[ROL] El fin de los ponis (PARTIDA) (COMPLETO)

[Quetzal]

El flechazo en el flanco donde debiera haber estado su cutie mark hizo caer a Sharp Eye al suelo, perdiendo toda coordinación motora justo tras ella disparar.

No sabe bien qué pasó luego, se vuelve consciente al momento en que Quaver Note parece silvarla algo en una dirección. ¿El grifo? Lo primero sería cubrirse con una de las vendas de sus tumores la herida abierta para reducir hemorragias, y así hizo.
Aún en en aquel momento de urgencia y dolor, la pegaso no iba a dejar que esta fuera una derrota completa. Movida por su deseo de agredir al cadáver y su curiosidad por saber qué demonios debía contener, trata de trotar a él sólo para ser dolorosamente recordada de la laceración en su trasero.

Ese era el fin, no podría correr de nuevo, era una condena a muerte. Sharp Eye estaba acabada...
"Jo-der, que tengo alas." Me comenta.
Las despliega y salta hacia el cadaver del grifo abatido, ansiosa por encontrar cualquier pista que les dijera qué eran o algún indicio cualquiera.

Acción: Ir a buscar en el cadáver del grifo.

[Pandora]

- ¿Quieres vengar a tu amigo? Pues sígueme, preciosa.

Minerbat, aún con la sangre bullendo por la pelea, se quedó parada en seco. ¿Preciosa? ¿AMIGO? Ni de coña. Inspiró profundamente, sólo para encontrar un fuerte y delicioso olor a sangre en el aire circundante, tras el cual había un leve rastro de pólvora. Las pupilas de la batponi se dilataron, a la vez que sus colmillos se alargaron violentamente.

"Minerbat, contrólate. Ahora mismo tenemos que escapar." la urgencia de la voz de Minerva era patente.

"Sangre... Deliciosa y suculenta sangre derramada... Y está cerca..."

Al girar la cabeza comprobó de dónde venía el rastro de sangre: de Pale. Quaver le estaba colocando un pañuelo en el cuello cuando se percató de que estaba herido de muerte. Podía oír sus latidos ralentizarse cada vez más. Sin embargo, en vez de perder la calma y degollarlo del todo, Minerbat se acercó a él y le cerró los ojos con delicadeza, en un gesto nada propio de ella.

-Voy a acabar con tu sufrimiento. Piensa en aquello que más te guste -dijo con serenidad al moribundo poni.

"Minerbat, ¿qué...?"

"Hago lo que debo hacer."

Con rapidez, la batponi recogió la espada Vorpal del suelo y se lo clavó en el pecho, justo en el corazón, de un golpe fuerte y seco. El cuerpo de Pale convulsionó varias veces antes de quedarse completamente quieto. Minerbat sacó el cuchillo rápidamente, recogió el hacha que le había lanzado el grifo que había huído y se acercó a Sharp, que saqueaba el cuerpo del grifo caído.

-Tenemos que irnos ya. Coge lo que sea y súbete encima, hay que salir de aquí -la batponi replegó las alas y aleteó silenciosamente.

[edgareo]

Mad observó como el plan iba tomando forma...y como todo se iba al traste. Contemplo como degollaban a Pale y el grifo se escabapa poco después. Agachó la cabeza, sin mucha reacción más. Se sentía culpable, creyendo que podría hacer más. Se colocó el gorro, justo tapandose los ojos. Con la vista cabizbaja, no contemplo como Minerbat sacrificaba a Pale para evitarle más sufrimiento, y tan solo se acercó a Quaver, en silencio y esperando para marcharse.

[Volgrand]

PALE PAPER HA MUERTO.

Spoiler:

Pandi, un detalle, el grifo no te lanzó el hacha, te lanzó "un rápido tajo"; la usó cuerpo a cuerpo y por eso te dio luego un puñetazo. Lo siento pero no hay hacha cerca.

