Capítulo 4: Sorpresa sorpresa.
Spoiler:
-No, no, no, no... Esto no puede estar pasando...
Pero a ver, a ver, A VER. ¿Qué me estás contando? ¿Es que el universo se ha autogenerado así? Me quiero suicidar. No, espera, ¿Es que en los parámetros se me olvidó incluir el hecho de que Equestria Girls no debía aparecer?
Eh...
Soy imbécil. ¡¡¡SOY IMBEEEECIIIIIIIIIIL!!! ¡Acabo de arruinar mi p*to sueño de hace años, j*der!
-Eh... ¿Void? ¿Te ocurre algo?
Mierda, la alcaldesa, ya me había olvidado.
-Oh, no, no, estoy bien, sí, bien. Eh...
Tengo que rehacer el plan. O bueno... Espera, no hace falta. Podría... no, no, matarlo no es una opción, es como... demasiado hardcore. Vamos con algo más soft. Puedo hacer que simplemente pase de él, al fin y al cabo, es un payaso. Solo hace falta que ella se de cuenta y que yo esté ahí para consolarla.
-Bueno-dijo la alcaldesa, con cara de circunstancias-, ¿Dónde vas a vivir?
¿Eh?
-Ahhhh... pues... aún no lo he pensado. Estoy buscando algún lugar donde quedarme, la verdad.
-Ah, si es así puedo ayudarte. Conozco una inmobiliaria donde podrás preguntar por alguna casa.
Sí, bueno, eso va a estar difícil.
-Oh, muy amable, se lo agradezco infinitamente.
-No, no, no es problema. ¿Y a qué se dedica? Si no es molestia preguntar, claro.
Je, esa es una buena pregunta. A qué me dedico... La verdad es que no hay nada que se me de especialmente bien, porque al diseñar mi cuerpo no especifiqué ninguna habilidad física en particular... Bueno, estoy en buena forma, al menos eso sí lo dejé claro. Me estoy luciendo con este universo, eh. De los mejores que se ha visto...
-Oh, bueno. Hago cositas por aquí y por allá, nada en especial.
Ella puso una cara difícil de leer. Al menos, para mí.
-Ahh, claro... Bueno... Si vas por esa calle de allá-dijo mientras señalaba una calle-, girando a la derecha, encontrarás la inmobiliaria. Mucha suerte.
-Muchas gracias, y encantado.
-Igualmente.
Con una sonrisa, se despidió y se dio la vuelta.
Vale, y ahora que estoy solo... ¿Qué co*o hago con mi vida? Necesito encontrar un trabajo, o algo.
Me estaba dando una vuelta cuando vi algo aparecer de algún sitio. Me cuesta definirlo mejor, porque de alguna manera apareció la única mane-six que he visto por el momento. Pero no puedo decir ni de donde, ni como.
-¡Hola de nuevo, señor nuevo!
Es raro verla hablándome... Tengo que acostumbrarme a esto.
-Oh, hola Pinkie.
-Espera un momento, ¿Cómo es que sabes mi nombre? ¿A quién se lo has preguntado? ¿Quién es tu informador? ¡Escúpelo, vamos!
-Me lo has dicho tú.
-Oh, cierto. Bueno, es igual, no es para lo que he venido. He venido para decirte que tienes que venir conmigo, vamos.
-¿Ir a dónde? ¿Acaso me has hecho una fiesta, o algo así?
Suena factible, es Pinkie al fin y al cabo.
-No, tontito, claro que no. Es una sorpresa.
-¿En serio? Bueno, vale, realmente no tengo nada mejor que hacer.
-¡Genial! Con esa mentalidad, serás un gran amigo.
-¿Ya somos amigos? Pero si acabamos de conocernos.
-¿No me consideras ya una amiga? ¡Porque yo sí! ¡Todo el mundo aquí es mi amigo!
-¿Eh?
Entonces empezó a sonar una especie de música desde algún sitio, como si tuviera su propia OST. Y ya sé que música es...
-My name is Pink-
-¡Vale, vale, vale! Somos amigos, sí. No hace falta que me cantes nada.
Soltó una gran sonrisa y un sonidito como “Wiiiii” que se me antojó adorable como para matar a alguien.
-Y ahora... ¡Vamos de una vez!
Me cogió del casco y, moviendo las patas traseras, nuevamente, de una forma que desafía las leyes de la física y la lógica, y empezó a correr. O a volar, no lo tengo del todo claro. Lo que sí sé, es que hace un segundo estábamos en una plaza y ahora estamos frente al Sugarcube Corner.
-Entra, vamos, te enseñaré la sorpresa-dijo Pinkie mientras daba pequeños saltos de lo que supongo sería nerviosismo, o, lo que es más probable, emoción-. ¡Vamos, vamos, vamos!
