 2015, 22:12

He conseguido hallar algo de tiempo para leerlo, me va gustando, ardo en deseos de ver como continua el asunto de la magia de Adrendor.
No puedo decir que me gusta más (tal vez ver a Rarity en acción por fin) por el tema de que estoy atento a otras cosas más importantes ahora (exámenes), pero ánimo Mishi, continua
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 11 completo)

Notapor Volgrand » 31 May 2015, 03:16

Buenas mishiro !
.
Te informó de que hablaré de tú fic en mi próximo podcast hoy mismo a las siete... en directo! Y si no puedes tranquilo que lo subire a ivoox n.n
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 11 completo)

Notapor Mishiro » 31 May 2015, 15:01

EdoNova escribió en 30 May 2015, 22:12:He conseguido hallar algo de tiempo para leerlo, me va gustando, ardo en deseos de ver como continua el asunto de la magia de Adrendor.
No puedo decir que me gusta más (tal vez ver a Rarity en acción por fin) por el tema de que estoy atento a otras cosas más importantes ahora (exámenes), pero ánimo Mishi, continua


Gracias, Edo por tu comentario. De momento el capítulo 12...está algo atascadillo... XD

Volgrand escribió en 31 May 2015, 03:16:Buenas mishiro !
.
Te informó de que hablaré de tú fic en mi próximo podcast hoy mismo a las siete... en directo! Y si no puedes tranquilo que lo subire a ivoox n.n


Uf... Eso da miedo,...mucho miedo. XD
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 11 completo)

Notapor Sasir96 » 05 Jun 2015, 09:59

Bueno, ya he leido todo lo que hay aqui, y voy a hacer un comentario global, porque ponerme escena a escena es un coñazo.
Es un fanfic interesante, que plasma personajes muy variopintos y una historia que despierta interes.Aunque al principio parece que va a ser un nuevo capitulo de "Las Mane 6 contra el malo de turno,version artefacto magico" luego la historia cambia, teniendo cada mane sus propios objetivos, y no estando casi ninguna interesada en parar al malo.
Una de mis tramas favoritas es la de Luna.Estoy deseando ver como avanza, si dirá"voy a respetar los planes de Celestia y echarme una siesta hasta que todo acabe" o si dirá "a tomar por culo, si quiere que respete sus planes que me cuente las cosas".Sinceramente,espero que sea la segunda.
Luego, Celestia.Tengo dos teorias:
A.La ha suplantado Crysaliss,y esta quiere hacerse con la piramide(poco plausible)
B.Celestia quiere la piramide para extender su poder mas alla del espacio exterior.(es mala,siempre lo supe)
Bueno, luego esta la trama de Knowling,la mas divertida para mi, porque suelo alterarla ligeramente.ejemplo de la escena 11.6:
Real:"No hay ruinas aydara en ponyville, ¿como iba a haberlas"
Version sasir: "No hay ruinas aydara en ponyville ¿¡cómo iba a haberlas?! ¡No digas sandeces! ¿Que por qué me llevo la piramide? ¡Callate, no soy sospechoso!"(Todo eso lo dice muy nervioso,claro)
Luego, Twillight.Esa trama aun no ha evolucionado lo suficiente para opinar, pero parece que Twillight ayudará a los gloriosos designos de La Princesa Luna y no a los de tia(aunque no se de cuenta de ello)
Luego, trixie.La trama mas emocional,sin duda.No hay mucho que decir, esta claro que es un personaje clave y que su padre es knowling (nah,es broma).
Respecto a su padre.Murio en un accidente...de un carro tirado a Pata.Se puede pensar en un derrumbe o algo, pero trixie dijo:"fue algo rapido, de repento lo vi todo negro" y un derrumbe no creo que sea tan rapido.He aqui mi teoria.
Celestia estaba borracha, volaba, se estrelló contra trixie, la dejo inconsciente, su padre fue a defenderla,Cele se asustó y lo mató, mando a los guardias a manipular la escena y a que le dijesen a trixie que fue un accidente(por eso un soldado le dio la noticia).Sí,es absurdo, pero que mas da.
Bueno, y sobre otros personajes aun me es pronto para hablar, pero creo que ear es un espia de Celestia, el que le aviso de knowling, y que su nombre hace referencia a las escuchas, y que por eso fue la primera vez al bar militar, y que por eso siempre vuela(la costumbre de no dejar huellas) y que por eso pudo sacarles una foto a fogsun y a Twillight en su hocico sin que se diesen cuenta.Lo del piano es para ocultar su talento para las escuchas.Sí, es otra locura,dejadme.
Y ya, poco mas que decir, creo que no me dejo nada.
Ah sí, un detalle.Entre pedofilias y ligues, de fic a clopfic, esto tiene un paso y medio.
Ahora sí, creo que ya esta.A ver como sigue el 12.
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 11 completo)

Notapor Mishiro » 05 Jun 2015, 13:15

Capítulo 12, primera parte


Capítulo 12. Sumergiéndose en problemas (Escena 01)

Spoiler:
El bosque, según iba avanzando por él con rumbo fijo y decidido, se presentaba cada vez más oscuro y silencioso, casi siniestro. Los árboles alzaban con retorcidas ramas unas espesas copas que apenas dejaban pasar unos pobres haces de luz hasta el suelo; un suelo que se presentaba irregular, plagado de malas hierbas, raíces gruesas y sobresalientes, piedras molestas e inesperadas cavernas abiertas a la negrura del interior de la tierra. Una atmósfera tétrica que se completaba con la ausencia completa de cualquier ruido que fuera indicio de alguna presencia animal, ni siquiera podía escuchar, aún con su buen oído, el lejano canto de un pajarillo… Sólo el sonido de sus cascos al caminar llegaba a sus oídos.

Con todo, Pinkie Pie seguía su plan, indiferente a lo que le rodeaba y sonriente, con la mente puesta en los felices resultados que esperaba para aquella misión que había emprendido. Realmente se extrañaba de no haberlo puesto en práctica antes, con todas las posibilidades de diversión que ahora se le presentaban según pensaba más y más en ello… “Que sorpresa se llevará la señora Cake cuando vea que sí puedo hacer como si fuera veintisiete ponies”, reía mientras saltaba, despreocupada, entre los árboles.

-Um-se paró de pronto, en mitad aparentemente de ninguna parte, mirando en rededor suyo como para orientarse, aunque a su alrededor no había más que bosque allá hacia donde volviese la vista-Creo que no debo estar ya lejos, supongo. Las descripciones que me hacía la abuela Pie de este sitio no eran demasiado específicas… ¡Pero seguro que no tardo en encontrarlo!-se animó repentinamente, riendo y retomando sus saltitos hacia delante.

Hasta que, repentinamente, al ir a posar los cascos de nuevo en tierra, se encontró con la súbita aparición de un pozo bajo sus patas que apenas pudo ver cuando ya se estaba precipitando por él mientras un agudo grito de sorpresa brotaba de su garganta. Aquel boquete era la abertura de un extraño túnel por el que la rosada pony se deslizo, cayendo a trompicones, hasta llegar a una colosal caverna subterránea. Una gran cueva, inmensa, coronada por una bóveda de piedra que parecía esculpida en la roca y que, con un improvisado óculo en su punto más alto a modo de ventana, iluminaba aquella cavidad que parecía más bien el gran salón de cualquier castillo. Un “salón” cuyo centro estaba ocupado por una perfectamente circular laguna de aguas turquesas en cuya superficie se reflejaba a la perfección el alto techo que sobre ella se cernía.

-¡Weeeeeeeeeeee!-exclamó, entusiasmada, mientras se acercaba al agua y se asomaba, contemplando su sonriente reflejo-¡Sabía que te encontraría! Claro, que para algo me desperté con ese hormigueo en el hocico que me hace saber que el día que empieza traerá éxito a mis esfuerzos-volvió a reír-“Donde las ramas aprietan, el espejo está ocultado; donde las aves no vuelan, su casa ha excavado; aquellos que lo encuentran, si conocen lo hallado; nuevos “yos” surgir verán, eso dispone su hado”-recitó de memoria, recordando las palabras de su abuela.

Le faltaba por comprobar, claro, que aquella fuera la famosa laguna Espejo de la leyenda y, sobre todo, en caso de que así fuera, necesitaba saber cómo “hacerla funcionar”. A primera vista, el agua que tenía ante sí parecía normal, sin nada en su apariencia que la distinguiese del agua más común que podía obtenerse del grifo de cualquier casa. Pinkie la observó un momento antes de, sin más y sin dudar, hundió una pezuña en ella. Pero, aparte de notar que estaba ligeramente fría, no pudo percibir nada extraño ni sobrenatural.

-A ver, veamos, ¿qué más decía la historia de la abuelita Pie sobre el estanque?-intentó hacer memoria-¡Vamos, Pinkie, recuerda!-se dijo mientras tiraba de su esponjoso flequillo-¡Oh, ya sé!-se le iluminaron de repente los ojos al recordar-La abuelita siempre mencionaba unos versillos en el poema que parecían ser como una especie de conjuro. ¡Seguro que ese es el truco del almendruco!¡Ejem-se aclaró la garganta para recitar con mayor claridad-“Y en su propio reflejo ella miraba, anhelando aquel cuyo reflejo compartía, y solemnemente juró no tener miedo, ante la perspectiva de ser doblemente copiada”.

La voz de Pinkie resonó con fuerza por toda la caverna…sin provocar ningún efecto aparente, lo que en principio desconcertó a la rosada pony.

-¿Acaso lo habré recordado mal? No creo. Quizá haya que hacer algo con el agua, aparte de recitar las palabras mágicas… ¡Vaya! Estaría bien haber consultado a Twilight antes de venir, pero bueno, según Rainbow ha ido a Canterlot a estudiar para protegernos de la magia mala de ese sitio tan raro, así que está bien dónde está. Bueno. Probemos otra cosa-sumergió una pata en el agua y la agitó con fuerza mientras volvía a recitar-“Y en su propio reflejo ella miraba, anhelando aquel cuyo reflejo compartía, y solemnemente juró no tener miedo, ante la perspectiva de ser doblemente copiada”.

Por un momento, parecía que no había logrado de nuevo nada cuando, para su sorpresa, algo dentro del agua pareció agarrarla del casco y tirar de ella hacia el interior de la laguna. Eran como dos cascos que hubieran cogido el suyo. Sin pensarlo dos veces, Pinkie se lanzó de cabeza en pos de aquello para encontrarse, de alguna forma, asomándose a la superficie del mismo lago y a otra pony rosada cuyo aspecto conocía mejor que bien, tirando de ella para sacarla del agua. Por un momento, las dos yeguas se quedaron mirándose mutuamente, flequillo agarrando flequillo, ojos azules frente a ojos azules, húmedo hocico contra húmedo hocico. Hasta que, finalmente, ambas empezaron a reír y a dar saltitos.

-¡Lo he logrado, lo he logrado!-gritaba, satisfecha, Pinkie.

-¡Lo ha logrado, lo ha logrado!-coreaba a su vez su clon, hasta que, deteniéndose al rato, le preguntó, curiosa-¿Qué has logrado? ¿Es algo divertido? Debe de serlo porque sólo las cosas divertidas pueden lograrse, o al menos ese es mi caso, ya que las otras, las cosas aburridas, las suelo dejar apartadas, porque, ¿quién quiere perder el tiempo con cosas aburridas? Por cierto, tengo hambre, ¿tú tienes hambre? Yo quiero un cupcake de chocolate. ¿Y tú? ¿Traes cupcakes? ¿Traes cupcakes de chocolate? ¡Los cupcakes son divertidos! ¿Por qué no has traído…?-y así habría seguido de no ser porque la Pinkie original le metió sin más precisamente un cupcake en la boca, el cual la clon procedió a comer con ganas.

-Claro que he traído cupcakes de chocolate, ¡por favor!-asintió su interlocutora-¿Qué clase de Pinkie crees que soy?

-¡Quiero otro! O mejor, ¡juguemos a algo! ¡Hagamos algo divertido! ¡Quiero diversión! ¡Diversión, diversión, diversión!-tras engullir el cupcake casi como un pato, la clon se agitaba, nerviosa, empezando a dar saltos de un lugar a otro y repitiendo aquella palabra como si se tratara de un mantra.

-¡Perfecto! Ese el espíritu-asintió, satisfecha, la original-¡Este es un comienzo pinkantástico!


Capítulo 12. Sumergiéndose en problemas (Escena 02)

Spoiler:
Pasado el mediodía, el radiante sol de la tarde reinaba en un cielo despejado de nubes, estático y azul. Sin ninguna corriente de brisa que recorriera los caminos o las calles, los rayos del astro de Celestia caían pesados, plomizos, sobre Ponyville, trayendo otra anticipada tarde de estío, seca y tórrida, al colorido pueblo. Por ello las calles se veían tranquilas, abandonadas, con todos los ponies prefiriendo refugiarse en la comodidad de sus hogares o en los pocos lugares en los que la sombra de los árboles o de algún quiosco ofrecía algo de alivio y refugio del implacable calor. Por la misma razón, dos pegasos habían acabado acomodándose en las ramas de un fuerte manzano, bajo el paraguas de su espesa copa, descansando mientras aprovechaban para dar cuenta de algunas de las manzanas que pendían sobre sus cabezas, al tiempo que hablaban y reían.

-Y en ese momento… ¡Puf! Sus alas se volvieron polvo por el sol y empezó a caer en picado hacia tierra-le iba narrando Rainbow con el tono más teatral que podía-Gritaba y se agitaba, pataleando, mientras un negro final se cernía sobre ella, o, mejor dicho, ella se arrojaba sobre su propio final. Y cuando los mismos wonderbolts fallaron y nadie reaccionó a tiempo, ¡sólo la increíble Rainbow Dash pudo salvar el día! Arrojándome en pos de ella, a pesar de que todo parecía estar en contra mía, logré batir todas las marcas y todos los obstáculos y con una súper impresionante sonic rainboom alcancé justo a Rarity y a los desfallecidos wonderbolt antes de que se estampasen contra el duro suelo, llevándoles de vuelta hasta el estadio mientras a mi paso, una gran estela arco iris hacía que el cielo estuviera un 20% más cool. Y esa es la historia de aquel día. Uno más en mi rutinaria vida de heroica pegaso-concluyó la historia mientras sonreía, orgullosa de su hazaña.

-Ya veo-se limitó a asentir Lightning, aparentemente poco impresionada, mientras le daba otro bocado a la que era ya la quinta manzana que se comía-Es una historia interesante.

-Ya-masculló su decepción ante aquel comentario tan poco interesado de Dust-“Interesante”-repitió.

-Sí. Eso he dicho. Una unicornio se metió dónde no debía y tú la salvaste. Pero no era más que un tonto certamen de pilotos noveles.

-¿Tonto? ¿Acaso tú has participado alguna vez en uno de esos certámenes de pilotos noveles?

-No. No lo he hecho. Y la verdad es que no me interesan mucho esas exhibiciones mundanas-le replicó-Tienen mucha floritura y poca diversión de verdad, como demuestra la participación de tu amiga. Además, de qué no sirven de mucho.

-¿No sirven de mucho?-repitió, perpleja, Dash, intentando no sentirse herida en su ego por aquello.

-Bueno. Tú misma eres la prueba. ¿Estás más cerca de ser una wonderbolt por haber ganado esa competición? ¿No? Pues ese es mi punto.

-Pero… Son divertidas.

-Como las carreras que acabamos de disputar. Pasas el rato y te echas una risa, pero nada útil sale de ellas. Practicar piruetas para impresionar en un concurso no te prepara para lo que de verdad merece la pena.

-¿Y eso es…?

-Evidentemente, ser piloto de combate. El riesgo y el peligro son las únicas emociones que hacen interesante la vida. ¿No te parece?

-La verdad…es que estoy de acuerdo-asintió al final Dash-Pero no es nada fácil encontrar retos así.

-Por desgracia, estás en lo cierto, pero no es imposible si se sabe donde buscar-tras terminar de comerse la fruta, tiro el corazón con las semillas al suelo y extendió su casco para arrancar una sexta manzana de su rama-Por ejemplo, cerca de Mareville, hay un bosquecillo que es ideal para practicar el vuelo con obstáculos. Y los timberwolves le añaden un toque de emoción extra, por así decirlo.

-Volar entre los árboles puede ser muy complicado y en principio no se puede ir muy rápido… Con el follaje y demás… Y si te están persiguiendo timberwolves o alguna otra bestia peligrosa…

-Bueno, esa es la gracia, Rainbow-le dirigió una mirada desafiante-¿O acaso está más allá de tus habilidades?

-¡No hay nada, relativo al vuelo, que esté por encima de mis habilidades!-le replicó, algo airada, la pegaso arco iris.

-Eso lo tendremos que comprobar algún día, que hablar está al alcance de cualquiera.

-Cuando y donde quieras, Lightning, cuando y donde quieras.

-Pues, se me ocurre algo…-le interrumpió el repentino ruido de pisadas acercándose, que hizo que ambas yeguas dirigiesen sus miradas hacia el lugar de dónde procedía el sonido, para ver a Applejack acercarse a ambas.

-Vaya, Rainbow, no esperaba verte por aquí hoy-le dijo a modo de saludo a su amiga pegaso, con cierto tono de disgusto mientras contaba los restos de las manzanas que habían devorado entre las dos-¿Quién es tu amiga?

