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Prólogo.
Hola señores que están leyendo este fic. Mi nombre es… bueno, pueden llamarme Narrador, aunque nunca llegaremos a hablar en realidad, porque cuando ustedes lean este texto, yo ya lo habré escrito hace tiempo.
Si están leyendo esta historia, lo más probable es que hayan visto la serie My Little Pony FiM ¿No? Si no, no tendría mucho sentido esto que les estoy contando, mejor véanla antes de seguir. Bien, digamos que han visto las dos primeras temporadas de la serie. Con eso es suficiente, al fin y al cabo, desde ahí retomaremos la historia.
Piensen en los dos primeros capítulos de la tercera temporada. Todo sigue tal cual, pero ahora se añade un pony que en la serie no estaba, un pony llamado Silver Lance. Un guardia de Canterlot, buena persona. Sale de su casa por la mañana, pero al salir, choca de frente con un carro que estaba justo delante. Debido a lo grande que es este pony, el carro, que tenía una rueda algo chafada, termina de romperse. El carro tiene que reparar la rueda y sale media hora más tarde de lo planeado. Si hubiera salido a la hora correcta, se hubiera encontrado con una pony que le llevaba el almuerzo al trabajo a su amiga, y hubiera tirado barro sobre ella, obligándola a volver a comprar el almuerzo. Al salir más tarde, esto no pasa, y esa pony le lleva el almuerzo a su amiga. Su amiga cierra el negocio para comer, y el pony que se encarga de barrer la ciudad no puede comprar una escoba nueva, teniendo que dejar su trabajo para más tarde. Como no puede barrer el camino, queda una piedra en el suelo, una piedra peligrosa, y un pony que llevaba algunos ingredientes para la tienda de los Señores Cake, tropieza con ella, y una de las bolsas de harina se ensucia con el suelo, quedando algunos gérmenes maliciosos en ella. Los señores Cake comienzan a preparar cupcakes con los ingredientes nuevos, pero uno de los pasteles se prepara con harina contaminada por el suelo.
Adivinen quien viene a comprarlo. Seguro que no lo saben, ¿Verdad? Lo compra un pequeño dragón, como su desayuno. Spike. Se lo zampa de un bocado, y vuelve a su casa. Allí, de pronto, recibe una carta de la princesa Celestia para Twilight que dice que debe ir de inmediato para el castillo. Ya conocen el resto de la historia, ¿No? Twilight se prepara para cualquier prueba que se le pueda presentar, pero cuando va para el castillo, la princesa le comunica que debe ir al Reino de Cristal a ayudar allí. La historia sufre, en este punto, dos variaciones. Primero, Spike cae enfermo a causa del cupcake en mal estado, con lo que no puede ir. Además, un pony, Silver, insiste en acompañar para ayudar a Twilight. La princesa, que ya había enviado al pony a otras misiones, acepta su ofrecimiento. Es curioso, ¿Verdad? Todo puede cambiar en un momento. Un choque, un tropiezo, un desayuno en mal estado... simplemente un pony, un pony que aparece en la historia, puede cambiarlo absolutamente todo.
Actualizado con el capítulo 1.
Spoiler:
Capitulo 1
Hola señores, hola. Lo dejamos en el momento en el que Twilight, sus amigas y el señor Silver parten hacia el Reino de Cristal. Para acortar la historia de la morralla que todos conocen, diremos que todo transcurre más o menos igual a los capítulos originales, hasta el punto de Twilight encontrando el corazón de cristal, acompañado por Silver Lance. Desde ahora estén muy atentos, llega lo bueno:
Twilight se encontraba delante del corazón nerviosa y emocionada, al fin lo había encontrado. Miró a Silver, y lo vio paralizado, no sabía el porqué.
- Silver, ¿Te ocurre algo?
- Bueno… Mira –dijo este mientras señalaba al frente-. Debemos darnos prisa.
Detrás emergía la figura de King Sombra, el malvado unicornio de enorme poder, capaz de destruir todo a su paso. Twilight, decidida de repente, dio un paso al frente para coger el corazón de cristal. Craso error, una trampa la esperaba, y la atrapó. Un rayo de poder oscuro proveniente del enorme poder del cristal de King Sombra se disparó de repente contra Silver, que salió volando hacia atrás, y chocó con una pared, quedando inconsciente. Twilight buscó la forma de hacer llegar el corazón a su lugar, pero no vio cómo. Es curioso que, si Spike hubiera estado allí, hubiera sido una buena elección. Pero no estaba.
