Mandíbulas 2 [Sad] [Drama] [Adventure]

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Re: Mandíbulas 2 [Sad] [Drama] [Adventure]

Notapor Sg91 » 20 Jun 2013, 19:36

Capítulo 6

Armonía


El tren entró en la estación del pueblo entre bufidos y chirridos de sus válvulas; al poco de parar bruscamente, las seis ponis y un bebé dragón bajaron al andén, donde un unicornio y un poni de tierra acompañado de una potrilla unicornio aparecieron de entre las nubes de vapor.

-¡Octi, cariño!

-¡Mami, mami, has vuelto!

Derpy se lanzó a abrazar a su hija y su novio, mientras que Octavia hacia lo propio con su novia; las demás observaron la estampa contentas por ellos.

-¿Qué tal por Canterlot?-inquirió Vinyl, tras el beso previo con ella.

-Muy bien, hemos conocido a las princesas y ahora somos una mas…

Trixie se encontraba algo rezagada del resto, pero Twilight la animó a salir y saludó a los demás. Estuvieron hablando un poco más, sobre todo acerca de que iba a hacer Trixie una vez allí.

-Tienes una posada en el centro que está muy bien de precio… o si quieres puedes quedarte conmigo hasta que encuentres algo que te interese-la propuso ella.

-Está bien… después de todo, no tengo muchas opciones…

-No te apures, dulzura, si quieres trabajo yo te puedo ayudar a conseguir uno-la comentó Applejack.

-Últimamente Cheerilee andaba algo apurada sobre las lecciones de magia para sus alumnos unicornios… ella puede dar la parte teórica, pero la practica ya es otra historia… a Dinky la vendría bien un poco de práctica para variar ¿verdad?-informó el doctor.

-¡Sí! Leer es aburrido, yo quiero hacer magia-asintió ella.

-Pues mira, puedes intentar pedir una plaza en la escuela para enseñar a los potrillos, Trixie…-la sugirió entonces Twilight.

-¿Eh? ¿Yo, profesora? No sé si podre hacerlo… además, aun me queda mucho por aprender todavía…-murmuró ella, apurada.

-No te preocupes, yo te enseñaré cosillas varias… y sobre el puesto no te preocupes, yo hablaré con Cheerilee.

Una vez que estuvo todo hablado, las seis se despidieron y cada una se fue a sus respectivas casas; Spike abrió la puerta y Trixie se estuvo asentando un poco, siendo ayudada por la unicornio lavanda. Aunque antes de eso, mandó a Spike a comprar algo de comida para la cena y algunos productos más ahora que Trixie iba a vivir con ellos.

El dragón asintió y se dirigió hacia el mercado con todo apuntado en un trozo de papel; mientras se dirigía hacia allá, soltó un hondo y amargo suspiro. Todo ahora era muy distinto, Trixie se iba a vivir con ellos, era el nuevo elemento de la risa, Twilight tenía nuevas amigas… todo había cambiado tan deprisa que apenas se había dado cuenta. Y él se había visto obligado a crecer un poco más, a base de palos, y uno bien gordo. Cada vez que pasaba al lado de esa tienda circular, su corazón se encogía fieramente. Aunque esa vez, algo completamente distinto contrastaba con la estampa a la que estaba acostumbrado a ver; Sweetie Belle se encontraba ayudando a sus padres, cargando un carro con algunas de las antiguas pertenencias de su hermana.

-¿Sweetie Belle?-inquirió él, acercándose a ella.

La aludida se dio la vuelta y al verle le saludó.

-Ah, hola Spike…

-¿Qué estáis haciendo?

-Nos llevamos algunas de las cosas de mi hermana… vamos a vender la tienda, nos trae demasiados recuerdos dolorosos… y yo… me voy a mudar a Hoofington con ellos-anunció entonces ella.

-¿¡Qué?! Pero… yo pensaba que vivíais en el pueblo…

-No exactamente, yo venía aquí cuando mis padres trabajaban… ahora ya no tiene sentido que siga viniendo.

-Ya, pero… ¿Qué pasa con tus amigas?

