Esos breves momentos de libertad de mosquitos fue un alivio para sus nervios, pero apenas Crono ordena a parar, la nube de insectos se vuelve a conglomerar en torno de el, y el centauro se encabrita. Con las patas enlodadas, agotado después de ir chapoteando por este condenada ciénaga y ahora se reanuda el acoso por mosquitos y moscas.
Eh, Crono -Dice mientras hace una flecha flamante y la agita arriba suyo como un matamoscas incandescente- Cuando quieras haces tu hechizo ese para sacarme estos parásitos de encima.
Busca mientras algunos ramas muertas en los arboles para generar una fogata, sin claro verse interrumpido por uno de que otro "aplauso" para matar insectos.