De pronto, lo temido ocurrió. La princesa del amor no pudo aguantar más el poder de King Sombra, que destruyó el escudo que lo retenía. El poder mágico del malvado unicornio destruyó en el acto la débil mente de la princesa Cadance, matándola de una forma cuanto menos, cruel. Después lanzó un rayo de oscuridad contra Twilight, que atrapada, no pudo esquivarlo, y le atravesó el pecho, en la zona del corazón, arrebatándole la vida.
El corazón de cristal fue destruido, y el caos reinó en el reino de cristal. Shining Armor y el resto de ponis de cristal fueron controlados por el poder maligno de King Sombra, quedando en un estado de esclavitud permanente. Las mane six, o bueno, las cinco de ellas que quedaban, se quedaron petrificadas al ver caer el cadáver de su amiga desde lo más alto del castillo. Silver Lance despertó de repente, mascullando para sí mismo.
- ¿Eh? ¿Qué ha pasado?
Parecía algo confundido.
- ¿Quién ha dicho eso?
- ¿Eh? ¿Me hablas a mí?
- ¿Y quién eres tú?
- ¿Yo? El Narrador. ¿Cómo puede ser que me oigas? Solo eres un personaje de una historia. Esto es una imposibilidad física…
- ¿Personaje? ¿Historia? ¿Qué dices?
- Puede ser que el rayo… No importa. Tienes que salir de aquí, llévate a las otras portadoras de los elementos. He leído la historia, si no os vais, estáis muertos.
- Em… vale.
El guardia, confundido por escuchar la voz del narrador, bajó rápidamente hasta donde se encontraban las amigas y las obligó a irse del lugar. Corrieron y corrieron hasta que no pudieron más, huyendo del Reino de Cristal, un lugar condenado.
Bueno, aquí acaba el primer capítulo de esta historia.
- Eh, un momento, ¿Cómo que se acaba el capítulo? ¿Qué significa eso?
- Pues que ha llegado el momento de que la historia se pare por ahora. ¿Algo que decir señor protagonista?
- Pues sí. ¿Qué es eso de una historia?
Resignado, le expliqué lo que pasaba. Que era una historia, lo de la serie de televisión, todo.
- Al parecer, por el poder del rayo, has adquirido el poder de romper la cuarta pared, por eso puedes hablar conmigo. Y ahora, quieras o no, se acabó el primer capítulo. Hasta el siguiente, más vale que te estés calladito.
Capítulo 2. Este es más largo, aviso.
Spoiler:
Hola señoras y señores lectores de este fic. Soy… ¡El Narrador! Y vengo a seguir contándoles la historia de una serie de ponis que fueron atacados por otro malvado poni. Los hechos ocurrieron hace cinco años, y…
- Seis años.
- ¿Cómo dices mi peludo y cuadrúpedo amigo?
- Ocurrieron hace seis años, patán. Para ser el narrador, tienes una memoria…
- Bueno, pues hace seis años, que más dará.
- ¿Cómo que no importa? Claro que importa, me estoy jugando la vida. Pero a ti nada te importa.
- ¿Haces el favor de callarte? Dios, siempre igual, no haces más que faltarme al respeto.
- Porque eres un patán.
- ¿A que dejo de leer?
- Vale, vale, ya paro, tampoco te pongas así.
En fin, por donde iba… Ah, sí. Han pasado 6 años desde la invasión de King Sombra y la muerte de Twilight Sparkles y la princesa Cadance. Tras la conquista del reino de cristal y la huida de Silver y las mane six, Shining Armor cayó bajo el control de King Sombra, y junto con él, toda la gente del reino. Con los ponis de cristal como esclavos, y los guardias como ejército, ha invadido Canterlot y el resto de ciudades de Equestria. Pocos han podido defenderse de su poder. Tras la caída del gobierno y la muerte de la princesa Celestia, se crearon cinco bandos.
- Aligera, la reunión empezará en breves…
- Ya llego, ya llego.
Como decía, se crearon cinco bandos. El primer bando, King Sombra y su ejército, todos los guardias de todas las ciudades, que han sido controlados por la magia de King Sombra. Los tres siguientes bandos son resistencias creadas para combatir a este enemigo, que luchan a veces juntos a veces por separado, a causa de las diferencias entre ellos. El segundo bando lo componen unos 250 ponis, más o menos. Es una resistencia creada en Ponyville, pero que ahora está oculta en una zona bajo tierra en el bosque Everfree. El tercer bando es un ejército de guardias que está fuera del control del control de King Sombra gracias a la magia de la Princesa Luna, que es además su comandante. Lamentablemente, los atraparon y encarcelaron a casi todos. El cuarto bando lo componen una extraña banda nómada. Todas las fuerzas animales de Equestria, incluidos animales y bestias tan peligrosas como Mantícoras, “cockatrices” y dragones. No sé quién los comanda, en realidad… Pero debe ser alguien muy peligroso.