-Ellas ya lo saben…

Los dos se miraron por un momento, la pequeña unicornio echó una rápida mirada a la boutique carrusel.

-Han sido tantos momentos juntas… había veces que parecía que no casábamos, pero yo la quería. Era mi hermana, después de todo. Me sería imposible seguir viniendo aquí, Spike…-masculló, con lágrimas en los ojos.

-Comprendo tu dolor, Sweetie Belle, pero no debes dejar que eso te detenga. Mírame a mí, tú sabias perfectamente que yo a Rarity la quería aunque supiese que mi amor por ella fuera del todo imposible. No debes olvidar así, y menos aun a tu hermana…

-¿Y qué otra cosa quieres que haga? Mis padres solo vienen aquí durante las vacaciones, y yo no me puedo quedar sola… lo siento Spike, pero yo ya he tomado mi decisión.

En ese momento, Magnum apareció tras la puerta con el último lote de cosas, dejándolas en el carro.

-Esto ya está… vámonos ya, me están entrando náuseas…-masculló, roto por dentro y fuera.

-¡Te estaba esperando hace media hora! Vámonos, por favor…-suplicó Pearl, su esposa.

Sweetie Belle suspiró, tratando de no llorar; en ese momento se subió al carro, rebuscando algo en él, hasta que finalmente sacó un objeto que él conocía muy bien.

-Mi hermana nunca lo usó y lo guardaba con un cariño muy especial. Estoy segura de que hubiera querido que te lo quedaras tú.

El rubí de fuego en forma de corazón brillaba fugazmente, reflejándose en los ojos del dragón y la potrilla; ésta se lo entregó y Spike lo cogió, notando una recaída en lo más hondo de su ser.

-Siempre pensé que lo guardó por una buena razón… estoy segura de que tú harás lo mismo.

Ambos se miraron a los ojos, a pesar de la cortina de lágrimas que los cubrían; por un momento a Spike le pareció ver un brillo especial en ellos que le recordó con fuerza a Rarity.

-¡Sweetie Belle, nos vamos!-la urgió su madre en ese momento.

-Adiós, Spike. Me alegro de haberte conocido…

La potrilla se dio la vuelta para subirse al carro, pero antes de que lo hiciera, Spike exclamó.

-¡Espera!

En ese momento, ella se paró y él se lanzó, sin saber a ciencia cierta por qué; sin apenas darse cuenta, los dos se rozaron los labios y ella se quedó sin palabras.

-Si decides volver… te estaré esperando.

El carro se puso en movimiento y Spike la observó alejarse; Sweetie Belle parpadeó y dos lágrimas cayeron al suelo antes de perderse en la siguiente esquina.

La semana pasó lentamente, sin sobresaltos y sin nada especial; desde que Sweetie Belle se fue, Scootaloo y Applebloom se quedaron bastante tristes por la partida de su amiga, y se apoyaban la una a la otra. Sin ella, el club de las Cutie Mark Crussaders estaba un poco más vacio.

-Se ha ido… se ha ido de verdad…-murmuró Scootaloo, mirando por una ventana.

-Pues claro… nos lo dijo ella misma, Scoots…-comentó Applebloom, con el semblante triste.

-Pero yo pensaba que al final se lo pensaría, o no se iría…

Ante ese comentario, la potrilla suspiró y habló.

-Lo sé, yo también lo pensé… pero ha sido decisión suya, no nuestra, nosotras no podíamos hacer nada. Lo único que podemos hacer ahora es respetarla.

-¿¡Ah, sí?! ¿¡Respetarla como ha hecho ella con nosotros?!-masculló la pegaso, molesta.

-¡Pues sí, sobre todo después de lo que ha pasado! ¡Que ha perdido a su hermana, Scoots!-la recordó ella, un tanto molesta por su actitud.

-¡¿Y yo?! ¿¡Qué pasa conmigo?!-gritó entonces, comenzando a llorar.

En ese momento, Applebloom cayó en lo que quería decir y se mordió la lengua; ¿cómo pudo haberlo olvidado?