[Quetzal]

Apenas había empezado a rebuscar en el grifo, cuando Minerbat acude volando hacia Sharp Eye.
- Tenemos que irnos ya. Coge lo que sea y súbete encima, hay que salir de aquí

La pegaso asintió, no podía estar más de acuerdo pese a que no le gustara demasiado la vamponi, herida como estaba era mejor pillar un taxi. Dándose toda la prisa que podía, trató de recoger lo que pudo del grifo antes de montarse en su salvadora. Se fijó en las manchas de sangre u un moratón, y supuso que también la habían herido, pero no se comportaba como tal. Sintió un poco de vergüenza de sí misma, se creía y jactaba de ser tan dura y a la hora de la verdad era tan sólo una pusilánime.

Antes de emprender vuelo, deja su pesado mosquete en el travois y grita a Nana:
"Hey, Nana, toma mis cosas y corre!" Y a Minerbat: "Tan sólo vámonos... por favor."

Mil emociones fluían por sus venas. Confusa como nunca lo había estado, esos momentos se le hicieron eternos.

[HeyThereNana]

Nana cogió las cosas de Sharp, metiendolo todo en el travois y cargó con él con un gran esfuerzo. Se esforzó por aligerar el paso y alcanzar a sus compañeros, fijándose en que Sharp estaba herida, y apuntó mentalmente que debía dedicarle un rato cuando al fin estuvieran a salvo.

La carrera podría haber durado minutos, pero se le hicieron eternos mientras cargaba con el travois y sentía la angustia de la huida. Si ahora los pillaban los grifos, estaban perdidos. Manchas blancas empezaron a aparecer ante sus ojos y la boca le sabía a sangre. Sin embargo, sin saber cómo, siguió corriendo. De repente, Minerva paró en seco y todos pararon tras ella. Nana acercó el travois a Sharp, con una mezcla de cansancio y resentimiento en sus ojos, y se retiró, sintiéndose demasiado débil para hacer otra cosa que escuchar a sus amigos tumbada en el suelo.

[McDohl]

Quaver Note notó el cuchillo. Notó como Minerva lo hundía en el poni moribundo con el que cargaba.

Sus patas empezaron a temblar... pero había que abandonar aquel lugar, no podía dejar que los recuerdos del pasado volviesen en ese instante.

Sus compañeros ya estaban saliendo de allí, pero aun quedaba una cosa por hacer. Minerva había dejado el cuchillo incrustado en Pale, haciendo tapón sobre la herida y los trapos que ella misma había aplicado estaban empapados. Los cambió rapidamente por unos limpios y los lanzó con magia lo mas lejos posible. A continuación, hizo un esfuerzo por crear un poni similar a los que había hecho cuando volvían de conseguir las baterias. Una sola ilusión a la que hizo correr en dirección hacia los trapos, en dirección contraria a la que llevaban ellos.

La unicornio confiaba en que aquella distracción les diese suficiente tiempo a huir. Mientras una melodía se iba formando en su mente, Quaver Note huyó siguiendo a su grupo, lamentando que su decisión le hubiese costado la vida al poni cuyo cadaver se negaba a abandonar...

[Quetzal]

Y mientras cargada por la vamponi, A Sharp se le ocurrió algo en un intento de despistar a sus posibles perseguidores:

Tomando la segunda carga de su Royal Regalia (bandolera con cuatro sacos con pólvora, al igual que los Doce Apóstoles de los mosqueteros antiguos), y una página en blanco de su novela como mecha, la pegaso fabrica una improvisada granada, que coloca en la punta de un virote de su ballesta de pata.
Enciende la mecha y dispara el proyectil en dirección a la conveniente ilusión de Quaver, cuánto más lejos de ellos mejor. Con un poco de suerte, los perseguidores irían al foco del estruendo para perseguir a la ilusión en vez de ellos.

"Espero que esto funcione". Comenta, preocupada, intentando resultar al menos un poco útil tras mostrarse tan débil.

[Pandora]

Minerbat alzó el vuelo con Sharp sobre ella. Podía notar su agotamiento, su cansancio, su dolor y su miedo. Minerva estaba callada, en shock por lo que acababa de hacer, y el resto del grupo se notaba abatido. Sólo ella era la única que parecía estar mentalmente estable... Si es que tener dos personalidades distintas y opuestas que interactúan a la vez es estar mentalmente estable.

