por Volgrand » 05 Ene 2016, 17:37
Con el plan en marca, y yendo todos juntos, seguís avanzando.
Quaver logra mantener la ilusión mientras avanzais, aunque tenéis que hacer numerosas pausas en zonas cubiertas para que descanse. Ahí es cuando aprovechais para que los más sigilosos o veloces puedan echar un vistazo en los alrededores, buscando más pistas. La experiencia os ha enseñado a evitar hacer fuego para no llamar la atención, y a hacer lo posible por ocultar vuestros rastos. Por desgracia la nevada que estaba cayendo parece haber cesado, lo cual dificulta esta última tarea.
Pale Paper
Aprovechas la última pausa que habéis tomado para explorar los alrededores. Yendo tú solo te es mucho más fácil ocultarte entre los árboles, rocas, e incluso enterrarte entre nieve y cenizas si es necesario para pasar desapercibido; el saber bien dónde pisar para no dejar huellas es un arte que tienes más que dominado, y lo aplicas casi sin pensar. Al alejarte un poco la arboleda se abre en un gran claro que da al valle central del Oeste desconocido. Aunque no puedes verlas, por la oscuridad y la distancia, sabes que hacia el sur está la cadena montañosa situada al oeste de Las Pegasus.
Sin embargo, algo te llama la atención: Unos pocos kilómetros al suroeste hay una construcción. Puedes ver luces en la misma, e incluso crees ver algo de movimiento; no logras apreciar muchos más detalles, está demasiado lejos y oscuro para ello.
Minerva/Minerbat
Sabiendo la emboscada que visteis antes, vuelas entre las copas de los árboles cuando hacéis una pausa en busca de cualquier trampa o grifo que os pueda estar acechando. Hasta el momento no parece haber nada.
Sin embargo, hay un movimiento sobre tu cabeza, y tú te ocultas rápidamente: Dos sombras pasan volando por encima tuyo, mucho más grandes que un pegaso. Parecen dirigirse a donde se está ocultando tu familia, por lo que decides seguirlas.
Poco después no tardas en darte cuenta de que no iban hacia tu familia, sino que más bien parecían hacer un vuelo de reconocimiento, volando a ras del bosque. Hasta que, en un momento, oyes una voz y ambas sombras se posan en el suelo, sacando una luz a continuación.
Dos grifos.
Puedes apreciar que van bien armados: Ambos portan armaduras de cuero reforzado y metal, además de sendas ballestas colgadas bajo sus alas. A ambos lados de su pecho llevan dos hachas de garra, preparadas para ser desenfundadas al instante.
Los dos guerreros estudian el suelo, y reconoces la senda por la que habíais pasado hace menos de una hora; a pesar de vuestro trabajo, el rastro que habéis dejado es bastante evidente. Tras unos segundos, uno se lleva una garra a la cabeza y habla en voz baja. Mirando un poco mejor, reconoces que está usando algún tipo de comunicador.
—Aquí Geold. Hemos encontrado un rastro, ponis. Posiblemente media docena, el rastro es reciente. ¿Órdenes?
Pasan unos segundos en los que Geold y su compañero prestan atención a las instrucciones que les dan.
—Entendido. Corto.
Volgrand: Junta de Iberbronies, vocal¿A que soy mono?
¡¡PUES DESPELLEJO FANFICTION!!