-Rainbow Dash era como si fuera mi hermana mayor, y tú lo sabes… y ahora, ahora… no está. ¿Quién me va enseñar a volar ahora?

Y tras ese lamento, Scootaloo se echó a llorar con fuerza, haciéndose un ovillo; su amiga se puso a su lado para consolarla, ofreciéndole su apoyo y amistad. La pequeña pegaso los aceptó, envolviéndose entre sus patas y desahogándose a gusto. El aire se volvía extraño alrededor de la casa club, mientras que afuera la vida seguía su curso.

Trixie, tras muchas reticencias, aceptó ser profesora de magia en la escuela, cargo que impartía con mucha entereza, aunque para Snips y Snails era la mejor profesora que hubieran podido pedir, lo que animaba a la misma a seguir.

Twilight notaba desde hacía mucho que su corazón se había calmado y era feliz de nuevo. Los días volvían a ser como siempre, la misma rutina regresaba a su vida, solo que ahora era un poco más diferente cada día, gracias a sus nuevas amigas. Todas ellas daban un toque diferente a su vida cada día y hacían que hasta el detalle más pequeño e insignificante valiese la pena. Y no podía pedir nada más salvo el seguir así.

Esa mañana se encontraba en la biblioteca, reordenado algunos libros sin etiquetar; era trabajo pendiente, pero en ese momento le apetecía cualquier cosa menos estar allí. Hacía un día espléndido, por lo que decidió salir afuera y entregarse al aire fresco matutino. Dio un paseo sin tomar un rumbo fijo, los ponis con los que se cruzaba la saludaban cordialmente, el mercado estaba a rebosar de ponis, muchos realizaban sus quehaceres cotidianos… todo estaba bien con el mundo, ahora sí.

Un cesto de manzanas en un alfeizar cercano la llamó la atención y no pudo evitar acordarse de Applejack; esbozó una tonta sonrisa y decidió ir a visitarla a Sweet Apple Acres donde, con toda seguridad, se encontraría.

La localizó en uno de sus campos, pateando los árboles y recolectando manzanas de ellos.

-¿Trabajando tan pronto?

-Bueno, estos árboles no se van a cosechar solos… si lo hicieran, otro gallo cantaría.

-Desde luego… nunca fallas, Applejack.

-No podría, ya estoy del todo acostumbrada… ¿a qué has venido, Twi?

-Pues a verte ¿te parece poco?

Las dos se miraron por un momento y la poni de tierra esbozó una pequeña sonrisa.

-Iba a tomarme un descanso ¿me acompañas?

Twilight asintió y se apartaron un poco, cerca de donde estaban; un pequeño claro verde despuntaba entre la cantidad de manzanos que las rodeaban y se tumbaron en él.

-¿Sabes? He estado pensando en todo lo que hemos pasado hasta el momento. Desde que nos conocimos por primera vez, los buenos momentos, los malos… el suceso en casa de Fluttershy… y todo lo ocurrido hasta ahora-murmuró Applejack.

Twilight la observó y ella continuó.

-Siempre pensé que si no hubiera sido por ti, no hubiera salido adelante. Y no solo después de aquel día, sino en muchas otras ocasiones antes de eso. Como cuando me empeñé en recoger yo sola todas las manzanas o casi pierdo a Rarity por mi cabezonería… siempre estuviste allí, Twilight, sin importar qué.

-Era lo mínimo que podía hacer… eres mi amiga, Applejack, antes, ahora y siempre. No lo sería si no me preocupara por ti.

-Lo sé. Y también sé que tampoco me darías de lado o me ignorarías. Y es ahora cuando más me doy cuenta. Eres… muy especial para mí, Twi…-murmuró Applejack, revolviéndose un poco.