-Se llama Lightning Dust-se limitó a responderle su amiga mientras ignoraba el descontento de la pony rubia-Dust, ella es Applejack.

-Ya. Un placer-le dijo secamente la otra pegaso, poco interesada en la recién llegada.

-Encantada, Lightning-le respondió con las mejores formas que pudo, no obstante, la vaquera-¿Y a qué debemos el “honor” de vuestra visita? ¿Hay algo que pueda hacer por vosotras?

-Oh, no, muchas gracias, Applejack-se encogió Dash de hombros-Simplemente hemos estado echando unas carreras y necesitábamos descansar un poco, ya sabes. Es lo que tiene hacer ejercicio.

-Sí. Ya sé… Y veo que también os ha dado hambre, ¿eh?

-También es lógico, ¿no, Applejack?

-Sí. Muy lógico… Pero te recuerdo que mi familia y yo vivimos de estas manzanas. Podrías tener algo de tacto, ¿eh?

-¿Insinúas que te vamos a arruinar por habernos comido un par de manzanas? Bueno, tres o cuatro,…, media docena, ocho, puede que diez-fue admitiendo según notaba clavada en sí la mirada de aquellos ojos verdes acusadores-¡Apenas una docena y tenéis centenares de manzanos, por Celestia!

-No es una cuestión del número de manzanas, sino de respeto, Rainbow-le repitió Applejack.

-¿Cómo?

-Ya me has oído.

-¡Oh, venga ya!-intervino Lightning-Me estáis agobiando con estas tonterías. Luego vendré a darte unos cuantos bits por las manzanas que nos hemos comido, pero ahora déjanos tranquilas, ¿quieres? Estamos aquí, solamente hablando y sin molestar a nadie.

-¡Oh! “Perdonad por interrumpir vuestra tertulia”-le replico a su vez la vaquera, marcadamente sarcástica.

-Bueno, bueno… No nos pasemos ninguna-intervino Rainbow, intentando mediar entre ambas-Que hacéis un tornado de un soplo de brisa.

-¡Eso díselo a tu amiga!-coincidieron Dust y Applejack al mismo tiempo.

-Eh…-no supo Rainbow que decir ante aquella circunstancia. Le parecía que Dust tenía razón y que Applejack exageraba, dado que apenas eran manzanas y parecía bastante enfadada, demasiado; pero tampoco quería ponerse de parte de Lightning contra una de sus mejores amigas.

-¡Bah! No tengo por qué soportar esta tontería-soltó, con tono de profunda indignación, Lightning, mientras saltaba desde la rama que se encontraba a otra más baja para acto seguido salir volando a gran velocidad, alejándose de allí sin mirar atrás.

-Menuda nueva amiga que te has buscado-espetó Applejack, dándose la vuelta para, a su vez, marcharse también-Entre Gilda y esta parece que las buscas a propósito.

-¡Eh, oye!-Rainbow la siguió, volando a su lado-¿Qué mosca te ha picado, vaquera? Has estado muy desagradable.

-No me parece mal que te tomes la libertad de comerte una manzana de vez en cuando, pero invitar a otros a un festín a costa de mi familia no es algo propio de una buena amiga-le respondió.

-¿Estás segura de qué el problema son las manzanas? Te estás volviendo tan desagradable como Trixie… ¿No se te estará pegando nada?

-Vaya. Así que te has enterado también de lo de Trixie.

-Digamos que Pinkie lo dejó caer ayer, para sorpresa e indignación general-recalcó con fuerza las últimas palabras.

-¿Indignación? Mi familia y yo sólo hicimos lo que cualquier buen pony haría cuando se encuentra a alguien desamparado y en necesidad.

-Ya. Pero se trata de una unicornio desagradable a más no poder. ¿No será que te saca de tus casillas y ahora vas y lo pagas con cualquiera, cualquiera como mi amiga Lightning?

-Buf-Applejack suspiró, cabizbaja, teniendo que admitir para sí tal posibilidad-Vale. Puede que tengas razón. Me he pasado. Un poco. Pero es que hoy llevo una mañana muy larga.

-A ver si adivino, ¿es culpa de Trixie, como he dicho?

-Esta mañana, por lo que sea, ha estado especialmente arisca todo el rato.

-Telo repito: ¡Es Trixie! No sé como se te pudo ocurrir acogerla.

-Porque no encontramos ninguna alternativa mejor en ese momento.

-Y que eres demasiado buena a veces.

-Ya. La verdad es que no eres la primera que me lo dice.

-Además, no te acuerdas de cómo esa presunta “maga” se burló de…-algo interrumpió el flujo de pensamientos en la cabeza de la pegaso cuando la palabra “maga” cruzó sus labios.

-Lo recuerdo muy bien, y también tengo presente que eso es parte del pasado y que…-antes de terminar de decir aquello, la pony naranja se quedó observando a su enmudecida amiga-¿Rainbow?

-¿Eh?

-¿Estás bien? Te has callado de repente sin motivo. ¿Pasa algo?

-No… No. No pasa nada-le replicó mientras su mente trabajaba a ritmo rápido con una repentina idea que había surgido en su cabeza.

-¿Seguro?

-¡Qué sí! Ahora…he de irme…a…despejar el cielo. Sí. Eso. ¡Nos vemos!-añadió, marchándose igualmente como Dust a gran velocidad antes de que Applejack pudiera replicarle nada.

-Y luego soy yo la que no sabe mentir-reflexionó aquella para sí misma, contemplando el brillante azul del cielo, mientras retomaba su camino a casa.


Capítulo 12. Sumergiéndose en problemas (Escena 03)

Spoiler:
La paciencia de la pequeña Shine empezaba a agotarse. Habían pasado ya varias horas desde que su hermano se marchara con el propósito de recorrer el pueblo y aún no había visos de que fuera a volver pronto. Cual estatua de cera, permanecía sentada junto a la ventana, quieta, callada, escrutando a través del cristal con la cada vez menor esperanza de ver a Loud acercarse. Aquello la irritaba y tener que limitarse a esperar allí la hacía sentir una enorme frustración. “¿Por qué no le habría dejado acompañarle?”, se preguntaba. Con el tiempo, una amargura la había ido invadiendo en los últimos meses y en aquellas horas muertas era cuando más crecía, fortaleciéndose. “No me deja tener una vida normal, pero tampoco me da una alternativa. Todo por culpa de esa <<misión>> tan importante”. Estaba enfadada. Y además, empezaba a tener hambre.

-Shine, oye-le llamó su hermanita. Greenkey, a diferencia de ella, llevaba toda la mañana jugando sobre su cama con su hurón de peluche, ajena a las preocupaciones de la otra potrilla.

-¿Qué ocurre, Greeny?-le preguntó, intentando que su voz no se viese perturbada por la ira. Pesé a todo lo mal que se sintiera, estaba decidida a nunca pagarlo con su hermanita. Tras la marcha de sus padres y su distanciamiento con Loud, la consideraba lo único que le quedaba en el mundo. Además, su hermano le había encomendado cuidarla y no iba a fallar en aquel encargo.

-Tengo hambre. ¿Cuándo vamos a comer? Me apetecería un poco de tarta de manzana.

-Tendremos que esperar a que Loud se decida a volver-le respondió Shine-Esperemos que no tarde. Yo también tengo hambre.

-¿Puedo comerme uno de los pastelitos de la bolsa?

-No, Greeny. Ya lo sabes. Esos son para el desayuno y, si acaso, para el postre, pero no para la comida.

-Pero tengo hambre ahora…

-Ya te he oído, pero tendrás que esperar-intentó ser taxativa sin sonar ruda.

-Vale-asintió finalmente Greenkey antes de, pasando de un salto de cama en cama desde la suya a la que había ocupado Loud, junto a la ventana, acercarse a ella-¿Crees que este pueblo será tan agradable como el último? Espero que tengan una buena pastelería.

-No importa lo agradable que sea, Greeny. Nos iremos más pronto que tarde. Es mejor que no te hagas muchas ilusiones.

-Pues a mí me ha parecido un pueblo bonito. Bueno, lo que hemos visto.

-Ya. Como todos los que hemos conocido hasta ahora. Como todos los que conoceremos. No tiene ninguna importancia como sea. Ni tampoco como sean sus habitantes.

-Mmm-la pequeña potrilla acerco su peluche a su oído mientras parecía murmurar algo y dijo al poco-Mopi dice que estás triste. ¿Estás triste, Shine? ¿Es que pasa algo?

-Dile a Mopi que no me pasa nada. Estoy bien-le replicó, desviando la mirada y continuando su vigilancia de la calle.

-¿Estás segura?-el peluche flotó entre ambas, acercándose a Shine y abrazando una pata de ésta-Porque Mopi cree que sí te pasa algo. A él se lo puedes decir. Sabe guardar secretos. ¿Estás enfadada con Loud?

-No, Greeny, quiero decir, Mopi-Shine se esforzó por sonreír mientras acariciaba la cabeza del peluche-Es sólo que tengo hambre y Loud está tardando mucho y me preocupa.

-Mopi dice que no tienes que preocuparte, Shine. Loud volverá dentro de poco. Él lo sabe. Loud siempre vuelve.

-Claro-suspiró la potrilla-Seguro que Mopi tiene razón.

-Mopi dice que Loud siempre estará ahí para cuidarnos y contando con él, no necesitamos a nadie más-afirmó, con bastante rotundidad para su edad, Greenkey, antes de atraer el peluche hacia así y abrazarlo fuerte entre sus cascos.

Prefiriendo no responder a aquello, Shine no pudo evitar dirigir su mirada a las alforjas de Loud, que éste había dejado a los pies de su cama, especialmente a aquella que contenía aquel extraño cofre negro que contenía el objeto de la tan famosa “misión”. Loud nunca les había dejado ver qué era. En el pasado, no le había dado más importancia, pero recientemente la curiosidad había entrado en su mente y no podía apartar de su cabeza la duda por saber qué contendría aquella misteriosa caja.

Sólo se había acercado a ella en una ocasión, pero recordaba bien la dureza fría del metal y, sobre todo, su peso. Era mucho más pesado de lo que a primera vista podría haberse imaginado de un cofre tan pequeño. Shine recordaba que su hermano le sorprendió curioseando y que, al dejar caer la caja por la sorpresa, ésta había golpeado el suelo con un golpe seco y sordo, como si fuera un bloque de metal, sólido, en lugar de una pequeña arquilla. A pesar de su primera reacción, temiendo el enfado de Loud, éste se había limitado a decirle que era mejor que no se acercará al cofre. Consejo que había seguido, casi sin pensar en ello, desde entonces.

Sin embargo, sintiéndose ya hastiada de la “misión”, del cofre, incluso un poco de su hermano, una idea y un deseo cruzaba su mente. El deseo de saber si todo aquello era realmente por una buena causa o si todo aquel sacrificio no tenía ningún sentido. Y estaba Shine dudando si se atrevería o no a intentar mirar qué escondía el cofre cuando, finalmente, Loud llegó, abriendo la puerta y entrando con varias bolsas que, con el dulce y calido aroma a comida caliente, evidenciaban su contenido.

<<Ya estoy aquí>>, les escribió, sonriente, a modo de saludo mientras, para alegría de Greeny, usaba la mesita del cuarto a modo de improvisada mesa para ellos, sirviendo tres tazones de sopa y una ensalada de lechuga, pepino y tomate entre aquellos.

-¡Bien! ¡Qué hambre!-Greenkey se acercó ansiosa, relamiéndose, mientras su hermano terminaba de disponer la “mesa”.

<<Espero que os guste. Lamento haber tardado tanto.>>

-¿Y ese retraso a qué se ha debido? ¿Has encontrado algo interesante acaso?-inquirió Shine, con un tono que delataba cierta molestia.

<<La verdad es que sí>>, escribió Loud, para sorpresa de Shine, que había aguardado una respuesta negativa.

-¿Sí? ¿Qué?-no pudo contener su curiosidad.

<<He encontrado un rastro de magia aydara>>

-¿Y eso es todo? No es la primera vez-le espetó la pequeña-Has encontrado rastros así muchas veces y nunca nada que sirviera para poner fin a nuestro absurdo viaje.

<<Esta vez ha sido algo distinto. Tengo buenas expectativas respecto de este pueblo>>

-¿Te lo puedo recordar cuando dentro de un mes nos estemos marchando sin haber logrado nada?

Loud suspiró, algo triste. Realmente quería mostrarse optimista ante su encuentro con aquella pony y hubiera querido poder convencer a sus hermanas, sobre todo a Shine, de que finalmente el término de su vida itinerante estaba cerca, pero no podía negar que su hermana no hablaba sin razón. Tuvo que esforzarse por mantener su apariencia optimista, aunque realmente aquella recepción por parte de Shine le había caído como un jarro de agua fría.

Ante la falta de respuesta de Loud, Shine, como no queriendo continuar tampoco aquella conversación, se centró en comer junto con Greeny, que había permanecido ajena a la charla, tomándose su tazón de sopa y refugiándose en su peluche, prefiriendo no involucrarse en algo que no entendía del todo y que le causaba gran desagrado.

Loud, aunque con mucho menos apetito que al entrar, se acabó por unir a ellas. Notando para su desazón el resentimiento de su hermana contra él, tomó la determinación de centrarse más que nunca en aquella misión que le habían legado para llevarla a su final cuánto antes, al precio que fuese. Recordando por un momento aquellos ojos verdes que antes le habían cautivado, optó por borrarlos de su memoria. De todas formas, reflexionó, no era la primera yegua agradable y guapa a la que debía dejar pasar y su prioridad, eso lo tenía claro, eran Shine y Greeny.


Capítulo 12. Sumergiéndose en problemas (Escena 04)

Spoiler:
El estrepitoso ruido de unas tres potrillas, corriendo y subiendo casi a saltos por las escaleras mientras reían y charlaban, se extendió por toda la casa de los Apple apenas entraron aquellas por la puerta principal. Recién salidas del colegio, cargaban con sus mochilas rumbo al recuperado cuarto de Apple Bloom mientras comentaban entusiasmadas las novedades del día y trazaban sus planes para conseguir sus cutie marks.

En el cuarto que le habían dispuesto, una adormilada Trixie yacía en su cama con el libro “Daring Do y la Ruina Maldita” abierto por el primer capítulo entre sus patas y bajo su hocico, ya que tras intentar dedicar un rato a la lectura, había acabado la unicornio usando aquel tomo a modo de almohada. El incipiente calor de la tarde, la falta de actividad y el mero aburrimiento habían acabado llevando a la maga a una imprevista incursión por el reino de Luna. Reino del que el repentino estrépito causado por las tres crusaders iba a sacarle de golpe y porrazo.

Medio adormilada todavía, Trixie logró con algo de esfuerzo levantarse y estirar sus patas para desentumecerse. El jaleo armado por las potrillas se oía con claridad desde la habitación de la más pequeña de los Apple, pero, para su misma sorpresa, la unicornio no se sintió molesta por el ruido. De hecho, extrañamente y tras aquella desagradable mañana, en ese momento, quizá por sentirse descansada, se encontraba perfectamente, como pocas veces había estado incluso en sus mejores tiempos de fama y gloria. Plenamente recuperada de aquella vida en la intemperie, parecía sana como una manzana. Y, al tiempo, calibraba para sí que aquella sensación de bienestar que la embargada para su satisfacción procedía de otras causas ajenas a las meramente materiales. Procedía de algo más que de dormir en una cama y tener un plato de comida caliente en la mesa.

Con su energía renovada y ya libre de sueño y nervios, a diferencia de cuando se despertó en la madrugada, la unicornio parecía más abierta a las posibilidades optimistas que tenía ante sí. Su ambición por el poder oculto en la misteriosa ruina seguía intacto, pero mientras aquella posibilidad seguía envuelta entre brumas y peligros, lo que cada vez le parecía más atrayente y probable era la posibilidad de alargar su permanencia en Sweet Apple Acres, aunque ella misma no estaba del todo seguro de por cuánto tiempo sería aquello, sólo sabía que, en efecto, se encontraba allí cómoda y a gusto como no había estado en ningún lugar desde hacía muchísimos años.

Decidida a mostrar una nueva cara acorde a las nuevas sensaciones que le agradaban y dejando de lado, olvidados, los malos modos de la mañana, descendió a la cocina tras un breve paso por el baño para aclararse la cara y arreglarse un poco. Como imaginaba, se encontró a la abuela Smith, supervisando una olla al fuego mientras con patas algo temblorosas se esforzaba por pelar unas manzanas para hacer una ensalada.

-Déjeme a mí, Smith-se acercó, quitándole el cuchillo y la manzana y empezando a pelarla en su lugar, con bastante de dificultad. Había olvidado que no estaba acostumbrada a usar sus cascos para actividades como aquella.

-Eh, manzanita-Granny Smith, que no se esperaba la súbita aparición de la maga, no sabía que le causaba más asombro, si que Trixie se pusiera tan de repente a querer hacer algo o ver a un unicornio hacer algo con sus cascos en vez de con su cuerno-¿Estás bien?

-Estoy perfectamente-le replicó, muy pronto molesta ante las dificultades inesperadas que encontró para mover con soltura la hoja del cuchillo alrededor de la fruta-Y estaría mejor si este cuchillo decidiera funcionar bien de una vez-dijo mientras un trozo de manzana salía despedida sobre la encimera-¡Uf! ¡Por las barbas de Star Swirl!

-Aprecio que quieras ayudar, manzanita, pero es mejor que me dejes hacerlo a mí.

