Spoiler:
¡Menos mal! ¡Habíamos estado tan cerca!
- Gracias, Rarity - susurré, el sonido de nuestros cascos aún haciendo imposible escuchar nuestra conversación. Sonreí a la componiera que acababa de salvarnos.- ¿Tan horrible era el peinado de Twilight cuando os conocisteis? - La mueca de la unicornio fue respuesta suficiente para mi pregunta.- En cualquier caso, prepárate, porque puede que esta no sea la primera vez que tengamos que seguir este plan.
Ahora, sólo quedaban dos cosas por hacer. Una, un buen interrogatorio a ese pequeño pony de mi mente que me había demostrado conocer por segunda vez algo que yo no habría tenido forma de saber. Y dos... ¡por el amor de Celestia, Firestone no se había enterado del plan! Observé bajo la tenue luz de mi cuerno cómo el semental sostenía el bit en su pezuña frente a la puerta número tres. Galopé hacia él tan rápido como me permitió el terreno, ignorando las heridas que estaban apareciendo en mis patas. Pero, con la oscuridad y el terreno tan irregular, sucedió lo inevitable: tropecé y caí al suelo. Imposible llegar hasta Firestone a tiempo. No había nada que pudiera hacer...
Entonces, un aura blanca rodeó al bit que sostenía mi componiero y lo hizo caer al suelo instantes antes de que éste lograra introducirlo en la ranura. "Ugh, claro, la telequinesis", pensé, agradecida de que Rarity hubiera intervenido y frustrada por no haber tenido una idea tan simple. Firestone nos miró perplejo a la vez que me arrastraba hacia él con todas mis fuerzas. Entretanto, improvisé algo que decir mientras llegaba al alcance del semental.
- ¡No, no, no! ¡Un momento, que Rarity se ha dado cuenta de que... tengo el peinado horrible! Espera un momento antes de separarnos, ¡no quiero que me vean así otros ponies, y ella es la más adecuada para arreglar este caos! - solté una risilla nerviosa y guiñé el ojo, deseando que a esa distancia y con tan poca luz consiguiera ver mi rostro.
Una vez junto a Firestone, conseguí incorporarme con su ayuda y le susurré al oído todo lo ocurrido, el ruido de nuestros cascos retumbando por toda la celda.
- Gracias, Rarity - susurré, el sonido de nuestros cascos aún haciendo imposible escuchar nuestra conversación. Sonreí a la componiera que acababa de salvarnos.- ¿Tan horrible era el peinado de Twilight cuando os conocisteis? - La mueca de la unicornio fue respuesta suficiente para mi pregunta.- En cualquier caso, prepárate, porque puede que esta no sea la primera vez que tengamos que seguir este plan.
Ahora, sólo quedaban dos cosas por hacer. Una, un buen interrogatorio a ese pequeño pony de mi mente que me había demostrado conocer por segunda vez algo que yo no habría tenido forma de saber. Y dos... ¡por el amor de Celestia, Firestone no se había enterado del plan! Observé bajo la tenue luz de mi cuerno cómo el semental sostenía el bit en su pezuña frente a la puerta número tres. Galopé hacia él tan rápido como me permitió el terreno, ignorando las heridas que estaban apareciendo en mis patas. Pero, con la oscuridad y el terreno tan irregular, sucedió lo inevitable: tropecé y caí al suelo. Imposible llegar hasta Firestone a tiempo. No había nada que pudiera hacer...
Entonces, un aura blanca rodeó al bit que sostenía mi componiero y lo hizo caer al suelo instantes antes de que éste lograra introducirlo en la ranura. "Ugh, claro, la telequinesis", pensé, agradecida de que Rarity hubiera intervenido y frustrada por no haber tenido una idea tan simple. Firestone nos miró perplejo a la vez que me arrastraba hacia él con todas mis fuerzas. Entretanto, improvisé algo que decir mientras llegaba al alcance del semental.
- ¡No, no, no! ¡Un momento, que Rarity se ha dado cuenta de que... tengo el peinado horrible! Espera un momento antes de separarnos, ¡no quiero que me vean así otros ponies, y ella es la más adecuada para arreglar este caos! - solté una risilla nerviosa y guiñé el ojo, deseando que a esa distancia y con tan poca luz consiguiera ver mi rostro.
Una vez junto a Firestone, conseguí incorporarme con su ayuda y le susurré al oído todo lo ocurrido, el ruido de nuestros cascos retumbando por toda la celda.
Off-rol:
¡Por poco!