El peso de Sharp era suficientemente suave como para mantener el vuelo durante un buen rato, pero se detuvo al cabo de un rato de viaje, es una zona algo oculta. Se agachó y ayudó a Sharp a bajarse, tras lo cual se acercó a nada. Le quitó el travois y aleteó en su dirección, moviendo el aire para refrescarla. Tenía pinta de estar a punto de desmayarse.

-Sharp necesita que la atiendas. Hazlo cuando te encuentres mejor.

Tras eso se acercó a Quaver y se la llevó apartada del resto.

"Minerva, es tu turno. Yo no sé como decírselo sin que suene cruel y paso de ese marrón ahora. He hecho mucho por hoy."

Minerva asumió su cuerpo algo desganada. Miró a los ojos a Quaver, procurando que se diera cuenta de que era ella.

-Escucha, Quaver. Sé cuánto te importamos todos los del grupo pero.. No había más remedio. Si te sirve de algo... Minerbat lo hizo casi sin dolor. Y no fue cruel con él. Quisiera ayudarte a componer su canción... Me siento en parte culpable por esto -explicó con suavidad, procurando no alzar mucho la voz.

[Volgrand]

Acción: Ir a buscar en el cadáver del grifo.

-Tenemos que irnos ya. Coge lo que sea y súbete encima, hay que salir de aquí -la batponi replegó las alas y aleteó silenciosamente.

En la rápida búsqueda, Sharp nota dos cosas: Primero, que "La voz de Canterlot" había logrado atravesar limpiamente la armadura de cuero y metal del grifo. La segunda, que fue el flechazo de Nana el que le arrebató finalmente la vida.
Apenas tiene unos segundos antes de que Minerbat cargue con ella y se la lleve; el grifo tenía una ballesta que, a ojo de buen cubero, era de una calidad media o alta, muy cuidada y arreglada artesanalmente. Casi parece un arma personalizada. Lleva dos hachas a ambos lados del costado, diseñadas para usarlas cuerpo a cuerpo, ya que Sharp calcula que no estaban demasiado bien equilibradas para ser lanzadas.

Pero lo que llama la atención de Sharp es un símbolo que el grifo lleva inscrito en la armadura, sobre el corazón: parece representar un sol superpuesto sobre la efigie de un grifo ascendiendo hacia el cielo. Jamás lo habías visto antes.

Sharp decide al final llevarse la ballesta.

Spoiler:

Porque si no no tiene ballesta para lanzar su granada luego xD

El grupo galopa lo más rápido que puede por el bosque, alejándose hacia el este, de vuelta a territorios menos hostiles. Sin embargo, sigue sin ser fácil: las pezuñas se os hunden en la combinación de nieve y ceniza, sin dejaros galopar a vuestra máxima velocidad más que unos pocos metros. Nana hace lo que puede, llevando el travois de Sharp, pero a decir verdad el artefacto la ralentiza.

Quaver Note convoca su ilusión y la manda a galopar hacia una dirección diferente a la vuestra; Sharp prepara su granada y, tras calcular un par de minutos, la dispara hacia donde calcula debe estar el falso poni en ese momento. La explosión resuena entre los árboles, más estrepitosa de lo que esperaba.

La familia huye durante casi media hora, hasta que Minerbat les hace detenerse.

Minerbat alzó el vuelo con Sharp sobre ella. Podía notar su agotamiento, su cansancio, su dolor y su miedo. Minerva estaba callada, en shock por lo que acababa de hacer, y el resto del grupo se notaba abatido. Sólo ella era la única que parecía estar mentalmente estable... Si es que tener dos personalidades distintas y opuestas que interactúan a la vez es estar mentalmente estable.

