A la mañana siguiente, antes de partir, entre pajarillo y Sharp comprobáis que vuestras radios funcionan, y os recuerda que si necesitáis ayuda urgente ella y Silver Morning pueden estar con vosotros en cuestión de un par de horas. Siendo ellos los principales combatientes de la familia Good Hope no pueden permitirse realmente separarse durante los días que durará vuestra búsqueda.
Tras recargar vuestros suministros os ponéis en camino hacia el Oeste, orientándoos los primeros día gracias al plano que había dibujado Pajarillo. El viaje os está llevando más tiempo del que esperábais: No es solo que sea una zona desconocida y con una senda que es fácil perder de vista: El problema está en que el tiempo ha empeorado, y las estrellas se han visto eclipsadas por una densa capa de nubes. Eso unido a la densa nevada de cenizas y nieve a partes iguales que ha caído, ha creado un terreno por el que no es nada fácil transitar. En más de una ocasión tenéis que deteneros para buscar una mejor senda, o bien rehacer vuestros trajes y demás aparatos que os facilitan la marcha.
Sharp estuvo muy acertada al dejar atras su carruaje, en el refugio de la familia Good Hope. Habria tenido que abandonarlo a medio camino de no haberlo hecho.
Tardáis casi dos ciclos al completo en recorrer toda la zona que ya había cartografiado "Pajarillo" y adentraros, de verdad, en territorio desconocido. Aquí vuestro viaje pasa del "Viajar más o menos en línea recta" a ir deteniéndoos para explorar cada zona, cubriendo un área más grando pero reduciendo el ritmo de vuestro viaje.
Otros cuatro ciclos de exploración después usáis vuestra habitual estrategia para explorar una nueva zona cuando Minerbat se detiene, alzando la cabeza y oliendo algo que ninguno identificáis. La batponi avanza entre los restos del bosque muerto que estáis recorriendo; a la cazadora se le hacía muy complicado caminar en silencio entre el esquelético laberinto de altos árboles, por lo que trataba de volar a poca altura para no hacer ruido. Así, tan sigilosa como pudo, avanzó por una senda lateral hasta que encontró lo que buscaba, y ahí el resto podéis sentir el olor a podrido también.
-He olido la sangre -dice ella.
En esa zona hay signos más que evidentes de una batalla. Muchas ramas están rotas, pisoteadas en el suelo, y varios árboles han sido derribados por violentos golpes. En medio de ese lugar hay varios cadáveres que no tardáis en identificar: Trolls. La mayoría muestras miembros cercenados y heridas de arma blanca, así como de virotes; algunos están carbonizados Mad Fire observa estos últimos durante unos instantes e identifica al momento los restos de un fuego alquímico. El fuego siempre ha sido una buena forma de matar a estos seres, quien fuera que los combatió sabía bien lo que se hacía.
Pale Paper recorre la zona en busca de cualquier cosa de utilidad, sin éxito, cuando se sobresalta al notar la sombra de Minerbat a su lado; la yegua está estudiando unas huella en el suelo.
-Grifos. Al menos seis -después voló hasta lo que antaño fue la copa de los árboles y recorrió el tronco de varios-. Se posaron aquí y aquí -desde una de las posiciones que indica mira al suelo, viendo claramente el ángulo de disparo-. Emboscaron a los trolls.
Por su parte, Pale Paper al apartarse sí que encuentra algo: es un virote de ballesta, pero este le parece que tiene una punta extraña. Sharp Eye lo ve y se acerca a estudiarla: la punta es sólida, pero flexible, mientras que la parte trasera de la misma está hueca y parece haberse roto, formando una especie de cono hueco. Al olerla reconoce el inconfundible olor del fuego de alquimista.
-Son flechas incendiarias; se clavan en la carne y se rompen, liberando el fuego de alquimista. Calcinarían a alguien desde el interior.
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