Aitana ve al musculoso pegaso frente a ella y sonríe. "Si no sabes por donde ir, sigue tu olfato" solía decir aquel explorador del desierto. ¡Y vaya si fue fácil en esta ocasión!
—¡Hey! Me llamo Aitana y esta es Wolfy. ¿Cómo te...?
Pero antes de que acabara de hablar, el enorme pegaso salió por la puerta uno.
—Pues vaya.... —Aitana entonce miró al cielo—. Oye Wolfy, tengo cuatro gemas. ¿Quieres usar una para que podamos ir las dos allí arriba? Seguro que hay algo importante que nos estamos perdiendo...