El peso de Sharp era suficientemente suave como para mantener el vuelo durante un buen rato, pero se detuvo al cabo de un rato de viaje, es una zona algo oculta. Se agachó y ayudó a Sharp a bajarse, tras lo cual se acercó a nada. Le quitó el travois y aleteó en su dirección, moviendo el aire para refrescarla. Tenía pinta de estar a punto de desmayarse.

-Sharp necesita que la atiendas. Hazlo cuando te encuentres mejor.

Tras eso se acercó a Quaver y se la llevó apartada del resto.

"Minerva, es tu turno. Yo no sé como decírselo sin que suene cruel y paso de ese marrón ahora. He hecho mucho por hoy."

Minerva asumió su cuerpo algo desganada. Miró a los ojos a Quaver, procurando que se diera cuenta de que era ella.

-Escucha, Quaver. Sé cuánto te importamos todos los del grupo pero.. No había más remedio. Si te sirve de algo... Minerbat lo hizo casi sin dolor. Y no fue cruel con él. Quisiera ayudarte a componer su canción... Me siento en parte culpable por esto -explicó con suavidad, procurando no alzar mucho la voz.

Nana se acerca a su herida compañera; el virote le ha atravesado el muslo de la pata trasera izquierda limpiamente; la pequeña ha visto heridas así antes y sabe que no es tan grave como parece. Saca dos plastas medicinales de sus alforjas, que le da a Sharp para que se las coma. Una le calmará el dolor, y la otra ayudará a que deje de sangrar durante la operación.

La pequeña tarda un rato en hacerlo; ha necesitado primero cortar uno de los extremos de la ballesta, sin hacer más daño en el proceso, y luego sacarla igual que había entrado. Un poco de presión para parar la hemorragia, unos puntos de sutura y un vendaje después, y Sharp Eye estaba curada. Algo coja, todavía, pero solo necesitaría descansar un poco y en un par de días estaría como nueva. Ahora mismo todavía le duele bastante apoyar la pata en el suelo.

SHARP EYE: Pasa de estar "herida" a estar solo "coja" temporalmente.

Mientras la operación ocurría, Minerbat se sintió algo intranquila. Debían atender la herida de Sharp, pero la verdad es que estaba llevando más tiempo del que había calculado. Por suerte estaban en una zona algo oculta, con una gran densidad de árboles. Al menos, en el peor de los casos, los tiradores grifo lo tendrían algo más complicado.

Minerva tuvo una charla con la poni muda, pero eso era de poca importancia para la Batpony. En un momento que Minerva se giró pudo ver el camino por el que habían venido...

...con un rastro de huellas formado por cuatro ponis la galope, uno de ellos tirando de un travois. Y, siguiéndolo, entre la penumbra, aparece un grifo. Un grifo que camina con la cabeza alta y mira directamente hacia la zona donde se esconde la familia.

Oh, mierda...

-Buenas noches, pequeños ponis.

La voz del grifo es grave y algo gutural; su plumaje, antaño castaño oscuro, ahora está descolorido a causa de la edad; el pelaje de sus cuartos traseros siempre fue gris oscuro, pero ahora está adornado por canas que lo cubren en su mayoría. Debe tener alrededor de cincuenta años. Porta una elaborada armadura de metal que parece brillar ligeramente en un tono anaranjado; sobre el pecho porta el mismo símbolo que observó Sharp Eye en el grifo que fue derribado. El grifo hace un gesto con una garra que acaba en un chasquido de dedos y, al hacerlo, una llama apareció sobre la misma. Se lleva la llama hasta un lado del rostro, iluminándolo para que podáis verlo bien. Tiene varias cicatrices que le marcan como alguien curtido en batalla, y sus gestos muestran cierta prepotencia, casi tanto como sus palabras.

Avanza unos metros más hasta situarse donde puede veros a todos. Minerbat y Nana son las primeras en escuchar el ruido de muchas criaturas volando sobre la zona; poco después varios grifos aterrizan a la espalda del que, obviamente, parece ser su líder. De momento, contáis alrededor de media docena.

-Habéis sido inteligentes... en parte. Permitidme que me presente: Soy Goldark, sumo sacerdote de Skamash, y el líder de La Recta Retribución. Y, ciertamente, me habéis sorprendido.