-¡No, no!-se negó con énfasis Trixie-Ya estoy cogiéndole el truco-se defendió a pesar de que, evidentemente, no era cierto.

-Claro, claro-asintió, incrédula, la anciana pony mientras observaba estupefacta como más trozos de manzana salían cortados enteros, hasta que quedó la manzana reducida a una especie de polígono amorfo. Eso sí, sin nada de piel-Bueno. Gracias por tu ayuda, terroncito.

-¡Nada es demasiado difícil para la Gran y Poderosa Trixie!-asintió, satisfecha, la unicornio-¿Y cuántas más he de pelar? ¿Quiere que la ayude con otra cosa?

-Creo que con está bastará, sugarcube.

-¿Sólo con una manzana?

-Sí, sí… Va a ser una ensalada con muchas frutas distintas.

-¿Entonces, quiere que prueba ahora a trocear aquellos pepinos?-los señaló, al lago de la tabla de cortar.

-¡No!-saltó de inmediato la anciana-Pero, eh, si quieres ayudar, ¿por qué no vas con Applejack? Está en el granero y seguro que un casco le vendría bien.

-¡Y tendrá más que eso! La ayuda de nada más y menos que de ¡la Gran y Poderosa Trixie!-repitió mientras salía a paso rápido de la cocina y Granny Smith suspiraba de alivio al verla marcharse.

El granero no estaba lejos y, aunque Trixie no conocía muy bien la granja, no tardó en encontrarlo. Applejack estaba en la entrada, revisando las bisagras, que chirriaban oxidadas. El aspecto general del edificio se encontraba bastante decaído, con la pintura pálida, seca y resquebrajada; las ventanas, polvorientas y con los cristales rotos en algunos puntos, las paredes mostraban sus tablones sueltos y muy astillados… Realmente parecía requerir mucho trabajo. En ello estaba pensando la pony rubia cuando vio a Trixie, para su sorpresa, acercarse trotando, aparentemente alegre. Algo que no habría imaginado nunca y menos tras lo de aquella mañana.

-¡Applejack! Puedes estarte tranquila, pues tus problemas serán resueltos con la llegada de ¡la Gran y Poderosa Trixie!

-¿Perdona?-Applejack no podía estar más confusa ante tal radical cambio de actitud.

-¿Qué estás haciendo? ¡La Gran y Poderosa Trixie ha venido ha echarte un casco!

-¿Qué quieres…ayudar? ¿Tú?-la vaquera se sentía como si Rarity hubiera ido a decirle que quería competir en un rodeo, era tal la extrañeza que olvido todo enfado que hubiera podido tener contra la unicornio por su comportamiento de aquella mañana-¿Ayudar con…los trabajos de la granja?

-¿En qué, si no? Dile a la Gran y…Laboriosa Trixie qué estás haciendo ahora mismo y te dejará asombrada con su gran talento y con su…laboriosidad.

-¿La Gran y Laboriosa Trixie?-no pudo evitar repetir, riendo, bastante escéptica de aquella repentina vocación el trabajo.

-¡No te rías de la Gran y Laboriosa Trixie! Ya verás cuándo mis increíbles proezas…en el trabajo, te cierren el hocico.

-Trixie, me gusta ver que tienes mejor actitud que está mañana y me alegra especialmente que quieras ayudar pero… No creo que sea buena idea.

-¿Y por qué no? ¿No recuerdas acaso que la Gran y Laboriosa Trixie ya te dijo que había trabajado en el pasado para una granja de rocas? La Gran y Laboriosa Trixie sabe lo que es el esfuerzo y no le tiemblan las pezuñas por él.

-Oh, de acuerdo-suspiró Applejack-Vale, Trixie, si quieres hacer algo porque te aburres, te buscaré algo que hacer. ¿De acuerdo?

-¡La Gran y Laboriosa Trixie no se aburre!-le replicó, indignada, ante aquellas palabras-¡La Gran y Laboriosa Trixie sabe ganarse las lentejas!-alzo un casco para dar unos leves golpecitos en el pecho de Applejack.

-De acuerdo, de acuerdo-asintió aquella-Mira, si quieres ayudar, seguro que te puedo asignar algunas tareas.

-¿Y cuánto tendrá que esperar la Gran y Laboriosa Trixie para poder deslumbrarte con su buen quehacer?

-Después de comer voy a tener que ir a comprar materiales para las reparaciones que necesita el granero. Madera, clavos, botes de pintura, un barniz especial, etc. Si me acompañas, podrías ayudarme a traer las cosas. Son bastantes y un par de cascos más no se despreciarían.

-La Gran y Laboriosa Trixie está satisfecha con ello-asintió antes de alejarse de camino hacia la casa.

-¡Por las herraduras de Bob el granjero!-exclamó Applejack, viéndola marcharse-Ya no sé que esperar de esta unicornio.


Capítulo 12. Sumergiéndose en problemas (Escena 05)

Spoiler:
Mientras cruzaba las puertas de la gran y afamada biblioteca del Celestium, la emoción y los nervios no dejaron de afectar a una entusiasmada Twilight. Ante sí tenía una de las mayores colecciones bibliográficas de toda Equestria y posiblemente el mayor archivo de documentos históricos que existía en todo el mundo. Una inmensa librería envuelta en el esplendor de la arquitectura propia de Canterlot. La unicornio morada iba recorriendo las salas, iluminadas por grandes y doradas lámparas de araña, alfombradas con gruesas alfombras decoradas con signos arcanos y que tenían la función de amortiguar el sonido de los pasos de los ponies. Los estantes de ébano se alzaban hasta el techo en habitaciones que se alzaban a lo largo de dos, tres y hasta cuatro plantas, repletos de ordenados y bien dispuestos libros. Entre ellos, los estudiosos trabajan sentados a lo largo de extensas meses de roble, leyendo, tomando apuntes y anotaciones… Realmente Twilight se encontraba en su salsa en aquel ambiente que tanto le recordaba a la biblioteca de palacio, donde tan buenos ratos pasara antes de ir por primera vez a Ponyville. Lo único que lamentaba era el poco tiempo que tenía para disfrutarlo, ya que aquella misma noche tenía un tren que tomar y la biblioteca iba a cerrar sus puertas en cuestión de horas.

No teniendo pues, ningún tiempo que perder, se encaminó directamente a la sección dedicada a la cultura y a la magia aydara. Por suerte y tal y como esperaba, no le fue demasiado difícil hallarla. Se trataba de una inmensa sala rectangular con los estantes de las paredes cubriendo el equivalente extraordinario de cinco pisos. Cuatro niveles, a modo de balconadas, lucían sus barandas doradas a lo largo de las paredes, unidas por retorcidas escaleras de caracol en las esquinas del inmenso salón. Varias lámparas pendían desde el techo, aunque la principal iluminación procedía de unos grandes ventanales que se abrían en el lado oeste de la habitación. Cuando la unicornio entró en ella se encontró a apenas unos pocos ponies, sentados lejos unos de otros, consultando algún libro o buscándolo entre los estantes.

Al contemplar la inmensidad del lugar, lamentó su decisión de no pedir a Fogsun que la acompañara. Realmente había tomado tal resolución para dejar al estudioso algo de tiempo para sus propios proyectos y asuntos, queriendo respetarle y no abusar de su amabilidad, pero ahora que veía las dificultades que iba a tener para buscar lo que encontraba y ante el poco tiempo que tenía, consideró que se había precipitado demasiado.

-Bueno, Twilight, no te preocupes-se dijo a sí misma-Estamos hablando de la pirámide de Adenror. Seguro que hay mucho material sobre un objeto de ese calibre. En cuando consulte el índice bibliográfico, encontraré lo que necesito sin problemas-se intentó animar a sí misma mientras se dirigía a un fichero situado en el centro de la estancia, rodeado por dos mesas semicirculares en que había dos ponies aparentemente muy ocupados.

Twilight decidió empezar por consultar la letra A, buscando por “Adenror”. Convencida de que las investigaciones de Knowling sobre la pirámide eran la razón por la que la princesa Luna parecía investigarlo, estaba decidida a averiguar todo lo que pudiera sobre ella. Y mientras la unicornio empezaba a anotar referencias en una hoja de papel, no se percató de que llamó la atención de uno de los ponies presentes en la biblioteca. Se trataba de una yegua rubia, de pelaje beige y una curie mark consistente en un libro abierto y cruzado por una varita. Se trataba de Fogsea, que había acudido allí precisamente para leer los últimos ejemplares de la revista “Estudios aydara” y que no pudo dejar de sentir una gran curiosidad al reconocer a la yegua de la foto que le había mostrado Ear y que, por lo visto, tan bien se llevaba con su hijo. Ante aquella oportunidad, no dudó en acercarse a curiosear.

-Buenas tardes, joven-saludó Fogsea con amabilidad a Twilight, que se volvió para mirarla-He notado que parece algo apurada-indicó, en referencia a los rápidos movimientos de pluma con que aquella escribía y la velocidad con que su mirada recorría el listado de títulos-Por lo que, si en algo puedo ayudarla, sería un placer, ya que conozco bastante bien esta sección de la biblioteca.

-¡Oh!-aquel ofrecimiento inesperado alegró a Twilight-Se lo agradecería mucho, la verdad. Ésta es la primera vez que vengo a esta biblioteca y lo cierto es que me encuentro algo perdida.

-No se preocupe, es algo normal. Los nuevos alumnos siempre necesitan algo de orientación cuando empiezan a trabajar aquí-asintió Fogsea-Y, dígame, ¿qué es lo que busca?

-Estoy interesada en buscar toda la información posible sobre la pirámide de Adenror, si no es problema-apuntó, intentando aparentar que sólo despertaba en ella cierta curiosidad intelectual-Por lo que sé es una pieza muy misteriosa y, claro, me interesa.

-Desde luego es comprensible su curiosidad, pero lamentablemente he de decirte que no hay mucho sobre el tema. Muchos estudiosos se acercan a ese talismán, pero pocos llegan a descubrir algo y, de hecho, sólo hay una monografía sobre el tema. Una-le explicó “mecánicamente” Fogsea mientras su mente vagaba realmente en otro tema, intenando hacerse una primera impresión de la unicornio.

-¿Y cuál es?-le preguntó Twilight, ajena a aquello.

-Oh, claro, se trata de “Los reyes de Hiponia y la pirámide de Adenror”, de Heinneigh Schlihippo. Es una obra clásica y, siendo sincera, considerada por muchos como poco fundamentada y demasiado narrativa. Su autor no es alguien demasiado apreciado en los círculos académicos, pero, a día de hoy, sigue siendo el único que ha intentado responder, con mejor o peor suerte, a las preguntas que la pirámide plantea. Otra cosa es la validez que sus respuestas puedan tener.

-Claro, claro-asintió la unicornio morada mientras reflexionaba sobre si buscar o no aquel libro-Y, el profesor Knowling, ¿no tiene ningún trabajo sobre el tema? He escuchado que es el principal estudioso de la pieza, al menos actualmente.

-Oh. Sí-la joven creyó notar un tic de disgusto en la voz de su interlocutora al mencionar el nombre del profesor-Lleva muchos años centrado en esa pieza, pero de momento no ha escrito ni un mísero artículo sobre el tema. Puede ser que no quiera compartir sus descubrimientos o, sencillamente, que no haya hecho ninguno. En cierta confianza entre ambas, le diré que yo votaría por la segunda opción. Aunque siempre puede intentar preguntarle directamente, pero no creo que tenga suerte tampoco por esa vía.

-Um… ¿Y el libro que me ha mencionado está en la biblioteca?

-Desde luego. ¿Quiere que se lo traiga?

-Bueno, no quiero molestar. Sólo necesitaría que me indicara en que estante puedo encontrarlo, el sistema de clasificación de esta biblioteca me resulta aún un poco confuso.

-No, no, ¡se lo traeré!-dijo para acto seguido desaparecer de repente, con un hechizo de teletransporte, dejando por un momento algo desconcertada por lo inesperado a la unicornio morada, que apenas tuvo que esperar un minuto para ver reaparecer a la pony rubia-Aquí tienes.

Twilight dejó todo lo demás de lado para centrarse en observar el libro que Fogsea le tendía. Era un gran volumen de gruesas páginas y aspecto algo polvoriento y gastado, con el lomo algo gastado y una pequeña grieta cerca de la base.

-Es un ejemplar algo viejo y no está en las mejores condiciones-admitió Fogsea-Había otros dos mejor conservados, pero han debido sacarlos en préstamo.

-Bueno, no importa-le quitó importancia Twilight, que abrió el libro y consultó rápidamente el índice. Vio que esté se componía básicamente de dieciséis capítulos, aparentemente dedicado cada uno a un rey de Hiponia diferente-Sunnight, Fogking I, Magicshy I…-fue leyendo-…Fogking III, Magicking, Minerva y ¿el rey Fantasma?

-Así es cómo se conoce al que en teoría habría sido el decimosexto y último rey aydara de Hiponia. Lo cierto es que Schlihippo postula una interesante teoría que relaciona la pirámide de Adenror con el rey Fantasma y la caída de Hiponia. No tiene muchos fundamentos, pero no deja de ser curiosa.

-¿Y cuál es su teoría?-le preguntó la joven estudiosa con curiosidad.

-Bueno, en primer lugar he de señalarte un aspecto importante de la teoría de Schlihippo. Él contraviene a todos los demás estudiosos que trataron la pirámide de Adenror y postula que realmente casi nunca llegaba a reunirse ni a usarse, ni siquiera en los momentos de trono vacante. Él postula que la mayor parte de los reyes llegaron al poder pactando y negociando apoyos con los miembros del Consejo Maestro, como mucho con uno o dos fragmentos del Adenror y que nadie llegó a reunirlo completo…hasta el rey Fantasma.

-Entonces, ¿la pirámide no sólo no habría asegurado la continuidad de la monarquía aydara si no que estaría involucrada en su final?-preguntó Twilight, realmente sorprendida y deseosa de que continuara.

-Básicamente, esa es la idea-continuó Fogsea su relato-Por decirlo de forma resumida, cree que el susodicho rey Fantasma, en un tiempo en que Equestria tenía bastante fuerza como para intentar abordar la absorción de Hiponia y con un consejo Maestro dividido y debilitado, se habría esforzado lo suficiente como para reunir todos los fragmentos e intentar consumar el rito de la coronación y, que en ese momento, “algo” habría pasado.

-¿Algo?

-Él mismo no lo tiene muy claro. En cualquier caso, el poder y la energía desatados habrían quizá consumido al propio rey y ante tal demostración de los peligros que podían desatarse por esas prácticas oscuras, muchos aydara se habrían vuelto hacia la princesa Celestia, como la única garante de mantener la paz y el orden en Hiponia.

-Entonces, realmente es un artefacto potencialmente muy poderoso y peligroso-se admiró Twilight al escucharlo.

-Sin duda-asintió Fogsea-Aunque, como digo, no se le da mucha veracidad a la postura de Schlihippo, no obstante es cierto que la pirámide de Adenror es un artefacto al que hay que acercarse con extrema prudencia.

-Mmm-la mente de Twilight procesaba toda aquella información recibida mientras intentaba aclararse y descubrir qué interés tendría la princesa Luna en la investigación del profesor Knowling sobre la pirámide. No tenía en principio mucho sentido a menos que la alicornio temiera que aquel…

-¿Se encuentra bien?-la pregunta de Fogsun interrumpió sus reflexiones.

-Oh, sí, desde luego-asintió la joven pony-Eh, bueno, no quiero robarle más tiempo y creo que con este libro tengo suficiente.

-Me alegra haberle sido de ayuda. Espero que encuentre el libro muy interesante.

-Seguro que sí-asintió Twilight-Bueno, he de irme-se despidió con un gesto de la cabeza antes de darse la vuelta para dirigirse a la salida de la biblioteca. Fogsea la siguió con la mirada hasta que desapareció, al salir de aquella sala.

-De modo que esa es la joven Twilight…-murmuró.


------Siguiente mensaje escrito en: 05 Jun 2015, 14:23 . Beep!------

Vaya, Sasir, te agradezco tan elaborado comentario. Me alegra que te esté gustando la historia y espero que lo que sigue te parezca igual de bien. Un par de cosas:

-Más que no interesadas en "parar al malo", están de momento, al margen y no saben ni siquiera que hay un "malo" que detener. XD
-Sobre lo que hará Luna, creo que es evidente.
-Interesantes las dos teorías sobre Celestia. No voy a decir nada sobre ello, pero no te sorprendas si no se cumple ninguna. XD Eso me recuerda al Scatergorix:

"-Venga, vale, aceptamos Celestia.
-¿Cómo villano de una serie de dibujos?
-¡Qué sí!"


-Muy gracioso lo que señalas de Knowling. :qmeparto:

En fin, de nuevo, gracias por comentar. ;)
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 12, 1ª parte

Notapor EdoNova » 05 Jun 2015, 23:05

Me gustó ver a Trixie intentando trabajar usando solo los cascos.
A mi Knowling me está empezando a tocar las narices, es un personaje bastante odioso para mi gusto, pero supongo que será necesario para la historia.