-Tú también, Applejack. Siempre has estado ahí también, me diste una razón para confiar en ti a pesar de que apenas te conocía aquella vez, en el bosque Everfree; te descubrí no sólo como el elemento de la honestidad, sino como una gran amiga. Y ahora sé que es más real que nunca… tú también significas mucho para mí, Applejack…

Las dos se miraron a los ojos, notando en ambas miradas un repentino sonrojo y un incipiente nerviosismo que aceleraba sus corazones; ninguna de las dos dijo nada más, tan solo se devolvieron la mirada en unos escasos pero eternos segundos. Casi sin darse cuenta, ambas fueron acortando distancia entre ellas, buscando lo mismo. Sus corazones latían con tanta fuerza que parecían uno solo y casi los podían sentir saliendo de sus pechos. Sus labios estaban a un palmo de tocarse.

-¡Twilight, Twilight, tenemos una emergencia!

En ese momento las dos se apartaron de golpe, mirando hacia otro lado e ignorando el hecho en sí. Spike apareció justo después, todo azorado y asustado.

-¿Qué pasa, Spike?-inquirió ella, extrañada.

-¡Un caimán, eso es lo que pasa! ¡Un caimán del tamaño del expreso de la amistad con carga incluida ha aparecido de repente y se está llevando por delante todo lo que encuentra!

Ante semejante noticia, las dos reaccionaron enseguida, lanzándose una nerviosa mirada.

-¿Un caimán?-repitió Applejack, con voz quebrada.

-¡Te necesitamos Twilight, rápido!-masculló Spike, azuzándola.

Las dos echaron a correr, siendo guiadas por Spike hasta la calle principal del pueblo; desde donde estaban pudieron ver al susodicho caimán arrancando de un solo mordisco el tejadillo de un puesto de zanahorias. El poni que lo llevaba salió corriendo, despavorido, junto con toda una multitud muerta de miedo. En cuanto se acercaron un poco más, las dos ponis pudieron confirmar sus sospechas.

-Oh, por todos los manzanos… es… -masculló Applejack.

-Es… Gummy. Midiendo más de cinco metros y del tamaño de una locomotora-terminó la frase Twilight.

El susodicho era muchísimo más grande que un caimán común, con unas duras escamas en su piel y unos dientes del tamaño de dagas; la boca era lo suficientemente grande como para albergar en ella un carro lleno de manzanas.

-¡Haz algo Twilight, tienes que detenerlo!-exclamó Spike.

La unicornio lavanda salió del trance que la había provocado al ver al animal e intentó ponerle KO lanzándole un poderoso rayo morado; éste rebotó en su dura piel, sin apenas notarlo.

-¡¿Qué!? ¡Mi magia no le afecta!

Aunque el golpe sirvió para llamar su atención, fijando la vista en ellos; sus diminutos ojos lilas se clavaron en ellas y las pupilas se le dilataron.

-Creo que nos recuerda…-musitó Applejack.

Gummy abrió su bocaza y emitió un gruñido, antes de abalanzarse sobre ellos.

-¡A un lado!

Spike saltó a su derecha y Applejack fue apartada por Twilight; el caimán apenas reaccionó y siguió corriendo, embalándose contra la multitud.

-¡Si no le detenemos provocará una masacre!-masculló Applejack.

-¡Spike, reúne a todas las demás, dile a Trixie que se traiga consigo los elementos! ¡Applejack, quiero que reagrupes a todo el pueblo, yo lo distraeré para que puedas sacar a todos los ponis de aquí!-dio órdenes Twilight rápidamente.

-¿¡Tú sola?! ¡No, de eso nada, yo voy contigo!-se negó ella.

-¡Applejack, necesito que hagas esto, saca a estos ponis de aquí antes de que alguien salga herido!

-¿¡Y tú?! ¡Me niego a dejarte sola! ¡Me niego a perderte!-masculló ella, sujetándola a tiempo.

Las dos se miraron a los ojos, sin pensar en nada más salvo en lo que tenían en mente.

-No me perderás, te lo prometo. Ahora hazlo… ¡vamos!-exclamó ella, antes de echar a correr.

Applejack la observó alejarse en dirección hacia Gummy, mientras se ponía en marcha.

-Es una promesa, Twilight Sparkle.