- Tú nunca sabes nada…
El quinto bando lo componen una serie de ponis que ni están con King Sombra ni se oponen a él, una banda de clérigos extraños, que van con capas y capuchas y que no se puede reconocer quienes son. Nadie sabe que predican ni que quieren exactamente, lo que si se sabe es que son peligrosos. Equestria permanece en una guerra constante y…
- Basta de charla, no tengo todo el día para tus lectores…
- Esto… ¿Silver?
- ¿Eh? ¿Qué? Oh, Applejack. ¿Qué ocurre?
- La reunión ha empezado. Estamos las cuatro ahí. Lo que tengas que decir, es el momento de decirlo.
- Ah, bien.
Silver y Applejack fueron caminando lentamente hasta el lugar de la reunión. Los pasillos seguían asombrando a Silver cada vez que pasaba por allí. No podía creer que en tan poco tiempo se pudiera hacer acabados tan perfectos, pues parecía que le hubieran dedicado años. Llegaron al lugar de la reunión, una sala del tamaño del salón de una casa no muy grande, sin ningún mueble a la vista más que una mesa y seis sillas. En el centro había un mapa con más de 20 figuritas de ponis de tierra, unicornios, pegasos y otras criaturas, que servían para la organización de estrategias. Se encontraban sentados Rainbow Dash, Pnkie Pie, Rarity y Spike.
- Muy bien, os he reunido aquí para comunicaros el plan que he diseñado – Dijo Silver mientras él y Applejack se sentaban –. Pero antes de decir nada, ¿Cuántos ponis tenemos Rainbow Dash?
- Pocos, me temo. Somos unos 34 pegasos, 63 unicornios y 151 ponis de tierra.
- Vale, son suficientes. Rainbow, tú te llevas a todos los pegasos, a todos los unicornios y a 141 ponis de tierra a un ataque contra el reino de cristal.
-¡¿Estás loco?! ¡Nos destrozarán!
- Tranquila, no es un ataque real. Es una maniobra de distracción. Haz todo el daño posible a sus defensas en un ataque directo por sorpresa, pero en cuanto hayáis provocado el caos y la confusión, os retiráis. El Caos es esencial, para lo que trato de hacer. No debes perder ningún poni, que no haya bajas.
- Um… vale.
- Bien. Applejack, mientras el Caos cunde entre las tropas de King Sombra, tú debes coger los diez ponis de tierra que quedan y dirigirte a la cárcel que hay a 60 kilómetros de Fillydelphia. Allí mantienen retenida a la princesa Luna y a su ejército. Les necesitamos. Rarity, tú y Spike os quedáis aquí y aseguráis las defensas.
- Muy bien – Dijo Rainbow Dash, aún no muy convencida del plan –, pero ¿Dónde estarás tú?
-Hasta ahí quería yo llegar – Dijo Silver –. Yo y Pinkie Pie, mientras reina el Caos, nos vamos a Canterlot.
-¿A qué vamos a ir a Canterlot Silver?¿Es una cita? No sabía que eso era lo que querías de mí – Dijo Pinkie mientras sonreía, como si el peligro de verdad no existiera –.
- No, no es eso. Vamos a liberar a un posible aliado, y sé de buena tinta que está en los jardines de Canterlot. Ya os dije que todo radica en que reine el Caos.
Bueno chicos, hasta aquí el capítulo, espero que os haya gustado. He dado lo mejor de mí y…
- ¡Pero si tú no has hecho nada! Yo he diseñado un plan, lo que ha ocupado más de la mitad del capítulo…
- ¡No es verdad! Yo he contado toda la historia.
- Una hazaña sin importancia.
- Pues dejo de leer.
- ¡No, espera, no! ¡Era una broma! ¡No!
- Seis años.
- ¿Cómo dices mi peludo y cuadrúpedo amigo?
- Ocurrieron hace seis años, patán. Para ser el narrador, tienes una memoria…
- Bueno, pues hace seis años, que más dará.
- ¿Cómo que no importa? Claro que importa, me estoy jugando la vida. Pero a ti nada te importa.
- ¿Haces el favor de callarte? Dios, siempre igual, no haces más que faltarme al respeto.
- Porque eres un patán.
- ¿A que dejo de leer?
- Vale, vale, ya paro, tampoco te pongas así.
En fin, por donde iba… Ah, sí. Han pasado 6 años desde la invasión de King Sombra y la muerte de Twilight Sparkles y la princesa Cadance. Tras la conquista del reino de cristal y la huida de Silver y las mane six, Shining Armor cayó bajo el control de King Sombra, y junto con él, toda la gente del reino. Con los ponis de cristal como esclavos, y los guardias como ejército, ha invadido Canterlot y el resto de ciudades de Equestria. Pocos han podido defenderse de su poder. Tras la caída del gobierno y la muerte de la princesa Celestia, se crearon cinco bandos.