A la espera del siguiente capítulo :D
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 12, 1ª parte

Notapor Mishiro » 13 Jun 2015, 14:31

Capítulo 12. Sumergiéndose en problemas (Escena 06)

Spoiler:
Sobre el alfombrado azul zafiro que cubría todo aquel largo corredor, el carrito se deslizaba con la suavidad de la seda y apenas podía llegar a percibirse, como mucho, el leve tintineo que producía una cucharilla de plata al vibrar junto a la taza del té. Los demás cubiertos, platos, jarras y fuentes, permanecían casi quietos, limitándose a despedir un suave y apetitoso aroma a lo largo del pasillo mientras el instruido criado empujaba el carrito al despacho de la princesa. Dos bat-ponies, que custodiaban la puerta de aquel, le observaron acercarse con cierta y habitual suspicacia, antes de proceder, como marcaba el protocolo, a registrarle tanto a él como al carrito de forma concienzuda. Sólo después de haberle dado el visto bueno, llamaron a la puerta para avisar a la princesa de que su comida había llegado. El diligente pony del servicio lo aguantó de la mejor manera que pudo, acostumbrado ya a que soldados de la guardia lunar que tenían que soportar turnos diarios fueran algo más rudos y estuvieran algo malhumorados.

La princesa Luna, que había logrado hacerse un hueco entre sus ocupaciones para leer en busca de más información sobre los aydara, le dio pasó sin levantar la vista del libro que tenía ante sí y tampoco lo hizo mientras, silencioso y rápido, el sirviente le disponía la comida y le escanciaba el vino, antes de marcharse igualmente sin levantar ruido. La alicornio no prestó demasiada atención a la comida, decidida como estaba a volcar todas sus energías en su investigación del profesor Knowling, que en ningún momento había considerado abandonar, le dijera lo que le dijera su hermana. Mientras continuaba su estudio, no se le quitaba de la cabeza su determinación de que no iba a dejar que Celestia pusiera coto a su autoridad sin ninguna razón ni justificación.

“A continuación, sé que lo que he de postular será considerado erróneo por muchos y disgustará a varios de los que se presentan como expertos y que se dedican a sentar cátedra desde las aulas del Celestium sin haber hollado jamás con sus cascos una construcción aydara. Y es lo siguiente. Acerca de ese fragmento extraño, hallado en la cripta de Ádralon bajo las ruinas del Palacio Real de Hiponia, y que ahora dicen muchos, ufanos, que demuestra la existencia de la pirámide de Adenror, sobre ese fragmento, afirmó lo siguiente: No es obra del rey Sunnight.

Lo repito: No es obra del rey Sunnight. Es común –comúnmente erróneo-, que se atribuya todo aquello considerado con un mínimo de importancia a este gran personaje, el colonizador de las duras tierras montañosas del sur, de la península del Hiponeso, el fundador e instaurador del reino de Hiponia. Es evidente, no obstante, para los que buscamos la verdad de la historia tras el mito que, sin pruebas ni fundamentos, no se puede ni se debe asegurar nada con certeza, y ésta es una de aquellas cuestiones en que tal sencilla regla ha sido vulnerada en repetidas ocasiones.

La mención más antigua a la pirámide de Adenror procede, según las fechas dadas por el equipo arqueológico de Arlight Hipovans, de la estela que coronaba la entrada a la tumba del rey aydara Magicshy I. Este soberano, del que ya hablaré con detalle en el capítulo que tiene su nombre, tuvo un breve periodo de gobierno –realmente de desgobierno-, en que se dedicó por completo a sus estudios alquímicos mientras los gobiernos locales de las distintas ciudades y fortalezas, que hemos visto que Sunnight tenía bien sujetas bajo el peso de sus cascos de hierro, hacían su voluntad en sus jurisdicciones. Yendo al punto que me interesa, en su inscripción funeraria, Magicshy menciona un “extraño artefacto piramidal”. ¿Cómo podría calificarlo de extraño si fuera una obra legada por Sunnight? Literalmente, dice:

<<Sobre el extraño artefacto piramidal que el Sabio Rey encontró en las cámaras de su antecesor (se refiere a Fogking I, rey entre 260 y 278), los estudios del Rey no han dado frutos útiles. La magia del artefacto no entra en las cinco ramas de la sabia alquimia de los viejos maestros. El Sabio Rey no sabe de dónde pudo su antecesor extraer tal pieza o en base a que extrañas hechicerías pudo crearse. El Sabio Rey hizo consultas y consideró que lo prudente y mejor era mantener la pieza oculta y lejos de ambiciosos y anárquicos ponies, contrarios al Buen Orden que impera en nuestro reino. Yo, el Sabio Rey.>>

Este testimonio, extraído de primera mano de uno de los monarcas mejores conocedores de la alquimia aydara, monarca que conoció al mismo Sunnight, ha sido olvidado sistemáticamente por todos los estudiosos de la pirámide. Con la excusa de las dificultades de la lectura e interpretación de los textos, se dejan de lado testimonios contrarios a sus ideas preconcebidas mientras son abrazadas nimiedades que las sustentan. Pero no es mi propósito alargarme sobre esta cuestión.

Tengo claro que el “extraño artefacto” es la pirámide de Adenror y también es evidente que es poco probable que Sunnight hubiera creado tal artefacto de cara al rito sucesorio. De hecho, el presunto “rito sucesorio” del que tanto se habla, nunca existió. Es un mito construido a posteriori en función de un extraño relato acerca de cómo Fogking III se intentó perpetuar en el trono cuando una rebelión estuvo a punto de derrocarle en 460, imponiendo una prueba que consideraba imposible, reunir los fragmentos de la pirámide de Adenror. Más allá de esa escueta mención, todo lo demás que los libros postulan sobre la monarquía electiva, no tiene fundamento real alguno.

Y algo más se puede extraer de este fragmento. “El Sabio Rey hizo consultas”, dice el texto. ¿A qué se refiere? Como señalaré en su momento, Magicshy I fue un rey de consenso muy respaldado en su ascenso al trono por los agentes de Canterlot en Ádralon. La consultada en este caso fue la princesa Celestia, a la que un servidor no ha podido preguntar sobre estas cuestiones. A pesar de la jactancia de lo que postulaban los textos aydara, cuando más investigó las circunstancias reales de la ocupación y crecimiento del reino de Hiponia, más tengo la certeza de que muchos de sus reyes, empezando por el mismo Sunnight, no tenían fuerza suficiente para mantener controlado un territorio tan peligroso, con una corte llena de conspiraciones y aspirantes al trono, con sus meras fuerzas si no contaban con un elemento que les diera firmeza. Y ese elemento no era otro que el respaldo de la princesa del Sol.”


Nuevos golpes en la puerta interrumpieron la lectura de Luna del libro de Schlihippo, que uno de sus soldados había conseguido de la biblioteca del Celestium para ella. En esta ocasión, a diferencia de la última vez, si dejo el libro apartado sobre su mesa mientras un soldado, tras recibir permiso, acompañaba a un unicornio dentro del despacho antes de marcharse. Se trataba de un pony de pelaje azul turquesa y crin blanca, con una cutie mark consistente en un libro abierto sobre una estrella dorada. Luna recordaba haberle visto en alguna ceremonia oficial sin darle demasiada importancia. El unicornio, que sin duda no se esperaba ser llamado al despacho de la princesa nocturna, se encontraba algo nervioso, aunque lo ocultaba bastante bien.

-Usted será el director Knightley-le preguntó Luna a modo de presentación y para romper el hielo-Al que hemos convocado a Nuestra presencia.

-Así es, Su Alteza-asintió aquel, con una segunda reverencia-Bluebook Knightley, a su servicio. En cuanto he recibido su cordial petición, no he podido menos que acudir en seguida.

-Bien. Debemos hablar con usted de un tema de grave importancia y lo primero que queremos dejar claro es que esta conversación quedará en secreto. Nadie debe saber una palabra de lo que se haya hablado aquí-el tono de la princesa no era para nada rudo, pero desde luego sí era imperativo.

-Por descontado, Su Alteza, por descontado-asintió, en seguida, Knightley, sin extrañarse de tal petición, que encontraba normal.

-¿Desde cuándo conoce al profesor Knowling y que puede decirnos de su departamento y de su equipo?-empezó sin más su interrogatorio la alicornio.

-Oh… Eh-se sorprendió el unicornio ante aquella inesperada pregunta-El profesor Brown Knowling lleva perteneciendo al Celestium muchos años… Más que yo, si le soy sincero. Ya dirigía su departamento de arqueología aydara cuando yo fui aceptado entre el profesorado de la institución y, bueno, ahí mismo sigue. Es considerado un tanto extravagante, alguien que se mueve de manera…algo independiente, pero nada más. La labor de su equipo está más bien enfocada, he de decir, al estudio de las piezas y a labores museísticas. La arqueología de campo es cosa del departamento del profesor Holeart Carter.

-¿Cuántos miembros tiene el departamento del profesor Knowling?

-Lo normal en un departamento de su tipo, un poco menos… Yo diría que tendrá a su cargo a tres o cuatro ayudantes y a media docena de estudiantes.

-¿Qué temática de estudios ha dicho que abarca dicho departamento?

-Como le he dicho, aborda el estudio arqueológico de la cultura aydara, pero no in situ, si no que ante todo se encarga de las piezas que ya están transportadas a alguno de los museos que tienen fondos aydara y de su estudio, conservación y/o restauración.

-¿De piezas como los fragmentos de la pirámide de Adenror, no es así?

-Efectivamente, Alteza.

-¿Dónde se conservan los artefactos aydara estudiados por le departamento del profesor Knowling?

-Normalmente, las piezas se estudian en los laboratorios de trabajo del Celestium y luego o el museo propietario las expone o las deposita en sus fondos. El Celestium tiene también su propio almacén a tal efecto.

-¿Y dónde están los fragmentos del Adenror que se han recuperado?

-En teoría, deberían estar en el almacén, pero el profesor Knowling los examina a menudo, así que… No sabría decirle dónde están ahora mismo-recalcó estas palabras.

-Tengo entendido que el profesor Knowling lleva bastante tiempo dedicado en esclusvia al estudio de los fragmentos del Adenror.

-Buena parte de su carrera desde que es profesor del Celestium, sí.

-Hemos buscado publicaciones a su nombre sobre el tema y no hemos hallado nada. ¿Por qué?

-Bueno, evidentemente, porque no hay nada.

-¿Nada? ¿Tras todos esos años?

-Las dificultades de la investigación es lo que tiene.

-¿Knowling no tiene que rendir cuentas ante nadie por su uso de los medios del centro? ¿No tiene en algún momento que justificar lo que hace?

-Bueno, técnicamente el Consejo Rector del Celestium supervisa las investigaciones de sus miembros, los directores de departamentos, pero… Quizá no siempre se hace con el esmero que se debería. Preferimos no interrumpir y dejar que cada uno termine sus trabajos y exponga sus resultados dentro de los tiempos que considere apropiados.

-Ya. Que no quieren molestar a nadie para que no les molesten a ustedes, y así no tener que dar cuenta nunca. Porque ninguno de ustedes podría-le recriminó Luna, indignada de escuchar aquello.

-Princesa, creo que se equivoca y me considero ofendido, debo…

-¡CÁLLESE!-le cortó de golpe, con la sonora voz real de Canterlot, haciendo que por un momento el director Knightley se quedara asustado y perplejo por aquel inesperado grito-Necesitaremos una lista de los ayudantes y alumnos que pertenecen al departamento de Knowling.

-Eh, desde luego, Alteza.

-Y la necesitamos para dentro de una hora a lo mucho, no nos haga esperar. Nos si le pediremos cuenta de su responsabilidad ante Nuestras Reales Órdenes.

-Sí, sí, Alteza. En cuando vuelva a mi despacho me ocuparé de todo…y…

-¿Qué puede decirnos de un tal Fogsun Dremtly?-le interrumpió con una nueva pregunta.

-¿De Fogsun Dremtly?-aquello si que dejó por un momento mudo a Knightley-Oh… Es un joven de gran talento… Estudiante de la escritura aydara y el alumno predilecto del ya retirado profesor Oldworld. Creo que estuvo implicado en el desafortunado incidente de Cherady y poco después, ya como ayudante de departamento, empezó su propia carrera dentro del departamento de Knowling.

-¿Incidente de Cherady?-aquella curiosa mención atrajo la atención de Luna.

-No estoy seguro de qué paso, fue antes de que me nombrasen miembro director del Consejo Rector pero, por lo que escuché, hubo un incidente en la excavación de la cripta aydara de Cherady, en la bahía de Alemanedreta.

-¿Qué ocurrió?

-Como le he dicho, no estoy seguro. Pero no es algo tan extraordinario como pueda parecer. Cuando se exploran ruinas encantadas y protegidas por conjuros defensivos… Los problemas son siempre una posibilidad.

-Ya. Suena lógico-dijo sin más la alicornio, mientras su mente reflexionaba sobre por dónde conducir ahora su investigación sobre Knowling. De momento no le parecía que de Knightley pudiera obtener más información de provecho.

-¿Eso era todo, Alteza?-le preguntó Knightley, ansioso por poder marcharse, aprovechando la prolongación de unos instantes de silencia que parecían muestra de que la conversación había terminado.

-No. Es nuestro Real deseo que procure enviarnos toda la información posible sobre el trabajo de Knowling. Haga lo que tenga que hacer, pero queremos sus investigaciones sobre mi mesa y sin que se entera. ¡Y las queríamos para ayer! ¡Desaparezca ahora mismo de Nuestra vista!-le espetó, sin más, provocando que el unicornio se moviera para marcharse a paso ligero, hasta casi para olvidar la debida reverencia.

Tras su marcha, Luna se decidió por fin por empezar a comer, tomando la ya templada sopa mientras intentaba poner orden a su pensamiento y repasar y analizar todo lo que había escuchado y leído sobre la cuestión aydara y sobre Knowling… Tenía claro que necesitaba más información, mucha más, antes de intervenir… Y también estaba decidida a ello, a tomar partido para impedir que ese arrogante unicornio lograra sus planes, por mucho que sus medios no le terminaran de gustar a Celestia.


Capítulo 12. Sumergiéndose en problemas (Escena 07)

Spoiler:
El joven unicornio suspiró, secándose las gotas de sudor de la frente, mientras seguía al profesor en su marcha a lo largo de la profunda caverna. Aunque desde luego no se hubiera atrevido nunca a decírselo en voz alta, no podía dejar de pensar que el situar un presunto refugio de emergencia en un lugar tan inaccesible no era precisamente una ocurrencia digna de encomio. La caverna que recorrían, descendente, estrecha y con suelos de dura roca, era como una oscura y asfixiante garganta que atravesara las entrañas de las montañas de Canterlot, a gran profundidad bajo los cimientos de la ciudad. Llevaban lo que le parecía una eternidad caminando, iluminados por una antorcha cuyo calor sólo empeoraba la situación, con varias cajas pesadas a cuestas. En pocas palabras, para aquel pony aquello no podía ser peor, y no había visos de que estuvieran cerca de su destino.

El profesor Knowling avanzaba por delante, centrado en detectar los signos de magia que debían delatar la puerta oculta de su refugio subterráneo. Hacia tanto tiempo que no acudía a aquel escondrijo que instaló en las cavernas inferiores de Canterlot que le preocupaba sinceramente no encontrarlo, aunque no fuera a admitirlo ante el otro pony. Lo cierto es que no le hacía gracia tener que volver a recurrir a él, pero dadas las circunstancias, era la mejor opción que tenía en ese momento a casco.

-¿Estamos muy lejos todavía?-preguntó finalmente en voz alta el otro unicornio. Se trataba de un pony de pelaje grisáceo y crin y cola tricolores, azul, verde y amarillo, con una cutie mark en que estaban representadas las cuatro fases de la luna-No me extrañaría que ya se hubiese hecho de noche y esto es una labor extremadamente aburrida.

-Cállate, Reywal-la mandó sin más, sin necesidad de alzar la voz, Knowling-No estás aquí para pasarlo bien-añadió, molesto con aquel. Se hubiera preguntado nuevamente por qué le había traído consigo si no hubiera vuelto a recordarse que tenía una tarea para él que no podía confiarle a nadie más.

-Esta noche tenía un encuentro…-empezó a decir Reywal.

-No me interesan tus asuntos privados-le intentó cortar Knowling.

-…con ese amigo que he hecho en la guardia de la “vaca sagrada”-concluyó el otro, sin inmutarse por la brusca interrupción.

-¿Acaso esperas nuevas noticias interesantes?-el profesor no estaba para nada impresionado por aquello-¿No te dejó ya claro que no es capaz de sonsacar nada de información a los guardias de la princesa Luna sobre las actividades de su soberana?

-Bueno, es verdad que es difícil obtener información de un bat-pony, pero mi contacto me había dicho que había oído ciertos rumores…

-Ya. Rumores… Rumores hay muchos siempre. De momento sólo me interesa que mi contacto dentro del palacio real me ha asegurado que no parece circular órdenes de ningún tipo que me atañan, ni para arrestarme ni para perseguirme, ni siquiera para investigarme.

-No estoy seguro de que ese contacto sea fiable, Maestro.

-Tampoco es un problema que deba preocuparte. Tú confórmate con saber lo que necesitas para cumplir con tu parte del plan. Ese es el orden de las cosas.

-Sí, sí, el orden, el orden, el sempiterno orden de las cosas-susurró por lo bajo, en burla.

-¿Has dicho algo, Reywal?-le preguntó el profesor con tono severo.

-No, nada.