Por otro lado, Spike corrió lo que no corrió en su vida, dirigiéndose hacia las casas de las demás para avisarlas; apenas se paró, tan solo las indicó que se reunieran en la biblioteca lo más pronto posible y dejaran lo que estuvieran haciendo. Luego se dirigió a la misma, donde Trixie se encontraba practicando su magia.

-¡Trixie!-masculló él, irrumpiendo de golpe en el rellano.

-¡Spike! ¿Qué pasa, a que viene todo ese revuelo?-inquirió ella.

-Emergencia… Twilight… los elementos…-jadeó el dragón, tratando de respirar.

En ese momento llegaron todas las demás, y en cuanto se calmó explicó cuál era la situación; todas se quedaron sin aliento.

-¿¡Y la has dejado a solas con el caimán?!-masculló Octavia, sin creérselo.

-¡Me dijo que fuera a por vosotras! ¿¡Qué otra cosa podía hacer?!

-¡Esta yegua es tonta! ¡Tenemos que ir a ayudarla, vamos!-urgió Minuette, echando a correr.

Las demás la siguieron de cerca, Trixie cogió los elementos y los metió en un pequeño baúl que se llevó consigo. Pasaron cerca de la salida este, donde Applejack se encontraba guiando a los demás ponis con la ayuda de su familia; la poni de tierra arrugó el entrecejo, muy preocupada por Twilight. Las demás no parecían haberla visto, puesto que salieron escopeteadas calle abajo.

Mientras tanto, Gummy seguía causando el caos, arrinconando a todos los ponis que podía para tratar de merendárselos; una pegaso de pelaje azul claro y crin pálida se tropezó en su huida, dejándola como una presa fácil ante el enorme caimán.

-¡Sassaflash!-exclamó un poni de tierra de tonos amarronados.

-¡Caramel!-chilló ella, muerta de miedo.

Las mandíbulas de Gummy castañearon delante de ella y cerró los ojos, esperando su final; pero en ese momento se dio un fogonazo delante de ella, y un campo mágico repelió a la bestia.

-¡Corre, vete de aquí!-exclamó Twilight.

La pegaso alzó el vuelo y se reunió con Caramel, huyendo los dos juntos; la unicornio lavanda le mantuvo a raya con su campo.

-¡Ahí quieto, Gummy! ¿¡Qué diría Pinkie de ti?! ¡Sin duda estaría muy triste al ver en lo que te has convertido!-le espetó, tratando de amilanarlo.

El animal hizo oídos sordos y trató de romper la barrera, pero ella aguantó el golpe con entereza.

-¡Has sido un chico malo, Gummy! ¡Pinkie hizo una decisión equivocada y Fluttershy también! ¡Por eso has vuelto! ¿¡Verdad?!

Los ojillos del caimán la miraron de hito en hito, sin perderla de vista; finalmente sacudió su larga cola y golpeó el escudo con ella, rompiéndolo y lanzando a Twilight varios metros hacia atrás. Acto seguido, se lanzó sobre ella con intenciones de devorarla, pero ella se teletransportó a tiempo, reapareciendo al otro lado de la calle. Gummy se fijó en un pequeño grupo de ponis que huía hacia el norte, pero Twilight le llamó la atención disparándole otro rayo violeta que rebotó en su dura piel.

-¡Estoy aquí, Gummy! ¡A quien quieres es a mí!

El aludido se dirigió hacia ella, abriendo sus fauces de nuevo; Twilight corrió en zigzag, tratando de confundirle, pero al final acabó cruzando sus patas y cayó al suelo de forma un tanto tonta. Para Gummy fue la oportunidad perfecta y se abalanzó sobre ella, dispuesto a engullirla de un solo bocado. Pero en ese momento se oyó un grito familiar y un par de patas traseras aparecieron de golpe, golpeando con contundencia al caimán, el cual reculó hacia atrás debido a la impresión.

-¡Applejack!-exclamó Twilight.

-¡Te dije que no te dejaría sola!

-¿¡Y los demás?!

-¡Están a salvo, Big Mac se ha encargado del resto! ¡Vamos a acabar con esto!