- Aligera, la reunión empezará en breves…
- Ya llego, ya llego.
Como decía, se crearon cinco bandos. El primer bando, King Sombra y su ejército, todos los guardias de todas las ciudades, que han sido controlados por la magia de King Sombra. Los tres siguientes bandos son resistencias creadas para combatir a este enemigo, que luchan a veces juntos a veces por separado, a causa de las diferencias entre ellos. El segundo bando lo componen unos 250 ponis, más o menos. Es una resistencia creada en Ponyville, pero que ahora está oculta en una zona bajo tierra en el bosque Everfree. El tercer bando es un ejército de guardias que está fuera del control del control de King Sombra gracias a la magia de la Princesa Luna, que es además su comandante. Lamentablemente, los atraparon y encarcelaron a casi todos. El cuarto bando lo componen una extraña banda nómada. Todas las fuerzas animales de Equestria, incluidos animales y bestias tan peligrosas como Mantícoras, “cockatrices” y dragones. No sé quién los comanda, en realidad… Pero debe ser alguien muy peligroso.
- Tú nunca sabes nada…
El quinto bando lo componen una serie de ponis que ni están con King Sombra ni se oponen a él, una banda de clérigos extraños, que van con capas y capuchas y que no se puede reconocer quienes son. Nadie sabe que predican ni que quieren exactamente, lo que si se sabe es que son peligrosos. Equestria permanece en una guerra constante y…
- Basta de charla, no tengo todo el día para tus lectores…
- Esto… ¿Silver?
- ¿Eh? ¿Qué? Oh, Applejack. ¿Qué ocurre?
- La reunión ha empezado. Estamos las cuatro ahí. Lo que tengas que decir, es el momento de decirlo.
- Ah, bien.
Silver y Applejack fueron caminando lentamente hasta el lugar de la reunión. Los pasillos seguían asombrando a Silver cada vez que pasaba por allí. No podía creer que en tan poco tiempo se pudiera hacer acabados tan perfectos, pues parecía que le hubieran dedicado años. Llegaron al lugar de la reunión, una sala del tamaño del salón de una casa no muy grande, sin ningún mueble a la vista más que una mesa y seis sillas. En el centro había un mapa con más de 20 figuritas de ponis de tierra, unicornios, pegasos y otras criaturas, que servían para la organización de estrategias. Se encontraban sentados Rainbow Dash, Pnkie Pie, Rarity y Spike.
- Muy bien, os he reunido aquí para comunicaros el plan que he diseñado – Dijo Silver mientras él y Applejack se sentaban –. Pero antes de decir nada, ¿Cuántos ponis tenemos Rainbow Dash?
- Pocos, me temo. Somos unos 34 pegasos, 63 unicornios y 151 ponis de tierra.
- Vale, son suficientes. Rainbow, tú te llevas a todos los pegasos, a todos los unicornios y a 141 ponis de tierra a un ataque contra el reino de cristal.
-¡¿Estás loco?! ¡Nos destrozarán!
- Tranquila, no es un ataque real. Es una maniobra de distracción. Haz todo el daño posible a sus defensas en un ataque directo por sorpresa, pero en cuanto hayáis provocado el caos y la confusión, os retiráis. El Caos es esencial, para lo que trato de hacer. No debes perder ningún poni, que no haya bajas.
- Um… vale.
- Bien. Applejack, mientras el Caos cunde entre las tropas de King Sombra, tú debes coger los diez ponis de tierra que quedan y dirigirte a la cárcel que hay a 60 kilómetros de Fillydelphia. Allí mantienen retenida a la princesa Luna y a su ejército. Les necesitamos. Rarity, tú y Spike os quedáis aquí y aseguráis las defensas.
- Muy bien – Dijo Rainbow Dash, aún no muy convencida del plan –, pero ¿Dónde estarás tú?
-Hasta ahí quería yo llegar – Dijo Silver –. Yo y Pinkie Pie, mientras reina el Caos, nos vamos a Canterlot.
-¿A qué vamos a ir a Canterlot Silver?¿Es una cita? No sabía que eso era lo que querías de mí – Dijo Pinkie mientras sonreía, como si el peligro de verdad no existiera –.
- No, no es eso. Vamos a liberar a un posible aliado, y sé de buena tinta que está en los jardines de Canterlot. Ya os dije que todo radica en que reine el Caos.
