Lyra llora. No puede hacer nada más que llorar.
Llorar por el dolor, el que siente como propio por la fuerza de la canción y el que ve como ajeno, a través de los ojos de Old One Eye. Llorar por la brutalidad de una raza que, según todos los libros que había leído, era un estandarte de bondad y maravillas colosales, no crueldad y brutalidad insaciables. Seguía llorando mientras las escenas, cada una más sangrienta que la anterior, tan vívidas que siente verdaderas arcadas, mas no puede dejar de mirar. Su llanto se vuelve más intenso por momentos cuando un humano más grande que el anterior asesta el golpe que derriba a la figura grotesca que, de algún modo, sabe que Old One Eye fue en algún momento. Ve impotente como las demás criaturas devoran sin piedad los restos de su compañero caído mientras el resto de brutales humanos huyen del helado campo de batalla.
Lo siguiente que Lyra siente es otro tipo de dolor, en este caso, procedente del rocoso suelo de la celda oscura por estar recostada sobre su costado. Atrás quedan las sensaciones que evocaron el cántico arcaico de Old One Eye, pero las imágenes conjuradas siguen grabadas a fuego en su memoria. En la oscuridad de la sala, solo puede ver a Sassaflash llorando desconsoladamente y a Old One Eye mirandoles a través de su desfigurado rostro. El parecido con la criatura de los recuerdos era innegable. Aún así, todo ello no despertó ni pánico, ni miedo de ningún tipo. Lo que Lyra veía, más allá la monstruosa fachada, era un ser obligado a luchar por su supervivencia en un mundo cruel. No tenia la culpa de comportarse así, no había conocido nunca a otro ser que no fuera rival o directamente enemigo. Hasta este día, todo lo que había conocido era el arte de matar y el rugido de un hambre insaciable. Nuevas lágrimas cayeron por las mejillas de Lyra al comprender la soledad del ahora poni terrestre. La pena que sentía hacia la criatura era desoladora. Su mente no podía conjurar más que 3 palabras, a la vez que abrazaba a Old One Eye con fiereza mientras lloraba sin cesar.
- Lo siento mucho...
El poni se separa del abrazo sin esfuerzo y camina hacia la puerta 6. En lugar de tratar de derribarla como en ocasiones anteriores, usa un bit para abrirla y mira atrás para ver si sus compañeras le siguen. Lyra le sigue sin dudarlo, dispuesta a hacer lo que esté en su poder para que la existencia de Old One Eye sea lo menos miserable posible.