En ese mismo momento llegaron las demás y se pusieron en posición de ataque; Trixie abrió el baúl y Twilight puso los elementos a cada una, acabando con su tiara.

-Será la primera vez que los usemos juntas ¿estáis listas?-inquirió ella.

-¡Listas!

-¡Muy bien, pues vamos a…!

Pero no pudo acabar la frase, puesto que Gummy avanzó hacia ellas con una rapidez pasmosa, agitando su cola y golpeándolas a todas con una fuerza tremenda; todas salieron disparadas hacia atrás, Derpy aleteó sus alas y consiguió estabilizarse en el aire, pero las demás acabaron por los suelos, algo magulladas por el golpe. A Twilight se le cayó la tiara un poco más adelante, justo al lado de las patas del enorme animal.

-Oh, mierda…

Gummy levantó una pata para aplastar el elemento, pero en ese momento Derpy zumbó en el aire y la recogió antes de que la destruyera.

-¡La tengo, la tengo!

-¡Todas atrás, necesitamos espacio!-exclamó Twilight, lazando varios rayos purpuras para mantener a Gummy alejado.

Poco a poco acabaron retirándose hasta el ayuntamiento, en la plaza del pueblo; Gummy se acercaba sin pausa, cada vez más enfadado. Derpy aterrizó y le devolvió la tiara a Twilight.

-Muy bien, acabemos con esto de una vez-dijo ella, tajante.

Se la puso de nuevo en su sitio y comenzó a reunir energía en ella, mientras iba diciendo en voz alta.

-Puede que te llevaras a mis amigas… puede que cambiaras a Fluttershy… puede que Pinkie te abandonara. Y no te culpo. Pero no dejaré que te lleves a nadie más.

Y tras esas palabras, un enorme cumulo de energía refulgió de la estrella de la tiara; de los demás elementos, distintas luces se unieron a ésta, formando una sola que salió disparada hacia el cielo, en forma de un rayo multicolor. Éste bajó en picado hacia el suelo y luego se embaló contra Gummy, el cual se alzaba sobre sus patas traseras para tratar de embestir a las seis ponis. El rayo incidió sobre él, empujándolo hacia atrás con una fuerza arrolladora. El caimán abrió sus fauces, como si quisiera gritar, y luego se vio arrastrado por la inmensa fuerza armónica.

El rayo multicolor cruzó todo el pueblo, llevándose por delante a Gummy, entrando en el bosque Everfree y desapareciendo de la vista. En menos de un minuto siquiera, el animal era historia y el último rastro multicolor se perdía más allá de las inmensidades del oscuro bosque.



En ese mismo instante, una cebra se encontraba buscando hojas y hongos para realizar sus productos medicinales; sin previo aviso, notó que una enorme energía multicolor pasaba justo a su lado, produciendo un estruendo espantoso, pero ella apenas se inmutó. En cuanto el fenómeno pasó, echó un vistazo hacia atrás, viendo el ancho reguero que dejó.

-Puedo afirmar, sin ninguna alevosía, que esto es cosa de los elementos de la armonía…-murmuró ella, sin sorprenderse mucho.

Se asomó por un momento y echó un vistazo; al fondo del todo, la estatua de un enorme caimán descansaba entre dos troncos de árbol, perfectamente encajada entre estos.

-Puedo decirlo sin mucha dilación, me encanta tener razón-sonrió ella, acordándose de cierta unicornio lavanda.



En el pueblo, los habitantes del mismo regresaban a este después de ver semejante despliegue armónico, con la certeza de que el peligro ya había pasado. En la plaza, Twilight y sus amigas se levantaron del suelo, algo aleladas.

-Vaya, menudo subidón…-masculló Minuette.

-Ha sido como… como… estallar de alegría…-comentó Derpy.

Twilight se desesperezó y miró por un momento a Applejack, la cual la devolvía la mirada algo azorada.

-Twilight… respecto a lo de antes… bueno, creo que… yo…

Pero no la dejó terminar, puesto que la unicornio lavanda la silenció posando sus labios sobre los suyos; todas las demás las miraron sin sorprenderse demasiado y esbozando unas sonrisitas alegres. En cuanto se separaron, Twilight inquirió.