Entré y un montón de confeti me saltó a la cara mientras que escuché un enorme “¡Sorpresa!”.
-¡La sorpresa era una fiesta!
Venga, no me lo esperaba. Aunque he de decir que me pone más contento de lo que pensaba. Mi cara en este momento debe ser graciosa. O eso supongo, porque varios de los presentes se están riendo.
Mucha gente empezó a presentarse y tuve que saludarlos a todos e igualmente presentarme. Estaban todas las mane-six, varios background pony, muchos otros del pueblo... También estaba Sunset por ahí, y... Flash. El maldito Flash. Estaban él, Rarity, Twilight, Rainbow, Fluttershy y Sunset hablando. Él y Twilight estaban muy juntitos, muy acaramelados ellos... Menos mal que no tengo nada en las ma-cascos, porque si no, me habría ganado ya un par de enemigos.
Mientras observaba a esos seis, centrándome sobre todo en ese hijo de mala yegua, Pinkie se acercó a mí.
-¿Qué tal? ¿Te estas divirtiendo?
-Oh, sí, es una fiesta genial, muchas gracias. No te tendrías que haber molestado.
-Claro que sí, tontito, eres nuevo en el pueblo y un nuevo amigo, así que tienes que tener tu fiesta y conocer a todo el mundo. ¿Quieres ponche?
-Eh... sí, claro, ahora voy a-
-Aquí tienes-dijo mientras sacaba un vaso de ponche de su pelo y me lo da-. Yo voy a saludar al resto. ¡Pásatelo supermegachachi!
Me quedé absorto un segundo, pensando el cómo.
-Ni lo pienses, es solamente Pinkie, al fin y al cabo. Después de un tiempo, dejas de preocuparte por ello, es algo natural.
Esta voz con ese acento tan particular, que ya sé a quien pertenece.
-Oh, hola... Applejack, ¿Cierto?
-Así es, vaya memoria tienes chico.
-Ya, bueno. ¿Qué tal estás?
-Muy bien, las fiestas de Pinkie siempre son geniales. Es una pena que nadie de mi familia haya podido venir, pero es que están en un pequeño viaje. Volverán pronto, si no hay ningún problema.
-Me alegro, imagino que los echarás en falta. Oye, este ruido me está matando, ¿Quieres hablar fuera un rato?
-Claro, por qué no.
Por lo menos me aseguraré de divertirme un rato.
Pero a ver, a ver, A VER. ¿Qué me estás contando? ¿Es que el universo se ha autogenerado así? Me quiero suicidar. No, espera, ¿Es que en los parámetros se me olvidó incluir el hecho de que Equestria Girls no debía aparecer?
Eh...
Soy imbécil. ¡¡¡SOY IMBEEEECIIIIIIIIIIL!!! ¡Acabo de arruinar mi p*to sueño de hace años, j*der!
-Eh... ¿Void? ¿Te ocurre algo?
Mierda, la alcaldesa, ya me había olvidado.
-Oh, no, no, estoy bien, sí, bien. Eh...
Tengo que rehacer el plan. O bueno... Espera, no hace falta. Podría... no, no, matarlo no es una opción, es como... demasiado hardcore. Vamos con algo más soft. Puedo hacer que simplemente pase de él, al fin y al cabo, es un payaso. Solo hace falta que ella se de cuenta y que yo esté ahí para consolarla.
-Bueno-dijo la alcaldesa, con cara de circunstancias-, ¿Dónde vas a vivir?
¿Eh?
-Ahhhh... pues... aún no lo he pensado. Estoy buscando algún lugar donde quedarme, la verdad.
-Ah, si es así puedo ayudarte. Conozco una inmobiliaria donde podrás preguntar por alguna casa.
Sí, bueno, eso va a estar difícil.
-Oh, muy amable, se lo agradezco infinitamente.
-No, no, no es problema. ¿Y a qué se dedica? Si no es molestia preguntar, claro.
Je, esa es una buena pregunta. A qué me dedico... La verdad es que no hay nada que se me de especialmente bien, porque al diseñar mi cuerpo no especifiqué ninguna habilidad física en particular... Bueno, estoy en buena forma, al menos eso sí lo dejé claro. Me estoy luciendo con este universo, eh. De los mejores que se ha visto...
-Oh, bueno. Hago cositas por aquí y por allá, nada en especial.
Ella puso una cara difícil de leer. Al menos, para mí.
-Ahh, claro... Bueno... Si vas por esa calle de allá-dijo mientras señalaba una calle-, girando a la derecha, encontrarás la inmobiliaria. Mucha suerte.
-Muchas gracias, y encantado.
-Igualmente.
Con una sonrisa, se despidió y se dio la vuelta.