Goldark pasea la mirada entre vosotros, deteniéndose en Mad Fire.

-Sé que eres un unicornio; el truco del sombrero te funcionó antes, pero no volverá a hacerlo. Y como observarás soy... sensible a la magia -añade, pasando el fuego mágico de una garra a la otra-. Así que, por favor, no hagas tonterías.

Luego mira a Quaver Note.

-Tú eres la poni cantarina, me han dicho, así que imagino que el truco de la ilusión fue idea tuya. Buena jugada -reconoce con una sonrisa- realmente nos engañó. Y eso unido a la explosión -añade, esta vez mirando a Sharp Eye- hizo que dejáramos de seguir vuestras huellas durante un buen rato. Hábil, muy hábil -entonces se fija en la mirada que algunos le dedicáis, extrañados de que sepa tanto-. ¡Oh, por favor! ¿Alguien lanza un artefacto explosivo? Era de suponer que lo habría hecho la poni enferma con el extraño "Rifle explosivo".

El grifo suelta una carcajada.

-Pero claro, digamos que intentar huir cargando con un travois no es una de las mejores ideas, y menos aún dárselo a la más pequeña del grupo -dice, mirando a Nana-. Por tus huellas se nota que sufriste para seguir el paso a tu grupo. Y ya no hablemos de deteneros en nuestro territorio y no prestar siquiera un poco de atención por si veníamos. Sí, muy inteligentes para una cosa... pero estúpidos por el otro lado. ¿Cómo pudísteis los ponis ser una gran potencia mundial antes de la caída de Skamash?

Algunos empezáis a elucubrar un plan, alguno quizá a actuar. Pero Goldark se adelanta.

-Antes de que hagáis ninguna tontería, dejadme explicaros la situación: Somos más que vosotros, estamos mejor armados, somos mejores combatientes y os tenemos rodeados. E incluso aunque lograrais salir de aquí, cien metros más adelante el bosque se vuelve muy poco denso, mis tiradores no tendrán ningún problema en mataros. Sería una insensatez intentar hacer algo estúpido como... atacarme. Me gustaría invitaros a soltar las armas, pero creo que seré un poco más cortés y os preguntaré: "¿qué hacéis aquí?".

[McDohl]

La muerte de Pale Paper había nublado tanto el raciocinio de Quaver Note hasta el punto de no reparar en que habían cometido el mismo error que cuando fueron emboscados por vez primera: no eliminar el rastro.

Y ahora la situación era todavía más crítica que la anterior. Al menos esta vez su interlocutor se mostraba más abierto a parlamentar que el hosco soldado que había segado la vida de su compañero.

La unicornio asimiló lo que acababa de decirles aquel grifo ya entrado en edad: había tardado poco en analizarlos a todos, manipulaba el fuego mágico con soltura y al margen de la obviedad de que luchar había dejado de ser una opción... habían unas palabras que resonaron en su cabeza:

Skamash...
Sacerdote...
Retribución...

Quaver Note miró a sus compañeros. Minerva parecía furiosa consigo misma, el rostro de Mad Fire quedaba ensombrecido por su sombrero, Nana se esforzaba por no temblar y Sharp Eye parecía aun menos contenta que Minerva por encontrarse en esa situación...

La elección estaba clara. Con un gesto, les pidió que bajasen toda arma que llevasen. La única opción ahora era parlamentar.

Dejando la alforja en el suelo, la unicornio sacó su archivador y buscó una página en concreto, era parte de la información de la que disponían y lo que les llevaba a estar en aquel territorio: habían oído hablar de Skamash, uno de los miembros de su grupo era un reconocido devoto del culto solar y estaban allí tratando de averiguar los motivos que habían causado aquel cataclismo años atrás. Confiaban en que en este territorio nunca antes explorado por su raza encontrarían las respuestas que les habían negado en su tierra natal.