-¿Eso responde a tu pregunta?

Applejack sonrió, con las mejillas acaloradas, y la abrazó.

-Sí.

El resto de los habitantes entraron en la plaza, aclamando a sus heroínas. El sol brillaba en lo alto del cielo, bañando al pueblo en su cálida luz.

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Re: Mandíbulas 2 [Sad] [Drama] [Adventure]

Notapor Sg91 » 20 Jun 2013, 19:38

Epílogo


Había pasado un mes justo, y ese día todo el mundo se encontraba reunido en el parque de Ponyville frente a la estatua de cuatro ponis muy especiales; las princesas estaban presentes y Twilight Sparkle se encontraba subida en un estrado, a punto de comenzar un discurso.

-Hoy estamos aquí para recordar a cuatro ponis maravillosas, cuatro ponis que significaron mucho para mí y me ayudaron a crecer como tal. Y no solo a mí, todas y cada una de ellas significaron mucho para todos los presentes, y estoy segura de que cada uno los recuerda de una u otra forma. Lo que hicieron estas ponis por todos nosotros no se puede quedar en un simple recuerdo, debe de perdurar a lo largo de la historia, porque ellas merecen ser recordadas. Rarity, Rainbow Dash, Pinkie Pie, e incluso Fluttershy. Ellas cuatro nos ayudaron a descubrir muchas cosas, pero sobre todo, a mi me ayudaron a descubrir la amistad. A ellas les debo lo que soy ahora. Y es por eso que las recuerdo.

Twilight se tomó un breve lapso de tiempo, soltando un par de lágrimas; en ese momento, el resto de sus amigas subieron al estrado junto con ella. Applejack la cogió de su pata y estrecharon sus colas, sonriéndose mutuamente.

-Ahora comparto la misma amistad con cuatro ponis maravillosas, que me ayudaron a seguir adelante y me enseñaron que algo como la amistad jamás muere. Gracias, de todo corazón. Nunca os olvidaré.

Tras sus palabras, depositó un gran ramo de flores a los pies de la estatua, en la cual estaban representadas Rarity, Rainbow Dash, Pinkie Pie y Fluttershy. Todo el pueblo aplaudió sus palabras, tan emocionado como ella. Las princesas soltaron un par de lágrimas, igual de emocionadas.

-Mi pequeña Twilight ya se ha hecho mayor-pensó Celestia, orgullosa de ella.

Spike también se encontraba allí, vistiendo un elegante esmoquin hecho a medida; en ese momento, alguien le abordó por detrás, plantándole un beso en la mejilla.

-No me olvidado de tu promesa-le dijo una dulce voz al oído.

El dragón se dio la vuelta y abrazó a la potrilla, sintiendo como su corazón martilleaba en su pecho.

Scootaloo voló por encima de los presentes, derramando un par de lágrimas que serian las últimas.

-Va por ti, Rainbow Dash…-pensó ella, mientras agitaba sus alas con fuerza.

El resto del pueblo también recordaba. El mundo, mientras tanto, seguía girando. Una serie de cuatro estrellas brillaron intensamente en lo más profundo del firmamento.

Ende.


-------------------

And c'est fini. Ya sé que el final no ha resultado tan espectacular como en un principio prometí, pero tenia ganas de acabar ya con esta historia, por lo que me centré sólo en la resolución del conflicto y en un último enfoque a los sentimientos de Twi. Y eso es todo, gracias por seguirme hasta el final, espero que os haya gustado, y gracias también a Goldman 200 por darme la inspiración necesaria para darle un final feliz a su genial historia. Y nada más, ahora seguiré con "Lo que fuimos", por lo que estad atentos ;)

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Re: Mandíbulas 2 [Sad] [Drama] [Adventure]

Notapor edgareo » 20 Jun 2013, 19:49

Bravo, bravo, bravísimo, seguí la historia de principio a fin y me encanto, buen trabajo compañero x3
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