-Mejor te quedas callado, si no quieres que…-se calló de pronto Knowling cuando, al pasar junto a una pared, la leve magia que ceñía su cuerno, reaccionó, brillando con intensidad-Hemos llegado-se limitó a decir mientras se acercaba a la aparentemente dura roca, que empezó también a brillar en correspondencia. Knowling presionó levemente con su cuerno en el punto preciso para que, con algo de ruido, se deslizase la puerta oculta hacia un lado, revelando la entrada a una pequeña cavidad.

-¡Menos mal! ¡Gracias al cuerno de Valtader!-exclamó el joven unicornio, entrando y dejando las pesadas cajas, tanto las que había cargado con magia y la de su lomo, en el suelo junto a la entrada. Tampoco había mucho más espacio. Aquello no era mucho más que una oquedad que pareciera haberse formado por capricho en un lago de la gruta. Más allá de la falsa puerta, protegida por un hechizo, apenas un par de viejas cajas polvorientas y una mesa astillada sobre la que algunos libros, alambiques, redomas y otros utensilios para pociones, delataban que había habido algún tipo de presencia en ella. Un pequeño refugio que Knowling se había arreglado muchos años atrás, cuando empezaba a proyectar sus planes-Vaya… No es precisamente lo que esperaba…

-Es suficiente para lo que necesito-se limitó a decir Knowling mientras depositaba con cuidado el cofre que había transportado sobre su lomo en la mesa con delicadeza. No pudo evitar abrirlo un momento para asegurarse de que los cuatro fragmentos del Adenror permanecían intactos, a pesar de que era consciente de que prácticamente nada podía dañarlos.

-Y, Maestro, ¿puedo hacer algo más por usted hoy aparte de ser un simple arriero?-le preguntó, con cierto tono de fastidio mal disimulado, Reywal, mientras recorría el lugar con la mirada, pero sin verdadero interés el lugar.

-Tu parte del plan...-repitió, conteniendo su mal humor el profesor-…incluirá lo que yo decida que incluya. Y ahora haz el favor de quedarte callado un rato mientras ordeno mis pensamientos.

A Reywal no le quedó más remedio que permanecer a la espera mientras Knowling sacaba y disponía los libros y demás materiales que habían traído desde su despacho.

Éste reflexionaba sobre cuál debía ser su siguiente paso… Tenía claro que necesitaba mantenerse informado de los pasos que diera el joven Dremtly en Ponyville, sobre todo para asegurarse de que encontraba, si es que existía, la cripta aydara que debía estar oculta cerca de aquel pueblo. Al mismo tiempo y temiendo que, en caso de que sus peores temores se realizaran y Luna le estuviera acechando, su instinto, contra su prudencia, le indicaba que debía empezar la búsqueda del sexto y último fragmento.

Necesitaba completar el Adenror cuánto antes para poder dar comienzo a su proyectado alzamiento. Sin embargo, el riesgo de realizar de nuevo el conjuro de la convocatoria no dejaba de aparecérsele en ese momento como excesivo, sobre todo ante la evidente realidad de que, mientras no obtuviera el quinto, podía obtener el mismo resultado y no uno nuevo. Además, era evidente que en aquel diminuto escondrijo no podía realizarse el hechizo.

Tras meditarlo profundamente durante unos largos minutos, Knowling volvió a guardar el equipo en las cajas y a cerrarlas de nuevo. Tenía claro que, para mantenerse lejos de posibles injerencias de pezuñas reales y para poder obrar con más libertad, debía acudir a un lugar seguro…y ya tenía claro cuál era ese sitio.

-¡Oh, no!-se quejó Reywal la verle-¿No me dirá ahora que hay que volver a cargar con las cajas hacia la salida después del trabajo de entrar aquí sin poder teletransportarnos?

-Ya te expliqué el por qué es necesario hacer el mínimo uso de magia en estas cuevas, así que deja de quejarte. De todos modos, tengo otra tarea para ti y es la auténtica razón por la que te he convocado esta noche.

-Oh, bien, menos mal-se alegró al oír aquello, intentando ser optimista sobre el cometido que Knowling fuera a depositar en sus cascos. Éste sacó de una las cajas una especie de billete y se lo tendió al unicornio, que al cogerlo pudo comprobar que era un pasaje de tren con dirección a Ponyville-¿Y qué debo hacer con esto?-le preguntó, sin demasiado entusiasmo ante la obviedad. Como unicornio que había pasado gran parte de su vida entre Celsylvania y Canterlot, aquella perspectiva no le despertaba demasiado entusiasmo.

-Vas a ir a Ponyville y vas a mantener vigilado a Dremtly-le explicó escueta y directamente-Quiero estar informado de todo lo que haga allí con puntualidad y, esto es importante, así que atiende bien a mis palabras, sin que sepa nada de tu presencia. ¿Entendido?

-Pues claro que lo entiendo. ¿Pero qué sentido tiene eso? ¿Qué va a hacer Fog en Ponyville que pueda tener algún interés, aparte de enseñar a esa unicornio?

-Eso no te incumbe. Te he dicho lo que necesitas saber. Ya recibirás más instrucciones cuando llegue el momento. Yo tendré que alejarme un tiempo de Canterlot, así que contacta conmigo por la esfera comunicante. ¿Alguna duda, Reywal?

-No, Maestro. Todo está “claro” como el agua.


Capítulo 12. Sumergiéndose en problemas (Escena 08)

Spoiler:
La atmósfera del baño empezaba a estar anegada por completo por una leve capa de vapor, que cubría con vaho los cristales de las ventanas y del espejo. Comprobada la temperatura del agua de la tina, la pegaso fue constatando que tenía a casco todos los jabones, esponjas, cepillos y demás utensilios de aseo que iba a necesitar, asintiendo sonriente para sí cuando se aseguró de que nada parecía faltar por preparar, salvo lo más importante.

-¡Angel!-le llamó con su voz melodiosa, asomándose al pasillo y buscando al esquivo conejo con la mirada-Es hora de tu baño de los miércoles.

El conejo, no obstante, que estaba en la cocina y que se las había apañado para subir a la encimera y asaltar el “cajón de las zanahorias”, lejos de acudir a la llamada de la pegaso amarilla, saltó al suelo y se apresuró a encerrarse en su pequeña caseta, dejando firme su posición con un fuerte portazo que logró que resonara por toda la vivienda.

-Oh, vaya-murmuró Fluttershy al escucharlo. Estaba claro que Angel no estaba por la labor de poner de su parte, como solía ser habitual. Ella, por su lado, en vez de acudir directamente a buscarle, se quedó un momento quieta y cabizbaja, rascando el suelo bajo sus cascos. Lo cierto es que, si usualmente ya era una pony que actuaba muy pausadamente, aquel día aquella tendencia había ido a más, tras su peculiar experiencia en el bosque.

Al bajar, a su ritmo, por las escaleras, no pudo dejar de ver el florero en que, junto a la entrada, había dejado en un jarrón con agua las flores que le regalara en extraño pony que se encontrara aquella mañana en el bosque. Retenía la escena en su mente con la misma viveza que cuando sucedió y aún se sentía desconcertada por los hechos. Que un pony la abordara no era nuevo. Poco usual, sí, pero para nada nuevo. Sin embargo, al pensar en ello, lo que le extrañó fue su reacción. Tal y como ella lo entendía, lo natural habría sido que se alejara o que apenas pudiera intercambiar un par de palabras con aquel desconocido, pero no había sido así. ¡Sí incluso se había permitido reírse delante de él! No entendía que le había pasado, lo que le causaba una profunda inquietud, pero aquella mañana… No había sido realmente ella.

Estaba tan abstraída que no se daba cuenta de que ya estaba ante la caseta de Angel, llamando con leves golpecitos de casco a la puerta con la esperanza de que el conejo saliera y accediera a darse su baño, lo que estaba lejos de pasar. Fluttershy sacudió la cabeza, intentando despejar su mente por novena en su vez a lo largo de la tarde y apartar el recuerdo de ese instante. E iba a insistir e incluso se sentía tentada de la idea de usar la mirada, cuando otra puerta fue la que resonó con fuerza al ser golpeada por un casco. Alguien llamaba a la puerta de la pegaso y ésta, asustada por los imprevistos golpes y abrazada a la lámpara que colgaba del techo, a la que había llegado tras un salto-reflejo, no se imaginaba quién podía ser. No esperaba ninguna visita y no le gustaban ese tipo de sorpresas, siempre la inquietaban.

Por un momento se planteó si fingir que no estaba en casa, pero se dio cuenta de que, con las luces del salón y del baño del segundo piso encendidas y ambas visibles desde fuera, era muy probable que aquel que hubiera ido a verla supiera que estaba en casa. No le quedó más remedio que armarse de todo el valor que pudo a fin de acercarse a la puerta principal y, con el tono más firme que pudo, preguntar:

-¿Quién…quién es?-no pudo evitar, con todo, que su voz temblara ligeramente.

-¿Fluttershy? ¿Eres tú? ¡Abre! ¡Soy yo, Herbal!-pudo oír al unicornio identificarse desde el otro lado de la puerta, aunque realmente no le hubiera sido necesario. Su tono de voz, jovial, ni grave ni agudo, no era para nada difícil de reconocer aunque la pegaso sólo se hubiera encontrado una vez con él. Al saber quien estaba llamando a su puerta, un profundo y estremecedor escalofrío hizo temblar a la yegua desde la punta de la cola al flequillo de la crin, agitando a su paso su espina dorsal, erizando su pelaje y las plumas de de sus alas. “¡¿Qué hacía allí ese pony, llamando a la puerta de su casa?!”, se preguntó-¡Vamos, linda!-insistió Herbal desde la calle mientras la pegaso se sentía al borde del desmayo y desesperada al no encontrar una salida ni poder desaparecer ni fingir ya que no estaba.

-Eh…esto…eh…-empezó respirar rápidamente, casi pareciendo hiperventilar, mientras miraba a un lado y a otro, no segura de si buscaba algún utensilio que tuviera la capacidad de hacerle invisible, de “solucionar” de algún modo esa incómoda situación o, sencillamente, de un escondrijo en que refugiarse hasta que pasase el “peligro”.

-¡Abre, por favor!-insistió el unicornio, volviendo a llamar a la puerta-¡Te he traído un regalo!-añadió Herbal, haciendo en realidad que la pegaso temblase aún más.

-…estoy…ya…casi…un…un segundo-hizo amago de responderle la pegaso, aunque su tono de voz estaba lejos de poder ser escuchado por Herbal.

-¿No me irás a dejar esperando en tu puerta todo lo que queda de tarde, no, encanto?-insistió una última vez el unicornio.

-…-finalmente y sin decir nada, Fluttershy no pudo evitar abrirle la puerta ante su insistencia, pensando que, con suerte, sería una visita rápida. Se sentía muy nerviosa ante aquella inesperada aparición pero, en la pugna entre su timidez y su miedo a parecer maleducada ante otro pony, lo último acabó, no sin esfuerzo, por imponerse.

-¡Ey, encanto!-la saludó nada más entrar con énfasis mientras miraba con gran curiosidad cada rincón de la casa-¿Qué tal estás? Vaya casa más bonita. Bueno. Poco después de comer volví al bosque a seguir experimentando y te he traído estas flores que hice pensando en ti, monada-Herbal hablaba a gran velocidad, haciendo a Fluttershy pensar en su rosada amiga Pinkie, mientras le tendía un ramo de rosas plateadas y que despedían una suave fragancia a vainilla-¿Te gustan? Espero que sí. Aunque yo lo hago parecer fácil, es una técnica alquímica de transformación y mutación muy compleja tal, pero no te aburriré con esos rollos de unicornio.

-Bue…e…no…-lo cierto es que la incomodidad de la pegaso iba en aumento y ni siquiera puso pensar una respuesta ante el osado avance del unicornio, que se había situado a pocos cascos de ella. Fluttershy bajó la mirada, dirigiendo la vista al suelo, roja ante la excesiva cercanía y confianzas que parecía tener el pony con ella.

-¿Qué pasa? ¿Te encuentras mal? ¿Te pasa algo? ¿Te duele el estómago? ¿He venido en mal momento? ¿Estabas haciendo algo y te estoy estorbando? ¿Qué es?-la retahíla de preguntas volvió a ser acelerada a más no poder.

-No…eh…-la pegaso no atinaba a hablar ante aquella invasión de su intimidad-Es...estoy…bien…-dijo en un murmullo apenas audible que, desde luego, Herbal apenas captó.

-Creo que has dicho algo, pero no te oído. ¿Puedes repetir?

-Que…que…es…toy…bi…en…-su voz sonó aún más bajo, si era posible.

-No te tomo el pelo, pero en serio que no entiendo lo que dices, mona.

-…-en esta ocasión sólo se escucho lo que parecía un gemido de angustia.

-Uh… No te preocupes. Tengo claro cuando estoy molestando. Perdona. Pero espero que aceptes estas flores como un regalo. Cuando las terminé supe que debía traértelas, por eso estuve un largo rato indagando por el pueblo hasta que una amable aunque algo torpe pegaso me indicó dónde vives. En fin. Aquí te las dejo-depositó con cuidado el ramo sobre una mesita que había en el recibidor y se dirigió de nuevo a la puerta. La pegaso apenas reunió valor para mirarle-¡Dulces sueños, guapa!-se marchó no sin causarle nuevamente un último y encendido rubor en las mejillas a la pegaso.


Capítulo 12. Sumergiéndose en problemas (Escena 09)

Spoiler:
“Desde la cumbre del Colmillo de Dragón, la pegaso tuvo ante sí una grandiosa panorámica de las montañas que constituyeron el rincón más recóndito del antaño poderoso imperio de Atila. Las agudas, afiladas cimas, se alternaban con oscuros abismos cuya profundidad escapaba y casi cegaba a la vista. El viento agitaba las plumas, la crin y la cola de Daring mientras recorría con la mirada, disfrutando del espectáculo, la grandeza de aquellas fortalezas de piedra, alzadas sobra la tierra con fuerza y firmeza, con sus paredes que se elevaban hacia las alturas, lisas pero plagadas en su faz de numerosas y variopintas oquedades.

En el pasado, en los tiempos en que los dragones habitaban aquellas tierras, muchos de ellos habían instalado sus nidos y moradas en esas cavernas, que habían sido ocultas y bien defendidas cuevas del tesoro bajo un cielo que permanecía oculto a la vista de las montañas por las espesas nubes de los durmientes reptiles. Siglos después de aquello, sólo pequeñas alimañazas caminaban por las que fueran las moradas de tales regias criaturas, custodiando mero polvo y telarañas. A favor, un hermoso cielo nocturno, bañado de estrellas, se cernía sobre ellas.

Una vez que la dura escalada hasta la cumbre había terminado, nuestra aventurera se tomó un momento para descansar, tomarse uno de los sándwiches de tomate que se había traído y revisar el equipo. Afortunadamente, los imprescindibles elementos que el profesor le había dado, parecían totalmente intactos. Los fue sacando de la alforja uno a uno, examinándolos con escrupuloso detalle para cerciorarse de que el golpe recibido no les había causado ningún menoscabo. Sólo cuando se aseguro de que todo estaba en orden, terminado ya el breve almuerzo, se colocó de nuevo el equipo sobre el lomo y reemprendió la marcha.

En la cumbre, el frío era aún mayor que durante el ascenso. Un frío seco, potenciado por un viento feroz que ahora, sin tener una pared junto a la que refugiarse, envolvía y empujaba a la pegaso sin clemencia. La cima de la montaña era una pequeña llanura, plana como si un colosal gigante hubiera serrado el monte por aquel punto, pero lo bastante grande como para que, con las complicaciones que la tempestad imponía a su marcha, le costará cruzarla. El rugido del aire a su alrededor era tal que apenas podía escuchar el sonido de sus cascos sobre la dura roca. Pero nuestra aventurera, ya hecha a mil y un adversidades, no cejó en su empeño pese a todas las dificultades.

Cuando, finalmente, pudo asomarse al otro lado de la cumbre, su objetivo apareció ante su vista. Tal y como había esperado, a treinta metros bajo ella, se alzaban tres espigadas torres, tan aparentemente frágiles que a cualquier le habría parecido increíble que no fueran sencilla y brutalmente arrancadas de cuajo por el fuerte viento. Las tres torres, cuyas cimas flotaban, tambaleantes, a apenas unos metros de distancia y por debajo de donde Daring estaba, hundían sus cimientos directamente en la roca. La mirada de la pegaso recorrió el alzado de aquellas. Sus muros, sus paredes, parecían resistir, tras siglos desde su construcción, las inclemencias del clima, aunque no sin mostrar en sus fachadas múltiples daños de todo tipo, con sus viejos relieves de piedra socavados y erosionados por el aire.

Con esfuerzo y cuidado, Daring tomó el gancho que había preparado y, tras tres intentos, logró que se agarrase, con firmeza, a una oquedad que se abría en la planta superior de la torre más cercana, que parecía haber sido una ventana tiempo atrás. Tras ajustar como pudo el otro lado de la cuerda, la utilizó, con las debidas precauciones, para volar, agarrada en todo momento a ella, hasta entrar en la torre. El viento, aún más que antes, la zarandeaba con fuerza y en un par de momentos casi temió que la cuerda fuera a soltarse, pero para su tranquilidad, no tardó en depositar sus cascos en el suelo de la torre.

-¡Sí!-exclamó, satisfecha y alegre por su logro. Finalmente la guarida secreta de la reina Calipso se encontraba bajo sus pezuñas. Sin embargo, contuvo su entusiasmo. El camino apenas acababa realmente de empezar.”