Bueno chicos, hasta aquí el capítulo, espero que os haya gustado. He dado lo mejor de mí y…
- ¡Pero si tú no has hecho nada! Yo he diseñado un plan, lo que ha ocupado más de la mitad del capítulo…
- ¡No es verdad! Yo he contado toda la historia.
- Una hazaña sin importancia.
- Pues dejo de leer.
- ¡No, espera, no! ¡Era una broma! ¡No!
Capítulo 3:
Spoiler:
Capítulo 3
Hola señoras y señores lectores de este fic. Soy… ¡El Narrador! Y vengo a seguir contándoles la historia de una serie de ponis que fueron atacados por otro malvado poni. Reanudaremos la historia donde lo dejamos, más o menos. Salían una serie de ponis hacia varios sitios diferentes. Tenemos a dos ponis encapuchados y con el rostro y cuerpo totalmente ocultos que se dirigen al noreste siguiendo las vías del abandonado tren. Después, unos once ponis también encapuchados y de forma más sigilosa se dirigen al noreste pero por otro camino. Muchos más, más de 200 de esos ponis se dirigen al norte, intentando no ser descubiertos aunque sea un poco más difícil.
- Más de 200 no, 238 exactamente…
- ¿Decías algo Silver?
- ¿Eh? ¿Qué? Oh, nada Pinkie.
- Estás hablando con… ya sabes, el ser “omnipresente”.
- Digamos que sí, que es omnipresente.
- Deberías contárselo a las demás.
- Nah, con que lo sepas tú, bastará.
- Si es omnipresente y es bueno, ¿No haría eso que al ayudarte ganaras siempre cualquier batalla?
- Sí, y no… Verás, cuando él me ayuda, la historia se “reescribe” y entonces necesita tiempo para poder volver a leer todo lo que pasará en el futuro. Hasta que se termina de reescribir, él no puede avisarme de qué va a pasar. Habitualmente me avisa si hay algún peligro que según la historia que él puede ver, me matará. Si esto es así, necesita un tiempo para poder volver a ayudarme.
Desde hacía ya tiempo, Silver observó un cambio en Pinkie. A pesar de que seguía sonriendo e intentando hacer feliz a los demás, desde la muerte de Fluttershy hace 3 años y 7 meses Silver no la había vuelto a ver reír.
Tardaron unos 5 días a causa de las montañas, mucho más altas y enrevesadas de lo que parecen desde fuera, además de la subida con la que te cansas demasiado pronto. Llegaron, sabiendo que el castillo y la ciudad entera habían sido desalojados y ahora se encontraban vacíos. Se dirigieron directamente hacia el castillo, y sin más entraron. El castillo seguía tan magnífico como siempre, salvo que el ambiente, habitualmente cálido, estaba tremendamente frío y triste desde la muerte de la Princesa Celestia y el encarcelamiento de Luna. Bajaron por las escaleras que sabían que los conduciría al lugar donde tenían a su prisionero más preciado, al que habían sacado del jardín.
- Silver, un momento.
- Dime, ¿Qué ocurre?
- Hay una trampa. Hay un fino hilo que activa unos venenosos dardos que matarán a cualquiera que los roce.
- Sí, se ve. Y mucho, en realidad.
- Dile a Pinkie que no lo salte.
- ¡Pinkie, no saltes!
Pinkie se paró en seco al escuchar la voz de Silver.
- ¿Por qué?
- Porque el Narrador me dice que la verdadera trampa es un pozo de de más de 100 metros de profundidad que hay debajo. Detrás del hilo, los siguientes 20 metros de suelo se hunden, precipitando a cualquiera que intente saltar el hilo.
- ¿Y qué hacemos?
- Súbete en mi espalda.
- ¿Es eso una proposición indecente – Dijo Pinkie con una risita –, señor guardia?
- ¡Claro que no! Nos teletransportaremos al otro lado. Si te cogiera de la mano no estaría seguro de que con el cambio de orientación no acabaras sobre el suelo que se hunde.
- De acuerdo – Dijo Pinkie mientras saltaba encima de su espalda –. Pero no hagas nada raro.
- Claro que no…
Silver hizo brillar su cuerno y ambos aparecieron segundos después al otro lado. Justo al mirar al fondo vio algo que no le gustaba. Dos ponis parecían vigilar una estatua tapada por un manto. Silver hizo un gesto a Pinkie que le indicaba que guardar silencio. Examinó a los guardias. El de la izquierda llevaba un mandoble muy grande, afilado y peligroso, y el mismo guardia era muy musculoso con lo que podría moverlo y maniobrar con él sin problemas. Pero el que le preocupó de verdad fue el de la derecha. No sabría decir si fue su aire de naturalidad con el trabajo o su posición a la hora de llevar las armas, pero tenía la sensación de que con esa espada y escudo podría ser muy muy peligroso.