Haciendo un gesto que demostrase que no había hostilidad en ella, le entregó la hoja al grifo. Acto seguido, Quaver Note se llevó la pata a la garganta, indicando que no podía hablar y que iba a tratar de transmitir con gestos lo mejor que pudiese sus intenciones:

En primer lugar, juntando las patas, la unicornio pidió disculpas por el encontronazo anterior, pero señalando el cadáver de Pale, se puso la pezuña en el cuello y luego señaló a sus compañeros, juntándolos como si fuesen un grupo y adoptando una pose defensiva a la par que señalaba a los soldados y los identificaba como agresivos: no era su idea atacarlos, solo se defendieron por instinto al ver a un compañero suyo en peligro.

En segundo lugar, señalando la nota, Quaver Note bajó la cabeza, ya que estaban allí con la idea de investigar precisamente el elemento al que los grifos parecían rendir culto. No deseaban mas enfrentamientos.

Y en tercero... señalando a Pale Paper, hizo un gesto de excavar y rezar: al menos querían poder despedir a su amigo caído y darle el descanso que se merecía...

[Quetzal]

Estaba cansada. Y emocionalmente agotada. El instinto le pedía huir, la razón ya no le pedía luchar más. Apenas había descubierto el cadáver de Pale Paper, y lo débil que había sido al recibir su primera herida, se sentía perdida y sin motivaciones. Dudando profundamente de sí misma.

Se levantó dolorosamente y tomó la Voz de Canterlot, dirigiéndola al gran grifo mientras su compañera le explicaba de bajar el arma...
Y la tiró al suelo, junto a las dos cargas restantes de su Royal Regalia.

Con expresión vacía pero dolida tanto por la herida como por sus encontrados sentimientos, la pequeña y frágil pegaso se agacha y recuesta en el suelo, con la cabeza gacha y las orejas flácidas, en un obvio gesto de sumisión.

[Pandora]

Grifos. Grifos por todas partes. Y otra vez el rastro que no habían ocultado.

"¿Ves? Esto pasa por prestar atención a los demás"

"Tenemos problemas más importantes. Por favor, no pierdas la calma o estaremos ante una muerte segura."

Minerbat se fijó en los actos de Quaver y Sharp. Ambas se mostraban sumisas y soltaban las armas, algo que le desgradaba profundamente. Ella jamás mostraría sumisión ante nadie, y menos un puñado de pajarracos. Pero Minerva tenía razón: si perdía la calma podía ser su perdición. Suspirando, soltó otra vez su preciada Espada Vorpal a desgana.

"Espera, tengo una idea. Saca mi cuaderno, ábrelo por la última página y explícales lo que pasa, lo que realmente hemos venido a hacer aquí. Yo te voy dictando lo que tienes que decir."

Minerbat sacó de sus alforjas el ajado cuaderno de Minerva y, tras rebuscar entre las páginas, encontró la última entrada, aquella en la que escribía sobre la excursión en la que se embarcarían y por qué; y, de la misma forma respetuosa que había hecho Quaver, se acercó a ella y dejó al lado de su hoja su propio cuaderno. Carraspeó suavemente, para que centrasen su atención en ella, manteniéndose cerca de la unicornio.

"Lo que mi compañera quiere decir..."

-Lo que mi compañera quiere decir, honorable Goldark, es que sentimos profundamente este ataque. No pretendíamos iniciar una ofensiva, pero nos hemos visto acorralados y hemos actuado por instinto al ver a nuestro compañero en peligro. No pretendíamos herir a nadie, sólo escapar -la batponi miraba a los ojos al grifo llamado Goldark, pero manteniendo una posición sumisa-. Nosotros hemos venido hasta aquí con la intención de investigar, de averiguar que sucedió en este lugar y con el sol. Vos mismo podéis leerlo si os place en las anotaciones que tomamos mi compañera y yo misma. Por último, mi compañera ruega que nos permitáis darle sepultura a nuestro compañero, pues merece un lugar de descanso digno -al acabar, agachó la cabeza, mirando de reojo a Quaver, que la miraba como si de un fantasma se tratara.

"Creo que Quaver no se esperaba este derroche de palabras."