Unos golpes en la puerta de su cuarto sacaron a Fogsun de su lectura junto a las voces de Earion que le anunciaban que la cena estaba servida. Mientras podía escuchar al pegaso alejarse de nuevo hacia la cocina, el unicornio, lento, con parsimonia, cerró el libro y lo guardó con cuidado en su lugar correspondiente. Tras echarle un rápido vistazo al reloj de su cuarto se asombró de la avanzada hora que marcaban sus agujas. Tras volver a casa después de comer en casa de Twilight, los nervios que le provocaba el esperado viaje de aquella noche le habían impedido ponerse a trabajar en su traducción, por lo que había acabado pasado toda la tarde en la relectura de una de sus novelas favoritas, “Daring Do y la Ruina Maldita”, de A. K. Yarling.

-¡Fog!-volvió a llamarle Ear desde la cocina al ver lo que tardaba su amigo en acudir.

-Ya, ya-le replicó, mientras recorría el pasillo y entraba a la cocina, con cierto tono de desgana habitual.

Ear estaba en la cocina, terminando de disponer la cena. Había preparado dos hamburguesas y en ese momento sacaba de la freidora una tanda de patatas fritas que volcaba con cuidado en una fuente. El unicornio se sentó en su sitio mientras el pegaso terminaba de disponer toda la mesa y abría una botella de vino, procediendo a llenar dos copas.

-¿Qué?-rompió el hielo Ear-¿Estás preparado para el viaje? Dentro de poco tendremos que ponernos en camino a la estación.

-Sí-le respondió escuetamente Fog mientras vertía una cantidad desmedida de salsa de tomate y algo de mostaza sobre su hamburguesa de heno.

-Ya he terminado de preparar el equipaje. Lo único que me preocupa es la cuestión del piano-suspiró-No sé si vamos a estar tanto tiempo como para qué merezca la pena acudir a un servicio de mudanzas y está claro que no podemos llevarlo nosotros. ¿Tú qué opinas?

-Twilight es muy inteligente-empezó respondiendo el unicornio-Es probable que, con unas cuentas clases intensivas, esté pronto preparada para proseguir sus estudios de magia aydara por su cuenta. No sabría decirte cuánto tiempo será eso. Quizá una semana, semana y media, dos. No lo sé.

-Entonces probablemente lo decidiré allí, cuando me aseguré de que tiene sitio para mi piano en su casa…-de repente, una sonrisa picara asomó al rostro del pegaso-Y ya que has sacado el tema de Twilight, se me ha ocurrido una idea que quería comentarte.

-No me digas-le miró, con suspicacia, Fogsun, intuyendo ya por donde iban las intenciones de su amigo alado-¿Y qué idea es esa?

-Me fije, cuando fui a la estación a comprar los billetes, que hay una floristería que nos coge de camino desde casa y, si aún estuviera abierta…podríamos pasarnos en un momento antes de llegar al andén.

-¿Y para qué querríamos pasarnos por una floristería? ¿Vas a tener más hambre acaso?-le preguntó, ignorando deliberadamente a lo que se refería Ear.

-Ya sabes que no me refiero a eso, Fog-le replicó Ear, decidiéndose a ser más directo-No te costaría nada comprarle unas flores. Seguro que le gustaría.

-Ear. Te lo repetiré sólo una vez más: Twilight es sólo una colega con la que comparto ciertos intereses intelectuales y con la que puntualmente cumplo el deber de instruirla en la alquimia aydara. Quizá pueda decir de ella que la considero una amiga, pero ya está. Además, Twilight no es de ese tipo de yeguas.

-¿A qué “tipo de yeguas” te refieres? No te imaginaba como un entendido en estos temas.

-Al tipo de yeguas que quieren que les regales flores y ese tipo de cosas cursis. Ella es muy madura y serie para su edad.

-A todas las yeguas les gusta que le regalen flores, Fog. A todas.

-Eso es una falacia de generalización.

-No pretendas usar la lógica en este tema, Fog. Hablamos de féminas. Esas reglas no se aplican.

-Eh…

-Además, las flores en sí no son lo importante. Lo que les gusta, lo que ellas quieren es la prueba, la prueba palpable y real de que has estado pensando en ellas y de que has estado pensando en ellas por lo importantes que son para ti y que de que son para ti dulces y bonitas, es por eso que se les lleva siempre flores y bombones-le explicó Ear con un tono medio docto medio en broma mientras devoraba su hamburguesa-Eso le hará saber claramente que te gusta.

-Como es inútil que te lo repita no lo voy a hacer más, pero desde luego, o pretendes simplemente molestarme para reírte a mi costa o eres muy obtuso. Y ahora, quizá deberíamos repasar si has cogido todos los libros que te indiqué que iba a necesitar. ¿Has cogido el libro de Carroter sobre…?

-¡Oh! Se me ha ocurrido-le interrumpió Ear-Una nota. Una nota que ponga: “Para mi agradable amiga Twy”. No es muy comprometedor, pero valdría.

-Deja el tema de una vez, ¿quieres?-le dijo con fastidio mientras se limpiaba el hocico, rojo de la salsa de tomate que había desbordado del pan-Por mucho que insistas, nada va a pasar.

-Ya, ya, pues yo creo…-el sonido de la puerta principal abriéndose sorprendió a ambos y por un momento quedaron en silencio mientras unos pasos se acercaban a la cocina, hasta que Fogsea entró, sonriendo al verles-¡Hola, buenas noches!-la saludó, alegre, Ear.

-¡Buenas noches!-les saludó ella a su vez, igualmente contenta-¿Qué, cenando?-se sentó junto a Fog, cuya crin acarició mientras dejaba por un momento su bolso sobre otra de las sillas-Como me dijisteis que os ibais esta noche, he querido pasarme un momento. Ya que no solemos tener muchas ocasiones de vernos.

-Precisamente estábamos a punto de ponernos a comprobar el equipaje-le dijo escuetamente Fogsun, intentando evitar que Ear prosiguiera con el otro tema.

-En realidad…-contraatacó Ear-Fog me preguntaba sobre si era buena idea comprarle unas flores para regalárselas a Twilight.

-¡Ear!-protestó el unicornio.

-¡Ja, ja!-rió, divertida, Fogsea-Tranquilo, cariño, que ya sé que Ear bromea… Pero ya que ha salido a relucir su nombre, la verdad es que he tenido la oportunidad de conocerla hace unas horas.

-¿Cómo? ¿Qué la has conocido?-Fogsun estaba desconcertado ante aquellas palabras de su madre y el pegaso le dirigió una mirada de curiosidad.

-En la biblioteca. Estaba buscando información sobre la pirámide de Adenror y le indique el libro de Schlihippo. Me pareció una pony bastante agradable.

-¿El libro de Schlihippo? Pero sí es…-empezó a hablar Fogsun, pero Ear no tardó en interrumpirle:

-¿Sólo “agradable”?

-Bastante agradable-repitió Fogsea, sin hacer más concesiones-Sin embargo, me extraña que no te haya preguntado a ti por el tema, si es que tanto le interesa.

-Twilight y yo hemos hablando un par de veces sobre la pirámide de Adenror-le respondió su hijo.

-¿Y no le hablaste del libro de Schlihippo?

-No hay mucho que decir sobre el tema, mamá, ya lo sabes, y el libro de Schlihippo tiene muchas teorías pero pocos fundamentos que las sostengan.

-¿Le has contado lo de Cherady?-le preguntó de repente, no sin cierta cautela.

-Lo que ocurrió en Cherady está lejos de haber sido aclarado-se limitó a contestar el unicornio, cabizbajo.

-Ella parece perspicaz-intervino Ear-Y si es tan inteligente como crees, quizá te ayudaría hablarlo con ella.

-Si me disculpáis…-se levantó de pronto Fogsun-Iré a terminar de recoger mis cosas. Dentro de poco hay que salir-añadió antes de marcharse a paso rápido.

-Vaya-suspiró el pegaso-Supongo que eso es un no.

-Sinceramente, Ear, he de decirte que lo de Ponyville me preocupa.

-No creo que pueda pasar nada malo allí.

-Y en cuanto a Twilight… Es simpática, sí. Pero no insistas mucho ni pinches a Fog con ese tema, ¿de acuerdo?

-Eh…de acuerdo, claro-aquello sí que desconcertó al pegaso, que había pensado que contaría con el apoyo de Fogsea en aquello.

-No estoy del todo convencida de que sea lo que le conviene.

-¿Y qué le conviene?

La unicornio no supo que responder.


Capítulo 12. Sumergiéndose en problemas (Escena 10)

Spoiler:
-¡Muy bien, Pinkies, por favor!-insistía la original desde su estrado, dirigiéndose a las dos docenas de copias que, en un caótico orden, se sentaban en filas ante su atril, cual estudiantes ante su profesora. Y como buenas “alumnas” que se preciasen, prestaban más bien una atención limitada: algunas saltaban a la comba, otras se contaban chistes…en la última fila cuatro jugaban una timba de póker-¿Tenéis todas ya vuestro cartelito con el número que os corresponde?

-¡Yo sí! ¡Yo sí!-gritó, dando saltitos, una Pinkie que tenía en sus laterales un cartel con el número 4-¡Soy la Pinkie número cuatro!

-¿Entonces no le falta a nadie? ¡Aseguraos bien!-insistía la original, que a su vez se había puesto un cartelito con el número 0-Es importante para que cada una sepáis bien cuál es vuestra misión. Todo lo he planificado a la perfección para que llevemos la diversión ¡hasta el último rincón de Ponyville!-exclamó, señalando un mapa del pueblo que había improvisado en una de las paredes y que había dividido en unas veinticinco partes-Si alguna tiene dudas sobre su cometido, debe acudir a mí. Yo, dirigiré las operaciones desde el puesto de mando en el Sugarcube Corner. ¿Tienes alguna pregunta?-se dirigió a la pony con el número 12, que había levantado la pata.

-Eh, sí-asintió aquella-Me toca ir con una tal Bon Bon y se supone que debo hornear galletas con ella el sábado… ¿Pueden ser de canela? ¿Podemos hacerlas hoy? Esperar a lo del sábado es muy aburrido.

-Um…Supongo…-reflexionó en voz alta la Pinkie original.

-¡Pues a mí no me apetece ir a ayudar a pintar una cerca!-saltó la Pinkie con el número 9-¿Puedo cambiarle mi cometido a otra?

-Yo estoy en el equipo de la fiesta de Trixie del domingo-intervino la que tenía el número 11-¿Puedo pasar al de Applejack?

-¡Eh, eh!-saltó la 8-Yo debo ir con Rainbow, ¿y si vamos a Griffonstone para que se reconcilie con Gilda?

-No puedes-le replicó la original-Eso no pasará hasta la quinta temporada, ¡y aún estamos empezando la tercera! ¡Y nada de cambios en los objetivos! Han sido distribuidos de forma concienzuda y estudiada.

-¡De eso nada!-saltó la número 21.

-Bueno, no. Pero el Pinkie-sentido me dice que todo resultará perfectamente-afirmó con seguridad la pony, sonriendo a todas sus clones.

-¿Podemos ir ya a divertirnos?-preguntó en alto la número 17, siendo coreado de inmediato por todas las demás Pinkies de la caverna, que empezaron a saltar mientras coreaban “¡Diversión, diversión, diversión!”.

-Ji, ji, ji-rió la Pinkie original-Pues no veo por qué no. ¡Adelante!
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 12 completo)

Notapor EdoNova » 13 Jun 2015, 14:41

LAS PINKIE'S ATACAN DE NUEVO!!!!!! :ppomg: :dhomg: :guardstop: :bmsi: TODOS A LAS COLINAS!!!!!
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 12 completo)

Notapor Sasir96 » 13 Jun 2015, 18:55

Muy buen capitulo.Me gusta la sensacion que trasmiten estos capitulos.Es como si diversos ejercitos estuvieran reuniendo recursos e informacion antes de una guerra. :rdsir: Como la paz armada antes de la II GM,vaya.
He de admitir que ha habido una parte, en la que fog leia a daring do,en la que me he quedado como "¿¡QUEEEEEE?!" :ppomg: Porque no me esperaba que lo estuviese leyendo él.
Bueno, y,la verdad,hay unos pocos factores que me hacen pensar que este fic y un juego por el cual yo estaria Banned si lo menciono, :rdgosh:ocurren a la vez.
Deberia dejar la droga. :D2
Ah,y hablando de eso.¿soy el unico que cree que ear es gay?
Por cierto,me ha encantado aparecer.
Y estoy seguro de que el viaje en tren con 5 personajes importantes será divertido.
Y lo de cherady promete una historia interesante.Aunque igual solo es que a los academicos les desaparecian bocatas.
Pues creo que eso es todo, no quiero hacer un tocho.
Esperando el 12+1. :)
Si te aburres, puedes mirar mis fics y tal
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 12 completo)

Notapor horwaith » 28 Jun 2015, 19:32

Me encantan las escenas, aunque no sabría con cual quedarme, porque me gustan todas y el título parece estar hecho adrede para la mayoría de ellas, realmente se Sumergen en problemas como dice el capítulo. Muy buenas y quiero saber más (si es que se puede).
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 12 completo)

Notapor Mishiro » 01 Jul 2015, 11:49

Gracias por vuestros comentarios. :) :3

Capítulo 13. La Gran y Laboriosa Trixie


Spoiler:
El vapor flotaba, denso, pesado, anegando el pequeño cuarto de baño y dejando empañados el espejo y los cristales de la ventana, donde se reflejaba pálidamente la luz de la pequeña lámpara que pendía del techo. La habitación estaba en silencio, aunque llegaban constantemente ruidos y sonido de charla desde el piso de abajo. La unicornio, sin embargo, ya algo acostumbrada a ello, se limitaba a ignorarlos mientras disfrutaba, relajándose, de aquel baño de espuma, sumergida casi por completo en el agua caliente. Tras lo que para ella había sido una larga y extenuante jornada de trabajo, nada encontraba más agradable que el envolvente y suave tacto del agua sobre todo su pelaje.

La mente de Trixie, mientras, volvía a divagar sobre el futuro y sobre sus planes de cara a él. Y, por primera vez desde hacía mucho tiempo, no tenía entre sus prioridades la recuperación de su antigua vida, sus deseos de venganza o la búsqueda de medios para conseguir aquella. Lo que centraba sus pensamientos era casi exclusivamente lo que había ocurrido durante la jornada que estaba cerrándose, durante la tarde, durante las últimas horas más concretamente. Ser la “Gran y Laboriosa Trixie” había resultado ser más fatigoso y exigente de lo que en un principio había llegado a imaginar: la caminata a la ferretería, la carga de la carreta, otra vez la marcha de vuelta y ahora con el peso añadido… Era cierto que gran parte del esfuerzo, de hecho, prácticamente todo el esfuerzo, había sido realizado por Applejack y por su hermano, pero sólo el acompañarles y echarles un casco puntual ya había sido suficiente para dejar desfallecida a la maga. Sin embargo, no se sentía a disgusto con ello.

Aunque sus cascos habían padecido hasta el punto de que casi los sintió gritar, al volver la mirada atrás, encontraba que había sido una mejor tarde que las anteriores, que habían transcurrido entre bostezos y aburridos intentos de lectura de aquellas, para la unicornio, tontas novelas de aventuras de Daring Do. La idea ya le había rondado la cabeza recientemente, pero ahora con más fuerza, se veía llevando ese estilo de vida que en el pasado había despreciado. Realmente aquella perspectiva, aunque no estaba segura de que fuera posible, se le llegaba a presentar casi como deseable. Incluso, se corregía, sí que era factible, pues ni siquiera necesitaba que los Apple la aceptaran en su hogar más tiempo del necesario, ya que incluso, llevada por aquel optimismo que la embriagaba, ni siquiera la idea de volver a aquella granja de cerezas que tanto había odiado en el pasado le parecía una locura. De hecho, incluso podía llegar a tenerla como la mejor salida posible dadas sus circunstancias.

-¡Trixie!-la voz de Applejack, que de repente llamó con varios golpes a la puerta del baño, la sacó de golpe de sus meditaciones-La cena está en la mesa ¡Ve saliendo ya, que se ha hecho muy tarde!

-¡Ya voy, ya voy!-le replicó la unicornio, en realidad sin moverse, en ese momento demasiado cómoda y con insuficientes fuerzas como para siquiera pensar en levantarse.

-¿Te encuentras bien?-le preguntó Applejack desde el pasillo, un tanto preocupada. Aquella, que había tardado cinco minutos en ducharse para limpiarse todo el polvo y barro de la jornada, no entendía como había yeguas capaz de estarse tantas horas en el baño-¿Necesitas algo?

-¡No, no! ¡Te digo que ya voy!-respondió Trixie mientras, con sumo esfuerzo y sólo por pensar en su estómago vacío, lograba alzarse y quedar de pie en la bañera, dispuesta a salir. Desde el otro lado de la puerta, la rubia pudo escuchar perfectamente el ruido al salirse la unicornio de la bañera y el sonido del agua yéndose por el desagüe-¡Que bajo enseguida!-insistió al notar que la otra pony aún seguía en el pasillo.

Trixie depositó con cuidado sus patas sobre la esponjosa alfombrilla del baño, verde y con varias manzanas dibujadas en su contorno, y alcanzó una de las toallas que había en un estante, con la que procedió a secarse antes de dejarla de cualquier modo sobre el inodoro. Abrió el grifo del agua fría del lavado para poder despejar el espejo y todavía pasó un largo tiempo frente al mismo, arreglándose el pelaje, la crin y la cola. Cuando finalmente abrió la puerta, el desastre de un baño encharcado, con huellas de barro en algunas partes, toallas húmedas sobre el retrete, todos los objetos de aseo revueltos, etc., un estropicio como nunca antes se había visto en aquel baño, apareció ante Applejack.