- Pinkie – Dijo Silver en un murmullo inaudible para los guardias –, tú el de la izquierda, yo él de la derecha.
Tenían establecido el protocolo de lucha, así que empezaron el combate con la ventaja. Silver sacó su arco de un bolsillo de su traje que era totalmente imposible que los contuviera. Silver se enorgullecía de su arsenal de armas mágicas, tanto de las que tenía antes de la invasión de las que robó después. Sus botas, estaban diseñadas para no hacer absolutamente ningún ruido al andar. Su traje era de tela, pero protegía de los ataques tan bien como una cota de malla de la mejor calidad y permitía cualquier tipo de movimiento, además de poseer la capacidad de portar cualquier objeto no animado, por grande que sea, e ignorar su peso. Sus flechas mágicas podían atravesar cualquier material normal como si fuera papel, y al igual que sus dagas y su lanza, regresan a Silver de forma mágica, y su brazalete izquierdo podía convertirse en un segundo en un escudo mágico muy poderoso. Pero su lanza, de unos dos metros y medio, era su orgullo. Ligera como una pluma y letal como el águila que la porta. Totalmente irrompible y con una magia en su interior no solo capaz de destrozar cualquier material normal, si no de fluir con el aire de una forma que solo la magia puede conseguir. Silver disparó una flecha como una estela plateada hacia el rostro del guardia de la izquierda, pero este levantó su mandoble y paró la flecha, aunque el golpe que recibió sirvió para aturdirlo durante unos segundos, mientras Silver y Pinkie corrían cada uno a por su rival.
Silver no podía perder su oportunidad de atacar a distancia, dado que su contrario no tenía ningún arma de largo alcance disponible, así que disparó su daga hacia el pecho de su contrario, aunque como suponía, esta chocó contra el escudo, aunque no llegó a caer al suelo, pues ya estaba en el traje de Silver nuevamente. Pero Silver no daba por acabado el ataque inicial. Disparó su lanza cual jabalina, y esta, como Silver sabía que haría, impactó en el escudo. Pero de pronto, tanto Silver como la lanza, desaparecieron, y aparecieron justo por encima de su rival, trazando un arco descendiente y mortal, que su rival paró sin demasiada dificultad. Silver aprovechó el momento para clavar la lanza en el suelo y utilizarla para impulsarse unos tres metres por detrás de su adversario, mientras la lanza atacaba de forma ascendente siguiendo el movimiento de Silver, pero el guardia se apresuró a interponer el escudo.
En realidad, Silver no confiaba en que este ataque funcionara, era un combo que servía simplemente para medir las fuerzas de su oponente, no para acabar con él de forma rápida. Si su oponente era débil, eso finalizaría el combate. SI era digno, lo pararía sin demasiada dificultad.
- Veo que no eres un inútil. ¿Cuál es tu nombre?
- Me llamo Blood hit, aunque ahora me llaman Colorful hit.
- ¿Y eso por qué?
- Por esto.
Y acto seguido, la oscuridad se cernió sobre Silver. Este, buen conocedor de las artes mágicas, no se dejó impresionar, y sin pensarlo dos veces, sacó el arco y disparó una flecha hacia donde él pensaba que estaría Colorful, y esta trazó una estela de plata al volar que eliminó parte de la negrura durante un momento. Un momento que le permitió ver que su rival se acercaba peligrosamente a él. Descubriendo rápidamente la artimaña, Silver arrojó su lanza hacia su adversario, y sin esperar un segundo, preparó un hechizo de teletransportación. Poco después de oír el sonido de la lanza contra el escudo, se teletransportó unos cinco metros a la izquierda, y vio, como suponía, una bola de oscuridad. Al instante, la lanza volvió a sus manos.
- Así que tienes la capacidad de cambiar el color de la materia a tu alrededor, pero por el tamaño de la burbuja de oscuridad, supongo que tienes limitaciones.
- Correcto, pero no necesito mi poder para derrotarte.