Vale, y ahora que estoy solo... ¿Qué co*o hago con mi vida? Necesito encontrar un trabajo, o algo.
Me estaba dando una vuelta cuando vi algo aparecer de algún sitio. Me cuesta definirlo mejor, porque de alguna manera apareció la única mane-six que he visto por el momento. Pero no puedo decir ni de donde, ni como.
-¡Hola de nuevo, señor nuevo!
Es raro verla hablándome... Tengo que acostumbrarme a esto.
-Oh, hola Pinkie.
-Espera un momento, ¿Cómo es que sabes mi nombre? ¿A quién se lo has preguntado? ¿Quién es tu informador? ¡Escúpelo, vamos!
-Me lo has dicho tú.
-Oh, cierto. Bueno, es igual, no es para lo que he venido. He venido para decirte que tienes que venir conmigo, vamos.
-¿Ir a dónde? ¿Acaso me has hecho una fiesta, o algo así?
Suena factible, es Pinkie al fin y al cabo.
-No, tontito, claro que no. Es una sorpresa.
-¿En serio? Bueno, vale, realmente no tengo nada mejor que hacer.
-¡Genial! Con esa mentalidad, serás un gran amigo.
-¿Ya somos amigos? Pero si acabamos de conocernos.
-¿No me consideras ya una amiga? ¡Porque yo sí! ¡Todo el mundo aquí es mi amigo!
-¿Eh?
Entonces empezó a sonar una especie de música desde algún sitio, como si tuviera su propia OST. Y ya sé que música es...
-My name is Pink-
-¡Vale, vale, vale! Somos amigos, sí. No hace falta que me cantes nada.
Soltó una gran sonrisa y un sonidito como “Wiiiii” que se me antojó adorable como para matar a alguien.
-Y ahora... ¡Vamos de una vez!
Me cogió del casco y, moviendo las patas traseras, nuevamente, de una forma que desafía las leyes de la física y la lógica, y empezó a correr. O a volar, no lo tengo del todo claro. Lo que sí sé, es que hace un segundo estábamos en una plaza y ahora estamos frente al Sugarcube Corner.
-Entra, vamos, te enseñaré la sorpresa-dijo Pinkie mientras daba pequeños saltos de lo que supongo sería nerviosismo, o, lo que es más probable, emoción-. ¡Vamos, vamos, vamos!
Entré y un montón de confeti me saltó a la cara mientras que escuché un enorme “¡Sorpresa!”.
-¡La sorpresa era una fiesta!
Venga, no me lo esperaba. Aunque he de decir que me pone más contento de lo que pensaba. Mi cara en este momento debe ser graciosa. O eso supongo, porque varios de los presentes se están riendo.
Mucha gente empezó a presentarse y tuve que saludarlos a todos e igualmente presentarme. Estaban todas las mane-six, varios background pony, muchos otros del pueblo... También estaba Sunset por ahí, y... Flash. El maldito Flash. Estaban él, Rarity, Twilight, Rainbow, Fluttershy y Sunset hablando. Él y Twilight estaban muy juntitos, muy acaramelados ellos... Menos mal que no tengo nada en las ma-cascos, porque si no, me habría ganado ya un par de enemigos.
Mientras observaba a esos seis, centrándome sobre todo en ese hijo de mala yegua, Pinkie se acercó a mí.
-¿Qué tal? ¿Te estas divirtiendo?
-Oh, sí, es una fiesta genial, muchas gracias. No te tendrías que haber molestado.
-Claro que sí, tontito, eres nuevo en el pueblo y un nuevo amigo, así que tienes que tener tu fiesta y conocer a todo el mundo. ¿Quieres ponche?
-Eh... sí, claro, ahora voy a-
-Aquí tienes-dijo mientras sacaba un vaso de ponche de su pelo y me lo da-. Yo voy a saludar al resto. ¡Pásatelo supermegachachi!
Me quedé absorto un segundo, pensando el cómo.
-Ni lo pienses, es solamente Pinkie, al fin y al cabo. Después de un tiempo, dejas de preocuparte por ello, es algo natural.
Esta voz con ese acento tan particular, que ya sé a quien pertenece.
-Oh, hola... Applejack, ¿Cierto?
-Así es, vaya memoria tienes chico.
-Ya, bueno. ¿Qué tal estás?
-Muy bien, las fiestas de Pinkie siempre son geniales. Es una pena que nadie de mi familia haya podido venir, pero es que están en un pequeño viaje. Volverán pronto, si no hay ningún problema.
-Me alegro, imagino que los echarás en falta. Oye, este ruido me está matando, ¿Quieres hablar fuera un rato?
-Claro, por qué no.
Por lo menos me aseguraré de divertirme un rato.