-¡Por las herraduras de Bob el granjero, Trixie!-se quedó asombrada al ver aquello-¿Qué se supone que has estado haciendo?

-La Gran y Laboriosa Trixie sólo ha tomado un baño-le dijo con indiferencia aquella.

-Ya, pero, ¿cómo se supone que lo has hecho?-se asoma al baño-¡Uf! Que calor más asfixiante-entró para poder abrir la ventana y que se aireará la habitación-En fin… Ya vendré a limpiar esto después de la cena. Ahora bajemos a la cocina, que la cena se enfría y ya llevamos esperándote un buen rato.

-¿Esperar? ¿Esperáis a la Gran y Laboriosa Trixie?-aún no dejaban de sorprenderle aquellos gestos de los Apple.

-Pues claro, terroncito. Eso es lo educado-asintió la pony naranja con el tono firme del sencillo pony que no imagina otra forma de hacer las cosas que la propia.

-Bueno. De hecho la Gran y Laboriosa Trixie tiene hambre. Vamos.

-¿Realmente vas a seguir mucho tiempo con ese, eh, nuevo apodo de “la Gran y Laboriosa Trixie”?

-La Gran y Laboriosa Trixie no usa apodos-se limitó a replicarle antes de alejarse a paso rápido en dirección a la cocina, seguida de cerca por Applejack.

En la cocina, la mesa ya estaba dispuesta y repleta de platos, como ya tantas veces había visto Trixie aquellos días, con los demás miembros de la familia Apple sentados en su sitio a la espera de la llegada de las dos yeguas faltantes para empezar a cenar. Especialmente la pequeña Apple Bloom se movía inquieta en su silla, reaccionando con énfasis ante la entrada de aquellas:

-¡Oh! ¡Ya están aquí! ¿Puedo empezar?-rogó a su abuela, con mirada casi suplicante mientras sentía sus tripas rugir.

-Un poco de paciencia, Apple Bloom-le regañó levemente Granny Smith mientras Trixie y Applejack tomaban asiento-Ahora sí-le señaló, ante lo cual la potrilla se lanzó con ansia a devorar su plato-¡Apple Bloom!

-¡Oh! Lo siento, Granny-se disculpó la potrilla, empezando a cenar con normalidad-¡Y mañana es el día, mañana es el día!-saltó, de repente. Parecía haber esperado con ansía y emoción contenida el poder compartir su alegría con todos los presentes.

-¿Mañana es el día? La Gran y Laboriosa Trixie quiere saber que pasa mañana-reaccionó la unicornio, que, por lo que notaba en los demás, era claramente la única que no conocía la razón de tal entusiasmo de la pequeña potrillo.

-¡Mañana llega mi prima, Babs Seed, desde Manehattan!-le respondió Apple Bloom-¡Estoy deseando conocerla!

-Bueno, bueno, terroncito. Tampoco es para tanto, así que tómatelo con un poco más de tranquilidad, ¿de acuerdo?-le aconsejó su hermana-¿No te parece, Big Mac?

-Eyup-asintió el potro, con su habitual parquedad de palabras, mientras a su vez cenaba también.

-Y si no tuviera cutie mark, podría unirse a las Cutie Mark Crusaders, ¿no sería genial?-siguió hablando la potrilla, ignorando a sus hermanos mayores.

-Quizá, pero no la vayas a agobiar con eso, ¿eh?-le advirtió Applejack-Va a venir a pasar unos días y no precisamente para que le estéis metiendo en líos.

-Que sí, que sí. No te preocupes, Applejack. Sabes que soy muy responsable-le replicó su hermanita mientras ponía su mejor cara de potrilla inocente.

-Ya, claro, manzanita-el tono suspicaz de la rubia era evidente-Muy… ¡Eh! ¿Qué te hace gracia?-le preguntó a Trixie, que escuchaba la conversación con interés, encontrándola bastante graciosa, por lo que no pudo evitar una leve risa.

-¡Ah! ¡Una cosa, una cosa!-saltó la potrilla antes de que la unicornio pudiera hablar-¿Va a poder venir Trixie a la acampada en Winsome Falls? ¡Así sería más divertida!

-Eh… Bueno, si Trixie quiere venir…-aquel repentino cambio de tema desconcertó por un momento a Applejack.

-Pero llevad ropa de abrigo suficiente-intervino de repente Granny Smith en la conversación-Que por las noches refresca y así se cogen los resfriados.

-Eyup-asintió Big Mac a las palabras de la abuela.

-Lo sé, abuela, lo sé-dijo Applejack-Iremos bien preparadas a la acampada y, oh, vaya, hablando de preparativos, aún tenemos que montarle una cama a Babs Seed en tu cuarto Apple Bloom y eso que mañana deberíamos empezar a trabajar en la reforma del granero, ahora que hoy lo hemos dejado preparado. Y al tiempo no podemos dejar de cosechar las manzanas del campo oeste, que ya están maduras y listas. No sé como se ha podido juntar de repente tanto trabajo acumulado-reflexionó en voz alta la rubia, intentando no parecer agobiada por lo que veía se les echaba encima-Estos días van a ser duros.

Eyup-asintió también Big Ma, de acuerdo igualmente con su hermana.

-Oh, pues menos mal que contáis con ¡la Gran y Laboriosa Trixie!-intervino finalmente la unicornio.

-No, Trixie, esto es en serio-le dijo intentando sonar firme pero no ruda ni hostil-Ayudar a acarrear peso es posible que puedas, pero, ¿cosechar manzanas o echar un casco a construir el nuevo granero? Eso ya no lo tendría tan claro.

-¡La Gran y Laboriosa Trixie puede hacer todo lo que se proponga!-le replicó a su vez, indignada.

-Ya, sí, sí-Applejack no atinaba a encontrar las palabras adecuadas para lo que quería decir-Me parece muy bien que quieras ayudar. Es de agradecer y todo eso, pero…-se rasca la nuca-Eh…

-¿Pero qué? ¿Qué objeción puede haber contra la ayuda de la Gran y Laboriosa Trixie?

-Eh…-realmente la rubia no encontraba la forma de decirlo sin resultar ofensiva y le costaba un gran esfuerzo callarse lo que pensaba.

-Oh, vamos, manzanita-salió Granny Smith en inesperada defensa de la unicornio-Déjale que ayude, que no va a pasar nada malo por eso.

-Granny, no tiene ninguna preparación ni experiencia en este tipo de trabajos y nosotros no tenemos tiempo para enseñarle, por mucha buena voluntad que tenga-sentenció finalmente la rubia.

-Applejack-le dijo su hermano, con tono seco y serio-Yo me ocupo.

-¿Cómo? ¿Estás seguro de eso, Big Mac?-le preguntó su hermana, sorprendida ante aquello.

-Eyup-asintió su el pony.

-¡Perfecto!-exclamó, sonriente, Granny Smith, antes de que Applejack pudiera volver a expresar sus dudas-Pues todo queda arreglado. Ahora, que alguien me haga el favor de acercarme la ensalada de patata.


Capítulo 14. Audiencia Nocturna


Spoiler:
El sonido metálico de los característicos pasos de los soldados, rítmico en su marcha, llenaba la plaza que se abría ante el Palacio Real según el metal de las herraduras chocaba con el empedrado de la calle. La tropa, en columna de a cuatro, salía desde el cercano patio de armas y desfilaba, dirigiéndose y enfilando la calle principal, con rumbo hacia la especial estación que para uso del ejército estaba situada en uno de los niveles menos elevados de Canterlot. Muchos ponies que paseaban por las calles o que iban de camino a algún lado se detenían, con mayor a o menor curiosidad, ante aquel aparentemente improvisado y nocturno desfile.

La unicornio había llegado a tiempo de contemplar este pequeño espectáculo, que transcurría a la brillante luz de las farolas. Realmente le parecía extraño aquello y se preguntó porqué y a dónde irían esos soldados a aquellas horas de la noche. ¿Habría pasado alguna emergencia? Mientras contemplaba aquello y la serie ininterrumpida de todo tipo de ponies marchando a paso regular con el resonar de sus armaduras, no pudo evitar pensar en su hermano y preguntarse que tal le iría ahora que llevaba una nueva vida como príncipe del Imperio de Cristal. Sonrió al imaginarlo, realmente aún sin acostumbrarse a ver imaginar a Shining de esa manera. “Es como si alguien viniera a decirme que algún día yo también seré una princesa. Me parecería un absurdo”, rió, intentando fantasear con cómo se vería como tal. “Vamos, Twilight”, se recriminó aquella perdida de tiempo, “No es buena idea perder el tiempo en divagaciones sin sentido”.

Tras dejar aquello de lado y, sin dejar de mirar conforme avanzaba hacia Palacio el paso de los soldados por la calle, volvió a reflexionar en el tema que realmente le estaba preocupando. Acudía a pedir audiencia con la princesa Celestia con la excusa de despedirse hocico a hocico antes de volver a Ponyville, pero también había un tema que le preocupaba y no poco. ¿Qué pasaba con el profesor Knowling? No entendía aún que podía tener entre patas para que la princesa Luna le estuviera investigando, pero si la alicornio solar estaba informada de ello, y debía estarlo o eso creía la joven pony, ¿Por qué había permitido que la pusieran bajo su tutela? ¿A qué venía aquello? Tenía que preguntarle a su maestra qué sabía sobre la investigación de su hermana y sobre las razones que la llevaban a indagar sobre el unicornio.

Lo cierto es que, según le había dado vueltas al problema, sólo había atinado a dar una solución. En principio su instinto le había dicho que el profesor iba tras la pirámide de Adenror, pero lo cierto era que, según meditaba sobre el asunto, se preguntó si el interés en enviarla a ella a Ponyville para estudiar allí y con ella a Fogsun no formaría parte de ese plan que la princesa estaría investigando. Y no habiendo nada en Ponyville relacionado, por lo que ella sabía, con la magia aydara, sólo se le ocurría una única razón para interesarse por el lugar. Llegó a esbozar la teoría de que el unicornio debía ir en pos de apoderarse de los elementos de la armonía, aunque no terminaba de hacerse a la idea de cómo intentaría lograr tal cosa.

Por fortuna y conforme esperaba, los guardias que custodiaban la entrada a palacio la reconocieron y, de la misma forma que en sus otras visitas, logró ser recibida en seguida en audiencia por la princesa. Celestia, a esas horas y de igual manera que el sábado a su llegada, la recibió en su gabinete privado, acogiéndola al verla entrar con una cálida sonrisa y una cortés invitación a tomar asiento, mientras le ofrecía una taza del mismo té que ella en ese momento estaba tomando.

-¡Oh, no, gracias, Princesa!-se negó amablemente Twilight mientras se sentaba-Es muy amable, pero hace poco que he cenado y no me apetece tomar nada-se excusó.

-Entiendo-asintió la alicornio antes de dar un sorbo a su taza-Y, bien, mi querida Twilight, ¿hay algo que pueda hacer por ti?

-¡No, no! Es decir, todo está perfectamente. Aunque los soldados que he visto de camino me han inquietado-le dijo, inquiriendo con curiosidad.

-Puedes desechar toda inquietud, Twilight. No son más que una guarnición de refuerzo que se envía al Imperio en tanto no pueda garantizar su propia seguridad y defensa con sus tropas nativas. Al fin y al cabo, al norte de su frontera está Yakyakistan y aunque no ha habido contactos entre los ponies y los yaks desde hace siglos, es mejor ser precavidos. Los yaks pueden ser muy susceptibles y belicosos.

-Claro, entiendo.

-Pero, cambiando de tema-la alicornio tomó otro sorbo de su taza-Imagino que vienes a despedirte, puesto que creo que esta noche vuelves a Ponyville. ¿Es cierto?

-La verdad es que sí-le respondió la joven unicornio-Lo cierto es que ha sido una decisión algo precipitada del profesor Knowling, aunque no entiendo muy bien porqué-añadió, tanteando con sus palabras la reacción de la alicornio. Realmente sentía la necesidad y el impulso de preguntar, pero tampoco estaba tan segura y no quería enfadar a la princesa Luna, que le había dicho que no debía decir nada a nadie. Claro que Twilight no estaba segura de que ese “nadie” pudiera extenderse a la diosa del sol.

-Supongo que el Profesor lo hace como un gesto de cortesía-fue la suave pero escueta reflexión de Celestia sobre aquel hecho-Aunque tal vez no hayan sido aconsejables tales apresuramientos. Me han informado de que algunas vías han sufrido daños debido a que el reciente calor del verano ha derretido parte de la nieve y el hielo que quedan en las cumbres más altas y estos han dañado los raíles. No sería sorprendente que algunos trenes queden parados en mitad de la nada en plena noche.

-Al principio también pensé que lo hacía por cortesía, por eso de que era alumna suya, pero, la verdad es que me estoy preguntando si no sería posible que el profesor Knowling tuviera algún interés en Ponyville-dijo con voz entrecortada, sin querer mencionar la visita de la alicornio nocturna a su casa-Pero, claro, ¿qué interés podría tener? No hay ninguna razón para que a un estudioso y experto en magia aydara le interesa Ponyville. ¿No le parece, Princesa?

-Es una cuestión acertada la que propones, mi querida Twilight. ¿Qué razón podría tener un estudioso en magia aydara en Ponyville? A primera vista no tiene motivos para interesarse en calidad de tal por aquel encantador pueblo-respondió casi más como si meditará para sí misma que manteniendo una conversación-Me alegra ver que tu inteligencia se mantiene aguda y perspicaz.

-Eh, lo cierto, Princesa, es que he escuchado, bueno, que hay algunas sospechas sobre su comportamiento, sobre sus actividades, sobre algo-realmente estaba nerviosa y no atinaba Twilight a explicarse, buscando la forma de decir lo que sabía sin decirlo realmente-Y, al no haber nada que a un estudioso aydara pudiera interesarle en Ponyville, no he podido evitar temer que, si estuviera realmente planeando algún malvado plan, no puedo imaginar otra meta que no fuera apoderarse de los elementos de la armonía, o eso he supuesto, ya que no veo que otra cosa pudiera ser… Aunque es cierto que es una teoría sin demasiados fundamentos-se atrevió finalmente a expresar su temor.

-¿Y dónde has escuchado que existen tales sospechas?-le preguntó con delicadeza.

-¿Es que no es cierto?-le preguntó Twilight, tan preocupada por el tema que no pudo evitar ser directa con la propia Celestia.

-Tu instinto te sirve bien-fue toda la respuesta que obtuvo-Sin embargo, lo mejor que te puedo decir ahora mismo es que no ignoras, en este momento, nada que precises saber. Puedes estar tranquila y volver a Ponyville sin preocuparte del profesor Knowling. Es mi deseo que te dediques con esmero a tus estudios y, como parte de estos, sería muy oportuno que ayudases al joven Fogsun Dremtly en la tarea adicional que se le ha asignado.

-¿Tarea adicional? ¿Qué tarea adicional?-aquello atrajo de inmediato su curiosidad.

-Me alegra que me hagas esa pregunta-asintió sonriente la alicornio diurna-Verás, se le ha encomendado a Dremtly unas “prácticas de campo” en Ponyville y considero que puede ser un ejercicio positivo para ambos que le ayudes en ellas. Al fin y al cabo, tú has podido conocer más que bien Ponyville y sus alrededores y por otra parte, le serías muy útil al tiempo que te resultaría enormemente instructivo.

-Supongo que sí-asintió Twilight-Y…

-¿Las clases marchan bien, no es cierto?-le preguntó antes de que pudiera decir nada.

-Así es, Princesa-le respondió-Las lecciones son realmente fascinantes y Fog explica realmente bien, sin excederse en un lenguaje rococó pero sin dejar de lado ningún detalle ni aspecto importante.

-Entonces, como me pareció el otro día, realmente habéis congeniado el joven Dremtly y tú.

-Así es, Princesa. Además, es un buen amigo-le replicó, sonriente, su alumna.

-Me alegra oírlo.

-Aunque, la verdad, me parece que mi madre cree que, bueno, podría haber algo más y ha hecho algunas insinuaciones al respecto y temo que mis amigas hagan lo mismo cuando estemos en Ponyville. Podría llegar a ser algo muy incómodo. Para ambos.

-Desde luego entiendo tu postura, pero lo mejor es ignorar ese tipo de cosas. Prestarles oídos sólo hará que tus amigas lo hagan con más afán, por divertirse a costa de tu rubor. Además, si no hay nada, no hay verdadera razón para preocuparse de que hagan bromas sobre ello. ¿No te parece?

-Eh… Desde luego, Princesa, desde luego-asintió rápidamente Twilight-Pero como Fogsun es bastante tímido, me preocupaba por él. Esencialmente era por eso.