Y acto seguido se acercó a Silver con la intención de atacarle con la espada, pero como todas las peleas contra Silver, esa pelea sería con una distancia de unos tres metros. La debilidad de cualquier lancero con una lanza tan larga, era que la infantería de corta distancia, al acercarse demasiado, provoca que no puedas utilizar correctamente la lanza y acabes muerto. Pero Silver sabía bien como contrarrestar eso. Antes de que pudiera acercarse a más de tres metros, la lanza lo interceptó con una estocada que terminó donde segundos antes de que la apartara, estaba su cabeza. Pero como él sabía que la apartaría, trazó un arco ascendente buscando provocar una corte grave en el hombre, pero Colorful lo interceptó con su escudo, y retrocedió rápido ante una serie de estocadas veloces que buscaban sus puntos vitales. Entonces Silver comenzó un juego que ya conocía desde hace años, y que le subía la adrenalina como solo su talento especial podía conseguir. Atacó con una estocada baja por debajo del escudo hacia las pantorrillas, y Colorful retrocedió veloz para encontrarse con que la lanza atacaba hacia su mano derecha, la de la espada, con una estocada a fondo. Interpuso el escudo rápidamente para no tener que retroceder, pero fue un movimiento que Silver había previsto, pues cambió el rumbo de la lanza y atacó al hombro izquierdo. Su rival tuvo que saltar hacia un lado, dejando la defensa de su costado abierta, y una estocada pasó rozando el pecho. Silver, mediante estocadas y fintas mantenía al rival a raya, y de vez en cuando, atacaba trazando un arco brutal con la lanza capaz de dejar entumecido el brazo del escudo o la espada al detenerlo. Atacaba con golpes temerarios que dejaban espacios abiertos para que el rival pudiera acercarse, pero estos huecos eran en realidad imaginarios, pues en cuanto lo intentaba se encontraba con que la punta de la lanza se había acercado demasiado a su cuerpo, y tenía que retroceder. Silver bailaba una danza que había mejorado con los años, y que ya era perfecta.
Tras cinco minutos de combate, Colorful se dio cuenta de que estaba en una situación comprometida. La lanza pasaba muy cerca de su cuerpo más a menudo de lo que le gustaría, y ya había acertado en lugares poco importantes, pero en un momento dado acertaría en un pulmón, o en su garganta. Observó también, consternado, que no había avanzado ni un metro, y que la empuñadura de su espada se encontraba muy a menudo más cerca de Silver que la hoja. Entonces Silver decidió que debía terminar ya el combate, pues quería ver cómo iba el combate de Pinkie. Lanzó una finta por encima del escudo que iba directamente hacia el pecho de Colorful, que giró hacia la izquierda buscando un hueco, pero la lanza cambió de sentido, y en un arco horizontal, se clavó en el antebrazo derecho de Colorful, y con un molinete, arrebató la espada de su mano. Colorful, que no estaba dispuesto a morir tan fácilmente, recurrió a toda su fuerza y golpeó la lanza con el escudo, desviándola demasiado, pues Silver no se esperaba este movimiento, y aprovechó esos segundos de confusión para rodar por el suelo, levantando el escudo justo a tiempo de salvar una estocada certera de la lanza, y recogió la espada. De repente, una furia impresionante recorrió el cuerpo de Colorful y arremetió contra Silver en una embestida feroz. Silver, confundido por la estrategia de su rival, desvió demasiado la lanza y abrió un hueco en su defensa, permitiendo que la espada atacara su garganta. Pero Silver era un veterano curtido en mil batallas, y no iba a morir de una forma tan absurda. Saltó lo justo hacia atrás para esquivar el violento golpe, y giro rápidamente la lanza propinando un golpe en la cabeza a Colorful, pero fue con el lado de madera debido a que era el más cercano. Colorful sufrió una conmoción, pero volvió al combate rápido. Si bien la furia ciega ayuda contra guerreros inexpertos, contra soldados de una habilidad tan alta como la de ellos dos y con una frialdad y calma tan grande, únicamente entorpece tu situación. Los feroces ataques eran fácilmente esquivados por Silver, y además abrían grandes huecos en la defensa. Colorful recibió muchas heridas superficiales y un par bastante más graves. Entonces Silver ejecutó un movimiento muy conocido por él contra rivales que usaban escudos. Ejecutó una estocada demasiado lenta, a media altura, pero también demasiado baja. Como sabía que haría, Colorful desvió con el escudo la lanza hacia abajo, pero en vez de resistirse o intentar evitar el golpe de la espada que seguiría a este movimiento, puso la lanza lo más vertical posible, y la acerco hacia si mismo. La lanza se clavó en el suelo como si el suelo fuera de tierra, aunque era el suelo del castillo, y Silver lo aprovechó para saltar hacia arriba e impulsarse con la lanza, pasando por encima del anonadado Colorful. No solo esquivó el brutal golpe que le habría cercenado la garganta, sino que pudo darle un puntapié en la espalda a Colorful que le lanzó de cara contra el suelo. Este se levantó rápido mientras Silver tenía la lanza en vertical, pero esto ya lo había previsto y no la levantó. Colorful trazó un arco horizontal con su espada, un arco que habría abierto una herida muy grande en el costado de Silver si no fuera porque su lanza estaba en medio, parando el golpe con el lado de la madera, aún en vertical. Colorful, que pensó que Silver se había equivocado, atacó con el escudo hacia su rostro. No vio su error hasta que Silver giro la lanza poniéndola en horizontal, con una parte por encima del brazo izquierdo, y con la otra parte debajo del brazo derecho, y siguió girando la lanza, obligando a Colorful a girar los brazos junto a la lanza para no perder sus armas. De pronto, Silver soltó la lanza, dejando libres los dos brazos de Colorful. Pero no llegó a tiempo, pues en las manos de Silver surgieron, como por arte de magia, dos dagas que trazaron una “x” de sangre en su pecho con profundos cortes. Colorful, herido y vencido, no estaba dispuesto a morir, sino que saltó hacia atrás y se esfumó. O eso parecía, pero Silver sabía que había cambiado el color de su cuerpo para camuflarse con el entorno, como también sabía que no tenía tiempo de buscarle.