"Eh, soy buena interpretando. Espero que esto haya funcionado..."

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Grifos. Grifos por todas partes. Y otra vez el rastro que no habían ocultado.

"¿Ves? Esto pasa por prestar atención a los demás"

"Tenemos problemas más importantes. Por favor, no pierdas la calma o estaremos ante una muerte segura."

Minerbat se fijó en los actos de Quaver y Sharp. Ambas se mostraban sumisas y soltaban las armas, algo que le desgradaba profundamente. Ella jamás mostraría sumisión ante nadie, y menos un puñado de pajarracos. Pero Minerva tenía razón: si perdía la calma podía ser su perdición. Suspirando, soltó otra vez su preciada Espada Vorpal a desgana.

"Espera, tengo una idea. Saca mi cuaderno, ábrelo por la última página y explícales lo que pasa, lo que realmente hemos venido a hacer aquí. Yo te voy dictando lo que tienes que decir."

Minerbat sacó de sus alforjas el ajado cuaderno de Minerva y, tras rebuscar entre las páginas, encontró la última entrada, aquella en la que escribía sobre la excursión en la que se embarcarían y por qué; y, de la misma forma respetuosa que había hecho Quaver, se acercó a ella y dejó al lado de su hoja su propio cuaderno. Carraspeó suavemente, para que centrasen su atención en ella, manteniéndose cerca de la unicornio.

"Lo que mi compañera quiere decir..."

-Lo que mi compañera quiere decir, honorable Goldark, es que sentimos profundamente este ataque. No pretendíamos iniciar una ofensiva, pero nos hemos visto acorralados y hemos actuado por instinto al ver a nuestro compañero en peligro. No pretendíamos herir a nadie, sólo escapar -la batponi miraba a los ojos al grifo llamado Goldark, pero manteniendo una posición sumisa-. Nosotros hemos venido hasta aquí con la intención de investigar, de averiguar que sucedió en este lugar y con el sol. Vos mismo podéis leerlo si os place en las anotaciones que tomamos mi compañera y yo misma. Por último, mi compañera ruega que nos permitáis darle sepultura a nuestro compañero, pues merece un lugar de descanso digno -al acabar, agachó la cabeza, mirando de reojo a Quaver, que la miraba como si de un fantasma se tratara.

"Creo que Quaver no se esperaba este derroche de palabras."

"Eh, soy buena interpretando. Espero que esto haya funcionado..."

[Volgrand]

Mientras Minerbat mostraba una inusual verborrea, Goldark tomó la nota que Quaver le acercó con telequinesia y la leyó.

—Ya veo... así que encontrásteis notas de aquellos soldados... Respecto al combate de antes, tengo que reconocer que mis hombres os subestimaron. Les ordené que os retuvieran, os atacaron, mataron a uno de los vuestros -señaló el cuerpo de Pale- y vosotros a uno de los nuestros. Casi lo encuentro... justo. Sería un deshonor dejarnos llevar por la venganza.

Goldark ríe ligeramente.

—Así que habéis venido a preguntar qué pasó con el sol... ¿De verdad esperáis que lo crea? Era vuestra líder, Celestia, quien hablaba con el sol, y su hermana Luna quien lo hacía con la Luna. Creo que la pregunta justa no es "qué pasó con el sol", si no "qué hicieron los ponis para que Skamash decidiera condenar a vuestra raza a una lenta extinción con su muerte".

El veterano grifo os mira durante unos instantes antes de dar la última orden.

—Registradlos y encadenadlos, veremos cuánto saben realmente de la muerte de Skamash. En cuanto al muerto... recogedlo. Podemos darle un entierro digno si nos satisfacen las respuestas.

[edgareo]

Mad tan solo escucha las palabras de todos, y mira con cierto interes al grifo. Antes de que pueda hacer nada, escucha como ordenan que los encadenen. En silencio, acude lentamente hacia Sharp y le da unas leves caricias en la crin a esta, antes de que los grifos vengan a llevárselos. Se siente en parte, aliviado, quizás pueda convencer a los grifos de alguna forma...