-No lo pongo en duda, mi querida Twilight-sonrió, divertida, Celestia-No lo pongo en duda.
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (nuevos capítulos 13 y

Notapor Mishiro » 15 Jul 2015, 13:46

Capítulo 15. Los Ojos de Luna

Spoiler:
Aquella noche, el gabinete de la princesa Luna, normalmente un refugio, una isla de paz y sosiego en que la alicornio se retiraba lejos del ajetreo del palacio, presentaba un aspecto realmente insólito. La normalmente amplia y espaciosa sala estaba atestada de mesas de trabajo y escritorios hasta el punto de que apenas se podía encontrar un paso entre ellos. Sobre aquellos se esparcía un maremagno de libros, carpetas, elevadas pilas de documentos, tinteros, plumas y estilizados candelabros que arrojaban su tintineante luz sobre el papel mientras una serie de ponies, a cada cual más atareado, proseguía con toda la concentración de la que disponía su trabajo.

Y es que la alicornio, lejos de acatar la petición de su hermana de dejar de investigar el “caso Knowling”, había decidido abordar el asunto con todos los recursos que tuviera disponibles y a casco, organizando una serie de equipos de eruditos y agentes que la asistieran y agilizaran la obtención de información y el control de la situación.

Algunos estudiosos de confianza de la Princesa, aunque ajenos al mundo de la cultura aydara, ahora se dedicaban a devorar a toda prisa todos los libros posibles sobre aquella vieja civilización a la búsqueda de cualquier información útil que pudieran obtener. Unos cuantos bat-ponies de su guardia, por su parte, sistematizaban y rastreaban en los archivos todos los datos posibles sobre el profesor Knowling y sobre todos los demás miembros de su departamento, consistente en cuatro adjuntos, cuatro unicornios llamados, respectivamente, Fogsun Dremtly, Sasir Reywal, Starlight Skydriver y Magicshy Moonwriter. Finalmente unos expertos en criptografía examinaban los pocos documentos cascoscritos que el director Knightley les había remitido tras hallarlos en el despacho del profesor Knowling y que estaban claramente escritos en un extraño código que estaba siendo difícil de descifrar.

La propia alicornio continuaba con todo su esfuerzo en ello, prosiguiendo con interés la lectura del libro de Schlihippo y especialmente había llegado a una parte que le estaba resultando especialmente curiosa y que le iba a ser muy reveladora...

“La paz establecida, no sin gran coste y penosas dificultades, tras la llamada Guerra de los Virreyes, terminó la política de neutralidad que había intentado llevar Fogking III desde su llegada al trono en 439. El Edicto Real de Unidad, con la abolición de los virreinatos y la derogación de las viejas leyes y pragmáticas sanciones emanadas del Manifiesto Gris, así como el envió de una delegación a Canterlot en 458, suponían el cumplimiento de los objetivos que se había propuesto el Concilio Blanco en su casi absoluta totalidad. El rey se había vuelto contra los apoyos que inicialmente le auparon al trono tras el asesinato de Cloudsking y ahora estaba decidido a volcarse en la reconstrucción del reino, en que aún quedaban, junto a los daños del reciente conflicto civil, aún sangrantes heridas procedentes de la invasión de los grifos y de la última rebelión de los pegasos de New Skyland en 429.

El reino seguía padeciendo las dificultades económicas que se derivaban, tanto de la situación de conflicto, como de la cada vez mayor tendencia migratoria que empujaba, no ya sólo a pegasos y terrestres, sino a unicornios, a abandonar Hiponia y a refugiarse en la vecina, más segura y pacífica tierra de Equestria. Las ciudades y sus centros alquímicos empezaban a tener problemas para garantizar abastos a las ciudades y mantener efectivo y engrasado el sistema económico del reino. La situación de descontento era mayor mientras los estudios alquimistas, sin genios entre sus filas y sin aportes que ayudasen a subsanar los problemas crecientes, no se libraban de la sensación de decadencia que lo envolvía todo.

Con este panorama no extrañará a nadie que la oposición organizada en el Concilio Negro, aún perdidos los bastiones de poder que habían sido la senescalía, los tronos de los virreyes y los tribunales del Orden, mantuviese aún rescoldos suficientes para intentar desatar un último gran incendio. La conjura comenzó en 460 en el seno de la vieja Guardia Pretoriana, cuyos miembros aún respaldaban mayoritariamente las antiguas ideas de Valtader y que permitieron la infiltración en el palacio y apoyaron el ascenso a puestos clave del servicio regio de nuevos y jóvenes ponies procedentes de nuevos reclutas del Concilio Negro. El objetivo era crear una red de contactos oportunos que, aprovechando el descontento que reinaba en el ambiente, hacer propicia la ocasión de dar un golpe de casco que permitiera el destronamiento del rey y un giro completo de la política que se estaba realizando.

El plan, con todo, prosperó lentamente y no logró copar, como esperaba, demasiados puestos bien situados en la corte de Ádralon y no progresó prácticamente nada en el ámbito local. En ciudades de la importancia de Celsylvania y Cherady no tenía ninguna presencia y sólo en Bostmount lograron, con esfuerzo, poner a uno de los suyos al frente del importante puerto local. Los líderes de la conjura recomendaban paciencia, pero los miembros más jóvenes y radicales del movimiento deseaban, ya tras dos años de paciente labor, dar el paso y no esperar más.

A inicios del 463, una noche de invierno, se consumó el golpe de casco cuando parte de los pretorianos intentó asesinar al rey Fogking III mientras dormía. Oportunamente, unos pocos guardias leales, con ciertas ayudas mencionadas por los relatos de los testigos y nunca identificadas, impidieron el éxito de los golpistas. Con el monarca aún vivo, los intentos de apoderarse de los principales centros de poder, estaban destinados al fracaso… Pero Fogking III ya no se sentía demasiado seguro, a pesar del poco apoyo que habían recibido sus enemigos. Y decidió urdir una estratagema.

Aquí he de traer en mi apoyo la importante inscripción, base de la leyenda del ritual de la coronación, que fue encontrada sobre la gran puerta de la cripta de Ádralon. Las dataciones de ese escrito nos sitúan precisamente en la segunda mitad del reinado de Fogking III, como asimismo lo puede demostrar la comparativa de estilo y lenguaje con otras obras y epígrafes similares que tenemos perfectamente fechados. Es cierto que en tiempos de Fogking III se realizaron algunas restauraciones de viejos monumentos, como las reformas de la Torre del Reloj de Celsylvania, pero la hipótesis de mis colegas eruditos de explicar la novedad del relieve explicando que es una sustitución de uno más antiguo que procedería de los inicios de la historia de Hiponia, no tiene fundamento alguno más que la que dan sus prejuicios e ideas preestablecidas. Recordemos el texto en sí de la inscripción:

<<El Orden se basa en el Poder. El Poder establece y garantiza el Orden. En la cumbre sólo hay lugar para el mejor, la cima de la Pirámide del Reino debe ser dada al que demuestra su grandeza y majestad. Tú, atrevido, que entras en búsqueda de la Corona, si eres digno, recorrerás las seis sendas que ascienden cual dura escalera hasta el Trono de Fuego, cuyas llamas devoran a sus enemigos. De lo contrario, aléjate de estas puertas y respeta a tu Amo, vencedor de mil peligros, antes de perecer de segura muerte>>

Es evidente que la mención a las seis sendas es una referencia a la búsqueda y reunión de los seis fragmentos de la pirámide de Adenror y en esto se basa toda la historia tradicional sobre ella. Sin embargo, su ausencia en otras fuentes y de que las pocas que hablan de ella sean de tiempos de los últimos reyes, especialmente Fogking III y Minerva, demuestran que ese texto y el mito que refleja, es muy tardío. Un intento del soberano de poner a sus enemigos, con la cortina de humo y prestigio que para el Concilio Negro suponía la figura de Sunnight, una meta que consideraba imposible a fin de impedir más conjura por parte de los aydara más recalcitrantes. Y, de alguna manera, parece ser que logró su objetivo.

Además, mirando el texto, se ve claramente que no puede emanar de un aydara que fuera respetuoso y fiel para con las ideas de Valtader y de los principios ideológicos de los aydara. La visión deformada y claramente malévola, aunque coincidamos en ver como tales el punto de vista clasista de los aydara, que reflejan los términos del epígrafe son, en todo punto, equívocos y ajenos al lenguaje base que estableció el Manifiesto Gris. Hay que recordar que ellos basan su noción del “Orden” en la noción que tienen de la naturaleza y nunca hablan de esa manera del “poder”. Y la naturaleza se expresa per se, no necesita pruebas y demostraciones. Es decir, la idea de una prueba de fuerza que hiciese patente quién es el mejor para reinar es a todas luces patentemente ridícula para la mentalidad aydara. Además, la mención al “Amo” como “vencedor de mis peligros”, pese a sus pretensiones asépticas, hace claramente referencia al convulso y problemático reinado de Fogking III.

Además, hay un último aspecto que añadir al respecto. El análisis de las cartas que en estos años se cruzaron entre las cortes de Ádralon y Canterlot, aunque escuetas y poco claras, hacen mención de un proyecto conjunto emprendido bajo los auspicios conjuntos del rey Fogking y de la princesa Celestia. Tras ir descartando otras opciones, no me queda más solución, y encaja bien con lo que hasta ahora sabemos de pensar que no se trata de otra cosa que de la construcción, en pleno corazón del reino pony de la diosa solar, de una oculta y muy secreta cripta aydara en que uno de los seis fragmentos del Adenror sería puesto a buen recaudo. Una forma de añadir dificultad sobre dificultad al nuevo mito del ritual de coronación que desde Ádralon se pretendía difundir. Mis intentos de situar los fragmentos en sus escondites, que hasta ahora ha sido sólo levemente fructuoso y no sin esfuerzo, con los fragmentos exteriores, han sido del todo estériles para situar el fragmento central y maestro, que he de creer estaba oculto nada más y nada menos que bajo la atenta vigilancia de Canterlot. Una teoría mía fundamentada en lo que he de decir a continuación y que rápidamente ha encontrado la critica y la burla de mis colegas, mas nula refutación.”


En la mente de la alicornio, las piezas de aquel puzzle empezaban a tener un sentido claro y lógico, a encajar en su sitio… El profesor Knowling, al que en ese momento no tenían localizado pero que debía llevar los cuatro fragmentos del Adenror consigo, tenía sacado un billete de tren para la mañana siguiente con rumbo a Celsylvania. Por otro lado, ese joven de su departamento al que había asignado la tutela de la joven Sparkle, iba a ir con ella a Ponyville aquella misma noche. Para Luna estaba claro que, lejos de pretender escapar por haber notado la intrusión que realizó en su sueño, el unicornio estaba continuando su plan y al galope. El joven Dremtly habría sido enviado a encontrar la cripta oculta cerca de Canterlot, que por algún motivo debían pensar estaba en Ponyville mientras el propio Knowling buscaba el sexto y último fragmento en la propia Hiponia.

Recordando las palabras de su hermana sobre “otros factores” y una “meta más esquiva e inalcanzable”, no se le ocurría otra posibilidad salvo que se refiriera a supervivientes del Concilio Negro, la organización creada por los valedores más firmes de la ideología aydara, que de alguna manera hubieran sobrevivido en las sombras durante ya los cinco siglos de integración de las tierras de Hiponia en Equestria. Quizá algunos de ellos, sino toda la organización que tuvieran, estuvieran implicados en el plan de Knowling. Quizá Knowling pensaba o esperaba recibir su apoyo como parte de sus planes para hacerse con el poder… En cualquier caso, la única razón que encontraba Luna para que Celestia dejase campar a sus anchas y por sus respetos a Knowling era el que éste les condujera a otros objetivos, puede que incluso más valiosos. ¿Quiénes podrían ser? La princesa se sintió frustrada por su desconocimiento de Hiponia y de su realidad política… Otro aspecto que debía remediar si quería acometer aquella empresa con posibilidades de éxito.

Estaba dándole vueltas a todas aquellas ideas cuando el anuncio de uno de sus secretarios interrumpió la cadena de sus pensamientos. Finalmente, los miembros del último equipo que había decidido conformar para la investigación, llegaba para hacer acto de presencia. Éstos no tardaron en entrar y en aproximarse volando por encima del enjambre de mesas y atareados ponies, hasta inclinarse en respetuosa reverencia frente a su Soberana. Eran cuatro pegasos que conformaban parte de los llamados “Ojos de Luna”, un grupo de agentes especiales que la alicornio había formado hacía algún tiempo para misiones delicadas y especiales, como aquellas que debía encomendarles en ese momento.

Uno de ellos era un fornido pegaso de gran talla y expresión seria, de pelaje anaranjado teñido con manchas negras y crin también bicolor amarilla y negra. Su cutie mark era un rayo atravesado sobre un escudo. No era la primera vez que Luna recurría a aquel antiguo teniente de la guardia solar que casi había sido expulsado de la milicia con deshonor cuando agredió a un superior durante una misión en Angmar. Se llamaba Dark Thunder y era ya un veterano agente con el grado de “Ojo derecho”, es decir, de miembro líder o señor de una pareja.

Su compañero u “Ojo izquierdo” era un joven pegaso llamado Dust Typhoon, menor en aptitudes físicas pero igualmente atlético y bien ejercitado que había pertenecido a un escuadrón de pegasos de rescate antes de ser reclutado por el mismo Thunder. Un joven de abultada crin azul y pelaje amarillo, de actitud animada y algo arrogante cuya cutie mark era, conforme a su apellido, un veloz y aguerrido tifón.

La única yegua presente era una joven y atractiva pegaso rubia de suave pelaje azulado y que lucía no sin orgullo unas magníficas alas que parecían brillar y deslumbrar como las de una ígnea ave fénix. A pesar de su apariencia inocente, era una experimentada agente muy ducha en misiones de todo tipo y que había probado su valía por los rincones más peligrosos de toda Equestria. Su cutie mark iba, como su apariencia ajena a su trabajo, parecía parte de su camuflaje y consistía en unas nubes blancas que flotaban sobre el cielo que aparentaba ser su azulado pelaje. Entre los cuatro agentes presentes, era la única que mantenía una actitud relajada y para nada tensa o impresionada por estar en presencia de la misma Princesa Luna. Su nombre real era Violet Sunshine, pero era comúnmente más conocida por su apodo de Skie. Tenía el grado de “Ojo derecho”.

El último de los cuatro era el joven compañero de Skie. Un pegaso anaranjado y de crin bicolor, verde y azul, llamado Summer Lights. Era un experto en orientación, como denotaba su cutie mark consistente en una brújula y bastante habilidoso, aunque algo apático y reacio en ocasiones al trabajo. En parte era una de las razones por las que su compañera le mantenía a su lado, ya que Skie se consideraba más un “ave de vuelos solitarios” y le gustaba ir a su aire en las misiones que se le encomendaban. Y, por la expresión de desgana que se esforzaba por ocultar, parecía que aquella sería una de tantas veces.

-Yegua y caballos, agentes-empezó a hablarles la alicornio-Nos les hemos convocado a nuestra real presencia a consecuencia de un peligro que se cierne sobre la tierra de Equestria en la forma de una magia ancestral que la ambición de un malvado pretende reavivar. Aunque no es llegado el momento de actuar con toda la determinación que a Nos nos habría de complacer, sin embargo, es nuestro regio deseo que ambos equipos sigan y mantengan bajo severa vigilancia y control, la actividad de los dos, según nuestra sospecha, unicornios involucrados directamente en el complot.

Los cuatro la escuchaban atentamente: Thunder esperando instrucciones concretas, Skie con interés en ser enviada a algún destino emocionante, Dust con curiosidad por lo que sería aquella amenaza y sólo Summer carecía de interés en lo que oía.

-A usted, capitán Thunder y al sargento Dust, su compañero, le tenemos una importante misión que confiarle en sus capaces cascos. Mañana a las nueve y cuarto sale un tren de la estación de las Flores, aquí en Canterlot, con rumbo a Celsylvania. Su objetivo, el profesor Knowling, del que luego le pasarán una foto, irá en él y debería llevar consigo un cofre, maleta o cualquier tipo de valija que contendrá cuatro especiales artefactos de gran poder. Deben seguirle y mantener siempre localizados dichos artefactos por si Nos diéramos la orden de que se apoderasen de ellos. ¿Alguna duda?

-Seguir, localizar, interceptar-la voz de Thunder resonaba clara y firme-Recibido. Puede confiar en nosotros, Majestad.

-Eso esperábamos oír-la alicornio se volvió hacia el otro equipo-Vuestra misión, teniente Sunshine y sargento Lights, es acudir cuando antes a Ponyville. Una vez allí mantendrán vigilado a un joven estudioso, alumno de Knowling, llamado Fogsun Dremtly, sin, y esto es importante, sin que ningún pony se percate de su presencia. Tenemos base para sospechar que habrá de ocurrir un descubrimiento de calado en el pueblo y habrán de estar preparados para cualquier tipo de intervención que pueda ser necesaria.

-¡Skie siempre está lista para cualquier cosa, Majestad!-respondió la pegaso-Puedo dar esa misión por cumplida.

Ante aquella reacción, propia de aquella jovial y entusiasta pegaso, la Princesa, dándose por satisfecha y dadas ya las instrucciones a sus “Ojos”, les hizo un leve gesto de asentimiento con la cabeza para que se retirasen. Ya les darían otros los detalles más concretos y la información que pudieran precisar sobre sus objetivos. Mientras, tan silenciosamente como al acercarse, le hacían los cuatro otra reverencia y se retiraban de su presencia, la alicornio se sonrió, dándose un respiro y satisfecha de cómo estaba llevando aquella situación.
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (nuevo capítulo 15)

Notapor EdoNova » 15 Jul 2015, 14:16

La cosa avanza, a ver como evoluciona el resto de la historia en el futuro
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