Miró a Pinkie y unos instantes le bastaron para saber que se hallaba en apuros. Si bien el impacto de la flecha había aturdido al poni, no lo había dejado tan descolocado como para que fuera un combate fácil. Si bien Silver conocía montones de artes de combate, y había sido entrenado como soldado de élite, y había enseñado a Rarity, Rainbow, Spike y Applejack a combatir y les había dado armas para luchar al estilo que más les conviniera, a Pinkie no le pudo enseñar gran cosa. Le dio las armas, pero Pinkie estaba en una forma física impresionante, capaz de rivalizar con la suya. Con la capacidad de correr tan rápido como Rainbow volando, y con una agilidad y fuerzas magníficas, controlaba además artes de combate que el propio Silver ni siquiera conocía. En fin, era Pinkie, la más misteriosa de todas. Silver le dio tres objetos. Primero, unos brazaletes, uno para cada brazo, que formaban pequeños escudos mágicos. Después unas “botas” que conseguían un silencio absoluto en tus pasos, y unos “guantes”. Tanto las “botas” como los “guantes” tenían la capacidad de crear una especie de pinchos, muy afilados y capaces de traspasar casi cualquier material. Podía crear unos pichos de 60 centímetros, o rodear su casco como si fuera una maza móvil, e incluso crear pinchos en los cascos para facilitar cualquier escalada. Este estilo de combate único no solo otorgaba una capacidad de movimiento impresionante, sino que al ser único, desconcertaba a la mayoría de adversarios. Pero su estilo tan extraño estaba siendo derrotado.
Se encontraba en graves apuros, pues su adversario, aunque se sorprendió por sus armas, no fue tan estúpido como para dejarse golpear una segunda vez, y el primer golpe no fue suficiente para acabar con él. Su enemigo portaba con una facilidad horrorosa un mandoble de casi dos metros de largo. A diferencia de la lanza, un mandoble es más pesado, pero es también útil a corta distancia, salvando la debilidad más grande de las lanzas largas. Y Pinkie tenía un estilo totalmente inútil a largas distancias.
Su adversario atacó con una estocada a fondo hacia el pecho que Pinkie se apresuró a esquivar, y lanzó un barrido con el pierna haciendo aparecer en la parte delantera de su bota en un pincho que hubiera destrozado su pierna si este no lo hubiera detenido con su espada, para lanzar un puntapié a la cabeza de Pinkie, que tuvo que desviar cuando esta hizo aparecer en la palma de su mano un montón de pinchos y la interpuso en su camino. Pinkie, con una velocidad de movimiento pasmosa, esquivaba los ataques brutales que el enemigo trazaba con su espada. Cada vez que surgía la oportunidad, Pinkie intentaba contraatacar, pero si se descuidaba, como ocurrió en un momento dado, recibía un corte en un brazo o pierna. El mandoble se movía con fintas, estocadas y golpes que obligaban a Pinkie a utilizar los escudos de sus brazaletes y a esquivar más de lo que le gustaría. Sin embargo, el combate acabó menos de un minuto después de que Silver comenzara a observar. Pinkie lanzó un revés moviendo todo el brazo con el casco convertido en maza hacia el rostro de su adversario, que rápidamente atajó con su mandoble, y le hubiera cercenado el brazo si el escudo mágico del brazalete no lo hubiera detenido. Entonces el brazo quedó extendido, apuntando al rostro del enemigo. Este se dio cuenta tarde de su error, justo antes de que de los cascos surgiera un pincho de unos 60 centímetros que hendió su cráneo, acabando con él al instante. Pinkie hizo desaparecer el pincho y se separó del cadáver, mirando a Silver. Este asintió con la cabeza. Tras retirar el manto, y hacer levitar la estatua de Discord, estaban en el camino de regreso a la base del bosque Everfree.
: nunca mejor dicho
